Prólogo
Todo comenzó porque la curiosidad le comió la lengua al gato.
No creí que un día tendría la posibilidad de volver a ser Multimouse, pero al parecer Scarabella y Chat Noir necesitan de alguien urgentemente y por lo tanto decidieron confiar en mí una vez más. Scarabella me encontró oculta detrás de un auto, me llevó a un lugar seguro y me lo entregó, el miraculous del ratón. Pese a los reclamos de mi prudencia, acepté sin pensarlo, porque si lo hubiera hecho, si lo hubiera meditado tan solo un segundo, quizás no habría tenido el valor. Encontrarme con Chat Noir otra vez, aunque sea en el frenesí de una batalla contra un akuma, iba a ser difícil considerando todo lo que sentía por él. Mejor dicho, lo que sigo sintiendo y que seguramente sentiré siempre. Lo amo, estoy cada día más enamorada de él y no sé qué hacer ni cómo matar este sentimiento que duele demasiado y a la vez me tiene capturada por completo en una burbuja de alegría que se revienta cuando recuerdo que jamás va a ser mío. Pero lo que me da mucho más temor de verlo es la forma en la que voy a romperme cuando nos encontremos finalmente en persona y mi corazón sea duramente apuñalado por el contraste de la realidad con aquellas fantasías que difícilmente han dejado de atormentarme día y noche. Lo más triste y patético de todo esto es que por más que verlo me destuya el corazón, gracias a este encuentro tan cercano no solo volverán sino que se intensificarán. Lo sé muy bien. Al igual que sé que el dolor por ver una vez más en primera fila cómo mi amor por él, esta pasión que me quema por dentro, no tiene ni jamás tendrá esperanzas de ser correspondido, aún así no podré evitar creer en un "tal vez un día me vea de la misma forma en que yo lo hago" cuando su mirada se pose sobre mí con esa felina sonrisa que no puedo evitar amar...
Adrien estaba anonadado con lo que estaba leyendo, con los dibujos que estaba observando y los sentimientos apasionados que todo en esas páginas expresaba, completamente sonrojado y con los ojos bien abiertos, su mente estaba vacía ahora, le era imposible pensar en algo coherente, perdió la capacidad del habla y su corazón latía enloquecido.
Las carcajadas de Plagg lo "despertaron", pero de todos modos todo en él fallaba por el impacto de lo que acababa de descubrir por leer algo que jamas debió haber leído pero... La curiosidad pudo más y así terminó por matar al gato.
— ¿Quién lo diría? —Plagg comentó con un canturreó burlesco y malicioso, mirando con satisfacción el "sufrimiento" de su portador, luego observó una vez más el... ¿Diario? ¿Fanfic? ¿Cómic? ¿Manga? ¿Guión? ¿Qué es esto?— Moñitos sí que...
El kwami de la destrucción no pudo terminar de decir nada porque volvió a estallar en risas al leer una línea en especial.
«¿Acaso el ratón te comió la lengua, gatito?»
— ¡Qué adecuado! —ríe Plagg y se come un queso— Justo eso acaba de pasar.
Adrien vio esa línea que apuntaba Plagg y se sonrojó cuando se dio cuenta que esta estaba dentro de un globo de voz que pertenecía a unas viñetas en las que Marinette como Multimouse lo besaba apasionadamente a él como Chat Noir, y al verlo completamente sonrojado y sorprendido, tratando de recuperar el aliento luego de aquel beso bastante intenso, ella le decía eso.
— ¡Pero eso-!
Adrien iba a decir "pero eso nunca pasó", sin embargo se calló cuando vio que sobre aquella viñeta estaba el título "Expectativa" entre corazones rojos y al costado vio otra viñeta titulada como "Realidad" acompañada de una cara triste y un corazón roto. En aquella viñeta se veía representada en dibujos, básicamente eso, la realidad, aquél acontecimiento que se había dado ya casi cuatro años atrás. Él dándole una rosa rosada cuando le dejó en su balcón, ella destransformándose y ofreciéndole el miraculous del ratón de vuelta pero él sonriendo le anunciaba que se había convertido en la portadora definitiva, ella emocionada aceptando, él sonriendo, inclinándose ante ella, tomando su mano delicadamente y depositando un beso en sus nudillos para luego sonreír decirle "será un placer trabajar con usted, Mademoiselle", ella soltando unas risitas, que ahora se daba cuenta que ocultaban sus nervios y no eran de auténtica diversión por su gesto galante, y entonces él tomaba su bastón y se iba.
Adrien soltó una exclamación mientras enrojecido como nunca antes en sus veintiún años de vida, cumplidos hace dos días atrás, se despeinaba el cabello con los ojos por salirse de sus cuencas, el corazón por escapar de su pecho y la mente a punto de estallar.
¡Su mejor amiga estaba enamorada de él!
¡¿Qué va a hacer ahora?!
