Algún día, en algún lugar (Someday, Somewhere).

Los personajes de Candy pertenecen a sus respectivas autoras K. Mizuki y Y. Igarashi. Ésta es una historia construida con la única intención de esparcimiento, sin fines de lucro, casi toda pertenece a mi imaginación, sin embargo, reconozco que hay pasajes de libros que he leído por aquí y por allá, como aquel que da nombre (en inglés) a esta historia. Agradecería enormemente que si la copian en otro lugar me lo hagan saber y que incluyan los créditos como reconocimiento a mi tiempo escribiendo y publicando.


Capítulo 5: Un viaje al pasado (parte 2).

Lilian estacionó el auto con facilidad frente al pequeño cottage, había sido toda una experiencia manejar un deportivo de lujo como el que le había cedido Blake, al que había olvidado por un momento mientras conducía por las pequeñas calles de Stratford-upon Avon. Se había dado el lujo de recorrer un poco la pequeña ciudad pasando por lugares que a ella le parecían interesantes, fue así como pasó frente a la casa donde nació William Shakespeare, para seguir por el camino que lleva a Holy Trinity Church, el lugar donde había sido enterrado, y finalmente frente a la Royal Shakespeare Company que era la ruta necesaria para llevarla bordeando el río Avon, hasta el hogar de Candy.

- Henos aquí – dijo Lilly con el corazón rebosante de alegría al contemplar el lugar.

Hartman miró a Lilian brevemente y luego desvió la vista hacia la pequeña casita; aun de perfil ella notó la manera en la que él palideció.

Lilly volvió a contemplar el lugar tratando de ver el panorama tal y como lo veía Blake, pero no vio nada que provocara esa reacción. En seguida, ambos bajaron del auto.

Blake guardó silencio viendo fijamente el arco forrado de plantas que daba la bienvenida a la propiedad. Lilly decidió dejarlo inmerso en sus pensamientos y tomó las llaves de su bolso de viaje para abrir la puerta de la casa.

- Si lo desea puede echar un vistazo alrededor, yo abriré el desván y bajaré tantas cosas como me sean posibles, la escalera es estrecha y arriba apenas hay sitio para dos personas.

Él simplemente asintió, era un misterio lo que podía haberle sucedido a un bravucón como él que parecía tener siempre algo que alegar. Ella imaginaba una batalla inicial acerca de lo poco probable que era que Terrence hubiese vivido en un lugar como ese, sin lujos y algo alejado de la civilización.

Lilly subió la apretada escalera que conducía a los pisos superiores, pero al llegar al desván sufrió un momento de indecisión. A ciencia cierta no sabía qué llevar consigo como "prueba" de la relación entre su abuela y el actor. Llevaba consigo el manuscrito, el cual colocó en el lugar en el que originalmente lo encontró, y decidió comenzar por tomar una caja y llenarla con las fotografías que encontró.

De pronto, sintió que no estaba sola, al darse la vuelta pudo ver a Blake entrando al lugar agachándose incómodamente para poder abrirse paso en el pequeño lugar – que dicho sea de paso, le parecía más pequeño que nunca – por lo que decidió darle un poco de espacio y dejarle explorar por su cuenta mientras ella se dirigía a la acogedora habitación de Candy para tratar de darle cierto orden a la montaña de fotos que había colocado en la caja.

Durante varios minutos le escuchó ir de un extremo a otro, seguramente estaba viendo cada uno de los carteles de las puestas en escena de Terrence y algunos de los cuadros que se encontraban en el lugar; tras lo cual parecía haberse detenido pues no se escuchó ruido alguno durante más de una hora.

¿Se habría quedado dormido? Con esa fea costumbre de levantar a los demás de madrugada no le parecería raro.

Mientras tanto Lilian miraba alarmada la cantidad de fotos que había, inicialmente no había logrado ver ni la mitad de ellas y aunque algunas estaban fechadas, había otras que apenas se lograban distinguir; debía ser culpa de la humedad en la que habían permanecido.

Con curiosidad iba pasando algunas de ellas, había una mezcla entre imágenes del Hogar de Pony, que bien conocía ella, otras eran de la época de la juventud de Candy en Londres, de la escuela de enfermería; hasta una tonelada de fotos de Terrence e imágenes de personas desconocidas para ella. Entre ellas varias fotografías destacaban, en todas aparecía un adolescente con ojos marinos destellantes y de una belleza asombrosa. Al reverso apenas se podía leer 1938... la época pre guerra.

