Los personajes de Atla no me pertenecen.

Mientras se besaban y acariciaban, Aang pensaba en lo afortunado que era. Se había despertado porque su amiga, el amor de su vida para ser más precisos, los estaba besando, una parte de de su mente no lo podía creer, este debe ser el sueño más vívido que he tenido, pensaba para sí mismo.

Pero todos los sueños que había tenido sobre está situación en particular, nunca se habían sentido tan bien. Los besos húmedos de su amiga en su cuello, su toque cálido por su torso, su abdomen. Él también le acariciaba cada centímetro de piel que podía. La suavidad de ella y su calor. No, era imposible que esto fuera un sueño. Decidió darse la vuelta y ponerse encima de ella, la besó profundamente en los labios y comenzó a dejar rastros de besos por su mandíbula y cuello. Le abrió la camiseta del pijama exponiendo sus pechos, acariciando y besando suavemente la delicada piel.

Los gemidos que hacía su amiga lo estaban enloqueciendo, con una mano le acarició el vientre y bajó hasta su entrepierna, mirándola para ver su aprobación a lo que quería hacer. Katara siguió besando y acarició todo lo que pudo mientras gemía ante el toque de su amigo, perdida en el momento. Él metió la mano y la tocó dónde ella más lo necesitaba, un jadeó dejó sus labios, Aang comenzó a explorar la zona recién descubierta, lo primero que notó fue la humedad, inmediatamente le maravilló la reacción de katara ante su toque. Cuando tocó su punto más sensible ella arqueó la espalda y él siguió masajeando allí, fascinado. Acompañó el movimiento con dos dedos en su entrada y Katara sintió que podía morir de felicidad, sintió su orgasmo llegar en oleadas de placer y dejó escapar un susurro.

-¡Oh, Aang! ¡Te amo!- él la besó en los labios de nuevo, emocionado, pero intento no mostrarlo.

- también te amo- respondió con voz entre cortada. Se acostó a su lado y se abrazaron fuertemente, sus pulsos acelerados. Ambos estaban demasiado emocionados y no querían que el otro se diera cuenta. Katara fue la primera en hablar después de tomar varias respiraciones profundas para calmarse.

- ¡Eso fue genial!- le dió un beso en la mejilla.

- lo sé- dijo Aang suavemente.- Desearía despertar así todos los días- se sonrojó ante su propia declaración.

- pero tú aún no has terminado. - se apoyó en un codo para besarlo de nuevo. Él la miró un momento.

- está bien, Kat, te aseguro que disfruté mucho.

Ella no le hizo caso y siguió besándolo y acariciándolo. Bajó su mano para tomar su miembro y comenzó a acariciarlo suavemente mientras seguía prodigando besos por todos lados. Aang la admiraba desde su posición, ella lo tocaba con tanto entusiasmo, era una imagen hermosa. El sonido de su celular lo sacó de su dicha. Miró a su mesita de noche, dónde estaba el aparato molesto y gruñó. Se asombró al ver que era Toph quien llamaba. Katara no había parado sus caricias, decidió que quizás era algo importante.

-Oh, uh, Kat, mhm, debo atender, ohhh.

- ok- respondió, pero siguió como si nada pasara.

- oh, mhm, necesito que dejes de hacer eso un momento mmmm.

Ella lo miró con el ceño fruncido y lo dejó.

-Está bien, pero que sea rápido- le dió un beso en los labios. Él se rió.

- hola

- hola pies ligeros,¿ por qué tardaste tanto en atender? Pensé que siempre te levantabas temprano.

Katara continuaba besándolo en la mandíbula y el cuello, lo que le hacía difícil concentrarse.

-Si, lo siento, estaba ..mm.. ocupado. Entonces…

- quería hablar contigo de algo y…- escuchó un gemido de parte de Aang y una risita-¿Estás con alguien?

- NO- dijo rápidamente, demasiado rápido. Intentó alejar a Katara que lo quería seguir besando y acariciando.

- no mientas, ¿Con quién rayos estás a esta hora de la mañana?- Toph recordó que katara le había dicho que pasaría con él el resto de la noche- ah claro, estás con dulzura.

Aang suspiró y dejó de intentar que su amiga lo dejara.

-Si, ¿Qué necesitas Toph?

- no pienses que me voy a quedar aquí escuchando lo que sea que están haciendo! Llámame cuando terminen. Mejor llámame después de un buen rato de que hayan terminado! Ugh- y con eso colgó la llamada.

Aang miró a Katara seriamente.

-Oye, ¿Por qué hiciste eso? Ahora Toph nos va a molestar sobre esto hasta nuestra muerte.

Ella bajó su mano de nuevo, quería continuar con su trabajo.

-La culpa es suya por llamar tan temprano. ¿Qué quería?- preguntó y continuó besándolo.

- mhm...obviamente ...ohhh... me colgó cuando ...ahhh... se dió cuenta de lo que ...mhm…. estaba pasando.- Aang se estaba olvidando de que estaban hablando y por qué estaba molesto. Katara se dió cuenta y volvió toda su concentración a su tarea, hasta que su amigo consiguió su orgasmo. Adoraba verlo retorcerse y derretirse por su toque. Los sonidos y la cara que hacía. Adoraba todo de él. Lo besó una vez más y luego se acostó para abrazarlo absolutamente contenta.

-Entonces…¿nos bañamos juntos?- él la miró, totalmente shockeado.- ¿qué? Ya nos hemos visto desnudos.

