A/N: Para referencias a mi estilo y a ciertos aspectos del fic, lean 'Littera Minima' y sus secuelas, de la cuál esta es su más reciente entrega. Por favor, para más información, leer este mismo apartado en el capítulo de Obertura. Por favor, quienes dejan reviews anónimas, dejen un mail de contacto para que pueda responder sus comentarios con más agilidad.
Saint Seiya, la trama y sus personajes pertenecen al Sr. Kurumada y a quienes han pagado por el derecho respectivo. Los personajes y conceptos extraídos del Silmarillion, El Hobbit o El Señor de los Anillos, o cualquiera de las obras asociadas, pertenecen al MÁS QUE GENIAL Profesor J.R.R. Tolkien. No estoy ganando dinero con esto, nada más entretengo a mi imaginación y le doy más trabajo a mi Musa… o ella me da más trabajo a mi, como quieran verlo.
ADVERTENCIA.
Principio 100 para ver y entender Manga: Cuando se descubre un tesoro, la cosa será tan grande como para destruir estructuras vecinas y te hará pensar cómo fue que lo metieron allí dentro.
Se pide criterio y discreción por parte de los lectores. No me hago responsable de castigos, lesiones, o penas capitales derivados de la lectura de este capítulo.
"Alicui in Amore Respondere."
("Responder al Amor de Otro.")
Capítulo 1:
El Anuncio de Zeus.
Santuario de Athena. Estancias del Patriarca.
Dos meses después de la batalla contra Hades.
02:37 am.
El estruendoso sonido de un avión estrellándose contra el suelo, seguido de un fuerte golpe en el pecho y la más aguda sensación de dolor hizo que Shion despertase de golpe y se incorporase en la cama de un salto, agitado y sudoroso. El Patriarca, que no llevaba más de una semana de haber sido revivido tras la más reciente guerra contra el Príncipe De La Humanidad Difunta, jadeaba impactado y abrazaba con fuerza una de sus almohadas. Todavía resonaban en sus oídos el tremendo estruendo y aquél golpe seco de dolor.
Shion trató de calmarse y pensar qué lo había hecho alterar tanto. ¿En qué había soñado? No lo recordaba… una gota de sudor resbaló por su sien mientras afanosamente trataba de componerse del susto que se había llevado. El lemuriano apretó los ojos con mucha fuerza. Colores, sensaciones, un extraño vacío en las tripas… ese dolor agudo en la rodilla… era lo único que podía recordar de su sueño… más bien pesadilla.
El Patriarca miró hacia el techo, ya más sosegado, y soltó la almohada que hasta hacía minutos sujetase como si de eso dependiera la estabilidad del universo. Se dejó caer en la cama y respiró profundo, con la vista pegada en el techo…
… Entonces el recuerdo de un aroma inundó su mente y hasta creyó oler aquella sutil fragancia…
"Lavanda…" Dijo en voz baja, antes de suspirar con tristeza y ponerse sobre su costado, arreglando las cobijas y las almohadas, en busca de una posición más cómoda para poder dormir. "Lavanda… Lavandula Augustifolia."
Entonces cerró los ojos y volvió a quedarse dormido, aunque no sin sobresaltos.
Monte Olimpo. Estancias de Zeus.
3 años después.
"Shion… ¿Tú sabes para que Papá me ha convocado?" Preguntó Saori temerosa. "Este mes me porté muy bien con el celular."
"No estoy muy seguro, Princesa, pero seguro no debe ser nada malo." Aseguró el lemuriano con calma. "¿Seguro no ha hecho travesuras?"
"No, en serio que no, yo… ni siquiera me excedí con la tarjeta de crédito. Me he portado bien, en serio."
