CAPÍTULO 7. Distracciones


AVISO:

Este aviso viene a costa del comentario de Hati-chan sobre leer el fic después de que el anime alcanzara el punto de las licencias por el tema de los spoileos. Los spoilers siguen porque yo estoy contando, digamos, «la historia que no se ve». En el manga no nos cuentan lo que hacen durante todos los minutos del día, y lo que yo hago es contar una historia que se podría dar durante ese tiempo que no se menciona. Pero las cosas que ocurren en el manga se dicen y afectan a los personajes. Con lo de no dar grandes spoilers me refiero a cosas al estilo: «no-sé-qué-personaje ha muerto en no-sé-cuál-batalla» (que es un gran spoiler para cualquier serie que no sea «Juego de Tronos» ¬_¬º), pero sí que la batalla aparecería mencionada y sus consecuencias también (siempre sin intentar dar nombres de afectados concretos). Vamos, que si seguís leyendo, os vais a enterar de qué van los arcos que vienen a continuación en el manga porque el fin de este fic llega hasta el arco del festival cultural.

Esto quería dejarlo claro antes de que alguien se lleve sorpresas indeseadas. Sé que hay a gente a la que el hecho de que le cuenten en líneas generales lo que pasa en una historia, no le supone mucho problema. Y si ése es tu caso, puedes seguir leyendo. Pero si eres de las que le fastidia incluso el que le cuenten el título del arco siguiente, NO SIGAS LEYENDO.


Comentarios de los reviews:

SaraRTV: Aizawa ha dado muchas muestras de preocuparse por ellos. Así que, a pesar de su desapego, se ve que les ayuda en lo que puede ^_^º

Maria Violet: Jajaja, vale. Yo también los vi en YouTube. Pero cuando entendí que me hablabas de una web, pensé: «esta mujer los ha visto en algún blog y se va a pensar que son de ellos». En cuanto a los personajes, a mí también me gustan los personajes que son socialmente ingenuos. Dan bastante juego ^o^. Y en este manga, tanto Todoroki como Yaoyorozu lo son bastante. Así que «se ha juntado el hambre con las ganas de comer» XD. Me están resultando muy monos los dos en este fic *o*. Sobre tener capítulos escritos... pues este fic tiene ya 20 capítulos escritos y estimo que no me quedan más de diez (y la mayoría serían del final). Pero de momento están en 3 trozos. Tengo que unirlos aún y escribir el final T_T

Hati-chan: Me alegra saber que la espera te ha merecido la pena *o*, pero también por eso he dejado el aviso arriba. Cuidado si sigues leyendo el fic porque te va a spoilear :-S. Sobre cómo está enfocado y que no suele hacerse así... Dicho en plata: a mi este fandom no me resuelve mis ansias T_T. Llegué aquí queriendo leer historias de ellos y lo que me encontré (sin entrar en la ingente cantidad de shonen-ai) eran o bien AU o bien futuros en los que ya son pareja o bien minihistorias en las que «se enamoran» porque el autor dice que lo hacen pero que vamos, que en vez de ellos pones dos gatos y la historia se aplica igual ¬_¬º. Por eso este fandom no me sirve mucho para mis ansias románticas de la pareja T_T Qué desgracia más grande TT_TT...

En fin, os dejo con el siguiente capítulo. Espero que hayáis hecho los deberes y escuchado los CD Dramas. Menciono el primero de ellos de pasada, pero vendría bien que ya los hubierais escuchado. Espero que os guste el capítulo ;-D


CAPÍTULO 7. Distracciones

Hoy era un gran día para ponerse enfermo. Para su desgracia, no lo hizo. De modo que, durante todo lo largo que se le hizo ese día, había tenido que escuchar cómo varios de sus compañeros de clase hablaban de las prácticas que habían tenido durante el fin de semana.

Y eran prácticas de verdad.

No sólo habían acompañado a los profesionales, sino que también los habían ayudado en su trabajo. Kirishima, Uraraka y Asui incluso habían salido en las noticias tras su actuación.

Suspiró, tumbado como estaba, en un banco del patio interior donde solía practicar. Ese fin de semana no sólo había trabajado en los aspectos de las clases extras para la licencia. Había aprovechado por las noches para utilizar el recinto de prácticas para entrenar cuando no había nadie. Y había conseguido sus logros en el manejo de su hielo a distancia.

Se había sentido animado durante esos dos días hasta que había regresado al internado y los compañeros que volvían de sus permisos comenzaron a contar lo que habían hecho. Eso le hizo recordar que seguía estando detrás y que debía trabajar más duro para poder alcanzarlos. Por eso había acabado allí, como todas las noches, para continuar con su particular entrenamiento.

