Nota del auto: … me consuelo pensando que cosas más raras de mí han leído… o cosas más rara he escrito.
Entonces, confiada de que ustedes están curados de espanto, y recomendándoles que lo lean de noche y a solas para más placer, porque esto tiene un alto contenido de NSFW, bueno... dicho eso…
let's rock this business!
-Parte 4-
-De alguna forma es un poco diferente cuando estoy contigo y tú sabes en realidad quien soy-
Caitlyn tuvo que alejarse cuando toda la mano de Jinx se puso en su rostro y la alejó de ella.
—No hagas eso— le pidió sin poderla ver de lo mucho que la otra chica la empujaba.
—Agradece que no lo hice con mi pie.
— ¿Cuál es el problema?
—… no quiero hacerlo.
— ¿Qué?
—No quiero hacerlo— repitió dándole la espalda de nuevo y abrazando la almohada—. No tengo ganas…
—Teníamos un trato.
—¡¿Y qué?! Eres una bruta y mataste hasta el más mínimo intereses que tenía esta noche.
—…¡¿Yo soy la bruta?!
— ¡Lo eres! Toda estúpida ahí presumiendo lo inteligente que eres y como me ganaste, pero tú y yo sabemos ¡Que no lo hubieras logrado sin mí! Me molesta no tener nada de crédito sobre tantos idiotas.
—Jinx… te lo dije, y te lo agradecí, no lo hubiera logrado sin ti, tienes razón.
—Como sea… no quiero hacerlo.
Caitlyn suspiró mirando hacia arriba. Se encontraba de rodillas sobre la cama viendo hacia la otra, que le seguía dando la espalda, encogida de manera malcriada.
Miró hacia abajo e inspeccionó el dispositivo que tenía en sus caderas.
Jinx se había encargado de "regularlo" o lo que sea que hubiera hecho falta. No tenía ni la caja ni las indicaciones y, a simple vista, parecía sencillo.
Se trataba de un objeto en su totalidad negro, el cual se notaba la consistencia de plástico, pero era realmente extraño. Tenía una parte interna que se ubica adentro de Caitlyn, le hubiera gustado lubricarlo antes de insertárselo pero descubrió muy pronto que ese sector se adaptaba por completo en poco tiempo. Ni siquiera necesitaba un arnés para que quedara en su lugar.
El falo era otra historia que también le pareció fuera de todo lo que hubiera visto antes. Se comportaba como si fuera real, encogido y sin mucha gracia en su estado natural, pero al tocarlo se endurecía y agrandaba.
Pasó sus dedos por la textura y le sorprendía lo bien que sentía el tacto de estos, como si estuviera lleno de nervios.
Miró de nuevo a Jinx en su posición y no pudo evitar sentirse extraña.
—… de verdad, creo que me gustaría-
—No me importa— la interrumpió la de Zaun de inmediato.
—Bien— contestó sin más, poniéndose de pie y buscando su ropa para cambiarse—. Saldré.
— ¿Qué?— preguntó, ahora si dándose vuelta y observando como Caitlyn se preparaba.
—Me invitaron a un bar esta noche. Muchas personas querían agradecerme por el caso que resolví, pero yo los rechace a todos para estar contigo.
—El caso que resolvimos— trató de corregir.
—Llámalo como quieras— contestó, y Jinx pudo notar, por el tono de voz, que la oficial estaba molesta—. Y ya que ahora veo que te vas a poner como una imbécil, me doy cuenta que cometí un error… Por suerte aún es temprano para rectificarlo.
— ¿Te vas a ir con ellos? ¿Con esos estúpidos que no vieron una tabla del tamaño de un zapato en una escena del crimen?
—Esos estúpidos por lo menos me quieren ahí con ellos ¿Mmm?
—¡Oh! ¡Oh! ¡Oh!— comenzó a decir mientras se sentaba divertida en la cama— ¡Espera!
—No lo hare.
—No, no, no, ya entendí ¡Esto es una pelea normal de parejas! ¡¿Verdad?!
Caitlyn no contestó mientras se acomodaba el pantalón oscuro y sus botas.
—Es decir, me cuesta identificar una pelea común y corriente de parejas… las nuestras suelen ser del tipo "¿Por qué incendiaste el edificio donde estaba?" o "Devuélveme el turbo laser que robe, tu sabes lo mucho que me esforcé para conseguirlo" o "Te dije que no pusieras los explosivos junto al lavaplatos" …no sé qué hacer con una pelea del tipo "Rechace a mis amigos por ti y ahora estas enojada"… no me suena de nada.
—Que te diviertas esta noche sola, Jinx— se despidió la oficial y, sin volver a mirarla, atravesó la puerta para cerrarla con fuerza.
Caitlyn compartía algunos comentarios animados del caso con dos de sus hombres. El bar donde estaban tenía esa iluminación baja que, junto con la música profunda y alejada de un viejo tocadiscos retro, llamaban a uno a la bebida.
Ella tenía una cerveza, cortesía de sus subordinados, pero no tenía realmente ganas de tomar.
Se preguntaba cuanto más debería esperar cuando la puerta del lugar se abrió y, al ver al recién llegado, sonrió de lado, acomodándose en su lugar.
— ¡Oh! ¡Señor Delano!— lo nombró con ganas uno de los policía, llamándolo al lado de la barra donde estaban— ¡Por aquí! ¡Por aquí!
Jinx se acercó a ellos, evitando mirar a Caitlyn, y saludando a los demás.
—Por favor— dijo finalmente la oficial, llamando al encargado de la barra y pidiéndole una cerveza—. Déjame invitarle esta ronda… por el arduo trabajo en la estación.
Jinx miró de mala gana la botella que se le ofrecía y luego miró a Caitlyn y a los demás, todos expectantes.
Tuvo que aceptarla y con una sonrisa asintió al gesto.
— ¡Por el oficio!— brindó uno de los hombres, Caitlyn y los demás levantaron sus botellas también.
—Ah… por el oficio— comentó Jinx, alargando las palabras para no tener que tomar, pero pronto toda la atención estaba en ella de nuevo.
Se llevó el pico de la botella a la boca y tomó un corto sorbo.
Caitlyn luchaba por mantener la seriedad mientras veía como la nariz de la chica se arrugaba a un lado, e inflaba las mejillas con el líquido, incapaz de tragarlo, hasta que finalmente y de forma pesada lo pasó por su garganta.
—Este bar tiene una de las mejores cervezas de la ciudad ¿Sabia, señor Delano?— comentó con ánimo la oficial.
