Sirius despertó mucho antes que la luz del alba se colara por las rendijas de las cortinas. Tirado en la cama, escuchaba música muggle gracias a la radio clandestina que guardaba en su armario; su habitación estaba insonorizada, así que nadie se percataría de ello.
Ese día volvería a Hogwarts. Otros nueve meses sin tener que soportar a su estúpida familia. Envidiaba con toda su alma a James, él daría lo que fuera por tener unos padres como los de su mejor amigo, o como los de Remus. Antes las cosas no eran así, antes era feliz en Grimmauld Place, pero entró en Hogwarts, en Gryffindor, y todo había cambiado.
Se levantó de su cama adoselada y sacó el baúl de debajo. Sin prisas, se dedicó a recorrer la habitación en busca de todo lo que se llevaría al colegio. Se agachó para coger un libro y el espejo del rincón le devolvió la imagen de un chico atractivo y alto para sus casi trece años. Sonrió socarrón. Su inmejorable aspecto físico era una de las ventajas de pertenecer a los Black.
La puerta de la habitación se abrió y asomó el más feo, retorcido y nuevo de los elfos domésticos de su madre: Kreacher. Sirius hizo una mueca de asco.
- Kreacher venía a despertar al joven amo, sí, pero el joven amo Black está despierto -.
- Bajo a desayunar enseguida; quiero huevos muy hechos, beicon quemado, tostadas con mermelada de arándanos, chocolate y tortitas con mucha nata -.
- Como ordene el joven amo -.
Sirius cambió su pijama por una costosa túnica azul lapislázuli con brocados negros en puños y cuello, y con absoluta parsimonia descendió las escaleras.
En el gran salón desayunaba la familia. Su padre, tan hierático como siempre, alternaba sorbos de café con la lectura de El Profeta, Le Divulgateur, Das Magische Nachrichten y demás periódicos internacionales. La histérica de su madre daba instrucciones a sus tres elfos domésticos agitando los brazos, derramando la mitad del té de la taza que sostenía con la mano derecha. Regulus, su hermano de diez años, desayunaba con pinta de aburrido mientras ojeaba una revista sobre escobas.
- Buenos días -. Sirius ocupó su sitio de costumbre y empezó a devorar los huevos con beicon.
- Magnífica elección de indumentaria, hijo – sonrió orgullosa la señora Black – Siempre has de mantener alto el honor de la familia, me alegra ver que has dejado esos horribles harapos muggles -.
- Por supuesto, madre -.
- Recuerda que este año entra a Hogwarts tu prima Narcisa, ¡ay!, espero que sea escogida para una buena Casa -. Frunció ligeramente el ceño al mirar a su primogénito – Entre tú y Andrómeda no hacéis más que dar disgustos -.
- Bueno, siempre os quedarán Bellatrix y Regulus -. Sirius se encogió de hombros, estaba demasiado acostumbrado a las reprimendas de su madre como para que le afectara – Además, podría ser peor, podríamos estar en Hufflepuff -.
- ¡Ni lo menciones! -.
- No te preocupes mamá, yo iré a Slytherin – dijo Regulus.
- Nadie lo dudaba, pelota – replicó hosco su hermano.
- Sirius, no insultes a tu hermano, y aprende de su determinación, él sabe que sólo Slytherin te proporcionará los contactos necesario para un futuro de éxito -.
- Sí, el éxito conseguido a base de maquinaciones – pensó el niño – Yo no quiero ser como Malfoy o Snape -.
- ¿Algún problema? – inquirió la grave voz del señor Black.
- No, padre... sólo quiero saber cómo voy a ir a la estación -.
- Te acompañaré en el Rolls, debo atender algunos asuntos en el Centro -.
- Gracias padre -.
Los elfos cargaron las cosas de Sirius en el lujoso coche. Padre e hijo subieron en la parte de atrás y el vehículo avanzó solo por las concurridas calles londinenses.
- Sirius -.
- Sí, padre -.
