Aviso, Los personajes de Atla no me pertenecen
A medida que la lectura avanzaba, sus emociones iban para todos lados, desde la absoluta ternura por las dulces palabras de Katara para él, a la profunda rabia y vergüenza del momento horrible en que fue abusada en una fiesta y después pasó al completo asombro ante el pedido de su mejor amiga.
Entendió su vergüenza y miedo, pero él jamás la juzgaría o se enojaría con ella por esto, por el contrario, de cierta manera entendía un poco porque quería hacer esto. Él problema es que no sabía si realmente estaba siendo comprensivo o si sus sentimientos por ella se estaban metiendo en el medio de sus pensamientos, pensamientos que lo estaban llevando a imaginarse lo que pasaría si decía que si a su propuesta, como podría besarla y tocarla y ... otras cosas con las que algunas veces se había atrevido a soñar. Pero esto estaba mal, se sentía culpable, si él no estuviera irremediablemente enamorado de ella creía que diría que sí sin dudar, pero de esta manera sentía que se aprovecharía de su amiga.
Ella creería que serían dos amigos perdiendo su virginidad juntos y nada más, pero él sabía que sería mucho más. Nunca le había confesado a Katara sus sentimientos porque no quería perder su amistad, y ahora aquí estaba de nuevo, en la encrucijada entre hacer una parte de sus sueños realidad o explicarle cómo se sentía por ella y esperar que ella no se alejara de él.
- agh! Que voy a hacer!? Tengo solo hasta el lunes para decidir!- pensó Aang frustrado.
Por supuesto que quería decir que si con todas sus ganas, pero no sé sentía del todo correcto. Además una vocecita le decía que había otra cosa que Katara no sabía de él y que quizás debería saber si iban a volverse así de íntimos.
Y así lo encontró Gyatso, cuando lo llamó para cenar, pero Aang le dijo que no se sentía muy bien y que no iba a bajar. Después de unas horas cuando su guardián volvió para chequear cómo seguía lo encontró en la misma postura que lo había dejado, mirando el techo de su habitación, vestido y sin taparse.
- Aang como te sientes?
-Aang?
-oh, si?
- Pregunté cómo te sientes.
- oh, estoy mejor, solo me siento ( confundido, muy confundido) algo cansado, creo que voy a dormir ahora.
- ok, ¿estás seguro de que no quieres un té o algo?
- no, no, estoy bien, solo quiero dormir, creo que el viaje de ayer me agotó más de lo que creía- no estoy bromeando pensó para sí mismo.
- bueno, hasta mañana entonces. Si me necesitas me llamas, ¿ok?
- si Gyatso, no te preocupes, que descanses.
Así quedó sólo con sus pensamientos nuevamente.
Se despertó con el sol en la cara, y un molesto dolor de cabeza por lo poco que durmió. No sabía a qué hora se había dormido finalmente, pero había tomado una resolución que lo dejó un poco más tranquilo. Fue al baño y después de lavarse bajó a desayunar.
- Buen día, ¿cómo te sientes hoy?
- mucho mejor, aunque me duele un poco la cabeza. Pero quizás después de comer algo el dolor se vaya.
- Bien, me alegro. ¿Qué planes tienes para hoy entonces?
- voy a pasear a Appa y luego espero poder pasar la tarde con Katara, le escribiré a ver si puede encontrarse conmigo en el parque.
-ah, un domingo bastante regular por lo que veo.
- eso espero- Aang le sonrió a su guardián.
Después de desayunar le envió un texto a Katara.
" Hola Kat, ¿Nos encontramos hoy en el mismo lugar de siempre?"
Sabía que probablemente estaría durmiendo hasta tarde así que no se molestó en esperar respuesta hasta dentro de unas horas, así que llamó a su bisonte volador para ir a pasear. Se sentía mucho más tranquilo con la decisión que había tomado, aunque sospechaba que cuando viera a su amiga no estaría tan sereno.
Katara se despertó con el ruido de una casa ya muy activa, su abuela estaba en la cocina mientras hacía las tareas. Su hermano estaba en la universidad y su padre había tenido que viajar con Pakku al Polo Sur por unas semanas. Pensó que sin Aang estas semanas hubieran sido imposibles para ella, ya que extrañaba mucho a los hombres de su familia. Miró su celular para ver la hora y se sorprendió al ver un mensaje de Aang, no pensó que sabría de él hasta el lunes. La ansiedad volvió a su mente, así que él le daría su respuesta esta tarde, se imaginó que sería un no, ya que no se había tomado mucho tiempo para pensarlo. Pero lo que más le importaba era que no estuviera molesto con ella. Por el simple mensaje no lo parecía, pero solo lo sabría con seguridad cuando hablaran. Así que le puso un simple "ok" y se levantó para desayunar. Después se puso a limpiar su cuarto y ordenar las cosas para la semana. Cuando su abuela la llamó a almorzar sus nervios la estaban llevando a tener temblores en sus manos.
