Algún día, en algún lugar (Someday, Somewhere).
Los personajes de Candy pertenecen a sus respectivas autoras K. Mizuki y Y. Igarashi. Ésta es una historia construida con la única intención de esparcimiento, sin fines de lucro, casi toda pertenece a mi imaginación, sin embargo, reconozco que hay pasajes de libros que he leído por aquí y por allá, como aquel que da nombre (en inglés) a esta historia.
Nota:
Este capítulo lo dividí en dos para poder publicarlo a tiempo.
La primera línea de este capítulo fue inspirada por aquel episodio del anime en donde estado en el zoológico, Candy le relata a Terry que le había llamado "vieja cabeza dura" a la hermana Grey y él no puede parar de reír.
Es así como me imagino riéndose a Blake 😊
Capítulo 4: Un viaje al pasado (parte 1).
La risa de Blake Hartman había taladrado los oídos de Lilian durante buen rato, era una voz tan hermosamente profunda como burlona... ¡fastidiosamente burlona! No sabía si deleitarse con ella o callarlo de un puñetazo en esa atractiva cara.
- ¡Quiere dejar de reírse de una vez! No es nada caballeroso de su parte – se quejó Lilian una vez que atinó a pronunciar una frase coherente y aun sufriendo una abrumadora taquicardia.
Había estado en shock durante algunos minutos después de ver como el rostro del poster de Romeo había cobrado vida y se había presentado frente a ella bajo el nombre de "Blake Hartman".
El hombre frente a ella primero había fruncido el ceño y después le había mostrado una sonrisa torcida que finalmente dio paso a una interminable carcajada burlona.
No lograba superar el gran parecido que tenía ese hombre con Graham, aunque viéndolo bien no eran idénticos, sus ojos eran de un verde azulado muy intenso, y no tan profundamente azules como los de Terrence; era un poco menos delgado pero tan alto como solía verse el actor en las fotografías de la época, y con las facciones un poco más duras por la diferencia de edad. Terrence tenía diecisiete cuando conquistó las tablas, Hartman debía rondar los treinta, pero seguía siendo muy guapo, era un Terrence más maduro pero igualmente impactante.
¡No!
Ese sujeto burlón no podía ser en nada parecido a un asombroso actor que era capaz de recitar las más bellas frases de amor shakesperiano. Este tipo no era más que un ser que salió ganón en la lotería de los genes. Seguramente estaría acostumbrado a que las mujeres fueran tras él solo por esa enorme suerte que tuvo de heredar algo más que la fortuna familiar.
¡Pues bien!
Lilian White le daría una lección sobre dignidad.
Tratando de inhalar profundamente para detener el temblor de su voz, ella lo miró fijamente.
- Como le dije por teléfono, el reloj y el resto de las pertenencias de su tío bisabuelo están en la casita de Stratford. Hay muchos recuerdos ahí, sin embargo, debo decidir qué hacer con ellos, desgraciadamente es posible que no pueda conservar por mucho tiempo ese lugar.
Sin perder el gesto burlón, Blake le contestó mirándola igualmente a los ojos con socarronería recordándole aquella primera reacción frente a él.
- ¿Existen otras pruebas como cartas escritas de puño y letra de él?
Lilian pretendió mostrarse más segura, todo saldría bien si se imaginaba que él era un ente desagradable, uno horroroso, una especie de monstruo de cuento de hadas que se hacía pasar por un príncipe... un príncipe guapísimo con unos ojos perfectos y un cuerpo de infarto, qué bien se veía aun con la ropa puesta...
¡No, Lilian, contrólate!
Es un monstruo, feo, muy muy feo, y desagradable, que hace muecas burlonas y desconsideradas... con esos labios maravillosos que dejan salir esa hermosa y profunda voz...
- ¡No! – respondió con excesivo entusiasmo, tras lo cual trató de concentrarse en lo pegajoso que debía ser el monstruo del Lago Ness. – Quiero decir que Candy guardó aquellas que fueron intercambiadas en su juventud, alrededor de 1914, pero no existe nada de años posteriores.
- Qué conveniente, ¿no lo cree? Y aun así fue capaz de regalar indicios de ese romance a la prensa – La miró él con ojos perspicaces.
