5- LOS SUBURBIOS
Las calles de Mortten Bajo seguían con el mismo aspecto que momentos atrás, poca gente era la que se atrevía a andar por las calles a esas horas de la noche, algo muy comprensible debido al fuerte nivel de delincuencia que había alcanzado esa parte del planeta.
Bra y Kayli habían abandonado la taberna sin perder el tiempo y tras preguntar a un transeúnte donde se encontraba la armería emprendieron camino hacia allá. Bra seguía sin fiarse de las palabras de ese tipo llamado Unbin, pero ahora al menos tenían algo por donde empezar a buscar y si la información que habían conseguido era cierta, llegarían al lugar donde habitaba Kareth. Durante el camino reinó un gran silencio, ninguna de las dos chicas dijo palabra alguna, cada una iba inmersa en sus propios pensamientos...así continuaron hasta que vieron un cartel donde ponía claramente "Armería". Al llegar a la altura de lo que supusieron era la casa de la persona que buscaban las dos se detuvieron automáticamente, silenciosamente observaron el supuesto "hogar" de Kareth y no parecía encontrarse en muy buenas condiciones.
"¿Seguro que es aquí? No parece un lugar muy acogedor para vivir...vamos, al menos no es el tipo de casa que a mi me gustaría tener" – dijo Kayli rompiendo el silencio.
"No puede ser en otro sitio, esta es la única casa que hay al lado de la armería." – dijo Bra observando todo a su alrededor. La armería se encontraba en una esquina y esa era la única vivienda que se apreciaba en el lugar. – "Eso suponiendo que ese grandullón de la taberna no nos halla mentido...y sobre el aspecto de la casa, a mi me parece de lo más normal suponiendo que en ella vive alguien que quiere pasar desapercibido lo más posible."
"Oye, ¿crees que nos recibirá bien?...no sé...somos dos extrañas que se presentan en su casa en plena madrugada..." – añadió la otra joven con su ya típico tono de nerviosismo.
"Eso sólo lo sabremos cuando demos con el" – sin decir nada más Bra llamó repetidas veces a la puerta. Esperando una respuesta que no llegaba volvió a golpear la puerta esta vez con más fuerza.
"Ays Bra...seguramente este dormido, esperemos que no sea de los que tienen un mal despertar porque por lo que se dice es muy fuerte"
"Que raro, por muy dormido que este debería haberse despertado con tanto golpe. Creo que vamos a entrar a ver que hay al otro lado de la puerta."
"¿Qué estas diciendo? ¿acaso estas loca?...eso es allanamiento de morada...si nos pillará entrando en su casa sin permiso no viviremos para contarlo." – protestó la joven muy alterada mientras zarandeaba a Bra del brazo.
"¡Quieres hacer el favor de calmarte!, tu misma has visto que en esta zona de la ciudad nadie cumple la ley, así que deja de decir tonterías sobre allanamientos de morada y demás gilipolleces. Si ese chico esta dentro ya veremos como reacciona, pero no te preocupes porque yo te aseguro que SI viviremos para contarlo" – recalcó Bra muy decidida.
Así quedó zanjada la conversación entre ambas, Kayli ni se atrevió a llevarle la contraría a Bra sabiendo ya el carácter que se gastaba su compañera. Sin esperar más, la saiyan empezó a forzar la puerta de la casa y para su sorpresa pudo abrirla fácilmente. Sigilosamente, como si de un par de gatas se tratara, se introdujeron en la vivienda sin ser vista por nadie. La perplejidad les llegó cuando vieron el tipo de casa en el que se encontraban. Constaba sólo de una habitación de tamaño medio en la cual había una pequeña cocina incorporada, el baño se encontraba tras una puerta de metal y era de muy pequeñas dimensiones. Pero lo que más les llamo la atención a las chicas era que en el cuarto no había prácticamente nada, sólo una cama y una especie de armario acompañado de varios estantes. La sensación que transmitía era de una total frialdad, si por fuera la casa tenía mala fachada por dentro era aún peor. Por más que buscaron no vieron a nadie dentro de ella, Kayli sintió una especie de alivio ya que no esperaba nada bueno de alguien que viviera en tales condiciones, por su parte Bra quedo decepcionada de no encontrar a Kareth allí.
