Muchas gracias por todos los reviews! Ayudan mucho mas de lo que creen . Asi que sigan dejando que me anima mucho a escribir. Ahora si, adelante con el capitulo.
Por supuesto ni Kenshin ni los personajes me pertenecen bajo ningun concepto, sepanlo...
Capítulo 5 "Cumpleaños? No de nuevo!"
El timbre sonó varias veces antes de que el castaño lograra abrir los ojos. Se incorporó y se dirigió hasta la entrada todavía mareado por el sueño. Abrió la puerta y se encontró con Kenshin quien lo miraba risueño.
- ¿Te acabas de levantar?
- ... Sí... ¿Qué hora es?...-preguntó Sano bostezando
- Las dos...
- 'De la tarde?
- Sí... estás destruido, Sano...
Sanosuke se rió y lo invitó a pasar. Se sentaron en el sillón del que Sano se acababa de despertar. El pelirrojo se quedó un rato en silencio pero la curiosidad lo invadió. Miró a su amigo quien mantenia la cara entre las manos aun tratando de desperezarse
- Asi que saliste con Sayo ayer...
- Sí - Sanosuke levantó la mirada rápidamente- ¿Cómo sabes?
- Los rumores vuelan... Megumi dijo algo...
- Aaah, cierto que salieron ustedes ¿Cómo les fue?
- Como siempre, hablemos de lo tuyo mejor que es más novedoso. ¿Salió todo bien?
- Sí, creo que sí. Fue divertido, ella es tan linda y tierna y dulce...
Sanosuke siguió admirándola por un largo rato. Kenshin revoleó los ojos pero lo escuchó atentamente, después de todo Sano había sido su oreja cuando él habló de Kaoru todo el año anterior. Después de unos minutos, Kenshin lo interrumpió
- En dos semanas es el cumpleaños de Misao
- ¿Y? -Sanosuke lo miró molesto por la interrupción
- Hace una fiesta en su casa, vine a avisarte.
Sanosuke asintió lentamente haciéndole saber a Kenshin que iría, a pesar del incidente en el cumpleaños de su amigo y de Kaoru. 'Pero no esta vez' pensó tranquilo.
Se quedaron un largo rato hablando del tema, de Sayo y del colegio en general. Kenshin se fue alrededor de las cuatro dejando a Sanosuke pensando en la fiesta. Nunca le gustaron ese tipo de eventos sociales, casas llenas de desconocidos y chicos jugando a ser desenfrenados olvidándose cada lunes lo que había pasado el fin de semana. Pero esta vez sería diferente, pensó, porque Sayo y yo estamos juntos. Todavía no podía creerlo. Sonrió ampliamente y se dispuso a llamarla. Extrañaba su suave voz. Marcó el número esperando pacientemente a que lo atendieran y se sorprendió cuando una mujer del otro lado de la linea le dijo que Sayo no podía hablar, que estaba castigada. Cortó sintiéndose culpable. Obviamente la habían castigado por lo de anoche.
Sayo leía un libro sentada en su cama. De pronto lo tiro abruptamente al suelo. No podía concentrarse. Había escuchado el teléfono sonar desde abajo. Le habían sacado el que ella tenia en su habitación. Escuchó a su madre diciéndole a la tercera persona ese día que ella estaba castigada. Una había sido una amiga de su antigua escuela, otra Shouzo. Esta tercera llamada tenía que ser de él, pensaba. Quería comunicarse con Sano lo mas rápido posible, lo extrañaba tanto. Miró por la ventana recordando cada hecho de la maravillosa noche anterior...hasta que llegó a su casa:
FLASHBACK
-¿Se puede saber donde estabas? ¡Sabes lo preocupados que estábamos todos acá por vos¡¿Cómo podes llegar tan tarde, vestida así, con lo peligrosa que está la calle! - El padre de Sayo no podía parar de gritarle y ella se quedó en la puerta con las llaves en la mano, aguantando los gritos de su padre que cada vez la enfurecían más, pensando en cómo se habían dado cuenta de todo, cómo sabían que no estaba durmiendo en la casa de una compañera.
Su madre se acercó lentamente.
- Nos mentiste, Sayo. vos nunca mentís. ¿Qué te está pasando últimamente?
Sayo miró a su madre y no podía creer la hipocresía en sus ojos.
-¿Últimamente? ¿Qué me pasa últimamente? Si vos no sabes cómo soy yo ¿Qué sabes si miento o no? Ninguno de ustedes me conoce. Si me conocieran se hubieran preocupado por mí todo este tiempo, nadie se dio cuenta de que hace cuatro meses que empecé las clases y no tengo amigas, no, si no saben que existo.- Sayo lloraba y gritaba al mismo tiempo hasta que se quedó sin aire. Respiró un par de veces y miró a su hermano que la observaba calmado. Su mirada la tranquilizó y lentamente se fue calmando hasta que dejó de llorar y se sentó en el piso lentamente apoyándose en la pared.
