CAPÍTULO 15. Revelaciones. Momo


Comentarios de los reviews:

Nyxdark13: Hombre... eso de que la niña esté comenzando a sentir algo por él... Creo que ya es tarde, muajaja ^o^. Y del chismoso de Kaminari no hace falta preocuparse mucho por él, jiusjiusjius. En cuanto a lo de la peli, como ya comenté, no pude saber mucho de ella antes de ponerme a escribir el fic, así que ahora que lo tengo muy avanzado es difícil que pudiera meter cosas de ahí u_uº.

SaraRTR: Purificarán tu alma porque es un fic juvenil, porque si no... te llevaban al infierno ^o^.

SabriSaso: No te preocupes, que además hay novela para rato... XD

Maria Violet: No creo que sea sólo a los personajes. Muchas veces pasa algo que de pronto nos da un giro de 180º a nuestra perspectiva. En este caso (y con lo sucedido en estos capítulos), la idea que barajo sobre Yaoyorozu en cuanto a su relación inocente con Todoroki es la de que le tiene en un pedestal, algo así como una figura platónica. Pero con el transcurso de estos capítulos, lo que sucede es que se le da la vuelta a eso y deja de verle de esa forma «alejada». En cuanto a la introspectiva de Todoroki... la tendrá... cuando le toqué ^o^. La gente no rumia las cosas ni a la vez ni de la misma forma... ya llegará ^_^º... De lo demás, me tengo que morder taaaaaaaanto la lengua... XD. Sangre me he hecho y todo XD. Y del capítulo extra, es porque se me ha extendido esta parte «enlace» más de lo que creía y me ha salido un capítulo de más (encima, menudo capítulo, que me ha roto los esquemas). Pero bueno, ahí está ya y me tocará bregar con el resto...

Her Nao: Me alegra que te esté gustando ;-D

Kim Ishida: Kaminari tendrá lo suyo, otra cosa es que no lo cuente y tengáis que imaginarlo XD.

Caro: Pues sí, hay muy pocos fics de esta pareja, y eso que estoy convencida de que van a ser canon antes que cualquier otra *o*. Pero es lo que hay... Parece que hay una moda generalizada en convertir a todo personaje existente en homosexual, así que luego tenemos la paradoja de entrar en el fandom de un shonen y no encontrar muchos fics heteros. Esto me suele hacer reflexionar... Si entro en un fandom shonen-ai o yaoi, ¿a los personajes gays los convierten en heteros o esta moda es unidireccional? El único anime con protagonistas gays que he visto es «Yuri! on ice», pero en ese anime no hay chicas, así que no se les puede convertir en heteros tampoco... (MAEC: mmm... pensando, pensando...).

Y bueno, gracias a todas por vuestros reviews. Espero que os guste el capítulo porque la cosa se pone... interesante, vamos a dejarlo ahí ;-D


CAPÍTULO 15. Revelaciones. Momo

Como nadie más los miró con segundas intenciones, Shoto se tranquilizó al pensar que Kaminari no había tenido la «feliz idea» de mandar lo que demonios se le hubiera ocurrido por mensajería instantánea a todo aquel que le viniera a la cabeza. Imaginaba que había preferido contarlo en viva voz para ver las reacciones de los demás, lo que le daba el respiro de haber interferido en el momento justo. Pero eso no había impedido que se sintiera inquieto hasta que no se convenció de que el tema no había trascendido.

Y no era tanto por lo que pudieran decir de él como lo era por ella. Si algún estúpido se atrevía a insinuar algo sobre Yaoyorozu, quizás sí siguiera la propuesta de Sero y perfeccionase un nuevo movimiento. La sociedad tendía a ser injusta en ese terreno. Mientras que a él casi le darían una palmada en el hombro, Yaoyorozu no correría con esa suerte.

No estaba dispuesto a pasar por eso… mucho menos cuando la situación había sido accidental y propiciada por un tercero.

Miró con cautela a Yaoyorozu, la cual atendía con su habitual concentración la explicación del profesor. En los dos descansos entre clases que habían tenido se había mostrado bastante rígida con él. Volvía a tener ese semblante serio de hacía tiempo y, aunque no había rehuido hablarle, no había sonreído ni una sola vez en toda la mañana.

