¿Cómo superar un desamor?

Capítulo 2: ¿Cómo funciona el amor?

Una semana más para Rin Nohara, la cual no podía negar, había sido muy pesada para ella. Debía madrugar para hacer su propio almuerzo, tenía que hacer varios viajes entre clases para llevar sus libros, materiales y documentos para sus reuniones del consejo, además de dejar todo listo para la reunión del Comité de estudiantes antes de ir a la práctica de porristas. Además, aún tenía su trabajo de medio tiempo en la librería cerca del instituto donde también era miembro de un grupo de lectura, y ese miércoles era la reunión a las 5 de la tarde. Pero por todos los ajustes en su horario, no había tenido tiempo de leer el libro de la semana, así que tuvo que pedir un adelanto de su día libre a su superior para tener unas horas para leer el libro que le tocaba antes de la reunión. Y lo peor de todo, Natsu seguía obligándole a admitir la dependencia que le había causado Obito, aunque ella no quería admitirlo, prefería "culparlo" por haberle causado tanto estrés en estos momentos.

— Hola señorita Rin – en eso, un chico de cabellos lisos negros que cubrían un poco de sus ojos tomo asiento al frente de ella en su mesa de lectura

— Hola Hageshi, no tienes que ser tan formal – la chica vio como el chico le entrego una taza de té – muchas gracias

— El jefe se lo envía – Hageshi señalo a un chico mayor a ellos que llevaba el uniforme del instituto mientras sacudía unos libreros - ¿Qué es lo que hace? Creí que hoy trabajaría como siempre

— Le pedí a Ryoku que me cambiara mi día libre – la chica señalo el libro en sus manos – hoy es la reunión de mi grupo de lectura y me quede muy atrás

— Ya veo, yo tengo que terminar unos ensayos para mañana – el chico acerco su mochila para sacar sus libretas – no quiero quedarme atrás de nuevo

Rin conocía a Hageshi, era uno de los amigos que había hecho en la librería. Era dos semestres menor a ella en el instituto y pasaba la mayor parte de su tiempo estudiando y trabajando en la librería, que era su espacio más tranquilo en sus palabras. Su superior, Aisa Ryoku, era dos semestres más grande y junto a uno de los maestros del instituto, tenía a cargo la librería, algo que bien merecía por su habilidad para la organización, su amabilidad con quienes iban a ese lugar, y su caballerosidad, algo que apreciaban los primerizos en el instituto. Aunque era un "buen partido" como decían algunas de sus amigas, ella seguía prefiriendo a los chicos misteriosos que se veían "cool", como lo era Kakashi. Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando vio que algo de la mochila de Hageshi caía al suelo. Lo recogió, sorprendiéndose al ser una fotografía de Mei Terumi, la sensei de Economía I.

— Hageshi, ¿Esto es tuyo? – la chica le mostro la foto, la cual le fue arrebatada a gran velocidad

— ¡Si, es mío! – el chico la tomo para ocultarla con mucha vergüenza – por favor, no le digas a nadie

— ¿Decir que a quién? – detrás de Hageshi llego Ryoku con una mirada curiosa

— Ah… nada… - Hageshi no supo que hacer mientras parecía que se desmayaría

Unos segundos después, Rin y Ryoku veían la foto con mucha curiosidad, siendo una foto sencilla de la sensei peli naranja en una conferencia, aunque se le veía de cuerpo completo, con una figura envidiable para cualquier mujer.

