- ¡Lily, deprisa, llegaremos tarde! -.
La aludida estaba peleándose con su túnica y al tiempo intentando coger la mochila. Ella y Thea bajaron las escaleras a toda prisa y corrieron a desayunar al comedor, apenas tenían veinte minutos antes de la primera clase. No contaban con la sorpresita que les esperaba en la sala común.
- ¡Aaaaaahhhhhhh! -.
El chillido de la pelirroja debió escucharse hasta en la más profunda mazmorra del castillo. Thea estalló en carcajadas, aunque ella también se había sobresaltado.
- Buenos días Sir Nicolas – dijo con aire risueño.
- ¿A qué vienen esos gritos? – inquirió la transparente presencia del caballero.
- Perdone, es que aún no me acostumbro a verle a usted y los otros fantasmas – intentó explicar Lily, mientras su corazón volvía a su sitio.
- Descuiden señoritas, pero deberían apresurarse si quieren llegar a clase -.
Ambas se despidieron del fantasma y volaron hacia el comedor.
- ¿Fe fenemos? – inquirió la niña morena, tragando una tostada.
Lily consultó el horario.
- Herbología con los de Ravenclaw... ah, hola Peter, ¿tú también te has dormido? -.
El niño asintió incapaz de hablar por las gachas que devoraba.
- Los demás... no... me han... despertado – les informó entre cucharada y cucharada.
- Coged algún bollo y vamos, tenemos cinco minutos para llegar a los invernaderos -.
Después de perderse un par de veces por las escaleras, al final consiguieron salir del castillo y llegar al invernadero antes que el profesor hiciera acto de presencia.
El señor Mazzard era un mago bastante mayor, muy alto, lleno de arrugas y nudoso como la corteza de un árbol. Su túnica era marrón y hablaba del uso prolongado que se le había dado.
- Bienvenidos muchachos, primer año ¿eh?, bien, bien -.
Pasó lista a los niños y sonrió satisfecho.
- Hoy conoceréis los principios básicos del cultivo y cuidado de plantas. ¿Tenéis a mano los pergaminos y plumas?, bien, bien, lo primero que debéis conocer son las composiciones de los suelos que... -.
- Menudo tostón – opinó Thea, de camino al aula de Transformaciones.
- Ha sido una clase de jardinería, todo lo que hemos dadoya lo sabía, mi madre es una fanática de las plantas – bostezó Lily.
Al dar la vuelta a la esquina alguien tropezó con ella y le hizo caer al suelo violentamente.
- Ten más cuidado, sangre sucia -.
Los ojos verdes de Lily escrutaron al chico, enojada. Lo reconoció enseguida, Lucius Malfoy, ese pelo rubio platino era inconfundible así como su eterno gesto de desdén. Le acompañaban otros tres slytherins.
Thea le soltó unos insultos bastante imaginativos y bestias a un perplejo Malfoy, aunque Lily no entendió ni la mitad por hacer referencias a cosas del mundo mágico.
- ¿Qué ocurre aquí? -.
La repentina aparición de McGonagall fue un milagro, Lily estaba segura que aquellos chicos estaban a punto de arrojarles una sarta de maldiciones.
- Nada profesora – sonrió inocentemente Lucius – Sólo conversábamos -.
- Vamos, a vuestras clases – ordenó ella con brusquedad.
Gryffindors y hufflepuffs compartían la clase de Transformaciones. Susan Kyndlys saludó a las dos amigas y les invitó con un gesto a sentarse en el pupitre posterior al suyo.
- ¿Qué habéis tenido? – preguntó Susan, mientras McGonagall pasaba lista.
- Herbología -.
- Nosotros Encantamientos, el profe es muy simpático, un poco aburrida la clase porque sólo ha dado teoría y... -.
- Señorita Kyndlys, ¿quiere empezar a perder puntos para su Casa? -.
La voz de McGonagall petrificó a la muchacha mejor que cualquier hechizo; la pobre Susan negó con la cabeza, abochornada.
- Eso me parecía. De acuerdo, estamos todos – dejó el pergamino sobre la mesa y miró gravemente a sus alumnos desde sus gafas – Esta es una de las asignaturas más peligrosas que aprenderán ustedes en el colegio y, como tal, mi deber es enseñarles a controlar y respetar este poder. No admitiré bromas de ningún tipo -.
