Los días del Colegio

Disclaimer:

Los personajes de Candy Candy pertenecen a sus respectivas autoras K. Mizuki y Y. Igarashi. Algunos párrafos e ideas pertenecen a la traducción del italiano al español de CCFS que maravillosamente han hecho en wattpad (vol. 2, segunda parte, capítulo 16), y en el caso de este capítulo, hay diálogos del anime.

Es una historia construida con la única intención de esparcimiento, sin fines de lucro, a pesar de lo que he añadido, el fundamento es propiedad de sus autoras y/o traductoras.

Capítulo 39.

Oscura, noche oscura.

- "¿Terry?" murmuró Candy.

El aire comenzaba a tornarse frío con el apogeo del otoño instalado en el Colegio.

Candy sintió un escalofrío, la Falsa Colina se veía completamente vacía. Confundida se abrazó a sí misma, quizás él había tenido algo importante que hacer y eso le había impedido llegar a la cita acostumbrada.

Candy tomó unos segundos para admirar el paisaje.

Tantas cosas habían pasado desde que llegó al Colegio que sería imposible escribirlo todo en su diario. Últimamente sólo dibujaba caras sonrientes en cada página… una por cada vez que se encontraba con Terry, dos por cada beso que compartían escondidos en los rincones boscosos, tres si además de verlo y besarlo, también aparecía en sus sueños. Sentía tanto amor en su corazón, que creía que un día simplemente le estallaría dentro de pecho. No necesitaba que él dijera una sola palabra, sus ojos brillantes, y su inusual alegre sonrisa, le gritaban que él también lo sentía.

Suspirando, convencida de que era imposible dejar de pensar en él, comenzó el camino de vuelta a su habitación; pensó que quizás todavía podría dormir una pequeña siesta antes de las clases de la tarde, cuando sorpresivamente sintió cómo era tomada por la cintura y obligada a callar con una mano que con firmeza se colocaba sobre su boca apenas dejándola respirar.

Con la espalda apoyada en un cuerpo que emanaba calor, Candy comenzó a forcejear, ¿quién rayos se atrevía a sujetarla de esa manera? Comenzaba a tramar la manera de darle una buena mordida al osado truhan, cuando una suave voz le susurró al oído…

- "…Ni lo intentes pequeño mono"

¡Terry!

En cuanto la soltara vería de lo que era capaz este pequeño mono.

Con delicadeza la giró hacia él, liberando su boca colocó un dedo sobre sus labios pidiéndole que continuara en silencio y con la mirada le indicó el camino ascendente hacia la copa del árbol tras el cual se hallaban resguardados.

De mala gana, Candy comenzó a trepar tras Terry que le extendía la mano para ayudarla a llegar más alto de lo que comúnmente hacían. Una vez sentados en una de las ramas superiores, Terry levantó su mano pidiéndole que esperara un momento y después señaló hacia los arbustos.

Candy no podía creer lo que sus ojos veían.

Agazapada tras el follaje estaban nada menos que Eliza y Luisa, ¿qué esa chica no había aprendido la lección? Casi echó de menos las plantas venenosas de Escocia que le dieron unas breves, pero afortunadas vacaciones sin ella.

Ahora lo entendía, Terry las había visto venir antes de su arribo y ella, tan distraída pensando justamente en él, ni siquiera se dio cuenta de su presencia.

Tenía que ser más cuidadosa si no quería que Eliza la pusiera en aprietos, tal y como acostumbraba ¿por qué no la dejaba en paz?

Después de unos minutos ambas arpías se cansaron de esperar y silenciosas, como dos serpientes, se alejaron de la Colina. Quién sabe qué era lo que tramaban esta vez.

Terry jaló a Candy hacia él con un movimiento rápido y la besó, les quedaban solo unos momentos para estar juntos y no estaba dispuesto a seguir esperando.

Sus labios se juntaron en un beso desesperado. Llevaba toda la tarde esperando por ella, intuía que cada vez se volvería más complicado encontrarse ¿por qué era tan complicado pasar el tiempo juntos? Él sólo quería estar con ella, no pedía más.

- "Te extrañé…" dijo él muy suavemente, aspirando el aroma que el cabello de Candy siempre despedía. Podía jurar que ese olor nunca podría olvidarlo.

- "Terry… ¿cómo supiste que…?

- "¿Cómo supe que te seguían? Es fácil pecas, lo han hecho toda la semana."

- "¡¿Cómo dices?!"

- "¿Recuerdas esa tarde en la que ponías cara de mona enfadada? Mmm bueno eso es vago, me refiero al día en que afirmaste que deseas aterrorizar pacientes en los hospitales."

- "¡Argh, tú… grosero!"

- "Veo que lo recuerdas" dijo él riéndose. – "Bien, esa fue la primera vez que sospeché que te estaban siguiendo."

- "¿Eliza?"

- "Sí… Eliza."

- "Terry, ¿qué haremos? Si ella llegase a hablar…"

- "No lo ha hecho, Pecosa."

