Disclaimer: Harry Potter y sus personajes no me pertenecen, son propiedad de J.K Rowling.
Amores, Mentiras y Venganzas
Verdades Ocultas
Llegaron temprano a casa. Luego del extraño encuentro con Ron, Hermione le había pedido a Tom que regresaran con un simple "Tom, me siento mal, quiero irme...". Thomas, al notar la extraña expresión de ella, había accedido, a pesar de que conversaba divertido con el Sr. Weasley.
Se despidieron de los novios y se disculparon por tener que irse. Harry y Ginny no se preocuparon y se despidieron de ellos agradeciéndoles que hubieran venido. Al parecer, estaban demasiado entretenidos y felices.
Luego de haberles deseado suerte en su nueva vida, y de haberse despedido de varias personas, se aparecieron a las puertas de un departamento. No había problema, los vecinos eran casi todos magos, con excepción de una vieja anciana que vivía unos pisos más arriba.
Entraron al departamento, y en seguida, de una de las habitaciones, salió una señora, ya un poco mayor.
- Hija, que bueno que volvieron... Pero¿Tan temprano? – consultó la señora Granger, saludando a su hija y a su novio.
- Si, no me sentía muy bien, mamá... – respondió simplemente ella, y luego siguió – Gracias por todo¿No tuviste problemas?
- ¡No, para nada¡Si es un ángel!
Hermione sonrió. Tom sólo miraba la escena, serio.
La Sra. Granger se despidió de ambos, y salió del departamento.
- Bueno, amor, creo que voy a dormir – dijo al fin él, despidiéndose de ella con un beso en los labios.
- Descansa, yo voy enseguida...
Tom sonrió y se dirigió a su cuarto, mientras Hermione hacía lo mismo, pero a un cuarto distinto, continuo al de ellos.
Hermione entró callada. La habitación estaba muy oscura, por lo que decidió prender una pequeña luz que se encontraba en una mesita.
Se acercó a una cama, en donde descansaba un niño de no más de dos años. Estaba completamente dormido.
Hermione le acarició el rojo cabello y sonrió.
-"Ahora tengo a otra personita por quien vivir" – pensó la castaña, y niño aún dormido se movió un poco.
Inevitablemente vino a su cabeza el recuerdo de su pasado. Cuando, a sólo dos meses de haber terminado con Ron, un retraso en su período le había hecho pensar lo que sin dudas había ocurrido: Estaba embarazada, y el padre era, obviamente, Ron.
En ese momento, su mundo se había vuelto peor de lo que ella había pensado que estaba.
Había decidido ir a comprobarlo, y descubrió que si, era cierto. Hermione Granger estaba embarazada.
Lo peor era que sabía que a Ron no le importaría, puesto que la había dejado por Lavender... Y ella no iría a rogarle que volviera.
Sintió la tristeza de aquel día, y también recordó la rabia que le tenía a Ron.
Cinco meses después, había conocido a Tom, y él, se había quedado con ella, aunque Hermione al principio, se negaba rotundamente a estar con él. Luego, se había dado cuenta, de que Thomas era una buena persona, y que la quería mucho. Él la había ayudado a salir adelante, y había cuidado al bebé, como a su propio hijo... Quizás, algún día lo amaría.
Hermione volvió a la realidad al ver al pequeño niño abrió de a poco los castaños ojos, sin duda heredados de su madre, y miró a Hermione, con una expresión que hacía notar que aún estaba con mucho sueño.
- Shh... – dijo ella, llevándose un dedo a los labios. Le acarició el pequeño rostro y el niño enseguida cerró los ojos, para así volver a dormir.
Hermione se sentía mal, confundida y nerviosa debido a lo que había pasado en la fiesta. En parte, se sentía fuerte por haberle dicho que no lo amaba (a pesar de que era una gran mentira) y terriblemente alterada por entender que él, de alguna forma, había vuelto a su vida...
