N. de A: Este capi va dedicado a todos los que me dejaron review, mail o me dijeron en persona que seguían leyendo mi fic y que me mataban si no continuaba XP.
Segundo AñoJames miraba distraídamente por la ventanilla de la limusina. Otra vez sus padres estaban demasiado ocupados para poder acompañarle al tren. Resopló y se apartó los mechones rebeldes que le llegaban a los ojos. Al menos habían estado los dos para su fiesta de cumpleaños y le dejaron invitar a sus tres amigos del colegio. Sonrió al recordar la cara que pusieron sus amigos al entrar en su mansión, bueno, la excepción fue Sirius que vivía en una casa semejante aunque, en un aparte, reconoció que no era tan "chula".
La limusina paró ante la estación de tren de King Cross. El conductor le ayudó a cargar su equipaje en un carro y James le despidió antes de salir embalado en busca de sus compañeros.
Al dar la vuelta en una esquina su carrito colisionó con otro desparramando maletas por todos lados. James, medio asfixiado por el golpe en el estómago, escuchó desde el suelo los insufribles gritos de una mujer, una banshee posiblemente, hasta que alguien le ayudó a incorporarse.
- Madre, ya vale, no ha pasado nada – protestó Sirius, mientras se agachaba a recoger las maletas.
- ¿¡Cómo que no ha pasado nada!?, te he dicho miles de veces que deberíamos usar el otro sistema de transporte, en vez de mezclarnos con tanto muggle. A saber la cantidad de infecciones que podemos coger aquí, pero no, yo tenía que tener un hijo como tú, desagradecido -.
- Madre, él es James Potter – le presentó Sirius, ignorando sus gritos.
La señora dejó en el acto de realizar aspavientos y clavó sus ojos azules en James. El niño pudo ver que, si no tuviera esa expresión de asco y disgusto, podía ser muy guapa, además vestía con una elegancia que desentonaba con la gente normal de su alrededor, era una condesa perdida en medio del populacho.
- Es un placer, señora Black -. James se inclinó como le habían enseñado sus padres de cara a ocasionales cenas de protocolo.
- Oh, magnífico, así es como debe comportarse un mago decente – asintió ella – No conozco personalmente a tus padres, joven Potter, y sería un placer invitarles a tomar té a mi casa -.
- Seguramente ellos estarían encantados, pero están muy ocupados, trabajan en el Ministerio y sabe usted lo mucho que absorbe ese tipo de profesiones -.
- Ciertamente -.
- Madre, James y yo podemos ir solos al andén, así no tendrás que soportar a más muggles – intervino Sirius.
La señora Black se mostró entusiasmada ante la idea y, tras repeinar a su hijo y darle unos consejos, se ocultó tras una columna y se "desapareció".
- ¡Argh!, ¡maldita banshee!, ¡ojalá te aparezcas en un horno! – gritó Sirius, sacudiéndose el pelo hasta dejarlo tan alborotado como el de su amigo y soltarse la corbata.
- ¿Mejor ahora? – sonrió James.
- No, ¿por qué tuve que nacer en esa familia? -. Empujó su carrito y echaron a andar hacia los andenes 10 y 9 – No te puedes imaginar la que me montaron cuando volví a casa este verano. "Nuestro hijo en Gryffindor, ¡sacrilegio!". Llego a acabar en Hufflepuff y me echan de casa -.
- Anímate -. James le dio una palmada en la espalda – Vas a estar 9 meses alejado de ellos y en compañía de los más soberbios y excelentísimos compañeros de cuarto -.
Una amplia sonrisa iluminó el rostro de Black.
- Tengo ganas de ver a los otros. Apenas he podido enviaros cartas, mi madre puso a uno de sus elfos domésticos a vigilarme para que no usara su lechuza -.
- Menos mal que te dejaron venir a mi cumple -.
- No me dejaron -.
- ¿Qué? -.
- Me escapé, después de encerrar a Kreacher en el armario por supuesto –.
- Pero los elfos pueden desaparecerse -.
- No si se trata de un armario con protecciones mágicas para evitar que los ladrones escapen de su interior -.
