Regalos

Después de la broma de la multijugos y el consiguiente castigo, los gryffindors de 3º decidieron abstenerse de más trastadas en un intento por calmar al profesorado y, sobre todo, al director. Aunque, por debajo de la aparente calma, se sucedieron algunos incidentes sin importancia: James atrapado en las enredaderas de los invernaderos, Snape vomitando babosas en mitad del desayuno, batalla de bombas fétidas... vamos, lo normal en Hogwarts.

Llegaron las Navidades y el colegio se vació casi por completo. Lily pasó las fiestas con su familia, preocupada por si sucedía algo como lo de las anteriores. Sin embargo, no hubo noticias del mundo mágico; El Profeta sólo contenía acontecimientos insustanciales y alegres típicos de esas fechas. Mientras ayudaba a su madre y a Petunia a hacer galletas, se preguntaba que estarían haciendo sus compañeros.

-No hay nada como el chocolate caliente cuando nieva – suspiró James.

-Y que lo digas -. Sirius echó un vistazo fuera de la cálida cafetería.

-¿Ocurre algo? – se intrigó Peter.

-Es raro estar entre muggles y en este sitio -.

-¿No te gusta? -.

-Al contrario Remus, además así evitamos encontrarnos con gente que nos conozca -.

-Sí, no es muy apropiado que cuatro canijos de 13 años anden solos por Londres -.

-Pero haces muy bien de guía -. James dio un profundo trago a su taza – Ha sido divertido recorrer ese barrio, el Soho, para hacer las compras, y también lo del cine -.

Remus asintió, satisfecho y feliz de que sus amigos se entretuvieran con los planes del día.

-Vivan las vacaciones, que nos alejan de dar clase a esa panda de serpientes -. Sirius alzó su taza y los otros le imitaron en un improvisado brindis.

-¿Qué tal con tu familia? – le preguntó Remus.

-Divertido. Nos reunimos todas las ramas de los Black y siempre ocurre algo inesperado. Ayer mi madre y mi tío Alphard se pelearon, ella acabó petrificada y tío Al disminuido -.

-¿Por qué se peleaban? –.

-Por mí, Pete -. El muchacho se recostó en la silla, poniéndola a dos patas – El tío me ha nombrado su heredero, dice que soy la única cosa decente que han dado los Black desde Andrómeda. Tal cual mi madre se recuperó de la maldición, fue al árbol genealógico y borró a mi tío -.

-James se echó a reír.

-Sí, tío Al reaccionó como tú -.

Dos hombres embozados entraron en la cafetería y fueron directamente a la barra. Sacaron dos pistolas y apuntaron al dependiente y a los clientes.

-¡Deprisa, quítense todo lo que lleven de valor!, ¡ya! -.

Alguna mujer gimoteó y hubo un rumor aterrorizado que quedó apagado por la música.

-Genial, un atraco – masculló Remus.

-Pues yo no pienso darles ni un galeon -. James sacó su varita y salió a un hueco entre las mesas.

-Esto será divertido -. Sirius también desenfundó, pero no se movió de la silla.

Peter aguardaba entusiasmado otra de las demostraciones de su ídolo.

-No podemos hacer magia aquí, vamos a infringir... -.

-Una decena de leyes arriba o abajo más o menos – asintió Sirius – Descuida, podemos alegar defensa propia -.

-Eh, ustedes -.

Los asaltantes miraron con una mezcla de fastidio y burla a aquel niño delgaducho con gafas.

-Vuelve a tu sitio, renacuajo, si no quieres recibir una tunda -.

-No se metan con el crío -.

El hombre recibió un violento golpe con la culata de una pistola por sus palabras.

-¡Aquí hacemos lo que nos da la gana y suelten toda la pasta de una puta vez! -.

-No debió hacer eso... ¡tranformus pullus! -.

Las dos pistolas se convirtieron automáticamente en dos pollos de goma. Los ladrones se quedaron estupefactos, lo que James aprovechó para vestirles de bailarinas con tutú y colgarles boca abajo del techo.

Se produjeron una decena de chasquidos, tantos como magos se personaron en la cafetería. Mientras la mayoría arreglaba aquel desaguisado, una bruja de aspecto agrio y un mago de no mejor expresión se plantaron ante el niño de gafas.

