Las chicas fueron muy bien recibidas por el abuelo y la abuela de Carter, en especial Deb que era amiga de los dos, cuando se dio la ocasión, Deb introdujo a Lucy como una muy buena amiga de los dos y con una sonrisa, Lucy ingresó al círculo de "amigas de Carter" de los dos abuelos. Estuvieron hablando durante un buen rato, Lucy se hizo muy amiga de los dos, es más, si no se supiera que Carter y Deb eran amigos desde hace tiempo, se podría decir que Lucy conocía a los abuelos de Carter por el mismo tiempo que Deb. Cuando salieron del hospital, Deb le dijo a Lucy que había hecho un buen movimiento y que sabía que cuando ella y Carter salieran, las cosas irían muy bien porque por más que Carter dijera que no, él siempre valoraba la opinión de sus abuelos.
Los tres siguientes días pasaron volando, y cuando se dieron cuenta, ya era jueves 10. Para las chicas eso significaba que tenían que ir a comprar los regalos de navidad antes que sea última hora, y para Carter significaba que le quedaban diez días para acabar con su cargo, y que ese mismo día debían presentar informes. Para variar, Carter llegó muy temprano, había pedido que la reunión se llevara a cabo a las diez en punto de la mañana, para así acabar con ella e irse a su casa a descansar un poco, habían sido cuatro días en los que había recordado sus tiempos de interno, lo que lo hizo pensar en todo lo que pasaría Lucy.
La reunión fue una catástrofe, ningún departamento tenía todos sus informes listos y eso realmente molestó a Carter, ¿Cómo era posible que en una empresa prestigiosa como esa la gente sea impuntual? Bueno, a decir verdad Carter no toleró eso y aunque era el más joven de los presentes les reprochó su impuntualidad, no a cada uno de los que estaban atrasados, sino a todos porque se suponía que trabajaban en conjunto y que todos debían de apoyarse y hacer que trabajen más rápido, eso molestó a los gerentes de cada área, se quedaron impresionados que un "niñito" que era muchísimo menor que ellos les estuviera llamando la atención, era una ofensa para su ego.
Los informes se aplazaron hasta el 15, pero Carter dio la orden de que entregaran los informes durante ese lapso de tiempo pues se trabajarían los balances al mismo tiempo y eso incluía fines de semanas, es mas, cuando se opusieron Carter se enojó más todavía y les dijo que el que no se presentaba estaría despedido, sonó convincente porque nadie le dijo nada después de eso, de todas maneras él sabía que no despediría a nadie pues no tenía le permiso de su abuelo.
Cuando finalmente Carter se pudo ir a su casa fue realmente feliz, lo primero que hizo fue darse un duchazo de agua fría sin importarle que fuera invierno y luego de tomar un café caliente se fue a su cuarto, se tiró en su cama y se relajó, pensó en irse al club por un masaje, pero la flojera se adueñó de él y decidió quedarse en casa. A las tres y media de la tarde estaba completamente dormido y por más que sonó el teléfono no se dio cuenta, menos mal que no era nada importante, solo era un amigo suyo que llamaba para saludarlo y avisarle que un grupo se iba a encontrar en el club esa tarde y si podía que fuera, nada más.
Eran las tres de la mañana del Sábado 11 de Diciembre cuando Carter fue despertado por el sonido del teléfono, levantó el teléfono todavía medio dormido, eran de la oficina, se había presentado un grave problema, parecía que un virus había entrado en el sistema de la computadora principal y él debía estar presente para supervisar la revisión de ésta. Rápidamente se vistió, no en un traje pero si con ropa "decente" como para ir a la oficina y salió tan rápido como pudo hacia la empresa, no estaba molesto, todavía, pero si estaba preocupado si es que era un virus, sería hombre muerto.
Dieron las siete de la mañana y todavía no se resolvía el "dichoso" problemita de la computadora, hasta ahora, tenían a los mejores técnicos de la empresa, se podría decir que hasta del estado, pero aún no se sabía qué era lo que pasaba y Carter se estaba volviendo loco. Finalmente, a las once de la noche de ese mismo día se logró resolver el problema, lo que había pasado era que un virus habían entrado y estaba destruyendo todo, pero se salvó lo más importantes pues no había podido romper las claves que tenía la computadora.
