Los días del Colegio
Disclaimer:
Los personajes de Candy Candy pertenecen a sus respectivas autoras K. Mizuki y Y. Igarashi. Algunos párrafos e ideas pertenecen a la traducción del italiano al español de CCFS que maravillosamente han hecho en wattpad (vol. 2, segunda parte).
Este capítulo es una mezcla del anime y de CCFS en el Volumen 2 capítulo 13 de wattpad, y con pequeñas adecuaciones que yo he hecho para darle mayor sentido (y romance) al capítulo.
Esta es una historia construida con la única intención de esparcimiento, sin fines de lucro, en este capítulo, he añadido algunas escenas y diálogos, el fundamento es propiedad de sus autoras y/o traductoras.
Capítulo 24.
En palabras de Shakespeare.
- "Candy, ha llegado una carta para ti." Decía la Hermana Margaret mientras tocaba a la puerta de la habitación de Candy.
- "¡Gracias Hermana!"
¡Es de Georges!
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Para la Señorita Candice,
Imagino que está esforzándose todos los días con sus estudios.
Le escribo por petición del Señor William. Es su deseo que pase sus vacaciones de verano en la propiedad escocesa de los Ardley.
Al mismo tiempo le hace saber que los demás miembros de la familia, incluyendo a la Señora Elroy, deberán establecerse en dicha Villa. Para este año, la disposición aplica también para los hermanos Cornwell.
En lo que respecta a las cartas que le ha enviado al Señor William, puedo asegurarle que mi objetivo siempre ha sido hacérselas llegar. Como le he mencionado en repetidas ocasiones, desafortunadamente el Señor se encuentra siempre muy ocupado, por lo que le pido que no espere una carta de respuesta directamente de él. Sin embargo, le puedo asegurar que él siempre se encuentra al tanto de usted Señorita Candice.
Por medio de la presente, le deseo que tenga un feliz verano.
Georges.
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Junio
11 de junio de 1913.
¡Estoy en Escocia!
Desde el día de ayer llegué a la residencia de la escuela de verano en las afueras de Edimburgo ¡Y las emociones no paran!
Los prados están llenos de las flores de "encaje azul" y de ranúnculos movidos por el viento; hay lagos dispersos aquí y allá, y un riachuelo reluciente…
¡Me parece como si hubiera regresado a Lakewood!
¡En el centro de la ciudad hay también una Iglesia que me recuerda tanto a aquella del pueblo donde se encuentra mi amado Hogar de Pony!
Tan pronto como llegué dejé escapar un grito de alegría al ver esa Iglesia tan parecida a mi hogar e impulsivamente me colgué de la rama de uno de los árboles que crecen delante de ese lugar ¡La Hermana Margaret estaba tan asustada!
Creo que la disciplina aquí será igual… pero tengo una buena noticia ¡Este año ni la Hermana Gray, ni la Hermanan Kreis participarán en la escuela de verano! ¡Deben asistir a una reunión académica o algo por el estilo!
¡Hurra!
Estoy un poco decepcionada, me había preparado para afrontar los "horrores de la escuela de verano", pero me siento muy feliz y relajada. No se parece en nada al Colegio-cárcel de Londres.
Otra buena noticia es que la Tía Abuela Elroy se opuso a mi presencia en la Villa de la familia Andley, dice que se niega a pasar el verano con una persona de baja clase social como yo. Si tuviera que elegir de nuevo entre pasar las vacaciones con la Tía Abuela, Neal y Eliza, o quedarme en la residencia de verano y asistir a los cursos, sin duda optaría de nuevo por esta última opción ¡Aunque tuviera las reglas más estrictas del mundo!
Así que no tendré que ver la cara de los Leagan ni la de la Tía, al menos no en la residencia en la que felizmente Annie y Patty han decidido quedarse
¡Sí, ellas también han decidido asistir a la escuela de verano! Naturalmente, creo que no lo hicieron solamente por mí, Archie y Stear pasarán el verano en la Villa escocesa de los Andley, a poca distancia de nuestra residencia, ya que como decía la carta de Georges, fueron convocados por la Tía Abuela que decidió pasar sus vacaciones con ellos.
Y… Yo he descubierto que… también la Villa de T.G. se encuentra cerca de aquí, se lo he escuchado decir a Eliza que hablaba con sus amigas…
Yo no puedo sacar de mi cabeza algo que creí escuchar…
"Ven a visitarme a mi Villa"
La profunda voz de T.G. Esa voz que tanto le gustaba.
