Carter pasó el resto de su tiempo libre en su oficina, pensando que el único día que podía salir antes y descansar lo iba a pasar con su abuela, no era que no quería, sino que era que él había estado con mucho trabajo últimamente y lo que realmente prefería era descansar en su casa.
Cuando llegó a la una, Carter ya estaba listo para operar, no fue nada del otro mundo pues neurología era su especialidad, sin embrago, había algo que lo retaba. Parecía que era el hecho de que cada operación era diferente, nunca iban a haber dos operaciones iguales cuando se trataba del cerebro, cada persona tenía su propia forma de reaccionar y por más simple que haya sido la operación, siempre estaba ese peligro de que el paciente no despierte.
Carter bajó al ER, pues lo habían llamado para una consulta, se encontró con Deb, que era la encargada del caso, ellas sospechaba que la paciente podía tener una apendicitis, sin embargo, ella no era la cirujana.
-Hola Deb –dijo Carter entrando y saludando a su amiga –¿Qué hay?
-Creo que ella tiene apendicitis –dijo Deb
-Déjame examinarla, permiso –dijo Carter y con eso, Deb se hizo a un lado –¿Cómo te llamas?
-Me llamo Ana
-¿Te duele cuando te toco en el costado? –dijo Carter ejerciendo presión
-¡Auch!
-Tomaré eso como un sí, Deb, llama por favor al OR y diles que estoy subiendo
-De acuerdo –dijo Deb y se comunicó con cirugía, les informó que Carter estaba subiendo
-¿Me van a operar? –dijo Ana
-Sí, pero no te preocupes, todo va a acabar antes de que te des cuenta –dijo Carter mientras esperaban el ascensor y sonriéndole a Ana
-Además, el Dr. Carter es uno de los mejores cirujanos del hospital, no te va a pasar nada –dijo Deb y luego habló a parte con Carter –por favor, avísame cuando salga del quirófano, tiene 12 años, su madre esta de viaje pero dejó firmada la autorización y su abuela viene mañana
-No te preocupes, yo mismo me quedo con ella hasta cuando pueda, y te aviso tan pronto acabe
-Gracias Carter, adiós Ana –dijo Deb mientras que ambos se iban al quirófano
La operación de Ana, fue todo un éxito, no hubo complicaciones y tomó menos de 3 horas, eso era un buen tiempo cuando estabas operando solo, sin embargo, el día se había pasado rápido y ya eran las 4 de la tarde, en media hora más, Carter tenía que estar listo para una cirugía con Lizzie Corday, iban a hacer un transplante, y con esas cosas, uno debia de trabajar rápido, en especial si se trataba del corazón, la operación pronosticaba ser muy interesante y dura, pero si había algo que le gustaba a Carter, eso eran los retos.
La operación con Lizzie le trajo muchas ansias a Carter, algo de nervios, pero recordaba que ya lo había hecho antes y lo había hecho bien así que cuando comenzó todo y no hubo complicaciones se relajó un poco. Sin embargo, la operación fue larga y tediosa, no estaban muy bien con los otros ayudantes, prácticamente todos eran estudiantes recién graduados así que estaban en condiciones algo fastidiosas, con los "nuevos doctores" preguntando cualquier cosa con tal de obtener la atención de ambos cirujanos, como casi todos los asistentes eran chicas, las preguntas iban para Carter y Lizzie sólo se reía por adentro. Cuando se llevaron al paciente y los "doctores" que ayudaban se fueron, Lizzie comenzó a fastidiar a Carter.
-Parece que hay gente interesada en ti –dijo Lizzie
-Muy graciosa, pero no lo creo
-Pero yo soy mujer, y sé cuando hay algo como... coqueteo en el aire
-Algo como lo que estaba haciendo tu favorito, ¿Cómo era que se llamaba?
-¿Quién? ¿James?
-Sí James, "Doctora Corday, ¿necesita algún otro instrumento para suturar esa arteria? Si lo necesita me avisa" –dijo Carter imitando la voz de James en lo último que había dicho
-Oh, mira quien habla. "Doctor Carter, ¿Qué pasa si a uno no se le ve bien en scrubs? Bueno, usted no debe saber eso" –dijo Lizzie citando a otra "doctora"
-¿Qué puedo decir? Soy irresistible –dijo Carter bromeando y comenzando a reír
-Por supuesto Carter –dijo Lizzie también riendo
Luego de haber estado como 5 horas juntos, cada uno se fue a su oficina, Carter vio la hora, 7:15 pm, su turno ya había acabado, cogió sus cosas y se fue a recepción para firmar su salida. Cuándo estuvo en el ascensor tomó una decisión repentina, apretó casi inconscientemente el botón del piso del E.R., no sabía ni para qué había apretado el botón, tal vez solo quería estar lejos de todo para no recordar que tenía que ir a donde su abuela, tal vez esperaba que entrara una emergencia por las puertas y no pudiera ir, pero, ¿Qué le estaba pasando, Él no era así, a él le gustaba pasar tiempo con su abuela, seguramente era que estaba realmente cansado, y no quería hacer otra actividad que dormir.