- Tu madre puede ser exagerada muchas veces, pero comparto su parecer con respecto a tu actitud. Eres un Black. Nuestra Casa se remonta al siglo IX, cientos de tus antepasados han destacado en el mundo mágico y marcado el ritmo de la Historia, no por nada sangre de príncipes fluye por nuestras venas. Has de mostrarte a la altura de tu noble linaje; tus notas son inmejorables, pero tus modales, el que acabaras en Gryffindor y los amigos de los que te rodeas... no digo nada de Potter, él es de los nuestros, pero los demás, hijo, no te convienen -.
- Os obedeceré en todo, padre, lo sabéis, pero madre y tú no podéis decidir quién debe ser o no mi amigo; los amigos se hacen, no se eligen -.
El señor Black sonrió irónico y posó una mano en la cabeza de su primogénito, éste le miró perplejo.
- Cuánto tienes que aprender, Sirius -.
- ¿Qué? -.
- Los amigos son los primeros que te traicionan, no hay amigos verdaderos, sólo hay personas a las que retener a tu lado porque les interesas de alguna forma -.
Sirius se bajó en King Cross con mal sabor de boca. Cargó un carrito con su baúl, su nueva escoba y el terrario con Gillan. Ignoró las miradas que le echaban los muggles a su túnica y fue de cabeza contra el Andén 9 y ¾.
Descubrió, en medio del trasiego de brujas y magos de todas las edades, a Remus junto al tren conversando con dos adultos, sus padres probablemente, y fue hacia él.
- Remus, ¡ey! -.
- Ah, hola Sirius, me alegra verte – sonrió el licántropo – Ellos son mis padres. Papá, mamá, él es Sirius Black, uno de mis compañeros de habitación -.
- ¿Sólo "compañero de habitación"?, ¿y dónde se quedó lo de "uno de mis mejores amigos"? -.
- Eso también -.
El señor Lupin estrechó la mano de Sirius y recordó su breve encuentro el curso anterior, cuando Remus sufrió una de sus crisis y hubo que subirlo en brazos al tren.
- Gracias por cuidar de Remus – sonrió la señora Lupin y Sirius descubrió de dónde había sacado su hijo su dulce expresión – Sé que es fuerte y valiente, pero me siento más tranquila al saber que tiene amigos que le protegen, a él y a su secreto -.
- No hay de qué – replicó Sirius.
Los adultos se despidieron de ellos y les dejaron instalados en un compartimiento.
- Me encanta volver a Hogwarts – dijo el licántropo, pegando su rostro al cristal.
- A mí también -. Sirius arqueó una ceja y tomó un mechón de pelo de su compañero - ¡Tienes canas! -.
- Sólo alguna –. Remus le apartó la mano de un manotazo – Es uno de los efectos secundarios de las transformaciones. El estrés que soporta mi cuerpo hace aparecer las canas -.
La puerta se abrió y entraron James y Peter arrastrando sus baúles con ayuda del señor Potter.
- Hola chicos –.
- Hola señor Potter – corearon Sirius y Remus.
Habían conocido al padre de James durante los cumpleaños de su hijo y les caía estupendamente, siempre se apuntaba a ayudarles en sus travesuras aunque incluyeran tirarse por los suelos.
- Bueno, aquí os dejo, el tren debe estar al salir -. El señor Potter revolvió el pelo de su hijo – James, tu madre me pidió que te dijera que abandones tus tendencias delictivas en el colegio -.
- Yo sólo realizo actividades sanas propias de mi edad -.
- Lo sé, pero al menos intenta no hacer saltar por los aires medio Hogwarts, le tengo mucho cariño a ese castillo -.
- Vale, papá -.
Se dieron un abrazo y el señor Potter saltó del tren justo antes de que éste echara a andar.
- James -.
- Dime Sirius -.
- Tus padres no querrán darte un hermanito, ¿verdad?, porque me ofrezco voluntario para ser adoptado -.
- Pues no, dicen que conmigo salieron escarmentados, al parecer no dormí bien hasta los tres años y aún ahora soy un poco noctámbulo -.
