Verano 1974, parte 2


El tap tap tap en la ventana hizo que Lily alzara la vista desde su tarea. Acostada sobre su estómago en su cama, hizo su mayor esfuerzo para darle una sonrisa a su hermana mayor.

—¿Petunia, podrías abrirle la ventana a Titania, por favor?

Petunia miró por encima de la parte superior de su revista con lo que Lily había empezado a creer que era una nueva mueca permanente.

—No —escupió ella con veneno—. Esa cosa rojiza probablemente está llena de enfermedades, ya sabes.

Lily respiró hondo y dejó la pluma. Se bajó de la cama y se acercó a la ventana para permitir que la lechuza común de color cobre entrara. El ave ululó felizmente, aterrizando en el brazo de la pelirroja y acariciando su suave y emplumada cabeza contra la suya.

—No lo está —suspiró, besando a Titania en el picho y tomando la carta que estaba atada a su pata—. ¿Lo estás, Tani? No, por supuesto que no —arrulló.

Bleh. —Petunia puso una cara ante la escena—. ¿No puedes tener una mascota normal, Lily?

—Tani es perfectamente normal, muchas gracias —Lily se defendió, siendo cautelosa de mantener su nivel de voz y no mostrarle a su hermana qué tanto le dolía tener cada aspecto de su vida siendo criticado. Cuidadosamente acomodó a Titania en su jaula para que comiera y se sentó de vuelta en su cama para leer la carta. Sonrió para sí misma.

—Es de ese chico de nuevo, ¿verdad? —Petunia preguntó con una burla—. Ese niño raro con el que siempre estás. El del parque...

Otro suspiro calmado y Lily asintió brevemente.

—Es de Severus, sí.

Petunia sacudió su cabeza con desaprobación.

—Él es absolutamente la peor parte de toda tu… vida repulsiva —se estremeció—. Me da escalofríos. Hay algo que no está bien con él, Lily. Incluso para tu…

—Petunia —Lily escupió finalmente, girándose para encarar a su hermana—, suficiente. Severus es un buen amigo. ¡El primer amigo que tuve en la escuela! La única persona que me entiende cuando tú… —se mordió la lengua—. Olvídalo.

Petunia había bajado la revista finalmente, habiendo conseguido por fin el fastidio de su hermana.

—¿Qué? ¿Cuando qué Lily? Vamos, ¿qué demonios te hice a ti? ¡No fui yo quien te dio tus poderes raros y te hizo diferente al resto de tus amigos y familia en casa! No soy yo quien te envió fuera a un internado en otro país para que pudieras aprender a ser incluso más rara…

—¡NO SOY RARA! —gritó Lily cuando la furia finalmente apareció en ella. Hubo un fuerte ruido cuando la base del alféizar que mantenía un puñado de flores silvestres de repente se rompió sin haber sido tocado. Lily ahogó un grito, el color desapareció de su rostro y Titania chilló en su jaula del susto.

Petunia lució engreída.

—Rara.

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—Está jodidamente caliente aquí —Sirius gruñó, tendido afuera en el césped en la gran propiedad de los Potters. Estaba sin camisa y ya habían salido a darse un chapuzón en el lago y aún sentía como si quisiera arrancarse la piel. Se levantó y amarró su cabello mojado con el elástico de su muñeca.

—¿No podemos hacer esto adentro? —Preguntó Peter. El niño regordete estaba sudando y sintiéndose bastante incómodo.

James suspiró.

—Sabes que no podemos. Mis padres lo descubrirán y entonces estaremos jodidos. —Tenía más calor que los otros chicos desde que era el que estaba de verdad inclinado sobre el caldero hirviendo.

—Pudiste al menos encontrar un lugar en la sombra —se quejó Sirius. La propiedad de los Potters era tan grande que había hectáreas con muchos árboles. Pero necesitaban un lugar para esconder la poción también, así nadie la encontraría y ningún animal la alcanzaría. El cobertizo abandonado en el patio era perfecto, pero los chicos estaban relativamente seguros de que el sol colgaba de forma permanente directamente sobre esa zona para burlarse de ellos.

—Miren, ya casi terminamos por hoy y luego podremos ir a nadar de nuevo o ir adentro o lo que sea. —James se secó la frente con el dorso de su mano—. Pete, ¿puedes revolver por un rato? Sirius y yo ya lo hicimos.

El más pequeño gimió y se levantó a sí mismo hasta sentarse.

—Casi no puedo moverme, amigo. Debe haber claramente más de cien grados aquí.

Sirius bufó.

—No te puedes mover por todas esas crepes que te comiste de más para el desayuno, gordito*.

—¡No me des nombres!

—¿O qué? —Sirius rio— ¿Te sentarás sobre mí? —Se levantó y caminó hasta su amigo, ofreciendo su mano y levantándolo con un poco de dificultad.

—Eres un imbécil, Black —dijo Peter jadeando. Sirius le dio un golpe en la espada, luego se secó el sudor de su mano sobre su short.

—Sí que lo soy, Pete. Un atributo de mi familia, me temo. Ahora, anda y revuelve eso. Dale a James un descanso. Contrario a las agujas del reloj diez y hacia ellas por veinte —le recordó.

—Lo sé. Lo sé —Peter suspiró, tomando la manilla desde James.

James chupó sus dientes por un segundo.

—Sí, dices que lo sabes, pero entonces el maldito caldero se desborda y necesitamos comenzar todo de nuevo. No tenemos suficientes ingredientes o tiempo para otra metida de pata, amigo. Sólo… sé cuidadoso. —Le sonrió de modo tranquilizador.

