Nota del autor:
Señor Calamardo, venga a ver esto.
-Parte 5-
Caitlyn despertó de a poco siendo rodeada por la luz de día.
Sabía que ya debía ser muy tarde y consideraba perdida la jornada laborar de la mañana.
Buscó a Jinx en su lado pero no la encontró.
Se tomó su tiempo en la cama, jugando con las sabanas y pasándose al otro lado. Aun recordaba todo lo vivido la noche anterior y quería quedarse así por más tiempo.
Unos sonidos en la planta baja llamaron su atención, concluyendo que solo podría tratarse de su compañera.
Con pereza se preparó y decidió bajar.
— ¿Qué estás haciendo?— fue la forma de introducirse en la cocina esa mañana.
Jinx parecía haber estado despierta desde hace un par de horas. Estaba limpia y con ropa casual, parecía preparar algo demasiado elaborado en la cocina por el desorden que ya había ocasionado.
—Mmm helado… batido… o algo así.
— ¿Qué?
Caitlyn vio como la licuadora hacia un ruido terrible, como si le hubieran puesto algo sólido, pero Jinx actuaba como si fuera normal.
Podía ver dos botes de helado en la isla, una cubitera de hielo, leche, azúcar, chocolate, crema y otras cosas esparcidas por el lugar.
Finalmente la de Zaun detuvo la máquina y puso dos vasos enormes para verter su contenido, una pasta muy liquida de color rosa.
No conforme con todo lo que ya parecía llevar esa solución, agarró el bote de crema en spray y lo llenó hasta cubrir por varios centímetros la superficie.
La nariz de Caitlyn se movió a un lado en rechazó cuando Jinx puso el vaso en frente suyo. Tenía un olor extremadamente dulce e invasivo.
—Creo que prefiero una taza de café— rechazó sin darle una oportunidad al batido.
—Claro— comentó sin importarle realmente, mientras tomaba un buen sorbo de su vaso y se manchaba la cara con la crema, sonriendo complacida al degustarlo.
Se preparó su café mientras ahora veía como Jinx trataba de improvisar un sándwich con dos trozos gigante de waffles y mentía en su interior tanto ingredientes salados, como jamón y queso, como dulce con frutillas y más crema.
— ¿Sientes mucha hambre?— se interesó volviendo con su café a la isla.
—Oh, por Dios, sí… ¿Tú no?
Caitlyn lo analizó por unos segundos y en efecto, se sentía hambrienta, de repente creyó que el café no bastaría.
— ¿Quieres que te prepare uno?
—Eh… no, gracias.
—Está bien— comentó sin más, pero al ver con detenimiento a la otra, terminó por prepararle un nuevo waffle en la máquina, sin agregarle nada y solo pasándole de la alacena el pote de miel—. Tu comida es aburridamente simple igual que tú.
—Tu comida es… simplemente demasiado… igual que tú— devolvió de inmediato
Ambas se concentraron en comer por unos segundos. Caitlyn disfrutaba tanto de los momentos de silencio como en los que la boca de Jinx parecía no tener descanso.
— ¿No trabajas hoy?— preguntó finalmente, con la boca llena.
—De hecho si… debí salir temprano.
—Parecías dormir realmente bien, no quise despertarte.
—Que considerada…
—Si te lo dijera, te llegarías a sorprender mucho de lo muy considerada que "sí" soy contigo, Keilin.
—No me digas…
Caitlyn la miró con gracia y la otra le sostuvo la mirada, sonriendo de forma graciosa luego.
— ¿Qué?
—Anoche fue divertido.
—Ah… anoche— comentó también con gracia la sheriff, volviendo a su café.
—Pareces incomoda ¿Estas avergonzada? Luces avergonzada ¡Deberías estarlo! ¡Depravada!
—Cállate… tu parecías retorcerte como si quisieras que te llegara hasta la garganta ¡Desde abajo!
— ¡Pues tu parecías querer intentarlo!
— ¡Si te hubieras visto, no me podrías culparme de hacerlo!
—Lo sé, soy irresistible.
—¡Eres un dolor de cabeza!
—¡Awww! ¿Le hice doler la cabeza al cerebrito de la policía de la ciudad?…— se burló mientras se acercaba y la abrazaba, zarandeándola un poco, evitando que siga tomando su café—. Ya, ya, te curare.