"Aquí no hay nadie Bra, y por su aspecto no creo que este habitada y si lo esta, no creo que sea por alguien a quien nos gustaría conocer...será mejor que nos vayamos cuanto antes."
"Espera un momento, yo creo que si vive alguien aquí...de todas formas no pienso perder el tiempo esperando a que vuelva aquí sentada, sea Kareth o no."
"¿Y que haremos entonces?... ¿iremos a la posada a echar una cabezadita? – preguntó con la intención de convencer a su amiga.
"No Kayli, ya te he dicho que no pienso perder el tiempo. No sabemos si Kareth vive aquí o no, pero en el caso de que sí sea él quien ocupa esta pocilga es evidente de que ahora no se encuentra en casa. Ese tipo de la posada nos dijo que solía ir mucho a los suburbios a entrenar, si no esta aquí no se me ocurre otro sitio a donde ir a buscarlo."
"Que terca eres, no dejas ni un solo momento de descanso. Eso de los suburbios me da muy mala espina, si Mortten Bajo ya no es muy recomendable de visitar no te quiero decir los suburbios..."
Con esto quedo finalizada la conversación, a estas alturas Kayli ya sabía que cuando a Bra se le metía algo en la cabeza era imposible hacerla cambiar de opinión. Había optado en no llevarle mucho la contraría a su amiga para poder gozar de una convivencia pacífica entre ambas, eso sí, nunca se abstendría en dar su opinión ya que sus ideales estaban por encima de todo. Ya había vivido bastante tiempo junto a la saiyan como para darse cuenta del fuerte carácter que tenía y poco a poco había conseguido ganarse su confianza, ya sabía como actuar para que las dos se llevasen lo mejor posible. Por otra parte era consciente del infierno por el que Bra había pasado desde muy pequeña, y comprendía que todo aquello hubiera forjado en ella una forma de ser tan fuerte...a la vista de los demás parecía que nadie pudiera destrozar esa confianza en si misma, pero Kayli tenía la impresión de que no era tan real aquel ímpetu, si no más bien un muro que se había construido con los años para evitar sufrir más daño.
Las jóvenes iban caminando por las calles de Mortten Bajo en busca de un ascensor para poder bajar a los suburbios. Caminaban silenciosamente, Kayli se preguntaba que pensaría su compañera y decidió romper el silencio con una pregunta que Bra no esperaba recibir...
"Oye Bra... ¿Cómo era tu familia? Háblame de tus padres. – Bra primero la miró sorprendida, el recordar a sus seres queridos le causaba dolor...no podía evitar que las imágenes de su perdida vinieran a su mente, pero sorprendentemente segundos después su semblante se volvió tranquilo y esbozó una pequeña sonrisa.
"¿Sabes una cosa Kayli?, mi familia era de todo menos normal jajaja" – La otra joven no podía creer lo que estaba viendo, Bra estaba riéndose...sonreía... - "Hace tanto tiempo que no hablo con nadie y menos de este tema...que me siento algo extraña...
"Bueno...si es incomodo para ti lo comprenderé perfectamente"
"No te preocupes, creo que me vendrá muy bien tener esta conversación. Mi madre se llamaba Bulma, era una mujer muy inteligente y guapa...físicamente yo soy igualita a ella, eso me decía siempre todo el mundo...era científica ¿sabes? No puedes imaginarte la de cosas que hizo durante toda su vida..." – La joven de cabellos azules hizo una pequeña pausa y siguió hablando – "Mi madre era humana...de la Tierra..."
"Bueno pero eso ya lo sé, tú también eres humana...vienes de ese planeta. Ya me lo dijiste." –
"No me interrumpas o no te contaré mi historia... ¿puedo seguir?"
"Esto...si claro..." – contestó Kayli con una gota de sudor en su cabeza.
"Pues como te decía mi madre es humana pero mi padre no...él es un saiyan, del planeta Vegeta...el cual ya no existe."