Candy casi podía volver a escuchar esas palabras en sus oídos. Conteniendo el aliento, cerró su diario. Quizás sólo se lo había imaginado…
Apenas habían llegado a Edimburgo y las chicas, difícilmente podían controlar su emoción. La Hermana Margaret decidió pasar esa mañana por el pueblo para que pudieran comprar algunos faltantes y para mostrarles el camino al pueblo.
Si bien seguía siendo un internado, tenían posibilidad de entrar y salir en sus tiempos libres, siempre que respetaran el toque de queda y los horarios de las actividades.
- "Miren, ¡Esas son gaitas!" Candy nunca podría olvidar ese sonido, ella definitivamente estaba en Escocia.
- "¡Hay un festival en el pueblo!" respondió Annie emocionada.
- "¡Qué gran oportunidad!" dijo Candy mientras echaba a correr hacia los chicos que desfilaban.
- "¡Espera Candy!" dijo Patty asustada al ver a su amiga corriendo; seguramente sería reprendida por la Hermana Margaret que había quedado a cargo, pero no había fuerza humana que contuviera a Candy, parecía hipnotizada por el sonido de las gaitas. Rodando sus ojos y suspirando resignadamente, Patty pensó que era como ver el efecto del flautista de Hamelín (1) sobre los niños del pueblo, y salió tras ella tan rápido como podía, Candy era veloz, sobre todo cuando iba ensimismada en sus pensamientos.
¡Oh Príncipe de la Colina, éste es tu hogar!
Un grito sacó a Candy de su trance, a toda velocidad se le acercaba una oveja perseguida por un chico.
- "¡Eh, cuidado, tengan cuidado!" decía el chico. – "¡Espera 93, espera!"
- "¡Es una oveja!" gritaron a coro las chicas del Colegio incluyendo a Patty y Annie, mientras retrocedían asustadas, como si se tratara de una criatura salvaje.
- "Las ovejas son mansas…" les decía Candy mientras suavemente tomaba a la oveja para calmarla. ¡Pero, qué les sucede a estas chicas! ¿Qué nunca han visto animales de cerca?
- "Siempre me das problemas 93, te la pasas escapando." Casi sin aliento el pelirrojo chico que la perseguía llegó al lado de Candy. – "Gracias señorita, disculpe la molestia." Acto seguido amarraba por el cuello a la oveja y la jalaba con fuerza.
- "No seas tan rudo con ella, parece que escapó mientras la trasquilaban ¿No tendrá frío?"
- "¿Frío dices? Pero ¿de dónde vienes tú? ¿es que sabes cómo se manejan las ovejas?... ¿Eh? ¡Pero qué es esto…!" Sin importarle su intromisión, el chico se acercó al rostro de Candy para mirarlo detenidamente. – "¿Nariz respingona, pecosa y entrometida…?"
- "Pero ¿qué te pasa niño? ¿No te han enseñado modales aquí?"
- "¡Candy! … ¡Tú eres Candy! ¿No es así?"
- "¿Cómo sabes que me llamo Candy?"
- "¡Eres exactamente igual!"
- "¿Igual a qué?"
- "A como mi hermano te describió…"
- "¡¿Tu hermano?! ¡¿Quién es tu hermano?!"
El chico pelirrojo estaba a punto de responder cuando la Hermana Margaret se interpuso y tomando a Candy por el brazo, la regresó hacia el grupo de chicas que, resignadas a posponer el recorrido turístico, se encontraban ya congregadas para el regreso a la residencia.
- "Candy qué haces allí, aún no es la hora del recreo, debes acomodar tu equipaje."
El chico simplemente se encogió de hombros, y guiando a su oveja, se dirigió hacia el camino de los pastizales.
¿Quién será ese chico? ¿Quién podría haberle hablado de mí en Escocia?
.
.
- "¡Hola Candy!" Patty fue la primera en terminar de ordenar su ropa en la habitación. Poco después Annie, se agregó a la reunión en la habitación de Candy que seguía sin terminar de poner cada cosa en su lugar. Sus pensamientos la distraían constantemente.
- "¿Qué habrá pasado con la oveja?" dijo, casi para sí misma.
- "A mí me intriga más quién será ese chico ¡Parece que su hermano te conoce muy bien, Candy!" Dijo Patty guiñándole un ojo.
- "¡Tal vez su hermano sea el Príncipe de la Colina!" respondió Annie tapándose la boca emocionada.
- "¡No, el Príncipe no podría tener un hermano tan maleducado! ¿Oyeron lo que dijo de mi nariz y mis pecas?"
- "Pero Candy ¿Conoces a alguien más en Edimburgo?"
- "No, pero mañana mismo lo averiguaré."
- "Candy ¿Qué estás planeando?