Comenzó a besarle la frente, haciendo ruidos graciosos.
—Agh… luces feliz.
—Me siento de buen humor… quizás y no salga a esparcir el caos hoy.
—… ¿Si lo hago todos los días contigo entonces puedo evitarlo para siempre?
—No…
—Debía intentarlo… por la ciudad.
Sin cambiar su humor, y aprovechando que tenía a la otra aun encima, dirigió su cabeza buscando el beso de los buenos días, pero Jinx se alejó casi de inmediato con una expresión de asco.
—Puag… sabes a café— se quejó y extendió su mano a la isla tomando el batido que Caitlyn no había bebido— Ten, toma esto.
—Realmente no quiero-
—Te besare cuando sepas bien.
La oficial echo la vista así arriba y negó, pero terminó dejando que Jinx le diera de beber. Era ridículamente dulce como había pensado que seria, pero también muy frio.
—Enjuágate— sintió que se le ordenara, y temiendo que se le obligara a tomar otro sorbo, se pasó el líquido por toda la boca— traga… buena chica.
— ¿Puedo tener mi beso ahora?
—Sí, supongo que sí — comentó divertida mientras le tomaba las mejillas y la acercaba.
Los próximos días trascurrieron relativamente con calma.
A Caitlyn le hubiera gustado tener más tiempo libre, pero con la cumbre de líderes en Piltover y el velar por la seguridad de todos, hasta su culminación, la mantuvo realmente ocupada.
Jinx parece no tener intenciones de atentar contra su ciudad, no entendía muy bien el porqué, pero tampoco iba a preguntárselo.
De las pocas veces que compartieron luego de incidente de la estación, la vio trabajar en algo pero aun no adivinaba que se trataba.
Finalmente todo acabó bien para la reunión y su desconcentración se llevó a cabo sin inconvenientes.
Pensaba que podía adelantar algunos cuantos informes en la oficina ese día para tener desocupado el fin de semana, y con eso en mente, decidió aplicar horas extra y concentrarse en su trabajo.
Solo se detuvo para buscar algo que comer en la sala de descanso, encontrándose allí con una escena poco usual.
Reconocía a George en una de las mesas, estaba acompañado por su compañera Gina y otro subordinado nuevo, parecían tratar de consolarlo.
—Perdí mucho dinero en eso…
—Quizás puedas pedir un aumento, solo por este mes...
Caitlyn se acercó luego de preparar su café. Le parecía una mejor idea distenderse unos momentos antes que dedicarse a sus informes nuevamente.
— ¿Qué ocurre aquí?— quiso saber, tomando un lugar en la mesa, dándoles a todo una sonrisa para saber que estaban en confianza.
—Oh, sheriff… no es nada — comentó con cierta vergüenza el tipo, encogiéndose en su lugar.
—Dile la verdad, George… si hay alguien que puede ayudar, esa es la sheriff.
—Daré mi mejor esfuerzo— trató de animar Caitlyn y vio como el tipo de a poco se perfiló hacia ella, pero sin mirarla.
—Vera, mayor… sucedió algo espantoso— comenzó el enorme sujeto, pero no pudo continuar.
—Hace unos días, asaltaron a George— terminó explicando uno de sus compañeros—. Entraron a su casa a robar mientras él y su mujer no estaban.
—Oh, eso es terrible— comentó con verdadera empatía la oficial— ¿Se llevaron demasiadas cosas de valor?
—No, sheriff… solo una cosa… pero algo realmente costoso.
— ¿Ah sí? ¿El criminal tenía un objetivo fijo?
—Es difícil saberlo… se trata de algo que compramos con mi esposa… lo veníamos planeando desde hace un tiempo.
— ¿Qué es?
—Ah, es vergonzoso decirlo, mayor, no me vaya a juzgar, tiene una finalidad muy noble, se lo aseguro— siguió el hombre, buscando la mejor forma de decirlo—. Se trata del nuevo strap-on 3080 G Force Trio.
—… ¿Eh?— preguntó ladeando al cabeza, su mente se negaba a razonarlo.
—Lo habíamos encargado por recomendación de Anita. Apenas llegó a la casa y ya estábamos planificando cuando usarlo, quizás este fin de semana… pero nos asaltaron.
"Jinx robo eso… casi de seguro. Nunca le plantee como lo consiguió, di por sentado que esas cosas se conseguían y ya… ahora me entero que es muy costoso… agh, estaba demasiado concentrada en el caso de la estación."