- "… pero si ella… Terry, la Hermana Gray podría expulsarnos…"

- "Shh, ven aquí."

Terry, sintió una punzada en el corazón, y en ese mismo instante juró que nunca dejaría que lo alejaran de Candy.


El resto de la semana fue complicado, Eliza continuaba al acecho sin dar tregua a Candy, su vigilancia había llegado a ser tan constante que ambos habían decidido dejar de visitar la Falsa Colina.

El contacto entre ellos les era tan necesario, como inevitable.

En la entrada de la capilla, un roce de manos,

en el pasillo, un guiño,

en el camino a las caballerizas, una sonrisa,

en sus respectivas habitaciones, un millón de sueños.

.

Cuenta una leyenda oriental que existe un lazo rojo invisible que conecta a aquellas personas que están destinadas a encontrarse. No importa cuánto tiempo pase para que las personas se conozcan, este hilo nunca desaparece; se encuentra permanentemente atado a sus dedos meñiques, y una vez que aquellos se encuentran - a pesar del tiempo y la distancia que los pudiese separar - el hilo se estirará hasta el infinito, tensándose y a veces enredándose, pero nunca se romperá.

Un hilo rojo directo al corazón que conecta a los amores eternos, a los profundos, a esos que simbolizan el antes y tras los que no hay un después… Almas gemelas, corazones entrelazados con una o varias eternidades por vivir…¹


Había pasado una semana completa, y Candy y Terry no habían podido volver a encontrarse a solas, les era imposible reunirse sin que Eliza, alguna de sus amigas o el despreciable Niel, los siguiera.

Esa noche, Patty llegó como cada noche a la habitación de Candy, trayendo consigo un sobre con su nombre.

- "Candy, encontré esta carta en el buzón secreto."

- "Pero Paty, no tienes por qué mostrarme tu carta."

- "Esta es una carta para ti."

- "¿Para mí?" dijo ella abriendo la carta y leyéndola en silencio.

.

Te esperaré esta noche a las nueve en el establo. Tengo que hablarte de algo importante.

Prométeme que vendrás.

T.

PS. Rompe esta carta una vez que la leas.

.

- "Gracias, Patty."

- "Candy, ¿quién te ha dejado esa nota en el buzón secreto?"

- "Es de Terry, debe haber usado el buzón pues Stear debe habérselo contado."

¿De querrá hablarme? ¿qué será tan urgente? ¿Tendrá que ver con su madre…? Pensó la rubia.

- "¿Candy?"

- "Todo está bien Patty, apaguemos la luz antes de que nos reten." Dijo la rubia tratando de tranquilizar a su amiga.

.

² Era una noche oscura, sin luna ni estrellas.

A esa hora avanzada de la noche, todos los árboles del bosque estaban envueltos en tinieblas y el mundo parecía un oscuro pantano sin fin. En el silencio, desde alguna parte resonaba el misterioso canto de un búho.

Candy caminaba rápidamente entre los árboles, apretando fuertemente en la mano su pequeña lámpara. Su única preocupación era que pudiese haberle sucedido algo a Terry. Corriendo en la oscuridad, se aproximaba al establo, invadida por la inquietud. Incluso le resultaba difícil respirar y ciertamente su corazón no tendría paz hasta que pudiera ver al muchacho. En cuanto llegó, se precipitó a la puerta lanzándose hacia el interior. En la oscuridad, divisó el titilante resplandor de una lámpara que se encendía.

- "¡Terry! ¿Terry, estás ahí?" murmuró suavemente con la voz tersa levantando la luz que llevaba consigo.

- "¡Candy!" exclamó el chico emergiendo del fondo del establo y se acercó a ella, sujetando en la mano su propia lámpara.

Tal vez despertándose por la presencia de ambos, Teodora resopló haciéndoles pegar un brinco a ambos.

- "¿Qué te ha pasado? ¿Qué es tan urgente que querías hablarme a esta hora?" preguntó Candy reponiéndose del susto.

- "¿A qué te refieres?" dijo Terry endureciendo su expresión. – "¿No eras tú quien quería decirme algo?"

- "¿Yo? En el buzón secreto de Stear y Patty, ella encontró un mensaje tuyo, decía que tenías algo urgente que decirme…"

- "Yo encontré el mismo mensaje, Candy, alguien deslizó una nota dentro de mi habitación…"

Por un instante se quedaron sin aliento, pero inmediatamente después Terry exclamó:

- "¡Rápido! ¡Tenemos que salir de aquí en seguida!"

En la voz de Terry había una aprensión que jamás había advertido antes.

Justo en ese momento, ambos escucharon unos pasos que se acercaban, no eran de una o dos personas, debía de haber mucha gente ahí afuera. Con un fuerte ruido, la puerta del establo fue abierta enérgicamente de par en par y en un instante los dos chicos se encontraron rodeados por las luces de varias lámparas.

- "¡¿Qué?! Pero qué… ¡indecencia! ¡¿Cómo se han atrevido a deshonrar de esta manera el buen nombre del Colegio?! ¡Dios mío, algo tan vergonzoso jamás había sucedido en nuestro instituto!" dijo la Hermana Gray con la voz temblando de rabia.