La profesora enarboló su varita, convirtió la pizarra en un arbusto plagado de flores y la devolvió a la normalidad.
- Eso ha sido una pasada – exclamó Sirius, para diversión de sus compañeros.
- Me alegra saber que le ha gustado, señor Black, aunque tendrá que esperar bastante hasta conseguir realizarlo usted solo – las palabras sonaron igual de severas, pero una chispa de risa se encendió en los ojos de la joven maestra – Bien, ahora cojan las cerillas que hay en sus pupitres, intentaremos convertirlas en agujas -.
Aquella clase fue mucho más entretenida, aún cuando sólo una persona consiguió transformar su cerilla.
- Enhorabuena James -. Althea le palmeó la espalda con tal fuerza que por poco empotra a su compañero contra una estatua.
- Gracias – masculló él.
- Horror -.
- ¿Qué pasa, Peter? – oyeron preguntar a Remus.
- Nos toca DCAO -.
- ¿Y? -.
- Con los Slytherin – gimió Pettigrew – Y el profesor Frost es el jefe de su Casa -.
El aula de Defensa Contra las Artes Oscuras no era como Lily se la imaginaba, oscura y tétrica, al contrario, estaba bien iluminada y de sus paredes colgaban raros artilugios, jaulas vacías y algún cuadro representando terribles monstruos. Algunos slytherins conversaban en un extremo y les lanzaron evidentes miradas de asco a los gryffindors que entraban.
- Es una lástima que nos odiemos sólo por pertenecer a Casas diferentes, ¿no? – inquirió Lily.
- Eres demasiado buena – sonrió Thea, sentándose en el pupitre – No es que sean de otra Casa, es que los slytherins son... bueno, ya me oíste antes con Malfoy -.
- Por cierto, ¿qué significa "sangre sucia"?, te veías muy alterada cuando Malfoy me lo llamó -.
- Es una palabra asquerosa, hace referencia a los magos que tenemos a alguno de nuestros padres muggle – arrugó el entrecejo, visiblemente enojada – Muchos magos se creen mejores por ser lo que ellos llaman "sangre limpia", son una panda de retrasados mentales -.
- Y los Malfoy no tienen ni un muggle en su familia – dedujo Lily.
- Seguro que si hubo alguno lo mataron -.
- No seas bruta, Thea -.
- Lily, lo digo en serio, hay gente en Slytherin capaz de cualquier cosa; tú no lo sabes porque no has tenido contacto con el mundo mágico, pero la situación es muy tensa últimamente, cada vez hay más magos que opinan que debería exterminarse a los muggles -.
Apenas faltaban unos minutos para empezar la clase, cuando la niña pelirroja reconoció a un solitario chico que fue a tomar asiento en primera fila. Intentó saludarle pero él la ignoró como si no existiera.
- Snape es ahora slytherin, déjalo estar – le recomendó su compañera.
Todo el mundo fue a su pupitre en cuanto una presencia gris se dirigió hasta la mesa del profesor; un hombre de oscuro pelo rubio y gesto grave que rivalizaba con el de la propia McGonagall.
- Soy Alexander Frost, y seré su profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras – anunció en un tono bajo y melódico tras pasar lista – Aquí aprenderán a contrarrestar maleficios y a protegerse de criaturas potencialmente peligrosas del mundo mágico. No será magia ofensiva lo que les mostraré, de manera que olviden eso de ir batiéndose en duelo por los pasillos -.
- Lástima – murmuró Sirius, sentado tras Lily – Ya no podremos maltratar a esos slytherins -.
James apenas pudo reprimir la risa.
- Cinco puntos menos para Gryffindor gracias al señor Black y al señor Potter – dijo el profesor – En mis clases exijo silencio absoluto, y seriedad, si alguien no puede soportar comportarse como corresponde será mejor que abandone el aula -.
Sirius bajó la cabeza para evitar que Frost viera su gesto resentido.
- Abran los libros por la página diez, empezaremos con criaturas básicas; si en un par de semanas me demuestran un nivel de conocimientos aceptable les pondré a prueba -.