- Lo tenemos comprobado – sonrió Remus – A este paso desgastas la capa de invisibilidad antes de terminar 7º -.
- Chicos, hay problemas – dijo Peter, asomado al pasillo.
Lily y Althea salían del compartimiento de Susan de Hufflepuff cuando se les cruzó la peor alimaña de Slytherin, Lucius Malfoy.
- Vaya, una parejita de sangres sucias -.
- Vaya, una caca de babosa que habla -.
- Thea y su bocaza – gimió mentalmente Lily.
- Graciosa la niñita... trae aquí -.
- ¡No, suelta a Rogue! -.
Lucius sujetó a la gata de Althea por el pescuezo y sacó la varita.
- Seguro que nunca has visto a nadie pudriéndose por dentro -.
- ¡No! -.
- ¡Expelliarmo! -.
Los tres hechizos impactaron en el slytherin y le mandaron a la otra punta del pasillo. Rogue acabó en los brazos de Lily.
- ¡Chicas, venid! -.
Antes que James terminara la frase, las dos niñas habían entrado en el compartimiento y atrancado la puerta.
- Gracias -. Thea se abrazó a su gata.
- Suerte que no iban Crabbe y Goyle con él – suspiró Lily.
- No hay de qué -. James sonrió a la pelirroja – Buena atrapada, no serías mala jugando de cazadora en quidditch, tienes excelentes reflejos -.
- El miedo a las alturas me lo impide, pero gracias por el elogio Potty -.
- ¡No me llames así, Evans! -.
- ¿Es que esos slytherins no tienen otra ocupación que torturarnos? – protestó Peter.
- Por suerte es el último curso para Malfoy, dentro de un año no tendremos que seguir soportándole a él y a los dos mastodontes descerebrados que le acompañan – dijo Remus.
- Sí, deberíamos pensar en el ataque de este año contra la Casa Slytherin, tiene que ser algo muy bestia para despedir a Malfoy -.
- Sirius, calma, que te conozco cuando tus instintos delictivos se desmadran – rió James.
- Demasiado tarde, tengo una idea -.
Black se subió al asiento y abrió su baúl en busca de dios sabe qué.
- Sirius, ¿no vas demasiado elegante? -.
- Qué va Thea, para mi madre esta es la túnica de diario -.
Después de revolver sus pertenencias con insistencia, se dejó caer sentado con un libro muy viejo entre las manos.
- Ese es de los ladrillos que le gustan a Remus – dijo Peter.
- Éste no, es de pociones – replicó Sirius y esbozó una de sus perversas sonrisas – Lo tomé prestado de la biblioteca de mis padres -.
- ¿Qué has pensado? -.
Los grises ojos del niño se clavaron en sus compañeras.
- Ellas nos delatarán -.
- Jamás – protestó Althea – No somos unas traidoras y mucho menos si se trata de una broma contra las serpientes -.
- Vale, os creo, mirad esto -. Sirius abrió el libro y señaló una página con siniestras ilustraciones y un gran rótulo en letras góticas.
- "Poción Multijugos"... suena interesante -. James tomó el libro y leyó en voz alta – "Peregrino del conocimiento que hasta aquí has llegado, buscador de poder o venganza, he aquí una fórmula para mentes de gran juicio y templanza. El que esta pócima ingiera durante sesenta veces sesenta latidos de corazón podrá ser quien quiera. Crisopos, descurainia sophia y centinodia, polvo de cuerno de bicornio, sanguijuelas, piel en tiras de serpiente arbórea africana y algo de aquel en quien convertirte quieras. Mas escucha mi advertencia, sólo convertirte en humanos está permitido; si a otro ser escoges, no sabemos cual será tu destino, pero muchas veces poderosos magos para siempre en monstruos se han convertido" -.
- Voto por echar un trozo del calamar gigante en la poción de Malfoy – apostilló Sirius.
- Tú tienes un serio problema de obsesión con el calamar – dijo Thea.