— No sabía que tenías estos gustos Hageshi – le codeo un poco su superior con una sonrisa tranquila – es bueno que aspires a lo grande, pero…

— Ryoku, por favor – Rin lo callo con molestia para darle la foto a su amigo – es bonita, no se puede negar, pero no creo que debas ilusionarte con ella

— No puedo evitarlo, ella es muy linda – Hageshi tomo la foto en sus manos para mirarla con un rubor en sus mejillas – es atenta con todos, amable, no deja que nadie se atreva a cuestionarle, y le quiero mucho

— No puedes decir que le quieres con tanta facilidad – dijo Rin con seriedad – el amor no se trata de solo decirlo y ya. El sentimiento debe ser mutuo

— No creo que sea así Rin – Ryoku le miro con seriedad mientras tomaba un libro de pasta roja en sus manos – a través de la historia, el amor no ve los limites, ya sea la edad, el género o la ideología. Y no tiene que ser correspondido, mientras el sentimiento sea puro

— ¿Acaso tu no estas enamorada de alguien Rin?

— Bu-bueno, si lo estoy – Rin se vio nerviosa ante la pregunta de Hageshi – pero hasta que sus sentimientos por mi nazcan en él, no puedo hacer nada. Debo ganarme su corazón primero

— Entonces, Hageshi debe hacer lo mismo – Ryoku palmeo la espalda del chico para retirarse al mostrador de la librería – lo demás no importa

— Es verdad – el peli negro parecía verse motivado ante las palabras de su superior

Rin iba a protestar ante esa idea, pero la campanilla de la entrada llamo su atención, en especial al ver de quien se trataba. Era el grupo de lectura que ya estaba llegando, entre ellas Natsu, Kurenai, la enfermera del Instituto Mabui, y la presidenta del club, Yugito Nii, su superior. Las chicas rápidamente se acercaron a la mesa de Rin, poniendo nervioso a Hageshi, quien solo se puso al otro lado de la mesa para no verse abrumado por las chicas, mientras la presidenta pedía los libros para la reunión.

— Así que, ¿Cómo vas Rin? ¿Aun sufres por la separación entre tú y Obito? – se rio Natsu mientras se acercaba a su amiga

— No sé cómo es que tolero tus bromas – la chica decidió ignorarla para concentrarse en su lectura - ¿Qué hay de la tuya? ¿Acaso no puede estar contigo todo el tiempo?

— Él tiene sus clases y nos estamos conociendo. Pero prometió ir mañana a nuestra practica de porristas

— Al menos una de nosotras si le están saliendo bien las cosas – dijo Kurenai con molestia – no sé porque, pero Asuma ya cancelo dos de nuestras citas, todo por salir con sus amigos. Creo que dejare de salir con el

— Eso es sensato, no deberías darle oportunidad – confirmo Rin – o te sigue o se queda atrás…

— Eso no está bien – las palabras de Hageshi sorprendieron a todas las chicas, menos a la enfermera de piel morena – no puedes decir que el hombre debe ser quien esté detrás de la chica que le gusta. Como dijo Ryoku, el sentimiento debe ser mutuo, pero cada parte debe poner de su lado

— El chico tiene razón – le respondió Mabui con una sonrisa de confianza que apeno al chico – toma por ejemplo a Natsu, ella no presiona a su novio y se apoyan mutuamente en sus gustos

— Así es, por ejemplo ayer – recordó Natsu con emoción – me invito a ir a una conferencia médica, la cual fue muy informativa, y después de eso me compro un helado. Y el fin de semana iremos al cine

— ¿Lo pueden ver? Ambas partes deben poner de su parte. Además – Mabui señalo al mostrador donde Yugito estaba – las chicas también podemos ser las que tienen la iniciativa

Todos vieron la escena que protagonizaba la presidenta. Rin y Kurenai consideraban a la chica rubia como alguien a quien seguir, todo por su actitud, madurez y la facilidad con que lograba imponer su autoridad e inteligencia, por algo era respetada por todos en el instituto. Pero al verla en ese momento, se dieron cuenta de un lado de la chica que nunca creerían ver en ella, un lado más sensible y tímido.