"¡Espera un momento! ¿Me estas diciendo que eres un híbrido de dos razas distintas de seres?" – Bra asintió con la cabeza. – "Vaya...ahora lo entiendo todo. ¿Sabes? Yo he oído hablar de esa raza a la que pertenece tu padre...bueno y en parte tú también. Y para serte sincera nunca escuché cosas buenas, se dice que eran un pueblo de guerreros que conquistaban planetas para luego venderlos al mejor postor...eran seres muy fuertes, ahora ya sé de donde sacas tanta fuerza amiga jejeje. Pero dime una cosa, ¿Ese planeta no fue destruido hace años?"
"Vaya veo que estas al tanto de todo. Así es, y la raza quedo extinguida. Al final sólo quedaron vivos mi padre y mi tío Gokuh...bueno, y después ya llegamos los mestizos como yo...pero eso no viene al caso, me estoy desviando del tema."
"Oye cuéntame más sobre tu padre...seguro que es interesante."
"Puffff la historia de mi padre es muy larga Kayli...pero te puedo hacer un breve resumen. Mi padre se llamaba Vegeta y era el príncipe de los saiyans" – esto último Bra lo dijo con un gran orgullo – "En un principio el llegó a la Tierra con la intención de destruirla pero por muchas cosas que pasaron acabó quedándose a vivir allí, empezó una relación con mi madre y primero nació mi hermano Trunks, y años después yo. Era un hombre muy fuerte y muy orgulloso, tenía un carácter muy duro...que yo he heredado en buena parte...no sé si para bien o para mal. Menos mal que con el paso se los años se le ablandó un poco jajaja" – Finalizó divertida al recordar la mala leche de Vegeta.
"¡Vaya que historia más interesante! ¡Cuéntame más cosas!" – exclamó Kayli emocionada.
"Ya tendremos más tiempo para hablar...mira, allí esta el ascensor"
La conversación se dio por finalizada y las jóvenes se introdujeron en el metálico ascensor. Una vez dentro notaron como descendía el aparato, hacía bastante ruido ya que estaba un poco oxidado debido al paso de los años. Dejaba ver claramente que poca gente lo usaba, pero no era de extrañar ya que allá abajo no podía haber nada bueno. El ascensor se detuvo bruscamente avisando de que ya se encontraban en los suburbios de aquel extraño planeta. La puerta se abrió emitiendo un fuerte chirrido y lo primero que se encontraron fue un par de guardias que franqueaban la entrada. Ambas chicas los miraron extrañadas ya que no entendían que podían hacer allí.
"¿Jovencitas se puede saber que vienen a hacer a los suburbios?" – preguntó uno de los guardias de aspecto rudo y voz aspera.
"Esto...nos han dicho que un amigo esta aquí...y bajamos para buscarlo, estamos preocupadas por que no vuelve a casa..." – contestó Bra dudosa al no saber como actuar en ese momento.
"¿Estáis seguras? Este es un lugar peligroso, sobretodo para dos chicas tan jóvenes como vosotras." – añadió el otro guardia que tenía un aspecto menos agresivo que su compañero.
"Si, sabemos lo que hacemos. ¿Podemos pasar? No esperábamos encontrar problemas para bajar a los suburbios..." – dijo Kayli fingiendo una cara de inocencia.
"Claro que sí. Nosotros sólo estamos aquí para controlar que ningún preso intente escapar y para avisar del peligro a todo aquel que se atreve a hacer turismo en esta zona. El problema no es entrar aquí chicas sino poder salir..." – los guardias se echaron a un lado e hicieron amago como invitando a las chicas para que entraran.
Las dos se quedaron bastante sorprendidas por el comportamiento de los guardias, pero tampoco hicieron mucho caso de las advertencias, aquel sitio no podía ser tan terrible...no había planetas ni ciudades que tuvieran guetos y suburbios, en definitiva no era algo raro.