Nuevamente, Carter llegó agotado a su casa, esperando descansar lo más posible. Desgraciadamente cuando eres doctor nunca acabas de trabajar, eran las dos de la mañana cuando Carter escuchó el único sonido que de todas maneras lo despertaría sin importar qué, su pager estaba sonando, "911" eso quería decir que era necesitado con urgencia en el hospital. Todavía medio dormido, Carter llamó al hospital desde el teléfono del auto.
-E.R. –dijo una voz conocida del otro lado del teléfono
-Jerry, ¿Qué pasa?
-Hola bella durmiente –dijo Deb haciendo a Jerry a un lado
-Deb, ¿Qué pasa?
-Lamentamos interrumpir tus horas de sueño, sabemos que tu belleza... –dijo Deb fastidiando
-¡Déjate de estupideces y dime que pasa! –dijo Carter ya bastante irritado
-Estamos cortos de personal, en especial cirugía y Romano pidió específicamente por ti –dijo Deb, también molesta -¿Carter? –pero no había nadie, Carter había colgado –¡Imbécil!
El hospital estaba repleto cuando Carter entró, lo primero que pensó Carter era que el E.R. estaba a punto de reventar, pero se quedó atónito cuando vio que el E.R. estaba vacío a comparación de cómo estaba cirugía. Estaba dirigiéndose a la recepción para preguntar donde estaba Romano, pero escuchó a Peter gritarle que deje de hacer vida social y vaya a cambiarse pues lo esperaría en el O.R. 3 para que lo asista en una operación de emergencia.
Ese no era el día de Carter, primero llevaba días sin dormir bien, luego tenía a la empresa encima, sin contar los nuevos casos que le había asignado el hospital y para ir de mal en peor, se había peleado con Deb, eso era lo que más lo molestaba, pero ¿Quién la mandaba a fastidiarlo si es que sabía que de seguro estará cansado? Sin embargo, ella siempre lo fastidiaba así y él nunca reaccionaba mal, o mejor dicho, tan mal.
Mientras que Carter se torturaba a él mismo por como había tratado a su mejor amiga, ella estaba en el E.R.; que ahora estaba calmado, contándole a su mejor amiga todo lo que había ocurrido. Como todos los pacientes habían sido o movidos a otras áreas del hospital o trasladados, se pusieron a conversar en un exam room vacío.
-¡Puedes creer lo que me dijo! –comentó Deb después de haber terminado su relato
-No creo que lo haya dicho por malo, tu sabes que él no es así –dijo Lucy
-¡Claro! ¡Defiéndelo! ¡Era obvio que te pondrías de su lado por el simple hecho que te mueres por él!
-¡Jing Mei, no me estoy poniendo de su lado! ¡Solo digo que no creo que lo haya dicho de mala gana!
-Lo siento Lucy, es que Carter nunca me había hablado de esa manera –dijo Deb –Perdóname
-No te preocupes, ya tienes bastante con haberte peleado con Carter como para que te pelees conmigo también
-Gracias LUCE –dijo Deb para dejar de pelear y comenzar a reír –Ops, olvidé que solo Carter te llama así
-Cállate DEB –dijo Lucy poniéndose algo roja
Luego de un rato de que las dos chicas la habían estado pasando de lo mejor, salieron hacia la recepción, ambas habían estado "desaparecidas" y creían que si iban a estar "vagando" por lo menos Deberían de hacerlo un Psiquiatría, para que Lucy no se metiera en problemas, pero cuando eres una persona trabajadora, como lo era ella, no había mayor problema si es que tomabas un pequeño receso.
Lo primero que pensó Deb cuando vio que Carter se acercaba hacia donde ellas estaban fue "enemigo al asecho" pero luego le vio bien la cara y se dio cuenta de lo cansado que se veía.