—Pues si esta es la mejor, no me quiero imaginar la-
Se detuvo en su hablar al notar la presencia del barman a su lado, un tipo enorme con brazos y manos tan grandes que a penas podía limpiar por dentro la jarra que tenía ahora.
—Es excelente— comentó con los dientes apretados.
—Cuéntenos de nuevo, sheriff— pidió el otro de sus subordinados— ¿Cómo resolvió el caso de la estación?
—Le di la historia a la prensa…
—Sí, sí… pero como fueron sus seguidillas de pensamientos, a donde vio que los demás no vimos ¿Qué descubrió?
—Ah, bueno… preferiría que el señor Delano cuente su versión de las cosas.
Jinx dejó de tirar el contenido de la botella en la maceta a su lado para mirar a todos, tratando de entender de qué hablaban.
—Por favor, un detective tan aclamado, de otros lados, cuéntenos… ¿Cómo vivió el caso?— pidió el hombre y Jinx ya se podía dar una idea de lo que querían.
Miró a Caitlyn pero esta solo puso un codo en la barra, esperando también por su relato.
—Vamos— animó la sheriff— amaría escuchar tu versión… presiento que será cuando poco… interesante.
Quedaron solas en la barra luego de que sus hombres decidieran hacer un juego de billar y otros se concentraran más en unas señoritas que habían ingresado.
—Recuerdo diferente los acontecimientos cuando llegamos a la mina— comentó Caitlyn mirando con poco interés el juego en una de las mesas más cercanas.
— ¿Ah sí?
—Sí, no recuerdo esa parte donde nos atacó un oso y tu valientemente te pusiste en frente mío para enfrentarlo con una pala.
—… me tomé algunas libertades.
Caitlyn dejó caer su cabeza al costado, para buscar el rostro de la otra chica, la cual la miraba atentamente mientras se apoyaba en la barra de lado.
No dijeron nada por varios segundos, solo se sostuvieron la mirada hasta que finalmente Jinx se acomodó en su lugar, viendo las bebidas en la pared.
—No quería que te fueras…— terminó confesando.
Caitlyn la imitó ahora, sentándose en la butaca y mirando también el letrero de neón, jugando aburrida con su vaso.
— ¿Ah no?
—No…
— ¿Y qué querías?— trató de preguntar, pero no consiguió una respuesta de la otra. Al observarla la notó molesta en su lugar, tapándose la boca con una de sus manos, sosteniendo así su cabeza con aburrimiento.
—…kem en emfuferas— dijo a través de su mano sin cambiar la postura.
— ¿Disculpa? ¿Qué?
—Dije…— comenzó, finalmente levantando un poco su rostro para ahora apoyar su quijada en su palma y así dejar la boca libre—… yo quería… que me sedujeras…
Al no escuchar nada de la oficial, decidió espiarla y vio que su expresión era de alguien totalmente perdido.
— ¿Qué?
—No tenía ganas, pero si tenía ganas, no en ese momento, pero sabía que las iba a tener luego. Seguro iba a tener muchas ganas luego… pero eres tan idiota que sencillamente te fuiste.
— Ah… eso querías…— comentó no logrando disimular su sonrisa mientras miraba al frente.
—No te burles.
—No me burlo.
—Te estas burlando.
—Te ves tan tierna en este momento.
— ¡Yo no soy tierna, idiota!... soy sexy.
—Mmm— murmuró mirándola, sabiendo que la otra se incomodaría aún más por su insistencia.
—Agh… detente, no me mires más y déjame terminar esta estúpida y asquerosa cerveza en paz.
Eso le dio una idea de inmediato y creyó encontrar la forma de terminar bien la noche para ambas.
—Conozco algo que creo que te gustaría probar.
—No más cervezas ni bebidas alcohólicas de ningún tipo.
—Esta te gustara, de verdad… lo prometo.
—No quiero.
—Te doy mi palabra de vigilante.
—… bien, pide lo que sea a ese idiota orangután orgulloso de su cerveza de… pony.
—De hecho, no es aquí… debemos regresar a casa— concluyó mirándola con una sonrisa cómplice— ¿Vienes conmigo?
Jinx miraba expectante a la dueña de casa, buscando algo entre las alacenas del pequeño bar que tenían allí.
Casi nunca usaban ese lugar, por lo que estaba lleno de polvo y mal cuidado, pero la barra seguía viéndose igual de acogedora junto con las mullidas butacas a juego.
—Este es…— dijo finalmente volviendo con Jinx y presentándole una botella casi llena cuyo contenido era marrón.
—Chocolate con almendras— leyó la de Zaun sin entender.
—Es un licor de chocolate— corrigió la otra.
Caitlyn sacó unos cuantos vasos, poniéndolo arriba de la barra, pero no encontró los pequeños de licor que quería.
Se agachó y buscó en la parte inferior. Finalmente encontró los de cristal al fondo y los tomó para volver a la barra, solo para ver como Jinx se había servido ya en una copa grande una considerable cantidad y se la tomaba de lleno de inmediato.
— ¡No, Jinx, no hagas-!
Al principio se cayó porque vio como la chica no había tenido ninguna reacción más que el aburrimiento, pero luego su pálida piel subió de tonos muy rápido, sacando la lengua y abalanzándose hasta llegar al grifo de agua.
—¡¿Me quieres matar?!— acusó apenas sacando la cabeza del chorro de agua, para tirarse exageradamente al suelo— ¡Es decir! ¡¿De nuevo?!
—Agh…— se lamentó la oficial mientras se acomodaba a la par suya y le limpiaba el rostro—. A veces me pones muy difícil lo de tratar de seducirte ¿Sabes?
— ¿Qué es esa cosa?
—Licor… ya te lo dije… se toma en estos vasitos pequeño porque es muy fuerte.
— ¡Probé licor en Zaun!
—Pues lo disimulaste muy bien hace unos segundos…
Caitlyn no agregó más y sirvió dos vasos con licor, ofreciéndole uno a Jinx, quien lo miró con desconfianza y temor.
Para demostrarle que todo estaba bien, la oficial tomó de dos sorbos el contenido y dejó el vaso en el suelo nuevamente.
La otra tiradora suspiró y tomó el suyo entre sus dedos, jugando con él antes de acercárselo a los labios y solo mojarlos con el licor.
Caitlyn vió complacida como le daba una nueva mirada curiosa y terminaba por dar ahora un sorbo pequeño.