Poco a poco se fueron adentrando en lo que era la zona más baja de la ciudad, las dos miraban curiosas cada detalle a su alrededor intentando descubrir cualquier secreto o cualquier amenaza para que así nada las cogiera desprevenidas. Bra alzó la vista al cielo, por llamarlo de alguna forma, ya que lo único que se veía era el esqueleto que constituía la inmensa ciudad de Mortten. Todo allá arriba se veía oscuro...era como si los suburbios fueran un lugar apartado del resto de la civilización. Por su lado Kayli miraba con resignación a su alrededor, ya que sólo veía basura, escombros, chabolas y más desechos...era un lugar realmente lúgubre y penoso, la contaminación estaba presente en el ambiente...se notaba en el mismo aire que respiraban. Las caras de la gente que se cruzaban por su camino mostraban expresiones de lo más diversas, había caras de tristeza, caras de dolor, otras de odio, y por muy sorprendente que pareciera se podía ver algunas de felicidad, en este caso la de niños que habían nacido en los suburbios y no conocían nada más. Así, mientras observaban a la gente fue cuando se dieron cuenta de que una chiquilla las observaba. Tendría unos diez años, era de complexión delgada y cabello y ojos muy oscuros. Su mirada era muy profunda y denotaba una gran curiosidad, fue entonces cuando para sorpresa de Bra y Kayli la niña se acercó aún más a ellas y las habló.
"Hola...me llamo Yanet. Nunca antes os había visto por aquí y vuestro aspecto me ha hecho pensar que no sois de este planeta." – dijo mostrando un tono de voz muy dulce.
"Vaya eres una niña muy observadora." - contestó Kayli mientras acariciaba el pelo de la niña. – "Yo me llamo Kayli y ella es Bra."
"Encantada" – Yanet dijo con una sonrisa en sus labios. – "Es raro ver a gente de fuera por aquí, normalmente nadie de Mortten quiere acercarse a este lugar...he oído decir que nos consideran escoria."
"Ya hemos comprobado personalmente que la gente de este planeta no es muy amable. Pareces una niña muy risueña...me sorprende que seas feliz viviendo en este lugar..." – Bra se dirigió a la pequeña con un tono de voz bastante calmado.
"Supongo que para alguien que ha visto la luz del sol es difícil comprenderlo, mi sueño es poder contemplarlo algún día con mis propios ojos...estas luces de neón son muy tristes y vacías. Yo nací aquí y por eso estoy adaptada a este lugar. Mi padre fue asesinado y culparon a mi madre de ser ella quien le mató, yo sé que no fue mama...pero en este planeta la justicia se puede comprar muy fácilmente. Por eso condenaron a mi madre a vivir aquí cuando ya estaba embarazada de mi, es una proscrita. Y yo comparto su mismo destino..."
"Por tu forma de hablar pareces muy madura para ser una niña..." – Kayli mostró en su voz compasión por Yanet.
"En condiciones duras se madura pronto" – añadió secamente Bra, quizá sintiéndose identificada en ese aspecto con Yanet, ya que ella también se había visto obligada a madurar prematuramente.
"Si no es indiscreción, ¿Qué haís venido a hacer aquí?" – preguntó la niña inocentemente. – "Si buscáis algo alomejor os puedo ayudar, conozco los suburbios como la palma de mi mano."
"Pues buscamos a un chico llamado Kareth, nos han dicho que suele bajar a entrenar a este sitio."
"¿¿Sois amigas de Kareth??" – preguntó Yanet sorprendida.
"No exactamente...pero necesitamos hablar con él. ¿Le conoces?"
"Claro que sí. Todos los que vivimos en los suburbios le conocemos, es un chico muy amable con nosotros. Viene casi todos los días y cuando puede nos trae comida y cosas de las que carecemos aquí. Suele entrenar en lo que llamamos "la zona vedada", es muy fuerte ya que para entrar allí hay que tener mucho valor y saber defenderse."
"¿Qué es "la zona vedada"? ¿Dónde esta exactamente?" – preguntó Bra mientras cogía de los hombros a Yanet.
"Esta en la zona este de los suburbios, es un espacio vallado ya que allí dentro se congregan muchos monstruos...realmente no sé como han llegado allí, pero siempre han estado en ese lugar...dicen que el gobierno los usa para sus propósitos más oscuros. Kareth lucha contra ellos y ya ha eliminado a muchos...si queréis os puedo guiar hasta la entrada."
