Los personajes de Atla no me pertenecen.
Los días seguían pasando, ellos seguían estudiando para las pruebas. Se juntaron en la casa de Aang, después en la de Meng, momento incómodo para Aang. Katara ya no lo toleraba. Afortunadamente Toph había hablado con ella al final del día siguiente a su charla con pies ligeros.
-Katara- ella ya estaba alejándose con su mejor amigo como todos los días, pero volvió sobre sus pasos para ver qué quería su amiga.
- ¿si,Toph?
- tengo que ir de compras este sábado, me preguntaba si te gustaría acompañarme, así pasamos un rato juntas, solas tu y yo.
Su amiga sonrió, este era un momento que podía aprovechar para presionarse un poco y hacer algo diferente.
-Seguro, Toph. Me encantaría- la sonrisa que apareció en el rostro de Toph fue la más grande que le había visto hasta ahora.
- genial, nos encontramos en el centro comercial a las 14- la saludo con la mano y se fue. Katara volvió junto a Aang y le contó su conversación con su amiga. Él estaba muy contento de que ella fuera a salir de nuevo. Y sabía que Toph había esperado esto por mucho tiempo.
Pero después de ver a su mejor amigo tan incómodo en la casa de Meng decidió que ya no podía seguir así, después de caminar con Aang hasta su casa decidió llamar a Toph.
-¿Katara? Acabamos de estar juntas, ¿qué sucede?- ella temió durante esos días que su amiga cancelara la salida, ya había pasado antes, pero esta vez había tanta seguridad cuando le dijo que sí, que no se le ocurrió que podría cancelar.
- No sucede nada toph, solo te quería avisar que mañana voy a ir con Aang- Toph la cortó en medio de la oración, enojada.
- pensé que pasaríamos el rato solas, ¿no puedes estar un momento sin pies ligeros, dulzura?- katara sonrió ante el apodo, desde su fiesta no la había llamado así.
-¿ me dejas terminar de hablar por favor? Creí que te educaron para ser una señorita de la alta sociedad- le respondió entre risas- voy a ir con Aang para pasarte a buscar, él nos va a llevar al centro comercial y nos va a dejar. ¿De acuerdo? No se va a quedar con nosotras.
Toph se sintió mal, su amiga iba a ir a su casa, esto era un suceso enorme. Seguro, ella podría hacerlo en un taxi o en el subte, incluso podría pedir prestado el auto a su abuela, pero Toph se daba cuenta de que necesitaba a Aang para hacer esto
.-Lo entiendo reina de azúcar, perdón por cortarte, es que las compras las tenía que hacer con mi mamá. Estoy deseando que tú me acompañes.
Katara sintió pena por su amiga, sabía que su madre no escuchaba lo que Toph quería y le compraba cosas que no usaría ni dominada por sangre control.
-No hay problema, nos vemos mañana.
Katara llamó a Aang para pedirle este favor, él le contestó alegre de escuchar su voz, cómo si no se hubieran visto hace menos de una hora. Ella le explicó lo que pensaba hacer y le pidió que la acompañara, él por supuesto dijo que sí. Katara tenía otra solicitud.
-Generalmente pasamos el sábado juntos, y sé que es una tontería, pero te voy a extrañar- Aang sonrió ante esto, él también la extrañaría, pero sabía lo bueno que era que ella volviera a salir con amigas, cómo hacía antes- ¿puedo quedarme en tu casa mañana de noche?
Aang sintió mariposas en su estómago.
-Claro que sí, ¿crees que deberíamos tener otra cita?. Tal vez podamos ir al cine y a cenar.
- tal vez, si no estoy muy cansada. O podemos mirar algo en tu dormitorio y cenar allí.
- okey, mañana veremos qué hacemos.- dijo contento. Ella se despidió, se sentía feliz de poder contar con él.
Después de almorzar Aang paso a buscar a Katara, ella lo saludo con un pequeño beso en los labios. Él la miró un momento.
-¿Qué?- preguntó una nerviosa katara, siempre con temor de que él se arrepintiera de su arreglo.
- ¿Cómo te sientes? Estás dando un paso importante hoy,¿ sabes?
Ella le sonrió.
-Me siento bien, pero no hablemos de un paso importante, minimicemos esto, no quiero sentir ansiedad.- él asintió y comenzó a conducir.
-¿ Puedo preguntarte algo?
- sabes que puedes preguntar lo que quieras Kat.
- tu nunca me besas, o inicias esas situaciones, siempre soy yo.¿ Es por qué eso te incómoda?