— ¿Mejor?
—… no lo odio.
—Ah, una pequeña victoria que atesorare.
—Sabe cómo a… helado de chocolate… pero sacado de las llamas del infierno.
—Es… una buena descripción.
—Quiero más.
—Tranquila, esto no es como la cerveza u otras bebidas… realmente es fuerte.
—Estaré bien, me encanta el chocolate.
—Yo sé… yo sé…
Lo dudó por unos segundos, pero terminó por llenarle el vaso de nuevo. Pudo observar como Jinx volvía a hacer lo mismo. Lo probaba con los labios, se convencía una vez, le daba un sorbo, se volvía a convencer, se lo terminaba y se relamía.
"No hay diferencias con un niño pequeño"
Si no fuera por lo sonrojadas que tenía las mejillas, para Caitlyn no habría mucha diferencia entre una Jinx de todos los días y otra que hubiera tomado un poco.
Se la veía feliz y distendida, comentando cosas sin sentidos como siempre, de las cual a veces ella misma participaba también.
La dueña de casa ya solo la dejaba hablar mientras la miraba desde su lugar con una mano en su quijada, a la espera de otra de sus ocurrencias.
Sentía que podría estar así toda la noche.
—Quiero más.
—No…— terminó negándole, arrastrando la botella por el suelo hasta esconderla detrás de su espalda.
— ¿Por qué no?
—No es mi intención que te caigas desmayada de ebria.
—No estoy ebria.
—No… aún… y prefiero que te quedes así.
—Oh… bien— terminó aceptando, aun sintiéndose de buen humor—. Seguro ese tipo enorme en el bar tenia licor… ¿No era más sencillo decirle que me sirviera él?
—Sí, lo era— confesó Caitlyn— pero en el bar con todos allí no iba a poder besarte y tocarte como planeo hacerlo aquí.
—¡Aja! ¡Sacas tus mugrosas y bajas intenciones ahora!— exclamó mientras la acusaba con el dedo, pero solo recibió una sonrisa confiada de la otra— ¡Debería darte vergüenza!
—Mmm— murmuró mirando hacia arriba, pegando su cabeza a las puertas de madera del bar—. Creo que no, no… ni una pizca de vergüenza por desearte, Jinx.
—Cursi…— se quejó la otra, pero su rostro se dirigió como un imán hasta besarla—. Tus labios están calientes.
—Es por el licor… tú también sabes igual.
— ¿A chocolate?
—Sí… y más fuerte que eso también.
Jinx pegó más su boca, introduciendo su lengua solo para saborear más de lo que los labios de Caitlyn ofrecía.
—Tu boca esta tan caliente— murmuró al tomar un poco de aire y volver a pegar su boca a la de la oficial.
Caitlyn se dejó abrazar por el cuello y permitió que la otra subiera todos los niveles que deseaba, esta vez no tenía intenciones de poner ningún freno.
Del disfraz de detective, solo le quedaba a Jinx el pantalón mostaza y la camisa, sin tener ese pesado chaleco, era fácil para Caitlyn meter su mano por debajo de la tela, desabotonando los primeros botones de abajo y tocar su abdomen.
Creyó que todo iba bastante bien, pero Jinx se alejó de repente de sus labios, examinándola de cerca.
— ¿Qué va mal, princesa?
—Pff, no me llames así— se rio de inmediato Jinx, pegando su frente a la suya con gracia—. Suena tan estúpido.
—Perdón…— se disculpó la otra, pero sabía que ese tipo de halagos, por más normales y trillados que parecieran, a veces le gustaban a la más chica.
—Estas usando esa cosa.
— ¿Mmm?
Pero Caitlyn sabía a qué se refería, podía sentir la mano de Jinx tocando su entrepierna a través de la tela del pantalón.
—Trate de quitarme "tu juguete" antes… pero… no puedo hacerlo.
—Ah, tienes que presionar unos botones.
—No encontré ninguno.
—Está debajo del… ¿Plástico? Si tocas bien notaras unos pequeños bultos por debajo, dependiendo de lo que quieras, puedes manipularlo.
—Ah… ¿Puedes quitármelo?
— ¿Y yo como por qué haría algo tan estúpido?— preguntó alejándose un poco, tratando de desabotonar el pantalón de Caitlyn— Está realmente duro aquí abajo.
—No siempre estuvo así… todo este tiempo estaba bien, creo…
— ¿Reacciona a mí? Parece feliz.
—Más bien creo que reacciona a mí… estando excitada.
— ¿Estas excitada?
— ¿… tu qué crees?— preguntó siendo invadida por la vergüenza cuando Jinx metió su mano en su pantalón, agarrándole las manos de inmediato— No.
— ¿Por qué no?
—Vas a lastimarme.
— ¿Qué?
No sabía si se debía al tiempo que ya llevaba con el artefacto puesto, o si este se preparaba para algo cuando veía la ocasión, pero lo sentía todo. Cada roce, por más pequeño que sea, aunque solo se tratara de la tela, podía hacerla temblar.
—Seré cuidadosa.
—No te creo.
—Por favor, Keilin… tengo curiosidad— insistió ya no viendo abajo, sino a sus ojos, con una súplica en ellos.
Se resignó y dejó las manos libre de la otra, que no perdió el tiempo para bajar un poco el pantalón y poder ver con atención el miembro.
— ¿Qué sientes?— le preguntó, como si se tratara de un experimento científico.
—Ah… es incómodo. Siento que no está bien que este así… que debería hacer algo al respecto.
Jinx asintió un par de veces y luego llevó su dedo índice, deslizándolo de abajo a arriba por el material negro.
— ¿Eh? ¿Qué paso?
—…
— ¿Ahora vibras? ¿Tienes frio?
—Deja de actuar inocente…
Jinx rio un poco y se estiró hasta alcanzar al superficie del bar, tanteando con su mano, buscando la cubitera con hielo.
Encontró muy pocos, y ya muy reducidos por el tiempo que habían pasado afuera. Acercó uno al falo y lo pegó a un costado de este.
— ¡No hagas eso!— se quejó de inmediato la otra, alejando el hielo de un manotazo.
— ¿Duele?
—Se sintió horrible.
—Oh, lo lamento… ya, con cuidado, con cuidado— le aclaró, viendo la expresión molesta de la otra—. Entonces el frio no… ¿Caliente si?— trató de adivinar, ya con la idea en su cabeza—. Mi boca estaba caliente también ¿No es así?
— ¡No hagas nada!