- Jo con tu casa -.
Los dos niños entraron en el andén 9 y 3/4. Aún quedaba media hora, así que subieron con tranquilidad y buscaron un compartimiento para ellos dos. Discutían acerca de la actuación de los equipos de quidditch en el mundial, cuando Sirius se levantó y gritó por la ventanilla.
- ¡Pete! -.
El regordete muchacho se despidió de sus padres y subió al tren para reunirse con sus amigos y continuar la discusión.
A escasos minutos de la hora de salida, la puerta del compartimiento se abrió bruscamente revelando la presencia de una sofocada Althea.
- Por fin... ¡señor Lupin, aquí! -.
Un hombre alto, enjuto pero de rasgos firmes, entró portando en brazos a Remus dormido o desmayado. Los niños le miraron asustados, sin atreverse siquiera a aproximarse.
- Sólo está un poco débil – sonrió sin alegría el señor Lupin – Su enfermedad... tuvo una recaída especialmente fuerte este mes. Cuidadle mucho, por favor -.
- Eso siempre, es nuestro amigo – prometió James y sonrió – Le compraremos muchos dulces del carrito para cuando se despierte -.
- Gracias chicos -.
- ¡Socorro! -.
La que había gritado era Lily que intentaba arrastrar el equipaje de Remus por el pasillo, aunque la maleta tenía más éxito haciéndola tropezar. El padre del niño tomó la maleta y la subió con facilidad al portaequipajes. Reiteró su gratitud y abandonó el tren justo antes que este se pusiera en marcha.
En el pasillo se escuchaban risas y las conversaciones de los que se reencontraban tras las vacaciones. Dentro del compartimiento reinaba el silencio. Lily rebuscó en su bolsa y sacó la capa para tapar a Remus; le acarició un momento el cabello castaño claro, sorprendida de encontrar algún que otro pelo gris.
- No se merece esto – dijo Sirius.
- ¿Vosotros sabéis qué enfermedad tiene? – preguntó Thea.
Los niños negaron con la cabeza.
- Nunca quiere hablar del tema – dijo Peter.
- Tiene que ser grave para que ni siquiera con magia puedan curarle – comentó Lily – He leído maravillas de las cosas que hacen en San Mungo -.
A medida que sus compañeros daban sus opiniones, James iba frunciendo el ceño. Presentía que algo se le escapaba, algo muy importante, y para él eso resultaba inadmisible.
Una visita le sacó de sus cavilaciones. Era Longbottom, para informarles que al llegar a Hogwarts debían dejar a Lupin en el compartimiento.
- La enfermera se hará cargo de él, no os preocupéis – explicó afable – Os dejo. Tengo que ir con Shacklebolt y Jones a vigilar a los de Slytherin, los prefectos de las otras Casas nos hemos propuesto que este año no puedan ni respirar -.
- Frank, ¿puedes hacerme un favor?, extraoficialmente hablando -.
El chico enarcó una ceja, cualquiera sabía qué podía pedir Sirius.
- Dime -.
- He preparado esto -. El niño sacó de su bolsillo un ratón agarrándolo de la cola - ¿Podrías encontrar la forma de que la mascota de Malfoy se lo coma? -.
- No hay problema, esa serpiente engulle todo lo que se mueve – dijo el prefecto – Pero ¿qué le va a suceder? -.
- Es una sorpresa, ¡ah!, y ten cuidado de no tocar el pelo -.
Longbottom se marchó y nadie consiguió sonsacarle a Sirius lo que había tramado.
Para no molestar a Remus, se dedicaron a conversar en voz baja. Saquearon el carrito de chucherías pero su amigo no hizo ni amago de despertar. Sirius de vez en cuando le tocaba el rostro, como para asegurarse que seguía vivo.
De repente, se organizó un auténtico follón en el pasillo. Althea abrió la puerta y se asomó a preguntar.
- Ha pasado algo con los slytherins – informó al tiempo que clavaba sus ojos amatista en Black.
- Voy a ver -.