Sin embargo, nada más empezar lo había tenido que dejar. Su ánimo decaído no le dejaba concentrarse y de ahí que hubiera acabado tumbado en el banco más cercano.

—¿Todoroki?

Abrió los ojos sobresaltado al ser interrumpido en sus cavilaciones. Yaoyorozu estaba allí, mirándole desde arriba, con una sonrisa que le llamó la atención.

—No me digas que te he asustado… —comentó divertida.

—No te esperaba tan pronto.

—He visto que no estabas en el complejo, así que he imaginado que habrías venido antes hacia aquí.

Shoto se incorporó en el banco y miró a Yaoyorozu mientras ésta se sentaba a su lado.

—¿Estabas descansado? —le preguntó animada.

—No, es sólo que hoy no me apetece practicar.

El nivel de extrañeza de Yaoyorozu se hizo visible y su semblante ameno se fue tornando serio.

—¿No te encuentras bien? —se preocupó ella—. Hoy de por sí has estado muy callado.

—No soy muy hablador tampoco.

No en lo que a ella concernía. Momo le observó por un breve espacio de tiempo y luego fijó su vista en los columpios. Todoroki podría ser frío en el trato, pero se había dado cuenta de que había determinadas personas con las que se sentía más cómodo y hablaba con más soltura. Ella era una de ellas. Por lo tanto, si se había mostrado retraído, era porque algo le había sucedido.

¿Podría no haber avanzado ese fin de semana tanto como había pretendido? Le había dicho antes de marcharse a sus prácticas que también entrenaría los giros. Le había asegurado que, para cuando volviera, la sorprendería con sus avances.

—¿No te ha ido bien con tu entrenamiento?

—En realidad, ha sido mejor de lo que creía —murmuró sin mucho ánimo.

—Entonces, ¿por qué…?

Pero se detuvo. Cuando volvieron del examen de licencias también había estado con ese humor apagado. Lo había estado porque todo el mundo hablaba del éxito al conseguir su licencia provisional. Y hoy se había hecho mucho hincapié en las prácticas de empresa que algunos habían tenido ese fin de semana.

«Por supuesto». ¿Cómo no había pensado en ello?

—Quiero ver tus progresos —soltó sin más.

—No me apetece.

Yaoyorozu se levantó del banco e incluso tiró de su brazo para ponerle en pie.

—Ya sé que no estás de humor, pero esto te vendrá bien. —Ella también tenía su dosis de cabezonería—. No puedes deprimirte por algo así.

Pero Todoroki se soltó con cuidado y volvió a sentarse una vez liberado.

—Para poder mostrártelo, tengo que concentrarme. Y no tengo la cabeza para ello. Dejémoslo para otro día.

Momo suspiró y se sentó a su lado algo abatida por la derrota. Quería que se animara viendo las cosas conseguidas y no aquéllas aún por alcanzar. Lo mejor que podía hacer era salir de ese círculo vicioso.

Y pensó, con cierto desconcierto, que quizás tuvieran que hacer justo lo contrario. Si abstraerse sólo conseguía que pensara continuamente en lo que no podía hacer, quizás tuviera que conseguir que no se retrajera.

—Entonces, puede que lo que tengamos que hacer sea dejar tu cabeza en otro lado.

—¿Qué? —preguntó Todoroki confundido.

—¿Sabes? La semana pasada pedí permiso para ir al centro comercial.

—¿Y te han dejado? Creí que sólo nos dejarían salir bajo condiciones específicas.

—Supongo que no es un motivo crucial —comentó con una sonrisa incómoda—, pero me sirve como autorregalo.

—¿Autorregalo?

—El veintitrés de septiembre es mi cumpleaños —concretó—. Así que solicité que me dieran permiso para salir.

Todoroki abrió ligeramente la boca por la sorpresa, aunque le costó un rato decir algo.

—No tenía ni idea.

—No es como si alguien hubiera hecho un calendario de cumpleaños de la clase —comentó desentendida—. Yo misma sólo me sé un par de ellos —se justificó Momo restándole importancia al asunto.

—Tienes razón —corroboró él tras meditar unos segundos—. A excepción de la fiesta que le hicimos a Iida*, el resto han sido bastante discretos con sus cumpleaños. Pero llevamos seis meses de clases. Por estadística, casi la mitad deberían haber cumplido años en este tiempo.

—Cierto. Y por tu comentario, ¿entiendo que tú no los has hecho aún?

