Hola a todos: se que me demore a caleta en actualizar pero mis explicaciones del caso están en la crónica "Wanted dead or alive" de mi blog (ver mi profile) para que lo visiten y entiendan mi demora y así de paso no los canse con mis problemas.
Ahora los reviews:
Escila: la pelea del sádico y desquiciado de Dilandau (todo hay que decirlo, a todos nos fascina secretamente su forma de ser, digo, tan mala) y Van se viene en los próximos chap, en el siguiente o en el próximo. Para tu regocijo, aparece Sora y Folken pero como ya te darás cuenta, esta es "MI VERSIÓN" de la película, de lo que me habría gustado que hubiese sido y no fue. El origen de Sora lo explicare mas adelante, por el momento solo la introduje. Que lo disfrutes.
Nessy: pos ke bueno, otra lectora, aunque lastima que tu fidelidad no sea correspondida en totalidad por esta humilde servidora, pero si lees en mi blog, mis razones y desdichas me entenderás. Gracias por darme porras y aquí te dejo el nuevo chap.
Arinayed: gracias por los halagos. Desde que yo comencé a publicar este fic se han sumado mas escritores de fics de Esca, aunque no he tenido tiempo de leerlos y opinar, pero parece que se vino otra oleada de fans de Escaflowne, de seguro la han vuelto a dar por ahí, en algún país del globo. Sobre "Corresponsal", pos bueno, estoy que termino, aunque te parezca ridículo después de tanto tiempo de no haber publicado, pero estoy por terminarlo, aprovechare de dar pista de los próximos acontecimientos a suceder en dicho fic. Así que paciencia.
Naru Urashima: gracias por el dato, es que en veces mi nivel de incultura en cierto asuntos es alarmante, y eso que leo compulsivamente y tengo una ortografía pésima uaujaujaujaujauaj. Aki te va el chap chiquilla, que lo disfrutes.
Hotaru: en veces es difícil agregarles características a algo que ya las tiene, gracias por decir que mi fic tiene cierto "aire de misterio", es un halago y un incentivo para seguir adelante.
Luin-fanel: es que por lo mismo, por que la peli no tenia "mucha" coherencia es que yo, como disconformista incansable escribí este fic, porque si yo hubiera sido la guionista de esa movia, créeme, pero créeme, que hubiera tenido mas acción que la cresta, y cuando hablo de acción, hablo de los dos tipos uaujaujaujaujaujauajuajuajua. Apps, gracias por culturizarme junto a Naru Urashima.
Capitulo IV
Aun no podía dejar de asombrarse con su criatura "celestial".
Si, era especial. Él mas que nadie lo sabia. Desde el día en que la encontró vagando por los alrededores del lugar donde estaba sepultado el "Dios de los Cielos". Harapienta, con el cabello enmarañado, la piel sucia y esa mirada perdida, que después de haberla mandado a asearse, aun conservaba.
La tripulación en pleno había bajado a las faldas de la montaña. Habían encontrado el lugar donde descansaba la armadura sin mayor dificultad después de haber interpretado el antiguo libro de cánticos al Dios Dragón. Cerca del lugar no crecía nada. No había pasto, flores o árboles. Por eso le extraño ver un ramillete de flores secas al pie del gran murallón de mármol, desde donde sobresalía visiblemente el esqueleto de un dragón fosilizado.
Momentos mas tarde, después de haber dado la orden para extraer a Escaflowne, escucho el grito de una mujer y varias risas. Avanzo y subió una pequeña colina, solo para ver que un grupo de soldados que trataban de abusar de una muchacha pordiosera que por lo visto vivía por ahí cerca.
La empujaban de un lugar a otro y la pobre chica no podía arrancar de sus captores que le cerraban el paso. Uno de los soldados se percato de su presencia y lo miro alarmado logrando que sus compañeros se percataran de él en lo alto de la montaña. Cesaron las risas y el ajetreo. Solo un movimiento de su mano vasto para que los soldados, sus soldados – 5 en total – cayeran al suelo muertos y con el cuello roto, como un árbol talado. Su "criatura Celestial" estaba de rodillas en el suelo y le miraba expectante. Para después avanzar sin temor hacia él, lentamente; hasta llegar a la cima.
