¿Cómo superar un desamor?
Epilogo: ¿Cómo superar la adversidad a tu lado?
Lo que para muchos pudo haber sido una velada de ensueño, para Obito Uchiha se convirtió en una terrible experiencia, aunque él no lo veía de esa forma, después de todo había salvado la vida de tres personas, y a pesar de su condición actual, seguía vivo, que era lo mas importante. Fue una semana dura de tratamientos y estudios médicos los que permitieron que se le retirara el respirador a Obito, pero aún seguía paralizado de la parte derecha de su cuerpo, prácticamente con quemaduras y hematomas por el golpe de la viga de acero.
En todo ese tiempo, los amigos y profesores de Obito habían acudido a visitarlo con la intención de animarlo y darle palabras de apoyo y de agradecimiento por su buena acción. Sorprendentemente Obito mantenía su actitud positiva con todos los presentes, ya que mantenía su típica sonrisa y una leve actitud bromista con todos. Y en todo ese tiempo, Rin nunca se separo de su lado, día tras día, noche tras noche, Rin nunca se apartó. Solo en los momentos en que realizaban los estudios médicos de Obito o necesitaban revisar sus vendajes y medicamentos, Rin aprovechaba para ir a casa, darse un baño, preparar ropa, libros o cualquier petición de Obito para que su estadía en el hospital no fuera tan pesada. Lo curioso de todo esto, es que Rin no parecía participar en las conversaciones con las visitas de Obito, solo con el hablaba, para pasar el rato o simplemente mostrándose aun arrepentida por lo sucedido, aunque el joven héroe seguía insistiendo en que no necesitaba hacerlo, pero esas palabras no parecían grabarse en la mente atormentada de la chica.
— Los últimos estudios y rayos X llegaron Obito – el doctor llego justo cuando Obito terminaba de desayunar con ayuda de Rin
— ¿Y bien? ¿Cómo me encuentro Doc? – Obito sonrió con normalidad sentado sobre el respaldo de su camilla
— Me temo, que el daño en tus huesos y músculos es severo – comento el doctor mostrando la radiografía de Obito, la cual mostraba varias fisuras en sus huesos – sinceramente llamaría a esto un milagro, el que puedas hablar, respirar y estar despierto. Aunque el dolor pueda aguantarse, me temo que tu cuerpo no podrá con toda esa carga
— ¿Obito podrá volver a practicar deportes? – fue la pregunta impulsiva de Rin, algo que también quería saber Obito
— Creo que, el solo hecho de que pueda sentarse sobre la cama ya es una proeza. Lo lamento jovencito, pero no creo que puedas recuperar la movilidad que tenías antes
— Ya veo – Obito intento reír un poco, pero solo agacho la vista con calma – gracias doctor
— Volveré mañana para revisar tu progreso – el Doctor tomo las radiografías y salió de la habitación
— No lo escuches Obito, tal vez una segunda opinión nos permita…
— Descuida Rin, ya lo había asumido hace tiempo – el chico se recostó con dificultad para después cerrar sus ojos - ¿Podrías ir por un jugo para mí? Yo mientras descansare un rato
— S-sí, de acuerdo
Rin salió en silencio de la habitación con un dolor en el pecho debido a la culpa que sentía recorrer todo su ser. Pero el mas abatido era Obito, que en estos momentos empezó a sollozar en silencio, algo que había reprimido con mucho esfuerzo con la visita del doctor. La chica llego a la maquina de sodas y tomo el jugo de Obito, pero al tenerlo en sus manos, el dolor en su interior volvió para atormentarle de nuevo. Por mas que lo repasaba en su mente, ella estaba segura de que había inspeccionado esa viga, era imposible que se callera, pero también estaba el hecho de que abandono esa tarea por buscar a Obito. Todo era un desastre en su mente, pero tenia que mantenerse firme y ser de apoyo para su amado, o nunca podría compensarlo. Dio la vuelta para regresar a la habitación de Obito, pero al momento de girarse, recibió una fuerte bofetada que le hizo perder el equilibrio y caer de sentón. Al mirar al causante de eso, se sorprendió al ver sobre ella a Guren, quien mostraba un semblante lleno de ira.