- Yo no autoricé la publicación de esa historia señor Hartman, y si le soy sincera, creo que si usted hubiera tomado alguna de las llamadas que le hice, ese artículo no habría sido filtrado.
- ¡Increíble! Usted debe creer que mis empleados y yo no tenemos nada mejor qué hacer que responder a todas las fanáticas que afirman haber conocido a alguien de mi familia.
Lilian ya había previsto que ese sería uno de sus argumentos.
- La cortesía no cuesta nada ¿no lo cree? Imagino que alguno de sus ayudantes podría ser capaz de decirme algo así como "Gracias, pero al señor Hartman le tiene sin cuidado ese manuscrito, sin embargo le gustaría conservar el reloj de su pariente." ¿O acaso no heredó ningún rasgo de caballerosidad de los importantísimos Grandchester?
Hartman se alejó de golpe poniendo distancia entre ellos y pensando que esa entrometida mujer quería aparentar que conocía muy bien a su familia.
A Lilian le pareció que un muro comenzaba a construirse entre ellos. Sus ojos reflejaron una aterradora frialdad.
Para tranquilizarse, Blake miró por la ventana del balcón el terrible caos vial londinense.
- Es increíble el tráfico que hay aquí – suspiró él.
Lilian sonrió ligeramente pensando que eso fue lo primero que ella expresó al tratar de acercarse al lugar que él había elegido para este encuentro.
- Señorita White, he venido aquí en mi avión privado, tenía previsto volar esta misma noche. Mañana tengo una reunión en Nueva York.
- Le deseo un feliz vuelo – respondió Lilian tomando su bolso y levantándose con la intención de darse media vuelta y largarse de allí. Había tenido suficiente de ese sujeto.
- Señorita White – repitió él casi entre dientes, mientras Lilian se detenía al escuchar su nombre. – Aplazaré mi reunión y viajaré con usted a ese sitio donde solo van los turistas.
¿Debía decirle que ahora ella no tenía ganas de ir a Stratford-upon Avon como señal de guerra?
- Es una hermosa época para visitar Stratford, la Royal Shakespeare Company recién ha estrenado obra, seguro lo disfrutará.
Hartman hizo una mueca de resignación. No estaba acostumbrado a ser desafiado.
- Permítame que organice este viaje. Posiblemente no tenga tiempo de ver la puesta en escena de ninguna obra de teatro, pero puedo acompañarla a ese lugar, ver lo que hay allí y tomar algunas decisiones. ¿Dónde puedo recogerla cuando esté todo listo?
Lilian le escribió la dirección de su apartamento en una hoja de su agenda y acto seguido salió casi corriendo del Savoy.
¿Cómo había podido Candy enamorarse de un ser con una presencia tan abrumadora como sin duda sería cualquier pariente de Blake Hartman Grandchester?
- Terrence seguro era mucho más agradable – dijo ella tratando de consolarse y subiendo a su vehículo sintiéndose aún intranquila.
... Otra noche sin dormir...
Hartman le había llamado casi un par de horas después de llegar a su apartamento para comunicarle que saldrían alrededor de las seis de la mañana rumbo a Stratford-upon-Avon.
Ese hombre estaba desquiciado, seguro era uno de esos seres que no disfrutaba los placeres de la vida... como dormir, por ejemplo.
Apenas tuvo tiempo de hacer una pequeña valija con lo más básico, las llaves de la casita y un refrigerio que la ayudaría a soportar el camino en tren, en autobús y en auto, porque estaba segura de que la enviaría en el tren de segunda clase.
Grande fue su sorpresa al bajar las escaleras por la mañana y toparse con Hartman recargado en un precioso deportivo Aston Martin¹, ¿en qué momento había decidido que irían solos en un espacio tan pequeño?
Definitivamente no se animaba a dar un solo paso hacia esa tragedia.
- ¿Qué espera señorita White? – dijo él abriendo la puerta del copiloto.
- ¿Iremos en auto? – balbuceó Lilian negándose a la realidad.
- ¿No le parece un poco obvio? – respondió Hartman haciéndola sentir muy pero muy tonta.
- Pensé que a los millonarios no les gustaba manejar sus propios autos – dijo ella tratando de responder la ofensa.