- "Ya se los contaré chicas."
La mañana llegó y Candy casi no pudo cerrar los ojos y conciliar el sueño, en realidad había pensado sin descanso en la idea del chico que tan extrañamente la había reconocido y si tendría que ver algo con el Príncipe de la Colina. Ella había descartado la idea por completo, pero… ¿Y si Annie tenía razón? Después de todo, qué otra explicación podría tener todo esto.
Silenciosamente, Candy salió de la habitación que la Hermana Margaret le había asignado, justo al lado de la de Annie. De camino a la puerta de salida, había tal cantidad de hermosos árboles monumentales, Robles, Secuoyas, Cedros, Arces, por sólo nombrar algunos, que Candy no pudo resistirse y trepó a uno de ellos. Un árbol la llevó a otro y así alcanzó la verja de madera para salir de la residencia en la que se alojaba. Se disponía a saltar hacia afuera cuando…
- "¡Candy! ¿Qué haces allá arriba? ¡Podrás salir a pasear después de la lectura del día y el desayuno! ¡Y te recuerdo que puedes hacerlo por la puerta principal, no necesitas subir al árbol!"
- "Buenos días, Hermana Margaret ¡Lo siento!"
Un poco apenada, Candy fue escoltada hacia el lugar donde se llevaría a cabo la lectura de la mañana. Felizmente. la Hermana Margaret disfrutaba el exterior tanto como ella, así que la actividad sería realizada a las afueras de la pequeña iglesia, aunque eso no impediría que bostezara sin control.
En medio de toda la lectura un balido se escuchó.
- "No se asusten chicas." Decía la Hermana Margaret tratando de conservar el orden, pero reusándose a tocar al animal, que mansamente se dirigió hacia Candy.
- "Parece que te recuerda Candy." Decía Patty pegada a uno de los troncos de los árboles cercanos.
- "Hay que sacarla de aquí." Rogó la monja.
- "¡Yo lo haré!" Candy vio en esa oveja, la oportunidad para liberarse de las actividades escolares de la mañana, le parecían muy aburridas; con un día tan hermoso y tantas áreas verdes, no podía dejar de pensar en salir a correr por el bosque y bañarse en el enorme lago.
- "¿Tú conoces al dueño Candy?"
- "Sí." Sin tener idea de quién sería, Candy no dudó al dar su respuesta, ante la mirada atónita de sus amigas.
- "Está bien, ve, pero no tardes mucho."
Y así fue como comenzó la aventura ese día.
Rayos, no tengo idea de por dónde empezar, todos tienen ovejas aquí, quizás por el raro nombre que le pusieron.
Se llama 93 ¿Será que alguien llama así a sus ovejas?
Sin más opción, se acercó a uno de los granjeros que descansaba a la sombra para preguntar por el chico pelirrojo que parecía enumerar a sus animales.
- "Ah claro, esta oveja es de Mark. Él está allá ¿lo ves? ¡Hey Mark! Te buscan."
- "¡Vaya! ¿Qué desea Señorita Pecas?" risueño el chiquillo se acercó a ella.
- "¡Argh! ¡Resulta que la "Señorita Pecas" ha traído tu oveja que se ha escapado mientras tú te dedicabas a poner apodos a la gente!"
¿Me ha llamado Señorita Pecas…? Pero… sólo una persona me llama así…
- "Te equivocas no se ha escapado, yo la dejé ir. Mi hermano se la compró al dueño y la puso en libertad."
- "¿Tu hermano?"
- "Sí, mi hermano Terrence…"
- "No puede ser… ¿Terry Grandchester?"
- "Así es, el muy honorable Lord Terrence Grandchester." Dijo el chiquillo mientras hacia una no muy elegante reverencia.
- "¿Y tú eres su hermano?" dijo Candy sin acabar de creer lo que decía.
- "Sí, mi nombre es Mark" dijo guiñándole un ojo.
- "¿Y qué es lo que sabes de mí, Mark?"
- "Pues mi hermano dice que eres una chica muy particular y que, si llegaba a verte, te hiciera compañía."
- "¿Entonces él ha llegado a Escocia?"
- "Sí, está en su Villa, yo me dirigía hacia allá ¿quieres ir? Después de todo él dice que te gusta saltarte las clases."
- "¡¿Qué dices?! ¡¿A mí?!"
- "Sí, Pecas, a ti."
- "No me llames así… Yo… yo no sé si ir hacia allá ¡Y yo no soy quien se salta las clases y fuma como chimenea!"
- "Ja ja ja, de acuerdo, si tú lo dices."
- "Llévame hacia allá, verás cómo aclaramos las cosas con tu hermano."
