Como un niño de la calle en túnicas de diseñadores —Verano 1973
Un Sirius Black de trece años miraba fijamente su reflejo en el espejo que colgaba en la pared de su habitación en Grimmauld Place. Había crecido este verano. Era más alto, más ancho y su quijada se había vuelto más definida. Aunque sus túnicas de vestir eran completamente nuevas, se sentían apretadas y sofocantes y tuvo que aflojar el cuello o sentía como si dejaría de respirar. Dándose una última mirada—luciendo un poco demasiado parecido a su padre para su propio gusto, dejó su habitación y se dirigió abajo a la chimenea donde su madre, padre y hermano estaban esperando para usar los polvos floo hasta la casa de su Tía y Tío.
—¡Sirius! —Walburga mofó, mirándolo con completa desaprobación —¡Acabo de cortarte el cabello! ¡Está prácticamente pasando tu mentón!
Moviendo de un tirón el flequillo de sus ojos. Sirius se encogió de hombros.
—Me gusta de esta forma.
—¡No te tendré luciendo como un niño de la calle en frente de cada respetable familia Sangre Pura en Gran Bretaña!
—¿Un niño de la calle en túnicas de vestir de diseñadores? —preguntó Sirius, arqueando una ceja. Vio a Regulus ahogar la risa.
—No le respondas a tu madre, Sirius —su padre advirtió sin siquiera molestarse en mirarlo.
—¿Para qué es esta maldita fiesta de todos modos?
—Es para tu prima Andrómeda. ¡Y cuida tu lenguaje, niño!
—¿Una fiesta de compromiso? —preguntó Sirius, genuinamente sorprendido.
—¡No seas ridículo, Sirius! ¡No es momento para tus disparates! —dijo Walburga con un exasperado suspiro mientras ella y Orion se pararon dentro de la chimenea y ambos desaparecieron en una nube de humo verde. Sirius y Regulus intercambiaron miradas igualmente confundidas antes de seguir a sus padres.
A su llegada, Sirius podía instantáneamente notar que su madre no estaba exagerando. Cada familia Sangre Pura que sus padres consideraban respetables de seguro estaban presente en la lujosa propiedad de su Tía y Tío, y la cadena de presentaciones y holas de sus familiares (cuyos nombres Sirius no podría recordar) parecían no tener final. Estaba en el medio de ser examinado por su pobre postura y su corte de cabello por su tía abuela cuando una alta, elegante figura en túnicas esmeraldas vino abalanzándose sobre él, con una cortina de cabello negro cayendo sobre él cuando Andrómeda besó sus dos mejillas.
—¡Lamento mucho interrumpir, tía Irma, pero simplemente debo robarle a Sirius por un momento! —Mostró sus blancos y perfectos dientes en una encantadora sonrisa e ignoró la esquiva mirada que la anciana le dio a ambos cuando ella arrastraba a Sirius al estudio vacío de su padre.
—¡Gracias a Merlín que tú estás aquí, Sirius! Lo juro, estoy a punto de arrancarme el cabello. —Llevó una mano por sus oscuras trenzas, sus ojos azules plateados luciendo cansados y llenos de más estrés que Sirius sentía era adecuado para una chica de diecinueve años.
—Vaya fiesta —dijo Sirius con gravedad, apoyándose contra la pesada puerta de caoba.
—¿Has notado algo peculiar en la lista de invitados?
Sirius se encogió de hombros.
—Parece un típico asunto de la Familia Black. Cada familia de Sangre Pura en Gran Bretaña.
—Y sus hijos —dijo Andy con amargura, hundiéndose en el sillón de cuero detrás del escritorio de su padre.
—Oh. —Los ojos de Sirius se abrieron con realización cuando notó el anillo de diamante colgando desde una cadena alrededor de su cuello.
—No lo haré —dijo Andy desde detrás de sus manos—. No me conformaré con lo que ellos quieren que sea. ¡Me casaré con Ted aun si ellos lo quieran o no! —Su voz tembló de una forma que Sirius nunca había escuchado en su familia y él se movió incómodamente sobre sus pies, sin saber qué decir. Ella lo miró y sus ojos se suavizaron—. Lo siento, Sirius. No pretendo descargar todo esto sobre ti. Yo sólo… No he tenido a nadie con quién hablar. Cissa y Bella ya ni siquiera me hablan. —Ella resopló un poco y tomó una respiración profunda—. Sé que todos han sido muy duros contigo desde que fuiste seleccionado. Debí haberme puesto en contacto contigo. Lo siento.
—Tenías mucho con lo que lidiar. —Sirius sacudió la cabeza—. Además, siempre he sido una desgracia para la familia… Así que difícilmente importa.
En un movimiento rápido, Andrómeda se había puesto de pie y cruzó la habitación hasta él, tomando sus manos entre las suyas.
—¡No! ¡Importa, Sirius! —Sus ojos se clavaron en él suplicantes —¡Importa porque eres distinto a ellos! ¡Y lo que es más, eres el heredero! ¡Tú tienes el poder de cambiar la forma en que las cosas están hechas en esta familia! ¡Sólo no dejes que te cambien! ¿Me prometes eso?
