Los personajes pertenecen a la asombrosa Stephenie Meyer. La historia salió de mi loca cabeza. No se puede publicar en ningún otro lugar sin mi autorización.
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Con la respiración agitada, Edward se movió contra la boca de su novio, yendo más profundo, más rápido.
Lanzó un gemido alto cuando Emmett apretó los labios a su alrededor. Si no se detenía... él iba a...
Edward se despertó de golpe. Su respiración igualmente agitada, justo como la recordaba haber tenido durante su extraño sueño.
Se apoyó hacia arriba con los antebrazos, dejando descansar su peso sobre los codos. Intentó inspeccionar dentro de la negrura que llenaba el cuarto principal de su casa. Le tranquilizó notablemente sentir el ligero movimiento de la respiración de Emmett a su lado, había sido una semana difícil para ellos.
Sus vacaciones en el hospital estaban muy cerca, y su jefe había decidido que era buen momento para empezar a trabajar turnos dobles, había llegado al punto en que no tenía consciencia de qué hora o día era. Se había dedicado a trabajar y a dormir en su tiempo libre, solo había llegado a casa un par de veces para tomar algunas prendas de ropa y dejarle una breve nota a Emmett.
Y, ni hablar del grandote, él había tenido su propia racha de noches en vela por culpa del trabajo. Solía ser estilo de los grandes empresarios el hacer cambios a último minuto, así que en esta ocasión el contratista terminó ordenándole a Emmett cambiar partes de los diseños de un nuevo y lujoso salón de eventos para el que había sido contratado. El capricho le había costado un mes de retraso a la constructora y algunos miles de billetes perdidos. Claro que el dinero era importante... pero Emmett lo consideraba una falta de respeto hacia su trabajo.
Ya no hablemos de estar juntos, habían pasado semanas desde la última vez, antes de esta semana de locos que se habían visto obligados a vivir.
Edward sabía que la tensión le pasaría factura de un momento a otro... solo que nunca se le cruzó por la mente tener que lidiar con cosas como esta, ¿era un adolescente o algo así?
Se removió incómodamente sobre la cama, su erección se apretaba estorbosamente dentro de sus calzoncillos, moviendo lo cobertores que cubrían su cuerpo. Pensando en sus posibilidades, miró el reloj digital que descansaba en la mesita de noche a su lado.
3 a.m. Perfecto. Pensó con sarcasmo. Edward suspiró frustrado, dejándose caer de nuevo contra la almohada.
Era demasiado temprano para un baño, y él se había dado una ducha rápida justo antes de meterse a la cama (como era usual en él); podría esperar a que el asunto se bajara solo... no sería la opción más cómoda, pero supuso que era una opción.
Entonces, una idea surgió en medio de su torbellino de pensamientos. Se dio la vuelta para quedar de costado, mirando a la figura pacífica de Emmett. El sueño hacía que sus facciones se relajaran totalmente, dándole una apariencia de inocencia que nunca se dejaba ver en sus horas de actividad.
El cobrizo subió una de sus piernas, dejándola acariciar la pierna desnuda de su novio. Ambos acostumbraban a dormir solo en calzoncillos. Cosa que Edward estaba agradeciendo internamente justo ahora.
Emmett se removió un poco, suspirando en el proceso. Edward siguió haciendo pequeños ruidos y movimientos, intentando que el grandote se despertara.
Después del ligero gruñido de Emmett, el cobrizo no tenía idea de qué hacer a continuación.
Miró directamente la figura inamovible de Emmett. Una parte de él desea que se despertara de una buena vez, pero otra parte se sentía avergonzado por estar molestándolo a esa hora.
Tomó una respiración, armándose de valor. Se reincorporó parcialmente, apoyándose en uno de sus brazos, mientras con el otro recorría el pecho descubierto de su novio.
— ¿Edward? — susurró roncamente Emmett, el tono hizo que el mencionado se retorciera un poco más.
— Emmett... — susurró de regreso. Cuando este abrió los ojos, Edward quedó prendado de la ternura que le inspiraba el rostro medio dormido del moreno. — Necesito... — Edward tragó saliva, ahora inseguro.