— ¿Cuál es tu problema ahora? Tú disfrutas del sexo oral.
—No creo que lo disfrute así ¿De acuerdo?
— ¿Puedo tratar?
— ¡No!
Jinx se sentó a su lado de nuevo y pegó su hombro y su cabeza a la puerta del bar, mirando a Caitlyn con reproche en sus ojos.
—Me estas aburriendo.
Caitlyn no dijo nada ante la nueva protesta. Trataba de pensar una solución desde que le era evidente que Jinx no le iba a ayudar a sacarse el dispositivo.
—La estábamos pasando realmente muy bien aquí arriba con los besos y… eso— comentó muy cerca de su oreja— puedo mantenerme en esta zona si es lo que quieres.
—Demasiado considerado de tu parte para ser cierto— comentó pero la punta de la nariz de Jinx rozando su oreja y mejilla la hicieron interrumpir— ¿…Qué es lo que quieres?
—No me porto tan mal, oficial— se trató de defender mientras dejaba algunos besos en la mejilla de la otra—. Te diré que… si no quieres que te toque con mis torpes manos-
—No dije eso.
—Tócate tú y muéstrame como se hace.
—¡¿Te parece que tengo experiencia con estas cosas?!
—Seguramente lo harás mejor que yo desde que "te puedo lastimar"… eres un bebé, lo juro.
—No lo sé.
—Por favor— pidió, pestañeando rápidamente, tratando de lucir encantadora para Caitlyn.
—Jinx-
La aludida la besó sutilmente en los labios antes de alejarse y tratar de mostrarse paciente, cosa que para la oficial lo hacía terrible, pero terminó por concedérselo.
Para sorpresa de Jinx, Caitlyn no hizo lo que le pidió, sino que con sus manos buscó una de las suyas y la condujo hasta el aparato, haciendo que rodee al falo sin presionarlo demasiado.
Ahora la mano derecha de Jinx tenía el miembro y Caitlyn la sujetaba por el dorso.
—Ah…— comentó la oficial tratando de enfocarse en algo en frente para no tener que ver lo que hacía o a la otra.
— ¿Se siente bien?
—Algo así…
Se armó de valor para comenzar a mover su mano y, por consiguiente, la de Jinx sobre el falo, de arriba hacia abajo con lentitud, para repetir.
—Se está poniendo más duro.
—Cállate…
—Yo no estoy haciendo nada— se burló la de Zaun— eres tú.
Caitlyn dejó de estimularse y Jinx la miró curiosa.
— ¿Quieres que lo siga haciendo así?— preguntó en tono juguetón, la oficial asintió— Estas toda roja y apenada… me dan ganas de besarte.
—…
—Si sigues viendo al frente e ignorándome voy a sentirme celosa de la pared… ¿Eso quieres?
La chica atendió de nuevo a la demanda y se perfiló hacia Jinx, viendo sus labios y como estos mostraban una sonrisa de satisfacción.
—Si no quieres hacer esto, solo dilo y-
— ¿Puedes masturbarme, Jinx?... por favor.
No esperaba que la interrumpieran, menos aun con una petición tan clara. Había logrado que su cabeza se acallara por unos momentos y no se le ocurrió algo para fastidiar a la otra.
—Oh… sí.
—Bien— felicitó la oficial, tomándola de las mejillas antes de que saliera con algún comentario ocurrente, para atraerla y besarla.
Apenas salir de la sorpresa por la acción, Jinx comenzó a mover su mano tal cual la otra le había enseñado antes. No tardó mucho para que el beso se sintiera errático y sintiera como el cuerpo a su lado se encogía.
— ¿Lo estoy haciendo bien?
—Odio cuando juegas a hacerte la inocente…
Jinx sonrió y se pegó más a Caitlyn, respirando de cerca en su oreja y esforzándose para aumentar el ritmo.
No necesitó mucho más tiempo para que sintiera a la otra temblar y, extrañamente, tratar de alejarla.
—Tranquila— le recomendó, haciendo presión en su agarre, recordándole en la posición en la que estaba— buena chica…
Jinx siguió estimulándola aun cuando sentía algo húmedo y pegajoso en la mano. Cuando creyó que ya había terminado del todo, se sentó rápidamente encima del regazo de Caitlyn y la observo con cuidado.
—Bájate…
—Curiosa forma de agradecer mis servicios— comentó dejándole de prestar atención y elevando su mano a la altura de su rostro para que ambas la vieran.
La sustancia le recordó un poco a la misma que ella podía producir en esas circunstancia, quizás un poco más espesa y de color claro.
— ¿Qué es eso?— se interesó Caitlyn.
—Te dije que esa cosa eyaculaba.
—Eso dijiste, ¿Pero qué es? No puede ser lo que pienso porque- ¡No hagas eso!
La oficial le tomó las manos apenas vio como Jinx sacaba la lengua y la probaba de sus dedos.
—Estoy tratando de averiguar lo mismo…— comentó con simpleza—. Es un poco amargo… algo dulce también… no sabe mal… no lo untaría en mi tostada de desayuno ¿Sabes? Pero no sabe mal…
—Por favor, cállate.
—Relájate, sombrerotes… es un juguete, te lo estas tomando demasiado en serio.
— ¡Lo que me hace sentir es muy en serio, idiota!
— ¿Oh? ¿Crees que lo sentirías más si me lo metes de una vez?
—…
—Tienes esa expresión ahora… como si te hubiera metido en un problema… me gusta esa expresión.
—Quítame esto.
—No.
—Jinx, me muero por hacerlo contigo, de verdad que sí, pero es obvio que subestime esta cosa… es demasiado sensible para mí, me hace sentir rara e incómoda y me predispone de una forma que… no sé qué hacer ¿De acuerdo?
—… Sí te das cuenta que nada de lo que dijiste me motiva realmente a quitártelo ¿Verdad?
— ¡Bien! Lo hare yo misma.
Caitlyn trató de alejar un poco a Jinx, y agarró el dispositivo con una de sus manos. Trató de quitárselo pero estaba realmente muy compenetrado con ella. Comenzó a dolerle cuando trató de ejercer más presión.
—Te vas a lastimar.
— ¿Cómo, idiota? Es plástico y algo más… ni siquiera es parte de mí.
—Pero tus nervios ya están muy comprometidos.
Jinx notó que la ignoraban y como la sheriff trataba de cerrar más el agarre y, antes de que pudiera hacer la situación peor, la tomó de las manos.
—Ya, ya… detente.
