CAPÍTULO 2. Valoraciones


Comentarios de reviews:

Ladywarrior95 y TraviesaK64: Me sorprende que haya gente que haya llegado al final de mis tocho-paranoias XD. Y me agrada que os gusten mis líneas rojas, las cuales vienen a ser lo que me gustaría encontrar en otros fics: que no los dejen inconclusos y que se parezcan al manga. A fin de cuentas, si llegas a un fandom es porque te ha gustado el manga/anime en cuestión y esperas leer más historias de sus personajes. Si bien he leído historias de todo tipo, reconozco que con el tiempo me he ido haciendo muy selectiva, por lo que suelo centrarme más en las que se basan en el manga que me trajo allí ^_^º

En fin, os dejo con el siguiente capítulo. Espero que os guste ;-D


CAPÍTULO 2. Valoraciones

Shoto miró de nuevo la hoja que tenía en la mano. En realidad, él sabía cuál era el motivo por el que había suspendido sin necesidad de que se lo hubieran puesto por escrito. Por eso tampoco necesitaba ayuda para saber cómo corregirlo.

Pero había descubierto que Yaoyorozu era una compañera a la que le gustaba ayudar a los demás en sus estudios. Sus notas eran las más altas de la clase desde que empezaron el curso y, durante los exámenes finales semestrales, la había visto emocionarse mucho por el hecho de que sus compañeros le pidieran ayuda. Había formado un grupo de estudio con algunos de su clase —incluidos Kaminari y Ashido, dos de los alumnos con peores calificaciones—, y había ido bien para todos. La había visto feliz tras comprobar que su grupo de estudio había aprobado sin problemas y, sólo por eso, Shoto se vio estirando la mano para darle el informe.

Yaoyorozu lo cogió emocionada y se puso a leerlo en su camino hacia el autobús. Si hubiera sido otra persona, ni se le habría pasado por la cabeza dárselo al no tener la seguridad de que lo hiciera por verdadero altruismo o sólo por cotillear. Pero le constaba que ella sí lo hacía con buena intención y de ahí que ahora estuviera tan concentrada leyendo las líneas escritas.

No se podía decir que tuviera una excelente relación con sus compañeros, pero tampoco era mala. A diferencia de otros que habían formado sus pequeños grupos de amigos, él solía moverse por la escuela en solitario. Su carácter jamás había sido demasiado extrovertido, por lo que, aunque no tenía problemas para juntarse en la cafetería con quien fuese para comer, tampoco era de los que se preocupaba de esperar a alguien para irse juntos a casa.

Miró a Yaoyorozu con más detalle. Era una chica más animada y atenta que él. Además, desde su perspectiva, era la más atractiva de la clase. Quizás no era mucho decir si tenía en cuenta que sólo había seis chicas y Hagakure era la mujer invisible; pero por eso tampoco tenía problemas en extender esa comparación a todo el curso. Y, por si no fuese poco, Yaoyorozu era de buena familia. No sabía dónde vivía, pero había oído a Sero alucinar con cómo era su mansión por dentro.

De modo que había tenido la percepción de que su vida había sido fácil… Todo lo fácil que no había sido la suya.

Pero entonces, en el examen práctico, cuando los habían emparejado contra el profesor Aizawa, había salido toda su inseguridad a relucir. No se lo había esperado siendo como se la veía siempre responsable y confiada.

Aún seguía inmersa en su informe para cuando llegaron al autobús. En su cabeza tenía que estar pensando más cosas o ya habría terminado de leerlo. Yaoyorozu miró al frente y, al darse cuenta de que estaba junto a la puerta, hizo el intento de devolvérselo.

—No te preocupes. Puedes dármelo luego —le dijo mientras subía al autobús. Ella asintió y le siguió.

Vio a Yaoyorozu sentarse con Jiro y se quedó mucho más tranquilo cuando la vio cerrar el informe en cuanto ella le preguntó por él. Como no estaba de muchos ánimos, no pudo involucrarse en el buen clima que había entre sus compañeros. Todos estaban demasiado entusiasmados mientras contaban lo que habían hecho en el examen y ponían en común sus penalizaciones. Además, a eso había que sumar que les habían dado sus carnets antes de subir al autobús, por lo que ya había visto —incluso sin pretenderlo— cómo eran, lo que añadió un poco más de escozor al viaje de vuelta.