Por fin había encontrado evidencia indiscutible; imágenes de la pareja a través de los años. Las fotos en las que aparecía Terrence no parecían obra de una mujer trastornada, solitaria y frustrada que se había inventado un romance secreto; las situaciones en las que se observaban reflejaban intimidad y conocimiento. Eran retratos hechos por una mujer que lo amaba, y por la luz con la que brillaban sus ojos, él la amaba a ella.

Una vida secreta, ¿cómo podía Candy haber vivido con Terrence tan íntimamente por más de cincuenta años sin que nadie lo supiera? Sonaba imposible, si los periodistas lo hubieran averiguado, sin duda lo publicarían y habrían expuesto su amor en la prensa sensacionalista.

Pero las fotografías no mentían. Eran demasiado... íntimas.

Ahora solo restaba entender el cómo es que la vida los había reencontrado.

¿Por qué habrían mantenido su relación en secreto? ¿Por qué no se habían casado? ¿Estaría él casado con otra mujer?

Lilian se enfadó por un momento.

De eso nada se sabía, el mismo John le había corroborado que no había prueba en los registros.

Un estruendo la hizo saltar del susto.

Nuevamente Hartman se movía, ahora parecía estar revisado todos los cajones del escritorio. Perdía su tiempo, ella ya había hecho lo mismo. Luego lo escuchó soltar una palabrota al golpearse con el marco de la estrecha puerta y bajar a toda velocidad la escalera.

- ¡Lilly! – gritó Blake. ¿Cuándo se había convertido ella en "Lilly" para él?

- A su izquierda, en el cuarto principal – le indicó ella aun extrañada por la familiaridad con la que le había llamado. ¿Qué rayos había encontrado que lo había puesto tan amistoso?

- ¡Mire! – dijo él emocionado mostrándole el retrato a lápiz de un Terrence melancólico. – Él jamás permitió que le dibujaran, siempre le pareció una banalidad absurda, le aburría la gente que se acercaba a él por su físico y dar su consentimiento para que le hicieran un retrato le significaba una contradicción. Pero esto es distinto... puedo sentir su emoción con solo verlo.

Blake parecía haber descubierto que Terrence era humano.

- Me gusta, ¿qué significa auld lang syne? Aún se puede leer una frase en el reverso: Should auld acquaintance be forgot, and auld lang syne?

- "Auld lang syne", en escocés, literalmente significa "hace mucho tiempo"; aunque se traduce más adecuadamente como "por los viejos tiempos"¹ También en algunos países esa frase se ha traducido como una canción del adiós. Dice algo como:

¿Por qué perder las esperanzas

de volverse a ver?

¿Por qué perder las esperanzas

si hay tanto querer?

No es más que un hasta luego

No es más que un breve adiós...¹

Después de escucharla, la euforia de Blake se evaporó, se veía claramente incómodo.

- Creo que es así como te ves cuando amas a alguien a quien no puedes tener en ese momento, pero sabes que tarde o temprano en la vida se reencontrarán.

- ¿Por qué habrías de esperar por algo imposible?

- No se trata de esperar por cualquier persona. ¿Y si conociera a su alma gemela señor Hartman...? —le preguntó Lilian—. ¿Podría evitar esperar el tiempo que sea necesario?

- Demonios, sí. La idea de que haya un alma por ahí esperando por mí y perdiendo su tiempo, mientras yo vivo mi vida, me deprime en cantidad.

- No es así. No se trata de perder su tiempo.

- Entonces ¿de qué se trata? —Blake le escuchaba sin prestarle demasiada atención, todavía visiblemente incómodo por el rumbo que había tomado esa plática. En mal momento se le había ocurrido ver esa frase que apenas se notaba al reverso del retrato de Terrence.

- Es como si toda la vida hubieras estado cayendo hacia el suelo hasta el momento en que alguien te atrapa. Entonces te das cuenta de que en cierto modo tú le has atrapado al mismo tiempo. Están juntos en esto y ya no volverán a sentirse un alma sola en el mundo. Eso es algo que no pasa con frecuencia y por lo que vale la pena tener esperanza... Mientras estemos vivos, hay esperanza, es lo que Candy pensaba, lo mismo que su tío abuelo.

- Aun no sabemos si fue Terrence quien escribió esto al reverso.

- Claramente no fue él quien lo escribió, señor Hartman. Esta no es su letra.

Blake fijó los ojos en la caligrafía, efectivamente había pasado por alto un detalle tan obvio.

- Bien, con más razón podemos constatar que no tiene nada qué ver con él – respondió Hartman.