- Pues a este millonario no le molesta – gruñó él arrebatándole el bolso de viaje y arrojándolo al interior. – Y ahora, si me hace el honor de subir, podremos emprender la marcha.
Finalmente Lilian subió al elegante auto, recibiendo de golpe un aroma fresco. Olía similar a la hierba que crece en el bosque en verano, una combinación amaderada y fresca a la vez, y se sorprendió al comprender que provenía de Blake.
Éste por su lado encendió el auto y seleccionó de inmediato entre su gran colección de música, un concierto de dos horas con piezas clásicas de piano, y subió el volumen de tal manera que hacía impensable el poder siquiera charlar brevemente. Blake había tenido que hacer esto más con el fin de no estrangularla, por si se le ocurría seguir parloteando cosas tontas sobre los millonarios.
Ella por su lado miraba fijamente por la ventana para no encararlo, sabía perfectamente que tendría más suerte de conseguir lo que quería si lo hacía por las buenas.
¡Pero ese sujeto sacaba su peor lado!
Le daban ganas de gruñir tan fuerte como él lo hacía y darle órdenes a diestra y siniestra.
Pasó más de una hora para que ambos lograran tranquilizarse y Blake bajara el volumen, cuando lo hizo, Lilian pudo ver que se asomaba una suave sonrisa en sus labios y por momentos parecía estar tentado a cerrar los ojos para poder disfruta la pieza de piano que sonaba en ese momento.
No cabe duda de que la música calma a las bestias.
Ella se rió un poco de sí misma, también se encontraba más tranquila.
El día era fantástico para viajar, habían tenido días muy calurosos en Londres, algo atípico para la imagen de la lluvia interminable que suele tener entre los visitantes. La carretera hacia Stratford-upon Avon era un camino bastante agradable, estaba rodeado de una mayor cantidad de naturaleza conforme se aproximaban a Warwickshire.
- Esta desviación conduce a un lugar interesantísimo, si alguna vez tiene oportunidad visite el castillo de Warwick, hace unos años cobró una gran importancia por los libros que hablaban del...
- ¿Del "hacedor de reyes"?, sí, conozco la historia.
Lilian lo miró con curiosidad, la intención de su comentario había sido meramente romper el silencio, no esperaba iniciar una charla.
- Vaya, ¿le gusta la historia inglesa?
- Me atraen algunos relatos históricos.
- ¿Las batallas de York versus Lancaster?
Blake se encogió de hombros.
- La batalla es lo menos importante. La estrategia es apasionante, es lo que quedará escrito en las páginas de la historia, es más profunda... implica cuidar los detalles más simples.
El rostro de Blake se había suavizado por primera vez desde que lo conoció, el ceño ya no estaba fruncido y sus ojos parecían un lago en calma. Se veía mucho mejor así.
- O lo que es lo mismo Mi reino por un caballo²... – habló Lilian volviendo a fijar la mirada en el verde sendero que los guiaba hacia el último hogar de Candy.
Blake sonrió.
- Puedo relatarle un centenar de frases de Shakespeare, pero creo que sería más entretenido escucharle a usted contar una historia.
- ¿Qué quiere saber?
- No lo sé, ¿una historia acerca de su tío abuelo? ¿Hay algo en especial que recuerde de él?
- Le gustaba tocar el piano.
- Lo sé, varios relatos de su manuscrito hablan de lo mucho que disfrutaba las piezas clásicas aunque durante un tiempo lo había dejado. Él tocó para Candy, ¿sabe?
Blake trató de no rodar los ojos en señal de hartazgo.
- También sé que solía ser perseguido por varias mujeres bastante locas.
- Bien, me gusta ese tema... cuénteme una historia de terror.
- ... La última de ellas llegó a través de una mujer muy necia que hacía una cantidad infernal de llamadas a mi oficina.
- ¡Hey!... Pensé que estábamos conservando la paz y la armonía en este auto.
Blake sonrió, en realidad pretendía bromear. Después de todo, esta mujer se había salido con la suya y lo había involucrado lo suficiente como para dejar sus asuntos en pausa.
- Debo confesar que usted y su abuela no son las mujeres más locas que han intentado relacionar a Terrence en sus delirios. Según sé, lidió con un posible escándalo encabezado por una mujer que clamaba a los cuatro vientos haber tenido un hijo suyo y exigía incluso que se le reconociera como parte de los Grandchester, al parecer estaba bien enterada de su pasado.
