Kenshin no me pertenece.. Ni en sueños...
Vértigo que el mundo pare
Capítulo 10
"Aquellos besos"
Lejos, en el centro de la tierra las raíces del amor donde estaban quedarán...
Misao se levantó sobresaltada por la repentina melodía del celular en su cartera, que sonaba una y otra vez. La muchacha salió de su cama casi arrastrándose, tomó el teléfono y atendió sin siquiera ver quien era.
- ¿Qué hora es?- preguntó aun dormida a quien sea que estuviera del otro lado de la línea.
- Las...seis...creo...- contestó una voz nerviosa al darse cuenta de la hora.
- Sayo, si sos vos te mato...- Misao retornó el camino hasta su cama. Se dejó caer mientras miraba hacia la ventana - Está oscuro afuera...- le reprochó a su amiga - ¿Qué hora es...? en serio...
- No cambia nada eso, Misao escuchame.- se apresuró a decir Sayo intentando retener a su amiga.
- Sí cambia. Cambia el grado de tu locura. - Misao se acurrucó en la cama y se tapó con las sábanas- a ver... contame la emergencia... y no podes involucrar a Sanosuke en la misma...- le aclaro la chica mientras intentaba mantener los ojos abiertos.
- No tiene que ver con Sano. Bueno, más o menos, pero no directamente...- Sayo se calló por un momento...- Tenés que decirme que hacer con Shouzo, urgente.
- Ah... de eso se trata... bueno de emergencia no tiene nada, pero igual te voy a ayudar. Tengo una solución: Es simple, fácil de hacer y Sanosuke no lo va a golpear más- respondió Misao.
- Sabía que te levanté a las cuatro de la mañana por una buena razón. - suspiró la chica aliviada.
- ¿Las cuatroooo? - Misao resopló fuertemente- me debes una eh... Como te decía es muy práctico: tenés que empezar a evitarlo hasta que te deje de hablar. ¿Listo?. Bueno, nos vemos en el colegio en unas horas eh? Te mando un beso- Misao dio por finalizada la conversación y cortó el teléfono arrojándolo lejos.
La primera hora del día: francés, había comenzado y Sayo miraba nerviosa el asiento vacío de Misao. El súper consejo había servido poco y nada. Hacía no más de veinte minutos que había ingresado al colegio y el supuesto plan ya estaba yendo cuesta abajo. Es verdad que había intentado evitar a Shouzo pero ni bien lo vio notó que tenía en la cara múltiples vendajes. Tenía que preguntarle cómo estaba. Total Sano estaba suspendido y no iba a enterarse de la pequeñísima conversación.
La chica de la trenza entró por la puerta del aula. En su cara se notaba que se había levantado hace unos minutos. El profesor levantó la vista del escritorio y la miró serio.
- Disculpe, me quedé dormida - respondió Misao a una pregunta que no le habían hecho.
- Eso se nota, señorita. Siéntese. Es la última vez que llega tarde a mi clase. - terminó el profesor volviendo a concentrarse en sus evaluaciones.
- Todo es tu culpa - le susurró Misao a Sayo después de sentarse al lado de ella.
- Sí, ya sé, discúlpame. Pero si te hace sentir mejor mi día empezó horrible también. Shouzo tiene toda la cara golpeada así que me acerqué a preguntarle si se sentía bien.
- Yo la verdad no sé ni para qué te hablo a veces si al final haces lo que querés - le dijo Misao ofendidísima.
Sayo recostó la cabeza contra el banco intentando aclarar sus pensamientos. Su amiga casi se ríe ante la reacción dramática de la castaña.
- Bueno, nena, tampoco para tanto. Después de todo tenes dos chicos que te aman. ¿Y yo? nada... repartiendo muchachita...-le dijo Misao entre risas
- Pero yo no pedí nada..., te recuerdo.
- ¿Por qué no te olvidas de eso ahora? Anda después de clases a visitar a Sanosuke y vas a ver que todo va a salir bien. - sonrió Misao feliz de decirle algo productivo.
Sayo se limitó a asentir sin muchas ganas, intentando sacarle otro tema que quería hablar con Misao: Soujiro.
En la otra punta del aula Kaoru y Megumi sostenían mediante una hoja de carpeta que se pasaban una y otra vez por debajo de los bancos una 'interesante' conversación:
"Estoy aburrida Meg!"
"Que novedad. ¿De quién querés hablar?"
Kaoru recorrió el aula con la mirada mientras Megumi fingía atención al pizarrón. El papel cayó en medio de su mesa y la morocha lo leyó sorprendida.