—Quítame esto.
—No lo hare.
—Entonces bájate y déjame en paz.
—Quizás… yo lo puse unos niveles más de lo que puedas soportar.
—…¡¿Qué?!
—Tiene como… niveles… puedo bajarlo un poco, así te queda más cómodo.
—Quiero que me lo quites.
—No lo hare, quiero divertirme contigo y con eso… así que… esa es mi oferta. Piénsala, medítala, aquí sentada arriba de ti, te espero.
—Jinx…
— ¿Sí, mi cielo?
—Agh… bien… y no me llames así, suena estúpido.
—Es lo que yo digo.
La de Zaun se alejó un poco para inspeccionar el aparato donde sabía que se escondían los pequeños botones, pero pronto las manos de Caitlyn interrumpieron su labor.
— ¿Qué?
—No intentes nada raro.
— ¿No confías en mí? ¡Me rompes el corazón!
— ¡Me diste muchas razones para no hacerlo!
—Ya, ya, solo cambiare el nivel— la tranquilizó, concentrándose de nuevo en el plástico— ¿Qué es lo peor que podría pasar?
Jinx apenas pudo deslizar su mano para correr los vasos del bar antes que su pecho pegara torpemente contra la superficie de la barra.
Trató de pararse en cuanto pudo, pero le doblaron el brazo hacia atrás y con fuerza la tomaron de la cabeza para que su rostro se pegara a la mesa.
—Ok… quizás sea momento de admitirlo… no lo pensé bien— habló apenas, perfilando su rostro al lado, solo logrando ver los pocos vasos de cristal que quedaban en la barra—… ¿Caitlyn?... ¡Caitlyn!
Trató de zafarse de la llave, pero la oficial la tenía bien controlada contra el bar. Sin esperar por nada más, sintió como tocaban su centro y la intromisión del miembro de un solo tirón.
Gritó en sorpresa pero luego comenzó a reír, sabiendo lo mucho que había perdido el control de toda la situación.
—Tienes… suerte…— trató de hablar mientras su cuerpo ya se movía contra la madera por el movimiento en contra de su cadera— que ya estaba lista… desde que nos besamos… agh… ¡Caitlyn!
Trató de soltarse, pero la otra elevó más su codo, haciéndola quejarse del dolor y rindiéndose obedientemente para que no siguiera presionándola.
Ahora estaba entregada mientras sentía como su centro era penetrado en un movimiento cada vez más rápido.
—Agh… es terrible pero… se siente bien…— confesó, riendo por lo bajo, sabiendo que la tenían totalmente sometida—. Aunque me duele el brazo… ¿Caitlyn?
Seguía sin tener palabras de la otra. Comenzaba a sentir los movimientos en contra de ella un tanto erráticos y cada vez más torpes.
—No quería usar esta carta contra ti, Caitlyn… pero si no paras ahora-
La tomaron fuerte de los cabellos y la presionaron más contra el bar, lo que le indicó lo inútil de razonar ahora.
—Bueno…— sentencio, aclarándose la voz antes de hablar— Caitlyn, por favor, duele… duele tanto.
Como si se trataran de palabras mágicas, las embestidas pararon inmediatamente.
—Dios, hasta en ese estado eres igual de imbécil y correcta— se quejó sintiendo como ahora podía mover su cabeza con más libertad.
— ¿Jinx?
La voz le llegó muy cerca de su rostro. Al perfilarse a un costado pudo ver el cabello de Caitlyn cayendo de lado. La chica se había inclinado en su cuerpo, pegándose a su espalda, tratando de recuperarse en esa posición.
— ¿Sí, amor de mi vida?— preguntó encontrándose con su rostro, tenía los ojos cerrados.
—No puedo… no puedo contenerlo…
—Ah… sí, ya lo note.
La de Zaun podía ver el esfuerzo que hacia la otra para mantenerse inmóvil, cerrando los ojos con fuerza y negando con la cabeza un par de veces.
Ya no se sentía tan apresada, así que aprovechó para perfilarse un poco más y acercar su rostro al de Caitlyn, lamiéndole los labios cuando tuvo la oportunidad.
—Estaba bromeando— le aseguró con una sonrisa cuando finalmente la otra abrió los ojos—. No duele… solo…serias tan amable de devolverme mi brazo.
Al soltarse pudo poner su pecho más cómodamente en la barra y suspirar. Las manos de Caitlyn estaban aún a ambos lado de su cintura, por lo que en realidad la otra seguía teniendo cierto dominio y no parecía querer cambiar eso.
Pasó su brazo derecho hasta tocar la nuca de la oficial y pegarla a la par de su rostro. Lamio sus labios nuevamente y parte del rostro que se le presentaba.
—No hagas-
— ¿Quieres continuar?— la interrumpió tratando de besarla en esa posición, la cabeza de Caitlyn asintió un par de veces— ¿Que te detiene?
—Dijiste-
—Mentí— la atajó sabiendo la razón—. No me duele, tranquila…
Sintió como la otra le dejaba húmedos besos por el cuello y cerca de la oreja, haciéndole cosquillas. Por respuesta abrazó fuerte su cuello para que, aunque no pudiera verla bien, lograra sentir su rostro y respiración como lo venía haciendo.
El pecho de Caitlyn se pegó a su espalda antes de comenzar a mover sus caderas nuevamente contra ella.
Jinx se mordió los labios cuando sintió que la presión era ahora más profunda que antes. Trató de darse estabilidad con su brazo libre, llegando a tocar el extremó del bar y alejarse un poco, pero entonces Caitlyn la rodeó con uno de sus brazos y la atrajo hacia ella.
—Espera…— le pidió, pero la chica ya había tirado con fuerza y la obligaba a levantar su dorso del bar.
La de Zaun tuvo que soltar la barra para tomar el brazo que ahora le apretaba el cuello. Caitlyn parecía no notar que la estaba ahorcando.
El movimiento se volvió cada vez más apresurado. Pensaba quejarse, pero entonces la otra mano de Caitlyn viajó desde la mesa hasta tocar su muslo, por debajo de la rodilla, levantándolo a un costado, aprisionándola contra la superficie del bar.
—Caitlyn…— alcanzó a decir, sintiendo el frio de la madera en esa pierna y como su otro pie apenas llegaba a estar en contacto con el suelo.
El miembro entró tan profundamente en esa posición que el cerebro de Jinx se quedó en blanco mientras presionaba su mandíbula.
Por algunos segundos la oficial no se movió y solo pudo escuchar su respiración errática cerca de su oído.