Había cometido una falta grave con ella y no estaba seguro de cómo lo podrían solventar. Para empezar, no tenía claro por qué sus manos habían cobrado vida para hacer algo que hasta a él le había sorprendido. No era un santo, pero aquello se había escapado de todo pronóstico. Había dejado todo raciocinio a un lado para perder el control de sus propias acciones. Si no le hubiera detenido ella al descubrirle, no quería ni saber qué demonios habría llegado a hacer.

Y por supuesto, aquello no podría pasarle desapercibido a Yaoyorozu. Que se hubiera tomado esas libertades con ella era una grave infracción de su confianza. No sabía cómo podrían revertir a un estado anterior al suceso, del mismo modo que no sabía si volverían a la normalidad con el paso del tiempo o directamente tendrían que hacerle frente con una conversación seria.

Pero para cuando llegó el descanso de la cuarta hora, Yaoyorozu seguía tan tensa que no estaba muy convencido de que regresaran al punto de inicio dejándolo estar. Por eso, cuando terminaron las clases de la mañana decidió abordarlo.

—Yaoyorozu —la llamó en cuanto salió el profesor del aula—, ¿podrías comer conmigo hoy?

Yaoyorozu observó cómo sus compañeras salían de clase y después asintió con un movimiento rígido de la cabeza. Normalmente comía con las chicas en la cafetería, pero ella misma debía ser consciente de que tenían que arreglar esa fisura que se había originado entre ellos.

Aunque no tenía muy claro qué decirle cuando ni siquiera él estaba seguro de cómo sentirse al respecto. Era la primera vez que se le había ido la cabeza de esa manera con alguien, pero tampoco era de extrañar si se tenía en cuenta que jamás había interactuado de una forma tan cercana con una chica.

La observó de reojo mientras caminaban por el pasillo directos a la cafetería. Cogerían alguna cosa y saldrían con sus bandejas al patio para poder hablar más tranquilos y sin oídos indiscretos alrededor. Pero en todo lo que duró el trayecto, en ningún momento Yaoyorozu intentó entablar conversación con él, a pesar de ser muy dinámica en sus interacciones. Aunque intentaba mostrarse imperturbable, sabía que estaba alerta.

Sin embargo, sólo estuvo callada hasta que por fin se sentaron en un banco porque, como por arte de magia, empezó a parlotear sobre los horarios que habían fijado para los ensayos de la banda. Shoto la dejó hablar a la espera de que eso rompiera algo el hielo, pero cuando ese tema se terminó, fue directo al grano.

—Sabes por qué te he pedido comer juntos, ¿verdad?

—Es un día bonito para comer fuera —desvió el tema.

Shoto suspiró, lo que hizo que ella se tensara más aún.

—Yaoyorozu, no sé muy bien qué tengo que hacer para arreglar esto —empezó él—. Por eso te lo pregunto sin rodeos. No quiero perder tu confianza, así que no sé si simplemente se solucionará con el tiempo o tengo que hacer algo.

—¿Hacer algo? —preguntó confundida—. ¿Por qué?

—Porque ayer me propasé contigo —respondió como si fuese evidente. Yaoyorozu le estudió más desconcertada aún y Todoroki se vio en la necesidad de seguir defendiéndose—. Fue algo involuntario, ni siquiera me di cuenta de lo que hacía.

—Ah… ya… Algo dijiste, sí… —comentó con nerviosismo.

Momo miró su bandeja, aunque no movió ni un músculo para comenzar a comer. Porque ahí estaba la alternativa que había valorado y que la había dejado con mal cuerpo hasta que por fin se durmió.

Había sido algo involuntario… y habría sucedido independientemente de quién hubiera sido. Debería alegrarle eso, pues significaba que lo ocurrido fue por completo accidental. Pero seguía sin hacerle gracia que Todoroki pudiera «animarse» con cualquiera.

—Imagino que a todos los chicos les pasaría algo similar si de pronto les cayera una chica encima —comentó intentando sonar desprendida.

—Dudo que eso pase siempre —susurró en desacuerdo. A fin de cuentas, no todos los chicos eran tan simples: cualquier chica no hacía desaparecer la cordura de repente. Miró a Yaoyorozu que le observaba confundida y entonces fue consciente de que lo había dicho en alto—. Olvídalo —agregó al momento incómodo—. Sólo estaba pensando en voz alta.