—Por favor, sheriff, antes de juzgarme, escúcheme, no soy un pervertido ni tenemos fantasías extraña con mi mujer.
—Ah… no iba a juzgarte… no estaría en el derecho…
— ¿Perdone?
—Nada, solo… no iba a pensar mal de ti, George, por favor, no te esfuerces tanto en excusarte— terminó diciendo, tratando de concentrarse.
—Como le iba diciendo, Anita nos recomendó ese curioso aparato.
— ¿Anita? ¿La doctora Anita? ¿De la morgue de la jefatura?
—Sí, la misma. Vera Sheriff, como usted bien sabe, yo sufrí los disparos de ese atentado al museo hace un tiempo.
—Oh, sí, recuerdo que estuvo muy grave, había perdido mucha sangre… un disparo terrible en la zona baja.
—Sí… realmente me tomó mucho tiempo recuperarme pero… luego de complicadas cirugías todo estuvo bastante bien… es verdad, pero luego me case. Con mi esposa planificamos tener hijos, pero el daño que yo llevaba… nos fue imposible concebir uno.
Caitlyn escuchaba atenta, no sabía porque pero sentía que de repente algo no estaba bien. Como si le hubiera estado faltando algo en una ecuación que no sabía que estaba interesada en resolver, y de repente alguien le estaba dando todos los números y símbolos que faltaban.
—La doctora Anita nos habló muy bien de este aparato. Se segmenta y adapta a cada cuerpo, hombre o mujer y, regulándolo con una finalidad específica, puede trasmitir la carga genética necesaria de su portador hacia un medio fértil… bueno, ella entendía mas de este tema, se tomó inclusive el tiempo para explicárselo a mi esposa… estábamos realmente esperanzados.
—No entiendo.
—Nosotros, bueno, yo… mas allá de parecer un juguete sexual curioso, esperaba poder embarazar finalmente a mi mujer y… cumplir nuestros sueños.
El hombre se sintió orgulloso de lo bien que había explicado su caso ahora, pero al ver a su superior se preocupó de nuevo.
Caitlyn parecía congelada en su lugar. La expresión estaba endurecía y apenas pestañaba. Tenía una ligera sonrisa ausente y ninguna podía decir desde que momento los había dejado de escuchar.
— ¿Sheriff?... ¿Mayor?
La aludida pareció reaccionar, abriendo la boca un par de veces, para luego cerrarla y volverse a quedar dura en su asiento.
— ¿Está todo bien?
—Anita— dijo finalmente— ¿Sa-saben si Anita está en el edificio aún? Necesito hablar con ella…
—Oh… sí, la vi trabajar hoy, mayor.
Caitlyn asintió pero no se levantó de su lugar. Volvía a estar ausente y abría la boca pero nada salía de ella.
— ¿Mayor?
— ¡No puede ser!— gritó finalmente poniéndose de pie, asustando a los demás— ¡Ella no iría tan lejos! ¡No! ¡No! ¡Calma! ¡Calma!... esto es solo un malentendido… un malentendido… esto es… esto es estúpido… me estoy haciendo problemas por nada… es imposible… no hay forma… todo está bien.
—¿Mayor?— trató el hombre luego de ver que la otra parecía calmada para luego reír de forma siniestra antes de negar con la cabeza— ¿Está todo bien?
—Todo está perfecto… solo… iré a ver a Anita ahora ¿Sí?— concluyó sintiéndose con más confianza— Lamento mucho tu perdida, George, seguro algo podemos hacer al respecto ¿De acuerdo?
—Oh, sí, gracias, sheriff.
—No, tu gracias… en serio— concluyó muy convencida de lo que decía— será mejor que le haga una pequeña visita a Anita ahora… hay unas cosas que… necesito que me explique con calma.
—¡¿Estas idiota?!
—¡¿Por qué me está gritando?!— se defendió la doctora, resguardándose detrás de su escritorio— ¡Yo no cree ese dispositivo!
— ¡No! ¡Pero me estás diciendo una estupidez tan grande que no puedo creerlo! ¡¿Cómo es posible que esa cosa pueda embarazar a cualquier ser?!
—… no a cualquier ser… a uno que tenga la capacidad de gestar… de hecho.
—¡¿Qué?!