Trató de aprovechar la pequeña pausa para soltar la cabeza de la otra y ahora, con ambas manos, tratar de aflojar el agarre en su cuello. Esto solo provocó que la dueña de casa retomara los movimientos.
— ¡Por Dios! ¡Qué fuerte eres de repente!— se quejó incapaz de zafarse mientras la otra la atraía más hacia ella en cada embestida que daba.
Decidió dejar de luchar y simplemente abrazarse al brazo en su cuello hasta que la otra terminara.
La presión en su centro, y la velocidad que mantenía la oficial, se sentía bien, más que eso, sabía que no le costaría nada llegar y la otra parecía aun tener para un rato más largo. Lo único que le molestaba era la fuerza que estaba soportando su espalda para no quebrarse hacia atrás y lo entumecida que sentía la pierna que Caitlyn había elevado al bar.
Se rio de ella misma, mientras negaba con la cabeza cuando sintió como su centro se contraía y le mandaba espasmo por toda su zona.
Ya más enfocada ahora, sintió que por los movimientos de la otra, ahora solo tratando de profundizar y ya no tanto de alejarse y arremeter, acabaría también pronto.
Y así lo hizo, temblando pegada a su cadera, solo para alejarse y volver a pegarse aún más mientras escarmentaba, incapaz de alejarse del cuerpo que tan bien le hacía sentir.
Jinx agradecía ahora los leves movimientos de cadera de la otra, como si tratara de acompañar los estragos que había hecho previamente con una actitud más calmada. El agarre de su cuello se aflojó y fue capaz de apoyarse con ambas manos en el bar mientras recuperaba el aliento.
Por su parte, Caitlyn, atontada y confundida por lo que sentía, se alejó torpemente, dando unos pasos hacia atrás.
El falo se deslizó con facilidad del centro de Jinx y la oficial pudo ver un ligero rastro de líquido claro salir de su centro y mojar el muslo interno de la de Zaun.
La imagen le pareció extrañamente placentera y no pudo quitar la vista del cuerpo de Jinx, contra la barra del bar y aun con una de rodillas tocando la superficie, por unos momentos.
—Eres una… bruta, Keilin— se quejó la otra, finalmente siendo capaz de volver a apoyar toda la planta del pie en el suelo. Para cuando trató de bajar la otra pierna, todo su cuerpo se deslizó hasta quedar de rodillas frente al bar—. Agh… estoy cansada… me duele la cintura y la espalda… ¡Fuiste muy torpe, idiota!
— ¿Jinx?
— ¿Qué?— preguntó, pero al no recibir respuesta la buscó con la mirada. La encontró apoyada sobre la pared de en frente, aun con la camisa, aunque desabotonada y arruinada por completo. Tenía una expresión extraña en el rostro.
—Déjame hacértelo de nuevo.
—… ¿Qué?— preguntó sin darle crédito, mientras se ponía de pie en su lugar.
—Quiero hacerlo de nuevo— declaró, acercándose a ella.
La de Zaun se puso a la defensiva, extendiendo sus manos para que la otra no se acercara.
—Por favor.
— ¿Te estas escuchando?— se burló ahora, pero le dio gusto ver que por lo menos Caitlyn parecía respetar su negativa y mantenía la distancia que le había marcado.
—Sí. Quiero hacerlo de nuevo… por favor.
Jinx enarcó una ceja y le dio una nueva mirada. La chica en frente no parecía estar del todo en sí. Tenía las pupilas dilatas y trataba de enfocarse en ella como si fuera lo más importante y maravilloso que hubiera visto nunca.
Puso una de sus manos como pinzas y la tomó del rostro, apretando ambas mejillas para atraerla y así poderla observar de cerca. Caitlyn se dejó manipular obedientemente.
—Dios, te ves tan… rara— confesó Jinx— ¿Puedes sonreír para mí?
Caitlyn hizo lo que se le pidió. Ahora era Jinx la que estaba encantada.
El rostro de la otra era algo digno de enmarcar para ella. Sonreía estúpidamente, toda sonrojada y predispuesta, mientras solo tenía ojos para la chica que la sometía en frente.
—Pareces como… hipnotizada o algo así.
—Déjame hacerlo de vuelta— insistió, ladeando el rostro a un lado, haciendo que el corazón de Jinx saltara de repente.
—Dios… eres tan linda así… ¿Puedes hacer como un perrito?
La sheriff abrió un poco la boca y logró morder apenas el pulgar de Jinx, quedándose así, mostrando un poco sus dientes pero sin quitar la mirada atontada del rostro de la de Zaun.
— ¿Vas a hacer cualquier cosa que yo te pida solo por dejar que me la metas de nuevo? ¡¿De verdad, keilin?
—Te comprare todo lo que quieras…
—Pff ¿Qué?
—Hare lo que me digas… de verdad…
— ¿Todo por ponerla? ¿Cuántos años tienes?— preguntó moviéndole el rostro a un lado y al otro.
Caitlyn ya no contestó, solo se le quedo viendo con la misma expresión dedicada, esperando por la respuesta de la otra.
—Agh… esto es mi culpa— admitió la de Zaun finalmente, sintiendo un poco de remordimiento—. Lo puse en máximo en vez de bajarle… ¿Crees que podrías perdonarme?
La oficial asintió inmediatamente.
—Sí, eso dices ahora… mañana quizás me cuelgas.
—No lo hare si me dejas hacerlo de nuevo— confesó, acercándose para tratar de besarla, pero Jinx la alejó aun con su mano en el rostro.
Jugó un poco con ella, apretando sus mejillas y disfrutando la vista.
— ¿De verdad dirás y harás lo que yo quiera?
—Sí.
—… no solo vas a colgarme mañana… también le vas a disparar a mi cuerpo colgado… yo lo sé.
— ¿Quién es la más inteligente?
—Tú lo eres.
— ¿Más inteligente que tú? ¿Segura? El otro día dijiste algo diferente.
—Mentí, yo sé que tú eres más inteligente.
— ¿De verdad?
—Sí.
— ¿Dirías que soy impresionantemente inteligente?
—Eres brillante.
—…Demonios, que buena respuestas das en este estado.
No le había costado nada conducir a Caitlyn hasta su habitación. Ya estaba acostada en la cama, disfrutando de una Caitlyn en cuatro arriba de ella, a la cual le había dado órdenes de quedarse así y no acercarse más hasta que se sienta lo suficientemente halagada.
