El spin-off de Symbolism que tiene un misterio pero que solo está ahí para que una de las dos use un strap-on (Vol 1)


-Parte 2-


La estación de tren de la zona norte mantenía una fachada antigua e inglesa que a Caitlyn siempre le había gustado.

El lugar estaba con algunos operativos, aun buscando alguna pista, tomando testimonio de otros.

Los primeros días eran incontables las autoridades allí, pero Caitlyn había pedido reducir el número con la esperanza de entorpecer menos la investigación.

Estaba convencida que ya se había hecho prácticamente todos los procesos y ahora solo quedaba la parte de la deducción con casi todas las piezas.

Debería de ser sencillo a partir de ahora con una mente tan entrenada como la de ella, pero no podía estar más alejada de la realidad.

Escuchó que uno de sus agentes detenía alguien en la puerta de entrada del lugar y se distrajo por esa interacción unos momentos.

Se trataba de un yordle que a primera vista no reconocía, pues el peinado afro exagerado medía lo mismo que su estatura, pero solo escucharlo hablar con un terrible acento francés le dio la pista de quien se podría tratar.

—Dejen pasar, por favor, la eminencia de la parte más alta de Krexor está aquí— comunicó Ziggs mientras le pasaba unos papeles al guardia y este los tomaba sin entender.

Caitlyn se acercó al lugar, temiendo que las cosas pudieran complicarse, pero se detuvo al ver la nueva figura que se acercaba a la puerta.

Sabía que era Jinx, era evidente, solo tenía un pantalón grueso mostaza oscuro, a juego con un ridículo chaleco a cuadrille en tonos marrones, negros y mostaza, y una impecable camisa blanca que sabía que era la suya propia. Se había rellenado la parte de los hombros, brazos y tórax para aparentar la contextura de un hombre.

Para disimular su rostro se había puesto un pequeño bigote y llevaba una peluca de cabello corto hacia atrás, dejando caer solo su habitual mechón sobre su rostro. Sus ojos atípicos estaban a la vista solo que uno de estos llevaba un lente de varón antiguo.

—Detective… federal de Krexor— terminó de leer el guardia y ya para eso Caitlyn estaba a su lado, cruzándose de brazos.

Jinx le dio una pequeña sonrisa de confianza y volvió a mirar al guardia.

—Me pidieron intervenir, buen hombre— habló con un acento incluso peor que el de su compañero—. Estoy al servicio de los altos mandos y no pude evitar sentir la curiosidad que atrae un caso tan peculiar como este.

"No puede hablar en serio" pensó Caitlyn, viendo como el guardia, un fornido hombre, era acompañado por otro de sus agentes, un Yordle viejo de piel marrón, y revisaban de nuevo los papeles y a ellos dos "Ni siquiera se cambió el color celeste, tanto el bigote como el cabello la delatan de inmediato, no hay forma que convenza a nadie aquí que-"

—Oh, es un verdadero honor, señor…— saludó con ánimo el Yordle, estirándole una mano— señor…

—Delano— contestó Jinx, estrechándole la mano—Delano Dolores.

—Señor Delano— siguió el guardia, su compañero hizo lo mismo por saludar—. Estaríamos encantando de contar con su servicio, más cabezas, si inclusive es de una eminencia como usted, seguro funcionan mejor que unas pocas.

—Estoy de acuerdo con mi compañero, señor— siguió el guardia más alto— aunque la sheriff es la que tiene la última palabra aquí y justamente ha decretado un cuerpo policial reducido con el fin de avanzar más ágilmente.

Jinx miró al costado, buscando a Caitlyn, haciendo que todos los demás la imitaran. La encontraron con una de las manos cubriendo su rostro, refregando con cierta lentitud su frente, como si le doliera, antes de apartarla y mirar a todos por unos segundos.

—¿Sheriff?— preguntó Jinx, acercándose unos pasos—. Detective Delano… el placer es mío.

—Ah…— comentó estrechándole la mano de mala gana, apretándola más de la cuenta para que le doliera a la otra—. Señor Delano…

Jinx sintió la presión y trató de disimularlo con una sonrisa mientras hacía lo propio y trataba de poner más fuerza en su apretón.

Los guardias y Ziggs, sin saberlo, solo miraban como ambos detective se miraban con insistencia mientras movían un poco sus manos al momento de saludar.