- Yo diría que hemos encontrado una pieza del rompecabezas, mire la fecha.

- 1923, ¿qué es lo que quiere decir?

- En esa fecha ellos aún no se habían reencontrado sin embargo, mire esto... – las manos de Lilian temblaron al entregarle un bonche de fotos de la pareja – Todas las fotografías que encontré son posteriores, tendremos que ir armando esta historia poco a poco.

- Usted no lo entiende... – murmuró Blake bajando la mirada, sintiendo una punzada al ver la evidencia frente a sus ojos. Esto debía tener una buena explicación.

- ¿Qué es lo que no entiendo?

- Él nos lo hubiera dicho, ¡si él hubiera amado así a una mujer yo lo habría sabido!

La tristeza y la decepción que Blake transmitía eran palpables. Su tío abuelo, su ídolo, y probablemente a quien consideró su ejemplo en la vida, le había guardado un secreto a él y a toda su familia.

Lilian apretó los labios sin saber qué decir, entendía cómo se sentía pero ahora nada frenaría su búsqueda de la verdad. Él comenzaría por ayudarle a llenar los huecos de la historia tal y como había prometido, tendría que recordárselo en cuanto le regresaran los colores al rostro. Blake parecía una hoja de papel.

Era tan tarde que lo mejor era engañar al estómago con cualquier cosa e irse a dormir; este secreto había esperado muchos años, podría esperar una noche más.

- Se ha hecho muy tarde, yo le recomendaría ver si hay sitio en alguna de las posadas de la ciudad... A menos... que quiera quedarse aquí. Yo no tendría inconveniente y podríamos aprovechar el tiempo, me imagino que deseará despertarse al amanecer para continuar la revisión – Lilian trató de sonar amistosa.

Él pareció meditarlo un momento considerando las alternativas.

- Viendo estos dos dormitorios creo que usted podría ocupar el pequeño. Si se niega a que la eche de la recámara principal podemos compartirla – alegó Blake con sorna.

- Muy gracioso señor Hartman – contestó Lilian frunciendo el ceño. – ¿Por qué habría yo de compartir la habitación con usted?

- Muchas mujeres no dudarían en tomarme la palabra – Blake levantó una ceja con coquetería haciendo una breve pausa para disfrutar de la indignación en el rostro de ella – ¡Vamos Lilian! Soy demasiado alto para dormir en la reducida camita del cuarto infantil, seguramente sería una buena oportunidad para recordar a su abuela y su propia infancia.

Lilian rodó los ojos y lo miró con reprobación. Solo estaba tratando de tomarle el pelo y obligarla a ceder la habitación.

Pues que se quedara en ella, Lilian White preferiría dormir en la intemperie antes que compartir la cama con él.

- No me gusta que se burle de mí – gruñó.

- Esa no es mi intención, pero es usted una persona muy necia. Creo que podemos hacer las paces mientras cenamos lo que sea que mi asistente y usted hayan colocado en el lunch bag.

Lilian simplemente tomó la gran caja con las fotografías que aún no había clasificado y guio el camino a la cocina.

- ¿Ha leído el manuscrito completo? – dijo ella mientras sacaba un par de platos y vasos.

- Debo confesar que no pude evitar saltar las páginas para leer el final, el tío abuelo ha escrito una gran historia.

Ella intentó disimular la sonrisa que asomó en sus labios, él era igual de impaciente que ella, ambos habían hecho trampa y habían ido directo al final. Solo una gran historia era capaz de tentar de esa manera al lector como para desear arruinar la sorpresa.

- Mañana nos dedicaremos a las fotografías, ahí debe haber alguna secuencia temporal de lo que se relata en ella.

Él suspiró audiblemente.

- Ese retrato... es de la época en la que el tío Terrence dejó momentáneamente Broadway...

- ¿Él dejó Broadway en la cima de su carrera? – Lilian sabía que había desaparecido brevemente tras su debut, pero ignoraba que hubiera dejado los teatros después de su serie de éxitos. – Con su conocimiento de su historia y lo que vayamos encontrando en este lugar podríamos armar la historia sin problemas... Señor Hartman, créame que mi intención no es hurgar en la vida de su familia, todos tenemos derecho a guardar secretos.

- ¿Sabe? Este es el lugar ideal para escapar de todo, me encantaría poder vivir en un lugar así – dijo él mientras se ponía cómodo en una de las sillas del comedor y daba una mordida a su emparedado gourmet, advirtiéndole que no diría nada más al respecto.