Las otras monjas también miraban fijamente de manera gélida a Candy, como si tuvieran frente a sus ojos algo repugnante.

Detrás de ellas emergió la estridente voz de Eliza.

- "¡Sabía que esos rumores eran ciertos! ¡Candy le pide a Terrence que se encuentre con ella de noche!"

- "¡Esto es algo tan vergonzoso, Candy!" agregó ásperamente Luisa volteando su rostro hacia otra parte como si no pudiera siquiera mirarla.

Candy estaba tan alterada que no podía creer lo que estaba ocurriendo, sin embargo, fue capaz de mantener la sangre fría. Ahora entendía a qué se debía esa ansiedad que le había oprimido poco antes el pecho. Se trataba de una trampa. Aquella nota… ¡Todo había sido obra de Eliza!

- "¡Este es un comportamiento indigno!" exclamó la Hermana Gray apartando los ojos de ellos y tomándose con fuerza de la puerta del establo como si estuviera a punto del colapso.

Terry se puso frente a ella con decisión.

- "¡Hermana Gray, ha sido un error! ¡Todo es un malentendido! ¡Hemos sido engañados! Hemos sido atraídos hasta aquí por una nota falsa y…"

- "¡Cállate Terrence! ¡Esta vez has hecho algo realmente imperdonable! … ¡Y eso va para ti también Candice!" gritó la religiosa incinerándola con la mirada.

- "¡Hermana Gray, en verdad o hemos hecho nada malo! ¡Por favor, escúchenos!"

- "¡No digas ni una palabra más, Candice! Es inútil que busquen justificaciones, ¡Hermana Kreis, quiero que usted y las otras Hermanas lleven a Terrence a su habitación! ¡No deben dejarlo solo por ningún motivo! ¡Candice, tú vendrás conmigo!"

- "¡Deténganse! ¡No! ¡Se lo suplico Hermana Gray, espere! ¡Se ha tratado de una trampa! ¿Por qué no quiere escucharme?" grito Terry empezando a forcejear, pero en minutos varias monjas lo contuvieron. – "¡Suéltenme les he dicho! ¡Escuche lo que tengo que decir! ¡Deténganse! ¡¿Qué tienen planeado hacerle?!"

¡Era una trampa! ¡Qué idiotas fuimos al ser engañados por un pedazo de papel!

.

Agarrada fuertemente de los hombros por la Hermana Gray, Candy ni siquiera pudo voltearse. La voz de Terry, sacado a rastras por las religiosas, se hizo cada vez más lejana. Tratando de contener el temblor que invadía su cuerpo, alzó el rostro con firmeza. No podía negar que había salido en plena noche, y sabía bien que de esa manera había quebrantado las reglas. Podía aceptar aquella acusación, pero de igual manera estaba consciente de no haber cometido ningún acto deshonroso.

- "¡Hermana Gray, le ruego que me crea! ¡Si vine aquí es sólo porque he sido engañada! ¡Deje que le explique cómo han ocurrido las cosas!" le suplicó Candy con todas sus fuerzas.

Sin embargo, la directora permaneció en silencio y salió del establo empujándola por la espalda. Una vez afuera, se detuvo en la oscuridad y le ordenó fríamente a la Hermana Margaret:

- "¡Lleve a Candice White Andley a una de las celdas del torreón reservadas para los estudiantes!"

¡¿Celda del torreón?! Pensó Candy abriendo los ojos de par en par.

- "Yo misma me encargaré de comunicar lo acontecido a su tutor mañana por la mañana."

Como si hubiera recibido un golpe inesperado, Candy se giró de inmediato para mirar el rostro de la monja iluminado por la luz de la lámpara ¿había dicho su tutor? ¿Quería contarle lo que suponía que había pasado al Tío Abuelo William?"

La monja respondió a aquellos ojos suplicantes con una mirada amenazadora y la Hermana Kreis la empujó bruscamente por la espalda para que siguiera a la Hermana Margaret que con la mirada baja y llena de desilusión la esperaba para escoltarla hacia el viejo torreón. ²


² Frente a ella estaba la llama titilante de una vela consumida, casi a punto de apagarse. Las paredes eran tan escabrosas que parecían desmoronarse. Candy apoyó la espalda a ellas y se acurrucó abrazándose a sus rodillas. Su sombra proyectada en el muro osciló.

Ya completamente sin fuerzas para poder reaccionar, la rubia casi estaba por echarse a llorar. En sus ojos apareció claramente la imagen de Eliza de pie cerca de ahí, quien la miraba con una sonrisa de satisfacción en el rostro. Había estado a punto de írsele a golpes con tal de hacerla reaccionar, pero eso hubiera agravado todo.

Había sido encerrada allí y le resultaba increíble creer que realmente se encontraba ahí adentro. Incluso lo que había sucedido en el establo le parecía solo una horrible pesadilla, pero desafortunadamente todo era real.