Saori se mordió el labio. El día anterior, Zeus se había contactado con ella y pedido su presencia en el Olimpo, junto a su Patriarca. El padre de los dioses no quiso revelar el motivo de esta audiencia, pero Shion sospechaba que no podía ser nada malo, a juzgar por el tono travieso del dios, lo cuál era motivo más que suficiente para estar preocupado. Sin embargo Athena no se tragaba la carnada: hacia meses que no le daba motivos a su Papá para que la castigase o regañase… aunque algo debía haber hecho, pues de otro modo no se explicaba la conciencia sucia. ¿Acaso Zeus se había enterado que había estado buscando secundarias a escondidas?
"Quizás es por el asunto de Caicaivilú. Supe que la semana pasada citó al Señor Poseidón para que le diera novedades del asunto." Le animó Shion, mientras le ponía una mano en el hombro para darle ánimos.
"Tienes…"
"¿Patriarca Shion, Señorita Athena?" Llamó la melodiosa voz de Iris, quien se asomaba detrás de una puerta. "Padre Zeus, Señor del Olimpo, les está esperando." Comunicó con una reverencia.
Shion dio un paso hacia delante, ayudando a Saori con el báculo de Niké y el escudo, mientras la diosa se arreglaba el vestido y la égida. Una vez que estuvo lista, Shion se calzó la máscara y el casco, y ambos, con paso calmado, se dirigieron al despacho de Zeus, siguiendo a la diligente y animada Iris, mensajera del padre de los dioses.
Al llegar a una puerta, Iris les detuvo unos momentos y golpeó la madera con sus nudillos, antes de entrar al despacho de Zeus. Salió unos minutos más tarde, con una sonrisa en el rostro.
"Pueden pasar."
Saori se adelantó y entró primero que Shion, quien la siguió de cerca y en respetuoso silencio. Desde que era Patriarca, había estado en tan solo 3 ocasiones, contando ésta, en el Olimpo. Zeus esperaba de pie tras su escritorio de fina caoba y ébano, y al ver a su hija, no tuvo reparos en darle la vuelta para poder saludar a su regalona a sus anchas. Zeus la envolvió en un cariñoso abrazo.
"Cada vez que te veo, estás más alta. Has crecido mucho en estas semanas."
"Para nada, es tan solo ilusión óptica, papá." Sonrió Athena, respondiendo a su abrazo. "No he crecido ni medio milímetro."
"Pues a mi me parece que creciste." Zeus la soltó y se volvió hacia Shion, quien le hizo una profunda reverencia. "¡Shion!"
"Gran Zeus." Murmuró apenas, en señal de respeto, que el padre de los dioses y señor del Olimpo correspondió.
"Gusto en verte de una pieza, Shion." Le saludó. "Con todo lo que te hace rabiar Athena, ya creí que para estas alturas habrías envejecido de nuevo." Bromeó gustoso.
"¡Papá!" Chistó Saori de mala gana.
"Sí, sí, ya lo sé." Zeus les señaló la sala de estar que estaba contigua a su despacho. "Por favor, pasemos al Estar."
Shion y Saori obedecieron tranquilos y siguieron a Zeus con paso calmo. La diosa y su Patriarca ocuparon lugares en el mismo sofá, mientras que Zeus se sentó a sus anchas en su sillón favorito. Al ratito, apareció Iris con una sonrisa.
"¿Les ofrezco té o café?"
"Café, por favor." Pidió Shion.
"Yo también quiero lo mismo." Pidió Saori.
"Lo mismo yo." Añadió Zeus.
"Muy bien: entonces un café, un vaso de leche y un té de manzanilla." Repitió Iris… pero como todos los presentes la quedaron viendo con curiosidad… "Un Café para el señor Shion, un vaso de leche para la señorita Athena y un té de manzanilla para el señor Zeus."
"Pero eso no fue lo que pedimos." Dijo Zeus con cara de no haber roto un plato en su vida. Iris suspiró.
"Sí, pero la señora Hera ordenó que la señorita Athena está aún muy joven para beber café." Explicó Iris, quien fijó sus ojos en Zeus. "Y todavía le tiene a Ud. a dieta y no quiere que consuma cafeína… pero sí puede comer galletitas integrales. ¿Les traigo?"