Pero a la vez, aún sentía esa sensación de escalofríos y mariposas en el estómago... ¿Es que acaso no iba a dejar nunca de sentir cosas por él? Sabiendo lo que le había hecho, y recordando los mil juramentos que hizo para no volver a pensar en él, aún se ponía nerviosa al verlo, y aunque no lo admitiera, una pequeña chispa de esperanza había nacido en ella.
Pero lo que más le "molestaba" era ese insignificante (quizás no tanto...) roce de labios que había sentido. Se sentía culpable, y mentirosa. Por un lado, estaba Thomas, quien se había comportado de maravilla con ella durante todo el tiempo en que estuvo mal, y Hermione no podía mentirle sobre sus sentimientos, y menos si de Ron se trataba... Y por otro estaba ella misma. Había jurado por lo menos cien veces que no lo perdonaría y que jamás volvería a hablar con él, pasara lo que pasara.
Pero había también varias (e importantes) razones para que ella volviera a hablar con Ron...
Primero, estaba su hijo. Ron tenía derecho a saber que era lo que había pasado, luego de que se pelearon... Tenía derecho a saber que, el fruto del pequeño romance que alguna vez tuvieron, estaba frente a sus ojos. Y Talan, también tenía que saber quién era su padre.
Además, ella nunca había hablado con él después de la pelea. No le contestaba el teléfono, lo ignoraba, y lo evitaba. No respondía (ni leía) las cartas que él le mandaba, y no le preguntaba a nadie sobre él. Es decir que, para ella, Ron Weasley estaba muerto.
Ahora que lo pensaba bien... Hermione se estaba sintiendo culpable y por sobre todo, muy cobarde... Nunca había escuchado las razones de Ron, no le había dicho que era padre, lo había ignorado por completo, y ahora estaba mintiéndole a Thomas, diciéndole que lo amaba, cuando, en realidad, no estaba muy segura de ello.
Definitivamente se sentía mal, muy mal.
¡Y todo esto por que Ron se apareció en su vida, luego de tres años!
Ahora si que no sabía que hacer: Tenía varias opciones... La primera era, correr a los brazos de Ron, decirle que aún lo amaba, que tenían un hijo, dejar sólo y confundido a Tom y además, hacer cómo que nada hubiera pasado, pisoteando su orgullo de mujer, y seguir su vida, feliz.
La segunda: Esperar a que estuviera todo calmado, aclarar las cosas con Ron, aclararle que ella estaba aún dolida, terminar con Tom, diciéndole que lo sentía y explicándole la situación, y ¿tratar de arreglar todo de una vez?... ¿Aunque fuera casi imposible que todo saliera bien?
O una tercera, dejar todo cómo estaba, y seguir con el remordimiento de no haber aclarado nunca las cosas con nadie, y "empezar a vivir denuevo" cómo si nada hubiera ocurrido.
... Definitivamente la tercera no. Hermione Granger no sería nuevamente la cobarde que alguna vez había sido.
Ahora, las otras dos, eran bastante similares... Una más ruda que otra, pero finalmente, tenían el mismo objetivo...
Sería difícil. No había duda.
Apagó la luz del cuarto, y se dirigió a su dormitorio. Thomas seguramente ya estaba dormido. Le dolía el estómago y la cabeza... ¡Es que todo se había revuelto en tan sólo una hora!
Finalmente decidió tratar de dormir... Aunque sabía que sería en vano.
Tiró las llaves del auto sobre una pequeña mesa que estaba muy cerca de la entrada, sin importarle que éstas cayeran por el impulso.
Ron Weasly estaba molesto y dolido.
Se dirigió lentamente a la cocina y buscó algo para tomar. Abrió el refrigerador y lo notó vacío.
-"Genial"
No le quedó otra que servirse un simple vaso de agua. Abrió la llave y comenzó a llenar el vaso.
Aún no dejaba de pensar en el encuentro que había tenido con la mujer que le quitaba el sueño. ¿Qué había hecho para que ella estuviera tan molesta con él¿Cómo explicarle todo lo que sentía, y que no recordaba nada de nada?