El cuarto estaba completamente vacío. En el interior sólo había una andrajosa frazada llena de hoyos, quizás por ser mordisqueada por los ratones. Ya había oído decir que en la parte posterior del Colegio se encontraban las celdas de castigo reservadas para los estudiantes problemáticos y ahora sabía que aquellos rumores eran ciertos.

La llama de la vela, cada vez más pequeña, estaba por extinguirse y pensar que, por poco, ni siquiera ese "privilegio" le iba a ser concedido. La Hermana Margaret llena de desaprobación, no le había dirigido una sola palabra, pero después por algún motivo, le había llevado a escondidas aquella vela, aunque ella creía en su culpabilidad, y cuando Candy había tratado de explicarle las cosas, se había negado a escucharla.

Candy trató de resistirse, pero las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos cayendo sobre sus rodillas. No podía imaginar la desilusión que sentiría el Tío Abuelo William al recibir la noticia de lo acontecido. No quería que también él pensara mal de ella, podía soportar ser expulsada del Colegio, e incluso ver anulada su adopción, pero era importante para ella que su benefactor supiera la verdad.

Realmente había sido una tonta al creer enseguida en ese mensaje, pero la preocupación por la suerte de Terry había sido demasiado fuerte. La ansiedad por saber si le había sucedido algo superaba incluso el deseo que tenía de verlo ¿Cómo podría haber podido imaginarse que ambos habían recibido aquella nota falsa?

De repente, Candy levantó el rostro lleno de lágrimas: No era el momento de llorar.

- "¿Qué le habrá pasado a Terry? ¿Y si él también se encontrara en una celda de corrección?"

Se levantó y apoyó la oreja contra el muro, no sabía cuántas celdas había en ese lugar.

- "¡Terry! ¡Respóndeme si me escuchas!"

Al otro lado de aquella fría pared sólo escuchó el silencio.

- "Terry… Terry…"

Llamó una y otra vez aquel nombre, su voz fue absorbida por los muros de piedra de aquel estrecho cuarto. La vela casi se había consumido por completo, pero ella ya no estaba llorando y ahora miraba fijamente la llamita a punto de apagarse. ²


² Terry se encontraba en su recámara y miraba intensamente la oscura vista que se alzaba más allá de la ventana. Angustiado apretó los puños.

Candy… ¡¿Qué te habrán hecho?!"

El castigo que él había recibido consistía en la reclusión en su propia habitación. La puerta había sido cerrada con llave y afuera había una monja colocada ahí para vigilarlo sin descanso.

- "¡Maldición! ¿Reclusión? Ni siquiera han escuchado nuestra versión de los hechos… sólo espero que Candy no haya recibido un castigo más duro que el mío…"

Terrence simplemente no podía quedarse quieto y seguía caminando nerviosamente por la habitación. Hasta ese momento nunca se había preocupado por lo que sucedía al infringir las reglas; sus antepasados Grandchester siempre habían entregado generosas donaciones al Colegio, colaborando desde su fundación; incluso la iglesia había sido construida por su familia, lo cual lo hacía prácticamente intocable.

Al principio pensó que la directora tendría el valor de expulsarlo, se veía en ella una rabia que él nunca antes le había visto, pero en lugar de eso, había sido perdonado con extrema ligereza.

¿Y si a Candy le han echado la culpa de ambos?

No sería difícil escapar de esa habitación.

Decidido a salir en su búsqueda, abrió lentamente la puerta de vidrio que conducía al balcón, pero justamente en ese momento apareció una sombra negra que se abalanzó sobre él.

- "¡Maldito sinvergüenza!" jadeó Archie en cuanto lo vio salir por las puertas del balcón. – "¿Qué le has hecho a Candy?" dijo golpeándolo con fuerza y haciéndole tambalear, lo sujetó por las solapas y lo arrastró dentro de la habitación.

Inmediatamente después, Stear apareció en el balcón con el rostro pálido y los puños apretados.

Terry miró a Archie con los ojos llenos de angustia.

- "¿Qué ha pasado? ¡¿Cómo está Candy?!" preguntó el castaño haciendo caso omiso del golpe que había recibido. Sólo podía pensar en la suerte que había corrido Candy. – "¿Qué le ha pasado? ¡Dímelo!" exclamó con desesperación.

- "¡No te hagas el tonto! ¡Ha sido encerrada en una de las celdas de corrección! ¡Por tu culpa!" dijo el elegante chico a punto de arrojarse nuevamente contra él, pero su hermano lo detuvo.

- "Todo es verdad, el alboroto de esta noche ha despertado al Colegio entero. Estamos muy preocupados por saber qué pasará… con ella, y contigo…" dijo Stear casi rechinando los dientes.

Terry lo escuchó sintiéndose ausente.

- "¡La celda de corrección!"

- "¡No es sólo eso! Cuando la noticia llegue al Tío Abuelo Andley… ella no solo será expulsada del Colegio…"

- "Candy… ¿expulsada?" murmuró Terry tambaleándose como si fuera a derrumbarse en ese momento.

