Los días del Colegio

Disclaimer:

Los personajes de Candy Candy pertenecen a sus respectivas autoras K. Mizuki y Y. Igarashi. Algunos párrafos e ideas pertenecen a la traducción del italiano al español de CCFS que maravillosamente han hecho en wattpad (vol. 2, segunda parte, capítulo 15 y 16), y en el caso de este capítulo, hay fragmentos del manga y diálogos del anime.

Es una historia construida con la única intención de esparcimiento, sin fines de lucro, a pesar de lo que he añadido, el fundamento es propiedad de sus autoras y/o traductoras.

Antes de que comiencen la lectura, quiero decirles que he sentido mucho no poder actualizar; como saben vivo en la ciudad de México y han sido semanas muy complicadas tras un terremoto que nos dejó afectados de diversas maneras y hasta ahora es que he podido regresar a la normalidad o lo más cercano a ello. Nos quedan un par de capítulos más antes de finalizar "Los días del Colegio" y empezaré a escribir el epílogo en el que, como se los prometí, daré un final feliz a esta historia.

Advertencia: quienes no deseen leer acerca de la separación, pueden saltarse este capítulo, aunque he cambiado varias cosas para hacerla menos traumática sigue siendo una separación, pero en mi versión, más justa y romántica así que si se animan a seguir leyendo, y yo las animo a hacerlo, tomemos este trago amargo y continuemos, que al final la vida se trata de eso, seguir adelante. A quienes decidan seguir leyendo, haré algunas aclaraciones más abajo.

Capítulo 40.

Esto no es un adiós.

(1)

- "Otra vez se ha hecho de noche... o al menos eso creo." Suspiró Candy mientras trataba de acercarse a una pequeña grieta que dejaba pasar unos tenues rayos de luz de luna.

- "Primero, la celda de meditación, ahora la celda de corrección y ser expulsada... No es que una pueda tener estas experiencias todos los días." Trató de bromear para tranquilizarse. – "Me pregunto si el Tío Abuelo William me comprenderá, seguramente no será fácil... Quizás no fui hecha para ser adoptada..."

CCCRRRIIII

- "¡Oh, qué modales! Debe ser que ya estoy tan acostumbrada a la buena comida que mi estómago no para de protestar."

- "Si le contara esto al Señor Albert, seguramente se reirá."

Señor Albert, me pregunto si le va bien en África, me gustaría poder hablar con él en este momento.

- "¡Basta, Candy! Debes reponerte ¡Espérame Terry! ¡Juntos haremos que Eliza pague por lo que nos ha hecho!"

El firme discurso de Candy se vio interrumpido nuevamente por un gruñido aún más fuerte que provenía de su estómago. La rubia pecosa se preguntaba si esta vez la Hermana Margaret se apiadaría y volvería a traerle algo para la cena.


- "¡Maldita sea!" rabió Terry al descubrir una solitaria llave colgando del único llavero que pudo encontrar dentro de la oficina de la Hermana Gray.

Ni siquiera estaba seguro de poder lograr abrir la vieja puerta del torreón que lo separaba de Candy, pero no podía dejar de intentarlo.

Con desesperación, atravesó todo el Colegio para llegar a la entrada de esa vieja construcción que nunca antes le había importado. Debía tomar unos segundos para tranquilizarse, el que ella escuchara su voz alterada sólo haría la situación más difícil.

Apoyándose en la pared de piedra cerró los ojos. Sentía pena por su propia impotencia, si tuviera el poder... Si tan solo fuera un adulto, nada le impediría llevársela consigo y abandonar aquel instituto…

Y en cambio, no hay nada más que yo pueda hacer… Pensó Terry mordiéndose los labios hasta hacerlos casi sangrar. Si su padre le hubiese tendido una mano... si su madre no estuviera tan lejos de él... ¡Nunca haría lo mismo que ellos!

.

Duque de Grandchester, nunca amaré a alguien como tú lo haces... No quiero amar de esa manera...

.

¡Cuánto extrañaba sus cigarrillos en este momento!

Pero si lograba sacar a Candy, ella misma lo encerraría en una de las celdas para darle una lección sobre dejar de fumar. Lo único que podría calmarlo era el sonido de esa vieja amiga que guardaba celosamente dentro del bolsillo de su pantalón.