Momo miró su bandeja de nuevo y tomó el primer bocado de su plato. No sabía muy bien cómo interpretar sus palabras. No sabía si quería decir que lo sucedido había sido puntual o sólo hacía la matización de que cada persona era un mundo. Y otra vez, no sabía cómo sentirse respecto a eso, lo que la llevaba a embrollar más aún el lío que de por sí ya tenía formado.

—¿No puedes decirme algo? —preguntó él tras un largo silencio.

—¿Sobre qué?

—Sobre cómo hacer que esto no te afecte.

—En realidad, no lo hace —se explicó Momo—. Es sólo que me ha cogido por sorpresa. Supongo que no me lo esperaba de ti.

—Lo siento —se disculpó al momento contrito.

—¡No, no! No me malinterpretes —repuso en el acto al notar su tono—. No es por la acción en sí. Es porque siempre me has parecido inmune a estas cosas.

—¿Inmune? —inquirió confuso.

—Bueno, es normal a estas alturas que los chicos hablen de temas de chicas. Pero a ti no se te ve ninguna inclinación al respecto.

—¿Crees que no me gustan las chicas? —preguntó perplejo.

—Más bien, pensaba que no te interesaba nada relacionado con ellas.

Todoroki la observó con una atención que la puso nerviosa y por eso decidió continuar con su comida. Incluso a través de su visión periférica podía ver que la miraba con fijeza.

—No es que no me interesen de por sí —contestó al final—. Es cuestión de prioridades. Mi meta es convertirme en el número uno, por lo que hay muchas cosas que paso por alto en pos de ese objetivo. Pero las prioridades cambian en función de lo que nos acontece.

—¿Eso quiere decir que te han cambiado? —preguntó con curiosidad.

—Durante este curso lo han hecho, sí.

—Sin embargo, sigues queriendo ser el número uno —le contradijo ella.

—Pero no al coste que sea. Prefiero no serlo si para ello tengo que convertirme en un héroe que no quiero ser. —Prefería ser un héroe normal antes que convertirse en lo que su padre pretendía—. Cuando entré en la UA, mi único objetivo era llegar a ser el número uno por encima de cualquier otra cosa. Sin embargo, hay factores que han escalado muchos puestos en mi lista y me han hecho verlo todo con otra perspectiva. Mi amistad contigo o con Midoriya son cosas que no valoraba hace unos meses. ¿Y qué clase de héroe puedes ser si no eres capaz ni de valorar algo tan importante?

Momo le miró durante un largo rato para después soltar un suspiro y sonreír. Estaba por completo de acuerdo con él. Esos sentimientos eran los que movían a la gente a querer proteger a los demás y estaba feliz de haber contribuido a ese noble cambio en él.

—Al fin sonríes…

—¿Qué?

—Estaba muy preocupado porque veía que lo de ayer te afectó mucho.

—¡Qué va…! Son imaginaciones tuyas —alegó con nerviosismo. Lo último que quería era que supiese la cantidad de vueltas que le había dado al asunto.

—No son imaginaciones mías —la contradijo—. Es la primera vez que sonríes en toda la mañana. Hoy estabas muy seria.

—¿Que estoy… seria? —murmuró desconcertada.

Era cierto que estaba algo tensa cuando hablaba con él, pero en general, se encontraba igual que de costumbre. Nunca había sido una persona muy extrovertida.

—Sí, últimamente te veo muy animada; siempre sonríes mucho. En cambio, hoy, no te había visto hacerlo ni una vez.

—¿Que sonrío mucho? —cuestionó atónita.

Ella jamás había sido una persona muy alegre. No había muchas cosas que la pusieran de un humor jovial. Por eso la descolocó tanto su comentario. Pero entonces se puso a recapitular en el tiempo para saber por qué Todoroki había llegado a una conclusión tan errónea y se dio cuenta, para su absoluta sorpresa, que no lo era tanto.

Se le cortó hasta la respiración.

—Oye, ¿te encuentras bien?

No, no lo estaba, pero bajo ningún concepto se lo diría. Ella era una persona disciplinada; siempre había sido seria y objetiva. Pero acababa de darse cuenta de que Todoroki tenía razón. Desde hacía unas semanas se sentía más relajada y animada. Era indiscutible que había percibido que el último mes había sido distinto a lo acostumbrado, aunque no se lo había atribuido a ningún factor específico…

Hasta ese momento.

