-Parte 1-


Caitlyn estaba sentada en el juego de living. Tenía en una de sus manos el periódico del día, bien doblado para poder contemplar cómodamente la noticia que leía, mientras que con la otra mano se estiraba a la mesa para tomar su taza de té.

Escuchó la explosión viajar a sus espaldas, de izquierda a derecha y luego los gritos de Jinx maldiciendo a uno de los robots que al parecer se arrastraba tratando de evitar su eminente destrucción.

Le dio un sorbo a su té y lo miró con curiosidad, creyendo que quizás le había puesto demasiada azúcar esa mañana.

Podía escuchar ahora que Jinx le disparaba a algo en el jardín próximo a la cocina y como sus botas iban de un lugar a otro, arrastrando algo pesado que seguramente dañaría el suelo de parque.

"El tren fantasma"

Le parecía increíble a Caitlyn que un titular tan sensacionalista ocupara todas las primeras páginas ese día, pero entendía el objetivo y al público al que estaba dirigido.

Escuchó nuevamente las botas de Jinx, acercándose a donde estaba, para detenerse en algún lugar detrás de ella.

La de Zaun le besó la mejilla antes de rodear con sus brazos el cuello de Caitlyn y contemplar con cierto interés el titular en el periódico que esta leía.

— ¿Qué haces?— preguntó aun recargándose en la espalda de la otra.

—Estoy trabajando…— contestó sin más la sheriff, dejando de lado su té, para cambiar la página y poder seguir leyendo el artículo.

— ¿Estas a cargo del tren que desapareció "misteriosamente" esta semana?

—En un inicio no lo estaba y tenía hombres trabajando en esto, pero… no llegaron a nada y me pidieron intervenir directamente.

Jinx dejó de estar detrás del sofá y comenzó a deslizarse, rodeando a Caitlyn sin soltar su abrazo, hasta que finalmente cayó en el sofá, recostada sobre el periódico y el regazo de la oficial.

—Tus hombres son unos inútiles… como siempre.

—Estas sucia— comentó, dejando de lado su intento de seguir con el periódico a sabiendas que la chica que tenía encima no la dejaría.

—Tuve unos problemas con… algo.

—Ah… sí… "algo" escuche.

Jinx había dejado de abrazar su cuello para solo rodear con sus manos la parte de la nuca y así poder estar más cómoda.

— ¿Puedo ayudar?— preguntó la de pelo celeste, disimulando muy mal el interés por el caso.

—Definitivamente no.

—¡¿Qué?! ¡¿Por qué no?!

—Porque siempre que tratas de "ayudar" terminó con horas extras en la jefatura tratando de cubrir todos los destrozos que tu "ayuda" nos brindó. No… sigue desarmando y explotando la mansión, puedo lidiar con eso.

—Me aburro.

— ¡Acabas de llegar a la ciudad, Jinx! ¡Busca algo más que hacer!

—Tenía cosas que hacer afuera—se excusó de primera—. Encuentro con otros pirómanos, rebajas invernales de los talleres de Noxus ¡Oh! Y esa reunión donde las fuerzas más poderosas de toda Runaterra se juntaron para poder idear un plan para acabar de una buena vez con Teemo… no salió muy bien.

—Agh… de verdad necesito trabajar en esto— terminó suspirando, pero no consiguió que la otra chica se moviera de donde estaba—. Desaparecieron personas sumamente importantes de otros estados, y si no lo resuelvo pronto, harán responsable a Piltover por orquestar un atentado contra líderes de otras naciones.

Jinx la miró con atención, para luego volver a moverse sin cuidado entre el sofá y el cuerpo de la sheriff, sentándose ahora por completo en su regazo y abrazándola de costado.

—Bájate…— le pidió con cansancio al no estar cómoda por el peso de la otra chica, teniendo que abrazarla también para poder soportarla correctamente— ¿Sabes? Nunca pensé que llegarías a ser tan… "Pegajosa"… conmigo. Pensé que solo lo hacías para fastidiarme, pero puedo notar que de verdad te gusta.

—Me gusta estar en contacto físico contigo, sí— contestó con contundencia.

Caitlyn lanzó un suspiró bajo y se inclinó a un costado para poner su codo en el respaldo del sofá y alejar su rostro un poco de Jinx, dejando descansar su cabeza en la palma de su mano y clavando la mirada a la pared de en frente.

Intentó concentrarse en el caso y lo que sabía de este.

Hace solo 4 días atrás, un tren salió de una ciudad noxiana rumbo a la capital de Piltover. Todo parecía en orden pese a la noche de niebla que invadió la estación donde este debía llegar.

Los encargados de la estación divisaron al tren a lo lejos, pero cuando llegó el momento de que este apareciera en el andén correspondiente, nada pasó.