— Todo es tu culpa – Guren sujeto a Rin del cuello de su blusa y la levanto de forma brusca para después empujarla contra una pared - ¡¿Cómo pudiste dejar que Obito terminara así?!
Sin darle oportunidad de hablar, Guren le planto una segunda bofetada, con tal fuerza que logro que un poco de sangre saliera por la boca de Rin, aunque no ayudaba el hecho de que Rin no había estado alimentándose bien en estos días. Guren la volvió a levantar para que sus miradas se cruzaran.
— ¡No pudiste aceptar el hecho de que el ya no te quería en su vida y lo obligaste a salvarte! ¡¿Acaso eres feliz con su sufrimiento?! – los gritos de Guren llamaron la atención de los presentes, mientras la peli morada sujetaba con fuerza a Rin - ¡Mírame a los ojos! ¡¿Es que solo te diviertes con el sufrimiento de Obito?!
— Yo… yo no quería… no fue mi culpa… yo lo… - las palabras de Rin se volvieron balbuceos mientras las lagrimas se deslizaban por sus mejillas hinchadas
— Tu no te lo mereces, no mereces que el te quiera tanto – Guren alzo su puño derecho apretándolo con fuerza - ¡¿Por qué no fuiste tu en lugar de él…?!
— ¡Suficiente! – la voz de Kakashi se escuchó detrás de las chicas
El peli plateado había llegado justo a tiempo para detener el puñetazo de Guren, mientras Rin era asistida por Ayame y Natsu que habían llegado al lugar.
— Creo que ya te desahogaste Guren – Kakashi seguía sosteniendo el puño de la chica, mientras detrás suyo llegaban Yugao y Hayate para asistirle – será mejor que te vallas
— ¿Así que ustedes también están del lado de ella? – Guren se soltó del agarre de Kakashi mientras sonrió de forma irónica – están del lado de Rin, es decir que todos ustedes saben el hecho de que la condición de Obito es culpa de ella y lo aceptan. ¿Acaso el sufrimiento de Obito es el método de diversión que comparten todos? Disfrutan verlo arruinando su vida y su futuro por culpa de ella…
Yugao se acerco a Guren para callarla con una bofetada mientras Rin se reincorporaba detrás de ella. Hayate se interpuso entre las chicas para evitar otro conflicto.
— No tienes ningún derecho a decir esas palabras Guren – Hayate fue el primero en hablar mientras tosía un poco
— Dices que te importa Obito, pero lo único que hiciste fue observarlo de lejos – continuo Yugao – tal vez Rin se equivoco en una decisión, pero hizo lo que pudo para arreglarlo. Tu por otro lado preferiste poner a Obito como una victima cuando no fue así
— Obito siempre se esforzó por ser la persona adecuada para Rin, esa es su forma de ser – comento Ayame con seriedad – nunca se sintió mal o inferior a Rin o a nadie mas
— Obito siempre ha sido la persona que esta dispuesta a darlo todo por las personas que son importantes para él, sin importar sus errores o tropiezos – continuo Kakashi – ese es el Obito que nosotros conocemos, no el que tu describes. Así que, deja de hablar por él, y sobre todo, deja de agredir a quienes no merecen recibir tus rabietas
— Todos ustedes son unos malagradecidos, vine aquí para alejar a Obito de esa zorra que solo le ha causado males y desdichas y ustedes se interponen – Guren miro de forma desafiante a Rin para después darse la vuelta – bien, quédatelo. Espero que disfrutes el día a día de su sufrimiento, eso es lo único que te importa
Guren salió del hospital para nunca mas volver, pero esas palabras se grabaron en la conciencia de Rin. ¿Acaso solo podía causar sufrimiento a Obito? Todos regresaron a la habitación para visitar a Obito, omitiendo la visita indeseada de Guren. Después de una charla, agradecimientos por parte de Hayate y Yugao y algunas palabras de aliento, la hora de visita termino, por lo que todos empezaron a retirarse, menos Rin que se quedaba a dormir junto con Obito, pero este último había notado lo callada que se encontraba la chica, además de notar la leve inflamación en sus mejillas. Esa noche, Obito se encontraba dormido mientras Rin guardaba algunas de las cosas que había traído. Al terminar, miro al chico dormir, su rostro ahora sin vendas, revelaba las cicatrices dejadas del accidente, como si de arrugas se trataran; aun se apreciaban moretones en su cuerpo y los músculos se veían golpeados y magullados.