-¿Estas bien?
-Si – le dijo lacónicamente
-¿Como te llamas?
-Sora
-¿Porque no me temes?
-En tus ojos no hay odio, solo tristeza Mi Señor.
-Yo no soy tu dueño, eres libre.
-Sabia que vendría por mí
-¿Que dices?
No le pregunto mas
Le cedió su mano y la llevó con él a la nave. La nave de carga se quedaría en el valle con un buen numero de soldados y obreros extrayendo la armadura.
Al elevarse hacia el cielo, la vio mirando hacia la excavación.
-¿Sabes que era eso que esta ahí? – le señalo un punto que se veía minúsculo por la distancia
-El dragón de los cielos, el Dios alado Escaflowne.
-¿Tu le ibas a dejar flores?
-Si
-¿Desde cuando?
-Desde siempre
-¿Cuando llegaste ahí?
-No recuerdo – miraba catatonicamente la excavación – solo sé que siempre he estado ahí.
Siempre había estado ahí...
Ahora estaba frente a el, en el salón principal, entonando el cántico de llamada al Dios de los cielos, la luz del exterior, la luz de las dos lunas brillaba sobre su piel. El solo la observaba sumergido en la oscuridad.
La conexión se había cortado.
-¿Que sucede Sora? – emergió de la oscuridad y se saco la capucha. Su criatura celestial había dejado de entonar el bello cántico
-La diosa de las alas ha llegado a Gaia, pero ...
-¿Pero?
-Esta en las manos del Dragón, lo siento mi Señor Folken – dice apenada Sora
-No te preocupes – camina hacia su hechicera – aun podemos recuperarla – mira hacia el inmenso ventanal, la noche ya ha caído – mi mas grande deseo pronto estará en mis manos.
Avanzo hasta la muchacha y le sonrío levemente. Ella se tomo de su brazo y avanzaron juntos a la salida del salón.
Ve y trae al escuadrón escarlata ya su jefe ante mi de inmediato – le ordeno a un soldado apostado a la entrada. Este afirmo he hizo una señal militar para después perderse por el pasillo a mano derecha – los esperas y los guían hasta la sala de estrategia, entendido – le dice al otro soldado y este responde afirmativamente.
Tanto amo y sirvienta se perdieron por los pasillos de la ciudadela flotante.
Aun en cuclillas Hitomi observaba la pequeña lagrima rosada, absorta en ello, la acariciaba y la sentía cálida, como si estuviera viva.
Sin aun poder creer lo que había sucedido, Van observaba atónito a la extraña muchacha y a su dije. Miraba sus delicadas manos acariciar la joya, con primor, se imagino como seria que ella lo acariciara así. Los pelos de su nuca se erizaron al recordar sus suaves manos sobre él cuando cayo desde el interior de Escaflowne.
Escaflowne...
El solo recuerdo de la armadura lo hizo despertar de sus fantasías.
-¿Donde esta?
-¿Qué? – responde con otra pregunta Hitomi
-¿Donde esta Escaflowne?
-¿El monstruo de metal? – él afirmo con la cabeza ante su pregunta – pero no lo viste, parece que se ha ido, desapareció.
-¡Lo hiciste tu!
-No, no lo viste, desapareció solo, yo no hice nada
-¡Mentira, tú lo hiciste! – le grito al tiempo que sacaba su espada y le apuntaba con ella – ya no dudare mas, eres una espía, una espía del Clan del Dragón Negro – Hitomi lo miraba aterrorizada, Van la había levantado bruscamente del suelo y la zarandeaba violentamente – te matare, solo eres una espía para mi.
Hitomi seguía gimiendo en manos de su captor, despertando del sueño que siempre había tenido: que se encontraría algún día con "el chico de sus sueños" y que todo seria un cuento de hadas.
Hasta que...
-¿Que pretendes hacer Van?
-No te metas en mis asuntos Allen – se giro y vio que estaba el rubio comandante junto a su tropa en pleno – de seguro viste todo lo que sucedió tal como yo lo vi – el rubio afirmo con la cabeza – y viste que esta mujer hizo desaparecer la armadura.
-Si lo vi y tal vez por lo mismo ella sea la verdadera Diosa de las alas y estés equivocado.
-No lo estoy.