Lily desapareció antes que a nadie le diera tiempo de acompañarla u oponerse. No tuvieron que esperar mucho, la niña regresó medio muerta de risa y les costó bastante sonsacarle algo coherente.
- La anaconda... jajajaja -.
- La anaconda ¿qué?, por dios, Lily, di algo -. Thea la zarandeó sin compasión.
- Vale, Thea, que me descoyuntas -. La pelirroja se adecentó y soltó su informe – No sé qué le habrá puesto Sirius al ratón, pero la serpiente de Malfoy ahora tiene un bonito pelaje fucsia, antenas y alas de mariposa; es adorable -.
- ¡Demonios! – gruñó Black.
- ¿Qué te pasa? – inquirió Peter.
- Debí meter la pata en algo, yo no quería que tuviera alas -.
- ¿No? -.
- No, tendría que haberle salido más de 8 patas y un cuerno o dos -. Se quedó pensativo – Quizás tenía que haber añadido el Solanum Nigrum antes de que la poción cociera -.
Lo poco que restaba de viaje se lo pasaron riendo y elogiando a un orgulloso Sirius.
Salir del tren fue un martirio. Hacía un frío horroroso y todos se apresuraron a meterse en los carruajes que les esperaban. Lily y Thea subieron en uno con Susan de Hufflepuff y una amiga suya, Lucy Tonks.
- No hay caballos – observó Lily - ¿Hasta para esto usan magia? -.
- Estamos en Hogwarts, ¿qué esperabas? – rió Thea.
- Hay una historia... dicen que son espectros lo que tira de los carruajes – apuntó Lucy.
- Espeluznante – musitó Lily.
La pelirroja se alegró sobremanera cuando estuvo en el luminoso y confortable Comedor de Hogwarts. Ocupó su lugar junto a sus compañeros de segundo año en la mesa de Gryffindor. Feliz, miró en derredor, aquel era su mundo por mucho que amase a sus padres y había estado todo el verano soñando con regresar al colegio.
La ceremonia de Selección tuvo lugar sin mayores problemas. Fue entonces cuando Dumbledore se puso en pie para dar su acostumbrado discurso.
- ¡Bienvenidos! Un año más empezamos las clases y un año más os ahorraré una aburrida sarta de tonterías. ¡A comer! -.
Las mesas se llenaron con el suntuoso banquete. Thea se apropió de la ensalada y no dejó a nadie tocarla.
- Lo he decidido, me declaro vegetariana, no volveré a comer ni un solo frito de esos – anunció asqueada – Con lo feliz que soy yo con la comida de mi madre -.
Sirius aprovechó esa afirmación para pasarse toda la cena atosigando a su compañera con trozos de filete de hígado, pastel de carne o estofado.
Una vez atiborrados, la somnolencia se cernió sobre los alumnos. El director se levantó por segunda vez.
- Antes de que todos vayáis a dormir, os haré un par de recomendaciones. Por favor, recordad que el bosque es un terreno prohibido, sus habitantes no son amigos de visitas. El señor Pringle insiste en que os recuerde que no podéis hacer magia fuera de las clases, el resto de cosas que no podéis hacer lo encontraréis pegado en la pared de su oficina. Las pruebas para los equipos de quidditch son dentro de dos semanas y debéis hablar con el profesor Elwood. Por último, este año queda terminantemente prohibido acercarse al Sauce Boxeador, todos sabemos lo que le ocurrió el curso pasado al señor Gudgeon y no queremos que nadie intente suicidarse durante los exámenes de este año -.
Hubo algunas risas.
- Es hora de dormir. ¡Paso ligero, señores y señoritas! -.
Bostezando, Lily salió del Gran Comedor con sus compañeras de cuarto y escuchando a Kathleen decir que ella iba a morirse nada más tocar la almohada. La mayoría de los alumnos iban tan dormidos como las dos niñas, por eso no vieron cuando Peeves arrojó por la escalera una armadura. Sirius agarró a sus amigas y tiró de ellas con tanta fuerza que las estampó contra la pared, pero siempre fue mejor a rodar escalones abajo como le sucedió a algunos gryffindors.