- "De acuerdo."
El camino hacia la Villa de Grandchester era hermoso, lleno de pastizales en plena floración y con una vista privilegiada, se encontraba ligeramente elevada y su costado oriente permitía tener una hermosa vista del enorme lago. Quizás se pudiera ver desde la residencia de las chicas, después de todo, ésta se encontraba al otro lado del lago.
Escondido en un denso matorral, se erguía un imponente portón de hierro, oxidado e invadido de hierba. En el centro de éste, el escudo de armas tenía grabado el nombre de la familia, también con letras oxidadas y de color parduzco. Bastaba una mirada para darse cuenta que la cerradura estaba rota. Sobre uno de los muros se podía leer una placa en el exterior.
Cielos, esta sí que es una residencia de nobles, incluso en la entrada se coloca el nombre del dueño y sus títulos Richard de Grandchester, Duque de Grandchester. Deben haberse visto modestos colocando uno sólo de sus títulos, de lo contrario no cabrían en esta placa.
Aun asomándose al interior, a través de la entrada, no era posible ver la Villa. Candy y Mark caminaron a lo largo de un camino invadido por la vegetación, la mansión se veía distante. Era realmente la propiedad de un noble, era enorme, pero estaba en malas condiciones. El estanque que se podía ver más allá de la vegetación, estaba casi seco y los setos del jardín crecían con libertad. No parecía ser un lugar habitado, y Candy empezó a preguntarse si allí realmente encontraría a Terry.
Al atravesar la espesura, finalmente se podía ver en todo su esplendor, un viejo edificio de aspecto muy antiguo; las anchas bases de las torres parecían ser el lugar adecuado para alojar brujas, lo cual la hizo estremecer.
Una vez allí Mark comenzó a gritar hacia una de las habitaciones con balcón, cuyas puertas se encontraban abiertas.
- "Mark deja de gritarle al Señor Terrence de esa manera, no puedes exigir así su presencia." Una sencilla mujer salió por la puerta de lo que parecía ser la cocina, sin esperar encontrar visitas en aquella parte interna de la mansión.
- "Disculpa mamá, la Señorita Pec… Candice se encuentra aquí de visita ¿Está él en su habitación?"
- "Sí, llegó hace un rato, pero se encerró en su habitación y pidió no ser molestado."
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Terry… ¿qué pudo haber sucedido?
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Una melodía se escuchaba, Terry estaba tocando una melodía muy triste… usando la armónica que ella le había regalado.
- "¿Qué es esa música? Suena tan triste…" preguntó Candy con el rostro visiblemente entristecido.
- "Es una vieja canción escocesa, se llama "Auld lang syne", significa "Hace mucho tiempo", o más adecuadamente "Por los viejos tiempos", es muy común que se toque cuando se despide de un ser querido, o cuando se inicia un largo viaje."
Despedirse de un ser querido…
- "¡¿Te… Terry…?!" Con un ligero temblor en la voz, Candy intentó llamarlo.
La música se detuvo.
En su habitación, Terry abrió los ojos al escuchar a Candy, una parte de él quería salir al balcón y verla, pero simplemente no sería posible. Se sentía terriblemente mal y no atinaba a levantarse del lugar que había elegido para esconderse del mundo.
Su despedida de Londres, como era de esperarse, no fue grata. Le hizo saber a su padre que se quedaría en la Villa de Edimburgo. Por toda respuesta recibió una nota en la que le decía que el lugar estaba casi abandonado y se las tendría que arreglar con la única mucama que había y su hijo, quienes se encargaban de mantener un poco el lugar que, a pesar de su magnificencia, si se le veía a detalle, comenzaba a verse algo ruinoso. El Duque no sabía por qué su hijo insistía en ir a ese lugar, ellos ya no vacacionaban allí nunca más, sobre todo él.
Terry nunca fue un joven que se viviera como un Lord por lo que podía prescindir de algunas comodidades, no necesitaba mucho y a ciencia cierta, prefería que no hubiese más gente de la necesaria para estar solo a sus anchas.
Se había imaginado invitando a Candy a tomar el té en compañía de los fantasmas de su castillo, la simple idea le colocaba una sonrisa en el rostro…
Pero como si no fuera suficiente, al llegar a la Villa había visto a una mujer que desearía no haber vuelto a ver en su vida ¡¿Cómo demonios supo que él se encontraba en Edimburgo?! ¡En Londres hubiera sido impensable que lograra acercarse de esta manera! La odiaba, la odiaba con toda su alma.
Su malhumor había crecido estratosféricamente. Su corazón volvió a sentir el dolor de ese viaje frustrado, el rechazo, las frías palabras dichas por esa mujer cuando él llegó, más frías que el crudo invierno.