-¿James Potter? -.

-Sí, señora -.

-Ya eres mayorcito para saber que lo que acabas de hacer es ilegal y una absoluta irresponsabilidad -.

-Sé que no puedo hacer magia fuera del colegio, pero esos hombres llevaban pistolas y nos amenazaron, sólo me defendí, ¿es eso tan malo? -. James puso su típica expresión de angelito – Pensé que al ser un sitio cerrado y haber pocos muggles no sería tan grave -.

Bruja y mago se interrogaron con la mirada.

-Por esta vez no tendrás sanción, jovencito, pero advertiremos a tus padres -.

-Ah, ¿es necesario? -.

-Sí, es una irresponsabilidad que un mago de tu edad ande por zona muggle sin la supervisión de un adulto -.

Una vez en la calle, Sirius estalló en carcajadas. James frunció el ceño, en tanto Remus y Peter no atinaban a saber qué pasaba.

-Ya vale, Black -.

-Jajaja... eso te pasa... jajaja... por hacerte... jajaja... el héroe -.

-No le veo la gracia -.

-Yo sí -. Sirius se limpió las lágrimas producidas por la risa – Es la primera vez que no te funciona tu carita de niño bueno, estás perdiendo facultades con la edad, Jamie -.

-Es más difícil hacerse el inocente con trece años que con once -.

-Chicos, ¿podemos seguir discutiendo en otro sitio?, empiezo a no sentir la nariz – dijo Peter.

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Lily encontró la noticia del atraco frustrado en el periódico del día siguiente y se rió de lo lindo, en la foto aparecía James con sus tres amigos de fondo haciendo el idiota. La pelirroja fue a comprar esa misma tarde los regalos para sus compañeros de Gryffindor, deseando poder ver la cara del muchacho de gafas cuando abriese el suyo.

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-¡Regalos, regalos, regalos! -.

James bajó a la carrera la gran escalera que comunicaba los tres pisos de la mansión Potter. Los elfos ya habían encendido la chimenea del salón y las llamas se reflejaban en los papeles de brillantes colores que envolvían los regalos. El niño se arrodilló bajo las ramas del abeto y rebuscó todos aquellos paquetes que llevaban su nombre.

Sufrió una momentánea desilusión; sus padres sólo le habían obsequiado ropa y libros para el colegio. Suspiró. La multijugos seguía desencadenando fatalidades. Con un encogimiento de hombros, desenvolvió los regalos de sus amigos: de Sirius un completo equipo del Perfecto Bromista, gratitud eterna a su hermano adoptivo; de Remus un ejemplar de "Quidditch: el Juego de los Dioses" ¡firmado por el autor!, a veces James se preguntaba cómo conseguía el licántropo esos pequeños tesoros; y Peter se había vuelto a olvidar del regalo, bueno, ya se lo daría a la vuelta de clases como cada año.

-¿Lily? -.

James arqueó las cejas al topar con el pequeño paquete. Desagarró el papel dorado y se encontró con un juego de policía (esposas, silbato, porra y casco de plástico) y una nota.

Feliz Navidad, Potty:

Espero que el regalo te sea de utilidad la próxima vez que intentes evitar otro atraco, aunque lo más probable es que acabes como los delincuentes que detuviste. Ah, y que no se te suba la fama a la cabeza por salir en el periódico, no creo que tu delgaducho cuerpo soportase otra sobrecarga de ego.

Nos vemos en el colegio, señor héroe.

Lily Evans.

El primer impulso de James fue arrojar juguete y nota a la chimenea pero, tras releer el mensaje, esbozó una sonrisa y lo metió todo en la bolsa donde descansaban los regalos de Sirius y Remus.

-Buenos días, James -.

-Hola mamá, supongo que gracias por la ropa -.

-Eres lo suficientemente mayor para saber que no te has ganado un regalo especial, lo que hiciste en el colegio y tu escapada a zona muggle son faltas muy serias – fue el señor Potter quien habló, entrando en el salón con dos tazas de café, una de las cuales dio a su esposa.

