InuYasha no es mío, por el momento Kouga tampoco… sólo por el momento! Prepárate Rumiko-sama porque te lo voy a robar!
Al final del Viaje
Cuarto Capítulo: "Una Presentación"
Mientras eso ocurría, en otra residencial...
Una muchacha abría sus ojos, se levantaba mientras observaba a través de su ventana. La abrió de par en par y respiró hondo. Era un nuevo año académico, un nuevo año plagado de esperanzas. Se volvió hacia el jardín y dijo:
Bueno Sango, hoy comienzas un año más
Se duchó y se vistió rápidamente. Bajó dispuesta a desayunar. En el comedor encontró a sus amigos. Allí estaba Kagome, abrazada junto a Sesshomaru. Pudo observar también a Ayame, que se esmeraba por quitarle la mermelada al buen Jakotsu. Tomó desayuno y conversó con todos. Se preparó para ir a la universidad junto a sus amigos. Mientras caminaban ella pensaba: "Muy bien Sango, ya no estás en primer año, ahora todo será más sencillo y ya estarás acostumbrada a los profesores"
Así era, porque si había algo que la molestaba de sobremanera era la prepotencia de los profesores de Derecho (Leyes... o sea Sango sería Abogada). Prepotentes y machistas.
Eso para ella, feminista declarada, era algo inconcebible.
Sólo deseaba terminar su carrera para poder ayudar a las mujeres que fuesen víctimas de abusos sexuales.
Sango caminaba hacia la universidad acompañada de Ayame y Jakotsu. Ellos, como sus amigos, trataban por todos los medios de animarla para que consiguiera novio, pero ella sólo deseaba estudiar. Estaba segura de que con eso podría dejar atrás su pasado, para poder así comenzar a vivir otra vez.
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Ayame observaba a Sango, la quería mucho, después de todo era prácticamente su hermana y, no deseaba verla sufrir. Le dolía la indiferencia de Sango con los hombres, pero entendía perfectamente el por qué de su actuar.
Ayame, por su parte, era una muchacha dispuesta y feliz de comenzar un nuevo año académico, ya que eso la acercaba más a sus metas. Sí, ella era Ayame, la futura Veterinaria, la amiga de los animales.
Ella era una muchacha feliz y sin problemas. Sólo deseaba terminar la carrera para salir del país y ejercer su profesión.
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Jakotsu caminaba tranquilo. Siempre había sido visto como un muchacho comprensivo y cariñoso, algo delicado, pero caballeroso y buen amigo. Era el muchacho extraño del grupo ya que no se juntaba mucho con hombres y tampoco tenía novia, pero era feliz y pasaba días enteros haciendo reír a sus amigos. Sobretodo jugando y entreteniendo a Ayame cuando esta estaba sola y aburrida.
Jakotsu era discriminado por algunos hombres de la universidad, ya que decían que era demasiado sensible. Esto fue lo que lo llevó a estudiar Dirección Audiovisual, ya que, así podría expresarse de mejor manera. Además, allí sus ideas eran sobrevaloradas y había conseguido un par de amigos.
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Aclaración... Los personajes de este Fic habitan en dos residenciales diferentes. En la primera viven: (pondré quien vive y qué estudia) La primera residencial está mucho más cerca de la universidad.
Kouga: Educación Física
InuYasha: Construcción Civil
Kagura: Teatro
Miroku: Kinesiología
Kikio: Publicidad
Y en la segunda:
Kagome: Medicina
Sesshomaru: Astronomía
Ayame: Veterinaria
Sango: Derecho
Jakotsu: Dirección Audiovisual
Ahora que ya lo saben... no los molesto más... sigan con el Fic!
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Miroku bajó a desayunar y se encontró con InuYasha. Sin duda ellos dos eran un par de buenos amigos. Llevaban ya 2 años juntos y nunca peleaban, eran muy unidos y tramaban mil trampas para enamorar a Kouga y Kagura.
