7 – LOS RECUERDOS DE KAYLI

Los tres jóvenes ya se encontraban en la nave. No habían encontrado ningún problema en subir a Mortten Alto y recoger su vehículo. Bra y Kayli observaron el detalle de que toda la gente de ese planeta parecía conocer a Kareth, ya que quien no se le quedaba mirando le hacía un gesto de saludo.

Sin perder el tiempo, como ya era costumbre en el viaje de las jóvenes, no tardaron mucho en abandonar el planeta y lanzarse al misterioso espacio.

Kareth lo primero que hizo fue observar cada detalle de la nave e investigar donde se encontraban la cocina y el baño, quería familiarizarse lo más pronto posible con la que sería su nueva "casa". Kayli viendo que el chico estaba despistado aprovechó para acercarse a Bra y preguntarle de que habían hablado en su ausencia.

- "Bra…ahora que Kareth no nos escucha… ¿de que hablasteis cuando me echaste de la casa?" - preguntó con un ligero tono de reproche.

- "No te perdiste mucho cotilla . Le conté como sobreviví al ataque de Sadow, lo que ya te dije cuando volviste a entrar a la casa. Antes de eso hablamos de nuestro pasado en lo que se refiere a nuestras familias, me interesaba por lo de que es un saiyan como yo."

-"¿Y que te dijo?"

- "Que sus padres murieron al poco de nacer él en un accidente y se crió con una familia adoptiva. Cuando Sadow arrasó su planeta él se encontraba fuera entrenando." – resumió la joven.

- "¡Que casualidad! Su historia se parece un poco a la mía. Si recuerdas ya te conté que mis padres murieron al poco de nacer yo en un accidente, ¡igual que le pasó a el!." – esto último lo dijo un poco más alto, lo que llamó la atención de Kareth. El chico se acerco y se metió en la conversación de las dos amigas.

- "Ahora que lo pienso Kayli, aquí todo el mundo ha contado su pasado menos tú. ¿Por qué no nos cuentas tu historia, seguro que Bra al igual que yo estará encantada de escucharla." – dijo mirando de reojo a la saiyan, a lo que obtuvo un gesto de aprobación. – "Si a partir de ahora vamos a ser un equipo sería bueno que todos nos conociéramos un poco mejor, y tú eres la que falta por aclarar cosas."

Kayli empezó a sudar ante la penetrante mirada del chico que parecía escudriñar sus pensamientos, por otra parte Bra también la miraba pero con unos ojos que delataban curiosidad.

"Bueno…cuando conocí a Bra ya le conté un resumen de mi pasado…pero si ambos queréis que profundice más en el tema…pues lo haré…ejem ejem." – La chica de piel azulada mostró una pose muy curiosa e hizo amago a sus compañeros para que se sentaran. – "Poneros cómodos por favor, que voy a empezar." – Por la cabeza de Bra resbaló una gran gota de sudor, su amiga se estaba comportando como una profesora dispuesta a impartir una clase a sus alumnos.

Un hombrecillo de color azul miraba orgullosamente a su alumna, la niña a pesar de sus cinco años había demostrado con creces ser una excelente ladrona. Su naturaleza ágil era un punto a su favor y sus extraños poderes la ayudarían a abrirse paso en la vida.

La niña de ojos verdes conseguía robar cualquier cosa y sin apenas moverse, su velocidad hacía que a los ojos de la gente común nadie se diera cuenta. Si seguía así acabaría convirtiéndose en la mejor ladrona del universo.

Tras cada jornada de duro "trabajo" la pequeña Kayli se encerraba en el cuarto que tenía asignado en la nave espacial pirata. Cuando todos parecían dormidos sacaba un libro que guardaba celosamente bajo su almohada, lo abría y con una la ilusión pintada en su cara empezaba a devorarlo. Aquel libro era lo único que conservaba de sus padres, antes de morir lo depositaron junto a la niña para que en un futuro tuviera conocimiento de todo a lo que su raza se refería, para que supiera cual era su lugar en el mundo. El libro contenía desde la historia de su raza y su planeta natal hasta una especie de guía que sus padres habían creado para que la niña pudiera desarrollar con más facilidad sus artes mágicas.

Con mucho cuidado ella salía de puntillas de su cuarto y se dirigía al área dedicada al entrenamiento, allí cada noche practicaba los conjuros que debía heredar de su familia, quería que allá donde se encontraran sus padres se sintieran orgullosos de ella.

Cada noche se repetía el mismo ritual, ella cogía el libro y tras ojearlo detenidamente se dirigía a la sala especial a practicar nuevos encantamientos. En la oscuridad su maestro la observaba, ella nunca lo supo, él la miraba detenidamente con una sonrisa en los labios. Aquella niña tenía algo especial…sentía que algún día ella volaría de sus brazos y emprendería camino sola, así debía ser, ella no estaba destinada a vivir en esa banda.

Así pasaron los años en la vida de Kayli. Durante el día salía con sus compañeros a cometer robos y por la noche desarrollaba sus poderes mágicos. Una rutina que empezó a ahogarla cuando llegó a la adolescencia. Sentía que necesitaba un cambio en su vida…algo diferente, ella no había nacido para eso y su interior cada vez se lo gritaba más alto.