—No, los hago el once de enero.

Esta vez fue Momo la que abrió los ojos por la sorpresa y le escrutó sin disimulo de arriba abajo.

—Vaya… No sólo no eres mayor que yo, sino que debes ser de los más jóvenes de la clase**. No lo pareces —concluyó.

—Me tomaré tu comentario como algo bueno.

En verdad la había sorprendido. Parecía mayor que ella y eso sin contar que de por sí las chicas se desarrollaban antes que ellos.

—Todoroki, ¿por qué no aprovechas y vienes conmigo? Así te distraes con otras cosas —le propuso, regresando al tema principal—. Seguro que no pondrán problemas.

—¿Te refieres a ir de compras contigo?

—Hombre… dicho así… —No es que pareciera un reproche, pero sabía que, para muchos chicos, ir de compras era un incordio—. Podemos hacer otras cosas.

Todoroki la observó en silencio por un muy largo rato, tanto que a Yaoyorozu se le hizo más que incómodo. Así que al final se vio en la necesidad de romper ese silencio hablando ella misma.

—O puedo seguir yendo yo sola, que era el plan inicial —murmuró cohibida.

—Debes ser la única persona que teniendo tu singularidad vaya de compras.

—¿Qué?

—Me sorprendió bastante cuando estuvimos en Kamino —siguió con su explicación él por sobre la confusión de ella—. Iida y tú estabais muy emocionados con la cantidad de cosas que había en las tiendas y sus bajos precios***. Fue algo… interesante —agregó tras una breve pausa— si tenemos en cuenta tu habilidad.

—No puedo utilizar mi particularidad de forma tan negligente —se defendió en el acto—. Podría desestabilizar la economía y…

—La economía no se va a desestabilizar porque crees un par de cosas para ti —replicó al momento interrumpiéndola.

—Pero así contribuyo al flujo económico.

Momo supo al instante que no la creyó. La miraba sin inmutarse y hablaba sin un ápice de inflexión en la voz.

—¿Por qué simplemente no reconoces que te gusta ir de compras?

—No es que me guste… Es sólo que necesito algo que no puedo hacer yo.

De nuevo, Todoroki se quedó en silencio mientras la miraba. Casi ni parpadeaba, y Momo se empezó a poner nerviosa. A todo el mundo le parecía raro que quisiera ir de compras cuando tenía una habilidad con la que podría crearse cualquier cosa y gratis. Y seguro que él no era la excepción.

—¿Y qué es lo que necesitas?

Esta vez, fue ella la que no supo qué decir. No fue capaz de pensar en algo complejo que fuese incapaz de hacer, pero al mismo tiempo, que necesitase.

—Puede que suene a cliché —continuó él tras no contestarle—, pero a todas las chicas os suele gustar ir de compras. ¿Por qué no iba a gustarte a ti?

Momo le observó con cuidado tras esas palabras. ¿Acaso él lo que encontraba raro era que no le gustara ir de compras?

—¿Y no te parece extraño que quiera comprarme algo cuando puedo usar mi habilidad?

—¿Alguna vez me has visto usar un microondas? —Momo pensó en ello durante varios segundos y luego asintió—. ¿Y no te parece extraño que lo haga cuando puedo usar mi habilidad? —terminó repitiendo su propia pregunta.

No lo había pensado, pero en realidad, era parecido al caso de ella. Sólo que lo suyo era más llamativo y menos cotidiano que lo de él. A la gente le atraía más la posibilidad de poder adquirir cualquier cosa que quisieran sobre poder calentarse o no la comida.

Aun así, sonrió aliviada cuando hizo ese símil, pues eso le decía que en parte la entendía.

—Aprendí desde pequeña que la gente no suele entender por qué me gusta comprar cosas en vez de replicarlas —empezó a contar—. Cuando era más pequeña, siempre me decían que tenía suerte con mi singularidad porque podría ir a una tienda, ver lo que me gustara y replicarlo en mi casa. Pero ¿acaso eso no es lo mismo que robar?

—¿Robar? —repitió extrañado.

—Sí. Se supone que hay alguien que ha diseñado ese objeto y que alguien más ha trabajado en fabricarlo. Además, el dueño de la tienda a su vez trabaja para poder tenerlo expuesto en ella y que los clientes potenciales lo puedan ver y comprar —expuso casi de carrerilla, y Todoroki supo que esto era algo que la había marcado desde pequeña—. Si después de eso, yo simplemente lo replico en mi casa, ¿no estaría robando a toda esa gente? Además, no es como si mi situación económica me impidiese pagar por ese trabajo.

