剣心 no es mío.

Capítulo 2

El Brillo de Una Nueva Vida

Cisne Negro.

La partera, de nombre Keiko Himura,envolvió cálidamente al niño y lo apartó de los brazos de su madre muerta.

- Ni la muerte ni el asesinato te toquen… Shinta-dijo la mujer, mientras cargaba al niño- Ese será tu nombre, Shinta Himura y tendrás una familia feliz con un padre y una madre. Yo te cuidaré bien y no dejaré que nada te pase…

Así la mujer le dio nuevo nombre, a pesar de los deseos de la madre y le dio una vida bastante más auspiciosa que la de un huérfano. Así el niño Shinta creció cómodo y sin sobre saltos hasta la edad de 15 años, cuando estalló la revolución en Japón.

- Padre- le dijo una noche el joven al anciano que lo había adoptado y cuidado cuando tenía unas horas de vida- No puedo quedarme con los brazos cruzados mientras la gente muere y sufre en este país… Padre dame permiso para entrenar con el tío Seijuro, quiero manejar la espada y proteger al débil.

Su padre lo miró… El hermano de su mujer, Seijuro Hiko era sin duda el mejor espadachín que existía. Dueño del estilo más poderoso (hoy un arte perdido), Seijuro había hablado con Himura cuando Shinta apenas tenía 10 años.

- Déjame entrenarlo- dijo severamente- Tiene pasta de espadachín y unos huesos fuertes, sin duda será un gran heredero del estilo Hitten Mitsuruji Ryû. Además, el nombre de Kenshin, espera un nuevo aprendiz…

- La verdad…- había comenzado a responder el padre cuando la señora Himura salió de la cocina.

- Hermano… No queremos que Shinta sea espadachín. Él será un gran doctor, tiene la inteligencia… Pensamos mandarlo a Aizu cuando sea el momento, ahí será entrenado por una de las mejores familias de medicina que hay: Los Takani. Hermano, nosotros pasamos por mucho y por eso fuiste espadachín… Ahora los tiempos son distintos y Shinta merece algo mejor todavía.

El pequeño niño no pudo comprender el alcance de la decisión de sus padres. A él le gustaban las espadas, por qué no dejarlo seguir sus instintos.

- Padre, por favor….- insitió el joven.

- Shinta- comenzó él- Ahora que ya eres un hombre según nuestra tradición, tienes el derecho de elegir tu camino. Tu madre, que en paz descanse, eligió para ti la vía de la medicina en Aizu, pero si deseas entrenar con Hiko. Ahora- continuó el padre con voz calmada, pero severa- si quieres mi consejo, también puedes ayudar a los que sufren entrenando con la familia Takani. No tomes una decisión apresurada. Mañana dame tu respuesta y sea cual sea, podrás partir, con mi bendición.

El joven miró a su padre… Él tenía razón, la medicina también salvaba a la gente y cuidaba de los más débiles. El doctor era un sanador y un dador de vida. Era mejor que la vida dura de las espadas donde sin duda sería un asesino un ángel de la muerte.

Con estos pensamientos, el joven Shinta abandonó su alma al sueño….

La mañana lo sorprendió con el sol en la cara. No había soñado esa noche, o al menos no recordaba haberlo hecho. Sin embargo, su primer pensamiento fue la decisión que había tomado. Estaba lista para comunicársela a su padre durante el desayuno.

Cuando llegó a la sala de su hogar, sorprendió a su padre ya levantado haciendo el fuego para la comida… Una liviana sopa de arroz y pescado.

- Buenos días- dijo él sombrío- Aunque sabía que su padre aceptaría cualquiera de los dos caminos, también sabía que cualquiera fuera éste, no lo vería más a su padre en mucho, mucho tiempo.

- Buenos días- contestó el padre dándole un pocillo con sopa- ¿Has decidido?

- Sí, padre… He decidido ir a Aizu… Seré médico, es lo que mi madre quería y es lo que tú recomiendas… Además, siendo doctor seré un dador de vida, no alguien que la quita.

El padre asintió sin palabra alguna. Al igual que su hijo sabía que no se volverían a ver en mucho tiempo.

- Sólo una cosa debo pedirte, padre.

- Dime…

- Quiero tomar el nombre de Kenshin Himura. El nombre que el tío Seijuro sugirió para mí.

- Tienes mi bendición. Escribiré a la familia Takani para que te acepten y te esperen.

La decisión estaba tomada. Nacía Kenshin Himura, el doctor.

Al cabo de un mes, Kenshin ya iba de camino a Aizu. Parecía que hubiera recorrido esa ruta muchas veces. Con un liviano equipaje y todas sus esperanzas, Kenshin de 15 años, parecía un Rurouni en medio de la guerra. Era tiempo de salvar vidas. Tal vez, no estaría totalmente listo para cuando el conflicto terminara, tal vez, sí… Pero lo importante para él era que ya iba en camino a cumplir su destino.