- Sí, no será feliz hasta que no vea al pobre bicho indigestado con un slytherin, ¡arhfg!, ¡Sirius basta! -. Remus desapareció bajo la llave de judo de su compañero - ¡Suelta, animal! -.
- Algunos ingredientes son muy difíciles de conseguir -. Lily miraba el libro por encima del hombro de James – La descurainia hay que recogerla con luna llena... los crisopos hay que hervirlos veintiún días... ¿de dónde pensáis sacar el cuerno de bicornio y la piel de serpiente?, su precio es prohibitivo y son bienes comerciables de clase FAN -.
- ¿FAN? – inquirió James.
- Sí, Fuera del Alcance de los Niños -.
El niño frunció el ceño y las gafas le resbalaron ligeramente por la nariz.
- Sirius, ¿tenemos la dirección de Fletcher? -.
- Sí, me dijo que le llamásemos si necesitábamos algo, pero nos va a salir caro James -.
- Lo imaginaba, ya solucionaremos lo del dinero, me preocupa más dónde podemos preparar poción multijugos suficiente para más de setenta personas y que no nos pillen los profesores -.
- El baño de Myrtle – sugirió Peter.
- ¿¡Qué hacías tú en el baño de las chicas!? – le gritó Thea.
- Unos slytherins me persiguieron cuando estaba en 1º para quitarme el almuerzo y pensé que no me buscarían en el baño de las chicas, fue cuando conocí a Myrtle -.
- Es un buen lugar – coincidió Lily – Pero vosotros solos no podréis haceros cargo de tanto trabajo, nuestro grupo os ayudará -.
- Y nosotros haremos que algunos estudiantes nos devuelvan pequeños favores -. Sirius sonrió deslumbrante – James, ¿cómo llamamos a este plan? -.
- Chicos y chicas, acaba de dar comienzo el plan "Despedir a la serpiente" -.
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Nada más bajar del tren, los gryffindors se aseguraron de tener bien lejos a Malfoy y sus gorilas. No les apetecía llegar con un brazo menos a la cena, o con un tentáculo de más.
Las carrozas esperaban como el año anterior para llevarles al colegio. Cuando Lily iba a subir a una se dio cuenta que Althea estaba parada a unos metros y miraba aterrada los vehículos.
- Thea, ¿estás bien? -.
- Ahí... esos... esos... -.
- ¿Esos qué? -.
- ¿No los ves? -.
- No -. Lily escrutó la oscuridad pero no vio nada raro en la carroza – Sube y cuéntame qué ves -.
Dentro del vehículo iban dos alumnos, Frank Longbottom y una muchacha de largo pelo rizado, guapa, de simpático rostro redondo.
- Hola chicas, ella es Alice... ¿ocurre algo? -.
- No... es que... -. Thea se asomó un poco y vio aquellas cosas tirando de la carroza.
- No te asustes, sólo son animales – dijo la joven, de Hufflepuff a juzgar por su ropa.
- ¿Animales? -.
- Ajá, le pregunté una vez al profesor Flitwich cómo se movían las carrozas porque pensé que sería con un encantamiento, él me dijo que de ellas tiraban unos animales... no recuerdo el nombre, lo siento, pero sí que sólo podían verlos gente que hubiera visto morir a alguien -.
- Me alegra saber que no estoy loca – sonrió Thea.
- ¿Cómo son? – preguntó Lily.
- Como velocirraptores zombis con alas de murciélago -.
- Ugh, no deben ser muy agradables -.
- No, la verdad es que son el tipo de bicho que encantaría a Hagrid -.
- En realidad son de él – apuntó Alice.
- ¿¡Qué!? -.
- Eso dijo Flitwich -.
La carroza se detuvo y bajaron ante las puertas del castillo. Althea echó un último vistazo a los animales antes de entrar a cálido interior del colegio y al luminoso Comedor. En la mesa Gryffindor, sus compañeras de habitación les tenían guardados sendos sitios.
- ¡Selinda, vaya cambio! -.