Suavemente la puso sobre sus labios y comenzó a tocar.

Hasta los oídos de Candy llegó el rumor de una melodía, se oía tan lejos pero tan claramente.

- "Terry, ¿eres tú? ¡Terry, Terry!" comenzó a gritar a todo pulmón.

La sutileza de la melodía había hecho en parte su labor, con el corazón latiéndole a toda velocidad, Terry ingresó la llave en la cerradura e intentó girarla. Conteniendo la respiración, forcejeó con la vieja puerta hasta que un agudo rechinido le indicó que el cerrojo había girado por completo. No sabía lo que se encontraría adentro, nunca antes había entrado en ese lugar.

Con temor, empujó la puerta y un oscuro corredor le dio la bienvenida.

.

Cómo han podido meterla en un lugar como éste, es sólo una chiquilla...

.

- "¿Candy?" dijo casi murmurando mientras cerraba la puerta tras de él. Lo que menos deseaba en este momento era complicar aún más las cosas siendo sorprendido por alguna de las monjas.

Una a una fue revisando las celdas que se alineaban a su lado derecho, iluminando con su lámpara los pequeños espacios, hasta que por fin la tenue luz iluminó unos cabellos dorados y una pequeña figura sentada al fondo del lugar. Se veía tan indefensa, tan preocupada...

- "Candy... Yo he venido a... yo..." Las palabras se enredaban en su garganta sin atinar a decirle que las cosas iban a estar bien. Después de todo, él sólo tenía una llave, y con sólo ver esa puerta que lo separaba de su chica, supo que no cedería, aunque la golpeara hasta hacer sangrar sus puños.

Tenía que decirle algo, tenía que protegerla...

- "Candy, tienes que ser fuerte, ¡ánimo!" fue lo único que se le ocurrió decir.

- "Terry... pero ¿tú no estabas también castigado?"

- "¡Al diablo con el castigo!"

- "¡Terry, siempre el mismo!" rió ella.

- "¿Estás bien?" preguntó él al notar los caminos que las lágrimas habían dejado en su rostro.

- "Tengo que confesar que podría estar mejor." Dijo ella restándole importancia.

- "... Candy... yo sólo he encontrado una llave..."

- "¿Una... llave?"

- "Sí, quiero decir, que he venido a sacarte de aquí, pero no he podido encontrar la llave de esta celda..."

Candy lo miró con toda la dulzura de la que era capaz.

- "Terry, yo te agradezco que hayas pensado en mí... y que hayas venido aquí arriesgándote a recibir un castigo peor..." dijo mientras caminaba hacia la pequeña abertura en la parte alta de aquella imponente puerta.

- "... Pero si llegara a escapar de aquí, sólo confirmaría que hemos hecho algo malo y nosotros no tenemos nada de qué avergonzarnos."

Terry comprendió en ese momento que escaparse con él destruiría la reputación de Candy para siempre.

¡Maldita moralidad absurda! ¡¿Cómo es que encerrar a una pequeña chica en un lugar como ese no era considerado inmoral?!

- "... eso definitivamente es una lástima, si hubiera sabido que esto pasaría, hace mucho tiempo que yo..." suspiró Terry.

- "¡Terrence Grandchester!"

Una sonrisa se dibujó en el rostro de Terry, ella era sorprendente, le era tan fácil sonreír, era la chica de siempre, como si no hubiese una fría y espesa pared separándolos.

- "... en cuanto salga de aquí te daré una lección!" dijo ella gruñendo y riéndose al mismo tiempo.

- "Candy, no olvides esa risa, trata de reír por favor. No llores nunca en situaciones difíciles."

- "Gracias Terry, pero dime, ¿cómo es que estás aquí?"

- "Ni yo mismo lo sé, fue lo único que se me ocurrió..." dijo encogiéndose de hombros.

- "Quizás puedas convencer a la Hermana Gray para que podamos hablar con ella, podríamos intentarlo, tú ¿conservaste la nota? Quizás ella se dé cuenta de que..."

- "¿De qué Pecas? ¿Se dará cuenta de que tienes una alimaña como pariente, que te odia a tal grado que ha tramado el plan perfecto para hacerte encerrar aquí por tiempo indefinido?"

