Los personajes de Atla no me pertenecen.

Los despertó un sonido extraño, Aang abrió un ojo mientras se restregaba el otro en un intento de sacarse el resto del sueño de encima. Se encontró a Gyatso con su cámara de fotos. Katara se movió un poco al lado de él, así que aflojó el agarre que había tenido sobre ella por bastante tiempo, a juzgar por los músculos adoloridos de sus brazos.

-Gyatso, ¿Qué pasó, qué hacés?- preguntó confundido. Katara se sentó de repente, dándose cuenta de la situación en la que estaban.

- Aang nos quedamos dormidos, ¿Qué hora es? Mi abuela debe estar muy preocupada- dijo con la ansiedad clara en su voz.

- tranquila Katara, cuando llegué a casa vine a buscar a Aang para cenar y los encontré dormidos, así que llamé a Kanna para avisarle de que te quedarías aquí hoy.- la tranquilizó Gyatso con una cálida sonrisa- y lo que estaba haciendo joven, es tomar una foto de este tierno momento. Hacía años que no los veía así y quería tener un recuerdo.

Aang lo miró incrédulo. Katara sonrió sonrojándose.

-¡Agh! No nos encuentras así porque ya no somos niños, esto pasó porque estábamos cansados y tuvimos una conversación un tanto emocional- dijo algo avergonzado Aang.

- bueno si no quieres una foto no haré una impresión para tí, no te preocupes. Tu si vas a querer una ¿Verdad katara?

- ¡por supuesto que sí!- respondió alegremente.

- oye- le dijo Aang indignado, su amiga y su guardián se reían con ganas- está bien, si tú vas a tener la foto yo también quiero una copia.

Gyatso asintió y les dijo que se levantarán a desayunar así se iban a la escuela. Ellos se miraron asombrados de que se habían dormido toda la noche. Aang entendió porque sentía sus brazos tan acalambrados. Se levantaron rápidamente y después de desayunar Gyatso los llevó a la casa de Katara para que se cambiara de ropa y luego los dejó en la escuela. Tuvieron una mañana normal, con profesores dándole más actividades y temas para los finales. En el almuerzo se juntaron con su grupo de amigos y hablaron sobre la reunión de estudio que tendría esa tarde en la casa de Ty. Katara estaba ansiosa, había tenido una prueba y no se sentía segura de cómo le había ido. Llevó su cuaderno para revisar las respuestas mientras se tocaba nerviosamente el cabello. Aang intentó tranquilizarla y le masajeó los hombros. Le dijo que seguramente todo estuvo mejor de lo que ella creía. Katara suspiró y se recostó sobre él, Aang automáticamente la abrazó para reconfortarla y le acarició la espalda mientras ella se acomodaba aún más sobre su pecho. Él silencio se hizo de repente en la mesa, sus amigos los miraban asombrados. Aang levantó la vista de su mejor amiga y miró al resto del grupo. Vio sus caras de miradas intrigadas, y se dió cuenta de cómo se vería lo que estaba haciendo.

-¿Qué?- les preguntó tratando de hacerce el tonto. Katara notó lo que pasaba y respiró hondo para controlarse sabiendo la conversación que se venía. Levantó la cabeza del pecho de Aang

devolviendo la mirada de desconcierto que estaba recibiendo. On Ji fue la que se animó a hablar primero, ella había notado la molestia en la mirada de Meng y Haru.

- chicos, ¿Hay algo que no nos están diciendo?

- ¿Qué quieres decir?- respondió Katara esta vez sentándose recta y alejándose de la comodidad que le proporcionaba su amigo.

- hemos notado que ustedes están más cariñosos que de costumbre y nos preguntamos si habían comenzado a salir- está vez fue Ty Lee quien habló.

- no, seguimos siendo solo amigos- dijo Aang tratando de controlar su sonrojo.

- así es- corroboró Katara- puede ser que estemos más unidos que antes por todo lo que hemos pasado. Ustedes saben que Aang ha sido un gran apoyo para mí y eso quizás cambió la dinámica de nuestra relación. Recuerden que no tengo a Sokka y Aang es quien está para mí, pero casi como un hermano.

"Ouch", pensó Aang, hubo un destello de dolor en sus ojos grises que rápidamente cubrió asintiendo ante la respuesta de katara, aunque le doliera que ella lo viera como un hermano no quería que nadie se diera cuenta, además de que no quería que sus amigos supieran lo que estaba pasando en realidad.