- ¿Os gusta? -. La niña tomó un mechón de su pelo, ahora negro con trazos morados - ¿No es muy radical? -.
- Te queda muy bien -.
- Hay algunas que no saben qué hacer para llamar la atención -.
El comentario y un coro de risas hizo volverse a las gryffindors para toparse con un grupo de chicas de 5º, slytherins por supuesto.
- Y algunas lo saben demasiado bien – replicó Lily, mirando la túnica abierta y el vertiginoso escote que se adivinaba debajo.
- Cierra la boca, sangre sucia, antes que alguien te la cosa – dijo la chica y sonrió con malicia, ese gesto la hizo tan parecida a Sirius que desconcertó a la pelirroja.
- Profesor – advirtió otra slytherin y cada cual volvió a su mesa.
- Esa arpía, no la soporto – masculló Deyanira – Siempre alardeando de físico por los pasillos -.
- Es familia de Black, ¿no? -.
- Su prima, creo – asintió la rubia gryffindor – Bellatrix -.
- ¿Qué ha hecho ahora mi prima? – interrogó Sirius, que llegaba en compañía de James, Remus y Peter.
- Insultar a Selinda – dijo Kathleen.
- No hagas ni caso a Bellatrix, Selinda, lo de incordiar a la gente es crónico, igual que lo de Lucius, harían buena pareja: la lagarta y el basilisco -.
La niña esbozó una tímida pero agradecida sonrisa.
- Eso es, tú eres más guapa que ella -. Sirius le dio un sonoro beso en la mejilla y volvió a sentarse entre James y Althea.
Selinda enrojeció hasta la raíz del pelo mientras varias chicas de los alrededores la miraban con envidia.
McGonagall hizo acto de presencia como cada curso, portando un taburete y el Sombrero Seleccionador. Después fue a por los de primer año, esos niñitos tan lindos de 11 años, sobre todo una rubita peinada a lo Marilyn Monroe.
(Como de costumbre me salto la canción del Sombrero ;P )
- Black, Narcisa -.
Todos en la mesa Gryffindor miraron a Sirius, que tenía cara de "sí, es mi prima, ¿y qué?".
- ¡¡¡SLYTHERIN!!! -.
Aplausos entre las serpientes. Abrazo caluroso de Bellatrix a su hermana. Cara de asco de Andrómeda desde Ravenclaw, que miró a su querido primo con elocuencia.
- Otra fiel miembro de la todopoderosa, ancestral y sangre limpia familia Black – ironizó el rebelde muchacho - ¡Mierda!, y este curso termina Andrómeda y al año que viene entra mi hermano... –. Sirius dejó caer su cabeza contra la mesa - Jamie, mátame -.
- Campbell, Nick -.
- ¡¡¡RAVENCLAW!!! -.
- Prefiero matarles a ellos, si no te importa – sonrió James – Piensa en el plan "Despedir a la serpiente" -.
Sirius alzó el rostro con una expresión de perversidad que cualquier slytherin envidiaría.
- Clennon, Carol -.
- ¡¡¡HUFFLEPUFF!!! -.
- Oíd, ¿qué optativas habéis cogido? – preguntó Remus, para distraer a su amigo.
Cada uno fue diciendo asignaturas y hubo varias coincidencias.
- Es gracioso, todos cogimos Cuidado de Criaturas Mágicas -.
- Es por el horario Peter, y dicen que es divertida -.
- ¿Y tú qué pintas en Adivinación, Willow? -.
- ¿No has oído hablar de las asignaturas pájaro, Black? -.
- Deezen, Matthew -.
- ¡¡¡GRYFFINDOR!!! -.
- James, Sirius, habéis cogido tres optativas – comentó Deyanira, mirando sus horarios – Runas, CdCM y Adivinación -.
- ¿Y? -.
- Que los demás ya nos sentimos agobiados con dos – apuntó Peter.
- Mentira, yo también llevo tres – dijo Kathleen – En vez de Adivinación tengo Aritmancia -.
- Panda de empollones – suspiró Deyanira.