Emmett parpadeo, despertando por completo. Lo miró, buscando algo en su rostro.
— ¿Estas bien? — preguntó aclarando un poco la garganta.
Edward empujó su cadera contra la pierna de Emmett, incapaz de detenerse, embistiendo un poco más.
— Emmett... — dijo de nuevo, esta vez sonando un poco más a gemido que a su tono normal de voz.
Emmett parpadeo de nuevo, esta vez con algo de sorpresa. Un par de segundos pasaron antes de que sonriera arrogantemente cuando las intenciones de Edward fueron claras.
El cobrizo lanzó otro gemido cuando Emmett flexionó su pierna contra su erección.
— Alguien despertó de buen humor. — se burló Emmett. Edward estuvo a punto de protestar, pero la mano de Emmett sobre su dolorido miembro mandó callar cualquier idea que estuviera pasando por su mente.
Las caderas de Edward ahora se mantenían quietas, esperando impacientemente el generoso toque de Emmett. Cuando uno de sus dedos delineó delicadamente a su alrededor, Edward estiró el cuello para poder alcanzar los labios de Emmett.
Eso solo lo hizo peor.
Edward se apresuró a quitar su ropa interior (con un poco de la ayuda de Emmett), para poder sentarse sobre su novio, sintiendo la semi erecciones que comenzaba a formarse.
Siempre pensando en sus necesidades primero, Emmett se acomodó contra la cabecera de la cama, manejando el miembro de Edward ahora con ambas manos, obligando al cobrizo a moverse contra su propio eje, logrando que ambos gimieran urgentemente.
Edward se reclinó hacia atrás, apoyando sus manos al nivel de las rodillas de Emmett, animando al otro a mover más deprisa sus manos.
Habían sido pocas ocasiones en las que Emmett había visto a su novio de esta forma. Claro, el sexo era maravilloso cada jodido momento, pero Edward solía ser un poco más reservado. Normalmente, él esperaba que Emmett diera la primera señal o lo insinuara primero.
Pero, el verlo así, jadeante y suplicante sobre él. Le estaba volviendo loco.
— Emmett, justo así... — susurró Edward. Sus ojos no se desplegaban del movimiento de sus fuertes manos.
Emmett vio cómo, después de algunas bombeadas más, Edward cerraba los ojos con fuerza, echaba la cabeza hacia atrás, lanzando un largo sollozo.
La sustancia cremosa y blanquecina que vino después le dijo a Emmett todo lo que debía saber.
Dejó que Edward tomara algunas respiraciones para estabilizar su respiración.
Su ceño se frunció cuando bajó la vista, hasta la erección que seguía intacta; erecta y orgullosa dentro del agarre de su mano.
Edward regresó a su posición sentada sobre Emmett e hizo movimientos circulares y lentos contra la erección de su novio. Emmett respondió alzando las caderas, tratando de ir más profundo.
Recostándose por completo sobre el pecho de Emmett, deslizó ambas manos por sus caderas, alcanzando su objetivo. Se tomó unos momentos para masajear a consciencia toda la extensión del moreno.
Emmett jadeó cuando su ropa interior fue realizada hacia abajo y Edward empezó a frotar sus erecciones, piel con piel y, oh dios, tan sensibles.
Con sus frentes apoyadas, Emmett respiró el aliento del cobrizo cuando este le habló.
— Aún te necesito... — murmuró, sonando más como un ruego.
Emmett devoró sus labios, quitándoles el aliento a ambos cuando uno de sus dedos probó la reducida entrada del cobrizo.
— ¿Cómo lo quieres, Eddie? — preguntó Emmett luego de dignarse a soltar el labio inferior de su novio.
Edward se empujó hacia atrás, intentando obtener más presión.
— Olvida el previo... — jadeo ruidosamente cuando la Emmett probó un segundo dedo en si interior. — Lo necesito rápido... — añadió apoyando, ahora su frente en el pecho del grandote.
Cuando Emmett no mostró señales de moverse, Edward se dirigió de nuevo y, usando su propia mano, tomó el miembro de Emmett, alineándolo en su entrada, necesitando el íntimo contacto de una buena vez.