—Un saludo muy firme, señorita— comentó Jinx, logrando soltarse—. De donde vengo eso demuestra coraje.

Caitlyn vio satisfecha como la otra se guardaba la mano en el bolsillo, seguramente para mitigarse el dolor. La suya también dolía pero no iba a hacer nada para que se notara.

—No me diga…

—Si le digo…

Caitlyn dejó de mirarla para observar a los guardias. El yordle le pasó de inmediato los papeles que había traído Ziggs, donde suponía que se encontraba parte de la fachada de ambos para intervenir.

Los tomó y disimuló leer.

—Bueno… quizás nos venga bien un poco de perspectiva— admitió a modo de autorizas a Jinx—. Bienvenido a bordo, señor Delano.

—Gracias, sheriff— contestó con solemnidad— ¿Sería tan amable de ponerme al tanto de la investigación?

—Claro— comentó con un aire fingido de amabilidad, que hizo temblar a Jinx en su lugar—. Sígame.

Ambas se alejaron, dejando a los guardias y a Ziggs por su cuenta. La sheriff condujo a la otra hasta las afuera, bajando de la estación y comenzando a caminar por las vías.

—Pensé que Dolores era un nombre de mujer— comentó finalmente la sheriff.

—El dolor es bisexual, mi querido Watson.

—Unisex, en todo caso el dolor es… Agh… no importa. Esa es una de mis camisas favoritas.

—La manche con kétchup cerca del bolsillo de enfrente.

— ¿Por eso el chaleco?

—Combina bien.

—Parece un nerd inadaptado.

— ¿Un nerd inadaptado que quieres llevar a la cama?

—No, solo un nerd inadaptado con un estilo de cabello… raro.

— ¿Sexy?

—… me gusta el cabello.

— ¡Lo sabía! ¿Qué me dices de mi… "Mustache"?

—Veo que pusiste cierto esfuerzo en tu disfraz ¿De acuerdo?

—Es que estoy practicando, ya sabes.

— ¿Practicando?

—Sí, lo de ser un hombre… con un pene… el cual vas a recibir muy profundamente.

—Que te dejara pasar fue porque me pareció demasiado injusto que no tuvieras ningún acceso al caso. De por si las posibilidades que tienes de ganarme son pocas, pero sin mi ayuda y mi permiso son nulas.

—Sí, sí, es tal cual la fantasía que me cree, lo juro.

—Esto es solo un juego para ti.

— ¡Por supuesto que es solo un juego para mí, idiota! A la que le van a cortar el sueldo por no hacer bien su trabajo es a ti.

—Me darán honores cuando lo resuelva, y tú… tú me darás algo que seguro disfrutare más.

— ¡Eso es otra cosa que no entiendo! ¡¿Cambiaste a tu querida ciudad por la ilusión de penetrar una vagina?!

—Ya cuido a la ciudad todo el tiempo de ti… la ciudad va a estar bien.

— ¿Tus impulsos homosexuales no?

—Me gusta la idea de darte un poco de tu propia medicina y sé que no te hace ninguna gracia que tu sueño de acabar conmigo se diera vuelta.

—… Ganare este estúpido juego.

—La esperanza es lo último que se pierde… señor Delano— concluyó y detuvo su andar—. Llegamos.

Jinx miró a su alrededor y solo pudo ver un descampado y las vías de tren en la que estaban paradas.

— ¿A dónde exactamente?

—Esta es la distancia donde el encargado de la estación donde estábamos vio al tren… antes de que este desapareciera.

Jinx volvió su vista hacia atrás y diviso la estación, pero estaba lo suficientemente lejos para no ver a las personas adentro o leer cualquier cartel que esta tuviera. Si lo ponía al revés, desde esa distancia era posible divisar a un tren pero no ver cosas específicas de este.

— ¿Qué es exactamente lo que vio?

—Agh… es una buena pregunta, te lo concedo— terminó diciendo Caitlyn—. En la noche, cuando era el horario de llegada, una espesa niebla invadió la zona, aun así el encargado y dos pasajeros que debían abordar el tren, fueron capaces de ver las luces de este, el humo que tiraba y hasta escucharon la bocina.

—Si no hubiera estado la neblina lo hubieran visto por completo ¿Eso dicen?

—Eso es lo que juran.