Después de estar un rato deambulando por la calle que daba el ingreso a la propiedad de su familia, finalmente se decidió a entrar. Dejó el auto donde comúnmente lo estacionaba y entró con su llave a la casa por la puerta de atrás, pues sabía que estaba algo tarde para la cena. Como eran las 8:15 de la noche, supo que sus abuelos debían de estar en la sala de música, esperándolo, odiaba estar tarde, sabía que algo le iban a decir cuando entrara. Sin embargo, no le dijeron nada, solo le dieron la bienvenida y lo llevaron para que cenaran todo juntos.
-Gamma, ¿Estas bien?
- Sí John, ¿Por qué lo dices?
-Bueno, porque no me dijeron nada por llegar tarde
- John, sabemos que estabas en cirugía, fue muy cortés de tu parte llamar para avisar que tal vez llegarías tarde –le recordó su abuelo
-Ah, cierto, me había olvidado de eso
-¿Te sientes bien John? Pareces un poco distraído, tampoco has comido mucho –dijo su abuela
-Déjalo, seguro esta cansado, uno no termina de operar y se siente bien como para correr una maratón –dijo el abuelo de Carter
-John, no creo que mi nieto se siente con fuerzas para hablar pero ¿Cómo te fue? Me estas preocupando como estas actuando –dijo su abuela
-Millicent, deja al chico en paz, esta cansado –insistió su abuelo
-¿Puedo retirarme? De verdad es que he tenido bastante trabajo hoy y estoy muy cansado hasta para comer –dijo Carter
-John, será mejor que esta noche te quedes aquí –dijo su abuelo –No quiero estar preocupado por que te estas durmiendo mientras que manejas
-Por favor hijo, estoy de acuerdo con tu abuelo
-Voy a mi cuarto –dijo Carter cogiendo su plato de pastel de espinacas y subiendo con él a su cuarto
Cuando Carter se fue, sus abuelos se quedaron hablando un rato y luego volvieron a la sala de música, ambos estaban preocupados por él. Sabían que no podían hacer que todo es su vida sea perfecto pero estaban preocupados porque su nieto estaba definitivamente mal, hacía tiempo que no comía, no dormía y estaba como en otro mundo, varias veces Carter los había llamado a altas horas de la madrugada para pedirles cosas insignificantes, pero ese día lo vieron mejor ¿Por qué sería? Fuera cual fuese la razón estaban muy contentos por su nieto.
Por otro lado, el E.R. estaba "muerto" no había ni un paciente, pero en psiquiatría las cosas eran diferentes. Había media luna y las cosas se estaban poniendo complicadas, la doctora DeRaad le había pedido que se haga cargo de uno de los pacientes que tenía, eso no se hacía comúnmente pues a los pacientes psiquiátricos se les trata con cuidado y en especial si es que ya estaban acostumbrados a un doctor en especial, pero en ese caso no era problema.
El paciente era nuevo, un chico de unos 16 años que había estado dando problemas en su casa y que había ido a parar al hospital. Su nombre era Dan, ella lo observó mientras que ingresaba a su cuarto, estaba internado porque lo consideraban un peligro para el mismo cuando estaba fuera de sus medicamentos, como en esa ocasión y sus padres iban a recogerlo al día siguiente.
Eran las nueve de la noche cuando Lucy entró al cuarto de Dan, parecía que él estaba muy despierto, comúnmente Lucy trataba con las personas en una manera muy atenta pero esa vez ella estaba un poco dormida y estaba tratando de despertarse antes de entrar a la habitación. Cuando entró Dan prendió la luz, parecía estar algo molesto pero no sabía porque estaba tratando bien a Lucy.
-Hola, tú debes de ser Dan –dijo Lucy con una sonrisa
-Y tú debes ser mi loquera –dijo Dan con un tono sarcástico
-Soy Lucy, y soy tu psiquiatra, sólo vine a conversar contigo –dijo Lucy
-Bueno, comencemos –dijo Dan
-¿En qué medicamentos estas?
-Bastantes, ahí están escritos –dijo Dan señalando su historia
-Bueno, cambiando de tema, ¿Cómo te rompiste el brazo?
-No lo sé, después de tomar los medicamentos me mareo, creo que esta vez me caí sobre algo y me lo rompí.
-¿Después de tomar tus medicinas? Bien –dijo Lucy mientras anotaba eso –Y ¿Qué es lo que te gusta hacer en tu tiempo libre?
-Me gusta hacer deportes, salir con mis amigos y amigas...
Lucy acabó de hablar con Dan a eso de las 10:30 de la noche y de inmediato fue a buscar a la doctora DeRaad, que le había pedido de una manera muy cordial y educada que por favor no la moleste si es que de verdad no era importante, sin embargo, se aventuró a entrar a su oficina.
-Lucy, ¿Problemas con algún paciente? –dijo la doctora DeRaad
-No, pero creo que al paciente del 304, Dan, lo están sobre medicando, mire su historia –dijo Lucy entregándole la historia y sus notas
-Muy bien Lucy, hay muchos que no se dan cuenta –dijo la doctora –¿Te gustaría hacerte cargo de Dan permanentemente? Porque la verdad es que me estarías haciendo un gran favor
-¿Yo?
-Sí, parece que te llevas bien con él
-Claro, no se preocupe ahora voy a terminar de llenar unas historias, con permiso –dijo Lucy y luego se fue a la puerta
-Lucy –llamó la doctora DeRaad antes que se fuera –Buen trabajo
-Gracias –dijo Lucy y se fue a seguir trabajando con una sonrisa en el rostro