- "No, indefinido no, esperarán a que venga alguien de la familia Ardley por mí... Terry, yo... yo he sido expulsada del Colegio."

- "Lo sé, ese elegante bribón me lo ha dejado claro con un puñetazo en la cara."

- "¿Archie? Pero ¿cómo?"

- "A estas alturas Señorita Pecas, ya todo el Colegio lo sabe. Con este grave hecho sobre tu honor, no te quedará más remedio que casarte conmigo..."

- "¡¿Qué?!"

- "Sí, lo sé... será un castigo para mí, pero estoy dispuesto a aceptarlo."

- "¡Terry, deja ya de bromear! Eso no es nada gracioso."

Ambos guardaron silencio... si fueran unos años mayores, si tan sólo tuvieran la manera...

Tengo que tomar una decisión por Candy y por mí. Pensó él muy triste, no se había separado de ella y ya se sentía muy solo.

- "¿Sabes Candy? en realidad, tengo una frase favorita en aquella escena del baile de Romeo y Julieta...

... Corazón, ¿amé antes de ahora?

¡Ojos, niéguenlo!

Nunca hasta ahora conocí la belleza." Declamó él intentando imprimir en esas palabras todo el afecto que sentía por esa pequeña pecosa.

.

Los ojos de Candy se llenaron de lágrimas inevitablemente. Terry le decía esas palabras desde su corazón, fijamente mirándola a ella.

- "Candy, después de la primera vez que te vi, sobre ese barco… pienso que te amé desde ese día… Creo que te amaré siempre… pase lo que pase."

- "Terry yo..." un sollozo le impidió a Candy seguir.

- "Candy yo he tomado una decisión. Hay algo que me gustaría hacer, pero no puedo hacerlo en este lugar... ni siquiera en este país... no con la sombra de mi padre tratando de controlarme."

- "Terry qué... ¿qué es lo que me quieres decir?"

El castaño no se atrevía a pronunciar aquellas palabras, sabía que no podría dejarla si lo decía en voz alta.

- "¡No! ¡No Terry! ¿Estás despidiéndote acaso?" Los ojos de Candy de nuevo estaban llenos de lágrimas.

Silencio.

- "Terry... ¡Yo también quiero vivir mi vida a mi manera!" estalló Candy apretando fuertemente sus puños.

- "Eso es algo que tendrás que elegir tú Pecosa, pero me gustaría que tuvieras la opción de decidir por ti misma, no por un injusto castigo."

El silencio se hizo entre ellos como nunca antes. Era un silencio distinto, lleno de tristeza e incertidumbre.

- "Terry, ¿crees que nos volveremos a ver algún día?"

Terry sonrió con tristeza.

- "¿Sabes que eso fue exactamente lo mismo que le preguntó Julieta a Romeo antes de finalizar la escena del balcón²?"

Candy simplemente sonrió.

- "Y yo te respondo lo mismo que él, mi amada Julieta en liana..." Terry inspiró todo el oxígeno que pudo y pensó en aquellas palabras como si fueran una plegaria. – "No me cabe duda... Y lo que ahora sufrimos será dulce recuerdo en días por venir..."

- "...Adiós, adiós... Un beso y descenderé." ² Finalizó Terry, sabiendo que el tiempo se agotaba.

Y diciendo esto, ambos se acercaron al pequeño espacio entre los barrotes de la celda, que les permitió sentir por un breve instante los labios de uno y otro unidos en un beso.

Un beso que sabía al bosque en mayo,

... un beso que sabía a Escocia,

... un beso que sabía a esperanza.

Porque en la vida siempre habrá separaciones, pero nunca serán definitivas mientras haya vida.

.

Seguir viviendo y volverte a ver, pensaron ambos deseándolo con toda su alma.

.

Terry salió del viejo torreón y tocó la armónica para Candy durante toda la noche, acompañándola y arrullándola hasta que el sueño la venció.


¹ A la mañana siguiente, en cada rincón del Colegio, no se oía hablar más que de Candy y Terry. Llenas de curiosidad, las alumnas se habían reunido en el patio interior al finalizar la misa.

- "Qué larga fue la misa esta mañana, la Madre Gray debe estar furiosa con Candice y Terrence."

- "¡¿Es verdad que Candy le pidió que se reuniera con ella en el establo?"