Le causaba gracia lo mucho que la otra parecía querer tirarse encima de ella, pero luchaba por obedecer a lo que se le pedía.
— ¿Y crees que soy bonita?
—Eres muy bonita.
— ¿Mas que tú? No puedes creer que lo sea más que tú, tú eres como… solo mírate… nadie creería eso…
—Yo lo creo.
—… Dios, amo esto— se emocionó en su lugar, llevándose la mano a las mejillas, no entrando en su dicha— ¿Te gusta hacerlo conmigo, Keilin?
—Sí, sí me gusta.
— ¿Qué tanto?
—Un montón.
—Vas a tener que esforzarte más que eso— comentó divertida— ¿Qué te gusta más? ¿Hacerlo conmigo o… tu té? ¡Espera, espera! ¡O tu rifle! ¡No, no! ¡Espera! ¡O tu sombrero!
—Te prefiero por sobre todo eso… de verdad me gusta hacerlo contigo.
—¡Agh, soy tan feliz con tan poco!— confesó cubriéndose el rostro y riendo— ¿Quién me quiere mucho? ¿Quién me desea tanto?
—Yo.
—Pff… esto es demasiado bueno. Estas toda idiota solo porque me la quieres poner de vuelta. De verdad vas a hacer lo que sea— siguió burlándose sin darle la posibilidad aun de acercarse— ¿Quién es una perra en celos? ¿Quién es?— preguntó agudizando la voz como si tratara con una mascota.
—Yo soy.
— ¿Quién esta tan enamorada y estúpida por mi ahora? ¿Ah?
—Yo lo estoy.
— ¿Estas qué?
—Enamorada y estúpida.
— Ciertamente— siguió divertida y tocándole la mejilla como quien acaricia a un perro que acaba de hacer un buen truco— ¿Quién me ama? ¿Quién me ama?
—Yo.
— ¿Yo qué?
—Te amo.
La sonrisa se congeló en su rostro por unos segundos, cayendo en cuenta de lo que se le decía. Ya no le causaba tanta gracia y miró con cierto asco a uno de los costados.
—Agh… que terrible sonó eso…— se quejó sintiéndose de mal humor de repente— tan falso como discurso pacifista noxiano.
Se dejó caer hacia atrás, siendo recibida por las sabanas y las almohadas y contempló el techo por unos segundos. La habitación estaba a oscuras y de repente se sentía fría.
—Te extrañe.
Jinx no alejó la vista del punto que había fijado arriba aun cuando escuchó bien las palabras. Se tomó su tiempo para mirar hacia abajo y volver a encontrarse con el rostro de Caitlyn.
La oficial ya no parecía tan atontada ahora y se esforzaba por enfocar su mirada en los ojos de Jinx.
—Repite eso— ordenó la de Zaun, estirando sus brazos, concediéndole a Caitlyn finalmente acercarse.
La dueña de casa no perdió el tiempo y tiró su cuerpo con lentitud arriba de la de Zaun, posicionando su rostro justo encima del suyo.
—Te extrañe— repitió como se le había pedido. Jinx pudo notar la honestidad en las palabras y reconoció que genuinamente se trataba de una Caitlyn más consciente.
—Una vez más— pidió, mientras se abrazaba a su cuello.
—Te extrañe tanto— volvió a decir y, mientras hablaba, sus labios ya rozaban lo de la otra.
Jinx sonrió complacida, lanzando un pequeño bufido arrogante antes de tomar la boca de Caitlyn.
Aprovechó para quitarle finalmente la camisa a la oficial, riéndose por como la otra no quería despegarse de sus labios aun entendiendo que se le desvestía.
—Quítame esto, por favor.
—Agh… vas a interrumpir esto para pedirme eso de nuevo ¿En serio?
—Jinx…
— ¿Por qué? ¿No te gusta? ¿No se sintió bien en el bar?
—Se sintió realmente bien.
—Entonces déjalo… aparte… te prometí que te dejaría hacerlo de nuevo… y tú cumpliste muy bien con tu parte…
—No me importa, realmente…
— ¡Dios! ¿Te das cuenta que esa cosa esta regulada para embarazar ancianas de 80 años ¡Y aun así eres capaz de ingeniártelas para que tu sentido del deber y lo correcto prevalezcan!? ¡Ni siquiera me estas violando o haciendo algo que yo no quiero!
—Es demasiado extraño… lo que siento… se siente diferente…
— ¿No te gusta?
—No lo sé.
—Lo intentemos una vez más ¿De acuerdo?— ofreció y pudo ver que la otra no estaba tan convencida— En el momento que sientas algo desagradable nos detenemos… te quito eso y te doy una paleta sabor fresa para que no llores.
—… de verdad no puedo controlar esto, Jinx.
—Está bien, déjamelo a mí.
—… Eso no salió muy bien la última vez.
— ¿De qué hablas? Salió increíble.
No esperó a que la otra volviera a quejarse. Su mano viajo tocando su abdomen hasta llegar finalmente al artefacto y tomarlo con cuidado.
—Levántate un poco— pidió y Caitlyn obedeció levantando sus caderas. La de Zaun abrió un poco sus piernas y ubicó la punta del juguete en su entrada— ¿Se siente bien?
—… creo.
— ¿Puedes terminar de meterlo? En esta posición se me complica un poco ¿Sabes?
Jinx pasó nuevamente sus manos, para acariciar la nuca de Caitlyn mientras esta pegaba de nuevo su cuerpo, acercando su cadera a ella.
— ¿Y ahora? ¿Se siente bien?— preguntó y la oficial asintió una par de veces, incapaz de hablar. Podía ver de nuevo esa expresión confundida y encantada—. Habla conmigo, quiero saber más.
—Se siente bien… húmedo… y cálido… siento que me derrites… de alguna forma…
—Oh…— exclamó con gracia, acariciándole el rostro—. Así que solo con esto te hago sentir bien… estoy un poco orgullosa de mi misma.
Jinx se movió un poco, en el escaso lugar que le dejaba Caitlyn, riéndose cuando la chica escarmentó en el lugar.
—Vamos… no me dejes sola haciendo esto— pidió, tratando de llamar su atención— ¿No dijiste hace un momento que me habías extrañado?... muéstrame que tanto
Caitlyn comenzó a mover sus caderas, arriba y abajo, sin despejarse mucho realmente del centro de la otra. La de Zaun disfrutaba viendo el esfuerzo que ese hermoso rostro hacía por no perderse y caer en la torpeza y brusquedad de sus movimientos solo para poder llegar más rápido al placer, pero al cabo de poco tiempo ya lo había perdido de nuevo por completo.
