-Parte 3-
—… ¿Qué tal si hacemos un contrabando de información?
— ¿"Un contrabando de información"?— repitió Caitlyn.
—Tú me dices lo que descubriste y yo te digo lo que descubrí— explicó Jinx, y con malestar vio como la otra se alejaba de su hombro para verla curiosa—. No me sonrías así, idiota, me diste pena ¡De nuevo! es todo… tan perdida como siempre… Dios…
—Me parece bien.
—Tú empiezas, desde que yo tengo, no una, sino dos pistas.
—Bien… la niebla no fue natural.
— ¿La que cubrió la estación de tren?
—Sí, solo cubrió este sector, la de la estación, aun cuando no se pronosticó ningún tipo de cambio por aquí, la estación se llenó de esa neblina espesa. Investigue un poco los alrededores y encontré cajas, muchas cajas con cobertura de plástico, cerca del lago… hubieran pasado desapercibidas como basura, pero… no lo creo.
—Hielo seco.
—Sí, creo lo mismo— asintió sintiéndose complacida de que la otra haya seguido tan rápido lo que pensaba—. En grandes cantidades y en contacto con la temperatura correcta del lago, más uno que otro producto de fácil obtención… ocasionaron la neblina.
—Es un grupo grande.
—Debe serlo para abarcar toda esta zona, sí.
—Así que no son fantasma como la gente del periódico cree… que desilusión.
—Te toca.
—En la estación antes de llegar a esta…
—La estación Bouts.
—Sí, varios metros antes de llegar a la estación Bouts, por las vías, hay un desvío… y se activa de forma manual en esa estación.
—Mmm quiero mi reembolso.
— ¿Qué?
—No me estás diciendo nada útil… y es lo que te dije en un principio, no estas orientada. El tren pasó por esa estación, lo confirmó su encargado, viajó todo ese tramo, llegó hasta aquí, y desapareció ante los ojos de dos pasajeros y el encargado de aquí. ¿Qué puede importar si antes, o mucho antes, o en Noxus, había un desvió? Las vías están llenas de estas cosas y-
Interrumpió su análisis cuando Jinx le mostró un trozo de madera que había sacado de su bolsillo.
— ¿Dónde encontraste eso?
—En la estación Bouts que no tiene nada que ver con este caso… idiota.
Caitlyn tomó el pedazo de tabla, y no tenía duda, era del mismo material que las pistas encontradas en la vía donde el tren había desaparecido.
—La uní con las que tus hombres encontraron, se trata del mismo trozo, solo que el otro segmento, son parte de la misma tabla.
—Interesante… pero no sé qué es lo que puede significar esto, Jinx
—Yo tampoco… aun.
—… echemos un vistazo a la estación Bouts.
—Pff ¿No que nada que ver?
— Si te soy honesta, sí mande a revisar los alrededores de las demás estaciones, sin mucha esperanza, solo descartar cualquier cosa. El desvió del que hablas lleva a una mina que está bloqueada de hace años, no hay nada allí. No iba a perder más tiempo revisando cada estación de tren, son kilómetros y kilómetros. Solo viajar a la estación Bouts desde esta requiere de un vehículo… no le vi sentido desde que me pareció prioridad este segmento, que es donde el tren desapareció, ya que todos los testigos nos dijeron lo mismo.
—Pero los testigos de esta estación no pudieron ver bien por la niebla falsa ¿Eh? ¿Con cuántos testigos de verdad entonces no deja eso? ¿Mmm?
Eddy, el encargado de la estación Bouts, vio con cierto temor como aquel hombre de pelo celeste y mirada intimidante y desquiciada entraba de nuevo a la estación.
—¡Ey! Pero si es mi mentiroso número 4 favorito— saludó el señor Delano.
—Y-ya-ya le dije que yo-yo no miento.
—Hablas como si estuvieras mintiendo… y solo te estoy saludando.
—Déjalo en paz.
La nueva voz era de la sheriff, entrando detrás del hombre, mirándolo con cierta severidad también que por alguna razón lo hizo poner aún más incómodo que las acusaciones del otro detective.