Zeus puso cara de derrota, al igual que Saori, que se había hecho ilusiones de probar el delicioso café que Iris preparaba. Ni modo, el único que salió ganando fue Shion, que se había quedado muy calladito.
"Por favor, te lo agradecería." Dijo Zeus resignado. Iris salió de la habitación y dejó al trío a solas. "Bien, supongo que se estarán preguntando a qué los llamé."
"Ya me lo estaba preguntando." Asintió Saori. No creo haberte dado motivos para hacerte enfadar."
"Tienes razón, este mes te portaste muy bien con el celular y con la visa." Aseguró Zeus mesándose las barbas. "No, el motivo del porqué les llamé es otro muy diferente."
"¿Qué ocurre?" Preguntó Shion. "Espero que no se trate de nada malo."
En ese momento, aparecieron sobre la mesita de centro las galletas, la leche, el té y el café. Como si esto fuera lo más normal del mundo, los tres echaron mano de sus pedidos y comenzaron a beber.
"Shion, te preocupas demasiado." Dijo Zeus tras darle un sorbo a su té. "Es sobre Niké."
"¿Niké? ¿Qué ocurre con ella?" Preguntó Saori con los ojos muy abiertos.
"Cumplió tres años la semana pasada." Dijo Zeus con una sonrisa.
"¿Tres años?" Preguntó Saori sorprendida.
"¿Acaso la señora Niké encarnó en un ser humano?" Preguntó a su vez Shion. Si estaba sorprendido, nunca se supo.
"Así es. Antes de la guerra que librasteis contra Hades hace 3 años, le pedí a Niké que encarnara." Le dijo Zeus. "Lamentablemente, no nació a tiempo, sino algunas semanas después del fin de la guerra… No preví que Hades les atacaría tan de improviso."
"Papá, deja eso de lado." Pidió Saori, mientras meneaba la cabeza. "¡Yo No Sabía! Dijiste que Niké cumplió 3 años hace poco. ¿Dónde estaba? ¿Por qué no la enviaste al Santuario luego que nació?"
"Por que una cría de 13 años no habría podido hacerse cargo de un bebé de horas, por eso." Explicó Zeus. "El lugar de Niké siempre es junto a Athena. Cuando encarna en la Tierra, tiene tanto derecho como tú a ocupar sus estancias en tu Santuario. Por eso ya es tiempo que vaya al lugar que le pertenece."
"Si no es mucha la impertinencia, ¿Dónde estuvo la pequeña? O más importante, ¿Con quien estuvo?" Interrogó Shion, quien ya mostraba, para variar, signos de preocupación.
"La pequeña fue puesta bajo la vigilancia de una tutora. Ella fue una amazona de Athena."
"¡Pero…!"
"Estoy en contacto con todas las amazonas, tanto las que están en servicio activo, como las retiradas… y no había oído decir a ninguna que estuviera cuidando de…"
"Tranquilo Shion… me tomé el trabajo de convencer a ciertos contactos para que la trajeran a la vida… porque la elegí de entre las que estaban muertas." Rió Zeus, divertido de la visible incomodidad de ambos. "¿Qué? ¿No les gusta la idea?"
"En Lo Absoluto, Papá, YO CREO QUE ES GENIAL. Sabes Que Me Llevo Muy Bien Con Niké, ¡Es Mi Comadre, Pero Estoy Preocupada." Explicó Saori. "Pero… debiste haberme dicho esto antes. ¡Eso no se le hace a una hija!"
"El que se nos envíe una diosa a nuestro cuidado, siempre es una bendición y más que nadie estoy contento de recibirla." Anunció Shion. "Las Estancias de Niké están dispuestas y listas para su uso… pero no puedo evitar estar de acuerdo con la Princesa: se nos debió haber dicho esto antes." Comentó Shion.
Tanto Saori como el lemuriano se habían puesto muy contentos al saber que la diosa Niké se aproximaba al Santuario, pero no podían evitar sentirse aprehensivos. Es que la pequeña se les debió haber confiado desde el principio.