—Esa cosa fue diseñada para poder impregnar a seres que puedan gestar… no a cualquier, no puedes, por ejemplo, hacer que un hombre quede embarazado porque no tiene un medio en donde un embrión pueda crecer pero-
— ¡No me interesa que me expliques toda la teoría!
— ¡Pero si viniste aquí, como el demonio, a que te explicara justamente eso!
— ¡Solo dime lo que me interesa saber! ¡¿Si yo uso esa cosa puedo embarazara a una mujer!
— ¡Sí, si esta calibrado para eso, sí!
— ¡Eso es imposible!
—¡¿Por qué?!
— ¡Porque es ridículo!
— ¡Caitlyn! ¡Literal! ¡Tenemos una rata que habla! ¡Un monstruo que no es capaz de formar una oración correctamente con un doctorado y un consultorio en funcionamiento! ¡Un niño tercermundista capaz de retroceder en el tiempo! ¡La mitad de la población es actualmente mitad máquina y mitad lo que sea que Dios lo trajo al mundo! ¡Y Seraphine escucha almas cuyo sonido reproduce mediante un micrófono, hecho de cristales, sacado del culo de unas cucarachas milenarias! ¡¿Y a ti te parece ridículo esto?!
—Agh…
Sentía que la cabeza le iba a explotar mientras repetía una y otra vez el encuentro aquella noche con Jinx.
A medida que más lo analizaba peor se hacía todo.
"Lo puse a la máxima potencia" "Sabe amargo" "Me ensuciaste mucho allí abajo" "Esta calibrado para embarazar a una anciana de 80 años"
— ¿Cuál es el problema? Es un avance enorme, trae muchas soluciones… ¿Por qué te molestas? No es malo.
—Lo use en Jinx y le acabe dos veces adentro.
—… ¡¿Por qué hiciste eso?!
—¡Porque no tenía idea que esa cosa fuera así de peligrosa! ¡Pensé que era solo un juguete!
—¡¿No leíste el empaque?! ¡Las instrucciones! ¡¿Cómo lo regulaste?!
—¡Jinx se encargó de todo! ¡No sé nada sobre esas cosas! ¡Solo la use en ella! ¡Varias veces! ¡Fue estúpido! ¡Lo admito! ¡Por favor, mátame!
—¡Ok! ¡Ok! ¡Tranquila!
—¡¿No escuchaste lo que acabo de decir?!
—Sí, y entiendo que estés como idiota ahora, pero para que todo se dé, tiene que pasar un montón de factores ¿De acuerdo?
—¡Yo odio a los bebés!
—Caitlyn.
—¡Jinx no puede estar embarazada! ¡No puede!
—Escúchame.
—¡Me imagino la escena tan bizarra de ella arriba de un misil con el abdomen abultado!
—¡Quizás no lo está!
—Mientras dispara con su metralleta el embrión estará bailando reguetón golpeándose en todas las paredes del útero.
—¡Caitlyn!
—No lo va a amantar con leche sino con pólvora.
—¡Ya basta!— le gritó y pudo ver que por lo menos la sheriff se callaba solo para estrujarse la cara con sus manos varias veces— Esa cosa necesita un tiempo en uso para absorber la información genética, por lo menos 1 horas.
—Lo use como por 4.
—¡¿Qué?!
—O sea, no es como si lo hubiéramos hecho 4 horas, sino que ya lo tenía desde antes… quizás 2 horas, y luego… otras 2 horas…
—Oh… está bien… ¿Estas segura que… cuando acabaste… lo hiciste bien?
—Si por "bien" te refieres a "Bien adentro"… sí.
—Bueno, quizás Jinx si reguló bien el aparato para que solo sea un juguete y nada más.
— ¿Esa es la única esperanza que tengo? ¿Qué la lunática que me gusta haya sido lo suficientemente responsable esta vez?
—… habla con ella.
— ¡No hablare con ella!
— ¿Por qué no?
— ¡Porque la voy a matar!
—Piénsalo bien, ¿Por qué Jinx quisiera tener un hijo contigo?
— ¡Para torturarme!
—… y veo que lo está logrando desde ya, pero, por favor, piénsalo mejor ¿Ella dijo algo?
— ¡No! Esto fue por una estúpida apuesta ¡Ella quería usarlo en mí! ¡Nada de esto lo planeó realmente!
— ¡Bien! Excelente… entonces quizás… solo quizás… estas exagerando un poquito.