—Necesito la llave del depósito— pidió la mujer acercándose a donde está.
—Claro— contestó y buscó entre las cosas de su cajón hasta dar con la lleva.
La mujer asintió y comenzó a alejarse, el otro detective hizo lo mismo pero caminando de espalda, siempre mirándolo, solo para señalarlo con un dedo y luego pasarlo por su propio cuello, como si lo fuera a rebanar.
Se encontró con todo lo que uno espera en el depósito de aquella estación. Leña, ruedas viejas, láminas de metal, tablas, palas, otras herramientas.
Lo inspeccionó con detenimiento y pudo saber que no hace poco parecían haber trabajado allí, lo cual no era extraño. Las estaciones y las vías requerían cierto mantenimiento.
Un sonido muy fuerte la hizo saltar del lugar. Cuando giró sobre su eje vio a Jinx jugando con una enorme bocina de tren.
— ¡No!— le advirtió cuando, encantada por el escándalo que provocó, buscaba activarla de nuevo— no…— le repitió, y Jinx lo dejó de lado.
— ¿Qué buscamos?
—Aun no lo sé— confesó la sheriff— echemos un vistazo a las vías también.
Llegaron al desvío que Jinx había notado.
—¿Así que el otro camino lleva a una mina?
—Sí, la investigamos los primeros días, la mina está bloqueada por completo y por ahí pasaba el tren. No hay nada allí.
—Me permito dudar de tus hombres, desde que estos tampoco encontraron el pedazo de tabla que yo encontré.
—Te doy crédito por eso ¿De acuerdo?— concedió viendo desde donde estaba la estación Bouts y luego el camino al costado, abandonado y lleno de vegetación— ¿Dijiste que la desviación se activa de forma manual desde la estación.
—Sí.
—… ok, vamos.
Se aventuraron con linternas y caminaron poco más de una hora hasta finalmente dar con las minas abandonadas.
—Si tus hombres pasaron por aquí, no me sorprendería verlos con la cola entre las patas desesperados por volver— confesó Jinx abrazándose a ella misma y viendo el estado de todo el lugar—. Este lugar parece salido de una película de terror.
Caitlyn detuvo su andar para mirar hacia atrás y observarla con paciencia. De a poco levantó una mano y se la ofreció.
— ¿Qué?— se burló Jinx pasando a su lado sin tomarla.
—Si te da miedo podemos ir de la mano.
— ¡Tú ya quisieras que yo te de mi mano!
— ¿Ah? ¿Ese tipo de propuesta pareció?
— ¡Si tuviera un padre al que le importara, serias a la última persona que le daría la mano de su hija!
—… Creo que Carapescado estaría encantando.
Jinx siguió avanzando gracias a la luz que podía brindarle Caitlyn, pero como ella y sus hombres dijeron, pronto se toparon con la entrada de la mina bloqueada por completo. Las vías terminaban allí.
—Está bien, quizás no haya nada aquí— concedió ahora la de Zaun, pero siguió moviéndose por el lugar.
—Ciertamente está bloqueada y no parece ver nadie.
Caitlyn se inclinó para revisar las vías. No le gustaba. Ya lo había visto antes cuando avanzaban, pero, pese a estar corroídas y llena de mugre, daban indicios de haber sido utilizadas recientemente.
Jinx había tenido la razón en varios puntos, pero concedérselo tan fácil implicaría darle también la ventaja y posiblemente la chica lograría resolverlo.
Se acercó a la entrada de la mina y comenzó a tantear la superficie. Otra cosa que no cuadraba en todo el panorama. La tierra parecía reciente, como si el tiempo no hubiera pasado lo suficiente para concretarse en una sola pieza, lo que no tenía sentido si todo el lugar no había sido usado en años.
Se ensucio las manos un poco, escarbando hasta que encontró una cinta amarilla, envolvía una caja pequeña y Caitlyn notó la pólvora.
—Oye…
— ¿Mmm?— se interesó Jinx, apenas logrando atrapar en el aire lo que la otra chica le había lanzado— ¿Me ves cara de sabueso o algo así?