Allen avanzo hacia Hitomi, alejarla de la ira de Van, notando que era en verdad muy bella y que sus ojos esmeralda expresaban una tristeza que era opacada por el temor a la muerte. Ya estaba a medio camino cuando el joven rey la lanzo hacia un lado y le ataco, espada en mano, con la agilidad de un felino. Pero el era mas rápido y lo esquivo facilmente para desenvainar su espada y unirse a la lucha.
Sin duda era bueno, ágil y fuerte, pero él, Allen estaba un peldaño mas arriba que el joven e impulsivo rey. Sus hombres observaban la pelea desde los tejados y lo animaban. Estaban casi parejos, hasta que Van logro caer al suelo y valiéndose de su posición le tiro un puñado de tierra a los ojos, cegándolo temporalmente, pero el tiempo suficiente como para que su rival se tirara al ataque nuevamente.
Estaba en eso cuando lo oyó quejarse
-Esa estrategia no es digna de un Rey – era Gadeth – es una estrategia de lo mas ruin hacia aquel que te da un techo y te da de comer "Majestad" – le había dañado la pierna, tirándole una cuchilla
-Déjalo Gadeth, me lo esperaba – Allen limpiaba la cara y entreabría los ojos – siempre termina reaccionando así.
-Crees que porque eres Rey de Abaharaki lo puedes hacer, eso no es de hombres – le dijo Millerna, mientras bajaba caminando hacia Allen y le entregaba un pañuelo para que se limpiara la cara.
-Ya dejen en paz a mi amo Van, sobre todo tu Gadeth – era la joven gato llamada Merle – sino te la veras conmigo.
-Uuuuuhhhhhh que miedo – dijo casi riendo Gadeth – ¿que piensas hacer, arañarme?
-Mejor que eso, toma – la joven felina le dio un fuerte pisotón provocando una mueca de dolor a Gadeth y la risa de los demás, aun mas cuando este ultimo trato de atraparla y se escabullo ágilmente hasta donde se encontraba Van sujetando la herida que Gadeth le había hecho.
Hitomi miraba hacia todos lados sin saber que hacer, peleas entre personas presumiblemente, del mismo bando y todo por su culpa. Los miraba con aprehensión y cierto temor, pensando que seria de ella después de que acabase toda esa batahola. Se desconcentro cuando unos sonoros silbidos rasgaron el aire: eran un centenar de hombres de todas las razas y edades que la observaban desde el techo de las casas, los mismos que habían apoyado con fervor al joven hombre de cabellera rubia.
-Pero que chica mas linda.
-Por fin un bello rostro, algo diferente
-Esa si que es mujer
-Que diosa mas bella
-Pero tiene el cabello corto – objeto uno de los soldados
-Y eso que tiene, solo mira el conjunto en total...
Y así seguían diciéndole y gritándole todo tipo de cosas, cada cual mas grosera y subida de tono hasta que cesaron cuando el hombre conocido como Allen se le acerco.
-Soy Allen Schezard y soy el comandante de este ejercito, permítame rendirle mis respetos e invitarla a que se quede en nuestra caravana – Allen había hecho una leve inclinación y le miraba a los ojos – de seguro su viaje desde los cielos hasta Gaia la debió cansar mucho – Hitomi seguia sin entender – Danos la fuerza del Dragon alado y la ligereza del viento para poder cumplir nuestra misión y servirte.
Hitomi seguía ahí parada mirando aun lado y a otro y su respiración se hacia cada vez mas trabajosa, hasta que una ultima inhalación y exhalación la dejo mareada, cayendo al suelo.
Todos quedaron atónitos y en silencio hasta que Millerna se acerco junto con Allen a ver a la desfallecida .
-Se ha desmayado – dijo el rubio mientras quitaba los dedos de su cuello – solo eso, no esta muerta.
-Yo la veo un tanto extraña, no tiene la facha de ser una diosa – sentencio la joven princesa mientras Allen la tomaba en brazos y se la llevaba.
-¿Supongo que ya tienes claro cual es tu misión no?
-Si
-¿Repítemela?
-Dirigirme hacia el sur e interceptar la caravana de los renegados – dijo con fastidio Dilandau, atrás de él se encontraban sus soldados – arrebatarle y traer ante usted a la "Diosa de las Alas".
