Los días del Colegio
Disclaimer:
Los personajes de Candy Candy pertenecen a sus respectivas autoras K. Mizuki y Y. Igarashi. Algunos párrafos e ideas pertenecen a la traducción del italiano al español de CCFS que maravillosamente han hecho en wattpad (vol. 1, segunda parte).
Este capítulo, así como el anterior, son de mi entera imaginación usando a los personajes de Candy Candy únicamente con el fin de alegrarnos el día pensando en todo lo que pudo haber sido la vida en el Colegio San Pablo.
Capítulo 5.
Lecciones para Terrence.
Los tres días que siguieron, no fueron exactamente lo que Terrence había imaginado. Después de todo, las lecciones acerca de la biblioteca se habían convertido en un viacrucis en el que él debía salvar la situación constantemente con un: "Lo que quiso decir la Señorita Andley fue…" o cosas como: "No será más bien, Señorita Andley, ¿que el orden es alfabético?"
¡Cielo Santo! ¡¿Acaso esta chica no había aprendido nada en sus lecciones acerca de la biblioteca?!
Su pequeña travesura le había resultado muy cara y se había vuelto en contra de él.
Candy, por su parte, no paraba de cometer errores. Era como si su mente se quedara en blanco durante los treinta minutos que duraba la sesión. En otros momentos del día, tenía muy claras las respuestas a varias de las preguntas que se le hacían; sin embargo, no lograba atinar a una sola en el momento en que Terrence y la Hermana la veían fijamente.
Cada noche se preguntaba qué es lo que le sucedía.
Sólo había una posible respuesta…
La presencia de Terrence la ponía increíblemente nerviosa.
Pero ¿por qué?
Esta pregunta había impedido que Candy pudiera dormir todas y cada una de esas noches, anticipando que vería nuevamente a Terrence Grandchester.
Terrence Grandchester era tan guapo que hacía que sus rodillas temblaran como si el resto de su cuerpo pesara una tonelada; tenía un porte increíblemente aristocrático que en ocasiones lo hacía ver más alto de lo que ya era, y le hacía pensar que aún vestido con harapos parecería parte de la nobleza. Su piel parecía tan blanca como la nieve y su cabello se veía tan brillante y suave como la misma seda. Y sus ojos eran tan…
No…
No podía ser que la combinación de ese porte aristocrático, de esos enigmáticos ojos color zafiro - que Candy juraría que eran capaces de mirar tan profundamente dentro de sus inseguridades-, de ese perfil arrogante, y ese carisma, - aun cuando exhibía esa sonrisa retorcida y burlona - tuvieran un efecto en ella al igual que en las otras chicas.
No, definitivamente tenía que ser algo más, ella no era como esas otras jovencitas que batían sus pestañas y reían como unas tontas con sólo ver pasar a ese sujeto maleducado.
¡Pero entonces qué rayos era lo que le pasaba!
Cada noche Candy sufría al no lograr conciliar el sueño, su único alivio es que pronto sería la última vez que acudiera a esas lecciones… Y esperaba que fuera la última vez que se encontrara con Terrence.
Por fin había llegado la cuarta y última sesión. Candy despertó animada por ese pensamiento y como los días anteriores, al llegar al descanso de media tarde, se dirigió hacia la biblioteca que se había vuelto el lugar de sus pesadillas.
La sesión comenzó de la misma manera que las últimas tres ocasiones. Era tan aburrida que Candy comenzó a soñar despierta nuevamente; esta vez viendo fijamente los ojos de Terrence, mientras él estaba ocupado revisando la clasificación de los libros de lengua y literatura europea. Un rebelde mechón de su cabello le caía directamente sobre los ojos dándole un aire enigmático.
¿Qué es lo que me pone tan nerviosa de él?...
Quizás es ese raro color en sus ojos tan parecido a los tintes del mar, se ve tan impredecible... Como si de un momento a otro fuera a estallar una tormenta en ellos o, por el contrario, como si estuvieran tan en calma, como el más cristalino lago…
Sus ojos…
¡Debería ser un delito el que alguien tan burlón y desagradable tenga ese color de ojos...!
Y, a decir verdad, Candy también hubiera deseado que no tuviera esa mirada que le provocaba una sensación extraña en el estómago,
… Y que no tuviera esa cara de niño bueno que ponía a veces, tan fácilmente, y que le impedía retarlo cuando la incordiaba en exceso,
… Y esa sonrisa sincera que dibujaba en su rostro, cuando no se burlaba de ella, y que era capaz de derretir un témpano de hielo,
… Y…
En ese profundo análisis estaba Candy, cuando la Hermana Clara le hizo una nueva pregunta. Terrence la miró detenidamente esperando su respuesta, al igual que la Hermana Clara.
Ambos se veían un poco impacientes.
- "Yo… Yo creo que… Me parece que los libros están en el ala oeste."
- "¡Señorita Andley! ¿Pero es que acaso no ha escuchado una sola palabra de lo que hemos revisado?" La Hermana Clara estaba también visualmente agotada debido a estas sesiones.
¡Rayos!
- "No, es que yo… Yo en realidad… Yo no… Me siento bien… Yo no me siento bien." Respondió tan pálida que casi era cierto lo que decía.
La Hermana Clara se disponía a reprender a Candy, cuando los tres pegaron un brinco debido a un fuerte y distorsionado sonido que provenía de los jardines en el exterior del edificio.
- "¡Dios mío! ¿Pero qué ha sido eso? ¡Ustedes quédense aquí! Saldré a ver qué ha sucedido." Dijo alarmada la monja.