Después de una vertiginosa clase, Frost realizó una pregunta harto complicada sobre los kappas. Lily echó un vistazo y descubrió dos manos alzadas: Severus y Remus. El profesor dejó contestar a Snape y dio diez puntos a Slytherin.
- Bien, señor Lupin, como he visto el interés que mostraba por responder a una pregunta ¿qué le parece si le formulo otra sólo para usted? – inquirió Frost, una sonrisa irónica animando su gélido rostro.
- De acuerdo, profesor -.
- ¿Cómo se defendería usted de un hombre lobo? -.
Hubo un pequeño murmullo entre los alumnos, satisfacción los slytherins y enojo los gryffindors, aquello no tenía nada que ver con el tema y, como Lily pudo comprobar, los licántropos estaban entre las últimas páginas del libro.
Remus había palidecido y no hablaba, casi ni respiraba.
- De acuerdo señor Lupin, supuse que no habría estudiado lo suficiente y... -.
- Espere profesor – le interrumpió tímidamente Remus – Puedo... puedo responder -.
Con voz algo temblorosa al principio, el niño describió detalladamente los posibles hechizos a emplear, las dificultades que entrañaban e, incluso, algunos ejemplos de ataques recientes.
- Diez puntos para Gryffindor – concedió Frost – La clase ha terminado -.
Remus dejó la cuchara y sonrió apocado a sus compañeros de mesa.
- Dejad de mirarme así, no es para tanto -.
- ¿Acaso te sabes de memoria el libro de DCAO?, los licántropos son el penúltimo tema – replicó Althea.
- Me gusta la asignatura, eso es todo -.
- Al menos le ha dado un buen escarmiento a ese arrogante de Frost – sonrió Sirius.
- Sí, debió darte más puntos por la respuesta – añadió James - ¿Qué nos toca después de comer?, me he dejado el horario en la habitación -.
- Encantamientos – informó Peter.
- ¡Hola chicos! -.
- ¿¡Frank!?, ¿¡qué te ha pasado!? – exclamó Lily.
Longbottom lucía una larga melena que arrastraba por el suelo así como una barba de idénticas dimensiones, parecía un arbusto negro con patas. El Comedor estalló en risas.
- Nada en particular – sonrió divertido, o al menos eso creyó Lily, era difícil saberlo con tanto pelo.
Los otros chicos de quinto se sentaron junto a Frank y le dieron la enhorabuena entre carcajadas.
- Oh, ha sido genial – decía una de las chicas – Malfoy y sus amigos le tenían preparado a Frank una emboscada, un chico de Ravenclaw les vio y nos avisó, así que no ha sido nuestro querido prefecto el que salió peor parado -.
- La señora Pomfrey dice que para esta noche el efecto del "crecepelo" se habrá pasado – apuntó Andrew Bell – Por desgracia para Malfoy, nuestra poción particular durará tres días -.
- ¿Qué le habéis hecho? – preguntó Sirius, muerto de curiosidad.
- Comprobadlo vosotros mismos -.
Todo el Comedor estalló en renovadas carcajadas ante la aparición del grupo de Malfoy; todos sin excepción tenían la piel de un llamativo color verde que, de seguro, brillaba en la oscuridad.
- ¡Cuidado! – gritó Fletcher - ¡Nos invaden los plutonianos! -.
- ¿¡Dónde has dejado el ovni Malfoy!? – se escuchó a Dedalus Diggle, desde la mesa de Hufflepuff. El pobre chico aún estaba traumatizado con la muerte de su mascota.
Lucius se veía a punto de estallar, pero en vez de ponerse rojo el enfado lo único que hacía era acentuar su color verde.
- Os acabáis de convertir en mis héroes – rió James.
- Se parecen a tu iguana – le dijo Althea a Sirius.
- ¡Oye!, no insultes a Gillan -.
Después de tan interesante almuerzo, los de 1º recogieron sus cosas y fueron al aula de Encantamientos, después de perderse otro par de veces. Disfrutaron mucho aquella clase, Flitwick era un simpático profesor que amenizaba mucho la asignatura, les tuvo una hora intentando abrir los candados que había repartido. Fue Lily la primera en conseguirlo y se sintió pletórica el resto de la semana, ni siquiera Frost pudo amargarle la existencia.