"Misao..."
"¿Qué pasa con esa traidora?"
"La extraño...¿vos no?"
"Eso no importa, Kaoru, mirala!"
Kaoru levantó la vista de la hoja y observó a la chica trenzada que hablaba susurrando con Sayo. Como lo hacían ellas dos hacía menos de dos meses.
"Tiene nuevas amistades. Eso no significa que haya dejado de ser amiga nuestra. Si habláramos con ella sé que todo se solucionaría y volveríamos a estar las tres juntas"
"¿Y por qué no da ella el primer paso?"
"A ella le cuesta más. Nosotras somos dos y por lo menos todavía estamos juntas"
Megumi no contestó mientras escuchaba al profesor que había comenzado a repartir las evaluaciones que había estado corrigiendo. Kaoru comenzó a llamarla para que le conteste algo acerca del tema de Misao pero justo escuchó que pronunciaban su apellido y tuvo que desistir para ir a retirar su prueba.
- ¿Cómo te fue? - le preguntó Megumi cuando regresó al banco.
- Un siete. - respondió Kaoru bastante decepcionada.
- Jajaja. ¿Y te quejas? - le dijo Megumi para después observar a Misao levantándose a buscar su prueba. Realmente la extrañaba. Ese ritual que mantenían las tres desde primer año de estudiar juntas para las evaluaciones más complicadas y sostenerse de las manos en expectativa cuando las repartían. Alegrarse por las notas altas y culpar al profesor por las bajas. Entre tanta concentración no escuchó su nombre y Kaoru tuvo que avisarle que la llamaba. Llegó hasta el escritorio y recibió su cuatro sin asombro. No había estudiado. Al llegar al banco Kenshin estaba sentado en él hablando con Kaoru. El pelirrojo se levantó en seguida y Megumi le sonrió mostrándole a Kaoru su evaluación.
- Nooo! - le dijo tristemente.
Megumi se encogió de hombros.
- Por lo menos te fue mejor que a Sanosuke - le dijo Kenshin enseñándole una de las hojas que tenía en la mano.
- ¿La recibiste en su lugar? ¿y Sayo? - preguntó Kaoru
- Supongo que el profesor está al tanto de nuestra amistad, no de su noviazgo - dijo sonriente Kenshin.
- ¿Un dos? - rió Megumi viendo la evaluación del castaño- Éste está peor que yo en francés. ¿Y vos? Un diez. - afirmó Megumi.
Kenshin asintió mientras las chicas comenzaban a reír. El timbre los sorprendió a los tres anunciando que la hora de Historia había empezado.
- Meg, todavía me debes una respuesta, o al menos una opinión. -dijo Kaoru mientras la tomaba del brazo.
Kenshin, en seguida se sintió de más y decidió dejar a las chicas solas.
- Yo me voy a llevarle la prueba de Sano a Sayo, las veo después chicas.
- ¿Entonces?- preguntó Kaoru sentándose sobre la mesa.
- Supongo que no nos lastimaría si le hablamos para intentar arreglar las cosas- contestó Megumi sin muchos ánimos.
- Genial! - exclamó Kaoru mientras abrazaba fuertemente a su amiga. - No te vas a arrepentir!
Las clases habían terminado y Misao caminaba intranquila hacia su casa. En todo el día había sentido a sus espaldas las miradas de Kaoru y Megumi y realmente la habían puesto nerviosa. Lo único que deseaba era que no estuvieran planeando una especie de venganza. Unos pasos a su espalda la alteraron aún más y comenzó a acelerar el paso. Hasta que unos brazos la tomaron por los hombros y no tuvo una mejor idea que gritar fuertemente.
- Hey! Misao, soy yo - dijo Soujiro mientras intentaba calmarla.
- Fiuu...- suspiró aliviada- Me asustaste, Sou!
- Estas paranoica?
- Algo así. Megumi y Kaoru me tienen aterradas. - sonrió la chica haciendo que el castaño se sonrojara.
- ¿Y Sayo? - pregunto nervioso mirando a ambos lados de la calle.
- Se fue a lo de Sano...- respondió Misao mirándolo extrañada.- ¿Está todo bien, Sou? Te ves raro
- Tengo que hablar con vos, Misao. Hace algún tiempo que me estoy sintiendo... quiero decir... que te veo de una manera distinta y...-Soujiro calló de repente observando la reacción de Misao. Pero no notó ningún cambio en su expresión así que decidió tomar una vía más rápida: se acercó más a ella y sin algún aviso previo la besó esperando alguna clase de respuesta.