Sabía que no podía abandonar la banda de ladrones así como así, ellos la habían acogido y criado…irse ahora sería como una traición hacia ellos. Este dilema la mortificaba día y noche, ¿qué debía hacer?.

Su maestro que siempre había estado a su lado desde que la encontraron siendo un bebe un día se acerco a ella y abrió un camino de esperanza ante ella.

Kayli querida… - dijo dulcemente

Sí maestro. – ella dejó lo que estaba haciendo para escuchar detenidamente a aquel hombrecillo al que consideraba como un padre para ella. –

No quiero que finjas antes mí, te conozco demasiado bien para saber como te sientes por dentro…siempre lo he sabido, este no es lugar para ti. – Kayli se quedó muda al instante, no esperaba para nada esta conversación. – Eres diferente a todos nosotros, estas llena de vida y hay muchas cosas en este universo que te esperan.

pero maestro…

Déjame continuar. Sé que tu también sientes que este lugar se queda pequeño para ti. – ella bajo la mirada apenada – No te pongas triste mi niña, así es la vida, el destino se ha abierto ante ti y no puedes darle la espalda, tienes que lanzarte con valentía hacía él y ver que cosas te depara el futuro.

yo no puedo hacer esto, si me marchara ahora los demás lo tomarían como una traición y eso me dolería enormemente… - unas lágrimas se asomaron a los lindos ojos verdes.-

No te preocupes por eso Kayli, yo sé que no es así, yo sé lo que necesitas…en lo que respecta a mi siempre te querré y estaré aquí para tenderte una mano cuando lo necesites. Prepara tus cosas, esta noche cuando todos duerman yo te ayudaré a coger una de las naves y así lograrás empezar una nueva vida. Tranquila…yo explicaré todo a los demás, sabes que soy muy respetado y no habrá ningún problema. – La joven asintió mientras abrazaba a su maestro, se sintió feliz…sabía que en él tenía alguien en quien confiar.

Aquella noche todo trascurrió en silencio. Kayli recogió lo poco que poseía, estaba eufórica porque iba a comenzar una nueva vida totalmente diferente para ella…no sabía que encontraría pero eso le hacía sentir un cosquilleo que la empujaba aún más a dejar todo aquello.

Salió sigilosamente de su cuarto y se dirigió al hangar donde había quedado con el maestro. Este se encontraba de pie junto a una de las naves y la sonreía cálidamente. Cuando ella estaba a su altura su querido maestro acertó a darle un beso en la frente, el cual ella devolvió con un tierno abrazo. Sin mediar palabra se subió en la nave y se alejó de allí…mientras el hombrecillo azul la observaba alejarse con un poco de nostalgia.

Bueno…y eso es todo! – finalizó Kayli con una alegre sonrisa. Kareth y Bra se cayeron al suelo incrédulos…

¿Qué? Tanta tontería para eso… - a Bra le salía una gota de sudor en la cabeza ¬¬U

Ey! Mi vida ha sido muy rutinaria pero intensa! – alegó la joven cruzándose de brazos ofendida.

Ya lo veo… - la semisaiyan seguía con su gota de sudor…Kareth empezó a reir escandalosamente ante la inocencia de Kayli contagiando a Bra con sus carcajadas.

Ehhhhhh vosotros dos! Parar de reír! No veo que tiene tanta gracia, mi vida es muy interesante…puedo contaros miles de anécdotas y… - dejó de hablar al ver que los dos chicos no paraban de reírse a su costa, ella puso gesto de enfado y se alejó.- Vale…reíros si queréis! Pero yo no pienso contemplarlo…

Así Kayli se alejó enfadada dejando a los dos jóvenes riéndose como locos.

Patybra

Si…sé que he descuidado esto mucho y pido perdón a todos los que me seguían. La razón es que ahora estoy en la universidad y no tengo casi tiempo para escribir, os pido perdón a todos 

Este capítulo lo tenía empezado y he decidido terminarlo para ver si poco a poco puedo volver a coger el ritmo de escribir. La historia de Kayli la he hecho tan "sencilla" para provocar la risa de los otros dos porque creo que es un paralelismo con mi fic, los lectores mucho tiempo esperando un capítulo nuevo y se encuentras con este tan cortito. Bueno algo es algo U

Quiero dar las gracias a todos los que han leído mis historias, si intento continuar escribiendo es por vosotros. Espero que lo próximo sea mejor que esto.

Quería darle las gracias a una chica que se llama Erika, su e-mail me ha hecho plantearme continuar con esta historia. Al igual que Superbrave, me gusta como escribes y sentí que no podía olvidar esto así como así.

El problema que ahora tengo con esta historia es que tengo que volver a planteármela de nuevo ya que a pasado tanto tiempo que no puedo seguirla sin perder un poco la coherencia. Incluso hacer otra nueva sería mejor, pero no quiero dejar esta de lado.

Bueno, creo que ya me estoy enrollando mucho. JAJAJA. Qué sepáis que si escribiendo es por los que me leeis ;)

Un saludo. Patybra