-Jing Mei, ¿Podemos hablar? –dijo Carter en un tono suave
-Depende –dijo Deb, quería averiguar si se iba a disculpar
-Por favor –dijo Carter en un tono tan suave que era como un susurro
-De acuerdo –dijo Deb
-Yo me tengo que... ir –dijo Lucy y se estaba marchando cuando Deb la detuvo
-Quédate, lo que quiera decir lo puedes oír –dijo Deb siendo más dura con Carter de lo que sería comúnmente
-No te preocupes Lucy –dijo Carter y luego giró para mirar a Deb –Lamento haberte tratado así por el teléfono, es que... la verdad es que no hay excusas para justificar mi conducta, de verdad lo siento
-¿De verdad lo sientes? –dijo Deb
-Sí, tu sabes que odio pelearme contigo, ¿Me perdonas?
-Bueno... No –dijo Deb, pero con una sonrisa que de verdad quería decir que sí lo perdonaba
-Eres única –dijo Carter sonriendo y abrazando a Deb
-Hey, no se pongan cariñosos, estoy aquí, si quieren me voy –dijo Lucy para molestarlos
-Ven acá –dijo Deb jalándola también al abrazo pero poniendo a Lucy más cerca de Carter
-Bueno, para justificar mi conducta las invito a comer algo a la cafetería, lo que quieran, yo pago –dijo Carter
-Sabes que hemos trabajado muy duro y que tenemos mucha hambre, ¿No? –dijo Deb
-Sí, pero lo merecen –dijo Carter –Ah, Lucy, ya hablé con la doctora DeRaad y dice que no hay problema, que te tomes el tiempo que quieras
-¿De verdad? –dijo Lucy algo incrédula
-Palabra scout –dijo Carter sonriendo y los tres se fueron a la cafetería
Como por arte de magia, el sueño y el mal humor se despejaron de la cabeza de Carter, después de todo parecía que comer con Lucy y Deb le había hecho bien, en especial porque se estuvieron riendo todo el tiempo. Por otro lado, Carter aprendió que no debía invitar a las chicas a comer cuando estaban hambrientas, en especial a Deb, que como le tenía mas confianza no le daba tanta vergüenza comer de acuerdo a lo hambrienta que se encontraba.
El turno de Carter acabo a las once de la noche, hubiese podido salir antes de no ser porque Deb lo hizo quedarse para hablar un rato y como él no estaba en sus mejores días, como muy oportuno que estaba llegó una emergencia múltiple como la que no había llegado en mucho tiempo.
Carter logró escaparse a su casa en un momento de vagancia, estaba sentado en su oficina cuando escuchó que Romano lo estaba buscando e hizo algo que no hacía desde que era estudiante, cogió sus cosas, se agachó lo mas que pudo y salió sin hacer ruido para que nadie lo viera salir.
Por primera vez en días, Carter pudo dormir bien, a penas llego a su casa se tiró a su cama y se quedo dormido, estaba tan agotado que ni siquiera tuvo fuerza para cambiarse. Esta vez no lo despertó el sonido de un pager ni tampoco el sonido del teléfono pero cuando se despertó deseo que algo de eso hubiera pasado porque cuando despertó y vio la hora se quedó sorprendido. Se había quedado dormido, eran las once de la mañana y de suponía que debía estar temprano en la oficina ese día, Carter se puso lo primero que encontró, o sea, sus jeans y la parte de arriba de sus scrubs.
Cuando entró al edificio todos se quedaron mirándolo, bueno, eso no era muy raro, ya que era el único que no estaba bien afeitado y que no llevaba un traje. Carter se acercó a Angie, la recepcionista de la planta baja y le preguntó si es que sabía como iban los informes, pero para desgracia de Carter, ella le dijo que los directivos estaban en ese mismo momento en una reunión; fue en ese momento que Carter recordó porqué debía llegar temprano ese día, él había sido el que había propuesto la reunión.
Carter subió lo más rápido que pudo a su oficina, saludó a Adel rápida y educadamente y se fue a la sala de reuniones, en donde se quedó helado al ver que todas las miradas estaban fijas en él.
-Lamento la demora, es que tuve que trabajar anoche –dijo Carter –El hospital tuvo una emergencia
-Entonces eso justifica su apariencia –dijo Jeremy, pero no para llamarle la atención, sino para bromear
-Bueno, sí –dijo Carter
-No se preocupe señor Carter, pero por favor siéntense para que podamos continuar –dijo el señor Anderss
-Gracias –dijo Carter algo avergonzado y tomó asiento
TBC