Caitlyn se inclinó un poco hacia adelante y puso sus manos con la linterna en su regazo.
— ¡Vamos, Tobby! ¡Vamos! ¡Sigue la pista!
— ¡Idiota!
—Oh, vamos… lo estás haciendo bien.
Jinx decidió aguantarse por esa vez y volvió a mirar lo que la otra le había pasado. No tenía dudas de que se trataba de un explosivo ya detonado. Lo examinó y metió sus dedos, viéndolos manchados de pólvora. Se lo acercó al rostro, oliéndolo y luego esparciéndolo mas entre sus digitos.
Finalmente miró a Caitlyn de nuevo y le levantó una ceja.
— ¿Dónde encontraste esto?
Caitlyn no le contestó, no lo necesitaba, como tampoco necesitaba que la otra le dijera lo que ya estaba sospechando, le había bastado solo con ver su cara al entenderlo también.
Examinó de nuevo el lugar y caminó hasta unas cajas, sentándose en estas para poder pensar.
Jinx siguió explorando, buscando también más pistas que la pudiera ayudar, pero Caitlyn creía que ya tenía todo lo que necesitaba.
"Un trozo de madera que parecía haber sido trabajado, se le cayó a algo en la estación Bouts y la estación donde desapareció el tren sobre las mismas vías. La niebla que no dejó ver a los pasajeros y el encargado el tren antes de que este definitivamente desapareciera y no llegara a la estación. El desvió encontrado en una parada antes de la última en donde se vio el tren. La mina con un explosivo reciente."
"—Alguien siempre miente" recordaba las palabras de Jinx.
Caitlyn buscó a la otra chica y la encontró jugando con unas pinzas, tratando de romper un trozo de carbón en una mesa. Lo logró con mucha facilidad, pero este lanzo polvo que le hizo toser y manchar su bigote falso.
—¡¿Qué?!— preguntó al ver que la otra se divertía viéndola hacer el ridículo.
—Eres muy inteligente— confesó la otra con una sonrisa relajada.
—Lo sé— contestó con naturalidad y soberbia— ¿… pero exactamente por qué ahora?
—Ya resolví el caso.
— ¡No puede ser!
—No me pongas esa cara… ayudaste… mínimamente.
—Agh…
—Vamos— comentó poniéndose de pie y empezando a caminar por las vías—. Aun necesito que me ayudes con una sola cosa más.
El agente J.S. había recibido la llamada y obedientemente organizó un pequeño grupo de oficiales para asistir de inmediato a la estación Bouts.
Aún estaba oscura la mañana y sus bocas lanzaban un pequeño humo blanco cuando ya estaban listos para lo que sea que la sheriff le trajera a esas horas.
Ninguno espero que se trataría del mismísimo tren desaparecido. Por eso, cuando todos adentro escucharon la bocina a lo lejos, salieron de inmediato a la parada en las afuera, a esperar el tren.
A lo lejos, en la curva se veía el humo lanzado y nuevamente escucharon la bocina, pero a medida que se acercaba era evidente que algo estaba mal.
Caitlyn y el detective Delano viajaban en una reducida dresina a través de los rieles, con una fachada de metal en frente. Una pequeña chimenea lanzaba un espeso humo negro hacia arriba, mientras Caitlyn volvía a apretar la bocina y esta sonaba con fuerza ya en la estación.
El señor Delano dejó la palanca de empuje, la cual alimentaba a un enorme foco en frente, que daba la luz varios metros adelante. Bajó del improvisado vehículo y saludó a todos con una sonrisa. Volvió a mirar a Caitlyn y le extendió ambas manos hacia arriba. La mujer aceptó la ayuda, siendo sostenida por el hombre y luego dejada en el suelo.
—Caballeros— saludó a todos, reuniéndose con ellos en la parada exterior— les presento a su tren fantasma.
—Pero… es solo una dresina con… cosas.
—Ciertamente. La luz, una chimenea y la bocina del tren… con una fachada simple en frente que da la impresión de ser más grande de lo que en realidad es— explicó Caitlyn.