Miroku reconocía ser un casanova, el mejor que existía. Le gustaba perseguir a las muchachas jóvenes y, como era atractivo y seductor (no tanto como Kouguita), siempre conseguía lo que deseaba.
Pese a esto se sentía muy vacío, la única mujer que había amado con todo el corazón lo había rechazado. Esto era algo que le partía el alma, pero, pese a esto no podía olvidarla.
Cuando saludó a InuYasha, éste le informó sobre la nueva compañera. De inmediato el espíritu de conquista nació en Miroku.
InuYasha lo observó resignado, era obvio que no podía cambiar a su pervertido amigo, si incluso había entrado a estudiar Kinesiología porque, así podría tocar a más mujeres. Aunque, esta vez, por alguna extraña razón InuYasha le advirtió a Miroku que se alejara de la nueva pensionista.
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Sango caminaba junto a Jakotsu y Ayame. Los tres lucían algo preocupados pues últimamente su querida amiga Kagome ya no sonreía como antes. Les parecía que estaba escondiendo algo, o estaba reprimiendo sentimientos.
O quizás todo ocurría debido a que Sesshomaru nunca había logrado ser el hombre que ella esperaba.
Ayame, al notar un intenso silencio en el ambiente trató de cambiar la conversación, pero no lo logró. Los ánimos cambiaron cuando Jakotsu comenzó a molestar a Sango con un antiguo romance colegial. La muchacha enrojeció, sonrió y siguió caminando.
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En otra residencial:
Escuchaba muchas risas que nacían del comedor. Lo más seguro era de que estuviesen desayunando alegremente y ella no deseaba interrumpirlos. Decidió bajar rápidamente la escalera, para así huir rumbo a la universidad. Algún día terminaría enfrentaría a todos los pensionistas. Comenzó a vestirse en tonalidades rosas y negras.
Se dispuso a realizar su plan y bajó la escalera caminado rápidamente hacia la puerta de salida. Fue allí que una dorada mirada la encontró y dijo:
Kouga, Kagura, Miroku; les presento a Kikyou, la nueva pensionista.
Todos la observaron sorprendidos pues pensaban que ella sería una muchacha apática y calculadora, hija de una familia de mucho poder. La sorpresa fue enorme al encontrar a una alegre jovencita que sonreía carismáticamente algo avergonzada por aquella presentación.
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Miroku la observó y se acercó a ella inmediatamente. Estaba por comenzar a cortejarla cuando observó a InuYasha. No podía hacerle eso a un amigo, así que se limitó a saludarla y regalarle una cordial bienvenida.
Kouga la miró extrañado, el rostro de Kikyou era similar al de otra chica que conocía, pero eso no era posible porque la otra muchacha no tenía hermanos. Se acercó a Kikyou y la saludó tiernamente.
La última en acercarse fue Kagura. Ella era la reina de la residencial y no deseaba compartir su trono, pero cuando observó a Kikio, no pudo evitar sonreír y regalarle un abrazo que marcó el inicio de una amistad. De una u otra forma ambas habían encontrado a la hermana que buscaban.
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Kikyou sonreía complacida, jamás se esperó un recibimiento así, jamás esperó una aceptación tan grande. Ella nunca había tenido amigos de verdad. Sonrió un poco más y dijo:
Mucho gusto, un placer y un honor conocerlos.
Continuará…
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Woooolis!
Capítulo finalizado y autora feliz! Pensé que no les gustaba el Fic, pero me dejaron un mensajito ToT Eso basta por el momento, aunque les ruego a quienes lean el Fic dejen un mensaje… aunque sea con una letra, un punto, algo. Sólo para saber que lo leen. Onegai!
Agradecimientos a:
Vale-chann14: mil gracias por tu apoyo. Espero que te guste el capítulo y que me sigas apoyando. Sé que está algo aburrido, pero la historia se pone mejor del cinco!