- ¿En un lugar como éste? – Lilian cedió al cambio de tema. Pensó que ni volviendo a nacer Blake Hartman podría acostumbrarse a un lugar tan sencillo como el hogar de Candy, él parecía más adecuado para vivir en un palacio, en donde él sería un duque... uno grosero y de mal genio.

- Me parece que tiene una idea equivocada de mí.

- ¿Le parece? – sonrió ella dándole una mordida a su bocadillo.

- Si me conociera se enamoraría de mí.

- Lo dudo, los hombres narcisistas no son mi tipo.

- ¿Está segura? Por su reacción al verme en el Savoy, diría que soy exactamente su tipo – dijo él sonriendo de una manera encantadora, con la misma expresión de un niño que enciende un petardo y espera a que estalle.

- Los burlones no son mi tipo. Por un momento me sorprendió su parecido con Graham – dijo ella desviando la mirada hacia la oscuridad de la noche que se asomaba por la ventana.

- Y seguramente hasta este momento ha pensado que soy un grosero, pomposo y prejuicioso.

- Efectivamente, aunque ahora ya no me parece tan pomposo.

- Pero piensa que soy grosero y prejuicioso...

- Me parece que le gusta formarse opiniones con mucha rapidez, y una vez que lo hace, no le gusta cambiarlas. Es del tipo de hombre que defendería a los que ama sin titubear; algo encantador, pero peligroso. Algún día podría perder algo importante solo porque no encaja en su esquema de las cosas.

Lilian calló pensando en que él estaría enfadado, pero al mirarlo lo encontró tranquilo.

- Alguien me dijo una vez algo muy parecido – dijo Blake mientras tomaba la caja y veía algunas de las fotografías.

- Me pregunto quién habrá sido.

- Esa historia tendrá que esperar Lilian. ¿Sería posible tener un poco de vino en esta fantástica cena improvisada?

- No creo que Candy haya guardado ninguno, y si lo ha hecho seguro que ya no sirve. La humedad de este lugar ha hecho algunos estragos hasta en las fotografías. Pero puedo ofrecerle un café soluble probablemente frío.

- Suena bien – sonrió Blake. – Seguro que el café le queda mejor que a mí, créame. Yo fregaré los platos, ¿le parece justo?

Ella se encogió de hombros y le dio la espalda para tratar de hacer un segundo esfuerzo para entender cómo es que la estufa encendía y poder ofrecer un café más decente.

Mientras tanto, entre las fotografías Blake descubría al joven de los ojos marinos produciéndole una mezcla de sorpresa e incredulidad. Tuvo que cerrar por un momento los ojos para convencerse de que lo que veía era real, pero no había tiempo que perder.

Con cuidado, mirando furtivamente a Lilian para no ser descubierto, tomó todas las fotografías del joven que pudo encontrar y las guardó en el interior de sus bolsillos.

Exigiría una explicación en cuanto volviera a Nueva York.

"Ella"² debía estar al tanto de este secreto.

- Me temo que en verdad solo podré ofrecerle café frío, Blake – dijo Lilian dándose por vencida.

- Permítame que yo lo intente – dijo Hartman levantándose y dirigiéndose hacia la estufa.

Él sonrió, pero no era una sonrisa que llegara a sus ojos, éstos habían adquirido un brillo frío que los hacían parecer un lago embravecido. ¿A este hombre en verdad le molestaba tanto tomar café frío?

- Ya lo he intentado, esta estufa debería estar en un museo no en una casa – dijo ella haciendo una mueca de frustración que la hacía ver como una niña.

Él abrió la puerta donde se colocaban los leños, preguntándose por qué esa mujer habría colocado luz eléctrica pero no una estufa eléctrica en la cocina... "esa mujer" que había vivido con el tío Terry.

- "Blake" – dijo él – Me preguntaba cuándo me llamaría por mi nombre de pila.

Lilian no había notado en qué momento se le había escapado su nombre, había perdido la oportunidad de mantener esa distancia entre ellos que le hacía sentir extrañamente segura. Sonaba peligroso darle demasiadas libertades a un hombre como él.

Afortunadamente, la estufa la salvó de decir algo al respecto, al parecer había decidido dar su brazo a torcer y encenderse.

- Parece que tiene otras habilidades además de los negocios – bromeó ella.

Blake se sentó a la mesa y colocando la mejilla sobre su puño, la miró nuevamente.

- Y usted tendrá que decidir si continuará hablándome como solo mis empleados de recién ingreso lo hacen. No soy un ogro Lilian, contrariamente a los prejuicios que tenga sobre mí... ya lo verá.