- "Parece que está encerrada en una celda del torreón..."

- "Después de un acto tan vergonzoso, definitivamente la expulsarán del Colegio."

Annie y Patty se miraban la una a la otra al borde de soltar lágrimas de rabia, y las dos llegaron a su límite al oír que Eliza, incluso en ese momento, estaba explicando a grandes voces el escandaloso acontecimiento ocurrido la noche anterior en el establo.

- "Desde que me di cuenta de que Candy había puesto los ojos en Terrence, continué observándola atentamente. Esa es alguien de origen humilde... ¡Debieron haberle brillado los ojos cuando escuchó que Terry era un noble!" decía ella deliberadamente en voz alta, mientras Luisa y las demás acompañaban sus palabras asintiendo con convicción.

- "¡Eliza! ¡Tú sabes bien que eso no es verdad, la única que se emocionaba al escuchar sobre esos títulos nobiliarios, eras tú!" respondió Patricia haciendo uso de toda su fuerza.

- "¿Ah sí? Y si estaba tan emocionada como dices, ¿cómo es que no fui yo sino Candy quien fue sorprendida encontrándose con él en el establo? ¡Será porque yo no tengo los modales de una dama de establo! ¿o es que vas a negar que la Hermana Gray con sus propios ojos la encontró en ese lugar?"

Ambas amigas guardaron silencio. Al ver a Annie aún más abatida, Patty le puso un brazo alrededor de los hombros.

- "¡Miren, es Terry! Al parecer su castigo ya ha terminado." Exclamó alegremente Luisa.

En efecto, la figura de Terrence apareció, absorto en cruzar el jardín inundado por la luz de la mañana.

- "Creo que es obvio, él no ha hecho nada malo, sólo fue incitado por Candy." Dijo Eliza con una risita en el rostro, observando la viril imagen del chico que caminaba en línea recta hacia ella. Entrecerró los ojos, ¡Terry había sido perdonado y Candy estaba en una celda! Seguramente esta vez sería expulsada de la familia Andley ¿acaso no debió haber ocurrido eso hace mucho tiempo?

Observándolo, Annie sintió un ligero temblor en su interior ¿qué había sido de su amiga?

- "Terry ha sido perdonado... y... ¿Candy?" dijo Annie buscando con la mirada el consuelo en Patty.

- "Estoy segura de que todo saldrá bien, Annie... Sin duda, Candy también será perdonada..." dijo Patty con impotencia, tratando de convencerse a sí misma.

- "Pero miren qué elegante está vestido, jamás lo había visto en un traje así para asistir a clases." Dijo una de las chicas.

Mientras recorría el pasillo, Terry se encontró bajo la mirada de todos los presentes. No le interesaba estar rodeado de susurros y de sonrisas burlonas, su única preocupación era Candy. Ya había tomado su decisión. Pero antes había algo que sentía la necesidad de hacer, aunque le había prometido a Candy que no se metería en problemas.

Con la mirada buscó a esa alimaña de cabellos rojos como el infierno, cosa que no fue difícil de hallar. Determinado, fue hacia ella con el rostro inexpresivo y unos ojos increíblemente atemorizantes, esa sería la última vez que viera a ese repulsivo ser.

Nerviosa, como nunca antes, Eliza no podía creer lo que estaba sucediendo. Terrence iba directo hacia ella, no había duda, en cuanto había llegado al lugar la había buscado y ahora su sueño se hacía realidad. Con las manos sudorosas y la mirada brillante, sólo atinó a sonreírle a ese hermoso hombre que se detuvo justo frente a ella.

Estaba a punto de saludarlo cuando de pronto un sonido gutural provino de la garganta del aristócrata.

Todo sucedió en un segundo, no supo lo que le pasó, lo único que pudo sentir fue una sustancia líquida que escurría en su mejilla. Con la humillación en el rostro, abrió enormemente los ojos dándose cuenta de la situación.

¡Terrence le había escupido en la cara! ¡Él sólo se había acercado para atacarla y ahora se alejaba de ella!

- "¡Eliza! ... ¡Pero qué chico terrible!... ¿Estás bien?" gritó Luisa.