El tren se había esfumado con todos su pasajeros a pocos segundos de arribar.

No hubo explosiones, ni disparos, nada. Simplemente se esfumó por completo.

—Debe de ser un caso muy complicado, ya estas poniendo esa expresión como de estar constipada.

—Solo estoy pensando, idiota— contestó con los ojos cerrados, tratando aun de recolectar toda la información que tenía en su cabeza.

—Mmm…— sintió a Jinx murmurar cerca de su rostro— aunque sea un caso complicado no parece importante.

—Te acabo de decir que, de no resolverlo, Noxus creerá que atentamos contra él… es… bastante… grave.

—No me lo parece— siguió diciendo muy convencida—. Estas aquí tomando un té y leyendo las noticias en vez de estar allá exprimiendo hasta la última piedra de esa estación. ¿Mmm?

—… ah— comentó notando que había quedado en evidencia y que seguramente la otra se burlaría de eso—. Es verdad, debería estar trabajando allá y no tratar de resolverlo aquí. Sería más "inteligente" de mi parte. Y no me confundas, saldré pronto y quizás no regrese hasta resolverlo todo.

— ¿Entonces?

— ¿Entonces qué?— preguntó nuevamente viendo la pared de en frente, tratando de verse molesta por la insistencia de la otra— Solo quería unos momentos en mi casa antes de ponerme a investigar, es todo.

—Claro, claro, tiene su lógica, oficial— concordó la otra sin más— ahora… ¿Puedes sacar la lengua?

Caitlyn la miró de reojo, solo para volver a mirar al frente luego.

—No.

—Es para una investigación.

—Cállate.

—Creo que te quemaste con el té, tu cara esta como si te hubieras quemado con algo… ¡Ah, no! Espera, ya se lo que es.

—Bájate, ya me quiero ir a trabajar.

—No-oh— insistió infantilmente, zarandeando un poco el cuello de la otra.

—Jinx…

—Keilin…

—Agh…— largó con molestia mientras dejaba de poner su atención a la pared y ahora miraba hacia arriba, negando con la cabeza.

Sabía que no tendría este tipo de problemas si sencillamente no hubiera venido y hubiera pasado directamente al trabajo.

Se preguntaba ahora porque no hizo eso en un primer momento y la razón le avergonzaba.

Se resignó y miró finalmente a Jinx. La chica le sonreía con cierto aire de victoria, aun cuando tenía la nariz manchada con aceite y una de las mejillas estaba oscura de pólvora.

La miró con seriedad y advertencia, tratando de así darle a entender que la dejara en paz y le permitiera levantarse para ir a trabajar, pero solo consiguió que la otra se burlara más de ella y se acomodara mejor en su cuerpo.

Insistió con la misma expresión aun cuando Jinx terminó por acercarse por completo para besarla. Aun cuando la tenía con los ojos cerrados, ella la siguió viendo molesta, así que cuando la de Zaun se alejó y abrió los ojos, seguía recibiendo la misma expresión.

Lejos de desmotivarse, le causo gracia y volvió a besarla.

—Jinx… de verdad tengo que…

Trató de hablar, aun mostrándose distante, pero la otra chica aprovechó esto para pegar más sus labios y poder apoderarse de su cálido aliento.

Caitlyn terminó por relajar los hombros y finalmente cerrar sus ojos también.

Había pasado un tiempo.

Jinx sonrió satisfecha al sentir como los labios de Caitlyn se movía en contra de los suyos y buscaba profundizar el beso, pero esta, con frustración, solo encontraba los dientes de la otra firmemente cerrados, teniendo que bastarle solo con lo que tenía.

La de Zaun se tentó de reír cuando la escuchó quejarse por cómo no la dejaba avanzar, tratando de tomar su rostro para atraerla más, fue cuando se alejó y en un rápido movimiento se sentó a horcajadas en ella.

—Eso está mucho mejor, oficial— se burló agarrando su rostro con ambas manos y obligándola a perfilarse para arriba, viendo la expresión seria aunque acalorada de la otra chica—. Me gusta más cuando cooperas como un can adiestrado y sumiso esperando por las órdenes de su dueño ¿A que si? ¿A que si?

Jinx pensaba seguir burlándose de la otra, pero su sonrisa se endureció en sus labios cuando vio lo enfocado de los ojos azules de Caitlyn en ella. Era aterrador cuando la sheriff se concentraba de esa forma. Ya lo había visto antes, como si de repente no te permitiera respirar bajo el control que estaban ejerciendo sobre ti, sin poder hacer nada para evitarlo.

Con lentitud y aun mirando hacia arriba, donde estaba el rostro de Jinx, Caitlyn abrió su boca un poco y mostró la punta de su lengua descasando en sus labios.