Caitlyn apretó la mandíbula para no seguir gritando y trató luego de respirar a profundidad. Sabía que las posibilidades de que nada estuviera pasando realmente eran muchas. Conocía a Jinx, no podría estar meses sin hacer nada solo cuidándose, lo sabía ella, lo sabía Jinx, lo sabía la ciudad. Tantos meses sin caos sería una bendición de otro tipo.
Lamentablemente también sabía que la otra era impulsiva y no solía pensar con claridad respecto a diversos temas, ser cuidadosa para que este tipo de cosas no pasaran aun si estaba excitada de por medio, era una de esos temas.
—Está bien… hablare con ella… quizás tengas razón.
—Perfecto…— trató de acompañar Anita— Ah… si sirve de algo creo que es difícil que pase lo que tú crees que pase… ya sabes, Jinx es de Zaun… las personas ahí están expuesta a ciertas cosas poco saludable… y ella particularmente fue expuesta a químicos que alteraron mucho su ADN.
— ¿Crees que sea infértil?
—Quizás… o quizás solo dará a luz algo radiactivo…— analizó científicamente, pero al ver la mirada de la otra se encogió en su lugar— que seguramente… ¿Tendrá lindos ojos?
No fue una sorpresa para ella descubrir que Jinx ya no estaba en la mansión. Ni siquiera la llamó, solo la buscó por el lugar y notó que faltaban algunas cosas, las mismas que solía llevarse cuando salía de la ciudad.
Trató de dar también con el aparato o con cualquier indicio de este y no lo encontró. Ahora que lo pensaba bien, no lo volvió a ver desde que Jinx se lo quitó esa noche.
Entró al taller y fue recibida inmediatamente por un robot que tenía toda la parte de la cabeza abollada a balazos, sabía que era uno de los favoritos de Jinx, pero por el gusto que a la chica le daba torturarlo.
La máquina se acercó con un paquete y un sobre color rosa pastel. Caitlyn lo miró con desconfianza pero terminó aceptando el sobre. Reconoció la caligrafía de Jinx y tuvo que armarse de valor para abrir y leer la carta.
"Querida Idiota.
Debo dejarte ¿Por qué? No puedo decirlo. ¿A dónde iré? No puedes saberlo. ¿Cómo llegaré? Ah… todavía no lo decido. Pero puedo decirte algo… me tomara como unos 9 meses … sí, con un poco más de 9 meses sin que me veas todo estará bien y-"
Caitlyn no terminó de leer la nota, solo la estrujo y luego se la pegó en la frente. Le llamó la atención que alguien le tocaba el hombro y vio como el robot le extendía otro papel.
Lo tomó y leyó.
"Es solo una broma, idiota"
Le dio la vuelta, para leer el dorso, conociéndola.
"¿O no?"
Repitió la acción y arrugó el papel con enojo, respirando profundamente para contenerse. El robot volvió a llamar su atención y esta vez le ofreció el paquete, el cual él mismo abrió de inmediato.
Una explosión de colores celestes y rosas le manchó la ropa y la cara al tiempo que algunos globos y tiras de colores a juego salían de allí, activando un sonido de bocina la primera vez.
La sheriff ni se inmutó, miraba con seriedad y calma al robot, que ahora aplaudía lentamente mirando los globos y el confite que Jinx seguramente había programado con antelación.
Caitlyn suspiró y sacó su arma reglamentaria, disparándole en la cabeza al subordinado de la de Zaun, haciendo que este cayera duro de espalda, entendiendo finalmente porque a la otra le gustaba tanto torturarlo.
Nota del autor:
Ojala hayan disfrutado este Spin-Off.
Como verán su finalidad no era otra más que tratar de sacarles una que otra sonrisa y mostrarle como me imagino la dinámica de estas dos como pareja.
Este es el volumen 1 y hay un volumen 2, pero de ese no van a tener noticias hasta que Symbolism avance más.
Ame escribir el capítulo 4 de esto, como les dije, me costó, pero siento que es una de las mejores escenas eróticas que hice, aunque quizás esto también se deba solamente a lo mucho que me gusta esta pareja.
Yo sé que es un final muy random, pero me lo imagine así desde siempre, aprovechando que me tomo libertades al no ser canónico con respecto a la trama principal.
Solo me quería divertir un poco, supongo.