—Pues mienten

—… ¿Esa es tu táctica? Llamar mentirosos a todos.

—Siempre debes desconfiar… es evidente para mí que alguien miente… solo debo encontrarlo.

—…claro.

— ¿Qué es esto?

—No lo sabemos.

Caitlyn se acercó a donde Jinx señalaba, sus hombres ya habían rodeado el objeto, una tabla quebrada con unos clavos viejos, como si se tratara de evidencia.

— ¿Crees que se le cayó al tren?

—No lo creo, la mayoría de su estructura es de metal.

— ¿Lo tiraron del tren? ¿Cómo un mensaje de ayuda quizás?

—No hay mensajes en esto, Jinx.

—Mmm…

Caitlyn vio como la otra se ponía la mano en la quijada y comenzaba a caminar por el lugar.

—Necesito… una pipa y una boina… quizás un saco… de esos largos y oscuro.


Ya había caído la noche en la estación y Caitlyn se negaba a regresar a su casa. Sentía que no había avanzado en nada pese a tener algunas ideas.

Se sentó en uno de los bancos que daban a las vías y esperó ahí, tratando de pensar. Uno a uno comenzó a mandar a sus hombres a descansar.

—No se esfuerce demasiado, sheriff… una mente cansada tampoco puede llegar muy lejos— le recomendó el oficial Yordle.

—Gracias, J.S. lo tendré en cuenta, pero realmente no me siento cansada lo suficiente aun— comentó con amabilidad.

—El detective Delano también parece lleno de energías.

Caitlyn desvió la mirada hacia el interior de la estación. Jinx estaba cuestionando con fuerza al encargado, seguramente llamándolo mentiroso y poniéndolo en un aprieto.

—Ese hombre… sí que tiene dedicación— siguió aclamando su oficial—. Se paseó no solo por esta estación, sino por las continuas también, y revisó la vía en lo largo que esas 3 quedaban. Cuanta determinación.

"Determinada a metérmelo hasta el fondo… sí… pero se nota que no tiene ni idea de cómo resolver este misterio tampoco."

—Me marcho ahora, sheriff.

—Sí. Nos veremos a primera hora del alba.

—Ahí estaré.

Volvió a quedarse sola en las afuera de la estación. Miró el lago que tenía en frente varios metros lejos de la vía y trató de relajarse.

La paz no le duró mucho cuando sintió unas botas acercándose. Miró al costado con una sonrisa y encontró a Jinx con el sobretodo que quería y la boina, llevaba una pipa que sacaba burbujas al soplar por ella.

—Ah… veo que conseguiste todo lo que buscabas ¿Ya resolviste el caso?— bromeó y solo consiguió que Jinx se sacara su boina con frustración.

— ¿Cómo puedes pensar con una cosa así mientras te corta la circulación de la frente? ¿Eh?

Caitlyn rio un poco y le hizo lugar en el banco donde estaba sentada, sacándose también su sombrero y dejándolo a uno de los lados.

Jinx tomó la invitación y se sentó. Ahora ambas miraban el lago, metidas en sus pensamientos.

—No vas a regresar ¿No es así?— cortó el silencio finalmente la de Zaun.

—No, cuando el misterio es muy grande no puedo dormir.

—Genial… me quedare también… no te daré ninguna posibilidad de adelantarte.

—De hecho, ya te saque ventaja.

— ¿Ah sí?

—Sí, descubrí algo.

— Pues yo descubrí dos "algo" ¿Sabes?

— ¿En serio?

—Sí, en serio— contestó con contundencia mientras se acomodaba el saco con aire de superioridad.

—Dime.

—Ni aunque me pagaras.

—No descubriste nada ¿No es así?

—No me subestimes.

—No lo hago… solo… no me pareces orientada.

— ¿Qué?

—Pierdes el tiempo yendo a otras estaciones, ya pase por allí. La que esta antes registra que el tren pasó por allí, lo confirma su encargado, en tiempo y forma.

—Miente.

—Claro. Y la que esta luego no tiene registro del tren porque, como ya dijimos, se desvaneció en este lugar y no pasó ya más por ninguna otra estación.

—El otro también miente.

—No pueden estar todos mintiendo, Jinx.

— ¿Por qué no? Tú y yo hemos visto peores casos de corrupcion.

—Lo sé… pero siento que este no es el caso.