- "¡Exacto y todo esto es culpa tuya! ¡¿Por qué le pediste que se reuniera contigo en el establo?" dijo Archie fuera de sí. Él lo sabía… sabía que ese tipo le haría daño a Candy.

- "No fui yo quien citó a Candy…" dijo Terry volteando el rostro y apoyándose en la pared.

- "¿Qué dijiste? ¡Todavía te atreves a…!"

- "¡No fui yo quien la citó en el establo! Yo también recibí el mismo mensaje." Replicó el aristócrata sacando del bolsillo la nota que esa tarde había encontrado en el piso de su habitación.

Por favor, reúnete conmigo en el establo esta noche a las nueve.

Necesito hablarte de algo muy importante.

No faltes por ningún motivo.

Candy

- "Pero ésta… ¡no es su letra!" exclamó sorprendido Stear, ajustándose las gafas y releyendo aquellas líneas.

Silencioso, Archie también leyó aquellas palabras.

- "Fui realmente un estúpido… un imprudente. Si lo hubiera meditado con calma me habría dado cuenta de que ella nunca habría podido deslizar ese papel bajo mi puerta. Pero apenas lo leí… Pensé que algo le había pasado y…"

Archie apartó la mirada. Le pareció que podía comprender lo que sintió ese antipático sujeto al recibir aquel mensaje. Aquel simple trozo de papel seguramente habría bastado para empujarlo también a él a cometer alguna estupidez.

Este bribón… Este "noble" realmente está interesado en Candy…

Terry estaba dominado por la confusión.

- "Esto debe ser una falsificación." Dijo Stear.

Terry le arrebató la nota de las manos y la arrugó con rabia.

- "Sé quién fue…" dijo el hijo del Duque alzando el rostro.

Stear contuvo el aliento, Terrence se veía realmente afectado.

- "¡Fueron esos parientes de ustedes!"

- "¡Eliza!" gimió Archie furioso. – "Y supongo que Niel también colaboró."

- "Entonces tenemos evidencia, mañana por la mañana pidamos ver a la Hermana Gray, le llevaremos esta nota como prueba." Propuso Stear apretando los puños. Por mucho que fueran personas indeseables, Eliza y Niel formaban parte de la familia Andley y siempre serían sus parientes. No obstante él estaba decidido a llevar a cabo aquella acusación.

- "Yo también testificaré sobre la despreciable naturaleza de ambos." Intervino Archie, asintiendo con impaciencia.

Terry permaneció en silencio tratando de reflexionar.

- "¿Creen… que servirá para resolver las cosas?" susurró con seriedad, manteniendo la mirada baja. – "Esos parientes suyos… esas víboras, no son fáciles de acorralar. Estoy plenamente convencido de que este mensaje es obra de ellos, ¿pero en verdad creen que ese trozo de papel baste como prueba? Cuando esa víbora diga que ella no sabe nada, el asunto se cerrará… La directora le tiene mucha más confianza a ella que a Candy… No quisiera que solo acabáramos por empeorar la situación."

- "¡¿Entonces propones abandonar a Candy a su destino?! ¡Realmente eres un sujeto sin pizca de corazón! ¡No eres más que un prepotente y despreciable aristócrata que cree que siempre se saldrá con la suya!" Le gritó Archie de frente, acercándosele cada vez más.

- "¿Cómo me has llamado?"

Stear se interpuso entre ellos, que se centraron en mirarse de manera amenazante.

- "Grandchester no está del todo equivocado, Archie. Cuando Candy es víctima de las maquinaciones de esos dos, no hay mucho qué hacer. Bien sabes lo hábiles que son para inventar mentiras ingeniosas."

- "¡Pero si no hacemos nada, Candy será repudiada por la familia! Incluso aun sin motivo, los demás siempre se han opuesto a su adopción ¡La cancelarán!"

- "¡¿Repudiada?! ¡¿Cancelarían su adopción?!" exclamó Terry con la voz quebrada.

Stear asintió.

- "Cuando reciban la notificación de la Hermana Gray, esta vez es posible que ni siquiera el Tío Abuelo William pueda perdonar a Candy. Terrence, sabes que ella no tiene familia ¿cierto? Su vida…" suspiró Stear ajustándose los anteojos. – "Su vida siempre ha estado llena de dificultades. Los Leagan incluso trataron de enviarla a México a trabajar… Sin embargo, no la escuché lamentarse siquiera una vez, es más, fuimos nosotros quienes sacamos fuerza de su sonrisa. Nosotros sólo queremos que un día ella pueda ser feliz.

Solo queremos que un día ella pueda ser feliz.

.

Al escuchar aquellas palabras pronunciadas en voz baja por Stear, Terry levantó los ojos humedecidos.

¿Quieren que un día ella sea feliz? ¡Yo no me quedaré a rogar para que eso ocurra! Yo… ¡Quiero ser yo quien la haga feliz!

Como si hubiera tomado una importante decisión, el aristócrata respiró profundamente.

- "No se preocupen por ella… ¡Yo la protegeré!" dijo Terry lanzándose hacia el balcón.