Tras un par de semanas en Hogwarts, Lily ya se sentía como en su casa; sólo una cosa oscurecía tanta felicidad, los profesores empezaban a saturarles de deberes. El que más parecía disfrutar con ello era Frost, les había mandado para el lunes que investigaran qué criaturas mágicas se resistían a los hechizos de defensa elementales y, por consiguiente, qué hechizo debía usarse en su lugar.
Lily contempló como el sol empezaba a arrancar destellos a los doseles rojos de su cama. Se arrebujó bajo las mantas. Era sábado y las chicas habían planeado ir de merienda al lago para aprovechar los últimos retazos de calor antes del otoño.
- Lily, arriba – escuchó a Deyanira.
La pelirroja gruñó algo y ni se movió. Al momento siguiente, tenía a cuatro locas en su cama atizándole con las almohadas.
- ¿Qué hacéis? -.
- Ah, nada – sonrió Thea.
- ¡Pelea de almohadas! – exclamó una jubilosa Selina.
- Socorro – suplicó Lily.
El griterío que organizaron fue tal que seguramente toda la torre acabó por enterarse. De repente, alguien apartó a las amigas de Lily y le ayudó a sentarse. La niña miró sorprendida a su rescatadora, una chica de pelo albino e inquietantes ojos dorados, lucía una túnica corta roja con el emblema de Gryffindor.
- Ya os vale, casi asfixiáis a la pobre – riñó a las otras – En vez de montar esa escandalera, deberíais bajar a desayunar y aprovechar el día tan espléndido que hace -.
Se oyeron pasos apresurados en la escalera.
- Hooch, Lance ha dicho que os quiere a todos en el campo dentro de media hora – informó una chica asomándose.
- Gracias Wendy; eso de que el primer partido sea contra Slytherin le tiene un pelín alterado – replicó la muchacha albina.
- Como siempre -.
- Hoy nos toca examinar a los candidatos para cazador, la pérdida de Clarise nos desequilibra bastante – suspiró Hooch.
- Mundungus no opina igual, ya sabes que no traga a su hermana, jamás vi discutir tanto a dos personas -.
- Se llama envidia -.
Las dos chicas se despidieron de las de 1º y abandonaron la habitación.
- ¿Equipo? – inquirió Lily.
- De quidditch – dijo Thea, abrochándose la túnica.
- Mi hermano dice que Fletcher ha sido de las mejores cazadoras de Gryffindor – apuntó Kathleen – La echarán mucho en falta este año -.
- ¿Dónde ha ido? – se interesó Lily.
- Creo que al Ministerio de Misterios -.
- ¿Y qué se hace ahí? -.
- Nadie lo sabe, por eso es de Misterios -.
La pelirroja luchó un par de segundos con un concepto que para los muggles podría resultar absurdo.
Bajaron a desayunar. En el comedor se respiraba un ambiente relajado; los alumnos almorzaban tranquilamente al no tener que salir corriendo a clase, además había muchos dulces. De sus compañeros de 1º sólo estaban Remus y Peter.
Lily se sirvió un tazón de leche y se dedicó a mojar bizcocho de almendras mientras los demás hablaban de quidditch.
- En serio, lo de MacFarlan es una lástima, no creo que los Magpies puedan ganar la Liga sin él -.
- Nah, aún sin él son el equipo con mayores posibilidades -.
- Este año yo apuesto por las Harpies -.
- Feminista, ¿no, Willow? -.
Los ojos amatistas se clavaron enojados en uno de los dos recién llegados.
- ¿Cuál es tu equipo, Black? – inquirió Selina, antes que Thea pudiera estrangularlo.
- Los P. United, aunque creo que los Magpies se llevarán la copa -.
- Eso decía Remus – apuntó Peter – Pero recuerda que no tendrán a MacFarlan -.
- Bueno, Buettemeyer me parece que podrá hace un buen trabajo -.
Lily empezó a aburrirse, aquello empezaba a recordarle cuando su padre llevaba a los amigos a casa para ver los partidos de fútbol.
- ¿Dónde vas Lily? – preguntó Thea, al ver como se levantaba.
- A la Biblioteca, quiero hacer el trabajo de Frost para tener el resto del fin de semana libre -.