Verlo así, el cómo hace tan solo unas semanas estaba libre de esta condición, con un futuro brillante y rebosante de alegría, ahora se encontraba postrado y herido. La culpa seguía carcomiéndola por dentro, todo lo que había ocurrido fue por su culpa. Todo este tiempo, todo lo que quería siempre había estado en frente de sus ojos, una persona atenta, cariñosa y amable; Obito siempre se esforzaba por hacerla reír, le mostraba lo mejor de la vida, le ayudaba y asistía, compartían breves momentos de amistad sincera, todo eso lo convertían en un buen pretendiente, y ella nunca lo noto. Tomo su mano con delicadeza y le deposito un pequeño beso, para después caminar hacia la ventana. Abrió la ventana y se percato de la gran altura en la que se encontraba, un gran salto, que garantizaba que su llegada a la planta baja seria dolorosa, pero rápida, y solo así podría hacer que el sufrimiento de Obito, y quizás el suyo, terminara por fin. Respiro profundamente y se preparó para subirse al borde de la ventana, aunque sus piernas le temblaban. Tenia miedo, pero ya no quería sufrir más, ya no quería que Obito sufriera más. Pero cuando estaba por subir por completo a la ventana, una mano sostuvo con fuerza su brazo, al mirar detrás suyo, vio con sorpresa que el responsable era Obito, que con mucho esfuerzo se había puesto de pie, jadeando con dolor, para evitar que Rin hiciera una locura.
— ¡¿Obito?! Tú te… levantaste – Rin no lograba comprender lo que veía
— Rin… baja por favor – el agarre del chico era fuerte, aunque un gran dolor recorría su cuerpo – detente
— Suéltame – Rin sollozaba sin poder soltarse del agarre de Obito – estas así por mi culpa. Ya no quiero hacerte sufrir nunca mas
— Estas equivocada Rin, tu no me has hecho ningún daño – Obito se movió con lentitud para tomar a la chica en sus brazos – tu me conoces, a pesar de todo, voy a seguir luchando, porque lo mas importante en mi vida, siempre has sido tu y eso nunca va a cambiar
— Obito… - Rin se aferro con delicadeza al pecho de su salvador mientras las lágrimas cubrían su rostro - ¿Por qué te fijaste en mí? Habiendo tantas opciones, decidiste aferrarte a mí, cuando yo ni siquiera lo hacía. ¿Por qué me elegiste a mí?
— Porque te amo Rin, eres la única que hace latir mi corazón y a quien mas quiero sin importar lo que ocurra – la respiración de Obito empezaba a agitarse, pero aun así seguía de pie – si no estás conmigo, me derrumbaría por completo. Por favor… quédate conmigo
— Obito… - Rin finalmente miro fijamente al chico para después darle un beso – te amo. En serio que te amo y mucho. Prometo quedarme siempre a tu lado y ser el soporte de tu vida
— Entre los dos nos apoyaremos – Obito no pudo aguantar mas el dolor y cayo de rodillas en el suelo – nunca… te abandonare…
— ¡Obito…! – Rin vio que el esfuerzo de su amado fue muy grande para detenerla, lo que le había agotado en exceso
La chica ayudo a su novio a regresar a la camilla, pero este le hizo un espacio para que ella durmiera junto a él esa noche. Rin le abrazo con cariño mientras Obito le sonreía solo como él sabía hacer, quedándose ambos dormidos con una relativa paz en sus corazones. Unos días después, la interacción entre Obito y Rin había mejorado un poco, haciéndose más abierta su relación, siendo la chica un poco mas afectiva con Obito, expresando de mejor forma sus sentimientos, lo que permitía aliviar un poco mas la culpa en su interior. Unos días después de que llegaran las vacaciones, Obito seria trasladado a otra sección del hospital para que tuviera mas interacción, pero antes de eso, una silueta de baja estatura llego en compañía de una enfermera de edad adulta.