-Lo sé – suspiró - ¿Por qué no abrís vuestros regalos?, así podré subir a mi cuarto a lamentar mi mala suerte y mi peor comportamiento -.

Sus padres le miraron un instante y, a continuación, se acusaron a coro.

-Ha salido a tu familia -.

James puso los ojos en blanco y ellos se echaron a reír, incluso su madre tuvo la presencia de ánimo suficiente para darle un abrazo.

-¡Mamá! – protestó él, intentando zafarse.

-Ay, mi niño, que se ha hecho grande y no quiere que le achuche – se burló su madre y le arrebató la bolsa con los regalos - ¿Qué te han mandado tus amigos?, ¿un plan para fugarte de la cárcel? -.

-¡Ey, devuélvemelo! -.

Demasiado tarde, la señora Potter, como buena madre que era, dio con la consabida notita y esbozó una de esas sonrisas entre tiernas y acarameladas que ponen las madres cuando sus hijos empiezan a relacionarse con el sexo opuesto.

-¿Quién es Lily Evans? -.

-Una compañera de clase -. James sintió arder sus orejas y se maldijo por ello.

Su padre leyó también la carta y arqueó las cejas, pero no dijo nada, eso se lo dejaba a su mujer.

-Una compañera, ¿es tu novia? -.

-¡¡¡Mamá!!! -.

-No te enfades, sólo era curiosidad; me gustaría que nos contases cuando te guste alguna chica y nos la presentes -.

-No me gusta nadie – se defendió James – Evans es una chica con la que no me llevo bien, no le gustan mis bromas, y siempre nos molestamos el uno al otro. Me ha mandado esto para reírse de mí, ¿no está claro? -.

-Bueno, se burla, pero la última frase es más suave; si hubiese querido resultar insultante habría entrecomillado "señor héroe" -.

-Mamá, tenemos 13 años, no creo que haya mensajes ocultos -.

-Yo tuve 13 años también y, para tu información mi querido Potty, una chica nunca hace nada porque sí, eso sólo lo hacéis los chicos -.

-¡Eh! – protestó el señor Potter, probándose la capa de terciopelo granate oscuro regalo de su esposa.

-A ti casi tuve que hacerte beber una poción de lucidez mental para que te dieses cuenta que estaba enamorada de ti –.

James recuperó sus posesiones y huyó a su habitación, considerando más que sobrada la clase sobre psicología femenina. Ropa al armario, los libros a la estantería, el equipo del bromista encima de la mesa para estudiar todas sus posibilidades, el regalo de Lily... Miró a su alrededor, a su gran y desordenada habitación donde hasta los elfos domésticos tenían vedada la entrada. El lugar lógico sería El Baúl, sí, con mayúsculas, porque allí era dónde se guardaban los recuerdos pequeños y preciados como su primera snitch; sin embargo, eso le otorgaría la categoría de "recuerdo preciado" a una broma de Lily.

Si mi madre no hubiera dicho nada ahora no pasaría esto, y luego se preguntan dónde pilla la gente los traumas infantiles, bien, pues yo sé que a mí me acaban de traumatizar de por vida -.

Con un brusco gesto, terminó por abrir el baúl y echar dentro el juguete de policía, pero la nota cayó al suelo. James juraría que, si pudiera, esa hoja se estaría riendo de él. Sólo había una forma de superar esta crisis.

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La tarde del día de Navidad la familia Evans la pasaba en casa, evitando las calles enfollonadas de Londres, disfrutando de chocolate y una película en la tele. Los golpes en la ventana de la cocina llamaron la atención de Lily, fue a echar un vistazo y descubrió a cuatro lechuzas que portaban un paquete alargado para ella. Lo cogió y las aves emprendieron de nuevo el vuelo.

-¿Qué es, cariño? -.

-Un regalo, creo que se retrasó alguno de los que me enviaron mis amigos –.

Abrió la caja que lucía un gran lazo rojo, para encontrar un ramo de las más diversas y bonitas flores. La nota poseía la inconfundible caligrafía de su peor enemigo.