Notaba que Hermione se había vuelto mucho más fría y madura que antes. Era obvio. Ya habían pasado tres años desde la última vez que la había visto.
... Quizás sólo tenía que dejarla y dejar de pensar en ella... Así se ahorraba una cachetada por idiota, y quizás, sufriría menos.
Pero no. Sabía que olvidarla sería imposible. Había estado con cuanta mujer había querido, e inconscientemente, siempre las comparaba con su Hermione. No paraba de pensar en ella todas las noches, y seguramente, ahora también pensaría en ella en el día.
No, definitivamente no la dejaría. Él era Ron Weasley, y no se daría por vencido... o por lo menos, no aún.
Repentinamente sintió que algo le mojaba la manga de la camisa. Miró la llave y se dio cuenta que había dejado la llave abierta y que el vaso se había rebalsado.
-"Lo que me faltaba... Genial"
Definitivamente cuando pensaba en ella se ponía idiota. Quizás, sería mejor dormir de una vez, y meditar bien la situación.
Pasó por el pasillo y notó que en la ventana estaba posada una hermosa lechuza café.
Se acercó a la ventana y la abrió. Le quitó el sobre a la lechuza y acto seguido ésta desapareció en el oscuro cielo.
Leyó distraídamente el contenido del sobre.
Estimado Sr. Weasley:
Tenemos el deber de informarle a Usted, que por única decisión de la Gerencia de Gingotts, se ha decidido renovar el personal del banco. Por lo que la gerencia ha decidido que Usted, (junto a otros funcionarios) no podrá seguir trabajando en la empresa, por razones laborales.
Esperamos su comprensión.
Atentamente,
La Gerencia.
Ron tuvo que leer por lo menos cinco veces la carta para entender lo que era obvio: estaba despedido.
No podía ser peor. Ahora, aparte de ser rechazado por la mujer que amaba, era rechazado por el lugar en el cual había trabajado en los últimos dos años.
Tiró la carta al suelo y la pisoteó con rabia. Se dirigió, ya algo deprimido a su habitación.
Ya estaba cansado. ¿Ahora que haría? Tenía que encontrar trabajo pronto, o seguramente, moriría desnutrido. Pero lo que más le importaba en estos momentos, era Hermione... ¿Lo perdonaría alguna vez? Lo que sí sabía era que la amaba, y que no la dejaría escapar.
Y con estos últimos pensamientos, cayó dormido.
Una semana más tarde Hermione Granger se encontraba sentada en su amplio escritorio, rodeada de múltiples papeles y carpetas.
Tenía en una de sus manos una postal de Ginny y Harry. Ellos estaban felizmente descansando en quizás que lugar, ya hacía una semana. Estaba observándola entretenida. Era una linda foto de ellos dos, en donde se veían sonriendo y moviendo las manos en señal de saludo. Por atrás se veía un paisaje realmente lindo. Hermione supuso que estaban en alguna isla caribeña, puesto que se veían unas hermosas playas, con unas palmeras por detrás.
Seguía mirando la foto, sin apuros ni nada por el estilo, la verdad era que ya había terminado todo lo que tenía que hacer, y estaba ahí sólo por cumplir horario. De pronto alguien tocó la puerta.
- Pase... – dijo la castaña algo ida en sus pensamientos. Últimamente estaba así la mayoría de los días, puesto que sentía que todo en su vida se había revuelto – Ah, hola, Melissa
- Permiso, Granger – Era una mujer alta y delgada, con un lindo cabello negro – ¿Como estás? Me han mandado a avisarte que estés lista... Ha llegado alguien nuevo al ministerio, y el Ministro quiere que le enseñes el departamento y que le digas en qué consiste su trabajo...
- Ah, bueno. Claro... Pero dime¿Por qué tanta formalidad? – consultó extrañada Hermione... Nunca le habían mandado a hacer algo así.
- Es que creo que ocupará un puesto por aquí, por lo que quieren que no cometa errores. Y me dijeron que tú eras la indicada para enseñarle todo lo que debe hacer... ya sabes, eres muy responsable.