- "¡Oye!"

Archie y Stear se apresuraron a detenerlo, pero él ya había descendido hábilmente al suelo y desaparecía en la oscuridad del bosque.

Él corrió entre los árboles invadido por una abrasadora rabia, sin embargo, su mente estaba perfectamente lúcida ¡Cómo le habría gustado reírse de sí mismo!

Siempre me he comportado como un rebelde, pero ¿qué he hecho en realidad? He usado el dinero de mi padre para divertirme y he crecido gozando de su protección… Me he enojado cada vez que alguien me calificaba como un favorecido noble, pero ¿acaso no me he aprovechado siempre de mi posición? ¡Candy, yo te salvaré!

Llegó a la torre septentrional, la prisión de estudiantes. A esa hora de la noche estaba envuelta en un inquietante silencio similar al de un cementerio. Incluso, asustados por aquel lugar, los búhos se contenían de emitir sus cantos.

¿Por qué la habían recluido en semejante lugar? ¿Por qué no me metieron a mí también en un lugar semejante?

La puerta de madera que conducía a los sótanos y a las celdas estaba cerrada fuertemente con llave. Terry la golpeó con los puños, con todas sus fuerzas.

- "¡Candy, ¿me oyes?!" gritó en vano, mientras sus palabras se perdían en las tinieblas. – "Candy no puedo entrar… pero me quedaré aquí. Me quedaré aquí todo el tiempo ¿has entendido?" ²

Tenía que hacer algo, tenía que doblegar su orgullo y suplicar a su padre que lo ayudara, era lo único que se le ocurría hacer.

Terry esperó a que amaneciera y se puso en marcha hacia la mansión Grandchester.


³ - "¿A dónde me llevan ustedes dos?" exclamó Eliza realmente divertida.

- "Queremos hablarte de Candy." respondió Patty una vez que se internaron en el bosque.

- "¡Vaya! Nunca creí que un par de cobardes como ustedes harían esto."

- "Nosotros queremos hablarte." Dijo Archie extremadamente serio, saliendo de entre el follaje.

- "Archie… Stear" dijo Eliza sorprendida. – "¿Y esperan chantajearme? ¿amenazarme acaso?"

- "No Eliza, no haremos nada de eso. Sabemos que fuiste tú quien escribió esto."

- "¡Oh! No sé de qué hablan."

- "¡No finjas más Eliza, esta es tu letra!" afirmó Stear.

- "¿Tú lo crees?" dijo burlona la pelirroja.

- "Maldita, te obligaré a hablar." Gruñó Archie acercándose a ella amenazante.

- "¿Vas a pegarle a una dama?"

- "¿Una dama? Tú no eres más que una zorra disfrazada de dama." Dijo el chico de ojos miel señalándola acusatoriamente.

- "Qué cosas tan feas dices."

- "Eliza, ayuda a Candy, por favor." Rogó Annie.

- "¿Van a usar lágrimas ahora?"

- "Eliza, por favor, si tú se lo dices a la Hermana Gray, Candy no será expulsada."

- "Un momento, creo que se equivocan. Ustedes dicen que yo sé algo al respecto y yo no sé nada."

- "¡Cretina, yo te haré hablar!" Archie no pudo contenerse más y tomó a Eliza del cuello del vestido.

- "¡Archie, no! Eliza no dirá la verdad, aunque la amenaces con matarla." Intervino Stear.

Derrotado Archie la soltó bruscamente haciéndola caer.

- "¡Ahora tendrán que preocuparse más por ustedes que por esa huérfana!" aseguró Eliza acomodándose los tiesos rizos. – "Si la Hermana Gray se entera de que me trajeron hasta aquí para torturarme estarán en graves problemas."

El silencio fue su respuesta, tenía a todos en la palma de su mano.

- "… Bueno, por esta vez no diré nada…" y se alejó sintiéndose increíblemente feliz.³


³ - "Así que has venido tan temprano, y me imagino que sin autorización del Colegio, por esa estupidez que según dices, es muy importante." Dijo Richard Grandchester sin dejar de poner atención a su jugada de croquet *.

- "Por supuesto que es muy importante, quiero que la ayudes." Respondió Terrence.

- "¿Así que tú quieres que ayude a esa muchacha?" respondió redundante y burlón.

- "Sí papá, por favor."

El rostro del Duque de Grandchester se ensombreció.

- "Sólo me llamas papá cuando quieres pedirme un favor."

- "No puedo aceptar lo que hace el Colegio, la expulsan sin siquiera haber estudiado el caso. Candice no es culpable."

- "Terrence, hasta aquí he sido demasiado comprensivo con tu vergonzosa conducta, pero en este caso, ¡Mi respuesta es, no! ¡Tienen que expulsarla!"

- "¡¿Y entonces por qué no me expulsan a mí?!"

- "¡Porque yo he hecho mucho por el Colegio!"

- "Por eso es que quiero que uses tu influencia, fue por culpa mía que Candice se metió en este lío."