En la casa Takani, esperaban a joven huésped. Sabían que era hijo de Keiko Hiko, una mujer que se había entrenado con ellos en el arte del parto y sabían además que ella había muerto hacía unos cuatro años…

Del joven Kenshin no sabían nada, excepto el hecho de que Keiko lo había adoptado luego de que su madre, una anónima mujer que deseaba llamarlo Battousai, había muerto desangrada producto de complicaciones más allá de lo tratable.

Una jovencita de 13 años, miraba a su padre,KazumaTakani, instruía a los criados para preparar una habitación y un juego de instrumentos para el nuevo estudiante.

- Ah, Megumi- dijo él con una voz cálida- mi pequeña estrella¿qué pasa?

- ¿A quién esperamos, padre?

- A un joven que estudiará contigo los secretos de la medicina… De la medicina nuestra y la que los holandeses nos legaron. Deberás tratarlo como a un hermano más, mi querida Megumi.

- ¿Es buen mozo?

El padre rió ante la pregunta de su hija.

- No lo sé… Pero sí sé su nombre.

- ¿Cuál es¿Cuál es?- preguntó Megumi con evidente curiosidad.

- Se llama Kenshin Himura- dijo él con una gran sonrisa.

- Kenshin- dijo Megumi como memorizando- Es un lindo nombre, papá. Prometo tratarlo muy bien.

- Esa es mi pequeña.

Megumi sonrió y volvió a sus libros, pero poco y nada aprendió esa tarde pensando en el nuevo visitante de la casa Takani…

- Kenshin- repetía- El doctor Kenshin Himura… Suena muy bello.

De alguna extraña manera, la joven Megumi, ya estaba encantada por él.

Kenshin llegó a las dos semanas de haber salido de la casa de sus padres. Fue recibido calurosamente por Kazuma Takani.

- Espero te encuentras cómodo acá- dijo él mostrando una habitación- Esta es tu pieza y estos son los libros que debes empezar a leer. Además- le dijo mostrándole un pequeño estuche sobre un escritorio- esos serán tus instrumentos médicos. Las "Espadas de la Vida", como me gusta llamarles.

- Muchas gracias, señor…

- Llámame Kazuma- interrumpió él. En ese momento una pequeña sombra se recortó en el umbral – Ah, Megumi- y luego dirigiéndose a Kenshin- Ella es mi hija menor Megumi, ella será tu compañera de estudios. También está estudiando el arte de la medicina.

- Mucho gusto- dijo Kenshin al observar a la muchacha- Me alegro de tener a tan linda compañera.

El comentario del joven sonrojó a la muchacha… Era mejor de lo que había idealizado, además, tenía un cabello de color anormal. Eso la hizo tirar la manga de su padre.

- ¿Papá, por qué el invitado tiene el color de pelo de los holandeses?

Esto hizo reír de buena gana a Kazuma y sonrojar a Kenshin. Luego el padre miró a su huésped, intentando buscar una explicación.

- La verdad no lo sé- dijo Kenshin muy cohibido- Mi madre decía que era de nacimiento, pero no tuvo tiempo de preguntarle a aquella mujer que me trajo al mundo por qué….

- Ya veo- dijo Kazuma pensativo. Casi como recordando algo- Bueno, en fin, es un misterio de la naturaleza…. Bien, bien, es tiempo de estudiar.

Con un gesto, Kenashin entendió la orden de que debía comenzar la lectura de los libros. Sin embargo, no sabía por dónde partir.

- Éste es el más básico, Ken-san- dijo Megumi alargándole un grueso libro de tapas negras- Yo ya lo leí y creo que es lo mejor para empezar a comprender el cuerpo humano y cómo funciona.

- Gra… Gracias- dijo Kenshin medio sorprendido de que esa niña ya hubiese leído y estuviera más avanzada que él.

- No te extrañe- dijo ella al ver su cara de pregunta- Llevo estudiando desde los 10 años.

- Ya veo- dijo él- Entonces tu puedes ayudarme a entender lo que no entienda.

- Sí- dijo ella riéndose de la frase divertida de Kenshin- Yo puedo ayudarte a comprender lo que no entiendas.

La carrera había empezado.


Notas de la Autora:

Espero les haya gustado el giro de esta historia. Se me ocurrió sobre la marcha cuando veía las amplias posibilidades de que Kenshin eligiera otro destino,sólo porque le habían dado la oportunidad, pero OJO: Destino es cruel a veces y cuando nosotros elegimos un camino vamos amadurando según ese camino... Me pregunto quéle deparará al joven estudiante de medicina, Kenshin Himura ahora que eligió Aizu en lugar de Kyoto y de Seijuro Hiko?

Leslie1504, es tu turno de elegir ese destino para el joven Kenshin. A ti te desafío.

パウリナ キツネ

(Cisne Negro)