-Muy bien, ve entonces y cumple con tu misión
El joven de ojos rojos, piel pálida y pelo color ceniza hizo una reverencia ante Folken y se retiro seguido de sus mas fieles hombres. Folken lo siguió con la mirada hasta que salió del salón, Sora estaba a su lado.
-Ese joven es un dragón también
-Si, es el hijo bastado del hermano de mi padre que murió en batalla, pero su poder es inferior al mío.
-Solo hay maldad en su alma, nada mas – le dijo tristemente Sora.
-Y es por eso mismo que me sirve a la perfección en mis propósitos, siempre hace mas de lo que espero, para bien o para mal.
-Así que ya saben todos, estén alerta, los planes que teníamos no resultaron tal como esperábamos – era Allen, que subido en una tarima hablaba a todo su ejercito que estaba aposentado en el comedor terminando de cenar – aunque tengamos de nuestro lado a la Diosa de las Alas, debemos estar preparados para un combate inminente con el Clan del Dragón Negro – una mano se levanto pidiéndole la palabra – dime Gustave
-¿Y que tal esta nuestra nueva y bella visita? – pregunto un hombre de unos treinta años aproximadamente que tenia una espesa barba y ojos ambarinos.
Todos los presentes rieron y silbaron a rabiar y soltaban comentarios de diferente calibre
-Justamente sobre ella quería hablaros – dijo en un tono que no daba para dudas. Todos callaron – aunque algunos crean que es la Diosa de las Alas y otros no, solo me queda advertirles, no se cerquen con malas intenciones a ella, ya que si ella es quien creemos que es, todos podemos sufrir el castigo de los dioses y que ella no nos conceda el favor de la armadura sagrada ...
-Yo no toco a semejante criatura venida de arriba – dijo un viejito que se sentaba en los primeros puestos – puede que quede maldito por el resto de mi vida.
-Que no es mucha la que te queda, por cierto – dijo Gadeth causando una risotada en general, inclusive de Allen – y dudo que puedas con tu rol de hombre con semejante hembra.
-He sido mas hombre que tu y todos ustedes juntos – dijo enrabiado el anciano
-Calma, calma, lo que quiero escuchar es que todos han entendido lo que dije – todos respondieron con un "si Señor Allen" a coro – bien, antes de irme, Gadeth
-¿Si señor?
-¿Están todos los vigilantes en sus puestos?
-Dentro de un momento entre el nuevo grupo
-Encárgate entonces de que no se desvelen y que los cañones estén en posición, listos y cargados por cualquier eventualidad.
-Si comandante
-Por cierto, no he visto a Van
-Debe de estar con Merle, le debe de estar curando la herida
-Voy hablar con él entonces, desde ahora quedas a cargo Gadeth, hasta el amanecer
-Si señor
Todos sus hombres se despidieron de él y salió del comedor. Todos sus hombres eran sobrevivientes, al igual que él, de las masacres ocasionadas por el Clan del Dragón Negro. Había veces en que se sentía miserable, un cobarde, por no haber muerto junto a sus amigos y superiores en la caída de su reino, cuyos monarcas y familia real en pleno había sido asesinada, a excepción de Millerna, su compañera y amante.
Avanzaba por los pasillos y llego a la sección este de la caravana, seguía caminando y encontrándose soldados que le presentaban sus respetos hasta que llego a una puerta que tenia un gracioso dibujo de un gato con un letrero que decía "Merle".
Se detuvo frente a ella y golpeo.
-Ya esta amo Van, termine de vendarle, fue muy sencillo
-Para ti todo es fácil
-Es que en mi mente todo es mas claro: solo tenia que desinfectarle la herida, coserla, volver a desinfectarla y finalmente vendarla no tan fuerte para que su piel pueda respirar.
-Es bueno que Millerna te haya enseñado todo eso
-La princesa dijo que cuando hubiera un herido grave a quien operar, me invitaría a ayudarle para que aprenda mas
-Que bueno – dijo lacónicamente el Rey Dragón, mirando hacia el horizonte a través de la ventana abierta de la habitación de Merle, el fin del atardecer devorado por la oscuridad de la noche.
