Los personajes de Atla no me pertenecen.

Estudiaron en su dormitorio, dejando la puerta abierta como había solicitado su padre. No entendían aún el por qué de esto, pero Katara tenía una sospecha. Hakoda había dado vueltas alrededor de su habitación varias veces, mirando, como si no pasará nada, lo que hacía obvio que algo le sucedía. Pero se asombró cada vez que se acercó, de encontrar a los jóvenes estudiando concentrados, o eso parecía. En realidad cada vez que él se alejaba, ellos cruzaban miradas interrogantes.

Además los dos pensaban en lo que habían hecho la noche anterior y esa misma mañana, por lo cual era seguro decir que se distrajeron fácilmente del estudio, pero como casi no hablaban de nada de esto, era difícil para cualquiera darse cuenta del estado mental de los adolescentes. Después de almorzar, Hakoda se quedó aún más tranquilo, no entendía por qué su madre le había dicho que la relación de su hija y su mejor amigo había cambiado, él los veía igual que siempre, había esperado encontrarlos besándose y acariciándose todo el tiempo, como sucedía con Sokka y Suki, y no sabía si estaba preparado para ver a su pequeña en está situación, no después del idiota de su ex.

Se daba cuenta de que estaba mal cargar a Aang con el peso de la relación fallida de katara, pero cuando se enteró del engaño del muchacho hacía su hija, decir que estaba furioso era poco. Le habían abierto la puerta de su casa, lo habían aceptado en la familia y sabía que Katara era una novia cariñosa, y él había destrozado esa confianza. Pero sabía que Aang había estado ahí para su hija, y aunque no se sentía preparado para verla encima de un chico como veía a Sokka con su novia, en realidad pensaba que si tenía que resignarse a esta situación, Aang era alguien que merecería a su preciosa hija.

Pero a pesar de intentar prepararse mentalmente para esto e incluso haber preparado una pequeña charla para tener con el joven, no vio nada que indicara el cambio de la relación del que su madre le había advertido. Decidió preguntarle bien a qué se refería, antes de hablar con Aang sobre katara. Cuando los chicos volvieron a la habitación, a seguir estudiando, Hakoda aprovechó el momento para hablar con Kanna.

-Mamá, cuando me dijiste que la relación de Aang y katara cambió, ¿Qué quisiste decir?

Su madre dejó escapar una carcajada.

-Has estado nervioso toda la mañana, me he estado preguntando por qué. Lo que quise decir es que ellos están más cariñosos que antes, ya sabes cómo Aang estuvo para katara todo este tiempo, ha sido quien la ha ayudado a salir adelante, ya te conté que ella está volviendo a salir y a ser como era antes de la fiesta de Toph. Bueno, pues creo que nuestra pequeña maestra agua se ha enamorado de su mejor amigo.

Hakoda sonrió con ternura ante está información. Por un lado estaba tranquilo de que aún no hubiera una relación de la que preocuparse y por el otro estaba absolutamente agradecido con Aang por todo lo que hacía por su hija.

.-Dices que katara está enamorada, pero¿ y él?

Kanna lo miró con pena.

-Hablas como katara, le dije que lo invitará a salir y ella teme que él no sienta lo mismo. Tu has visto cómo la mira, y todo lo que hace por ella, si no está enamorado yo soy un perro oso polar.

.-Mamá, ¡no la alientes a qué lo invite a salir!- protestó enérgicamente Hakoda, Kanna se rió de nuevo, si él supiera por qué le propuso esto y cuál era la propuesta que Katara le hizo a su amigo, le daría un infarto.

-¿Por qué no? Ella es muy feliz cuando está con él. ¿ No quieres ver a tu hija feliz?

-por supuesto que sí.

-¿y no crees que Aang es un buen chico que será todo lo que un novio debe ser?

-bueno, supongo que sí.

-¿O prefieres que katara se enamore de otro idiota como ese tal Yao?

-¡Claro que no!

-¿Entonces?

-Es solo que ha pasado por tanto que no quiero verla sufrir, pero pienso igual, Aang sería un buen novio. ¿No debería él invitarla a salir?

-¿Oye y a ti quien te crió?, ¿De dónde viene esa idea machista?. Si Katara quiere invitarlo a salir puede hacerlo, es una chica fuerte e independiente que ha pasado por mucho, es hora de que busque su propia felicidad.

-Tienes razón mamá, no me meteré en el camino de esos dos, lo prometo.

Kanna se quedó tranquila, sabía que para el plan de Katara iba a ser difícil tener a su padre ahí, pero esperaba que con esta pequeña charla los dejara tranquilos para que pudieran tener sus salidas en paz.

Cuando Hakoda salió a hacer algunos mandados y Pakku se retiró a dormir la siesta, Kanna fue a hablar con su nieta que seguía estudiando en su habitación.

-querida, ya hablé con tu padre y los va a dejar tranquilos, o eso dijo. Así que imagino que puedes seguir con tu plan. Él no va a estar encima de ustedes.

Aang la miró horrorizado.

-¡gracias abuela!- Katara se levantó y le dió un abrazo, cuando se dió vuelta para volver a su lugar las dos mujeres vieron la cara ruborizada y en shock de Aang. Kanna se alejó riéndose. Katara se acercó con una sonrisa.

-Aang, ¿Estás bien?

-¿t-tu abuela s-sabe?

-bueno, si, ella es con quién hablé.

Él no salía de su sorpresa, ella lo miraba divertida. No había planeado decirle que Kanna sabía lo que estaban pensando hacer, sabía que sería muy incómodo, y mucho menos que se enterara de esta forma. Pero ella no estaba preocupada, si alguien la entendía y la apoyaba además del mismo Aang, era su abuela.

-te prometo que está bien, ella lo entiende.

.-Es tan vergonzoso.

-no, no lo es. Bueno no tanto como Gyatso cuando nos escuchó.

-¿Ella sabe las cosas que hemos hecho?

Katara se sonrojó.

-No con detalles, pero sabe que hemos hecho cosas.

-¡Oh espíritus, voy a morir de vergüenza!

-Aang, ella está bien con esto, me apoyó en mi decisión, e incluso piensa que fue correcto que te eligiera para ésto.

-¿en serio?- preguntó con incredulidad notoria en su voz.

-en serio, ella sabe cuánto nos amamos y respetamos. Por eso entendió mi idea y estuvo de acuerdo. Y confía en ti y en qué serás buen amigo y…. Bueno, que también serás bueno en eso llegado el momento.

-¿Cómo puede saber eso?

-Porque sabe que te preocupas por mi, y no serás egoísta, sabe que trataras de que yo me sienta bien, como has hecho hasta ahora.

Aang sonrió ante está afirmación, katara le dió un beso para reafirmar su elección y un abrazo apretado. Se sentía bien saber que tenía la aprobación de su abuela, una extraña aprobación, pero estaba contento igual.