- no, claro que no. Es porque no quiero que te sientas incómoda. Prefiero ir a tu ritmo. Que tú dirijas ese tipo de situaciones. Ir hasta donde tú quieras que vayamos.
- ok, pero yo quiero que disfrutes también. Me gustaría que si sientes ganas de besarme lo hagas.
- Kat no puedo hacer eso- dijo con una sonrisa y mirándola un momento- pasaría besándote todo el tiempo.
Katara sé sonrojó y sonrió complacida. Esas cosas le encantaban de su amigo, siempre la hacía sentir especial y deseada. A veces la hacía olvidar que no estaban saliendo de verdad. Le dió un golpe juguetón en el brazo.
-Hablo en serio Aang. Quiero que tú también disfrutes, relájate un poco.
- ok,¿ debería estacionarme ahora y hacerlo o espero a esta noche?- respondió seductoramente.
Ella se rió a carcajadas.
-¡Eres imposible!
Cuando llegaron a la casa de Toph, Aang le preguntó si ella esperaba en el auto mientras él iba a buscar a su amiga, Katara respondió que no. Ambos bajaron y antes de que ella comenzará a caminar por el camino de grava él la tomó en brazos y la besó apasionadamente. Katara se quedó mirando atontada cuando la soltó, sentía las rodillas de gelatina. Él le sonrió y se encogió de hombros.
-Tenía ganas de besarte- estableció con sencillez. Ella cerró la boca, temía haber babeado un poco. Una parte de ella incluso quería cancelar su salida y llevar a su amigo de vuelta a su casa y que continuara ese beso. Pero sabía que no podía hacer eso, además él ya estaba tocando el timbre. Katara se acercó, aún un tanto abrumada, él le apretó la mano tratando de infundir confianza. Quizás pensó que ella se sentía así por estar en casa de Toph, pero sus pensamientos volvían a ese beso.
Uno de los tantos empleados de la mansión abrió la puerta, ellos pasaron al vestíbulo mientras iba a buscar a Toph. Aang seguía atento a cualquier reacción de katara. Ella le dió una pequeña sonrisa para que se tranquilizara. Pronto su amiga bajó las escaleras.
-Pies ligeros, dulzura. ¿Están listos?- Toph había estado esperando por si Katara quería entrar a su casa, se había percatado de que esto lo hacía como una forma de volver a ser ella misma, no sabía qué lo había detonado, pero se alegraba por ello, aunque no sabía si no se iba a echar atrás en el último momento.
Ellos respondieron alegremente, todo parecía ir bien y no había necesidad de alargar está situación. Salieron al auto y Aang las dejó en el centro comercial. Le pidió a Katara que le avisara cuando quisiera que pasará a buscarla.
-Así que,¿ahora también lo tienes de chófer? - preguntó Toph entre divertida e irritada.
- no Toph, es que después de pasar el rato contigo voy a ir a su casa a seguir estudiando- katara sintió como el rubor se extendía por sus mejillas.
- estudiar, claro- dijo irónicamente su amiga.- bien, necesito comprar un par de jeans y deportivas. ¿ Tu que necesitas?
- necesito un vestido- Toph se asombró ante esto, sabía por los comentarios de sus amigos que Katara había cambiado su forma de vestir, pero no hizo ningún comentario al respecto- sabes dulzura, quizás tengo una sorpresa para ti en mi casa.
Se dirigieron a las tiendas, mientras Katara buscaba la ropa necesaria en la talla de su amiga preguntó.
-¿Qué tipo de sorpresa?
- tuve que venir con mamá un par de veces, y obviamente me hizo comprar muchos vestidos que nunca pensé usar. Pero los elegía más grandes para que, si los querías te pudieras quedar con ellos.
Katara la miró con la boca abierta y los ojos enormes.
-¿En serio!?
- no te entusiasmes todavía, no sabes cómo son y yo no te los puedo describir.
- oh Toph, ¡tengo una idea! Si después de las compras y el helado que vamos a tomar volvemos a tu casa y probamos tus vestidos, nos maquillamos y todo eso!- chilló con voz entusiasmada. Toph sonrió, nunca hubiera pensado probarse vestidos y maquillarse, pero pasar más tiempo con su amiga y en su casa, por supuesto que lo haría.
- claro que sí dulzura, me gustaría!
La alegría de las chicas se notaba mientras iban de tienda en tienda buscando todo lo que necesitaban. Katara se compró un hermoso vestido para el día del cumpleaños de Aang, ya quería ver su cara cuando se lo viera puesto. Este día estaba resultando mejor de lo esperado para las dos amigas y aún no terminaba.