Mientras Merle ordenaba el botiquín que poseía, sus pensamientos volaron hacia los momentos y situaciones ocurridas durante la tarde: el encuentro de la armadura, su despertar, la aparición de esa chica ...
¿Porque su rostro le era familiar?
¿Porque su cuerpo se puso en tensión, como anhelante, esperando a que ella siguiera tocándolo'
De seguro era por su necesidad de yacer con una mujer, de desfogarse; después de todo, hacia mas de dos lunas que no sentía el cuerpo de una mujer, y ella, tal y como lo habían dicho los demás era "una hembra muy bonita"
Se movió la cabeza vigorosamente, como sacudiéndose esas ideas y se puso de pie, comprobando que al caminar no le molestaba el vendaje. Iba hacia la puerta cuando escucho que tocaban.
-Puede pasar – dio permiso Merle
-¿Interrumpo? – era Allen
-No señor Allen, ya he acabado con de curar a mi amo Van
-Que bueno, me gustaría que me dejaras a solas con él, si no te molesta.
-Pero ahora íbamos a cenar, no es así amo Van – le pregunto la felina, mientras el joven afirmaba con la cabeza y miraba a Allen con rencor.
-Entonces tendrás que apurarte sino quieres quedar sin nada, la cena estaba por terminar – le dijo Allen a la felina, dándole una sonrisa
-De seguro ese tragón de Gadeth se lo habrá comido todo – refunfuño enojada.
-Entonces ve
-Amo Van, guardare comida para usted entonces
-No te molestes Merle, ve tu sola, no tengo hambre
-Esta bien – dijo un tanto desanimada Merle – hasta luego señor Allen
-Hasta luego.
Se cerro la puerta
-¿Que quieres?
-Ya hable con la tripulación sobre lo ocurrido hoy y sobre la Diosa de las Alas
-Esa impostora no es la diosa de las alas
-Si lo es o no, eso esta por verse – camino hacia la ventana y se apoyo en el marco para seguir hablando con Van – solo te pido que cuides de ella
-¿No pienso hacerlo?
-Y que tal si es realmente la Diosa, que tal si cuando lleguemos a Torushina la secuestran – le espeto Allen – y aunque me duela reconocerlo, todo esta en tus manos, la armadura sagrada solo responde a alguien con sangre de Dragón, y tu con tu hermano son los únicos que pueden manejarla
-¿Y si se supone que ella es "La Diosa de las Alas", como hará para traer de vuelta a Escaflowne, para mi solo es una mujer común y corriente – sentencio Van, aunque en el fondo él sabia muy bien que no era así, que aquella chica era algo mas que eso, una chica.
-Millerna opina igual que tu, pero a diferencia de ti ella piensa que tal vez la muchacha no sea de Gaea
-¿Cómo?
-Que tal vez de verdad sea de la luna mística pero no ...
-Una diosa
-Si
Se quedo pensativo, sin saber que contestar, todo su cerebro parecía hervir de dudas e inquietudes que no quería confesar
-Esta bien, pero no me pidas que la trate de una manera especial
-Solo te pido que la cuides, nada mas – conforme con la respuesta del Dragón, Allen se dirigía a la puerta – por cierto ...
-¿Aun hay mas?
-Aunque esto es mas que obvio para cualquier hombre con dos dedos de frente, te lo digo porque aun así no esta demás ..
-¿Que cosa?
-No toques a la muchacha, nadie sabe muy bien cual es su verdadera naturaleza, podría maldecirte y de paso maldecirnos a todos
-Tonterías, es solo una chica de lo mas común y corriente
-Esa es su apariencia, pero recuerda que casi todos los dioses poseen una forma humana
Sintió que Allen se iba y le decía un "Buenas noches"
Si antes pensaba que estaba todo claro, y que seria fácil mantenerse al margen de aquella chica, ahora no lo veía tan nítido. Sobre él se alzaba una nube que enturbiaría aun mas su vida
Estaban por cumplirse los cuarenta y cinco minutos y aun no llegaba.
Camino a la habitación le había dicho que tenia que hablar con la tropa y darle la tarea al joven Rey de ser el custodio de la supuesta "Diosa de las Alas".
