Hermes ingresó por la ventana de la sala de estar y se posó sobre mi regazo picoteando suavemente mi mano, acaricie su cabeza y desate la carta que llevaba en su pata, y sonreí contenta al saber que aquella carta venía de parte de Luna.

Llevé a la pequeña lechuza a la cocina donde le serví un poco de agua y comida, seguro estaba cansada por el viaje. Mientras Hermes comía, yo me dispuse a leer la carta.

Querida Hermy:

Hoy hace un día muy bonito, me encuentro en la heladería y he pedido un delicioso helado de menta con chocolate. Ginny me citó para preguntarme si yo sabía algo de ti y tu desaparición.

Su cabeza está llena de torposoplos, eso hace que no piense con claridad. Está enojada y triste por la muerte de su hermano.

No te sientas culpable por eso.

Te escribo para que sepas que a tu retorno a Londres te espera una larga jornada de preguntas y reproches, puedes contar conmigo, yo te apoyaré siempre.

Saludos al profesor Snape.

Cuídate, Hermy, y no dejes que los torposoplos vuelen sobre tu cabeza.

- Luna Lovegood.

Lancé un largo suspiro y dejé la carta sobre la isla de la cocina. Cuando decidí venir en busca de Severus sin avisarle a nadie más que Luna, supe que Ginny no se quedaría tranquila y que buscaría la forma de saber las razones por las que me fui así de repente.

Y sé que una vez ponga un pie en Londres me acribillara con preguntas hasta obtener una respuesta clara... ¡Ella es tan testaruda!

Sólo esperó que mis explicaciones no sean razones para que nuestra amistad se acabé. No quiero perder a una gran amiga, pero si ella no está de acuerdo con el rumbo que tomará mi vida de ahora en adelante no puedo hacer nada más que alejarme.

Ahora mi felicidad es compartir mi vida junto al hombre al que amo.

Me sobresalto al sentir sus manos sobre mis hombros, estaba tan concentrada en mis pensamientos que no le escuche aproximarse.

- ¿En qué piensas tanto? - pregunta sentándose a mi lado.

- Me llegó carta de Luna, tuvo un encuentro con Ginny - explicó señalando la hoja de pergamino sobre la isla de la cocina - quiere saber en dónde y con quién estoy.

- Sabes perfectamente que no le debes explicaciones a nadie de lo que haces o con quién - empezó serio y sin darme tiempo a responder nada siguió hablando - pero también sé que no estarás tranquila hasta que hables con la señorita Weasley, así que, manda tú respuesta y en dos días estaremos de regreso en Londres.

Dejó un beso en mi frente y se fue a su despacho, seguramente a seguir trabajando en algunas recetas que quería mejorar para algunas pociones.

Suspire apesumbrada, sabía que no debía dar explicaciones, era una adulta y con la capacidad suficiente para saber si actuaba mal o bien, que mis decisiones las tomaba para y por mí.

Pero, ella era mi amiga, la hermana que no tuve y su familia me acogió y me hizo parte de ellos. Y Ronald, él fue mi primer amor...

Regresé a la sala de estar y tomé pergamino y tinta para escribirle a Luna, anunciando que en dos días estaría de vuelta y que Merlín me ayudará para lidiar con el temperamento de Ginny...


Los dos días se pasaron volando y mis nervios aumentaron aún más. Para llegar a Londres tomaríamos un traslador que nos dejaría en la casa de Severus, de ahí iría vía red flu a la Madriguera.

Hablaría con ellos yo sola, el temperamento de Severus es muy inestable y no quiero que esto terminé en un duelo de hechizos.

En la carta le pedí a Luna que estuviera toda la familia Weasley, quiero que todos sepan de mi relación por mí, y no por chismes porque estoy segura que una vez salga a luz que tengo una relación con Severus seremos los titulares de periódicos y revistas en todo el mundo mágico.

Luego de desayunar fuimos a terminar de empacar, pues por asuntos de trabajo Severus debía quedarse en Londres por lo menos una semana. Aún no estaba decidido donde viviríamos o si viviríamos juntos, desde mi llegada sólo hubo tiempo para estar encerrados en la habitación entre las sábanas amándonos.

Así que, hablar de nuestro futuro tendrá que esperar a que mi encuentro con los Weasley haya terminado.

- ¿Estás lista? - preguntó, sacandome de mis pensamientos.

- Sí, estoy lista - respondí cerrando la maleta que llevaba.

Sin decir otra palabra, él se acercó hasta yo estaba, acarició mi mejilla y colocó un mechón de mi cabello tras la oreja, acortando luego la distancia que nos separaba.

Sus labios se posaron en los míos en un beso suave, cálido y lleno de amor, provocando que mis nervios se disiparan encontrando la calma que necesitaba en esos momentos.

- Pase lo que pase yo estaré contigo siempre - dijo cuando terminó el beso.

- Pase lo que pase yo estaré contigo siempre - repetí.

Porque con él quiero pasar el resto de mi vida, nada ni nadie podrá impedir que nos amemos.

Lo abracé, con mi cabeza sobre su pecho escuchando los latidos de su corazón y sintiendo la calidez que me envolvía estar entre sus brazos. Así nos quedamos un bien rato hasta que el reloj nos indicó que era hora de partir.

Nos separamos y Severus tomó ambas maletas, bajamos a la sala donde estaba el traslador que el Ministerio había autorizado para viajar.

Encogimos las maletas para que el viaje fuese más cómodo, el espejo de mano comenzó a brillar, nuestros ojos se conectaron por un momento, y Severus me tomó de la mano.

- ¿Estás lista? - preguntó de nuevo.

- Estoy lista - respondí. Está vez más segura que nunca.

Saber que mi amor es correspondido, que el hombre del que me enamoré me apoya, me comprende, me ama. Eso me da el valor de enfrentar cualquier obstáculo, porque el amar no es un pecado.

Ella es tan testaruda y puede que su familia la apoye y no entiendan toda está situación, pero eso no impedirá que Severus y yo estemos juntos.


¡Hola! ¿Cómo están? De nuevo disculpa por la tardanza en actualizar, pero aquí está el nuevo capítulo esperó les haya gustado.

¿Cómo creen que reaccionará la familia Weasley cuando Hermione les cuente todo?

Déjenme su opinión en los comentarios ;)