-Ah, ya veo. Gracias. – dijo la castaña algo avergonzada. Por lo menos ahora sabía que tenía una buena reputación en el edificio.
- Bien. Era eso. ¡Que estés muy bien!
Y dicho eso, la mujer salió de la oficina, algo apurada, seguramente tenía mucho trabajo.
Hermione se dispuso a ordenar los papeles del escritorio, los ordenaba y guardaba en diversos muebles del lugar.
Luego de cinco minutos, tocaron la puerta.
Hermione abrió lentamente y se quedó pasmada al ver quien estaba del otro lado.
- ¿Qué haces aquí? – dijo seriamente Hermione, sin quitarle de encima la fría mirada a Ron.
El pelirrojo se veía bastante bien. Estaba vestido elegantemente y miraba a la castaña como si fuera un fantasma.
-¿Tú que haces aquí? – respondió él, sorprendido. Lo habían mandado a la oficina del Gerente del departamento de "Uso indebido de la magia".
- Esta es mi oficina. ¿No leíste mi nombre en la puerta? – contestó Hermione con un aire de "No seas idiota" – Ahora vete, que estoy esperando a una persona importante.
Ron se había quedado helado. Había conseguido empleo justo en el lugar en donde Hermione era la jefa.
- Eh, a mi me dijeron que tenía que venir a verte. – dijo él simplemente.
Hermione acababa de entender... ¿Ron era el "nuevo"?
-"Oh, Merlín... No... Por favor, no" – pensó desesperada. Ahora, aparte de tenerlo en sus pensamientos¿tendría que tenerlo en la oficina?...
- "Si no quiero perder mi empleo, tendré que hacerlo..." Bien, entra. – dijo ella cortante.
Ron entró a la oficina, seguido de Hermione.
Observó la habitación. Definitivamente, ésta si era la oficina de ella. Estaba llena de archivadores, papeles y muebles por doquier.
- Bien, te daré algo para que trabajes hoy, y te vas¿Está bien?
Definitivamente ella lo estaba esquivando. La situación no le agradaba en lo más mínimo. Tendría que hacer algo.
- Me dijeron que me tenías que mostrar el departamento...
Hermione lo fulminó con la mirada. Era cierto. ¡Tendría que tenerlo con ella toda la tarde! Y luego volver y encerrarse en la oficina para decirle en que consistía el trabajo...
-"Vamos, Herms, es sólo trabajo. Una tarde, sólo una... ¡Tú puedes! – se animaba a sí misma la castaña.
Ron notó que había dado en el clavo. Hermione no se negaría a cumplir una de las órdenes que le habían dado. Quizás... Este trabajo no estaría del todo mal.
- Bien, sígueme...
Hermione le mostró cada y una de las oficinas del departamento, y cada uno de los pasillos, incluidos los baños.
Luego, se dirigieron a una oficina vacía, que sería la nueva oficina del pelirrojo.
- Deja tus cosas aquí, y... – con un movimiento de varita, hizo aparecer varis papeles y carpetas - ...encárgate de esto.
Ron no estaba escuchando nada. Sólo veía cómo ella movía sus labios, seguramente hablándole, y cómo aparecía kilos y kilos de papeles.
No podía creerlo. Estaría cada y uno de los días de la semana en el mismo lugar que ella. ¡No podía ser mejor! Además se deleitaba con verla caminar por el lugar y hablar, y hablar...
- Y esto, lo dejaremos... – apareció un mueble archivador – por aquí...
Ron ya no pensaba. Estaba embobado con la mujer que tenía delante, se acercó unos pasos a ella, mirándola detenidamente. Ya no quería hacerse el duro, ni mucho menos el idiota.
Hermione se puso aún más nerviosa al notar la insistente mirada de él. No era para nada fácil estar encerrada con él en una oficina, y menos aún si se trataba de Ron.
Sintió que él se acercaba a ella, y sólo por precaución se alejó, quedando (nuevamente) entre, él y un archivador, en éste caso.