McGonagall llegó para rescatarlos del poltergueist psicópata. Tres alumnos tuvieron que ir a la enfermería con esguinces y magulladuras varias.
- Gracias Sirius – dijo Lily, ya en la Sala Común.
- Fue un placer rescatar a dos lindas gryffindors –.
- ¡Eh, héroe! – gritó James desde las escaleras a los cuartos de los chicos – No tardes. Que luego parece que estás matando al pijama en vez de ponértelo -.
Las niñas les dieron las buenas noches y fueron a su habitación a dormir. Sin embargo, sus amigos de 2º no estaban por la labor, a excepción de Peter que se quedó dormido antes que los otros pudieran impedirlo.
- A veces me pregunto cómo le escogieron para Gryffindor – comentó Sirius, dando golpecitos con un dedo en la cabeza de Pettigrew – Es que el tío ni se inmuta -.
- Sirius, déjale, casi prefiero hablar esto sólo contigo -.
James tenía puesto el pijama y se había sentado en su cama con las piernas cruzadas. Black también se cambió de ropa y se acomodó junto a su amigo.
- Es Remus, ¿verdad? – inquirió el niño de ojos azules.
- Lily tiene razón, debe tener una enfermedad muy rara si no puede curarse con magia -.
- Espera -. Sirius hurgó en su mochila y sacó pluma y pergamino – Enumeremos todo lo que sabemos, los síntomas, luego podemos consultarlos en la Biblioteca y averiguar qué tiene -.
- Una idea excelente – asintió James – Apunta: se marcha una vez al mes para recibir tratamiento o lo que sea -.
- ...tratamiento, vale -.
- Vuelve más delgado, gris y duerme casi todo el día -.
- ¿Puedo resumirlo en "vuelve hecho un asco"? -.
- A veces sufre bruscos cambios de humor -.
- Te equivocas – dijo Sirius – Lo de ponerse borde o depre siempre es antes de irse a casa para el tratamiento. Lo sé porque se disculpa diciendo que le pone de mal humor tener que irse -.
- Es verdad, pero lo de comer chocolate y dulces a todas horas es crónico – puntualizó James.
Sirius examinó la hoja y esbozó una sonrisa socarrona de las suyas.
- Visto así parece que tenga la regla -.
James no pudo evitar soltar una carcajada.
- Mira que eres bruto -.
- ¿Se te ocurre algo más?, ¿algo raro en Remsie? -.
Los dos niños guardaron silencio, llenado sólo por la respiración rítmica de Peter. Tenía que haber algo más.
- Las heridas – dijo James – Juraría que muchas veces regresa con magulladuras y cortes -.
- El problema es saber si se los produce el tratamiento o él a sí mismo -. Sirius miró a su amigo, con la misma expresión de rabia contenida que mostraba cada vez que algún slytherin le importunaba – ¡Dios!, James, tenemos que ayudarle. ¿Has visto cómo estaba hoy? Parecía un muerto en vida -.
- A partir de hoy estaremos muy atentos, cualquier cosa fuera de lo común que Remus haga o diga la anotaremos -.
James sacó de su mochila un libro con una especie de cierre.
- Es un diario, mi madre me lo regaló porque dice que ya soy mayorcito para estas cosas – sonrió – Se abre escribiendo mis iniciales con la varita sobre la cubierta, así Remus no podrá saber de nuestros planes -.
- ¿Se lo decimos a Pete? -.
- No, mejor sólo le pedimos que preste atención a Remus por lo de su enfermedad y que si ve algo extraño nos lo cuente, si sabe más podría meter la pata – dijo James.
- Bueno – bostezó Sirius – Si no hay nada más, yo me voy a dormir. Estoy muerto -.