"Nadie puede saber que eres mi hijo, Terry"
Eleanor Baker no tiene hijos.
Y con ello, nuevamente su corazón se encerraba en sí mismo.
Era una cuestión de supervivencia. No toleraría volver a ser lastimado de esa manera.
- "¿Qué le pudo haber pasado a Terry?" pensó Candy en voz alta. Se veía de buen humor antes de partir de Londres
- "Me dijo que quería estar solo y me dio el día libre…" dijo la señora ante el silencio del chico que no respondía al llamado de su visita.
- "También los hombres queremos estar solos mamá, es algo que las chicas no entienden."
- "¡Mark deja de decir tonterías! … Quizás sea mejor que vuelva en otro momento señorita, Mark podría escoltarla de vuelta."
- "No es necesario señora, yo tengo que regresar de todas maneras ¡Hey Mark, cuida a esa oveja quieres! Me parece que no sabe andar sola por aquí."
Sin esperar respuesta, Candy dio media vuelta y se marchó de allí, le preocupaba cómo estaría Terry, pero lo conocía suficiente para saber que no saldría de su habitación hasta que él lo deseara.
Por lo menos ahora sabía que él ya estaba en Escocia.
Esa tarde Patty y Annie se dirigieron a la habitación de Candy. Ambas lucían muy contentas y parlanchinas, totalmente diferentes de cómo lucían en el Colegio. Ellas tenían una cita con Stear y Archie, y estaban impacientes por encaminarse rumbo al lago.
- "¡Veamos quién llega primero!" dijo Candy sonriendo y ágilmente saltó hacia un árbol desde la enorme ventana de su habitación.
Ese robusto árbol había tentado a Candy desde que lo vio por la ventana de su habitación.
- "¡Oh, querida Candy!" dijo Annie mientras reía pensando que Candy no había cambiado nada.
Candy descendió suavemente del árbol y salió corriendo de la residencia para luego esperar a sus dos mejores amigas en el sendero que lleva hasta el lago. Annie y Patty corrieron para alcanzarla, y después de ello las tres chicas empezaron a correr juntas hacia el lago.
Stear y Archie ya estaban ahí.
- "¡Perdonen la espera! ¡Finalmente Podemos pasar un excelente tiempo todos juntos!" decía Candy con una enorme sonrisa, y es que, aunque existía una regla muy estricta que impedía invitar a los chicos al dormitorio de las señoritas, no estaba prohibido que se reunieran con ellos durante sus tiempos libres, una vez que hubiesen terminado sus tareas ¡En Escocia nada era como en el Colegio!
No habían podido volver a estar todos juntos desde que visitaron a Albert y a Hughley en el zoológico Blue River.
- "Me encantaría disfrutar de esto juntos, aunque... preferiría una excepción a ese todos" Archie se encogió de hombros y dirigió un rápido vistazo al muelle para darse a entender.
Eliza y Neil Leagan…
Las caras de las tres chicas perdieron algo de su alegría.
- "Eliza y Neil tomaron el barco más grande por lo que sólo tenemos los más pequeños, para dos personas." Decía Stear apesadumbrado por el dilema de tener que dejar a una de las chicas en tierra firme.
- "¡Oh! ¡Pero afortunadamente todavía hay dos de ellos! Annie, puede tomar uno con Archie, y Stear el otro con Patty ¡Eso es todo!" Candy brillantemente los había asignado en parejas.
- "Daré una Vuelta con Patty y regresaré para que subas tú, Candy." Dijo Stear sonriendo ligeramente, esa era Candy, siempre pensando en los demás.
- "Estaré bien, gracias Stear. Nunca me ha pasado nada bueno cuando estoy cerca de un lago junto contigo… ¡Los veré más tarde!"
Archie comenzó a reír sin parar ante el comentario de Candy.
Ella le dirigió una sonrisa a Stear, que se rascaba la cabeza, avergonzado. Luego comenzó a correr hacia lo que parecía una colina, pues se elevaba ligeramente cerca del lago.
Candy la había ubicado desde que llegó a la residencia de verano. Era mucho más pequeña que la Falsa Colina de Pony, es más, puede que no fuera ni siquiera una colina, sino sólo un montículo de tierra. Sin embargo, debido al verano, había tanta naturaleza creciendo en ella, como si fuera una decoración de flores sobre un sombrero.
Una "Petite" Colina de Pony será.
De pie en la Pequeña Colina de Pony, Candy podía ver los tres barcos flotando en el lago de color verde esmeralda, lo contemplaba absorta, era como si lo que estaba frente a ella fuera una hermosa pintura.