El buen ánimo se extendió también a su llegada al internado. Había bastante alboroto en la sala común y al final decidió marcharse a su habitación para no acrecentar la desazón que ya sentía. Estaba esperando al ascensor cuando Yaoyorozu le interceptó.

—Espera, Todoroki —le dijo en cuanto estuvo a su lado. Por un momento se la quedó mirando sin saber qué decir. Ella no podía usar su mismo ascensor. A pesar de que los dos estaban asignados a habitaciones de la quinta planta, utilizaban alas diferentes del edificio.

—Tu ascensor es el otro —le informó él a la vez que señalaba al ascensor que había más adelante.

—Lo sé, lo sé —replicó ella para restarle importancia. Sacó un sobre y se lo tendió—. Mientras veníamos en el autobús, he escrito esto para ti. Es una valoración sobre el examen y además remarco puntos que pueden ser de tu interés para el próximo.

Shoto cogió el sobre más confuso que antes. Si dos minutos atrás no había sabido qué decir, ahora estaba sin palabras.

—He dejado tu informe dentro del sobre —le dijo ella ante su silencio.

—¿Has hecho una valoración sobre mi informe?

Él se había esperado algo más en la línea de darle algunas recomendaciones verbales. Pero, en realidad, eso podría haber sucedido si hablara de cualquier otro compañero de clase, no de la analítica Yaoyorozu.

—También he hecho otra para Bakugo —comentó soltando un suspiro—. Pero dudo que lo acepte. Creo que me pasaría como a Midoriya, así que tendría que optar por su solución de dárselo a Kirishima.

Yaoyorozu estaba presente cuando se hizo el rescate de Bakugo, así que sabía mejor que nadie cómo habían resuelto conseguir sacarle de en medio de la batalla. Puesto que el único al que parecía mostrarle más respeto —o, al menos, no tantas ansias de matarle— era Kirishima, le habían utilizado para que recogiera a Bakugo.

El ascensor emitió el sonido de llegada y sus puertas se abrieron, aunque nadie las traspasó. Tras unos segundos, volvieron a cerrarse, dejando a ambos en el rellano con la misma posición estática que tenían cuando llegó.

—Por mucho que se lo diera él, no hace falta ser muy listo para saber que lo ha escrito otra persona —expuso Shoto sin afección en la voz. Él sabía, al igual que ella, que esa carta quedaría sin ser entregada a su destinatario.

—Lo sé… Pero también me gustaría hacer algo por él. —Eso era complicado y ambos lo sabían—. Bueno, espero que mis notas puedan ayudarte —se despidió finalmente ella. Se giró y regresó con paso rápido hacia la sala común.

—Gracias —le dijo él al verla marchar.

Volvió a pulsar el botón del ascensor y las puertas se abrieron de inmediato. Entró y sacó el papel que había junto con su informe. Se sorprendió al ver que sólo había un folio extra aparte de su evaluación. Sabiendo lo que era capaz de detallar Yaoyorozu cuando analizaba situaciones, aquello tenía que ser un resumen. Hizo una lectura diagonal y pudo ver que hacía mención a la diferencia entre las dos pruebas, así como a puntos a tener en cuenta para su realización, puesto que, en su opinión, la prueba que les harían tras el entrenamiento especial podría ser similar a ésa.

Shoto dio la vuelta a la hoja y la revisó por ambas caras más asombrado aún por lo escueta que era si atendía al hecho de que estaba escrita por Yaoyorozu. La extensión de esa hoja podía deberse a varias causas: o bien no quería incomodarle demasiado al señalar cómo corregir punto por punto cada fallo que había cometido, o bien se había visto limitada por el medio en que lo hacía. Podía haber sido desconcertante encontrarse cinco páginas escritas por ella.

Pero, precisamente por eso, cuando llegó al quinto piso y las puertas se abrieron, en vez de salir, volvió a pulsar el primer piso.