—No le entiendo, sheriff.
—Que lo que vieron todos en la estación donde desapareció el tren, no fue el tren, sino esta cosa— explicó el señor Delano, que parecía portar un pésimo humor esa mañana—. La niebla, artificial, ayudó a que los pasajeros y el encargado la confundieran con el tren.
—Exacto— agregó Caitlyn—. Un tren no puede desaparecer así por así, menos por vía, pero algo liviano y fácil de manipular como esto— explicó señalando el reducido móvil— se podría haber acercado bastante y luego, antes de que levantara sospecha, quien la conducía la tiró a un costado y lo hizo desaparecer.
— ¿Es la misma dresina?
—No, supongo que la del caso está sumergida en el lago de la siguiente estación— supuso la mujer—. Esta… esta la construyó el señor Delano… no le tomó nada de tiempo, un hombre talentoso sin duda.
—Soy bueno con las manos… ella lo puede decir bien— contestó con desden al notar que todos lo miraban.
—Así es.
—Pero…— inquirió uno de sus hombres, aun tratándolo de comprender— ¿Dónde está entonces el tren con los pasajeros?
—En las minas, en la zona de montaña.
—Pero revisamos esa zona, el camino estaba bloqueado.
—Recientemente… sí— concluyó al oficial—. Alguien explotó la zona luego de que el tren entrara para que nosotros creyéramos que nunca paso por allí.
—Pero un desvió como ese… está realmente lejos de esta estación… y el tren pasó por aquí, es recién en la siguiente donde desapareció.
— ¿Es así?— cuestionó Caitlyn con una sonrisa.
Eddy ya había escuchado demasiado solo con la mención de las minas, y había comenzado a caminar hacia atrás, pero apenas darse vuelta chocó contra alguien que rápidamente le tomó con tanta fuerza la muñeca que le hizo gritar en dolor.
—Mentirosito— comentó el señor Delano con la mandíbula fuertemente apretada.
—Arréstenlo— ordenó la sheriff— y preparen un grupo de rescate e intervención. Iremos a las minas.
—"… y todos prevén que la reunión se lleve sin otro contratiempo este fin de semana… bla bla… gracias al intelecto superior que presenta la jefa en cabeza de toda la policía de Piltover… bla bla bla bla… descubrieron que el encargado de la estación Bouts era parte del secuestro a los líderes y mintió sobre el pasar del tren cuando este en realidad se había desviado antes… bla bla… lo que vieron en la otra estación solo fue una fachada fácil de hacer desaparecer… bla bla bla…"
— ¡Lee la parte donde entramos y redujimos a todos!
Jinx sintió el gritó de Caitlyn desde el baño más cercano a esa habitación y solo se giró en la cama, pasando unas cuantas hojas de la nota sobre el caso.
—"La recuperación de rehenes fue un existo por la rápida…" ¡Agh! ¡¿Sabes qué?! ¡Lo leíste esta mañana! ¡Solo quieres refregarme en la cara que perdí.
— ¡Perdiste!
— ¡No podrías haberlo resuelto sin mí!
— ¡Gracias!
— ¡Púdrete!
Jinx estrujó el periódico y lo tiró a un lado, abrazando una de las almohadas y moviéndose de un lado al otro de la cama, totalmente frustrada.
—Esto es tan… extraño.
La voz de Caitlyn sonaba más cerca ahora, pero no hizo ni el mínimo intento en buscarla o reparar más en la otra.
—Debí guardarme lo que sabía— terminó diciendo de mala gana.
—Aun seguiríamos en la estación— confesó Caitlyn y sintió su peso en la cama.
—Sí, pero no hubieras ganado nada.
—No seas mala perdedora.
— ¡No lo soy!
— ¿Mmm?
Pudo sentir el rostro de la chica cerca de su cuello y esto hizo que se encogiera más en su lugar.
— ¿Ahora eres tímida?
—Te odio.
—Te odio también— comentó divertida, mientras volvía a acercarse a su cuello para molestarla— ¿Lista?