El barco más grande, el que Eliza y Neil habían tomado, no se movía en absoluto.
Archie, por el contrario, blandía los remos con energía y llegó rápidamente al centro del lago, desde donde se podía observar en lo alto de la colina, a una pequeña Candy a lo lejos.
Annie agitaba su mano, saludándola desde el barco.
Cuando Stear logró acercarse al mismo lugar, Patty también creyó poder verla y agitó su mano a su vez. Su barco, más que avanzar, sólo se balanceaba, ya que Stear también estaba ocupado agitando la mano y olvidando usar los remos.
Finalmente, los dos barquitos comenzaron a recorrer el lago desde allí.
Con la luz del sol de verano, el lago brillaba como gotas doradas.
Candy respiró profundamente. Amaba el olor del lago y de los árboles con hojas verdes...
- "Sé que esta es mi primera vez aquí, pero siento como si conociera este lugar desde hace mucho tiempo... Como si lo conociera muy bien... Terry ... tú ya te encuentras en tu Villa..."
Candy hablaba distraídamente consigo misma, y sonrió con vergüenza.
- "Oh, ¿estará bien? Estaba pensando en Terry de nuevo... Anthony... algo me pasa últimamente, ¿verdad?"
Candy se tendió sobre la hierba.
Tuvo la sensación de que el claro cielo azul la sostenía en el aire, como si volara.
Me gustan las pecas.
Sí, era real. No había escuchado mal.
Terry sólo estaba hablando de "pecas", pero Candy no pudo evitar que su corazón latiera rápidamente. Le gustaban las pecas… ¿sus pecas?
- "Odio cuando habla de ellas todo el tiempo, pero doy gracias a Dios por haber llenado mi cara de pecas..."
Candy cerró sus ojos. El sol se sentía tan bien sobre los párpados.
- "Terry… ¿cómo estará…?" dijo en voz alta, antes de empezar a quedarse dormida.
Algo le hizo cosquillas en la cara a Candy.
Sin abrir los ojos, intentaba con su mano quitar de su rostro eso que cosquilleaba, pero la sensación regresaba, era como si un racimo de hierba la acariciara suavemente.
- "¡Hey! ¡Una serpiente te morderá si duermes sobre la hierba!"
- "¡Qué!" Candy se dio la vuelta de un salto cayendo sobre sus rodillas. Y allí estaba Terry, que de pie la miraba sosteniendo en su mano la hierba que había sentido sobre su rostro. Él reía tan alegre.
Candy se levantó rápidamente y se dijo a sí misma que, hacía sólo unos momentos, estaba pensando en él...
- "Hey, tú siempre me sorprendes... por no decir que me asustas."
Ella trató de controlar sus sentimientos, estaba muy contenta de ver que finalmente Terry había salido de su guarida y se veía mucho mejor. Con su mano, suavemente retiró los rastros que había dejado la hierba con la que Terry seguía haciéndole cosquillas en la mejilla.
- "¡Quién se sorprendió, fui yo! No sabía que Tarzán se asustaría con las serpientes. Aunque, bueno, supongo que las serpientes le temen aún más a un Tarzan con pecas."
- "¡Terry!"
Intentó mirarlo airadamente cruzándose de brazos y levantando su nariz, pero no fue suficiente. Terry siguió sonriendo todo el tiempo.
- "¿Por qué estás aquí, eh? … ¡Oh, ya veo! … Me estabas buscando, ¿cierto, Terry?"
Candy trataba de convencerse a sí misma que debía calmarse, pero estaba tan feliz de verlo.
- "¡Ni lo pienses! He estado leyendo aquí desde que llegué a la Villa, este es mi lugar favorito, pero nunca imaginé que encontraría una molestia el día de hoy." Dijo Terry con un tono divertido mientras le empujaba la cabeza con su grueso libro.
En realidad, él esperaba ansiosamente su llegada. Terry trató enérgicamente de controlarse porque no podía dejar de sonreír. Apretaba los labios, cerraba sus ojos y respiraba, pero nada funcionaba.
- "¡Oh, no sabía que te gustaba leer! ¡Te gusta a pesar de lo que aparentas!" decía Candy, que finalmente se calmó y miró su libro. – "¿De qué trata...?"
- "Shakespeare."
Terry le entregó a Candy el grueso libro, estaba cubierto por algo muy suave, una profunda sensación de cuero, en un color marrón oscuro.
- "Shakespeare... el autor que escribió Romeo y Julieta." Dijo suavemente Candy, casi murmurando.