Lilian sintió como si tuviera la caja de Pandora frente a ella con instrucciones de no abrirla bajo ninguna circunstancia; rodeada de misterio, como un remolino negro, oculto entre un bosque que atrae a su núcleo fuertemente, atrapándola... y pensó en lo mucho que la emocionaba estar tan cerca.


Notas:

¹ Literalmente de Wikipedia.

² Ya verán en capítulos siguientes de quién habla Blake.


Agradecimientos:

Perth77: Thanks Perth, I hope that although some part of the story of Candy and Terry is emulated, it will not be a literal copy.

Kamanance: ¡qué bueno que aún no pierde la sorpresa esta historia! Espero mantener ese trabajo mental un tiempo más, que sea como un Sudoku de personajes.

Aaronlaly: qué bonito mensaje, espero siga siendo adictiva hasta el final.

Nally Graham: ¡quéeeee gusto linda Nally! me encanta encontrarme de nuevo con todas ustedes, siento que pasó un siglo desde que te leía yo en Los días del Colegio. Te mando gran abrazo y gracias por la bienvenida.

Ster star: De principio a fin irá esta historia y espero que no solo entre en tu lista de leídas sino que de vez en cuando la recuerdes con gusto 😉

Clau Bonilla: linda tocaya jajaja me encantó ver tu mensaje, yo tuve que hacer ese mismo ejercicio tipo árbol genealógico "n" veces para que encajara y te juro que encaja. Te faltó considerar la generación de Alexander 😊, papá de Julia, por cierto ella y Beth son de la edad para que los protagonistas, Blake y Lilly, sean de la misma generación. De todas maneras hay una parte faltante de la historia que más o menos a la mitad de la trama será revelado para que todo caiga en su lugar. Ya verás jojojo disfrútala.

Ely Ventura y Esther Garzon: Gracias lindas, es por ustedes que siguen leyendo, que yo sigo escribiendo.

Lety Bonilla: Y a mí me ponen a latir el corazón al mil al verlas tan involucradas y haciendo teorías y descartando otras. Me encanta, me ha hecho escribir sin parar para tener el capítulo hoy a pesar de que ya mi cerebro anda medio fundido jajaja. Ahora comenzarán los saltos en el tiempo para empezar a entender un poco más lo que sucedió, pero para resolver el misterio aún faltarán algunas cosas más. Ya hoy he soltado un par de pistas.

Phambe: Me alivia saber que no es tan difícil de seguir la trama (aunque la cantidad de generaciones que han pasado sí es algo más enredado). Tenemos ya un tiempo leyéndonos mutuamente y me parece que conoces cómo me gusta desarrollar historias; definitivamente no se basan en algo increíblemente complejo o poco real. Me gusta el realismo y las historias que son posibles. Lo que me decepcionó del libro de Eileen es que escribió una maravillosa historia de amor del pasado, con un toque de misterio, pero una trillada historia de amor para los personajes del presente, no quiero arruinarte el final por si lo lees alguna vez diciendo exactamente qué no me gustó. El final me parece apresurado, creo que en algún momento renunció a crear una historia distinta para poder dar gusto a sus lectoras que gustan de finales tipo telenovela latina (sin mucha explicación, solamente tipo happy ending, con cabos sueltos y un poco exageradas) lo cuál es muy respetable, al final es parte del género de la novela romántica, pero quizás hay otros finales más apasionantes y que también puedan ser felices.

Entendí claramente lo que dices de los datos que no son tan relevantes, efectivamente he dejado repartidos en estos cinco capítulos algunos datos importantes y otros no tanto para que no adivinen rápidamente lo que sucederá. ¡Tú has dado en el blanco ya unas cuántas veces sin saberlo! Nuestras mentes trabajan de manera parecida. Recibe un fuerte abrazo, con cariño desde México hasta donde te encuentres (¿En algún momento asumí que era Francia por alguna razón? aunque en realidad se habla francés en varios hermosos países :)

Guest: linda guest gracias, me encantaría saber tu nombre para poderte agradecer apropiadamente el tiempo que te tomas en escribirme.

A quien viene por aquí, abrazos grandes. Espero no enredarlas más de ahora en adelante.

Besos otoñales y lindo fin de semana.

PD. Ya estamos en otoño y no me había dado cuenta, amo el otoño- invierno. Por cierto, si no han leído la historia que se llama así (otoño), háganlo, está incompleta pero lo que nos dejaron es bello. Espero siga por ahí en el Candy mundo.