- ¿Un dos? - exclamó Sanosuke enojado.
- ¿No te lo esperabas? - le preguntó Sayo sentándose a su lado en la cama.
- No...Al menos un cuatro...- dijo decepcionado mientras se recostaba. Sayo se tendió a su lado en silencio.
- Te extrañé. - le dijo en un susurro mirando hacia el techo.
- Yo también te extrañe. Es bastante aburrido estar suspendido. Pensar que antes hubiese dado cualquier cosa por faltar al colegio. - respondió el chico volteándose a mirarla.
La castaña sonrió ampliamente y se inclinó hacia él para darle un beso. Sanosuke le correspondió de inmediato volviéndola a reclinar delicadamente sobre la almohada. Sayo llevó sus brazos alrededor de su cuello sin pensar demasiado en lo que estaba pasando. Al ver que ella le retribuía con igual energía el beso, Sanosuke comenzó a besarle el cuello mientras su mano izquierda sostenía la derecha de la chica y su mano derecha recorría la pierna que la pollera del uniforme dejaba al descubierto. Sayo comenzó a respirar agitadamente y Sanosuke regresó a besar sus labios. Pasaron unos minutos y Sanosuke se extrañaba que Sayo no lo detuviera. El chico le desanudó la corbata y comenzó a abrir los botones de la camisa cuando escuchó en un susurro proveniente de la castaña lo que menos quería oír en ese momento:
- Espera...
Sanosuke se detuvo de inmediato y cerró pesadamente los ojos mientras se movía de su posición encima de Sayo para acostarse a su lado. Aun con los ojos cerrados escuchaba la respiración de Sayo intentando normalizarse al mismo tiempo que la suya. El chico abrió los ojos y observó a la ojiverde sentada en el borde de la cama dándole la espalda. Sanosuke no pensaba decir nada ¿Qué se supone que tenía que decir?
- Tu papá esta abajo. - le dijo Sayo sin voltear.
Sanosuke escuchó con sorpresa lo que la chica le había dicho.
- ¿Qué? - preguntó calmadamente esperando que lo que había escuchado no haya sido una ilusión.
- Que si tu papá está en la casa no podemos...- Sayo no terminó la frase comenzando a ruborizarse.
- Eso quiere decir que si mi padre no estuviera acá...- dijo Sanosuke sin terminar la oración.
Sayo se limitó a asentir en silencio cada vez más roja. El estar de espaldas le permitió perderse la expresión de alegría en el rostro de Sanosuke, que casi bailaba de la emoción.
- Lo echo ya mismo.- dijo Sanosuke corriendo a la puerta.
- No, Sano, espera. - Sanosuke se dio vuelta y observó a Sayo terminar de anudarse la corbata y tomar su mochila.- Es muy obvio ¿no te parece?
- No importa, mi papá entiende - le dijo sonriente.
- Lo dejamos para otro día mejor. - le dijo la castaña mientras lo besaba y salía de allí dejando a Sanosuke bastante alterado en medio de la habitación.
Sayo llegó hasta su casa pensando en lo que acababa de suceder cuando divisó a Misao en la entrada.
- ¿Pasó algo? - le preguntó la castaña asustada por la aparición sorpresa.
- Sí... tengo algo que contarte!- gritó Misao levantándose del escalón en el que estaba sentada.
- Yo también! - le contestó alegremente la ojiverde abriendo la puerta de su casa. Adentro no había nadie pero igual las chicas prefirieron ir a la pieza de Sayo a contarse sus novedades.
- Vos primera - le dijo Misao
- ¿Por? Vos me dijiste que tenías novedades primero!
- No importa, estoy muy nerviosa para hablar pero no para escuchar así que... decime!
- Creo... que... hoy accedí a... - tartamudeaba la castaña aumentando los nervios de Misao. - me voy a acostar con Sano.- terminó Sayo rápidamente.
- UUUUooooooUUUU! - grito Misao olvidándose de sus noticias. - Asustada? - le preguntó la morocha.
- No tanto como creí que iba a estar...
- Eso es porque confías en él...Que lindoooo!- dijo Misao- encima se quieren tanto!
- Sí!- dijo Sayo alegre. - y vos.. Qué pasó?
- Va a sonar insignificante después de lo tuyo pero... Soujiro me besó hoy
- UUUUooooooooooUUUU! - dijo Sayo asombrada - ¿Qué hiciste?
- Le correspondí... tenias razón algo me pasa con Soujiro... y no puedo seguir soñando por Aoshi ¿no te parece?