Eliza trabada de la ira, no dijo una sola palabra y echó a correr a su habitación como alma que lleva el diablo. Las lágrimas comenzaron a resbalar por sus mejillas, al mismo tiempo que la realidad la golpeaba. Aún sin Candy en el Colegio, Terrence jamás la elegiría a ella.

Él había cumplido su misión de despedirse de Eliza, tal y como ella merecía.


A pesar del dolor que atravesaba su corazón, una parte de él sentía alivio. Cuando llegó a la puerta de la directora, llamó a la puerta.

- "Adelante." Respondió sobriamente la Madre Superiora.

El alto chico abrió lentamente la puerta sintiéndose tan pequeño como un chiquillo. Sentada frente al escritorio, la religiosa abrió los ojos de par en par, y rápidamente respondió con ira.

- "Terrence, ¡tendrías que estar en tu dormitorio cumpliendo tu castigo! ¡Vuelve inmediatamente a tu habitación! ¿Acaso no fue cerrada con llave y había alguien encargado de vigilarte?" exclamó ella severamente.

- "Hermana Gray, me era absolutamente necesario hablarle y me escapé de mi habitación. La hermana de guardia no tiene la culpa. Por favor, concédame un minuto de su tiempo."

La monja entrecerró los ojos con desconfianza. Era la primera vez que ese muchacho se dirigía a ella de manera tan educada. Permaneció en silencio por un momento, pero inmediatamente se recuperó.

- "¡No, esto es inadmisible, Terrence G. Grandchester! ¡Va contra las reglas que un estudiante castigado salga de su habitación sin permiso!" dijo señalando la puerta y haciéndole un ademán para que saliera, pero Terry no se dejó disuadir y se le acercó.

- "No quiero causarle más molestias, Hermana Gray. Este es el primer y último favor que le pido."

Esta vez, Terrence mostraba una fuerza capaz de hacer titubear incluso a una persona como la Hermana Gray, que bajó la mano extendida.

- "Date prisa, será sólo un momento." Dijo la monja, alzando la barbilla y girando el rostro hacia un lado para no mirarlo de frente.

- "¿Candice ha sido expulsada?"

- "No podría ser de otra manera." Respondió fríamente la Madre Superiora.

- "¿Entonces por qué no fui castigado de la misma manera? ¡Por qué no fui encerrado en una oscura celda?"

Sorprendida por la pasión que mostraban sus palabras, la religiosa lo miró de frente.

- "Candice siempre es una fuente de problemas... no tiene el concepto del pudor que corresponde a una señorita educada. Ella no pertenece a este lugar."

- "¡Yo también soy una continua fuente de problemas, incluso mayores a los que cualquier chica podría causar! ¡Yo tampoco tengo el concepto de pudor que corresponde a un chico! ¡Y ambos sabemos perfectamente bien que no pertenezco a este lugar! ¿O me equivoco, Hermana Gray? ..."

Ante su silencio, Terry continuó.

- "¿Por qué no lo dice claramente? ¿Por qué no dice que necesita de las generosas donaciones de mi padre?"

- "¡Terrence! ¡Deberías avergonzarte de lo que acabas de decir!" dijo la Hermana completamente fuera de sí, levantándose de la silla. – "¡Desde hace muchos años, nuestro Colegio está vinculado al Duque y a la familia Grandchester por un profundo sentimiento de gratitud! ¡Pero aunque tú seas su hijo, no puedo perdonar palabras tan ofensivas!"

- "¡Y efectivamente no debe hacerlo!" exclamó él sosteniendo su mirada amenazante sobre la monja. – "Quiero recibir el mismo castigo que Candice. Es más, me gustaría que usted se cerciorara de nuestra culpabilidad. Nosotros caímos en una trampa, ambos recibimos una nota falsa... Por favor, ¡verifique lo que estoy diciendo!" dijo acercándose más y con una expresión grave en su rostro.

Permaneciendo en silencio, la Hermana Gray ya no mostraba aquella severidad en su rostro que quitaba el aliento. Después de algunos minutos, como si hubiera repensado una decisión, la religiosa enderezó la espalda y miró a Terry de manera sosegada.

- "La cuestión aquí no es el hecho de haber sido engañados o no. Cualquiera que haya sido el motivo, ustedes fueron descubiertos encontrándose de noche. Eso es un hecho innegable."