- Debe haber cientos de mujeres que desearan haber tenido un romance con él, ¿qué evidencias tenía?
- Decía haberse encontrado con Terrence tras el estreno de la puesta en escena de Hamlet y que él había tomado ventaja de ella cuando "inocentemente" la encontró aguardándolo en su camerino. Esta mujer solía enviarle rosas rojas desde que llegaba a Nueva York hasta que se marchaba de ahí y de alguna manera consiguió que esa noche el tramoyero la dejara entrar sin que nadie lo supiera. Afortunadamente, él permaneció un largo momento en el escenario observando a la gente marcharse, se decía que tras cada estreno hacía lo mismo, parecía estar esperando ver a alguien entre el público, pero al parecer nunca encontraba a esa persona. Después subía a la azotea a tocar la armónica y finalmente, si se sentía de humor, acudía unos breves instantes a los compromisos que tuviera la compañía.
- Entonces esta loca mujer lo esperó en balde...
- Así es, y no solo eso. Una de las increíblemente temperamentales actrices de la compañía la encontró dentro del camerino del tío Terrence y la sacó a patadas a pesar de encontrarse en paños menores. Varios fotógrafos que esperaban pacientemente al actor principal la captaron y aunque su familia era bastante adinerada como para comprar el silencio de los fotógrafos, no contaban con que uno de ellos los traicionara guardando una copia de la foto de Karen Klaise pateando su desnudo trasero cuando años después esta mujer narrara su elaborada mentira diciendo que el hijo que tenía era fruto de la ventaja que habían tomado de ella en esa ocasión, y así fue como se supo que todo esto era una artimaña. Klaise confirmó que Terry jamás había estado con ella en su camerino.
- Ja ja ja qué maravilla – aplaudió Lilian – ¿Y se sabe el nombre de aquella mujer? Me encantaría ver esa foto de su mentiroso y pateado trasero en los diarios de los años 20.
- Según recuerdo, era alguien de apellido Leagan... Una familia con propiedades hoteleras en Florida y que finalmente perdió la vida acomodada durante los años de la crisis.
- ¡No, no, no...! ¿¡Eliza Leagan!? ¡Dios, que ganas de haber estado allí en ese momento! ¡Qué historia!
- ¿Y esto le emociona debido a...?
- Esa mujer era un verdadero demonio, no solo persiguió a su tío abuelo, también le hizo ver su suerte a la abuela Candy durante años. Tendría que leer el manuscrito completo de Terrence para entenderlo. Ella fue la que tramó su primer separación.
Blake suspiró, de nuevo entraban a un territorio escabroso.
- Hagamos un pacto Lilian...
- ¿Un... pacto? – murmuró Lilian tratando de no poner cara de sorpresa al oír por primera vez su nombre pronunciado con aquella masculina voz.
Y a todo esto, ¿cuándo le había dado permiso de tutearla?
- Sí, verá... si usted tiene razón y hay una sólida evidencia de la relación entre su abuela y Terrence, corroboraré la historia de ese manuscrito reconociendo a la señora White como pareja de mi tío abuelo, yo mismo le prestaré absolutamente toda la ayuda de la que sea capaz para que usted llene todos y cada uno de los vacíos que tiene esa historia y la publique sin lugar a discusión.
- ¿Y si usted gana?
- Entonces se olvida de esta historia y deja a mi familia en paz, y con ello me refiero a TODA mi familia, vivos y muertos.
Lilian lo miró con sospecha, ella no tenía duda alguna de que ganaría, pero no sabía si podía confiar en ese hombre.
- ¿Y cómo propone que confirmemos quién es el ganador?
- Comencemos por buscar aquí – dijo él mientras detenía el auto sobre Bridge Street, señalando con un gesto el camino que bordeaba el río Avon. – Si no le molesta tomar el volante, guíenos hacia el supuesto nido de amor que perteneció a su abuela.
Lilian sintió un escalofrío al ver la desafiante mirada de Blake sobre ella.