Entre las embestida que recibía, cada tanto Caitlyn la besaba, otra veces solo pegaba su frente a la cama, al lado de su cabeza y solo se concentraba en moverse, y otras trataba de alejarse, encorvando su espalda hacia atrás.
Le parecía, cuando poco, divertido observarla. Ver algo, que Jinx consideraba tan lindo, desesperado por alcanzar un objetivo con su cuerpo, le excitaba y la llamaba a tocarla para no solo poder disfrutarlo con sus ojos, sino bajo su tacto.
—Es como si… tuvieras fiebre en todo el cuerpo— comentó con gracia, pero al hablar escuchó como su propia voz se entrecortaba. Estaba agitada también.
Caitlyn pasó su mano por la pierna izquierda de Jinx, y repitió una acción que antes le había ayudado. Apoyó toda su palma en el muslo interno y corrió la pierna hacia arriba y al costado. Con su otra mano pegó la cintura de Jinx a la cama para que dejara de moverse tanto y trató un nuevo acercamiento.
—Dios, no…— comentó de inmediato la otra, enredando sus dedos en los cabellos de la nuca, cerrando el puño con fuerza para luego tirar de ellos—no… espera.
Los movimientos bajaron su ritmo, pero no se detuvieron. Caitlyn contempló el rostro que tenía abajo y, apenas la vio reír, retomó el ritmo de inmediato.
— ¿Jinx…?
—Sí, sí… lo sé— le contestó, entendiendo la necesidad en su voz—. Esta bien, trata de acabar.
Ella también lo sentía cerca y presionaba el agarre en la nuca, tratando de atraer más a la otra a su cuerpo sin importarle si le estaba ocasionando algún daño o no.
Se concentró en alcanzar su propio climax, pasando la pierna que tenía libre para rodear la cintura de Caitlyn y hacer que se pegara a ella cuando lo necesitara.
Apretó los labios para ayudarse a contener la respiración y luego los abría, dejado salir ruidosos jadeos que la hicieron reír. Realmente sentía que la estaba pasando bien.
Se pegó con fuerza a Caitlyn, luchando para que la otra solo la penetrara más sin alejarse. Trató de mantener esa posición mientras sentía que su cadera se sacudía mínimamente contra el miembro, en el lugar, sin siquiera ella poder controlarlo.
No tenía ni idea si Caitlyn había logrado llegar o no, pero al estar satisfecha se tiró en la cama con los ojos cerrados mientras disfrutaba todavía de la oleada de placer.
—Jinx…
— ¿Mmm?— se interesó finalmente, la otra ya no se movía tanto y había comenzado a aflojar de a poco su agarre en la pierna— ¿Acabaste?
No obtuvo respuesta, sintió el cuerpo de Caitlyn tiritar arriba del suyo.
—Tomare eso como un sí— concluyó volviendo su atención al techo—Oye… ¿Me ensuciaste mucho ahí abajo?
—… eso creo.
—Genial… estoy muy cansada como para tomar una ducha.
—Lo lamento…
— ¿Por qué? Yo no lo lamento para nada. Dormiré así… Creo que ya puedes salir de mi ¿Sabes?
Caitlyn tomó la recomendación y se alejó de su cuerpo, podía verle el rostro ahora y se apiado de la pena y necesidad que aun pasaba por este, levantando un poco su espalda y dejando varios besos en él.
—Buen trabajo— felicitó, tratándola de nuevo como una mascota.
— ¿Puedes, ya, quitarme esto?
—Y dale con eso… ¡Bien! Ponte de lado.
La sheriff dejó caer su cuerpo a un costado y pudo ver como Jinx finalmente ponía sus manos en el aparato.
—Espera unos segundos así y luego debería de salir con facilidad.
Jinx también se quedó de costado en su lugar, perfilada a Caitlyn, observándola mientras ambas se recuperaban.
—Tan linda— comentó contenta mientras extendía una mano y le volvía a tocar el rostro—. Lo juro, a veces me llega a enfermar lo bien que te ves.
Cuando creyó que ya había pasado el suficiente tiempo, ella misma inspeccionó de nuevo el miembro, tratando de quitárselo con cuidado.
— ¿Duele?
—No…
—Bien— terminó diciendo para ejercer la fuerza necesaria que hizo que este se deslizara fuera del centró de Caitlyn.
Lo observó por unos momentos, sabiendo que aún le daba curiosidad, pero, priorizando el agotamiento que llevaba, sencillamente lo lanzo detrás de su hombro y se olvidó de este.
— ¿Ya? ¿Mejor?
—Sí.
—Genial— felicitó, acomodándose para poder dormir.
Pronto descubrió que la insistente mirada de la otra alejaba a su sueño y le devolvió la vista molesta.
— ¿Qué?— preguntó de mala gana, pero solo consiguió que la otra se acercara a su rostro para besarla sutilmente.
—Gracias.
— ¡Dios! No me hagas esto ¿Ahora me vas a agradecer por corrida?... Gasta saliva en algo más productivo, si sabes a lo que me refiero-
Caitlyn volvió a besarla para evitar tener que escuchar más de sus ocurrencias y sonrió sobre sus labios al sentir que se le correspondía.
Al alejarse pudo ver el rostro avergonzado y sonrojado de Jinx, que aun luchaba por mostrarse con una actitud altanera, sin mucho éxito.
—Lo disfrute bastante… gracias.
—Cállate.
—En especial cuando te veías tan pequeña debajo de-
— ¡Cállate!— le gritó cubriéndole el rostro con su mano, pero la sintió reír en el silencio de la habitación—. Duérmete de una vez o vete a ordenar el desorden que hiciste en el bar.
— ¿Me vas a correr ahora?
—Si no te duermes, sí.
—Entonces… ¿Quieres que me vaya?
—…
—Porque creo que ya habíamos aclarado que no querías eso.
—Agh… con una palanca de dónde agarrarte eras más fácil de controlar…
— ¿De verdad?
—Absolutamente… ahora duérmete.
Jinx se sintió incomoda cuando la mano de Caitlyn le tomó el rostro. Trató de alejarla hundiéndose en su almohada pero la chica insistía.
—Tierna.
—¡Agh!
—Me gustó bastante— terminó, también acomodándose en su lugar—En realidad… tú, en general. Creo que no es bueno para mi salud pero… me gustas demasiado.