"¡Nos harias un gran favor!" – exclamó Bra con una sonrisa en sus labios.
Así fue como Yanet guió a Bra y a Kayli a través de los suburbios, anduvieron unas 2 horas cuando pudieron divisar una gran verja metálica electrificada.
"Allí es" – señaló la niña. – "Pero deberéis esperar fuera a Kareth ya que es imposible entrar dentro, el gobierno se ha encargado de que esa verja impida el paso a los civiles. ¡Kareth puede colarse porque tiene la suerte de saber volar! – finalizó Yanet emocionada.
"Jejeje entonces ese no será problema chiquilla, no tendremos porque esperarle...iremos a buscarle ahora mismo." – diciendo esto Bra alzó el vuelo dejando a una Yanet muy sorprendida. Kayli por su parte hizo lo mismo pero antes de ir detrás de su amiga se giro hacia la niña.
"A nosotras no nos gusta esperar...bueno, mejor dicho, a BRA no le gusta esperar" – se quedo unos minutos observando a Yanet y añadió. – "Estoy segura de que algún día veras la luz del sol con tus propios ojos." – dicho esto le regalo una sonrisa y guiñando un ojo a la niña siguió la estela de Bra.
Yanet estaba perpleja de ver que las dos jóvenes sabían volar, pensaba que sólo Kareth era capaz de hacerlo. Mientras, la frase que le había dicho Kayli se repetía una y otra vez en su cabeza..."algún día veré el sol"...junto a este pensamiento sus labios dejaron ver una cálida sonrisa...
Por otro lado Bra ya sobrevolaba "la zona vedada" y Kayli, gracias a su rapidez, no tardó en alcanzarla. Las dos iban muy atentas observando el espacio que se expandía bajo ellas, y como ya había dicho Yanet vieron que ese lugar estaba plagado de extraños monstruos. La suerte era que los monstruos parecían no saber volar y no poseer ningún tipo de inteligencia, así que no tendrían que pelear contra ninguno de ellos. Bra notó una enorme energía y dirigió su rumbo en esa dirección, su corazón se aceleraba...sentía que pronto obtendría más claves para poder llegar a su destino final...sin pensárselo aumento la velocidad de su vuelo haciendo Kayli lo mismo, ya que sabía lo que su amiga había sentido.
Cuando se estaban acercando al lugar de donde provenía la energía vieron una gran explosión de ki...Bra tuvo un sobresalto, ese tipo de energía le resultaba muy familiar... ¿pero por qué?...ella no conocía a Kareth...
Pasados unos minutos llegaron al lugar de la explosión, había una gran nube de polvo que empezaba a disiparse. Lo primero que vieron fue una docena de cuerpos muertos...eran como todas aquellas bestias que habían visto durante el camino. Entre el humo pudieron divisar una silueta masculina que emanaba un aura amarilla...sin duda era él, por fin habían dado con Kareth. Tras unos segundos de espera el polvo había desaparecido totalmente y pudieron ver claramente al joven.
"¡Mira Bra! Sin lugar a dudas es Kareth, por fin le hemos encontrado" – dijo alegremente Kayli a su amiga. Al no obtener respuesta se giró hacía Bra y observó que estaba petrificada...algo en Kareth la había sorprendido mucho. - ¿Bra...te ocurre algo?"
"No...no puede ser..."
21/09/04 – Por fin. Pensaba que nunca terminaría el nuevo capítulo. Sé que he tardado muchísimo en actualizar y por eso pido perdón. Pero a veces no hay ni tiempo ni inspiración para escribir nada.
Me he obligado a mi misma a acabar lo antes posible, porque si alguien lee este fic no quiero dejarle sin más capítulos...No sé si habrá sido un buen resultado, ya me diréis que os parece. Yo personalmente creo que debo mejorar mucho, ya que no tengo claro como seguirá la historia y necesito leerme los capítulos anteriores para no cometer muchos errores. En fin, espero no desilusionar a los que siguen la historia. Mientras haya gente que lea mis fics seguiré escribiendo...o al menos lo intentaré. Cuídense todos y gracias!