Feliz Navidad, Evans:

Recibí tu regalo. Creo que estoy consiguiendo corromperte, ya sabes, se empieza por pequeñas bromitas inocentes y se acaba lanzando maldiciones a la gente, ¡uy! disculpa, eso tú ya lo haces. Aún así, gracias por acordarte de mí, este año mis padres se han pasado a los castigos serios por la multijugos y la escapadita a Londres y sólo he tenido ropa (cara agria). Espero te gusten las flores, como no sé cuales te gustan dije que pusieran un poco de todo.

Nos vemos en el colegio, Evans.

Potty

(Es que si firmo como James Potter no sé si sabrás quien soy)

-¿Alguien importante? -.

Al escuchar la voz de su madre y ver la expresión cómplice de la misma, Lily se dio cuenta que estaba sonriendo como una auténtica idiota. Enrojeció.

-Que va -.

-Un ramo muy bonito – dijo su madre, acentuando su expresión – Voy por un jarrón, mientras sácalo de la caja -.

La pelirroja obedeció. La verdad es que era bonito. Se inclinó y aspiró el dulce aroma de aquellas flores, como bien imaginó James que ella haría. Estornudó. Volvió a estornudar, y así siguió, pero lo más curioso era que con cada estornudo brotaba una margarita de su boca. Cuando su madre regresó ya tenía flores hasta las rodillas.

-¡¡¡POTTER!!! -.

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El Andén 9 y 3/4 de King Cross presentaba un panorama muy semejante al comienzo de curso, atestado de alumnos y sus familias, con la novedad de una copiosa nevada.

Lily y Thea conversaban fuera del tren, por si localizaban a más de sus compañeras, y no tardaron en escuchar la voz de Lucy llamándolas. La hufflepuff llegaba acompañada de un chico que rondaba la veintena, vestido de manera descuidada con tejanos gastados, camisa arrugada y un largo abrigo marrón lleno de pelotillas; no obstante, su expresión franca y alegre le clasificaba de inmediato dentro de las personas simpáticas.

-Hola chicas, él es mi hermano mayor, Ted, es muggle –. El entusiasmo de Lucy daba fe de lo orgullosa que se sentía de su hermano – Teddy, ellas son Lily Evans y Althea Willow -.

-Es un placer, Lucy habla mucho de vosotras en casa y de todo lo que sucede en Hogwarts, la verdad es que parece un sitio divertido -. El chico observaba su entorno, fascinado – Lástima que yo no saliera con poderes como esta pequeñaja -.

-Si Ted tuviese magia sería declarado enemigo público, es muy torpe – rió Lucy.

-Lily -.

La pelirroja descubrió a Andrómeda parada justo a su lado, oculta bajo la capucha de un inmenso abrigo blanco forrado de piel.

-Ah, hola, ¿qué ocurre? -.

-¿Has visto a mi primo? -.

-Creo haberle visto subir al tercer vagón cuando venía hacia aquí – apuntó Lucy –, con Potter, Lupin y Pettigrew -.

Andrómeda agradeció la información con una sonrisa, fue cuando reparó en aquel extraño joven y en su forma de mirarla.

-Soy Andrómeda Black -. Extendió una mano enguantada de blanco.

-Ted Tonks -. Estrechó suavemente la mano que se le ofrecía – Un placer conocer a la Reina de las Nieves -.

Ella rió, divertida y halagada.

-Tengo que encontrar a Sirius, sino me encantaría quedarme a conversar -. Sonrió más ampliamente, esta vez en dirección al encantador desconocido – Espero que volvamos a encontrarnos Ted Tonks. Hasta pronto -.

Ted se quedó mirando a Andrómeda hasta que la perdió de vista en medio del gentío, en tanto su hermana y amigas reían a su costa.

-

El retorno a clases era un asco para todo el mundo, en mayor medida para el grupo de Potter que aún habría de cumplir condena algunos meses más. Mas eso no explicaba el gesto sombrío de Sirius y su mutismo, parecía que su cerebro estaba en plena ebullición y que su iguana tendría que saltar de su morena cabeza para no morir en la explosión.

Las respuestas llegaron poco después de arrancar el tren, cuando la puerta del compartimiento dejó paso a una Andrómeda, morena y con ojos azules, de expresión entre disgustada y abatida.