No había intención de dar a entender algo más, pero ambos desviaron sus rostros avergonzados.
Ambos recordaban el Festival de Mayo.
Así es… Princesa Julieta. Pensó Terry ligeramente sonrojado.
Candy abrió el libro para ocultar su cara también sonrosada por la vergüenza. Había una imagen de ese día que ella no podía dejar de recordar cuando se mencionaba el Festival. Ni siquiera sus amigas podían entenderlo.
- "... Esto se llama Macbeth... Quién lo diría... ¡¿Terry, te gusta el teatro?!"
- "En realidad no, no me gusta." Respondió él con una voz que de repente se volvió dura.
- "Ah, ¿sí? ¿Ni siquiera estos pasajes?" dijo Candy sonriendo maliciosamente y mostrándole irónicamente una de las páginas donde el texto estaba subrayado en varios puntos y mostraba algunas anotaciones al margen.
- "Terry, este tipo de libros no los puede leer alguien que no guste del teatro." Dijo mientras levantaba una ceja con suspicacia. Un momento… El teatro, los actores en el escenario ¿su madre? De pronto Candy entendió el porqué de su negativa y deseó aligerar el ambiente que de pronto, se había tornado tenso.
– "¿…O es que subrayas los pasajes que más te aburren?"
Terry entornó los ojos como si estuviera en problemas y tomó el libro de sus manos con suavidad, poniéndolo lejos de su alcance.
- "A decir verdad… me gusta… aunque me cueste mucho admitirlo." Dijo Terry bajando la mirada.
Sonriendo Candy asintió, Terry era digno hijo de Eleanor Baker, si bien la rechazaba, quizás su corazón perseguía la misma pasión que su madre.
Terry siguió hablando, ahora parecía estar hablándose a sí mismo.
- "… Aunque pasen los años tú serás siempre la misma, y yo seré el mismo Terry, aunque sea un caballero de pelo blanco."
- "Pfff ¿caballero dices?"
- "Lo que quiero decir Candy, es que jamás se deja de ser uno mismo. Verás, en la vida uno quiere ser alguien. Actuando en el teatro uno es quien quiere ser… Puedes ser rey, mendigo, cualquiera… Puedes matar con justicia… Y también puedes enamorarte… ¡Como un demonio que ama a las chicas!" diciendo esto Terry tomó sorpresivamente a Candy por los hombros y la atrajo hacia él.
- "¡Terry!" dijo Candy sorprendida tratando de liberarse.
- "Jajaja es mi juego, pero un diablo como yo preferiría una linda chica actuando en lugar tuyo."
- "¡Eres increíble! … ¡Pretencioso!"
- "El escenario es un pequeño y maravilloso mundo lleno de hermosos sueños…"
Terry abrió el libro en una de las páginas finales, por supuesto, con frases subrayadas, y leyó:
- "La vida es una sombra tan sólo, que transcurre; un pobre actor que, orgulloso, consume su turno sobre el escenario para jamás volver a ser oído. Es una historia contada por un necio, llena de ruido y furia, que nada significa…" (2)
...
Terry… Nunca le había visto esa expresión, es la primera vez que lo veo así, tan apasionado… Aunque… aunque yo conocí a alguien así… Anthony… sí, Anthony cultivando rosas…
- "Te ocurre algo Candy."
- "No, nada Terry…" dijo Candy con la mirada entristecida.
Mirándola fijamente y cerrando el libro, Terry sonrió suavemente.
- "¿Demasiado sombrío quizás? ¿Qué te parece esto…?
...El amor es un humo que sale del vaho de los suspiros;
al disiparse, un fuego que chispea en los ojos de los amantes;
al ser sofocado, un mar nutrido por las lágrimas de los amantes;
¿qué más es? Una locura muy sensata, una hiel que ahoga, una dulzura que conserva." (3)
…
¡Terry es deslumbrante!
Él… me deslumbra... Pensó Candy mientras bajaba sus ojos y ponía una mano sobre su boca para ocultar su sonrisa.
- "¡Es hermoso! ¡Eso definitivamente no puede ser Macbeth… ¿Es…?" comenzaba a decir Candy volviendo a sonrojarse.
¿Era… Romeo y Julieta? Después del Festival de Mayo, Candy no había podido evitar buscar el libro en la biblioteca y hojearlo algunas veces.
- "¿Candy… quieres venir a tomar el té conmigo? Sé prepararlo." Interrumpió Terry evitando meterse de nuevo en el tema de aquella obra.
- "¡¿Sabes preparar el té?"
- "¡Claro, pecosa! ¿Por quién me tomas? ¿Un caprichoso y arrogante aristócrata tal vez?"