Katara le dió una mirada de curiosidad a Toph, ella se había mantenido extrañamente callada, ella había temido que su amiga revelará que estaban mintiendo, pero no dijo nada. Cuando sus amigos asintieron y volvieron a lo que estaban haciendo antes, tanto Katara como Aang dejaron salir un suspiro lo más silencioso que pudieron, se habían salvado por poco.

Al momento de encontrarse en la casa de Ty cada cual fue a su casa a buscar el material necesario y después sí se dirigieron a la sesión de estudio. Aang acompañó a Katara a su casa, algo que se había vuelto rutinario. Él le había dado algunas miradas de reojo durante el camino y estaba inusualmente callado, Katara llevaba el peso de la conversación y notó que su amigo no respondía con su entusiasmo habitual y le costaba seguir el hilo de la conversación.

.-Aang, ¿Qué sucede?- su amigo la miró confundido, venía bastante absorto en sus pensamientos, la idea de katara viéndolo cómo a un hermano le dolía tanto que no podía quitársela de la cabeza. Por supuesto que ser visto como su amigo no era mucho mejor, pero la amistad podría transformarse en algo más, y a pesar de que él no se sentía muy seguro de que alguna vez Katara lo viera como algo más que un amigo, nunca había perdido la esperanza. Pero ahora parecía que su amiga lo veía como algo más, solo que no lo que él tenía en mente, para nada. Ante la pregunta de su amiga decidió dar evasivas, no quería largar todo el tren de pensamiento que tenía desde la hora del almuerzo.

-¿Qué sucede con que?

- contigo, has estado callado, vamos, sabes que puedes decirme lo que sea- katara acompañó su respuesta con un empujón de su hombro con el de él para animarlo a hablar. Aang suspiró y la miró un momento. Decidió decirle una parte de su preocupación.

- ¿Es verdad lo que dijiste en el almuerzo? ¿Me ves como tú hermano?

Katara lo miró como si tuviera una segunda cabeza. Era eso lo que le preocupaba, la respuesta que dió para salir de, lo que de otro modo, sería sin duda una charla incómoda.

-¡Pffff! ¿ Crees que le pediría a un hermano el tipo de cosas que te pedí a ti?- dijo mientras ponía los ojos en blanco- dije eso para salir del paso, nada más.

Aang sonrió aliviado. Se sentía tan tonto, por supuesto que no le pediría ese tipo de cosas si lo viera como a un hermano.

-Tienes razón, lo siento, es que por un momento pensé que era verdad y quería confirmarlo.

Katara pensó en preguntar por qué lo había puesto tan mal la idea de ella viéndolo cómo un hermano, pero decidió mejor no presionar más las cosas. Cuando llegaron a la casa de Katara ella le preguntó si la acompañaba a buscar sus cosas, así después irían a la casa de Aang por las de él y desde allí se dirigirán a lo de su amiga. Aang asintió y la acompañó a su cuarto, con su humor alegre característico. Saludaron a Kanna como siempre, y cuando llegaron al cuarto katara cerró la puerta suavemente mientras Aang buscaba en su escritorio el material que iban a necesitar. Se sorprendió al sentir los brazos de ella en su cuello y al sentir como le inclinaba la cabeza hacia la de ella, katara lo besó ferozmente, empujándolo contra la pared de su habitación. Aang dejó caer el libro que había tomado y la sujetó por la cintura trayendo la hacía su cuerpo con entusiasmo. Las caricias no tardaron en llegar, la situación estaba subiendo de tono cuando Katara notó la excitación de Aang y decidió apartarse, no podían entretenerse más aunque le hubiera gustado, tenían que cumplir un compromiso. Lo miró a los ojos y dijo en un susurro.

-Espero que esto aclare tus dudas- él la miró con su sonrisa torcida y se rascó la nuca.

- wow Kat, me tomaste desprevenido, pero creo que sí las aclara.- su corazón latía febril, y necesitaba enfriarse para poder salir de la habitación de su amiga, tomó varias bocanadas de aire y trató de pensar en otras cosas, no lo ayudaba ver la mirada divertida de Katara. Cuando logró controlar su cuerpo salieron para buscar las cosas de Aang y finalmente ir a estudiar. Ambos con sonrisas tontas a juego, para cualquiera que los viera parecían una pareja de enamorados.