Peter comenzó a revolver, en silencio contando en voz baja. James se sentó de piernas cruzadas a un lado de Sirius y ambos mantuvieron un ojo sobre Peter.

—¿Entonces le has escrito algo a McKinnon?

Sirius suspiró y jugó con el césped.

—Sirius, tienes que al menos responder las cartas de la chica —James se rio—. Es tu novia.

que es mi novia —dijo Sirius, medianamente molesto. Sólo no sabía qué decirle a ella y no encontró lo que le había dicho muy interesante. Estaba de vacaciones con sus padres en Australia, lo que era genial, suponía pero él no podía exactamente contarle lo que estaba haciendo.

James tarareó seriamente.

—Verdad o consecuencia.

El otro chico bufó.

—¿En serio?

—Tú eres Sirius* —El chiste ya era viejo y estaba muerto, pero ellos seguían utilizándolo—. ¿Verdad o consecuencia?

Sirius sopló su flequillo de sus ojos.

—Hace demasiado calor para moverme por una consecuencia —dijo sinceramente—. Verdad, supongo.

James sonrió, contando con eso.

—¿De verdad te gusta Marlene de esa forma, o sólo sigues con esto porque crees que debes hacerlo?

—¿Qué? Por supuesto que me gusta. La besé todo el año pasado, ¿cierto?

—Está bien, está bien. No tienes que ponerte tan a la defensiva —James dijo a la ligera—. Simplemente no pareces tener tanto interés en el asunto, eso es todo.

Sirius se encogió de hombros, aun mirando cuidadosamente a Peter revolver y contar.

—¿Ojos que no ven, corazón que no siente?

James asintió.

—Si tú lo dices.

—Er… ¿Se supone que cambie de colores así? —Peter preguntó nerviosamente. James maldijo en voz baja y saltó a ayudarlo.

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—No veo por qué todavía dejas que te afecte, Lily —dijo Severus, mirando a la chica desplomarse estrepitosamente en el columpio.

—Es mi hermana, Sev —Lily suspiró, pasando su labio inferior entre los dientes y parpadeando las lágrimas de sus brillantes ojos verdes—. No lo entenderías, no tienes hermanos.

Severus se encogió de hombros y se apoyó en el poste de metal de la estructura.

—¿A quién le importa? La sangre no tiene sentido. Haces tu propia familia en esta vida. Especialmente cuando eres claramente superior a…

—No digas cosas como esas —dijo Lily duramente.

—Pero es verdad —Severus argumentó—. Eres superior. Tienes magia y ella es solamente una muggle. Común. Aburrida.

Lily frunció el ceño hacia él.

—Mis padres son muggles igual que ella. Toda mi familia. Me gustaría que no hablaras tan mal de las personas sin magia, Severus. —Se cruzó de brazos. Tenía que preguntarse algunas veces qué hubiese pensado él de ella si se hubiesen conocido en distintas circunstancias. Si no hubiese sido bruja en vez de una muggle como el resto de su familia. ¿Seguiría queriendo ser su amigo? Aun si todo lo demás sobre ella sería exactamente igual… ¿Era la magia la única razón por la que él pensaba que ella valía la pena?

Severus bajó la mirada. Honestamente sintiéndose un poco avergonzado por molestar tanto a Lily.

—Lo siento. Tienes razón, Lily. Yo sólo… Intentaba hacerte sentir mejor.

Lily asintió.

—Lo sé, Severus. Está bien —le sonrió—. Gracias. Y gracias por venir a que nos encontráramos aquí.

Él le sonrió de vuelta.

—Siempre.

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—Esto literalmente luce como si alguien hubiese vomitado, luego comido y vomitado de nuevo —Sirius dijo rotundamente, mirando la sustancia viscosa marrón verdoso en su vaso.

Peter tuvo arcadas de verdad.

—¿Por qué tenías que poner esa idea en mi cabeza, Sirius? Nunca podré pasar esto ahora que has dicho eso.

—Bueno, no tienes alternativa, amigo —James suspiró, girando la copa y haciendo muecas en lo poco que el espeso brebaje se movió—. Sin dar marcha atrás ahora. Hemos estado con esto por semanas. Hemos gastado todo el verano.

Los tres se miraron unos a otros, todos llevando la misma expresión de disgusto. Estaban dudando.

—Quiero decir… Vale la pena, ¿verdad? —dijo Peter tembloroso —¿Por Remus?

Los otros dos asintieron solemnemente.

—Por Remus.

Ninguno de ellos se movió para beber, todos esperando para que otro hiciera el primer movimiento.

—Qué valientes Gryffindors somos —Peter refunfuñó. Los otros silenciosamente estuvieron de acuerdo. Esto era tonto. Sólo debían aguantar y beberlo y habría acabado en cosa de minutos.

Sirius se aclaró la garganta.

—Er… ¿Tal vez deberíamos tener jugo o algo para pasarlo?

James negó con la cabeza.

—No podemos. No podemos tener nada después por dos horas.

Todos quedaron en silencio.

—Oigan —Peter dijo finalmente, sonriendo solo un poco—, apuesto a que puedo beber el mío más rápido que ustedes dos, idiotas, ¿eh?

Los tres rieron. James y Sirius intercambiaron una clara mirada de aceptar el reto.

—Uno.

—Dos.

—¡Tres!

Resultó que Peter de verdad pudo beberlo más rápido que ellos. Y sí, tenía sabor a vomito.


N/T: Gordito: Decía Lardass, una persona que además de tener sobrepeso, es floja. No supe cómo traducirlo, pero ahí está xD

Tú eres Sirius: Decía, you serious? —No, you're Sirius. Ustedes ya entienden la gracia… xD