— Aquí tiene los libros y el diario del Club como me pidió señorita Nii – entrego Ryoku a la rubia mientras buscaba algo en la barra de dulces – aun no llegan los dulces de leche, pero me asegure de guardarte unos especiales

— Gracias Ryoku, pero ya sabes que puedes llamarme por mi nombre con toda confianza – la chica tomo los libros y los dulces, notando algo en la bolsita de estos – esto es…

— Escuche que lo estabas buscando – Ryoku señalo un llavero con la imagen de un gatito que la chica saco de la bolsita – por suerte conozco a un amigo que los coleccionaba y lo convencí de venderme uno para ti. Además, sé que tu cumpleaños se acercaba y quise adelantarme un poco

— Gracias Ryoku – la chica lo tomo con sus manos con un rubor ligero en su rostro – no sé qué decir, me gustaría agradecerte de la forma correcta…

— No es necesario – Ryoku le puso unos dulces extra en la bolsita mientras le guiñaba el ojo – yo debería darte las gracias por siempre venir a este lugar. Tu presencia aquí lo hace un sitio más agradable y bello

— Ryoku – la chica bajo la mirada con pena mientras chocaba sus dedos con nervios – si no estás ocupado el sábado, no tengo con quien pasar mi cumpleaños, tu sabes que mis padres trabajan lejos y bu-bueno… ¡¿Podrías hacerme compañía en mi cumpleaños?!

— Cla-claro, para mi sería un honor señorita Nii…

— Pero, no me llames así – la chica le mostro un rostro lleno de agradecimiento y suplica – llámame por mi nombre

— De acuerdo, Yugito – el chico tomo su mano para que se relajara – me gustaría hacerte compañía en tu cumpleaños

— ¿Lo ven? – Mabui sonrió con satisfacción al ver esa tierna escena – todo se trata de la confianza en nosotros mismos. Si dejamos de lado los prejuicios y entregamos nuestros sentimientos, no hay ningún límite. ¿Tomaste nota Hageshi?

— S-si sensei – el chico se veía sorprendido pero feliz por su superior, pues él le había confesado que estaba enamorado de Yugito desde hace tiempo – yo espero que mis sentimientos también sean correspondidos

— Que mal que Rin no se dio cuenta de los de Obito a tiempo – se burló Natsu mientras grababa el tierno momento de Yugito y su nueva pareja

— Tonterías, ya no lo repitas Natsu

Rin decidió ignorar la escena mientras que Kurenai se ponía un poco celosa de lo que veía. Aunque la chica de cabellos castaños no pudo evitar recordar que antes Obito se le había declarado de una forma similar, aunque ella le había rechazado sin siquiera pensarlo. Se dio cuenta que, si había sido un poco grosera con su amigo y tal vez por eso habían tomado esa distancia, tal vez, si había hecho mal, pero sacudió su cabeza al recordar que a ella le gustaba Kakashi, y esperaba con ansias que él se le declarara a su tiempo.

Al día siguiente, Rin llego al instituto con normalidad, ya preparada para sus clases y para la práctica de porristas de ese día. Cuando se disponía a irse, vio como a lo lejos se alejaban Kakashi, Obito y Guy, siendo estos últimos los que parecían felicitar al peli plateado por alguna extraña razón, aunque este solo parecía celebrar en silencio, pero con una expresión de aparente emoción. Como "amiga" suya, quería investigar, pero algo llamo su atención desde otro pasillo.

— ¡Ya estoy harta Asuma! – gritaba Kurenai con enojo - ¡Anoche me cancelaste una salida y hoy lo vuelves a hacer! ¡¿Acaso es más importante salir con tus amigos que conmigo?