- Vale, nos vemos aquí para coger la comida del picnic -.
La pelirroja pasó por la torre de Gryffindor para coger su mochila y luego fue cordialmente guiada por el fantasma de Hufflepuff, un monje muy simpático, hasta la puerta misma de la Biblioteca.
Lo primero que pensó Lily al entrar fue que aquel lugar debía contener infinitos libros. Avanzó entre las estanterías plagadas de gruesos y viejos volúmenes, buscando una mesa para sentarse. Parecía que la Biblioteca estaba desierta, algo normal en un sábado a primeros de curso.
- ¿Qué quieres, jovencita? -.
Ella dio un respingo y miró sobresaltada a la señora de expresión hosca y desconfiada que había surgido a su derecha.
- Trabajo... para profesor Frost – balbució – Hechizos defensivos -.
- Allí está la sección que buscas, y cuida bien de los libros, como vea que le haces el mínimo rasguño te las verás conmigo, ¿está claro? -.
- Sí, señora... -.
- Pince -.
- No dañaré los libros, señora Pince -.
La mujer desapareció entre las sombras de las estanterías, para gran alivió de Lily. Al acercarse al lugar señalado por la bibliotecaria, la pelirroja descubrió a un solitario alumno rodeado de libros y pergaminos en una mesa junto a las ventanas.
- Hola Severus -.
Él alzó sólo un instante la mirada.
- Hola Evans -.
- ¿Estás con los deberes de Frost? – se interesó ella, sentándose a su lado.
- Sí -.
- ¿Qué tal tus primeros días de clase? -.
Snape dejó la pluma y miró molesto a Lily.
- ¿Vas a hacer los deberes o a incordiarme? -.
- ¿Entrar en Slytherin te ha vuelto idiota de repente o qué? – replicó ella, dejando perplejo al chico – Sólo intento ser amable; aún eres mi amigo, a pesar de todas esas tonterías que dicen sobre que nuestras Casas tienen que odiarse y eso -.
- No puedo ser tu amigo Lily, tendría problemas... y tú también –.
- ¿Problemas? – agitó la cabeza, extrañada – No entiendo -.
- Eres de padres muggles y una gryffindor, eres todo aquello que la gente como yo odia -.
- ¿Gente como tú? -.
- Olvídalo – gruñó Snape.
- A ver, tú quieres ser mi amigo -.
- No puedo -.
- Pero ¿quieres o no? – insistió Lily.
El silencio del slytherin fue tomado por la niña como una afirmación.
- Vale, pues seamos amigos secretos – decidió sonriente – Dame tu meñique, eso, engánchalo con el mío -.
- ¿Qué haces? – preguntó él, intrigado.
- ¿Entre los magos no existe el juramento de meñique? -.
- No -.
- Pues un juramento de meñique es algo muy serio, lo que prometas de esta manera no puedes romperlo o te traerá mala suerte -.
Él esbozó una sonrisa, mezcla de burla y diversión.
- No te rías Severus – protestó Lily.
- ¿Y qué quieres que prometa? -.
- Juro solemnemente que siempre seremos amigos, aunque frente a los demás tengamos que insultarnos y odiarnos -.
- Amigos secretos... – Snape dudó un instante antes de añadir - Juro que siempre seré tu amigo Lily Evans, aunque frente a los demás seamos enemigos -.
Ella sonrió satisfecha y le soltó la mano.
- Bien, ahora que somos amigos ¿qué tal si me ayudas con los deberes? -.
- Vaya, la gryffindor no es tan tonta – se burló él – Pero no pienses que voy a hacer tu tarea -.
Lily suspiró y, resignada, se dedicó a buscar por la estantería vecina algún libro que le fuese de utilidad. Regresó a la mesa con tres volúmenes que apenas podía cargar.
Mientras hacían sus respectivas redacciones, conversaron sobre lo que les había sucedido las dos primeras semanas de colegio, aunque Lily fue quien más habló.
- Aún no me has enseñado a Dusk, ¿qué te parece si quedamos mañana y me lo presentas? -.
- ¿Dónde? -.
- Detrás del campo de quidditch – sugirió Lily – He oído que, como hoy son las pruebas de nuevos miembros para los equipos, mañana no habrá nadie por allí -.
