Una vez que los chicos se fueron, las cinco chicas se pusieron a planear su próxima salida, es más, todas estaban de buenísimo humor, en especial Lucy porque le contaron que Carter solito se había dado cuenta de que ella faltaba y la había ido a buscar, cuando las cosas se estaban poniendo aburridas, llegó lo que todos necesitaban, a las siete de la noche, comenzó a nevar, todos salieron, les encantaba la nieve, en especial si podían salir a pasear en la calle.
-Parece que esto se cumplió otra vez –dijo Carter, que estaba al costado de Deb
-¿La promesa? –preguntó Deb, tratando de descifrar si estaba bien lo que había dicho
-Sí, eso mismo –dijo Carter
-Disculpen que me entrometa, pero ¿De qué promesa hablan? Si es que me pueden decir –preguntó Lucy que estaba al otro costado de Carter
-¿Le decimos? Sí, hay que decirle, pero dile tú, ahora vuelvo –dijo Carter y salió, no les dijo a donde
-Bueno, Carter y yo nos hicimos una promesa cuando éramos pequeños, quedamos en que haríamos todo lo posible para estar juntos en la primera nevada de Diciembre, y eso significaba que estaríamos juntos cuando comience la navidad –dijo Deb
-Que lindos –dijo Lucy
-Bueno, puedo hacer una excepción con la promesa, no tiene que estar necesariamente conmigo, también puede estar contigo
-Muy graciosa... DEB –dijo Lucy
-Oye, solo yo le digo Deb –dijo Carter bromeando y entregándoles bebidas –Café con crema para Deb, chocolate para Lucy porque si le damos cafeína se pone como los conejitos de Energizer y café solo para mí
-Buena comparación la de Lucy –dijo Deb para contraatacar su broma
-Muy graciosos, pero por lo menos yo no tengo una dependencia a la cafeína
-Yo puedo dejar el café cuando quiera –dijo Carter
-No me refería a ti –dijo Lucy mirando a Deb
-Oh no, pelea de chicas, yo mejor me voy, además, mi turno ya acabó –dijo Carter y luego de darle un beso a cada una, se marchó a su departamento.
Cuando Carter se fue, las dos chicas se pusieron a reír, no era su intención hacer que se vaya, pero como también había acabado su turno, no se sintieron mal, tal vez solo un poco. Carter llegó a su casa a las ocho de la noche, tenía cerca de media hora para estar en la casa de su abuela, habían quedado en cenar juntos esa noche para discutir un asunto familiar que no le había comentado. Esta vez, él si llegó a tiempo para la cena, es más, llegó antes para recompensar el tiempo que habían perdido la otra vez, pero no hablaron de negocios ni nada, solo le preguntaron cómo había ido su día y luego un tema llevó al otro. Sólo hablaron de negocios una vez que habían acabado de cenar y estuvieran el la biblioteca.
-Bueno, no quiero parecer grosero pero mañana tengo unas cosas importantes en la mañana, así que si pueden decirme de qué se trata todo esto –dijo Carter
-Bueno Scoot –dijo su abuelo, a Carter le decían Scoot de pequeño pues los dos se llamaban igual –Es sobre el negocio familiar
-Queremos saber si es que puedes por lo menos interesarte un poco más en él –dijo Gamma
-¿A qué se refieren? –preguntó Carter algo extrañado
-Queremos que tomes responsabilidades en el negocio, no te estamos pidiendo que dejes la medicina pero sí que te dediques menos tiempo a ella y más a tu familia porque...
-Esta bien –dijo Carter cortando lo que iba a decir su abuelo
-¿De verdad? –preguntó su abuela –Tu nunca te rindes tan fácilmente ¿Te sientes bien?
-Sí, de todas maneras el hospital me esta quitando demasiado tiempo, ahora los únicos lugares a donde voy son mi casa, el hospital y acá, así que ¿De qué me encargo?
-Bueno, como vas a estar trabajando en los dos sitios te vamos a dar una responsabilidad pequeña, vas a ir a la oficina el tiempo que puedas y como eres bueno con los números te vas a hacer cargo de las finanzas, pero solo vas a revisar que las cuentas estén bien –dijo Carter senior
-De acuerdo ¿Cuándo comienzo? Porque mañana en la mañana no puedo
-¿Cuándo tienes un día libre cariño? –dijo Gamma
-Estamos... Viernes tres, mi próximo día libre es el próximo Viernes
-¿Tienes alguna tarde libre? –preguntó Carter senior
-Mañana... el Domingo a partir de las tres
-¿Cómo es eso? –dijo Gamma
-Bueno, mañana entro a las doce y el Domingo salgo a las doce, así que me da tiempo de descansar un poco, bañarme e ir a la oficina –dijo Carter --¿Hay más torta de chocolate?
-Pídele a Patrick que te traiga más, si quieres puedes llevarte la torta a tu casa, aquí no la vamos a comer –dijo Gamma
-Genial –dijo Carter entregándole el plato a Patrick –¿Podrás sobrevivir sin tu torta abuelo?
-Creo que sí, tendré otras formas de endulzarme la vida –dijo Carter senior abrazando a Gamma
-¿Pueden esperar a que me vaya? –dijo Carter, pero lo ignoraron –Abuelo, te veo el Domingo
El Sábado en la mañana Carter había quedado en ir de compras con Brenda, ella iba a ayudarlo a hacer sus compras de navidad, se fueron al centro comercial más grande que había en Chicago para que no tuvieran que perder tiempo transportándose de un lugar a otro. Compraron de todo, desde pequeñeces para sus tías y sobrinitas hasta relojes para su papá, el regalo más difícil fue sin duda el regalo de su abuela, pues ella era una de esas personas que tenían de todo sin embargo, con el "instinto femenino" de Brenda y un poco de información de Carter, le encontraron el más lindo de los joyeros.