Sirius asintió en silencio, tragando un extraño bulto en su garganta.
—Sé que no escuchas esto con mucha frecuencia, Sirius, pero estoy muy orgullosa de ti.
Una ola de emociones que Sirius no sabía muy bien cómo colocar se apoderó de él y sintió su pecho apretarse. Sentía pena por su prima. Por su amable, hermosa prima quien había encontrado el amor y estaba siendo marginada por su familia por eso. Él también sintió una extraña sensación de compañerismo con ella. Ese sentimiento que había estado esperando sentir con Regulus antes de que su hermano fuera seleccionado en Slytherin. No sabía cómo responder, así que apretó la mano de su prima y dijo:
—De verdad estoy orgulloso de ti también, Andy.
Andrómeda se rio y lo abrazó con fuerza.
—Deberíamos regresar. Estoy segura que se han dado cuenta de nuestra desaparición.
—Tal vez crean que nos hemos escapado juntos. —Sirius sonrió—. Estarían eufóricos.
—Es un día triste cuando ellos acepten más la idea de mí casándome con mi primo bebé antes de que un nacido de muggles —Andy suspiró.
—Pero así es cómo esta familia es, ¿cierto? Triste —dijo Sirius. Y juntos se reunieron a la fiesta.
El resto de la tarde fue larga y aburrida y Sirius estaba forzado a relacionarse con compañeros y miembros de la familia con los que compartía un igual disgusto. Lo único que salvaba era Regulus, quién parecía tan infeliz como él de estar ahí, especialmente una vez que Sirius le explicó que todo el evento había sido planeado para subastar a Andrómeda.
—No está bien —se quejó su tío Alphard quién los había escuchado—. ¡Una tradición arcaica! Toujor Pur* —él escupió—. ¡No podemos sólo seguir casándonos con nuestras primas para mantener la línea de sangre! ¡La próxima generación tendrá miembros de más! Tenemos suerte que ustedes dos hayan salido tan bien cómo están. —Se acabó el resto de su vaso.
—Gracias, Tío Alphard —dijo Sirius, manteniéndose un poco más erguido. Alphard le dio una palmada en el hombro.
—Eres un buen chico, Sirius —murmuró antes de aceptar otro vaso de vino caliente de uno de sus elfos domésticos.
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Sirius nunca había estado tan feliz de ver la plataforma nueve y tres cuartos. Una vez que atravesó la barrera, desapareció entre el montón de estudiantes y padres sin ni siquiera una palabra de despedida a su madre. No le tomó demasiado tiempo detectar al alto y delgado chico con cabello negro.
—¡OYE! ¡POTTER! —Sirius gritó, agitando sus brazos violentamente sobre su cabeza. James se giró sonriendo inmensamente cuando corría para encontrarse con él.
—¡Sirius! —Observó a su amigo por un momento —Lindo cabello.
—Desearía poder decir lo mismo de ti —Sirius resopló, agitando la desaliñada mata de James—. ¿Cómo estuvo tu verano?
Escucharon a Peter llamarlos antes de que James pudiera responder y el rechoncho chico empujó a algunos otros estudiantes al pasar para alcanzarlos. Nadie había visto a Remus todavía.
—Es tan pequeño, maldición. Se pierde entre la multitud fácilmente —dijo Sirius, estirando su cabeza para buscar al hombre lobo—. De verdad deberíamos atarle una campana alrededor de su cuello o algo.
—¿En el cuello de quién?
James, Sirius y Peter se giraron y sus mandíbulas cayeron.
Remus, el que siempre había sido el más pequeño, ciertamente había crecido este verano. Ahora un cabeza más alto que Peter, estaba cabeza a cabeza con Sirius y parecía significantemente menos flacucho.
—¡Merlín, Remus! ¿Te tomaste una poción de crecimiento este verano? —Peter se le quedó mirando.
—¡Aw, el pequeño Remus ha crecido! —James arrulló, pellizcando sus mejillas. Remus golpeó con fuerzas su mano.
—Muy divertido. —Pero estaba sonriendo.
—¿Saben quién más ha crecido? —dijo James con una sonrisa maliciosa —Evans. Si saben a lo que me refiero. —Hizo un gesto grotesco sobre su pecho mientras se abrían camino en el tren en busca de su compartimiento.
—¿De repente sientes algo por Evans? —preguntó Remus —Pensé que dijiste que era una maldita molesta.
—Lo es. Pero ahora es una maldita molesta con enormes melones. —James sonrió, tomando un asiento a un lado de la ventana.
—¡Y eso hace toda la diferencia en el mundo! —Sirius agregó.
—Qué encantador —dijo Remus inexpresivo, rodando los ojos mientras el tren comenzaba a moverse.
N/T: En francés, Toujor Pur, significa "Siempre Pura".
N/T leyendo esto de nuevo en 2021 me incomoda mucho lo último de James xD pero bueh... adolescentes (?)