— Ya te dije que no es eso, estoy ayudando a mi padre con algunos documentos en su despacho – alego Asuma con cierto enojo – te dije que te lo compensaría…

— Pues ya estoy harta – Kurenai se volteo con indignación, pero Rin observo desde donde esta que sonreía con malicia – tienes dos opciones: cancelas esa supuesta "ayuda" a tu padre, o salimos esta noche. No te daré otra oportunidad

— Kurenai… - Asuma estaba a punto de pedirle otra oportunidad, pero vio que un poco retirada se encontraba Rin observando la discusión, lo que le hizo recordar lo que le había ocurrido a Obito, y se dio valor para la decisión que iba a tomar – bien, tu ganas

— Eso me gusta – Kurenai sonrió con satisfacción sin dirigirle la mirada – entonces, pasas por mí a las 8 y luego…

— Nos vemos Kurenai, creo que hemos terminado – interrumpió de forma tajante el Sarutobi para después irse hacia sus clases

— … ¿eh?

Kurenai vio como Asuma se iba sin siquiera decirle algo más. ¿Lo había rechazado? ¿A ella? Pero no podía creerlo, eso no debía pasar. ¿Acaso sus amigos eran más importantes que ella? Cuando la chica de ojos rojos noto que la atención de todos los presentes estaba sobre ella, reacción con enojo mientras cerraba su casillero con fuerza y se iba por otro lado con mucha indignación. Rin vio la escena muy sorprendida, simplemente no había palabras que pudiera articular o consejo para su amiga, había terminado lo suyo con Asuma.

Esa tarde, Kurenai no asistió a la práctica de porristas, al parecer no estaba de humor para eso y era mejor que su estrés no afectara a las demás. La entrenadora del equipo, Mikoto Uchiha, se encontraba revisando las figuras que realizarían en los próximos partidos, entre ellas algunas pirámides humanas de tres personas. La primera seria con Natsu, Rin y Anko, dejando a la peli verde Hyuga en la parte superior.

— Supe lo que le paso a Kurenai, pero siendo sinceras, se lo merecía – dijo Natsu sobre sus amigas mientras parecía hacer diferentes poses muy llamativas

— Deja de moverte Natsu – Anko le sostenía la pierna izquierda con molestia – esas poses no son necesarias

— Al parecer si…

Rin apunto a una de las gradas, en donde un chico de cabellos negros recortados y de lentes observaba a las porristas, llevando un libro de medicina en su mano izquierda, mientras que con la derecha tomaba fotos con su celular a Natsu, lo que provocaba ese deseo por modelar y lucirse de la chica.

— Te recuerdo que la entrenadora tiene prohibido que se tomen fotos de las practicas – alego Rin con fastidio

— Así que, ¿Ese es el chico afortunado?

— Se llama Shiro, es estudiante de medicina y es muy atento conmigo – respondió Natsu a la pregunta de Anko con una sonrisa traviesa – además de que me quiere mucho

— Caíste ante el primero que se puso en frente de ti… - Natsu movió su pie sobre el hombro de Rin por el comentario - ¡Oye!

— Ya nos habíamos conocido antes, pero en esa fiesta decidimos acercarnos más, luego una cosa llevo a otra y entonces…

— Por favor, no sigas…

— No le hagas caso, tu continua – expreso Anko con emoción – eres toda una picara Natsu

— ¡Tres hurras por Kakashi! – se escuchó el grito del equipo de soccer a lo lejos, dirigidos por Guy - ¡Todo un campeón con sus llamas de la juventud!

— ¿Qué es lo que celebran? – pregunto Rin a sus amigas – en la entrada vi que lo felicitaban de la misma forma

— ¿No te enteraste? – Natsu y Anko se miraron con nervios – creí que ya lo sabias

— ¿Saber qué?

— Es mejor que lo sepas ahora – Natsu tomo aire sabiendo lo que podría ocurrir – una chica se le confeso a Kakashi, y él le correspondió

— ¡¿Qué hizo que?!

La acción brusca de Rin fue tal y como predijo a Natsu, aunque ella no esperara que pasara algo diferente al final que se imaginó. El resultado fue una Anko adolorida por la caída, una Natsu en una posición vergonzosa que su novio supo aprovechar bien para tomar unas fotos, y una Rin noqueada por el golpe recibido en la cabeza.

Y así, todo quedo en un silencio muy extraño…

Continuara…