Esas palabras sonaron pesadas como rocas para Terry que, dándose cuenta de la realidad de los hechos, palideció. A espaldas de la Hermana Gray, a través de la gran ventana, podía ver los árboles desnudos mecerse en el frío viento. La directora tenía razón, se habían encontrado de noche y era verdad, si Candy se lo hubiera pedido, él se hubiera reunido con ella sin importar lo que pasara y seguramente eso aplicaba también a ella.

Los hombros de Terry se hundieron, supo que no había más qué hacer y respiró profundamente, lo había intentado todo, ahora sólo quedaba una opción.

- "Hermana Gray, si realmente está decidida a expulsar a alguien, quiero ser yo quien reciba el castigo en lugar de Candice." Dijo con serenidad.

- "¿Cómo has dicho?" preguntó la monja abriendo los ojos de par en par.

- "Quiero ser expulsado. Ya todos saben lo ocurrido, y si uno de nosotros no recibe el castigo adecuado, el asunto no podrá darse por terminado." Dijo seguro de saber que estaba en juego la reputación del Colegio.

- "Pero... pero tu padre..."

- "Él no tiene nada qué ver. A partir de hoy, he decidido dejar de usar el apellido Grandchester." Dijo de manera decidida y con voz firme.

- "Terrece..."

- "Le ruego que no le comunique este incidente al tutor de Candy... quiero decir, de Candice. Esto es lo único que le pido."

Dicho esto, el joven inclinó de nuevo profundamente la cabeza.

- "Hermana Gray, gracias por todo lo que hizo por mí hasta el día de hoy. Espero que pueda perdonarme por la mala educación que demostré en tantas ocasiones." Dijo dejando la habitación y cerrando la puerta tras de sí.

La Hermana Gray permaneció en silencio observando la puerta cerrarse. No sabía si las clases ya habían comenzado, pero el Colegio le parecía envuelto en un enorme silencio.


Terry pensaba recoger sólo algunas ropas que él mismo había conseguido para usar en sus escapadas nocturnas, algo de dinero para el pasaje a América y los documentos que usó la última vez para hacerse pasar por un adulto y lograr subir al barco. Esta vez, no viajaría en primera clase, y eso le tenía sin cuidado.

Escribiría una nota para el criado de la mansión de Londres, dándole la tarea de recoger a Teodora y llevarla a Escocia donde Mark cuidaría de su preciosa yegua tanto como él mismo lo había hecho hasta ahora. Ninguna otra posesión le interesaba, pero no podía dejar de despedirse de su amiga cuadrúpeda, que lo recibió tranquila y conforme, como si cualquier situación fuera pasajera.

Se sentó unos minutos en la Falsa Colina de Candy, mientras se repetía que había tomado la decisión correcta.

.

Antes de conocer a Candy, para mí vivir aquí prácticamente era como estar en un cementerio...

Hasta que un día la volví a ver, primero en la Iglesia, y después en este bosque...

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"Mi nombre es Candy ¿Está claro?"

"¡... esta es la Falsa Colina de Pony y es mi territorio!"

"Mi nombre es Candice White Ardley"

"Terry..."

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- "... Tarzan Pecosa..." dijo saboreando cada palabra.

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"Tarzan Pecosa ¿y eso qué es?"

.

En lo profundo de su mente resonaba la voz de Candy y frente a sus ojos apareció su sonrisa.

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En realidad, nos conocimos antes de aquí, en la cubierta de aquel barco inmenso en la niebla... en una muy fría noche.

Terry se detuvo y frunció el ceño, como oprimiendo el dolor que le causaba separarse de ella.

Será mejor que me marche cuanto antes. Pensó.

Cuando iba rumbo a su habitación, Terry vio a los hermanos Cornwell, Stear emocionado le llamó haciéndole señas con ambas manos.

- "Terry, ven a ver mi nuevo invento genial."

- "¿Qué es?" respondió él con curiosidad.

- "¡Un detector de mentiras...!"

- "No durmió en toda la noche para tenerlo listo y poder salvar a Candy." Agregó Archie.

- "Con esto evidenciaré la patraña de Eliza."

- "Tenemos que irnos Stear... ven con nosotros Terry." Sonrió Archie.