- Entonces bien -. Severus recogió sus pergaminos – Ya he terminado -.
- ¿Ya? – gimoteó ella – Creo que voy a suicidarme -.
Snape empujó un libro hacia Lily.
- Hasta mañana, gryffindor -.
- Hasta mañana Sevy -.
El chico contrajo el pálido rostro en una mueca de hastío.
- Llámame "Sevy" otra vez y no vuelvo a dirigirte la palabra -.
- Lo siento, y gracias por el libro -.
Lily permaneció en la biblioteca hasta que sus tripas le advirtieron que ya era hora de ir al comedor. Cogió sus cosas y corrió a dejarlas en la torre antes de reunirse con sus amigas.
- Ya pensábamos que tendríamos que ir a buscarte, ¿te has perdido otra vez? – le interrogó Thea nada más verla.
- Me entretuve en la biblioteca, pero he conseguido hacer el trabajo, cinco pergaminos – explicó Lily, ufana.
- Ahora vas a resultar una empollona, anda, vamos al lago -.
Selina y Kath llevaban una cesta entre las dos, Deyanira portaba una botella de zumo de calabaza y Thea había conseguido un gran mantel.
Al salir del comedor se cruzaron con Severus. Lily le ignoró y él hizo otro tanto.
- Me alegra que hayas olvidado lo de Snape – comentó su amiga griega.
- Digamos que he solucionado ese punto -.
Y Althea fue incapaz de discernir aquellas palabras pronunciadas alegremente.
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N.de A.: Wenas gente, parece que voy sobreviviendo a los exámenes y el stress me ha devuelto mi inspiración. Pronto habrá otro capi de Fion en la sección SdlA. ^^
Veamos qué me contais en los reviews:
Javito19: gracias por seguir leyendo, espero que te gustase el capi.
Joyce G.: me alegra que te vaya gustando el fic y gracias por la recomendación de "respuestas", siento el colapso de nombres, y Susan de huffle seguirá interviniendo aunq sea de otra Casa.
cari_chan: wee, gracias, y continuaré con mis fics de elfitos, no te preocupes ^^
Nariko: di que sí, Sirius :)____, ya verás, porque los chicos irán copando el protagonismo. Siento no haber avisado, no me dio mucho tiempo :P
Estrella de la Tarde: siento la masificación de nombres :P, recuerdo lo de Bertha y seguramente acabe cambiandolo, como se nota que de HP no controlo tanto como de Tolkien v_v. Un Fion, Celeborn y Remsie ¬¬ ... ¬¬... weno, vale ^^, después de todo sólo Fion me pertenece personalmente XD.
Mayu: vainilla...supongo que ya me sale solo XD, ni siquiera me di cuenta. Tb a mí me está pasando lo de que Sevy no me caiga tan mal ^^, en el fondo el pobrecito es un incomprendido que aterizó en la Casa equivocada XD. Pos lo del título es porque los Merodeadores entraron al cole en el 1969, aunque me hizo gracia ver el nº ^^. Una cosa, Alba tb se ha pedido al Remsie, ya estais sacando la clonadora poque sino lo veo difícil ;P, mientras a mí me dejéis a Sirius :)____ Pues stoy sin internete porque mi papi dice que paso mucho tiempo delante del ordenata, aunque ha descubierto que paso el mismo tiempo con o sin internet XD, lo + probable es que ya lo tenga para Julio. ¿Devoraelfos?, mmm, ¿por qué será? XD.
Lothluin: sí, otra a la que enviciaré el vicio del HP, bwhahahah! (6) Si no te has leído los 4 libros los recomiendo, aunque lo cierto es que el SdlA sigue siendo mi gran obsesión y seguirá habiendo capis de Fion. ^^ Me encantó el poema XD.
Aurenar: muxas gracias por los elogios ^^, sí yo tb estoy de acuerdo en que aún no sabemos ni la mitad de los Merodeadores y mucho menos de Lily, al parecer el 5º libro no lo veremos en español hasta noviembre como muy pronto y enero como muy tarde ;_; es horrible. Y sí, me ha encantado Matrix Reloaded (yo,yo,yo... yo también XD)
Tenna rato para las lokas y taluego para los demás ^^!!!!