- Jones, Hestia -.
- ¡¡¡ GRYFFINDOR!!! -.
- Chicos, McGo nos está mirando mal – dijo Peter.
- ¿Y? -.
- Potter, deja de decir "¿y?" – gruñó Lily.
- Será mejor que nos callemos y hablemos durante la cena – sugirió Remus.
Los gryffindors de 3º por fin prestaron atención a la Ceremonia de Selección para alivio de su tutora. En cuanto ésta terminó, el director se incorporó para su discurso habitual.
- Bienvenidos muchachos a un año más en Hogwarts. Me gustaría daros algunas noticias y las aburridas pero necesarias recomendaciones de siempre. El señor Pringle y el profesor Dempsey se han jubilado... -. En este punto tuvo que callar ante los vítores y aplausos de alegría de los estudiantes – Sí, todos nos alegramos por ellos. En su lugar quiero dar la bienvenida al nuevo celador, el señor Argus Filch, y al nuevo profesor de pociones, Alfred Myther -.
- ¡Alfred! – exclamó Lily – Fue mi tutor de adaptación al mundo mágico en 1º -.
El mago se levantó y saludó con una reverencia al alumnado. Vestía túnica azul plagada de estrellas doradas, igual que el gorro.
- ¿Qué tal es? – preguntaron varios de sus compañeros al tiempo.
- Genial -.
- Ahora debo recordarles – continuó el director – que las pruebas para el quidditch serán en dos semanas. Las cosas que no deben hacer en el colegio la tienen en una lista en el despacho del señor Filch. Reitero que nadie debe acercarse al Bosque Prohibido por los peligros que encierra, ni tampoco al Sauce Boxeador – miró expresamente a James – Y como ya os he aburrido suficiente, ¡a comer! -.
El Comedor se llenó entonces del ruido de cubiertos y de voces pidiendo tal o cual alimento. Durante la cena se escucharon conversaciones que iban desde cómo se habían pasado las vacaciones, qué tal serían las nuevas asignaturas, si el profesor Myther sería tan tostón como Dempsey, hasta si Filch sería tan temible como Pringle.
- No parece demasiado joven – observó Sirius – Pronto estará tan quemado como Pringle -.
- De lo cual os encargaréis vosotros – apuntó Thea – Algún día os va a pasar algo serio por andar merodeando a altas horas de la noche -.
- ¿Es una profecía, Willow? -.
- No, sentido común -.
- Oye, Thea, ¿tú no tienes los poderes de tu madre? – preguntó James.
- Es posible que sí, el Don de la Segunda Vista siempre lo han tenido las mujeres de mi familia con ojos color violeta, pero no lo sabré hasta que crezca un poco -.
El director por fin anunció el fin de la cena. Todos estaban deseando ir a dormir. Lily aprovechó ese momento para ir a saludar brevemente a su antiguo tutor.
- Hola, brujita, me alegra verte -.
- Alfred, ¿por qué no me dijiste que serías profesor en Hogwarts? -.
- Era una sorpresa, y antes que sigas haciendo preguntas, mi deber es ordenarte que vayas a dormir, mañana podremos hablar con calma -.
- De acuerdo, buenas noches -.
La pelirroja fue corriendo a reunirse con Althea y subir a su Sala Común antes que las dejaran en el pasillo sin contraseña.==================================================
N. de A: Bueno, estoy actualizando desde la universidad después de un examen y no tengo mucho tiempo, por eso daros las gracias por los reviews, que como siempre me dan muchos ánimos y se agradecen un montón. Lamento si el capi es un poco chorra y breve, una que no tiene mucho tiempo. Gracias a: Nariko, Ello, Elvira, Sara-Ginny, Mayu (la loka informática).
Intentaré actualizar lo antes posible pero estoy sin ordenador en casa y mi acceso a internet es restringido (según le dé a mi primo).
Besotes y tenna rato!!
PD: ¡Pedazo de película la de El Prisionero de Azkaban aunque se pase por el forro el libro!!!