Tenia serias dudas que aquello fuera cierto, pero algo le decía, tal vez su intuición femenina, que la muchacha no era de Gaea. Su forma de ser, su vestuario y su extraño corte de pelo – para nada acorde a una chica de su edad - distaban de la imagen mental de una "Diosa". Al contrario, cuando ella leía libros sobre historia y deidades, la imagen que mostraba el libro sobre la leyenda de Dios de los Cielos y su Diosa Protectora, distaban mucho de parecerse a la chica que dormía a pierna suelta unas habitaciones mas adelante que ella. Pero si acaso era cierto lo de su identidad le pidió a Allen que pusiera alguien a su cargo para cuidarla.
Se abrió y cerro la puerta muy despacio, pero a través del biombo colocado a la entrada que negaba una vista total de la habitación, ella vio por sobre el, a su amado.
-Cierto la tardanza
-No importa, y aunque me moleste, se que son tus obligaciones
-¿Te bañaste?
-Si, hace mas de media hora, me canse de esperarte – le dijo Millerna mientras le sonreía picaramente, instalada en la alcoba.
-Entonces ya no tiene gracia – le contesto él, esbozando una amplia sonrisa mientras comenzaba a desvestirse, sin pudor, frente a ella.
Le encantaba verlo desvestirse, era un placer ver su cuerpo sin su traje de mando, sin mallas, sin armamento. Sus anchos hombros y estrechas caderas, la tensión de los músculos en sus brazos y piernas, su masculinidad.
Desde la primera vez que lo vio se había enamorado de él, se había derretido bajo su mirada de azul cobalto. Allen había llegado a su reino como embajador del reino vecino, ella era una adolescente un poco mayor que Merle o quizás de su misma edad, era la hija menor del Rey Grava: testaruda, rebelde y contestadora. Todos los pretendientes que su padre buscaba para ella desistían de querer su mano. Lo había conocido durante una casería que su padre había organizado para todos los embajadores de reinos y pueblos vecinos.
El, desafiando todas las reglas de la corte, había casado el animal en cuestión de segundos sin siquiera darle la oportunidad al Rey o a la familia real de intentarlo. Todos los quedaron viendo con pavor por la reacción de mi padre. Este se acerco para interpelarlo y al llegar a su lado, fue Allen quien hablo primero : "ya le dije Rey Grava, yo soy mas soldado que diplomático, no se de "Delicadezas", lo siento". Aquello le costo una amonestación de su Rey y de los que le rodeaban, pero él, ni se inmuto.
El resto era historia...
Ahora se acostaba a su lado
-¿En que piensas?
-En como ha pasado el tiempo y ...
-¿Y?
-¿Y si sobreviviremos a esto que se nos viene encima?
-Lo haremos, lo hemos hecho una y mil veces.
-Pero ahora, desde que llego esa chica, siento que todo será diferente.
-Ella es la clave de todo y aunque algunos, entre ellos Van no quieran aceptarlo, retener a esa chica es nuestra única esperanza.
-Tengo miedo, por segunda vez en mi vida, tengo miedo.
Sentía sus ojos llorosos, Allen la estrecho contra él, sentía su respiración cerca de su oído.
-Confía en mi
-Confió en ti
-Entonces¿porque tanto miedo?
No contesto, solo se aferró aun mas a él, abrazándolo y enterrando su rostro en la curvatura de su hombro y cuello.
Se quedaron en silencio. A lo lejos se escuchaba el trajín de la caravana y cerca, muy cerca, el latir de sus corazones y sus respiraciones al compás
Allen estiro una de sus manos para apagar el velón que estaba a su costado y volvió a la tarea de recorrer con su mano la espalda de Millerna, que estaba tan desnuda como él bajo los cobertores.
Aunque a veces reaccionaba de forma precipitada y que los aires de princesa caprichosa salieran a flote; él, y solo él sabia lo tierna y "humana" que su amada podía llegar a ser, solo a el le mostraba su rostro, solo él la había visto dudar, temerosa, llorando y pidiendo consuelo.
-Me gusta cuando me acaricias la espalda – dijo en un susurro Millerna
-Y a mi me gusta mucho apreciar la belleza – rió Allen seguido por una risita de su fémina.