—Yaoyorozu, no tienes por qué justificarte.

—No lo hago —contratacó.

—Sí lo haces. En el momento en que tienes que soltar todo ese discurso ensayado en vez de decir que simplemente quieres ir de compras, te estás justificando.

—Es sólo que la gente no lo entiende —murmuró abatida.

Shoto se echó hacia atrás y se apoyó con los brazos estirados mientras miraba hacia el cielo estrellado. Qué inesperado era todo lo que iba conociendo de ella. La primera impresión que tuvo de Yaoyorozu era la de una chica segura de sí misma, con una gran fortaleza mental. Pero se había encontrado con que tenía las mismas inseguridades que podría tener cualquier persona.

—¿Es por eso que ibas a ir sola de compras?

—Si alguien viene conmigo, acaba por fastidiarme el momento con sus comentarios de todo lo que se crearían gratis si tuvieran mi singularidad —respondió con molestia.

—Pero ¿tú no fuiste al centro comercial con el resto de la clase antes del campamento?

—Sólo acompañé a Jiro a comprarse las cosas que necesitaba.

—Así que tuviste que contenerte.

No era que se hubiese contenido, sólo había evitado la posibilidad de que la miraran raro.

Después de años con las mismas compañeras, por fin estaba en una clase nueva con gente distinta; gente que no la miraba como si fuese de otra galaxia por sus buenas notas y envidiada particularidad. Tenía compañeros con habilidades muy fuertes, tanto que incluso había llegado a sentirse empequeñecida. Pero con el paso de los meses, se había dado cuenta de que todos cargaban con sus propias debilidades y por fin se sentía integrada en un grupo. No quería estropearlo con algo tan ridículo como la paradoja de su don.

Oyó a Todoroki suspirar y, cuando fijó sus ojos en él, él tenía los suyos en ella.

—Tenemos suerte de que tu singularidad haya caído en manos de alguien tan honesta como tú —dijo de pronto.

—¿Qué?

—Tu habilidad es increíblemente peligrosa en malas manos.

«¿Increíblemente?».

—Pero por suerte, ha caído en las de alguien que incluso se siente culpable si la usa para replicar algo que le gusta.

Espera… ¿Eso quería decir que Todoroki la consideraba «increíblemente peligrosa»? Momo pudo sentir cómo su autoestima sí que se hinchaba de forma peligrosa. Siempre le había considerado el mejor de la clase, tanto por sus dos singularidades como por su habilidad de combate. De modo que, el hecho de que él la reconociera de esa forma, la dejó con una sensación placentera por el cuerpo.

—Gracias.

Era un gran halago para ella, así que no pudo evitar ruborizarse por ello.

—Así que ir de compras, ¿eh? —meditó con un suspiro.

Shoto consideró que aquello podría ser como una trampa. Ir a un centro comercial con una persona que toda la vida se había tenido que contener suponía lo mismo que tener una espada sobre su cabeza pendiendo de un fino hilo. Había oído que era un suplicio ir con una chica de compras.

Pero después pensó en lo importante: era su cumpleaños y podría ir por fin acompañada de alguien que no la recriminaría por sus acciones. Además, Yaoyorozu estaba allí con él día tras día sin una sola queja. Lo mínimo que podía hacer era complacerla una tarde para que se divirtiera.

Así que tampoco tenía muchas opciones qué valorar.

—Será interesante.


Notas del fic:

* Este evento se relata en uno de los capítulos de la tercera novela ligera del manga. Pero como aparte de éste no se menciona nada más acerca del cumpleaños de nadie, los dejo en la ignorancia ^_^º

** Por si algún sistema educativo va igual que en España y no sabéis cómo es en Japón, explico esto. Mientras que aquí, la gente que entra en el curso que se inicia después de verano son los que cumplen los años durante ese año natural (del 1 de enero al 31 de diciembre), en Japón entran en el mismo curso los que los cumplen durante el curso académico. Es decir, como en Japón, las clases van del 1 de abril al 25 de marzo del año siguiente, en el caso de BNHA, los que están en esta clase son los que cumplen 16 años entre abril de ese año y marzo del siguiente. Por eso, Todoroki, al cumplir 16 años en enero, es de los más jóvenes de clase.

*** Este evento se cuenta en el Drama CD del centro comercial en Kamino. Habla de lo que ocurrió mientras buscaban disfraces que ponerse antes de ir en busca de Bakugo.


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Fin del Capítulo 7

21 Octubre 2018