Sus padres se miraban sorprendidos. Después de eso la mandaron a su cuarto, a ella y a Shougo mientras decidían qué harían al respecto. Sayo subió las escaleras y se dirigió a su habitación, cerrando la puerta, pero fue detenida por su hermano quien entro al cuarto después de ella y se sentó en su cama, delante de la chica.
- ¿Cómo se enteraron? - preguntó Sayo en un susurro mirando hacia el piso
- Mamá empezó a sospechar. Ella sabe que no tenes amigas y se lo comentó a papá. Después de eso él llamo a Shouzo quien asustado le dijo que habías estado ahí. Ya lo conoces a papá, asusta a cualquiera.- le explicó su hermano sereno.
Sayo esbozó una media sonrisa y lo miró sintiéndose culpable por poner a Shouzo en el medio de todo esto.
- ¿Con quién estabas? - preguntó Shougo después de unos segundos de silencio.
- Con un chico. - dijo Sayo, desviando la mirada otra vez hacia el suelo.
- Sí, nos imaginamos. Pero ¿Quién es? ¿De dónde lo conoces?
- Sanosuke, es del colegio.
- ¿El mismo Sanosuke por el que estabas mal ayer? - preguntó Shougo recordando la discusión con su hermana del día anterior
- Sí. - dijo tan bajito que su hermano tuvo que hacer un esfuerzo por escucharla.
La madre entró en la habitación y le pidió a Shougo que se retirara. El chico se levantó de la cama y acarició la cabeza de su hermanita antes de salir por la puerta. Sayo se levantó para ponerse el pijama mientras su madre le hablaba de traiciones y otras cosas. No escuchó demasiado pero sí oyó claramente "castigada por quince días". Sin teléfono, sin internet, sin música, sin salidas extra-escolares. Su madre se retiró apagando la luz, dejando a su hija con el resplandor del amanecer que se metía entre las cortinas, pensando en un chico ojos miel al que no podría ver hasta el lunes.
-FIN DEL FLASHBACK-
Sayo escuchó a su madre que le decía detrás de la puerta que Sanosuke había llamado. Las lágrimas comenzaron a recorrer sus mejillas. No podía creer que no podía hablar con su propio novio en el segundo día de su noviazgo.
El lunes Sayo se despertó contenta, se bañó y cambió rápidamente. Se peinó dedicándose un tiempo y corrió escaleras abajo. Se despidió de todos sin desayunar y caminó alegremente hasta la casa de Sanosuke. Tocó el timbre y esperó paciente a que el chico saliera de su casa. Miró su reloj, las siete y cuarto. Un poco temprano.
Abrió la puerta la hermana de Sano. Sayo le calculó no más de quince años. La castaña le sonrió y preguntó por Sano. La chica la miró extrañada. Recién en ese momento Sayo notó que Uki estaba en pijama.
- Está durmiendo- dijo dejándola pasar.- Es arriba a la izquierda- dijo señalando las escaleras, mientras se dirigía hacia el living en el que ella había estado el sábado. Sayo subió un poco incómoda. Había despertado a la hermana, gran manera de conocer a la familia - pensó. Se dirigió a la puerta de la habitación y golpeó varias veces. Esperó un poco y golpeó otra vez, entrando a la pieza. Esta vez se escucho un gruñido entre las sábanas que cubrían el lindo cuerpo de su chico. Se acercó y corrió la sábana de su rostro moviéndolo lentamente.
- Dejame en paz Uki! - gritó aun con los ojos cerrados
- No soy Uki - dijo Sayo esperando la respuesta del chico
Sanosuke abrió los ojos reconociendo la voz de su novia.
-¡Sayo! ¿Qué haces acá? ¿Qué hora es?
- Las siete y veinte. ¿A qué hora te levantas para ir al colegio? - preguntó inocentemente
- A las ocho menos diez - dijo Sanosuke mientras se sentaba en la cama.
- Que dormilon que sos, eh. Dale, vestite que te espero abajo
Le dio un beso y salió de la habitacion. Sanosuke, aun somnoliento, se puso el uniforme y bajó. Sayo estaba en la puerta.
- ¿No querés desayunar primero? - le preguntó
- No, vamos.- Lo saco de la casa y Sanosuke alcanzó justo para agarrar las llaves y gritar un "¡Me voy!" antes de que la chica lo arrastrase afuera.
- ¿Por qué tanto apuro?- preguntó Sanosuke. - Vamos a llegar temprano.
- Sí pero tenía ganas de verte. No sé si notaste que estoy castigada.
- Eso escuché. ¿Qué pasó? ¿Descubrieron tu perfecto plan?
- Exacto, parece que de perfecto no tenía nada.
Sanosuke se rió un poco y la abrazó mientras caminaban hacia el colegio. El asombro fue general al verlos entrar juntos. Kaoru miró la reacción de Megumi, pero al parecer la chica no notó la entrada de la pareja hablando con Misao de su cumpleaños.