— ¿Abuelo Madara? – Obito se sorprendió al reconocer a su único pariente vivo - ¿Qué haces aquí?
— ¿Esa es forma de saludar a tu único pariente vivo cuando viene a visitarte? – el anciano fue puesto al lado de Obito para darle un pequeño golpe con su bastón – luego de que tome un viaje muy largo hasta aquí después de que dejaste de enviarme mensajes y correos, es obvio que me iba a preocupar muchacho imprudente
— Lo siento abuelo, han pasado tantas cosas que…
— Ya lo se muchacho – Madara apunto a una de las cámaras de la habitación para después mirar a la chica aun sorprendida – tu debes ser Rin, la "chica inalcanzable de sus sueños"
— Rin Nohara señor, es un gusto – la chica hizo una pequeña reverencia con cierta vergüenza
— Abuelo, te dije que no la llamaras así. Además, los dos estamos bien
— Lo note por como ella toma tu mano con cariño – el anciano miro la reacción apenada de Rin para después ver a la enfermera – gracias por traerme Mebuki, yo me encargo a partir de ahora
— Si necesita algo más, solo avíseme – la mujer salió de la sala con tranquilidad
— Bueno, veo que finalmente cumpliste tu objetivo muchacho, bien por ti – Madara se relajo en su silla al ver la interacción entre los jóvenes – ¿Cómo te has sentido?
— Un poco cansado, ya no me duele tanto, pero aun no me puedo levantar o sostener algo con mi mano… ¡Auch! – Obito recibió un leve golpe en su brazo y luego en su pierna derecha
— ¿Qué tanto te duele? – Madara daba leves golpes por toda su pierna y su brazo – ¿como cuando escalaste ese árbol en mi jardín y te caíste, o como cuando te caíste de tu bicicleta en aquella rampa?
— No haga eso – Rin se acerco para detener el bastón, pero Madara dejo de golpearlo – no creo que sea…
— Me recordó al de la rampa, fue un gran salto y caí de pecho contra el suelo – Obito rio al recordar esa experiencia – pero me gané 50 grandes
— Siempre fuiste un temerario muchacho imprudente – Madara saco unas fotos para mostrárselas a Rin – no tiene de que preocuparse señorita, comparado con lo que hacia de niño, este mequetrefe se recuperara. Después de todo, tuvo la fuerza para detenerla antes de que decidiera tomar el atajo rápido al jardín
— ¿Vio eso? – Rin se puso nerviosa al recordar lo que ocurrió
— Use un poco de mis influencias
— El Abuelo es un investigador médico, aunque no le gusta congeniar mucho con la gente, así que vive en la Ciudad de la Niebla – Obito se frotaba las zonas golpeadas con una risita – aunque no creí que vendría a verme… ¡Auch!
— Eres el único pariente vivo que me visitaba, es obvio que te visitaría muchacho imprudente – Madara guardo su bastón y se alejó un poco de la camilla - ¿Te dolió la pierna cuando te levantaste?