- "No, no pienso hacerlo, no me parece que esa sea una buena chica para ti."

- "Así que tú no me ayudarás a salvarla."

- "Así es. No insistas."

No debí venir… sabía que esto pasaría, pero quise creer que me ayudaría...

- "Papá si se hubiera tratado de mí te aseguro que no hubiera venido y tú lo sabes. Pero nunca más lo haré, solucionaré mis problemas yo solo." Los ojos de Terry se oscurecieron. – "Adiós para siempre papá."

- "¡Terrence!" gritó el Duque.³

Pero era demasiado tarde, él ya se había ido.


³ - "¿Qué podemos hacer?" dijo Archie viendo a Terry derrumbado sobre su cama con la cabeza entre las manos.

- "Debí haber inventado un detector de mentiras mucho antes." Se quejó Stear.

- "Stear deja de decir tonterías, no colaboras en nada."

- "¿Tonterías?"

- "Sí, basta de eso. Si expulsan a Candy, el Tío Abuelo William le cancelará la adopción y ella no tendrá nada."

Stear calló unos segundos.

- "No, pero dejará mucho, todos sus amigos estamos aquí y además ayudó a dos personas."

- "¿De qué hablas hermano?"

- "Candy ha cambiado a Annie y a Patty, se han vuelto fuertes y optimistas, ellas no volverán a ser lo que eran, eso hay que agradecérselo a Candy…"

- "¿Quieres decir que, porque Candy ayudó a Annie y Patty, no debe quedarse más en el Colegio?"

- "Yo no dije eso…"

- "¡Quieren callarse!" gruñó Terry. – "si quieren discutir váyanse de mi habitación."

- "¿Nos echas? ¿Qué no estás preocupado por Candy? ¿Cómo puedes estar tan tranquilo?" reclamó Archie con sus ojos miel encendidos por la ira.

Terry lo miró furioso.

¿Estar tranquilo? Si expulsaban a Candy, ya nunca podría estarlo ¿Cómo podría?

- "¡Váyanse, por favor!" gritó el castaño.

- "Vámonos Archie, quedándonos tampoco arreglamos nada." Murmuró Stear. – "Terrence, como te hemos dicho, Candy tuvo una vida muy dura, merece ser feliz, creo que estás de acuerdo conmigo."

No sé cuánto habrá sufrido Candy… siempre está alegre. Nunca muestra el dolor de ser una huérfana ¿y yo? No dejé de sentir lástima por mí. Me opuse a mi padre, pero uso su dinero.

¡Maldición! Nunca perdonaré a quien se atreva a hacerla infeliz. Haré lo que sea por ella, soy el único que puede protegerla.³

Y con un impulso que nunca antes había sentido, Terrence Graham salió de su habitación, nuevamente por la ventana, decidido a hacer lo único que podía hacer…

... ¡Robar la llave de la torre y sacar de allí a Candy!


Notas:

* Croquet: pasatiempo o deporte de competencia que consiste en golpear bolas de madera o plástico con un mazo, a través de pequeños arcos de metal enterrados en el campo de juego. Originalmente, el croquet era un pasatiempo de la nobleza de Languedoc (Provenza, en el sur de Francia). Dos décadas después fue llevado a Inglaterra como un pasatiempo para la aristocracia.

¹ La leyenda del hilo rojo, si quieren leerla es muy bonita: la-leyenda-del-hilo-rojo/

² Todo lo indicado con este número pertenece a CCFS en su traducción de Wattpad volumen 2, capítulo 15, con un pequeño agregado del manga en las frases para hacerlas más exactas.

³ Este número indica diálogos que he tomado prestados del anime.

Las escenas que yo he creado son básicamente cuando están juntos al inicio del capítulo y el final cuando decide ir a buscar la llave de la torre septentrional; también he alterado un poco el orden para mezclar tanto el manga como el anime con CCFS.


Agradecimientos:

Gracias chicas por sus pensamientos tan lindos para mi país, han sido días muy tristes y caóticos, pero todo pasa... las cosas malas y las buenas.

Sé que varias me han insistido con que cambie la historia original, les prometo que en la próxima historia le daré más rienda a la imaginación, pero como les decía, este Fic tiene la misión de llenar algunos vacíos en la historia original y animarlas a leer CCFS y el manga, por lo que trato de combinar todo esto sin alterar el curso de la historia original. Para quienes me preguntaron, sí tiene final feliz, sí es con Terry (ya saben que para mí él es Anohito), sí haré un epílogo con el final de CCFS (aunque no explique afondo el reencuentro)

Stormaw: ¡sí amiga, yo ando aquí en CDMX sufriendo las sacudidas! No sería mala idea adelantarle a la historia y hacer que Stear cree el martillo ese con el que quería pegarle a Albert para que recuperara la memoria pero que le hiciera el efecto contrario a Eliza Jajajaja Pero este inventor creo que no podrá hacerlo tan rápido. Confirmo mi alegría de haberte conocido y de que seas parte del AAVST ¡Besos! Y excelente inicio de semana.