Jinx se sintió nerviosa en su lugar y ya no le sonreía de forma confiada, sino que la seriedad e incomodidad pasó a estar sobre ella sin saber muy bien que hacer.

Deslizó su mano desde el rostro de la oficial hasta detrás de su nuca y se acercó nuevamente a su rostro, imitando a la otra, abriendo la boca para que su lengua se asomara también, siendo esta lo primero que tocó la lengua de Caitlyn antes de pegar su boca por completó a la de la chica.

Jinx no pudo evitar que una pequeña exclamación de excitación saliera desde su garganta, de forma aguda y profunda, que terminó por llegar a sus labios, haciéndolos temblar, mientras volvía a buscar la humedad en la boca de Caitlyn.

Se abrazó a su cabeza, temiendo que la otra se alejara o rompiera el contacto, pero no lo hizo, seguía muy comprometida con sentirla.

Era Caitlyn la que sonreía ahora, sintiendo más sonidos ahogados de la más chica, sabiendo cómo esta nunca había sido capaz de disimular sus ansias cuando las cosas comenzaban a subir de tono.

Abrió la boca una vez más, para poder tomar la de Jinx y poder sentir su cálida y agitada respiración, mientras su lengua luchaba para no quedarse atrás de la de la oficial y así no ser un motivo de burla luego.

Su cadera comenzó a moverse en contra del regazo de Caitlyn, pegándose finalmente a su abdomen.

En un principio la oficial quiso seguir el mismo juego, poniendo sus manos en la espalda baja de la otra y atrayéndola por unos segundos, pero pronto sus manos viajaron, acariciando su cuerpo, hasta que tomaron con firmeza las mejillas, y con cuidado trató de alejarla para cortar el beso.

—Está bien, ya… detente— logró decir al separarse, pero la otra seguía buscándola con su boca— Jinx, para… para, para, para.

Los labios de la de Zaun siguieron acariciando su rostro, con la boca abierta, respirando sobre ella mientras trataba de enfocarse.

Caitlyn podía ver las pupilas dilatadas y la expresión de atontamiento que llevaba la otra, mientras seguía moviendo su rostro contra el de ella, hasta que finalmente ubicó su frente en la de la otra y ahí se quedó, acariciándola con uno de sus pulgares la mejilla, esperando a que la más chica recuperara el aliento.

—De verdad necesito irme.

Caitlyn aun podía ver la mirada perdida de la otra, justo cuando su rostro de movía a un lado y dejaba descansar su quijada en uno de sus hombros.

Decidió darle unos segundos así.

Finalmente sintió como, cerca de su oreja, Jinx lanzaba un bufido de queja.

—Ni siquiera debería de estar aquí— siguió hablando—. De por sí ya estoy en falta con mi trabajo ¿Sí?

—No…

—Continuaremos cuando resuelva el caso.

—Dijiste que era complicado y que estaba llevando su tiempo.

—Bueno… ahora tengo otra motivación para resolverlo rápido ¿No crees?

Solo recibió otra nueva exclamación de molestia, pero esta vez Jinx se reincorporó para poder mirarla de nuevo.

—Tú y tus hombres son estúpidos… me crecerá de nuevo el himen esperando a que resuelvan el caso.

Caitlyn rio por lo bajo y negó con la cabeza. Ya se veía como la Jinx de siempre, solo que molesta y aburrida mientras le picaba con su dedo la mejilla.

—Por eso… déjame ayudarte.

—No, ya te lo dije.

— ¡Soy más inteligente que tú!

—No, yo soy más inteligente que tú.

—¡¿Ah sí?! Pues a ver, señorita intelectual, ármame una bomba que al detonar tire estrellitas de colores con sabor a frutilla.

—Se te dan mejor los inventos y… el poder destructivo-creativo, te lo admito. Pero en cuando a investigación y habilidades deductivas… yo ganó.

—No lo creo.

—Yo creo que sí.

Jinx se quedó viéndola con aburrimiento, sabiendo que no iba a ceder y que pronto le volvería a pedir que se baje.

— ¿Estas segura?

— ¿De ser mejor que tu como detective?— preguntó Caitlyn para ser claras— por supuesto.

— ¡Bien!... apostemos.

—No tengo tiempo para-

—Solo escucha la propuesta… súper indecente que tengo para darte, y lo prometo, te dejo ir.

—Vas a dejarme ir de todas formas.

—Buena suerte parándote de este sofá y saliendo de la casa mientras me tienes aferrada a ti.

—… bien, estoy escuchando.

—Te apuesto a que resuelvo primero el caso del tren.

— ¿Primero que yo? ¿En serio?

—En serio, en serio.