Ambos sonrieron por su ironía. Terry se puso de pie y le extendió la mano a Candy para que se levantara. Candy la tomó sin dudarlo, pero una vez que estuvo de pie, Terry no la soltó; su corazón latía desbocado mientras entrelazaba sus pequeños dedos con él.
Y así, tomados de la mano, se encaminaron hacia la Villa de Grandchester, una hermosa y brillante tarde de verano.
Notas:
1 El flautista de Hamelín es una fábula o leyenda alemana, documentada por los Hermanos Grimm (cuyo título original alemán es Der Rattenfänger von Hamelín (1816).
2 William Shakespeare, Macbeth, acto V, escena 5ª.
3 William Shakespeare, Romeo y Julieta, acto I, escena 1ª.
Un capítulo extra extra largo para resarcir los capítulos cortos de las semanas anteriores ¿Qué les ha parecido, eh?
Les explico algunos cambios, el capítulo inicia con una carta y la introducción al arribo a Escocia que he sacado tanto del manga como de CCFS. Luego he colocado del anime cómo es que aparece Mark, que la verdad me parece encantador y refleja el alma sencilla e igualitaria de Terry que lo toma como un hermano pequeño, pero quité lo de la oveja a la que llama Eleanor, no me gusta esa parte, no me imagino a Terry maltratando animales y menos llamándole así a un animal.
Luego he dejado la escena en donde Candy y Terry se encuentran en la "pequeña" colina peeerooo he sacado (al menos por el momento) la escena de Eliza cayendo al lago que la pondré después para que se dé la Fiesta Blanca. Pensé, ¿por qué no dejar a C&T disfrutar un ratito a solas, no?
Además, le he agregado lo que yo me imagino que Terry le leyó pues en el manga sólo se ve que él recita mientras Candy le mira "deslumbrada", pero Macbeth es bastante sombrío, así que consideré que sería bello que Terry le leyera una frase de Romeo y Julieta, pero una que permitiera a Terry seguir siendo discreto en lo que empieza a sentir, eso sí, creando el ambiente para que él por fin decida ejercer su invitación, llevando a Candy a su Villa ¡Tomados de la mano!
En fin. Escocia ¡Aquí estamos!
Gracias dianley, Maquig, Stormaw, Aurora, Saga dreamer, ELISA LUCIA V 2016, espero este nuevo capítulo les guste.
Lucero Santoskoy, así iniciamos Escocia y ¡se va a poner mejor! Por lo menos por ahí sí que habrá algún beso por lo menos, tengo esa escena ya en la cabeza, ya vendrá… ¿Habrá más? No lo sé, veamos a dónde nos llevan las teclas (diría la pluma, pero creo que ya casi no la uso).
Anjiluz Sí, es bellísima la escena del piano, es mi favorita, no sé por qué sólo aparece aquí, pero es de esas joyas que encuentra uno en la novela de CCFS y agradece.
Blanca G Yo también leo Cartas para Julieta, si es la misma versión que se está traduciendo del inglés y francés.
Blanca G, skarllet northman, Eli, coincido con todas. Para mí hay más señales de que Anohito es Terry y no otro, ¿Qué otra cosa haría Candy en la tierra de Shakespeare? Si fuera Albert y si ella siguiera enloquecidamente respetando aquella ridícula promesa a Sussana post mortem, ella jamás se acercaría a un lugar que le recordara al más hermoso inglés que ella ha conocido. Es una locura. Pero bueno, cada quien que sea libre de soñar. Yo sueño con Anohito=Terry.
Guest que me comenta sobre esta escena en el anime. No, en el anime no aparece y no sé por qué, a mí me parece preciosa pero bueno. Y la historia termina con mi versión del epílogo de CCFS, por lo que no abordaré cuando se separan. Es más, ni siquiera diré si se separaron o no, pues de ahí enlazo a otra historia que ya estoy escribiendo sobre un giro en ese punto de la historia. Así que trataré de no hacer dramática esa parte de la trampa de Eliza. Tendrá final feliz así que te animo a que sigas leyéndome.
Phambe Pensé en ti en esta parte de CCFS donde Candy nombra al montículo del lago "Petite" colina (pequeña colina) pues viene la palabra en francés como tal y dije, claro, si Candy ha aprendido alguna que otra palabra en francés. Se me ocurre que más adelante Terry puede hablar algo en francés ¿por qué no? bello, culto, sensible y musical...
Hoy me adelanté pues las musas inspiradoras me llegaron en sábado, así que espero leerlas en la semana, y sabrán de mí el próximo domingo.
¡Hermosa tarde a todas las lectoras!
ClauT