— Si, pero solo cuando pisaba, no mucho al moverla y mi brazo es igual
— Sujeta mi bastón y levántalo – Madara acerco su bastón a su mano, para que este la tomara con mucho esfuerzo, y la levantara solo unos cuantos centímetros – tu movilidad no esta perdida del todo, solo necesitas recuperarte del dolor. Estos doctores mediocres no harían un buen diagnóstico ni aunque sus vidas dependieran de ello
— Entonces, ¿Obito podría regresar a la normalidad? – Rin se sorprendió al escuchar esas palabras
— No seas ingenua niña – Madara volvió a recostarse en su silla con calma – no vine aquí para ofrecerles un milagro de la medicina inexistente, sino más bien una opción de recuperación
— ¿Es como lo que usaste para ti abuelo? – Obito recordó como el anciano había perdido parte de su movilidad hace años, pero que se había recuperado con el tiempo
— Existen medicamentos, que pueden aminorar el dolor y te ayudaran a fortalecer tu fuerza y resistencia muscular, pero lo mas indispensable es la rehabilitación y recuperación física que deveras hacer. Será doloroso, pero funcionará
— Lo hare abuelo, porque aun hay muchas cosas que quiero hacer con Rin – el muchacho tomo la mano de la chica que se sorprendió con esas palabras – y no lo lograre postrado en esta cama
— De acuerdo, pero no lo lograras aquí – Madara saco de entre sus cosas unos papeles y los lanzo sobre el regazo de Obito – deveras venir conmigo a la Ciudad de la Neblina, en mi laboratorio tengo las medicinas y las herramientas para tu tratamiento
— ¿Tengo que separarme de Rin para eso? – la chica se puso triste al escuchar esas palabras, pero sabia que era lo necesario – no se si…
— Obito, no te detengas por mi – la chica se acerco a su amado para darle un beso en la frente – no importa el tiempo, voy a esperarte…
— No tienes que hacerlo niña – Madara tomo uno de los folletos para entregárselo a Rin – este muchacho hará todo el esfuerzo, pero es necesario que tenga a una enfermera que lo vigile las 24 horas. Solo necesitas el permiso de tus padres y podrás venir con nosotros
— Pero, Rin aun tiene que terminar el último semestre y…
— Yo quiero ir contigo Obito, estaremos juntos en esto – la chica tomo su mano con determinación – así podremos hacer las cosas que tanto querías, como pareja
— De acuerdo, entonces lo haremos Abuelo
El anciano se sintió satisfecho con la decisión de la joven pareja, pues esta sería la única forma que conocía para cuidar a su único pariente leal a él. Después de algunos días de tramites y permisos para Obito y Rin, ambos estaban listos para partir en ese viaje, no sin antes ser despedidos por sus amigos mas cercanos en el aeropuerto. Obito se encontraba en una silla de ruedas al igual que su abuelo, siendo llevado por Rin quien, con un poco de esfuerzo y convencimiento apoyado por su novio, logro el permiso de sus padres para viajar al extranjero, aunque claro podría concluir sus estudios en la Ciudad de la Niebla.
— Cuídate Obito, no hagas locuras y recupérate con bien – Kakashi se despidió de su amigo chocando sus puños
— No dejes que tus llamas de la juventud se apaguen por nada en el mundo – Guy hizo una pose varonil mientras intentaba reprimir las lagrimas por lo emotivo que se encontraba
— Espero que te mantengas en contacto y buena suerte – fue el comentario de Asuma mientras Hayate e Iruka chocaban su puño con su amigo
— Estaré bien, no se preocupen – Obito les mostro su mejor sonrisa mientras veía como Rin se despedía de sus amigas – además, estaré bien acompañado
— No era esta la forma, pero lograste tu objetivo amigo, bien por ti – comento Kakashi – nos veremos después
Mientras tanto, todas las chicas abrazaban a su amiga con tristeza y orgullo por la decisión que había tomado de permanecer al lado de Obito.