—Te lo digo… alguien está mintiendo.

Caitlyn volvió a concentrarse en el lago mientras los segundos pasaban. Una brisa le trajó la humedad del lugar y se encogió en su banco.

—¡Oh! ¡Oh! ¡Oh!— comenzó a exclamar con apremio Jinx mientras se movía en su lugar—. Esta es parte de mi fantasía ¡No te muevas!

Se quitó el sacó y se lo puso a Caitlyn, tirándolo encima de su cabeza.

—Ah… que romántico— comentó la chica con el rostro cubierto por la prenda.

— ¡Y no has visto nada aun!

La sheriff terminó por quitárselo del rostro, acomodándolo en sus hombros. Cumplía bien la función de entibiar su cuerpo y agradeció el gesto.

— ¿Muy elaborada tu fantasía?— se interesó la oficial.

—Meh… lo común.

— ¿Lo común? ¿Me vas a contar de qué va o eso también te lo quieres reservar?

—Bueno, ya me había imaginado ser un poderoso y misterioso hombre intelectual que llega desde algún lugar oculto y cae en tu caso para tirarle luz y esperanza.

—Y se llamada Dolores Delano…

—Y con su increíble intelecto superior y carisma, logra hacerse con tu confianza y la del resto de tus hombres, a tal punto que el caso deja de ser tan interesante y ahora te preguntas ¿Quién es ese hombre?

—Tiene un bigote falso… celeste…

—A medida que las pistas y los desafíos se interponen en su camino, hace lugar para mostrarse atento y caballeroso con la sheriff ¡Tiene tanta clase!

—Se la pasó gritándole "mentiroso" a cada persona con la que hablaba…

—Finalmente resuelve el caso y le dan la llave de la ciudad por su increíble servicio a la comunidad.

—Ni siquiera tenemos eso en Piltover…

—La sheriff estaba tan sorprendida y agradecida que descubrió como sus bajos instintos la llamaban a la acción. El sufrimiento de que el hombre misterioso se vaya así como vino de su vida, la impulso a invitarlo unas cervezas en un bar.

—No puede tomar un sorbo de cerveza sin que la nariz se le estruje como pasa…

—Hablando en ese lugar, descubre al hombre de sus sueños y sin más, acuerdan volver juntos a sus alcobas.

—Alcobas… nunca necesito una… donde cae se duerme…

—Y tienen una noche de pasión desenfrenada donde acaba con ella 5 veces de manera brutal.

—La infeliz tiene problemas para no ponerse emocional luego de la segunda ronda…

—Amanecen y él le dice que debe partir. Hay otros casos por resolver, otras aventuras que vivir, otros lechos donde resguardarse.

—Ah, pero que hija de p-

—En el epilogo descubrimos que te quedas sola, con trillizos. Pero tienes un consuelo ¿Sabes?— terminó diciendo mirándola de costado mientras se llevaba la pipa a la boca y sacaba un par de burbujas.

—Dime, por favor.

—Te quedó… su pipa… para recordarlo. Y tú juraste pasársela a su hijo, para que luego él lo busque… y se reencuentren.

—…me embarazaste de tres ¿A cuál de los tres se la dejó?

—Ah… solo sobrevive uno de los tres al parto.

— ¿Qué?

—Conozco ese medio, es hostil, no sé porque te sorprende.

Caitlyn tiró su cabeza hacia atrás y suspiró cansada, ladeo un poco el rostro para ver como Jinx se sacaba el bigote y se refregaba la cara. Descubrió que la observaban y con una sonrisa pícara le ofreció la pipa que llevaba.

La sheriff la tomó con pereza y la inspeccionó un poco, llevándosela a la boca y soplando. Las burbujas salieron sin mucho esfuerzo y explotaron muy por arriba de su rostro.

—En realidad es fácil hacerte reír.

Caitlyn notó solo entonces que sonreía despreocupada, su cabeza se encontraba más relaja y distendida del caso ahora.

—No, en realidad no lo es— contestó con contundencia, pero aun manteniendo el humor al mirar a Jinx y devolverle la pipa.

Se acomodó de nuevo el saco y se acercó a la otra, dejando descansar su cabeza en el hombro más próximo.

—Ayúdame a pensar, Jinx— pidió mientras ya más cómoda, repasaba lo que sabía del caso— Ayúdame a pensar de nuevo.