Para su mayor horror, acababa de encontrar el factor desencadenante de ello. No era que durante el día su estado de ánimo fuese diferente al de siempre. El problema era que mejoraba cuando estaba con él. Disfrutaba mucho de su compañía y de ahí que ese mes lo hubiera percibido diferente. Porque habían pasado mucho tiempo juntos. Y como ese cambio de ánimo ocurría cuando estaba él presente, Todoroki había asumido que en general estaba más animada.

Pero no era que estuviera más animada; estaba feliz. Y su nivel era directamente proporcional al tiempo que pasaba con él.

«No puede ser…», se dijo entrando en pánico. Ella sólo le admiraba; eran amigos, ¿no? No podía ser nada más que eso. Sería un desastre que fuese otra cosa. Todoroki era… bueno, él. Aunque acababa de confirmarle que podía ser un chico más normal de lo que pensaba en esos aspectos, seguía siendo… él, se repitió sin saber qué otra cosa añadir. Era el chico sobre el que todas ponían sus ojos, y era el mismo que los rechazaba sin miramientos.

No podía permitirse colgarse de él. Era lo peor que podría pasarle.

«Céntrate, Momo, te estás alterando», se dijo tras una inspiración profunda. «Claro que no es eso; es sólo que de nuevo le estás dando más vueltas de las debidas».

—¿Yaoyorozu?

—¡¿Qué?! —Casi saltó del sitio ante su imprevista interrupción.

—¿Estás bien? —se preocupó—. Te has quedado pálida de repente.

—¿Pálida? —repitió, y casi se golpeó contra una pared imaginaria. ¿No podía hacer otra cosa que repetir lo que él decía?

Pero la realidad era que ni siquiera podía pensar. O, mejor dicho, no podía hacerlo a un ritmo normal porque sus pensamientos viajaban a una velocidad vertiginosa.

Esas cosas no ocurrían así y, amparándose en eso, intentó tranquilizarse. La gente no se daba cuenta, sentada en un banco y en una conversación sin mayor importancia con el susodicho, que su amigo no era su amigo. Eso no iba así.

Ese tipo de revelaciones no se daban por una escueta frase referente a su estado de ánimo. Aparecían después de un acto impactante, o una declaración sorpresiva que hacía darle vueltas como potencial candidato, o por rumiar la posibilidad en la intimidad de su habitación, o…

O quizás había visto demasiadas películas…

—Oh, Dios mío… No es verdad… —lloriqueó contra sus manos.

Todoroki cogió al vuelo su bandeja cuando estuvo a punto de caerse por el movimiento errático de Yaoyorozu.

—¿Qué no es verdad? —preguntó desconcertado.

—Yo… —Momo se levantó dejando a Todoroki con su bandeja en la mano—. Tengo que ir al baño un momento. Ahora vuelvo.

Ni siquiera esperó respuesta de él porque era demasiado embarazoso para ella tener ese momento de lucidez en su presencia. Desapareció de su vista sin mirar atrás, pero no se fue mucho más lejos del refugio que ofrecía la pared del pasillo.

Inspiró hondo varias veces para serenarse. Podría ser que sólo estuviera confundida con sus emociones por los últimos acontecimientos, pero, para su desgracia, era demasiado racional como para que ese argumento la convenciera. Si precisamente se había alterado tanto, era por ser consciente de que todo venía de más atrás que sólo el día anterior.

Tenía que ser una broma…

Momo espió a través del marco de una ventana para observarle. No parecía perturbado por su marcha. Su bandeja estaba reposada en el banco mientras él continuaba con su comida. Y, sin embargo, al mismo tiempo que él estaba ahí tan impasible, su propio mundo había girado hasta ponerse del revés.

No debía perder la esperanza, se autoconvenció. Quizás sólo estaba aturdida por todo lo que había pasado. En realidad, si reflexionara con fría lógica sobre ello en la soledad de su habitación, quizás alcanzaría otra conclusión que la dejara más tranquila. Daba fe de que en esos momentos no estaba en sus cabales.

Volvió a escudriñarle por la ventana y gimió cuando su corazón se aceleró más de lo que ya estaba. Presentía que no iba a llegar a una conclusión distinta, lo que la dejaba en una posición precaria.

Se ocultó contra la pared reposando la frente contra ella y, unos segundos después, la acompañaron sus manos. Le temblaban de una forma alarmante; estaba demasiado impresionada. ¿Qué iba a hacer ahora?

«Piensa, Momo, piensa… Es lo mejor que sabes hacer».

