Los personajes de Atla no me pertenecen.

Después de la reunión en la casa de On Ji los días parecieron pasar más lentos para Aang y Katara. Ambos leían información sobre relaciones sexuales y la primera vez, intentando prepararse lo mejor posible. Parecía que sus sesiones de estudio continuaban, se juntaban en la casa de Aang y no solo era teoría, sino que acompañaba cada lectura terminando con la práctica de besos y caricias que los hacían desear que llegara el día del cumpleaños.

Gyatso se iría el mismo viernes a terminar los arreglos para recibir Aang y su amiga en el templo, por eso le dejó un saludo afectuoso y un regalo ya que no estaría en su día. También le aconsejó que hablara con katara sobre sus verdaderos sentimientos una vez más. Aang asintió, aún luchaba con la idea, pero las cosas estaban tan bien entre ellos, no quería arruinar nada, además de que cada vez que tenían sesiones intensas de besos y caricias que derivan en cierta intimidad, siempre terminaban diciéndo te amo. Aang creía que no podía pedir más.

El viernes Aang pasaría por katara, irían a cenar a un bonito restaurante y después a su casa. Aunque a los demás les dijeron que verían una película, una que vieron esa misma semana para saber de qué se trataba en caso de que alguien les preguntara. Él estuvo un poco ansioso ese día, intentó repasar la información, arregló su habitación, dejó los preservativos a mano. Meditó para intentar calmarse. Cuando la hora de la cita se acercaba comenzó a arreglarse.

Katara estaba en un estado similar, emocionada y nerviosa al mismo tiempo. Hoy no había visto a su amigo en todo el día y lo extrañaba mucho. Comenzó a prepararse con mucha anticipación, se arregló con esmero, buscando verse hermosa para él. Cada cierto tiempo cerraba los ojos y tomaba respiraciones lentas, realizando ejercicios que el propio Aang le había enseñado, buscando tranquilizarse. Sentía un nudo en su estómago.

Hakoda notó que su hija se estaba arreglando y la había notado nerviosa. Se preguntó si Aang la habría invitado a salir finalmente. Se acercó a su habitación para hablar con ella.

-Katara, hija ¿Vas a salir hoy?- pregunta tonta, es obvio que si, se reprendió a sí mismo

-Pa, si, saldré a festejar con Aang porque mañana es su cumpleaños.

-oh, yo creí que mañana tendría una fiesta con sus amigos.

-Pues si, por eso saldremos hoy, porque mañana seguramente no podremos pasar mucho tiempo juntos, y decidimos empezar a celebrar desde ya- esa era la excusa que habían inventado.

-Oh, claro- Hakoda creyó que había algo más, pero no sabía cómo preguntarlo.- Así que… ¿saldrán está noche para festejar su cumpleaños?- repitió no muy convencido.

Su hija asintió con una sonrisa tonta.

-Si, iremos a cenar y después a ver una película.

Su padre la miró de manera extraña, katara se dió cuenta de que quería preguntar algo más, pero no sabía que, de repente sacudió ligeramente su cabeza y dijo un simple "bueno" y se fue. Ella no entendía que sucedía pero respiró tranquila cuando él abandonó su habitación. Ya se acercaba la hora de que Aang pasará a buscarla.

Realizó un repaso mental sobre lo que había leído, la primera vez podía ser un poco dolorosa pero no siempre era así, a veces la chica sangraba un poco al romperse el himen, pero eso tampoco sucedía siempre, muchas veces sucedía antes de manera accidental cuando las niñas eran muy activas, y vaya que ella lo era, pero no recordaba si le había sucedido, y le daba vergüenza preguntárselo a su abuela que era quien podría saberlo.

También sabía que quizás no llegara al orgasmo y que su amigo podía terminar demasiado pronto ya que también era su primera vez, suspiró con alivió ante ese pensamiento, le alegró saber que ambos estaban haciendo esto juntos. Lo demás que habían estudiado eran cuestiones más técnicas, como posturas y demás. Se preguntó si su amigo estaría tan nervioso como ella. Supuso que si, cuando habían hecho muchas de las otras cosas, había sucedido de forma espontánea y eso había ayudado a evitar la ansiedad y nerviosismo previos. Pero esto era totalmente planificado. Así lo quería, y se alegraba, pero también la tenía con el corazón acelerado y la boca del estómago en un puño.

Escuchó voces abajo y respiró hondo una vez más dejando salir el aire lentamente. Escuchó a su abuela llamarla y luego una voz que hizo que su corazón se hundiera en su pecho. "No, hoy no" pensó. Pero decidió bajar mientras pensaba cómo se iban a librar de la visita inesperada.

Aang comenzó a conducir a casa de su amiga mientras repasaba algunos puntos importantes. Se decía a sí mismo que debía calmarse ya que sabía que ella disfrutaba estando con él, así que solo debía hacer lo mismo que habían hecho tantas veces, pero ahora con algunos pasos más, y todo saldría bien. Se había ocupado de sus asuntos una vez mientras se duchaba, pensando en el primer orgasmo que Katara había tenido, sentada a horcajadas sobre él. Quería evitar que todo terminara demasiado pronto, aunque no sabía si con eso sería suficiente.

Cuando llegó a la casa de su amiga su corazón latía desbocado. Cálmate, se dijo. Tienes toda una cena por delante, antes de realmente llegar a lo emocionante. Cuando tocó el timbre y lo atendió una katara sonrojada se le cayó la sonrisa, su amiga lo abrazó y rápidamente le susurró al oído.

-Calmate, no te preocupes, buscaremos la manera de seguir nuestro plan. Procura estar tranquilo.

Aang la abrazaba con fuerza, mientras miraba con una sonrisa congelada a sus amigos, quienes estaban allí, sonriendo cariñosamente.

-Katara, deja que saludemos a Aang, tú lo ves todos los días, no seas egoísta.- dijo en broma Sokka.

Todo lo que Aang pudo pensar mientras se adelantaba a saludar a su amigo era en tratar de no sonrojarse. " No pienses en lo que harás y has hecho con su hermana" repetía como mantra.