— Espero que esta vez hagas las cosas bien Rin – fueron las palabras de Natsu mientras acariciaba su vientre aun firme – te estaremos esperando
— ¿Tú también te mudaras con tu novio Shiro no? – pregunto Anko con cierta emoción – ya quiero que Iruka y yo rentemos un departamento para nosotros dos
— Contrólate Anko, o terminaras igual que Natsu
— ¡Oye! – la broma de Yugao solo hizo que las chicas se molestaran con su amiga
— Cuídate Rin y cuida mucho a Obito – Kurenai fue la ultima en despedirse de su amiga – y no olvides llamarnos de vez en cuando
— Lo hare, no se preocupen – Rin se alejo un poco de sus amigas, mientras veía como Ayame intentaba reprimir sus lágrimas de tristeza – Ayame, no te preocupes. Nos volveremos a ver
— Lo sé, pero aun así me pone sentimental este tipo de situaciones – Ayame volvió a abrazar a su amiga con cariño – te prometo que cuando regresen les preparare un rico tazón de ramen como los que hace mi papá en su restaurante
— Estaré ansiosa por probarlo, y estoy segura que Obito también querrá comerlo al regresar
— Ya es hora de irnos – Madara fue acercado por una asistente que llevaba su silla de ruedas – el vuelo nos espera
— Es la hora – Rin se acerco a Obito para tomar su silla – nos veremos amigos
— Les prometo que cuando regrese, jugaremos un gran partido de futbol como antes
— Estaremos esperando con ansias
Con esas ultimas palabras por parte de Kakashi, la parejita y el Abuelo Madara se dirigieron a tomar su vuelo y se marcharon hacia la Ciudad de la Niebla donde empezarían con el tratamiento, el cual les tomo mucho tiempo.
Diez años después…
En el instituto de Konoha, las clases de la tarde habían terminado y los clubes deportivos realizaban sus practicas diarias, siendo guiados por su siempre juvenil profesor Guy, quien observaba los pases y movimientos de sus jóvenes pupilos. Del otro lado, Kurenai y Anko se encontraban dirigiendo las rutinas de las porristas, aunque no podían negarles el momento en que apreciaban los intensos movimientos de los jóvenes atletas.
— Vamos jóvenes, recuerden que la clave de un buen equipo, es la coordinación, el espíritu y las llamas de la juventud – hablaba el entrenador de peinado de tazón con mucha emoción – deben estar listos para los torneos dentro de un mes
— Disculpe entrenador – en eso, apareció el sub director Ryoku acompañado del profesor de Ciencias Sociales Kakashi Hatake – no quisiera interrumpirlo, pero llego un mensaje importante
— ¿De que se trata profesor? – Guy tomo la nota que empezó a leer para impresionarse de sobre manera - ¡¿Es esto real?!
— Así es Guy, ya quedo arreglado y debería llegar pronto – comento Kakashi con calma, pero sonriendo detrás de su cubre bocas – ya sabes que siempre suele llegar tarde…
— ¡Cuidado!
De la nada, un tiro lanzado desde la cancha se desvió hacia los profesores, pero fue detenido por alguien en el aire, quien en un movimiento pateo el balón con dirección a la portería, para después aterrizar frente a los profesores con calma.
— Buen tiro Naruto, pero ser impulsivo podría crear accidentes – la silueta flexiono sus rodillas con calma mientras tomaba un bastón en su cintura para apoyarse con el – no voy a estar siempre atento a desviar tus tiros
— Siempre alardeando, no has cambiado en nada Obito – comento Kakashi con seriedad mientras estrechaba la mano de su amigo – veo que te recuperaste bien
— ¡Tus llamas de la juventud siguen tan vivas e intensas como siempre! – Guy sintió que lloraría de la emoción por ver a su viejo colega
— ¿Eres tu Obito? – un joven de cabellos rubios y con marcas de bigotes en sus mejillas se acerco junto con varios de sus compañeros – te ves diferente de cuando llamabas a mis padres, de veras
— Sean respetuosos jóvenes – comento Ryoku al ver como se acercaban los demás con curiosidad – el será su segundo entrenador, espero que le traten de forma respetuosa
— ¡Esto será genial, de veras! – comento Naruto a sus compañeros – el fue uno de los mejores jugadores de su generación
— Oye, eso me hace sentir viejo – Obito soltó su bastón mientras estiraba sus brazos – tal vez si te muestro mis habilidades veras que aún tengo mucho talento
Mientras tanto, las porristas veían con asombro lo que había pasado hace unos momentos.