Sus mirada se cruzaron una vez más, y Hermione sintió esa atracción por esos ojos azules.
Ron le tomó las muñecas levemente y se acercó aún más a ella, quien ya no se molestaba en huir.
Hermione sabía que algo así pasaría, estando ella encerrada en una oficina con Ron, y también sabía que lo amaba, pero no estaba segura si él la amaba a ella. Miró en sus profundos ojos azules, pero no lograba encontrar la respuesta. Eso hizo que razonara por un minuto y le susurró.
- Ron, qué haces... Sabes...que esto no está bien... Yo estoy comprometida, y tu...
- Shh...
Ron posó uno de sus dedos en los labios de ella, haciéndola callar completamente. Sintió que casi no respiraba.
- Sólo júrame que no me amas, y te prometo que te dejo en paz – le susurró Ron cerca se sus labios.
Hermione sabía que si se lo decía, Ron iba a cumplir... ¿Pero era eso lo que ella quería¿Qué la dejara para siempre?...
En ese momento la razón ya no existía. Hermione cerró los ojos, se soltó del firme agarre de Ron y le tomó el rostro con las dos manos, besándolo firmemente.
Ron abrió mucho los ojos, para después cerrarlos nuevamente, respondiendo el apasionado beso. Sus manos bajaron a su cintura, mientras Hermione alzaba sus brazos al cuello de él.
¿Hacía cuánto tiempo que ansiaba ese beso? Hermione se sentía cómo su de un segundo a otro le hubieran devuelto el alma. No dejaron de besarse, hasta que sintieron que les faltaba el aire, y en ese momento ella se separó de él, mirándolo profundamente.
- Créeme que no puedo jurártelo... – y dicho eso lo abrazó como si de ello dependiera su vida.
Él la abrazó también, sintiendo el olor que emanaba su cabello. Era lo más extraño que le había pasado en la vida. Un día le dice que lo odia, y al otro, le da un apasionado beso que lo deja sin respiración. Definitivamente la amaba.
- Hermione... – Con sólo susurrar su nombre era feliz
Pero ella se separó bruscamente de él.
- Esto no está bien, Ron... Lo mejor es que me vaya... – Se giró rápidamente y se dispuso a salir de la oficina.
- ¡Pero Hermione! No te... – estaba confundido.
- ¡No lo entiendes¡Yo no puedo hacerle algo así a Tom!
- ¿Que? – Ahora si que no entendía nada. ¡Le decía prácticamente que lo amaba, y luego, le salía con un tal Tom!
- Ron, ya te lo dije... Va ser muy difícil que lo nuestro vuelva a ser... Simplemente, no se puede.
Y luego, salió de la oficina, no sin ser seguida por un extrañado y confundido Ron.
Al llegar a la oficina de Hermione él le tomó la mano y la giró hacia sí mismo.
- Si se puede, Hermione... Lo sabes.
- Para ti es fácil decirlo Ronald... – ella lo miró nuevamente con esa mirada profunda – Yo... Aún no comprendo que te pasó ese día...
Pero no pudo continuar, puesto que en ese momento un hombre alto y pelirrojo entró a la oficina.
Tom se quedó helado al ver a su novia a escasos centímetros de un hombre, al que no conocía, y para colmo, tomados de la mano.
- ¿Hermione?
¡Tun tun tuun! Sorprendidos? xD Creo que Hermione es un poco cambiante, pero creo que es normal por su situación.. jeje. Y Ron? Bueno, ustedes ya lo conocen xD..
En este capitulo ya he sacado varias verdades a flote! Se esta poniendo interesante! Asi es que si quieren que siga, espero por lo menos unos 5 reviews mas! xD o no lo continuaré ( No es una graaan petición, verdad?) Bueno, alégrense, por que ya me estan kedando mas largos los capis! nn
Y ya ven, actualicé apenas llegue de mis vacaciones.. y ahora me voi denuevo, asi que espero actualizar pronto, jeje !
Muchas gracias a los reviews ya me han dejado! nn graciaas!
Eso.
Un besitoo!
Nidra