Guest1: Ay sí, a mí también me infartan las separaciones, pero te prometo que esta será mucho menos traumática, pues si ya se van a separar para qué echarle más dolor ¿no? Y sí, más adelante trataré de escribir algo a fondo sobre el reencuentro.

Guest2: qué linda, cuántas flores le echas a mi historia y a mi manera de escribir. Sí efectivamente sé que Él está en control de todo y uno sigue adelante ¡Besos!

Mary: así es, el amor en esta historia triunfará 😉

Gladys: gracias por la solidaridad, vamos levantándonos poco a poco de este revés de la vida. Mientras haya vida hay esperanza ¿no es así? Me haces un lindo halago al decirme que prefieres mi guion al del anime, si no has leído el manga te lo recomiendo mucho más, pues la caricatura nos dejó con ideas distintas al original de la historia. Te mando un fuerte abrazo y seguimos en la recta final.

Nally Graham: Sí, Eliza sólo gusta del exterior de Terry pero jamás le interesó como persona. Me alegra que te guste cómo combino las tres fuentes de esta historia: manga, anime y CCFS. Así que atravesemos el trago amargo de separarse para que después venga lo mejor. Y sí, sigamos adelante que de todo nos podemos levantar ¡Abrazos!

Skarllet northman: Creo que todos esperábamos un final de castigo para Eliza sobre todo, Niel al final no es más que su títere pero igualmente creo que nos hubiera gustado que tuvieran su merecido. Al final el peor castigo para Eliza fue ver feliz a Candy.

Sandy Sanchez: Qué más hubiéramos dado porque Terry le dijera a Eliza: "déjame en paz loca desquiciada horrible adefesio del averno", pero nuestro caballero en corcel blanco no fue educado así. En el manga, de las escenas que mencionas, sólo está la del agujero en el que Eliza cae y Terry la ayuda, en la que yo también me infarté al pensar que él pudiera considerarla. Al parecer en la historia original, Eliza es muy bella, pero sólo exteriormente porque para villanas malas entre las malas, ella se lleva las palmas. Ni el momento del pañuelo ni la cachetada con las flores existen en el manga. El anime le inyectó mucho drama e hizo una imagen más pasiva de lo que en realidad es Candy. Y sí, el Colegio es como una fase de una historia de amor en la que todo es enamoramiento y dulzura, pero luego viene un amor maduro, estable e independiente. Besotes para ti también Sandy, excelente semana.

Maquig: gracias a ti por leer linda.

Blanca G: sí es triste lo que vivimos en México, pero de esta también nos estamos levantando. Qué bueno que sigas la historia a pesar de que sabes de la separación. Al final ellos estarán juntos, así que tomemos el trago amargo de una vez para seguir con lo demás. Qué bueno que te haya gustado hasta ahora.

Miriam7: Gracias, he tratado de generar más romance pues es donde creo yo que faltó saber más. Y sí, a mí también me dan ganas de decirle cabeza dura a la Hermana Gray pero ya sabes, en esos tiempos las señoritas tenían que tatuarse la decencia (aunque había tanta hipocresía debajo e todo eso).

Guest3: Sí, es hermoso cómo Terry se llena e alegría a costa de Candy, ambos son tan complementarios.

Aurora: Es bella la etapa del Colegio yo igual la amo, pero creo que si no hubiera sido Eliza, alguna otra cosa los hubiera separado, ese no era el camino de ninguno de los dos.

Anjiluz: no querida, todo va en secuencia, lo que pasa es que entre Escocia y que regresan al Colegio inventé varios capítulos, pero todo sigue el mismo orden. Qué bueno que te guste.

Sayuri1707: ahora ya sabes lo que trama esta loquita envidiosa.

Eli: Yo también sufro cuando veo historias que consideran que en algún extraño momento Terry pudiera estar con Susana, no lo concibo... en fin, libertad de expresión para todos que en gustos se rompen géneros. Después del trago amargo te prometo pura miel y una vida feliz. Gracias por tus buenos deseos linda, abrazos.

LAU: Yo también creo que esta separación es el parteaguas para que ambos realicen sus sueños y por eso mantendré el guion original pero ya sabes, metiéndole algo de romance que al final esa es la clasificación de la historia. Qué bien que le diste una oportunidad a Otoño, fue muy triste que se quedara a medias igual que "Junto a ti", pero lo que hay es genial. Gracias a ti por soñar conmigo. P.D. cuando ingresas como guest, el sitio espera a que yo autorice la publicación, por eso no apareció tu review enseguida.

ELISA LUCIA V 2016: Un placer para mí el que tú leas lo que escribo... ya estoy tramando la siguiente historia jeje. Gracias por los buenos deseos, yo también espero que ya las inundaciones y terremotos nos den unas vacaciones a los mexicanos porque ha estado de miedo este mes.

Gracias también a quienes leen silenciosamente, y a todos los reviews anteriores. De todo nos podemos levantar, así que ánimo a quienes están en CDMX y a quien lo necesite. Abrazos desde mi corazón hasta donde estén.