El día se pasó bastante rápido. En el camino de vuelta a sus casas Sanosuke le contó a Sayo sobre la fiesta de Misao. Ella se quedó pensativa unos instantes y dijo: -Me parece que voy a seguir castigada para ese sábado. - Sanosuke se decepcionó pero no dijo nada. No la quiso poner más triste de lo que ya estaba.
Megumi y Kaoru charlaban en la pieza de Misao, mientras la dueña de casa les traía algo de tomar.
- ¿Qué te vas a poner para la fiesta de Misao? - preguntó Kaoru sabiendo que su amiga tendría todo planeado una semana antes del evento.
- Lo mejor que encuentre -respondió Megumi con una sonrisa de conspiración.
- ¿Qué tramas? - preguntó Kaoru. - Lo de Sano y Sayo ya es oficial, te recomendaría que te dejes de molestar con ese capricho.- le advirtió Kaoru.
- Jajaja, cómo me conoces Kaoru, lamento decirte que me importa poco y nada si ella lo quiere llamar su novio o su amigo. Después de todo no va a estar presente en la fiesta y yo puedo hacer lo que quiera. Si su noviecito me sigue el juego no es mi problema.
- Lástima que Misao le dijo a Sano que la invitara ¿no?- explicó Kaoru pinchándole el globo a su amiga.
Misao entró justo para recibir la más fría mirada que Megumi podía darle. Un escalofrío recorrió la espalda de la pequeña comadreja al ver a su amiga de esa forma.
- La invitaste?- gritó Megumi tan fuerte que Kaoru se sorprendió de los lejos que podía llegar Megumi por un simple "capricho"
- A qu-qu-ién?- tartamudeó Misao sabiendo de quien hablaba Megumi.
- A la profesora de Historia! - gritó Megumi irónicamente- A la tarada de Sayo, ¿de quién voy a estar hablando?
- Sí, pero... es que... creí que Sano no te interesaba y...
- Todo me tiene que salir tan mal!- dijo Megumi bajando el tono de voz y mirando hacia la pared. Las chicas la miraron tristemente pensando en su amiga y en las posibilidades de que estuviera enamorandose del cabeza de gallo.
La semanas transcurrieron rápidamente. Sanosuke nunca había tenido tantas ganas de ir al colegio como en estos últimos quince días. No podía ver a Sayo fuera de la institución así que mientras estaban dentro se mantenía pegado a ella.
El sábado la llamó un par de veces y Sayo respondió escondida en el cuarto de su hermano. El domingo pudieron verse unos quince minutos cuando a ella la dejaron salir para hacer unas compras.
El sábado del cumpleaños llegó en poco tiempo y Misao no podía calmarse por los nervios de esa noche. Había decidido mover algunas fichas con Aoshi y aun no tenía un plan pero sabía que algo se le ocurriría en el momento. Se arregló muy temprano retocándose el maquillaje y el peinado cada vez que pasaba una hora.
Kaoru y Megumi estuvieron en su casa ayudándola desde temprano con los preparativos de la fiesta. Tuvieron que limitar la reunión a los interiores de la casa porque el sábado amaneció nublado amenazando con llover en cualquier momento. Cerraron las habitaciones de arriba con llave para que nada se arruinara. Dejaron arreglados los baños de abajo y llenaron el living de comida y bebida. Conectaron los parlantes de Kaoru junto con los de Misao para que la música se escuche en toda la casa. El abuelo de Misao, Okina, le había prometido que no estaría en toda la noche si ella aseguraba dejar algo decente de la casa al otro día. Misao había asentido alegremente. La tarde dio paso a la noche y los primeros invitados comenzaron a llegar, llenando la casa de alcohol en poco tiempo.
El lugar se fue llenando de gente que Misao ni conocía. A medianoche ya casi todo el colegio estaba en su living. La música estaba muy fuerte y todo era un desorden pero Misao se divertía al ver que todos bailaban y se reían . Charlaba animadamente con todos y en unas horas sabía quién era cada uno.
Kenshin y Sanosuke llegaron alrededor de la una, casi corriendo por la lluvia que afuera comenzaba a caer, el pelirrojo intentó quedarse con él pero cuando apareció Kaoru dejó a su amigo solo por un rato. Sanosuke no podía estar mas aburrido. Tomó un par de vasos de cerveza sentado en la escalera. Quería que Misao lo viera para que sepa que había estado ahí e irse, no quería estar sin Sayo en esa estúpida fiesta.
Estaba por irse cuando Megumi se acercó a él bastante alegre. Llevaba el pelo atado, una remera roja con un escote que mostraba demasiado y un pantalón que le marcaba las curvas necesarias como para que cualquier chico se diera vuelta a mirarla. Sanosuke le dio una rápida mirada y supo que nada terminaría bien esa noche.
N/A: Bueno y ahi termina otro capitulo, en realidad iba a terminar diferente pero decidi dividir el capitulo, asi que el proximo estara mas lleno de contenido ya que este esta medio flojo. Pero bueno, si no les gusto dejen reviews y si les gusto dejen mas reviews!