Todos los compañeros que estaban en el salón común cuando se marchó aún seguían allí, pero sólo le preocupaba la dueña de esa carta. Se acercó hasta ella, con lo que llamó la atención de varios de los presentes.

—¿No te habías ido? —preguntó Kaminari en cuanto llegó.

Shoto levantó la carta y Yaoyorozu la miró.

—¿Podemos hablar?

—¿Tienes alguna duda? —Parecía algo asombrada, por lo que dedujo que el contenido de esa hoja de dos caras debía ser bastante conciso.

—Es demasiado corta para ser tuya —declaró él, lo que hizo que Yaoyorozu se tensara.

Shoto se dio cuenta de que todo el salón estaba en el silencio que había deseado que hubiera antes de marcharse de allí. No era algo que le importara, pues nunca había sido dado a preocuparse de lo que pensara la gente sobre sus acciones.

—Claro —respondió al fin ella, que se levantó del sitio para acompañarle.

—¿No me digáis que Yaoyorozu le ha escrito una carta de amor a Todoroki? —preguntó Mineta en un lamento disgustado que llegó a oídos de todos por el silencio, incluidos los dos que se alejaban.

Yaoyorozu se giró con expresión perpleja por el comentario y él, por su parte, se quedó de piedra mirándole.

La forma de actuar de Mineta se escapaba de su comprensión, reflexionó él. Nunca entendería qué gracia tenía proclamar a los cuatro vientos sus pensamientos lascivos. Debía ser consciente de lo desconsiderado que era para una mujer ser objeto de una atención como ésa. A él no le gustaría que le hicieran algo así, pero era evidente que Mineta sí sería feliz si las chicas lo acosaran.

Suspiró con desgana. No era un insensible; sabía apreciar con ojo masculino a las chicas que le rodeaban, pero para él eran algo secundario. Tenía un objetivo claro y no podía permitirse el lujo de perder el tiempo con esas cosas. Además, pensó mirando de nuevo a Yaoyorozu, a nadie le entraría en la cabeza que fuese de las que dejaban cartas de amor en las taquillas. Más bien lo contrario: se las dejarían a ella.

Su comentario estaba totalmente fuera de lugar.

—No seas estúpido —masculló Jiro mientras le daba un tortazo en la cabeza. Yaoyorozu se lo agradeció—. En el viaje de vuelta ella les ha escrito a Todoroki y a Bakugo unas recomendaciones para su próxima evaluación.

—¡Yo no necesito ningún consejo de nadie! —gritó indignado Bakugo por sus palabras. Yaoyorozu puso sus ojos en blanco y se giró para continuar su marcha.

—Y por eso imagino que sólo se los ha dado a él —replicó ella a la vez que señalaba hacia atrás por donde se iban los dos.

—Yaomomo es muy lista —comentó Ashido. Ella mejor que nadie podía asegurar lo bien que le había venido acudir a su grupo de estudio—. No deberías rechazar su ayuda así como así.

—¡¿Quieres morir?!

Varios suspiros simultáneos de resignación se oyeron en la sala y, con eso, la mayoría de conversaciones que se habían interrumpido prosiguieron donde lo dejaron.

Shoto se dirigió hacia la puerta principal seguido de Yaoyorozu, la cual iba mascullando cosas acerca de Mineta y Bakugo. Y, en cuanto salieron a la calle, se sentó en el muro de piedra que hacía las veces de barandilla.

—Espero que no tengas frío.

Yaoyorozu miró hacia el cielo despejado. Aunque aún era verano, por las noches bajaba bastante la temperatura, más si el día no estaba nublado para retener el calor.

—Aunque haya refrescado, todavía hace buena temperatura. —Después le miró y sonrió—. Además, siempre puedo ponerme más ropa encima.

Ciertamente, la singularidad de Yaoyorozu era muy útil, pensó. Y si a eso se le unía su mente estratégica, daba como resultado una combinación impactante.

—Y bien… ¿Qué querías preguntarme? —interpeló ella, directa al grano.


— * —


Fin del Capítulo 2

8 Abril 2018