Aunque lo único que le venían a la cabeza eran las consecuencias de esa revelación, gimoteó desamparada. Sin embargo, algo bueno tenía que haber…

—Eso es: cosas buenas —susurró al tiempo que abría los ojos.

Todo tenía su parte positiva; sólo tenía que encontrarla. Y sin ir muy lejos, había un punto evidente que sobresalía a primera vista. En lo que llevaban de día, se había sentido desorientada por no saber qué hacer a causa de toda la maraña desconcertante de emociones que sentía. Aquello había desembocado en que Todoroki percibiera que algo andaba mal. Sin embargo, ya sabía dónde estaba la raíz del problema. Y si estaba identificado, era más fácil ponerle un parche para camuflarlo.

Sí… podía tirar por ahí de momento, pensó algo más animada. Se había llevado un gran impacto, pero hasta que pudiera asentar bien todo lo sucedido, podría parchearlo. Todoroki le había dicho que la había notado más distante cuando ni ella misma se había dado cuenta. Sólo tenía que fijarse más en esas cosas para que pasara desapercibido. Y más tarde, cuando volvieran a los dormitorios, podría trazar una estrategia más sólida que llevar a cabo de ahí en adelante.

Asintió conforme, inspiró hondo de nuevo para darse fuerzas y se enderezó antes de salir del refugio del pasillo. Se acercó hasta él con una decisión que no sentía realmente y flaqueó aún más cuando la observó al notar su presencia.

—¿Estás bien? —se preocupó Todoroki.

Sintió que se le encogía el pecho cuando le miró a los ojos. Ser consciente de sus incipientes sentimientos era abrumador y cambiaba por completo la perspectiva de sus interacciones con él.

—Claro… —contestó tras dejar escapar el aire para armarse de valor—. Creo que me ha dado una especie de bajón de azúcar o algo así.

—¿Bajón de azúcar? —se extrañó.

—Sí, pero me he echado un poco de agua y ya estoy mejor.

Momo cogió su bandeja del banco y se sentó de nuevo en su sitio. Le volvían a temblar las manos así que las dejó posadas sobre la bandeja para darles estabilidad. No podía dejarle ver lo aturdida que se encontraba, de modo que tenía que evitar que se fijara en detalles reveladores.

Y entonces recordó su réplica, por lo que se giró hacia él y sonrió.

—Y bien… ¿Por dónde íbamos?


— * —


Fin del Capítulo 15

16 Diciembre 2018


Notas finales:

Esta es una muestra de aquello que decía sobre que mi subconsciente escribe mejor que yo incluso en una esquina lloriqueando por no dejarle hacer lo que quiere. Técnicamente, la historia la tenía construida para que Todoroki se diera cuenta de que estaba enamorado antes que ella (sólo un poco, pero antes, al fin y al cabo). Y en el capítulo que se da cuenta (que es algo intensito), me gusta pero siempre que lo leo hay algo que me chirría todo el tiempo. Sin embargo, creo que toda esa escena bajo la perspectiva de una Yaoyorozu enamorada... a lo mejor me engrasa el engranaje y todo. Tengo que mirarlo bien, pero primero me toca arreglar el próximo capítulo (y los restantes) que están escritos desde una visión no tan absurdamente conscientes de sus sentimientos, porque una directamente ya se ha dado cuenta (MAEC a su Subc: más vale que te pongas las pilas, que hay mucho que arreglar ¬_¬º).

Por cierto, creo que comenté (por ahí perdido en algún comentario de refilón) el hecho de que Yaoyorozu se mostrase más «alegre» en este fic que lo que la vemos en el manga/anime. Y bueno, aquí está el motivo de esa divergencia que podría haber chirriado a alguien pero que tenía su explicación. En el manga la vemos en plan neutral porque se muestran sus interacciones con el resto de gente, mientras que aquí se la ve más animada porque se expone su interacción con Todoroki (y cómo se enamora de él). Ese cambio de actitud (que incluso Todoroki ha notado aunque no sepa por qué) es la que le hace darse cuenta de lo que hay detrás. Por eso también quería dejar claro que Yaoyorozu considera que tiene un comportamiento normal en su día a día (el que vemos en el manga) hasta que se da cuenta de que es diferente con él (lo que veríamos en el fic).

Espero que el capítulo os haya gustado. A mí me la han jugado pero bien, que ahora tengo un montón de capítulos que retocar T_T. Pero bueno...

¡Saludos!