— ¿Quién es ese? – comento una chica de cabellos rosas
— Detuvo el tiro de Naruto con mucha habilidad – respondió una chica peli azul de ojos aperlados – creo que lo conozco de algún lado
— Ese es mi esposo chicas – comento una voz femenina detrás de las porristas y sus entrenadoras – les pido que se controlen si lo ven
— ¡¿Rin?! – Kurenai y Anko se sorprendieron al ver a su amiga llegar junto con la secretaria Yugito
— Me alegro de verlas chicas – la peli castaña abrazo a sus amigas que se encontraban muy emocionadas – ustedes fueron mas amables conmigo, no como Natsu que de inmediato quería que le contara todo en un instante
— Nosotras también queremos ponerlos al corriente – comento Anko mientras miraba de forma picara a su amiga - ¿Dijiste esposo? ¿Ya tienen hijos?
— Después se pondrán al corriente con Rin – comento Yugito con calma mientras se dirigía a las porristas – ella es Rin Uchiha, será la nueva enfermera del instituto, espero que le den una cálida bienvenida
— Vamos Yugito, tú también quieres saber – Kurenai no pudo evitar sacar su lado curioso al ver de nuevo a su amiga
— Bueno, no hay mucho que decir – Rin desvió la mirada con pena mientras mostraba la sortija en su mano – nos casamos el año pasado antes de que el Abuelo Madara falleciera, y por el momento aun planeamos lo de tener hijos. Pero Obito se toma las cosas con seriedad sobre todo ahora que se ha recuperado por completo y…
— ¡Rin ven a verme jugar! – desde la cancha Obito llamaba a su esposa ya jugando con el equipo - ¡Voy a arrasar con ellos!
— ¡Ya voy mi amor! – Rin tomo los pompones de una de las chicas para dirigirse a la cancha - ¡Ese es mi esposo, el mejor de todos!
— Veo que no han cambiado mucho a cómo eran antes – Yugito negó con pesar mientras las porristas se acercaban a Rin para imitarle con las porras al equipo
— Se nota que al final el esfuerzo de Obito dio sus frutos – fueron las palabras de Kakashi mientras todos los profesores se reunían a ver el partido
— ¡Oye Kakashi, tú también debes entrar para ganarte como en los viejos tiempos!
— Bueno, por los viejos tiempos
Después de grandes desafíos, altas y bajas y mucho esfuerzo, Obito Uchiha había cumplido su meta mas importante, estar al lado de la chica que tanto amaba, mientras que Rin había encontrado la felicidad que tanto había querido con la persona que había conquistado su corazón.
Sin duda, habían logrado superar toda adversidad por un futuro mucho mejor para los dos.
Fin
Nota del autor:
Una historia mas que llega a su fin. La verdad es que no sabia muy bien como exponer este final que habia repasado una y otra y otra vez en mi mente, con la idea de crear algo perfecto para los lectores. Pero dejare que el veredicto final lo den ustedes.
Ya con este proyecto terminado y despues de muchos desafios personales, de salud y otros asuntos, he recuperado un poco de mi inspiracion y decidi retomar mis proyectos inconclusos y comenzar otros nuevos.
Ademas, estoy trabajando en mi propia novela Isekai, pero esa sera publicada en otra plataforma. Quiero agradwecer a quienes siguen mis historias, sobre todo este proyecto, prometiendo asi, que los futuros proyectos seran mucho mas atractivos y buenos que este. Siempre estoy abierto a sus ideas, sugerencias y opiniones. Recuerden que el limite es el cielo.
Con esto me despido, recuerden apoyar la campaña de los escritores "Valora nuestro trabajo, deja un comentario", porque leer y no comentar, es como invitarte a la carne asada y que no cooperes para los refrescos.
Que tengan un buen dia
Emperor92, fuera ¡PAZ!