"Tranquilos, que no tienen de qué preocuparse. Le conseguí a Niké una tutora muy buena. Es cierto, tuve que pedir un par de favores para que la revivieran. En vida… fue una amazona dorada, y ha estado estos tres últimos años criando a Niké con mucho esmero." Explicó Zeus con una sonrisa. "Ambas estuvieron en un lugar muy seguro e inaccesible. Llegarán al Santuario antes que transcurra una semana: tienen 7 días para alistarlo todo."
Shion y Saori abrieron los ojos como platos ante la última declaración de Zeus. La diosa juntó sus manos bajo el mentón y puso los ojos brillantes. Bajo la máscara, Shion sonrió.
"¿Esta Semana? ¡Es Genial! No Puedo Esperar A Que Lleguen. ¿Te Imaginas Shion? ¡Niké Viene A Casa!"
"Y La princesa deberá tener mucho cuidado y paciencia con la pequeña, pues tan solo tiene 3 tiernos años." Le aleccionó Shion, quien luego se volvió hacia Zeus. "¿Quién es esta amazona revivida?"
"Eso es una sorpresa." Zeus les guiñó el ojo, al tiempo que se comía una galleta. El dios se puso serio. "Recuerda, Shion, que al estar a cargo de una diosa, esta tutora ocupa un lugar especial en la jerarquía del Santuario."
"Así es. Justo por debajo de mi y por encima de los dorados. Tomará mi lugar en mi ausencia y tiene las mismas atribuciones que las que tengo yo" Aclaró Shion. "Deberá jurar lealtad una vez más a la diosa Athena, según lo indica el protocolo."
"Como siempre, estás bien informado." Dijo Zeus complacido. "Eso era lo que quería avisarles. Recuerden, antes que termine la semana, ambas deberían llegar allí."
"Oye Pa… y ¿no nos quieres decir quién es…?" Tentó Saori. "… ¿o donde estuvo?" Pidió Saori con los ojos muy grandes. Zeus sonrió con travesura.
"Ya les dije que es una amazona dorada, lo demás sería arruinarles la sorpresa, debo insistir." Dijo en forma burlona. "Pero sí puedo decirles en donde estas dos estuvieron los últimos 3 años… detrás de una altísima pared de montañas."
Saori se sopló el flequillo y Shion sonrió con delicadeza. Zeus tomó otra galleta y se la echó a la boca. Se respiraba algo de expectación en el ambiente, que el padre de los dioses interpretó como positivo. Ahora solo faltaba que Niké y su tutora llegasen al Santuario.
Disimuladamente, Zeus miró de reojo al lemuriano, quien intentaba contener el entusiasmo de su hija. Esbozó una sonrisa traviesa.
"Me pregunto como se lo tomará cuando la vea después de tantos años…" Pensó divertido, sin poder evitar emitir una risilla.
Las Montañas de la Defensa.
4 días después del anuncio.
Dos ojos celestes muy claros se quedaron viendo fijo hacia arriba, hacia la tremenda altura de las Montañas de la Defensa, que se erguían en un perfecto ángulo de 90° por sobre su cabeza. Esta visión la mareó un poco, y gimiendo de disgusto, se abrazó más a su tutora, que la llevaba en brazos, ocultando su carita en su hombro.
El rostro de la pequeña niña estaba cubierto por las lágrimas, dado que no le había gustado separarse de quienes hasta ese momento habían hecho las veces de abuelos. Nerdanel, quien no solo la había acogido en su casa junto a su tutora, sino que además se había encariñado a horrores con ambas, las había llenado de besos y parabienes antes de la partida, y a ella en específico, le había regalado una preciosa muñeca de trapo. Niké no entendía muy bien las motivaciones de los adultos, pero bueno, al menos confiaba en el buen juicio que estos podrían tener.