Pero éste no dijo una sola palabra, extendiéndole la mano, el chico tomó fuertemente la mano de Archie.

- "¿Qué pasa Terry?" La sonrisa de Archie se volvió una mueca de confusión.

- "Quiero agradecerles a ustedes dos, ya no tendrán que preocuparse por Candy."

- "Ojalá estés en lo cierto..." dijo el chico de ojos miel liberando su mano.

- "Ya te lo había dicho Terry, tienes manos buenas para construir, ¿te gustaría ayudarme a crear inventos geniales?"

- "Me encantaría, pero deberá ser en otra ocasión Stear. Adiós."

- "Terry está distinto hoy ¿no es verdad?" dijo Archie mirando cómo se alejaba la espalda del alto aristócrata que protagonizara tantas de sus pesadillas.

.

Terry escribió una nota que depositó bajo la puerta de uno de los balcones de las chicas, uno que conocía muy bien; tomó sus cosas rápidamente y salió por la entrada principal como muy pocas veces había hecho.

Mientras se alejaba, pensaba incansablemente...

.

Mi pasada juventud,

todos mis recuerdos,

mi amor...

todo se aleja...

¡Nos volveremos a ver Candy... esto no es un adiós!


Notas:

¹ Todo lo indicado con este número pertenece a CCFS en su traducción de Wattpad volumen 2, capítulo 16 y 17.

² Estos diálogos son de la película "Romeo y Julieta" de Franco Zeffirelli, 1968.

Además, hay partes del anime (como la parte de la armónica y los diálogos que piden a Candy sonreír) y del manga (cuando Terry escupe a Eliza en la cara) y el diálogo de despedida con Archie y Stear que también pasan en el anime.

Yo he agregado cosas aquí y allá incluyendo el diálogo de Candy y Terry en el que él entra al torreón, como saben, esto no sucede en la historia original en la que Candy se entera que Terry se fue por la nota en la habitación de él y por los diálogos de Niel y sus amigos en el corredor de los chicos.

Agradecimientos:

Antes de agradecerles sus hermosos comentarios que siempre hacen mi día mejor, tengo que hacer una aclaración.

No pensaba cambiar la separación pero sí la manera en que se separaron, quizás hace años, en mi mente adolescente yo me repetía una y otra vez por qué Terry había concluido tan rápidamente que lo único que podía hacer era separarse, por qué no había intentado otra cosa, y de ahí me surgió la idea de que intentara robarse las llaves; pero finalmente, además de no poder robarse a Candy, escucharla decir que fugarse confirmaría su culpabilidad me pareció más atinado para el personaje con los valores de Candy, que aunque es rebelde, obstinada, y traviesa, creo que sabía que ellos nunca hicieron nada malo, quizás lo que hacían fuera poco apropiado para un lugar como el Colegio-cárcel, pero jamás algo inmoral. En CCFS aparece al iniciar su diario, su deseo por jamás tener escribir algo que la avergonzara, tenía tantas ganas de lograr ser una dama, pero efectivamente ese no era su camino, así como tampoco era para Terry quedarse a merced de su padre. Ambos debían liberarse y este es el inicio de sus caminos, por eso me pareció bello el incluirlo.

El siguiente será el capítulo final en donde, si se quedan conmigo, he planeado un castigo para Eliza, así que en este momento decisivo las invito a seguir. Gracias chicas, espero que, aunque este capítulo sea algo triste, no las haya decepcionado. Espero estarlo subiendo en una semana más pues estoy comenzando a escribirlo.

Gracias por llegar hasta aquí y por seguir leyendo.


Sandy Sanchez, ay querida ganas no me faltaban de que se la robara, pero eso implicaba una historia completamente diferente. Te confieso que siempre he querido escribir una historia sobre ello, pero no tengo aún trama para una historia así. Por eso disfruto las historias que ya existen sobre ello. Estaba yo leyendo tu comentario y bueno, la altanería de Terry escupiéndole a Eliza vale por dos cachetadas, una zarandeada y la pasada por el arco del triunfo de la educación. Aunque en CCFS ya no se menciona, en el manga aparece clarito; nada más justo que el demostrarle a Eliza la repulsión que le causa una persona como ella, por ello creo que cuando se la vuelve a encontrar en la gala tras el Rey Lear, no entiendo por qué ella se le vuelve a aventar como si nada (tantita dignidad aun con los rizos tiesos). En fin, mi linda Sandy, un placer saludarte nuevamente. ¡Besos!