-Sirius -.

Gruñido.

-Quiero hablar contigo -.

Resoplido.

-Deja de comportarte como un chucho ofendido y muestra algo de madurez, demonios -.

-Hice lo que hice por defenderte, ¡maldita sea! – saltó el muchacho – No voy a disculparme por ello -.

-Podía defenderme sola, casi tengo los 18, tú sólo tienes 13 -.

-Pero estabas sola contra todos, ¡completamente sola!, no iba a quedarme callado mientras tus padres y los míos te insultaban de semejante manera -.

-Las palabras son vanas si las ignoras, además tenía pensado marcharme de casa al terminar este curso –. Su bonito rostro en forma de corazón se oscureció – No obstante, tú seguirás viviendo con ellos otros cuatro años como mínimo, y tu madre no te perdonará jamás que pusieras en evidencia a la familia delante de los Malfoy -.

-Me habría podrido por dentro, Andrie, sólo imaginar que ese engendro te tocase era más de lo que podía soportar -. Sirius alzó unos ojos brillantes por la ira y las lágrimas contenidas – Si te casan con él, le mato, aunque sólo tenga 13 años no dudes que lo haría -.

-Sirius -.

Andrómeda se arrodilló ante su primo y le abrazó con un cariño infinito.

-Sirius, ten paciencia; crece, aprende y hazte fuerte y, en cuanto la edad te lo permita, aléjate de la familia -. Le pasó una mano por el cabello – Si les odiamos ellos ganan -.

-De acuerdo, Andrie -.

La muchacha le besó en la frente y abandonó el compartimiento. Fue cuando Sirius recordó que sus tres amigos estaban allí y habían presenciado el espectáculo.

-Mi familia invitó a los Malfoy a la cena de Año Nuevo, no llegamos ni a los postres – resopló al tiempo que clavaba su mirada del otro lado de la ventanilla – Quieren casar a Lucius con Andrómeda -.

-Es lo más asqueroso y horrible que he oído en bastante tiempo – dijo James.

-Andrie protestó, la familia le gritó, ella dijo que no se casaba porque no le daba la gana y sus padres, bueno, la insultaron y yo vi la expresión de Lucius, ¡se estaba riendo!, no lo aguanté y le eché una maldición; luego todo fue de mal en peor, Andrie y yo tuvimos que huir por las cocinas y pedir asilo en casa de tío Alphard. Al día siguiente, ella volvió a su casa pero yo no, me quedé con tío Al hasta hoy – sonrió sin alegría – He recibido siete howlers y los que me quedan -.

-Andrómeda tiene razón, no te queda más remedio que volver a casa, eres menor de edad -.

-Dime algo que no sepa, James -.

-Sin embargo, mi casa estará abierta siempre que necesites asilo, seguro que mi habitación mola más que la de invitados de tu tío -.

Remus sonrió al ver la incredulidad pintada en el rostro de Sirius.

-¿En serio? -.

-Bueno, si no te apetece compartir habitación seguro que se puede arreglar algunas de las que hay libres, ¿de qué color quieres las paredes? -.

De repente, Sirius atrapó a James en uno de sus asfixiantes abrazos, al que pronto se sumaron Remus y Peter por orden del rebelde muchacho.

-Sirius, ¿a tus padres no se les habrá pasado el enfado para cuando acabes el curso? -.

-No, Pete; quieren emparentar con los Malfoy a toda costa, porque son una de las renombradas familias sangre limpia, y Andrómeda era su única posibilidad -.

-Bellatrix no se lleva tanta edad con Lucius – discrepó Remus.

-Ya está comprometida con Lestrange, desde que empezaron a salir el año pasado, y es otra alianza que mis tíos no pueden desdeñar -.

-Y Narcisa es demasiado joven – asintió el licántropo – Ahora entiendo -.

Súbitamente el tren frenó en seco lanzando a los cuatro niños al suelo, las luces se apagaron y un murmullo de alarma se adueñó del pasillo.

-¡Lumos! -.

-¿Qué demonios ha pasado? -.

-Peter, saca tu codo de mi estómago -.

-Lo siento -.