- "Hermana, si gusta puedo ir yo mismo a averiguarlo." Respondió caballerosamente Terrence, aunque en realidad lo que deseaba era salir de ahí para librarse de rescatar una vez más a Candy. Se le habían acabado todas las ideas que harían eso posible.
- "De ninguna manera Señor Grandchester, quédese aquí y por amor de Dios, terminen esta lección." Parecía que la Hermana Clara había pensado exactamente lo mismo que Terrence y sólo deseaba salir de allí… Dejándolos solos, a pesar de que todo este lío había comenzado precisamente al encontrar a dos estudiantes solos en los pasillos de la biblioteca. – "Regresaré en seguida y cuando lo haga, volveré a formularle la última pregunta Señorita Andley."
¡Cielos! ¿Qué pregunta me habrá hecho?
- "Sssí… Sí Hermana." Respondió insegura Candy.
Una vez que la religiosa saliera del recinto Terrence explotó.
- "¡¿Cómo diablos has hecho para conseguir no atinar a responder una sola pregunta?¡ ¿Es que de pronto te has convertido en una mona cabeza hueca?"
En realidad, la única cosa que Candy había escuchado estos días eran sus propias preguntas:
¿Los ojos color zafiro de Terrence, tenían betas verdes?
¿Hacia qué lado Terrence sonreía cuando quería burlarse de ella?
¿Qué tan profunda era su voz cuando recitaba?
¿Cuánta seriedad podía adquirir su rostro cuando la Hermana hablaba de su padre y sus grandes contribuciones al Colegio?
- "¿Qué posible insensatez tuya te ha hecho más atolondrada de lo normal? ¿Últimamente te has caído de alguno de los árboles durante tus acrobacias nocturnas?" Terrence esperaba una respuesta a esa pregunta, sin embargo, Candy se veía completamente ausente de nuevo con una mirada que iba más allá de él.
Ella podía ver los labios de Terrence moviéndose, pero su cabeza estaba completamente absorta formulando más preguntas acerca de él.
¿Qué le sucede ahora a esta chica?
- "Terminemos con esto. La respuesta a lo que te han preguntado es la Biblioteca Británica* donde además se encuentra un ejemplar de la Carta Magna. Podrás ir a visitarla el próximo quinto domingo, te haría bien aprender un poco sobre el tema." Dicho esto, Terrence se levantó y comenzó a caminar hacia la salida.
Esto definitivamente no había salido como quería.
Por su parte, Candy había conseguido finalmente escuchar eso último que Terrence había pronunciado antes de levantarse de su asiento.
¿Qué será el quinto domingo?
Ella tendría que preguntárselo a sus primos la próxima vez que los viera.
Unos minutos después, la Hermana regresó tan aturdida que simplemente dejó ir a Candy al notar que Terrence había desaparecido.
Candy por fin pudo respirar tranquila, su corazón había regresado a su ritmo normal y sus piernas podían sostenerla de nuevo.
Definitivamente algo le pasaba cuando Terrence estaba cerca, algo en él y en su mirada la inquietaba incontrolablemente. Nuevamente la pregunta surgió en su cabeza.
¿Qué es lo que me pasa?
Aliviada por haber sobrevivido a esos cuatro días, se dirigió de inmediato a su habitación, que era el único lugar en el que estaba completamente segura que no se encontraría con Terrence…
Salvo en sus propios pensamientos.
Notas:
* Biblioteca Británica
Creada en 1753, se localiza en Euston Road en Londres.
Agradecimientos:
Y seguimos con los capítulos originales.
¡Sus comentarios me han alegrado el corazón! Espero que se hayan divertido tanto como yo.
Una imagen de Terry blofeando acerca de "tu salvador" surgió en mi cabeza desde que leí esa parte de CCFS y quise hacer algo inspirado en esto. Este capítulo de la biblioteca lo dividí en dos precisamente para que el próximo sábado pueda publicar el capítulo en honor del cumpleaños de Terry que, por supuesto tratará sobre ello, aunque tiene una parte que vimos en el anime para darle continuidad a la historia.
Y he aquí mis agradecimientos:
Maquig: cada vez que acabo un capítulo yo también quiero otro jejeje…
Darling eveling: como verás al pobre Terry tampoco le salieron las cosas como esperaba, pero eso le dará más ganas de volverlo a intentar.
AlexaPQ: parece que tú también tuviste la misma imagen con la frase de "tu salvador" que yo.
Terry780716: creo que más que tensión romántica a la pobre de Candy la atacó su incontrolable imaginación. Y es que cómo no distraerse con semejante ser en frente de una.
Phambe: yo espero que sigas emocionándote con esta historia, está hecha con todo mi corazón para ustedes.
Dianley: exactamente, vamos a ver cómo les va en este juego a los dos.
Eli: me encanta lo que dices, yo también lo veo así. Lo más hermoso es que Terry ni cuenta se dio de que ese solitario y desconfiado ser que era, de pronto ya tenía un alma similar al ladito de él.
Dalia: jeje justamente Candy anda en eso de estudiarle la tonalidad a sus ojos ;)
Vane W. G: Qué mejor castigo por andar juntitos en la biblioteca, que seguir juntitos en el mismo lugar (sólo que con todo y monja)
Stormaw: Aquí la continuación ;)
Wendy Alfaro: muchas gracias por comentarme… Terry juega con ventaja, pero Candy irá aprendiendo a jugar sus cartas también ;)
ELISA LUCIA V 2016 y skarllet northman: gracias por estar desde el inicio, he aquí un capítulo más.