James se quitó las gafas y apagó la luz. Remus ya podía ir preparándose, porque descubrirían su secreto antes o después.================================================================
N. de A.: Bueno, voy a contestar los reviews, pero no os olvidéis de mirar más abajo porque he puesto algo muy útil para aquellos que también escribís fics, mi cronología de todos los hechos que Rowling menciona en sus 5 libros y más o menos esto me ha salido. Agradecería que aquellos que recuerden o se hayan fijado en otras fechas que me lo comuniquen, por ejemplo, ¿alguien ha conseguido calcular cuándo entrarían Charlie y Bill a Hogwarts o cuándo lo terminaron? sé que se llevan 4 años pero nada más. Me enorgullezco de haber acertado la edad de Lucius antes de leer el 5º libro XD
Mayu: ¡no me mates, ya scribo, ya scribo! ;P Últimamente necesito escribir un ratejo estas tonterías o la Uni va a acabar conmigo ¬¬
Alba: a Gillan no le hago na que luego me denuncia la protectora de animales XP Pobre Selina, si alguien se parece a Gollum ese es rata-asquerosa-Pettigrew. Me alegra que te gustase lo del Sauce ^^. Tienes razón con lo de tu profe, algunas nos lo habríamos cargado, aunque he oído cosas peores como el que llamaran Gondor a Boromir ¬¬UU
Zefi_chan: ya te comenté la mayor parte por mail, pero ya que me dejas review... arigato, ya veo que te apasionan Lily-James, aún te quedan muchas perrerías por ver XD. Y a Thea todavía no le he dado el protagonismo que merece. Ja!, otra fanática de Snape, mira que tiene seguidoras el profe de pociones ^^.
Nariko: ¿Thea y Sirius? Antes se matan que estar juntos, no sé si los acabaré juntando, pa eso están ya Lily y James. Siento decepcionarte y no haber puesto las vacaciones, lo dejo para cuando estén un poco más creciditos y no tengan que ir acompañados de sus padres a todos lados. ^^
Y he aquí la cronología:
- 1940 Hagrid entra en Hogwarts.
- 1942 Abren la Cámara de los Secretos. Ryddle está en 5º. Expulsan a Hagrid.
- 1956 McGonagall entra como profesora a Hogwarts.
- 1965 Lucius Malfoy entra a Hogwarts.
- 1968 Arthur y Molly se licencian en Hogwarts.
- 1969 1º. Lily y Merodeadores entran a Hogwarts. Lucius 15 años, 5º año.
- 1970 2º. Averiguan Remus es licántropo. Comienza el reinado de terror de Voldemort (tiene 44 años). Mundiales
- 1971 3º. Seguramente Dumbledore ha empezado a planear la Orden del Fénix pero no hay confirmada una fecha exacta
- 1972 4º.
- 1973 5º. Los Merodeadores se convierten en Animagos
- 1974 6º. Black intenta matar a Snape diciéndole como pasar por el Sauce para llegar hasta Remus. Sirius se escapa de casa. Mundiales.
- 1975 7º. James empieza a salir con Lily. Sirius se compra una casa y se independiza.
- 1976 Junio, la generación de los Merodeadores se licencia.
- 1978. Mundiales.
- 1979 Boda de los Potter. La Profecía. Trelawney entra como profesora a Hogwarts. Snape debe traicionar a Voldy por estas fechas, cuando se entere que su jefe planea asesinar a los Potter (léase Lily) a raíz de escuchar la Profecía.
- 1980 Nace Harry. Wormtail ya debía andar flirteando con tito Voldy pero no hay nada confirmado.
- 1981 Asesinato padres Harry. Voldemort derrotado. Sirius es encerrado en Azkabán (23 edad). Snape entra como profesor en Hogwarts.
- 1982 Mundiales.
- 1986. Mundiales
- 1987. Percy entra en Hogwarts
- 1988.
- 1989 Los gemelos Weasley entran en Hogwarts
- 1990 Mundiales.
- 1991 1º Año. (La Piedra Filosofal) Harry cumple 11 años y entra en Hogwarts.
- 1992 2º Año. (La Cámara de los Secretos)
- 1993 3º Año. (El Prisionero de Azkabán)
- 1994 4º Año. (El Cáliz de Fuego). Mundiales.
- 1995 5º Año. (La Orden del Fénix) Lucius 41 años según El Profeta. Sirius muere a los 37 años.
- 1996 6º Año.
- 1997 7º Año.