— Edward. — escuchó el tono se advertencia de su novio, como si fuera muy lejana, como si estuviera a miles de metros de distancia.
Sin esperar, Edward se dejó caer lentamente, sintiendo cada centímetro, sintiendo su necesidad crecer. Ambos se quedaron inmóviles, dejando que el cuerpo de Edward se ajustara a la intromisión.
Ambos gimieron cuando Edward se adelantó para apoyarse de nuevo sobre el pecho de Emmett, necesitando el contacto de su piel.
El movimiento ocasionó que la erección de Emmett se moviera en su interior, deslizándose hacia fuera unos centímetros. Los ojos de Edward rodaron dentro de sus cuencas, ante la sensación de empezar a mecerse adelante y hacia atrás.
Pero su necesidad era demasiada en ese punto, por lo que intentó impulsarse con las rodillas para moverse más rápido, ganándose un gruñido de Emmett.
El moreno llevó sus manos hasta el trasero de su novio impidiéndole moverse (varios sollozos de queja se escucharon por toda la habitación), plantó los pies en la cama y se impulsó hacia arriba, arrancando le un grito de placer a Edward. La nueva velocidad y la profundidad era exactamente lo que necesitaba en ese momento.
Sus alientos se mezclaban indistintamente y sus respiraciones estaban tan agitadas que no sabían dónde comenzaba la de él y donde terminaba la de su novio.
— Ahhh — gimió Edward arqueando la espalda, apoyándose sobre el pecho de Emmett. — Emmett, dios. — exclamó hacia el techo. — Dios, te amo. Justo así.
Cuando Emmett miró hacia su rostro, se dio cuenta que las mejillas del cobrizo estaban empapadas de lágrimas, su expresión, borracha en placer, se le antojó como una de las cosas más hermosas que hubiera visto jamás.
Así que continuó con el acelerado ritmo, aun aparentando el trasero de Edward contra sus furiosas embestidas. Jaló el cabello de Edward, atrayéndolo a un beso desesperado, batallando sus lenguas juntas con insistencia y total posesión.
Emmett se deslizó hasta la orilla de la cama, dejando que sus piernas colgarán y Edward quedara sentado a horcajadas sobre él. Lo tomó por los hombros y el cuello, ejerciendo más presión.
Edward gimió rasguñando su espalda con agresividad.
— Estoy cerca — lloriqueo Edward contra su cuello. — Te amo, te amo. Dios… me tienes tan… cerca, E-emmet-t... — el moreno sintió a Edward tensar por completo su cuerpo, y dejó ir su propia liberación, gruñendo de forma alta.
El silencio por fin se extendió entre ellos y por el resto de la habitación. Sus respiraciones por fin se habían estabilizado, pero ninguno quiso mover ni un musculo.
Al final, fue Emmett quien gruñó con cansancio cuando se dejó caer de nuevo a la cama, aun con Edward sobre él. Se alejaron de su unión de forma lenta para evitar incomodar al cobrizo, quien con un suspiro siguió recostado en el pecho de su novio.
Ambos suspiraron satisfechos.
— Buenos días, para ti también. — dijo Emmett con la voz ronca. Retirándole el cabello de la frente a Edward.
Alzando la mirada, el joven médico notó que eran cerca de las 5:30. Suspiró.
— Una buena forma de celebrar mi último día. — murmuró contra el pecho de Emmett sonriendo. — Podemos dormir por un par de horas más. — finalizó enterrando sus manos entre la espalda de Emmett y la cama debajo de ellos.
Edward sintió un beso en el tope de su cabeza. Volvió a sonreír, cerrando los ojos.
Y, tan rápido como todo había empezado, se quedaron dormidos. Esperando recobrar su energía en las pocas horas de sueño que les quedaban.
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¡Estoy sorprendida! Este cap salió en una sola noche jajaja Me emociona que las cosas ya vayan fluyendo en mi mente.
Este capítulo fue un poco más subido de tono jaja espero que les guste. No se olviden de dejar un lindo comentario y pasarse por nuestro lindo grupo de Facebook 'Twilight Over The Moon'.
¡Nos leemos pronto!