El tren entero se estremeció tras una explosión en la parte delantera, el pánico cundió. Los cuatro gryffindors compartieron expresiones de miedo en mayor o menor medida a la luz de la varita de Remus.

James se incorporó y miró fuera del compartimiento. Los estudiantes huían hacia la cola del tren.

-¡Olivier! -.

El ravenclaw entró con James para no ser arrastrados.

-¡Corred, están atacando el tren! -.

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N. de A.: Alé, ahora os toca chincharos un poco, jejeje, mandadme unos cuantos reviews y quizás suba pronto el siguiente capítulo. Sí, sé que eso es chantaje pero no puedo evitarlo XD.

Nariko: ¿Te hizo gracia lo de Fraser? Bueno, más gracia me hizo a mí leer que pensabas deshacerte de ella, no pude evitarlo XD. En cuanto a lo de clases particulares con Sirius, lo siento, pero le tengo haciendo mis trabajos para la Uni. ¿Un sly como mascota? ¿no prefieres un Remsie? XD

Ello&Ith, Asesinatos y Reformas: Ello, sumate a la cola de feminas con las hormonas fuera de control que quieren clases particulares XD. Y a ver cuándo terminas el trozo que te toca escribir de la elfa borde, que una sta mu stresá y quiere reírse un rato.

Dikana: ¿Sabes cómo me he quedado al ver tu review? Así ÔÔ. Yo también he tenido un veranito stresante y este año en la Uni promete ser terrible, por cierto, casi aciertas, estudio Historia, último año con un poco de suerte. Al final lo de Toledo no pudo ser, no nos dieron subvención para la excavación. De todas formas, a lo mejor subo para semana santa por una reunión que hacemos los seguidores de Tolkien, nos alojaríamos en un castillo-albergue cerca del Puente de Alcántara. Bueno, respondamos al review.

Relación chicos-chicas en el fic, confieso que mucho de lo que sale en la hª tiene base real, me apoyo en mis recuerdos del colegio para muchas situaciones, tuve muy buenos amigos pero muchas veces parecía que sería imposible entenderse XD.

Sirius ligando con Rosmerta, imposible no ponerlo si unos 15 años después aún sigue tan guapa y todos sabemos que Padfoot debía tener buen gusto. Este niño es mi favorito porque se parece demasiado a un compañero de mi cole que fue (y aún es) mi amor platónico U, por eso me resulta fácil saber las chorradas que va a hacer y decir.

Sí, yo tb coincido contigo en que Peter no es un idiota, al contrario, es muy astuto, lo demuestra una y otra vez en manos de Rowling. Es uno de los personajes más complejos que ha creado la autora y no me parecería correcto denigrarlo. Sobre sus motivaciones, ese es tema para una buena y larga conversación .

Lily-Snape... te anticipo que hasta 6º curso Jamie no sabrá nada y va a ser muy muy divertida esa parte, lo sé porque ya la tengo escrita.

Pfff, me pasé una semana pensando el dichoso castigo, no quería ponerles a fregar como siempre y consideré que Dumbledore tiene suficiente imaginación para idear algo más interesante. Además, que los chicos cocozcan a algunos slys permitirá darle más juego a la hª. ¿NarcisaChucky? XD

El futuro de Thea se desvelará a su tiempo y también las condiciones especiales de su madre, no todo es lo que parece.

Por cierto, no me sale que me hayas agregado al messenger.

A ver si es verdad que te vuelve la inspiración y puedo dejarte un review kilométrico como el tuyo.

Zefichan: gracias por decir que se aprecia la evolución de los personajes, es algo que siempre me preocupó, no quería que su mentalidad fuera la misma con 11 que con 16 años. Je, y me alegra que te guste como se van complicando las relaciones. Me siento muy orgullosa de Althea, así que es genial que te caiga bien.

Beth: vaya, una compi de Orden , gracias por el review, espero que te siga gustando de aquí en adelante el fic.

Nura: gracias por el review, y escribe más de Keror XD.

Fio: me alegra que te vaya gustando, a ver si tengo tiempo y os veo por el messenger a las 3.

Hasta pronto, queridos lectores (o eso espero U).

Rian Black.

Peregrina de la Red.

M.O.S.