—No voy a jugar a esto, Jinx. Te lo digo en serio, te quiero fuera de este trabajo, es importante y delicado.

—No romperé nada.

—Cuanta mentira.

— ¿Aceptas la apuesta sí o no?

—Por supuesto que no ¿No me estas escuchando?

— ¡Bien! ¡Entonces buscare otra cosa que hacer!

—Es lo que digo que-

—Volare en pedazos el edificio Eiken el día de hoy.

Caitlyn sintió un pequeño tic en el ojo izquierdo.

—No me mires así, lo tengo en mi agenda, de verdad. Volar en pedazos el edificio Eiken, donde se están hospedando los líderes de Demacia para la reunión del fin de semana, a las 11 a.m. … Luego tengo un almuerzo con Ziggs a eso de las 13… para las 15, una pequeña siesta para regresar duro a la tarde con un lanzamisiles enviado al centro de la universidad de la ciudad.

— ¿Ese es tu plan para que se acepte la apuesta? ¿Amenazarme?

—¡¿Amenazarte?! ¡Por Dios, Keilin! Claro que no, eso sería totalmente toxico de mi parte. Yo solo te estoy contando mis planes para el día de hoy ¿Quieres saber los de mañana?

—Jinx… de verdad no puedo con el caso y otros nuevos atentados a la vez.

—Entonces, si yo fuera tú, me preocuparía solo de que el caso del tren sea de lo único que la policía debiera ocuparse ¿No crees?

La oficial largó un gran suspiro. Pensaba negarse hasta la muerte, pero era cierto que si Jinx quería atentar contra la ciudad, no había un peor momento.

— ¿Qué quieres apostar?

—Tú puedes pedir lo que quieras, yo ganare.

— ¿Lo que yo quiera?— preguntó Caitlyn sin darle crédito— Si yo resuelvo el caso antes, tú no puedes explotar nada en mi ciudad por 6 meses.

—Hija de p-

—Lo que yo quiera, dijiste.

— ¡Bien! Como dije, no tengo de que preocuparme ¡Yo ganare! ¡Facil!

—Cómo no va a pasar, la verdad es que tampoco me interesa saber qué es lo que tú quieres si ganas, pero-

—Usare contigo el strap-on 3080 G-Force trio.

—Pff ¿Qué?

—Si yo resuelvo el caso antes, me dejaras usar un juguete en ti y hacer lo que yo quiera con él y contigo… por horas.

— ¿Tu recompensa va a ser tener sexo conmigo usando un juguete?

—No es cualquier juguete.

— ¿Esto tiene algo que ver con tus fantasías muy específicas de-?

—Sí.

—Ya hablamos de esto.

—Keilin, esa cosa tiene sensores en todas partes que te hacen vivir de verdad el momento y eyacula ¡Por favor! Es mi sueño acabarte adentro.

Caitlyn tiró la cabeza hacia atrás, sintiéndose cansada de todo el asunto, pero por el contrario sabía que la otra estaba más que motivada ahora.

—Acepta y me portare bien hasta que todo lo de las reuniones de líderes acabe… ¡Y si ganas tendrás a tu ciudad por 6 meses libre de mí!

—Y si pierdo me vas a desgarrar.

—… prometo ser gentil.

—No te creo para nada.

Jinx dejó de hablar porque sabía que le convenía que la otra analizara la propuesta. Para cuando Caitlyn la volvió a mirar sabía que ya lo había decidido.

—Bien, después de todo vas a perder ¡Pero!— agregó con apremio viendo como la otra ya se sentía con la victoria— Tienes prohibido disparar y explotar cosas mientras el caso este vigente… no tengo ni idea de cómo te las ingeniaras para acercarte a lo que necesites para resolverlo, pero nada de muertes y destrucción mientras lo intentas.

—Sera más aburrido, pero acepto.

—Bien.

Ya conforme con eso, Jinx se puso de pie, dejando finalmente su lugar en las piernas de Caitlyn.

La oficial la vio avanzar dando brinquitos por el living y desapareciendo por el portal de la cocina.

Sonrió al pensar en la propuesta y para cuando la otra regresó la encontró esperándola divertida cerca de la entrada.

— ¿Qué?— preguntó viendo como la otra solo se le quedaba viendo.

—Estaba pesando en nuestra apuesta y la quiero cambiar.

—¡No te pases de lista, Keilin! ¡Ya pusimos lo puntos! Ya cediste a que intervenga y solucione lo que tú y tu manga de inoperantes ¡De nuevo! No pueden resolver.

—Sí, sí, no me refería a eso.

— ¿A qué entonces?

—Quiero cambiar mi recompensa.

—A ver…— se interesó Jinx, sin saber que esperar de la otra.

—Si yo resuelvo el caso antes… yo seré la que use el juguete en ti.