Su tutora miró hacia atrás una última vez y suspiró. Tanto ella como su pequeña protegida, llevaban largas y finas capas élficas con capucha. Avanzó un par de pasos y se adentró en el hueco que daba al portal que la llevaría junto con Niké al mundo que otrora conociese como su hogar. Olórin, que a estaba en la barca, le extendió la mano.
"Cuidado con tus pasos, que si te caes, ambos caeremos al agua, lo cuál me pondría de muy mal humor." Bromeó Olórin… que si había aceptado a escoltar a estas dos al otro mundo, había sido por un impulso de curiosidad.
"Si perdemos el balance del bote, te aseguro que me las arreglaría para no caer al agua." Le contestó la elfa, mientras subía a la pequeña embarcación. "Otra cosa serías tú, anciano."
"Tengo más agilidad de la que parece, niña." Volvió a contestar Olórin, mientras se acomodaba en la parte delantera del bote.
La tutora y Niké se acomodaron en la parte de atrás, cerca del escaso equipaje que habían decidido llevar, que comprendía principalmente ropa para ambas y algunos objetos personales. Olórin le dio un suave golpe a la madera y el bote comenzó a andar casi por voluntad propia. Lentamente, comenzaron a dejar atrás las Pélori. La elfa, quien llevaba una máscara hecha de mithril, alzó la mirada, más no alcanzó a ver donde finalizaba en lo alto la imponente muralla. Mirar estos infranqueables muros desde abajo era muy diferente a observarlos desde la cima.
"… toy mareada…" Gimió Niké con sueño. "… kere ir a kasa."
"Shhh, ya llegaremos." Su tutora la acunó en sus brazos y la arrulló unos momentos. Niké le hizo una fiera pelea al sueño, pero se quedó tranquila al cabo de unos minutos. "Señor Olórin. Cuando estemos en mi mundo, ¿cómo debo llamarle?"
"Pues por mi nombre."
"La Señora Nerdanel y Legolas me comentaron que usas diferentes nombres según la región a la que viajas."
"Eso es cierto." Afirmó Olórin tras pensarlo un momento. "En la Tierra Media, muchos eran mis nombres: Mithrandir, Gandalf, Capagrís… ¡Cuervo de Malas Noticias! JAJA. Hmm… elige el que quieras y así me conocerán en tu tierra."
"¿Cómo te llamaba la Compañía?" Preguntó la elfa.
"De muchas formas."
"¿Y como te llamaba la mayoría de ellos?"
"Gandalf."
"Entonces así le llamaré."
Gandalf miró con una amable sonrisa a la elfa. La máscara que usaba, hecha de mithril, sin ningún diseño, tenía la asombrosa habilidad de dejar traslucir las emociones del rostro que había debajo. No obstante se le hacía un tanto fría y como fuera de lugar en el rostro de una elfa, quien a propósito, no había permitido que ningún hombre, elfo o Valar, le viera las delicadas facciones de su rostro en los últimos 3 años. Niké se estiró con pereza.
"Mami… ¿Ya llegamos?" Preguntó gimiendo. Su tutora sintió una enorme gota sobre su cabeza: no habían pasado ni 20 minutos de viaje y la niña ya hacía esa fatídica pregunta.
"No, aún falta, pequeña." La elfa miró hacia Gandalf. "¿Cuánto nos tardaremos?"
"Un día a lo sumo."
El bote siguió navegando como movido por una fuerza externa y sosegada. Parecía que ni siquiera se movían. De pronto fueron cubiertos por una espesa y helada bruma, pero al menos las aguas se mantuvieron tranquilas. La elfa acomodó las ropas y la capa de la pequeña de manera que la cubrieran mejor, pues hacía frío. Ella misma se abrigó con la suya propia. Pasaron más de 20 minutos en silencio, mientras avanzaban tranquilos en aquella bruma.
"Con la suerte que tengo, seguro que hará calor cuando lleguemos." Dijo de pronto la elfa. "Si hay algo que tengo ganas de volver a ver… es el mar Egeo… y mi querido Bosque."