Para él, en estos momentos, Candy y Eliza Leagan eran prácticamente iguales, sin embargo, ella se encargaría de quitarle todas y cada una de las dudas a este hombre que creía saberlo todo sobre Terrence Graham Grandchester.
Notas:
¹ Aston Martin es un fabricante británico de automóviles de lujo y alto rendimiento, en mi imaginación seguro que era un deportivo último modelo.
² Frase de Ricardo III, William Shakespeare.
Agradecimientos:
Letty Bonilla: no te preocupes C&T tendrán el final merecido 😊
Gladys: yo la paso igual de nerviosa, acabando con mis uñas cada vez que publico y espero las reacciones, iniciamos bien, veamos hasta dónde nos lleva.
Gracias lindas Nat y Yelani, sigan por aquí pues se pone bueno.
Kamanance: yo también estoy intrigada por ver a dónde nos llevará todo esto, es lo increíble de una historia que no está terminada. Nos leemos el siguiente fin.
Anna: Hace poco vi un lugar parecido al que en mi cabeza fue el hogar final de Candy y me inspiré; me encanta saber que logré transmitir algo de ese encanto que a veces solo viéndolo se puede comprender. Te agradezco el interés y aunque en la escritura erótica soy inexperta, no puedo desperdiciar a un hombre como Blake, así que quién sabe, quizás aquí me inauguró escribiendo las 50 sombras de Blake jajajaja. El romance definitivamente llegará. Por cierto, igualmente leí tu review en Sol de invierno, en teoría es un one shot pero como quedó kilométrico lo tuve que partir en dos para celebrar la noche en la que C&T se conocieron, qué bueno que te gustó como para continuarla. ¡Abrazos Anna, espero seguir leyéndote!
Francesca -Romana: vendrán aún más encuentros emocionantes, ya lo verás.
Torpe: Publicaré semanalmente pues la historia no está terminada y la vida diaria no me deja avanzar mucho, pero me comprometo a subir capítulo ya sea sábado o domingo . ¡Y sí! Crucemos los dedos para pedir que las musas no me abandonen, porque las muy ingratas a veces se van de paseo sin mí.
Clau Bonilla ¿qué crees? Eso no podría ser pues Terry y Candy habrían tenido alrededor de 70 y tantos años cuando Blake nació por lo que no podrían ser sus papás. Tendré que mantenerte en suspenso otro rato pues no es la respuesta al misterio.
Phambe: Como siempre, me emocionan tus teorías y aprendo de tus comentarios, busco precisamente una historia distinta, creo que vale la pena salirse un poco de los relatos tradicionales, y tal como dices, saber contarla a veces es el segundo reto. El realismo espero no perderlo durante la trama, hay un evento que aún me llena de duda si encajará en ella y será suficientemente creíble... hmmm ya veremos cuando llegue esa parte que es casi cuando se empieza a develar parte de la historia de Blake. Es un hecho que debe suceder para dar sentido a la historia.
Efectivamente he invertido los roles, la mujer misteriosa es Candy y aplaudo tu maravillosa memoria, en algún punto retomaré al dueño de esa voz que alguna vez escuchó Lilian cuando era pequeña. Las edades las tuve que modificar para que esto fuera posible y ambos protagonistas tuvieran recuerdos de sus "antepasados" pero no te adelanto más de la trama para guardar la sorpresa, pronto empezarán los relatos sobre C&T.
Respecto al libro de "Paula", solamente lo he recordado pues explica muy bien los momentos en los que la inspiración de escribir llega, es un libro interesante sobre historias familiares que rondan una tragedia en la vida de la autora que es la protagonista a la vez. No es el libro que inspiró esta historia, ese libro es de Eileen Ramsay (el título en inglés es el mismo que el de esta historia), y debo de admitir que solo una parte de él me gustó y el final me quedó a deber, será eso por lo que quise escribir esta historia para quedarme algo más satisfecha. ... Para mí es una fuente de inspiración leer los comentarios, mi manera de agradecerles su tiempo es contestándoles a cada una, y ha sido una maravillosa oportunidad de poder interactuar contigo, siempre me alegra leerte. Te mando un fuerte abrazo hasta donde te encuentres y que tengas maravillosa semana.
Y a quienes le dedican unos minutos de su día a esta historia, gracias. Que la semana que inicia sea simplemente genial.