-Sólo me faltan tres regalos y acabo con todo –dijo Carter mientras se tomaban un café
-¿De quienes? Tal vez te pueda ayudar
-No lo creo
-Vamos, por lo menos dime para quienes son los regalos
-Solo si me prometes que no te vas a molestar –dijo Carter algo dudoso
-Chen –dijo Brenda con un tono medio molesto
-Sí, el de Deb, el de Lucy y el tuyo –dijo Carter
-No tienes que comprarme nada –dijo Brenda
-No tengo, pero quiero regalarte algo, de verdad, no te preocupes –dijo Carter con una enorme sonrisa en el rostro
-Gracias, pero hubiese sido más lindo si es que no hubieras mencionado a tus "amiguitas" –dijo Brenda
-Vamos Bren, no seas mala, ellas dos son lo máximo –dijo Carter, pero al ver la cara de Brenda completó lo que debía decir –Como amigas
-Bueno, no me voy a molestar pero te recuerdo que me ibas a llevar al trabajo –dijo Brenda
-Cierto, mejor nos vamos, así también tengo tiempo de dejar todo en casa –dijo Carter
El turno de Carter comenzó tranquilo, y aburrido, porque ni Lucy ni Deb tenían turno con él, mientras que el comienzo de su turno fue tranquilo, cada hora que pasaba se hacía más intensa. Su noche fue terrible, no pudo dormir ni siquiera 10 minutos, cada vez que lograba encontrar tiempo libre, lo llamaban y cuando tenía tiempo libre no tenía donde dormir. Para colmo, Carter recordó que debia ir a comprar los regalos de las chicas e ir a la oficina, su fin de semana no pudo haber sido peor, por lo menos eso pensaba, porque cuando llegó a la oficina todos se le quedaron mirando.
Esto es lo que pasó cuando Carter llegó por primera vez a la oficina
-Hola ¿Puedo ayudarlo? –preguntó la recepcionista
-Busco a John Carter senior –dijo Carter
-Él ahora esta ocupado –dijo la recepcionista –sí desea esperarlo...
-¡Carter! –gritó Carter senior desde el pasillo –Hola¿Algún problema Angie?
-No señor, sólo que...
-Ah, lo siento, éste es mi nieto Carter, el que es doctor –dijo Carter senior
-Oh, lo siento, lo que pasa es que no sabía quien era usted Sr. Carter –dijo Angie
-Llámame Carter, con un señor Carter basta –dijo Carter mirando a su abuelo
-Bueno, vamos a que te muestre tu oficina
-Me encanta como camina –le dijo Angie a una de sus compañeras pero sólo cuando Carter se hubo alejado
-Me encanta todo él –le respondió la otra –Y es doctor¿Será soltero?
La noticia de que el nietecito del señor Carter iba a trabajar en el edificio corrió como pólvora por las damas que trabajaban ahí, primero paso entre las secretarias, y luego entre las que trabajaban en altos cargos, para las cinco de la tarde, todas las personas de todos los sexos sabían que John Carter III estaría trabajando con ellos, hasta los empleados de la cafetería sabían, y pronto las noticias comenzaron a correr, para las siete de la noche, que la mayoría de la gente ya se había ido, Carter estaba todavía en su oficina, revisando los papeles que debían entregar al día siguiente, estaba agotado, su abuelo le dijo que si quería podía llevarse los papeles a su casa y que mañana temprano se los podía dejar con el portero.
Como Carter no quería pasar su primer día completo en la oficina, se llevó los papeles a su casa, en donde pudo trabajar más rápido, pues se puso cómo, lo cual incluía su pijama, se preparó un café y se puso a trabajar. A eso de la una de la mañana, Carter logró acabar todos los papeles, ponerlos en orden e irse a dormir, pero su sueño fue interrumpido, tuvo una llamada que lo hizo despertarse, era su abuela, estaba en el hospital y necesitaba que fuera de inmediato.
Cuando Carter llegó al hospital, todos se quedaron viéndolo, la única que lo ayudo fue Lucy, lo llevó al exam room donde Deb estaba haciéndose cargo de su abuelo. Como Carter estaba volviéndose loco sin poder ayudar, Lucy se fue con él al Lounge para que tomaran un café y de pasada le explicara todo.
-Lucy, por favor, te lo ruego, dime que es lo que pasa –dijo Carter
-Tu abuelo llegó al hospital hace unas horas, un camión lo embistió, necesita estar aquí por lo menos ocho o nueve días y va a estar con un yeso en la pierna
-Gracias por decirme, es que, hoy estuve con él, estaba perfecto y ahora... –dijo Carter, pero sus emociones se mezclaban, no sabía si preocuparse, llorar, molestarse
-No te preocupes –dijo Lucy –¿Carter?
-¿Ah? –dijo Carter, todavía perdido en sus emociones
-Esta bien sentirse confundido, yo me sentiría igual –dijo Lucy
-Gracias –dijo Carter, y luego Lucy le dio un abrazo, lo cual era justo lo que necesitaba
-¿Mejor? –preguntó Lucy luego de un rato
-Mucho, de verdad, gracias –dijo Carter –creo que Debo irme a ver como va mi abuelo y a hablar con Romano
-¿Con Romano?
-Sí, es una larga historia, digamos que te la contaré luego
TBC…