"Elfa eres al fin y al cabo: o te hechiza el mar, los bosques o las estrellas… y no en pocos casos las tres cosas juntas." Comentó Gandalf divertido. "¿La pequeña señorita ya se ha dormido?" Preguntó para seguir con la conversación.
Como si hubiera sabido que estaban hablando de ella, Niké gimió y volvió a acomodarse en los brazos de su mami, y tras bostezar con largura se dispuso a dormir. Después de todo, era la hora de su siesta.
"No, pero ya casi."
"Tiene que estar muy cansada: antes del viaje la vi correteando por doquier."
"Cierto, aunque al menos se mantuvo ocupada. Fue el centro de atención hasta que nos vinimos. Me dio pena la señora Nerdanel: le había tomado mucho afecto a la niña."
"Y no solo a la pequeña, sino también a ti. La esposa de Fëanor te veía como a la hija que nunca tuvo."
"Seee… Lo sé."
No lo parecía, pero Gandalf podía estar casi seguro que bajo la aparente frialdad de la elfa, ésta también había sentido mucho tener que marcharse, pero no hizo comentario al respecto. Sabía muy bien lo ansiosa que estaba la elfa por volver a ese misterioso Santuario en aquél otro mundo.
"¿Contenta por regresar a Casa?"
"Tengo muchas emociones por regresar, pero no sé si podría calificarlas como contento." La elfa tomó aire. "No me malinterprete: desde que salí de los salones de Mandos, lo único que he querido es regresar al Santuario que me vio crecer y en donde fallecí… pero… no lo sé…"
"¿Temes encontrarlo muy cambiado?" Preguntó Gandalf, sin perder de vista el horizonte. La elfa suspiró con largura, cuidando de no alterar a la pequeña que ya dormía en sus brazos.
"Temo no poder acostumbrarme de nuevo."
"Estás ansiosa. Eso es normal… y sé que sabrás manejarlo." Gandalf sacó su pipa y se dispuso a fumar. La bruma aún era muy densa, pero nada les atacaría, por lo que podían sentirse seguros y relajar la guardia. "Además… alguien te espera, aunque no lo sabe."
"Hmm… eso es lo que más me asusta."
"Todo a su tiempo, querida Idril, un paso a la vez."
El bote avanzó remolón entre las quietas aguas y densa bruma… hasta que se perdió de vista y no fue más que una negra silueta que se fundía con el aire.
Continuará.
Por
Manquehuito (Misao–CG)
Próximo capítulo: Expectativas.
"Entonces la Señora Juliana queda descartada como tutora, porque está viva." Aclaró Shura, mientras sacaba cuentas mentales. "Eso nos deja… Mmm… sólo cuatro opciones."
"¿Sólo cuatro? No puedo creerlo." Isabella se cruzó de brazos e irguió la espalda. "¿Tan pocas amazonas doradas en 250 años?"
"Sí, ha habido muy pocas, pero las ha habido." Dijo Kanon mientras le daba algunos juguetones topes con su muleta a la cadera de Isabella. "Vamos ver… ¿Quiénes son nuestras candidatas a tutora de la diosa Niké?"
PS: Da inicio el nuevo y más terrible monstruo que he escrito hasta ahora. Tengo muchas esperanzas con esto, así que espero que les agrade. Como ven, no tuve lectora de pruebas, pues quería que esto fuera una sorpresa. Este fic… bueno, se centra en la figura de Shion. Espero que hayan leído los omakes de la precuela para saber bien a que atenerse. Si algo les confunde, por favor, no duden en preguntar… sólo espero no decepcionarlos con la nueva locura que acaba de salir de mi cabeza y por la que mi Musa casi se rompió la espalda trabajando (y de paso también la mía). ¡DEJEN REVIEW!
Brújula Cultural.
Olórin: ¡Gandalf! También conocido como Mithrandir, Capagrís, etc., etc. Este sujeto si que tiene muchos nombres.