Blanca G, Gracias a ti linda por seguir leyendo. Verás que no fue un giro en la historia, pero bueno, espero no haya sido tan amargo como en su versión original.

Aurora, esta Hermana Gray es definitivamente cabeza dura jejeje diría Candy.

Guest1, No, te prometo que no terminarán como en la historia. Sé que son cosas sutiles las que cambio, pero según yo, hacen la diferencia jajaja, espero sea sí. Gracias por tus lindas palabras y bendiciones para ti también.

Nally Graham Bueno, pues el trago amargo ahora sí llegó, espero no lo haya sido tanto.

Miriam7, El Duque a mí me parece un villano, distinto de Eliza, pero también u personaje de terror en la historia. En el fic de Junto a ti hasta los persigue cuando escapan. Y de Eliza, espera y verás, por lo menos en esta historia tendrá un escarmiento.

Guest2, a mí me parece increíble que existan personas que dedican su existencia a hacerle la vida de cuadritos a los demás. Qué desperdicio de vida.

Skarllet northman definitivo, es un trago muy muy amargo, pero lo veo crucial en la historia.

AlexaPQ coincido contigo, es un momento de mucha impotencia, tanta indefensión al no poder hacer nada creo que nos frustró a todos quienes vimos esta parte de la historia. Como decía arriba, igual a mí me pareció increíble el salto a la madurez de Terry, y luego con el accidente de Susana, de nuevo... ufff creo que esos momentos junto con el de Candy desmayada en el tren y el engaño de Neil, para mí fueron los más duros, mi corazón se rompía una y otra vez; por ello, CCFS fue todo lo que necesité para reconciliarme con estas partes de la historia. Maravilloso seguir teniéndote aquí leyendo estas letras.

Stormaw amiga del AAVST espero hayas tenido los kleenex al ladito, ni chance de decirte agua va, pero pues me imagino que lo esperabas. Esta parte a mí igual me estruja el corazón y creo que parte del 80% de mis órganos... ay siempre es tan dura esta parte que yo creo que por eso estas semanas se me hizo tan difícil escribir. Aquí seguimos querida y espero que al terminar sigamos en contacto, tus reviews me hacen el día.

Mary gracias linda, trato de cuidar mucho la redacción para que no distraiga de la trama de la historia, a veces se me van cosas pues no soy una profesional de las letras, pero me alegra que lo noten. Espero yo también hacer buena conexión con el epílogo de CCFS, es todo un reto.

XFTO Espero que estés ya recuperándote de tu cirugía, siento mucho haber demorado tanto, andaba yo pegándome el alma después de tanta sacudida que nos ha dado la naturaleza. ¿Cómo sigues?

Eli te prometo que esta villana no quedará sin castigo, de mi cuenta corre 😉

Ale Soria, espero no haberte hecho enojar más es que esta parte me parece necesaria para darle continuidad al CCFS pues siguen todas las cartas, la nota de Terry, etc. Espero no abandones y llegues al final feliz.

Anterral, nada más verdadero para mí, ya me conoces 😉

ELIZA LUCIA V 2016 Ya ves que tenías toda la razón, no lo logra, pero lo intenta y se despide como debe ser. Yo coincido con Candy cuando se encuentra la nota en la habitación de él y se despide de ella así, ella textual dice "Cómo se atreve a despedirse de esta manera" y yo coincido, no me parece nada justo, así que ahí voy yo a meterle mano a esta parte que espero te guste.

Maquig, gracias a ti.

Gadamigrandchester, Sayuri1707 y Ajilas Ay queridas, espero no haberlas traumado más.

MonAndrew Gracias linda, bienvenida a esta historia que va llegando a su fin. Qué bueno que has vuelto a este foro, te encontrarás lindas sorpresas. Un honor que me cuentes entre ellas. Ya estoy maquinando para el próximo año nueva historia, por supuesto menos drama y más alegría, como me gustaría que fueran mis historias futuras.

Y a mis lectoras silenciosas, infinitas gracias.

Que su semana finalicé de maravilla.

Besos.