Evaluó está afirmación, si se habían visto desnudos, pero en el calor del momento. No sabía si la incomodidad que no habían sentido hasta ahora aparecería en una ducha compartida. Pero, como siempre, su amiga le estaba pidiendo algo más de intimidad y él estaba dispuesto a dársela.

-Está bien, vamos- buscaron toallones y ropa y se metieron a bañar. Aang entró primero, reguló la temperatura y dejó espacio para su amiga. Ella le pidió un poco más de calor, él la complació. Cuando ella comenzó a lavarse el cabello le pidió permiso para ayudarla, quería distraer su mente porque sentía que se estaba excitando de nuevo ante la vista de su amiga desnuda y mojada delante de él. Ella sonrió dulcemente y lo dejó lavarle el pelo. Luego hizo lo mismo por él. Cuando fue a lavarse el cuerpo le pasó la esponja y el jabón a Aang que la miró con una ceja levantada.

- pensé que me ibas a ayudar a lavarme- dijo con una sonrisa divertida. Él le dió una mirada a todo su cuerpo, pensando en los lugares que tendría que enjabonar y sonrió poniéndose rojo.

- totalmente- trato de sonar confiado. Tomó la esponja y comenzó por la espalda que se sentía el lugar más sencillo para comenzar, siguió por los brazos y Katara se dió la vuelta para que continuara con el frente. Ella estaba completamente divertida ante su nerviosismo. Él se daba cuenta de esto, pero decidió ignorarlo. Enjabono su cuello y cuando bajó a sus pechos jugó un poco con sus pezones haciéndola gemir un poquito, ahora el que se divertía era él. Bajó por su vientre y cuando lavó su entrepierna hizo lo mismo, unas caricias para provocarla. Ella decidió apartarse y le quitó la esponja.

- no es gracioso- dijo en un tono molesto

- pensé que si, porque recién te parecía divertido- le dijo y la besó suavemente.

- si pudiera quedarme para otra sesión no me importaría, pero debo ir a casa, hoy llega papá y Pakku.

Ante esto Aang se puso serio, cómo iba a mirar a la cara a esos hombres después de lo que había hecho. Katara notó su malestar.

-Relájate, no hemos hecho nada malo y ellos no tienen porqué saberlo.- ella enjuagó la esponja y lo comenzó a enjabonar a él después de ponerle jabón nuevamente. Él se relajó un poco ante su toque. Cuando terminó lo besó suavemente.

- esto fue divertido.

- lo fue- respondió él sonriendo.

Salieron de la ducha y se vistieron. Ambos se miraban de a ratos. No hubo ninguna incomodidad, los dos se sintieron tranquilos por esto. Bajaron a desayunar y después Aang llevó a Katara a su casa a esperar a su padre y abuelo. Cuando la dejaba en la puerta Hakoda salió a recibirlos, ya habían regresado. La cara de Aang se puso roja tomate al saludar al padre de su amiga.

-Aang, cálmate- le susurró ella. Se acercó y abrazó fuertemente a su padre- papá, ¡te extrañé mucho, me alegra que estés de vuelta!

- ¡yo también te extrañé, Kat! Estaba deseando volver. Estás semanas lejos de ti fueron terribles. Hola Aang, ¿Cómo has estado?- se acercó para abrazar al joven amigo de su hija.

- bien señor, me alegra verlo de nuevo- el hombre levantó una ceja ante este saludo formal.

-¿Señor?

Aang se rascó la nuca, nervioso.

-Quiero decir, Hakoda.

Hakoda lo miró con curiosidad, su madre le había dicho que la relación de su hija y su amigo había cambiado un poco, pero no entendía por qué eso ponía nervioso al muchacho.

-Me alegra verte también Aang, pero vamos adentro. Traje algunos regalos para ustedes.

Aang miró a Katara desesperado, pero ella le sonrió y lo tomó de la mano. Él no entendía cómo su amiga estaba tan tranquila después de lo que habían hecho hacía apenas unas horas. Respiró profundo tratando de calmarse y entró a la casa. Lo recibió Kanna con su alegría habitual y Pakku con un apretón de manos y un gruñido, típico de él. Se sentaron en la sala de estar a escuchar todo sobre el viaje de los hombres mayores. Aang se iba calmando poco a poco. Hakoda le había traído un pergamino nuevo de agua control para katara y una manta de piel de su tribu con diseños típicos de allí. Ella lo abrazó agradecida. A Aang le trajo un libro sobre la cultura de la tribu agua del sur, todos sabían que él amaba leer y aprender de otras culturas. Lo que casi nadie sabía es que era parte de su entrenamiento como Avatar él porque estudiaba tanto. Agradecido se inclinó en una reverencia hacia Hakoda. Él lo atrajó en otro abrazo.

Continuaron hablando un rato más y fue invitado a almorzar. Después de pasar un buen rato con su padre, Katara le pidió a su amigo que fueran a su habitación para estudiar.

-Bien pero dejen la puerta abierta ustedes dos- dijo su padre en tono divertido. Katara lo miró sin entender y Aang se ruborizó. Kanna se rió desde su lugar en el sillón.

- ¡dejalos tranquilos Hakoda! O comenzaré a contar cómo tú y Kya se escabullían para estar solos.

- agh, no madre, por favor no, no les quiero dar ideas.

Aang y katara intercambiaron miradas de asombro mientras subían la escalera. No les quedaba muy claro que acababa de pasar, pero decidieron no decir nada hasta no saber bien qué estaba sucediendo.