- Claro que me parece! Estoy tan feliz por vos!- le dijo abrazándola fuertemente
- Y yo estoy feliz por vos!- le contesto Misao contenta.- Buenos tiempos para nosotras -dijo al separarse.
- Ya lo creo!
El timbre de abajo se escuchó débilmente en la pieza y Sayo corrió abajo a ver quién era.
- Shouzo!- exclamo al abrir la puerta. - ¿Estas bien?- le pregunto invitándolo a pasar pero el chico negó con la cabeza.
- Sayo, solo vine a decirte que... me voy a mudar...a otra ciudad... solo quería despedirme
- ¿Por qué?
- Mis padres tenían la idea hace tiempo y solo yo los retenía, pero... ahora... prefiero irme.
- Pero...y el colegio? y tus amigos?
- ¿Que amigos?- contesto tristemente- Mi única amiga eras vos
- Y lo soy. - dijo Sayo terminantemente
- Todo es diferente ahora, Sayo..., ya conseguiste que te quiera, ya no me necesitas para lamentarte
- Shouzo, como podes pensar que solo sos mi amigo porque...
- Eso no importa ahora.- la interrumpió. - Me tengo que ir...
El chico la abrazó sorpresivamente soltándola con la misma rapidez. Antes de que la castaña pueda decir algo Shouzo desapareció calle abajo.
Sayo cerró la puerta desconcertada y se quedó estática durante unos minutos. Misao bajó preocupada por su amiga y la encontró parada junto a a la puerta mirando a la pared.
- ¿Quién era?
- Shouzo...se fue
-
Había pasado una semana desde el beso. Misao y Soujiro se habían visto un par de veces pero al ser una semana de evaluaciones no tuvieron mucho tiempo para hablar sobre su situación.
- Sou!- grito Misao a su amigo en el primer recreo a ver si podía encontrar un momento para hablar.
- Misao...- contesto Soujiro nervioso.
- ¿Todo bien?- pregunto la chica
- Sí. Si...vos?
- Si...Solo quería hablarte de...
- El beso. Si, discúlpame, no debí haberte besado así, lo siento mucho.
- Al contrario Soujiro, yo venía a decirte que me gustó y... que me gustas...vos...- terminó Misao
- En serio?- preguntó el muchacho incrédulo
- Aha...- sonrió nerviosa mirando hacia el piso.
- Entonces...Parece que es mutuo
Misao asintió lentamente esperando alguna otra respuesta. Al ver que Soujiro no hablaba más la chica lo besó rápidamente sorprendiendo al sonriente castaño.
- Podríamos intentar...- dijo Misao al separarse
- Novios?- pregunto Soujiro
- Ah...- contesto Misao asustada por el término
- Acepto.- dijo risueña para sellar la relación con un beso.
Kaoru y Megumi esperaron a la salida para hablar con Misao de una vez por todas. Se habían enterado por Kenshin que Sayo iría a lo de Sanosuke por lo que podían encontrar sola a la chica camino a su casa. Vaya sorpresa la encontraron con Soujiro. Pero eso no retuvo a las chicas que corrieron hasta Misao y se pusieron enfrente de ella en unos segundos.
- Que quieren?- pregunto Misao soltándose de la mano de Soujiro
- Hablar.- le dijo Kaoru sonriente mientras Megumi se dedicaba a mirar extrañada la cercanía entre Soujiro y Misao.
- No tengo nada que hablar con ustedes ¿me escucharon? Nada!- les dijo Misao tomando a Soujiro y emprendiendo nuevamente el camino.
- Perra..- dijo Megumi mirándola con rencor.
- Está enojada.- respondió Kaoru con calma.
- Que novedad! Yo también estoy enojada!- dijo Megumi - Ya está Kao, nosotras lo intentamos.- le dijo poniendo su mano sobre el hombro de su amiga.
- ¿Que?- pegunto Kaoru saliendo de su trance melancólico. Esto recién empieza...- sonrió la chica emprendiendo su propio camino.
TErmineeeeeeeeeee! Sii, fue malo... pero no importa lo importante es que he regresado ¿No ¿No era eso lo importante ams lla de mi inspiracion?... que pensa... sobre el capitulo no muhco que contar... Lo de Sayo/Sano fue cómico pero me pareció más lógico que antes de que pase algo. No sé... se hable... es la idea de una relación madura... jeje sexo responsable!
Como sea. dejen sus reviews... digo, si mis lectoras siguen vivas... paso mucho tiempo, I know...
Volvere! (Lo prometo)
Sayo-23