-Supongo que también apreciaste la belleza de nuestra supuesta "Diosa"
-Si
-¿Y que te parece? – le pregunto en un tono que rallaba en lo celoso y que Allen descubrió de inmediato.
-Es bella, muy bella ...
-"Una hembra muy bonita" ¿no? – dijo la princesa frunciendo el ceño
-si tu lo dices – rió aun mas fuerte Allen
-entonces ve a su cama – le dijo enojada, empujándolo para que la soltara y se fuera de su lado, sin éxito.
-No quiero ser maldito, además ...
-¿Qué?
-Además, es esta la cama en que quiero estar y eras tu la mujer que deseo hacer mía – sentencio Allen, atrayéndola aun mas hacia el y besándola con pasión, para que no le quedaran dudas de que ese era su deseo.
Dormir.
Siempre dormir.
De seguro al despertar de esta pesadilla estaré de nuevo en mi casa, tirada en mi cama o en la escuela, tirada en la azotea.
Si, al despertar estaré ahí: pero ahora quiero tener los ojos cerrados para dormir ...
Dormir y soñar
Sueño que abromis ojos y estoy en medio de un bosque, claros de luz atraviesan las copas de los árboles, miro hacia arriba y los árboles parecen no tener fin. Me sobresalto al sentir un par de brazos rodeando mi cintura, me giro y es él, el chico de mis sueños, no aquel que quiso matarme, sino él que me visitaba en sueños y con el que soñaba compartir mi vida, mi corazón, mi alma , mi cuerpo ...
Su rostro no esta en tensión, no tiene el ceño fruncido ni sus ojos muestran odio y crueldad, parece otro ser, otro hombre.
Acerco mis manos y tomo su rostro, tocándolo, rozándolo. Su fuerte mentón, su mandíbula y su barba incipiente. Cierro los ojos, ladeo mi cabeza. Su boca sobre la mía, me roba un beso y yo le doy dos.
Soy feliz.
Deseaba despejar su mente
Allen y sus advertencias solo lo habían confundido mas
Iría hacia la popa para ver el cielo despejado y lleno de estrellas.
Caminaba hacia allá, cuando llego al pasillo donde dormía la muchacha de la luna mística
Estaba a solo unos pasos. Nadie lo vería, además, solo quería verla.
" ... recuerda que casi todos los dioses poseen una forma humana"
Recordó lo que Allen le había dicho. Pero que mas daba, sus pasos ya lo habían llevado a la puerta de su habitación.
Solo tenia que girar su mano en la tranca de la puerta y listo . Y así fue.
Entro sigiloso, la habitación estaba en total penumbra y entraban uno que otro rayo de luna por las rendijas. dormía de espaldas a él. Su figura se dibujaba sinuosa bajo las mantas, sus zapatos se encontraban a los pies de la cama.
Se acercaba a la cama cuando la muchacha se giro bruscamente, destapándose y emitiendo un leve suspiro. Van había retrocedido hasta una oscura esquina para refugiarse en las sombras. Desde ahí la veía con mas comodidad, sin ningún pudor.
¿Que criatura eres, nos ayudaras o maldecirás, pensaba
Su boca se entreabrió, anhelante, comiéndose el mundo, mientras se enervaba y retorcía leve y sensualmente. Sintió su propia boca secarse ante aquel gesto. Que estaría soñando.
Vio que su mano derecha estaba fuertemente cerrada.
"De seguro guardaba el dije que callo del cielo"
Un paso, ella seguía aferrada a su dije. Dos pasos, sus pestañas se movían nerviosas sin permitirle, eso si ver sus ojos de esmeralda. Tres pasos, ya no lo podía negar, era una criatura hermosa y la deseaba
Pero...
Era una extraña. Una espía. Alguien que podía clavarle una daga por la espalda, así como lo había hecho su propia sangre, hace un tiempo atrás. Debía recordarse así mismo que estaba solo en aquel mundo, solo se tenia a el mismo y bueno, a Merle también. Solo ellos dos, huérfanos de un reino destruido.
Salió de la habitación. Tal vez el aire nocturno enfriaría su cuerpo (tenso de excitación) y su alma. Tal vez las estrellas, una vez mas, le señalarían el camino a seguir, un camino que se hacia cada vez mas fangoso y oscuro. Todo por culpa de la "Stubasa no kami"
