CAPÍTULO 19. Enredos mentales
Comentarios de los reviews:
Nyxdark13: Por muy serios y comedidos que sean ambos, no pueden quedarse impasibles si otra persona los ronda. Por eso a Momo le están picando los celos por primera vez ^o^ Y como es una chica disciplinada, le tocará tragárselos. Por cierto, en la cabeza de Momo sí que ha resonado la palabra enamoramiento porque lo reconoció en el capítulo 15. Lleva 3 capítulos sabiendo que está enamorada de él ^_^º. Y sobre hipótesis, ya sabéis que me encanta leeroslas, pero no comento nada... muajaja.
Mr Chef: Cierto, te quedaste en los 4 capítulos iniciales que escribí. Me alegra que te siga gustando la historia *o*. Y sí, ya me dejaste claro la otra vez que querías que metiera más parejas XD. Espero que te esté gustando que al final indague con algunas XD, pero no voy a decir quién va con quién. Lo que sí os puedo decir es que, quiénes irán en pareja y con quién, está definido desde que decidí retomar el fic (la única de la que tenía dudas era la de Kirishima y Ashido, pero más que nada porque no veía cómo juntarlos). Así que aunque luego me digáis que tal o cual debería ir con X en vez de Y, se quedará así... para bien o para mal ^_^º
Caro: Como siempre, las acciones de la gente varían en función de sus prioridades. Puede parecer que los chicos se preocupan de a quién invitar y las chicas, de problemas sociales. Pero a la hora de la verdad, Hagakure es la primera en pensar en los números, mientras que Todoroki o Bakugo, pasan olímpicamente de todo. Es cuestión de prioridades. Sobre si hay final, sí, lo hay. Si no, no habría continuado el fic por el peligro de que quedara inconcluso. Está sin escribir, pero está pensado desde que la historia se retomó en mi cabeza :-D
Guest: Gracias. Me alegra que te guste ;-D
Maria Violet: La verdad es que lo primero que pienso cuando veo un personaje de tipo mutante es cuán perjudicado puede salir en sus interacciones sociales. No lo puedo evitar ^_^º. De hecho, cuando salió lo de la existencia del ranking de héroes que más parecen villanos, flipé O_o. Vaya iluminado el que se le ocurriese. Eso es maldad XD. Sobre tu debate... no sé... tira 5 capítulos atrás, por ejemplo, y ve leyendo cómo actúan los demás frente a ellos. A lo mejor lo ves de otra manera (aunque lo de Mineta te ha venido rápido a la cabeza ^o^). Por cierto, me ha hecho mucha gracia lo de que ya empieza la parte tortuosa de todo shojo XD. Y sí, no se pueden dar un beso ya porque se me acaba el fic y todavía tienen que pasar muchas cosas, jiusjiusjius...
Abby Elric: ¡Gracias, gracias, gracias! Me alegra saber que la historia os sigue pareciendo canon y que, encima, esperáis los domingos con ansias *o*. ¿Qué más se puede pedir?... cofcofquesigaasícofcof XD
Gabe Logan: De lo que dices de Kemy, entender lo entiendo (aunque reconozco que la primera vez que alguien me la mencionó como candidata para Bakugo hice un: «¿y quién demonios es ésa O_o?». Tuve que buscarla y leer sus capítulos de nuevo para ver qué habían visto que yo no ^_^º). Pero en realidad, si filtras fics de Kemy de todos los idiomas, la emparejan con Bakugo en fics contados ^_^º. De ahí que ni siquiera me sonara ^_^º. Y en cuanto a Mineta, es bastante obsceno, eso es innegable. Así que en este caso concreto no estoy segura de que la percepción del resto sobre él variara mucho :-/.
Gracias por vuestros reviews. Os dejo con el capítulo de esta semana. Espero que os guste ;-D
CAPÍTULO 19. Enredos mentales
—Mirad, allí vienen Iida y Yaoyorozu —informó Kirishima desde una de las ventanas de la sala.
Se habían juntado varios estudiantes en la planta baja después de haber terminado con los deberes. Y una de las conversaciones recurrentes eran las noticias que esperaban recibir de sus dos compañeros que estaban por llegar.
Iida decidió ir a hablar con los que estaban en sus habitaciones mientras Yaoyorozu se quedaba allí.
—¿Y bien? ¿Les dijiste lo que hablamos? —preguntó Jiro según llegó.
—Claro, y si te sirve de algo, no eras la única que ha hecho llegar sus quejas.
—No me extraña…
—¿Se ha mencionado el tema de la diferencia entre chicos y chicas? —cuestionó Kirishima acercándose hasta ella. Ése era el punto que más les importaba a ellos.
—Sí, muchas de las quejas han ido por ahí.
—No me extraña… —Esta vez fue Kirishima el que lo dijo—. ¿Y qué han dicho?
—Iida les propuso la opción de hablar con la directiva para ver si permiten que se pueda invitar a gente de fuera, y muchos la secundaron —contestó ella, al tiempo que se escuchaba un escueto «¡Bien!» por parte de Kirishima. Yaoyorozu aprovechó para sentarse en el sofá al lado de Asui—. La idea es que cada quien pueda invitar a quien prefiera, ya sean parejas, familiares o amigos.
—La escala de medición continúa presente —protestó Jiro.
—Pero camuflada —replicó Asui—. Ahí sí puedes optar por obviar el baile e invitar a tu hermano para que vea el instituto, por ejemplo.
—Eso es cierto —apoyó Momo—. Ya que no se va a dejar que venga gente externa al festival cultural, esto permitiría que puedas traer a alguien sin importar las connotaciones del baile.
—Oye… Aunque permitiesen invitar a gente de fuera, tú seguirías viniendo conmigo, ¿no? —le preguntó con inquietud Kaminari a Jiro.
—No sé qué te hace pensar que quiero ir contigo —repuso mordaz ella.
—Pero si nos llevamos bien…
—¿Y crees que eso te da derecho a hacer lo que has hecho en clase esta mañana? —increpó encarándose hacia él.
—¿Y qué es lo que se supone que he hecho? —protestó ultrajado.
—¿A ti te parece normal decir delante de todos que iría contigo porque a ti te da la gana? —recriminó enfadada.
—Sólo he acordado que iríamos los dos.
—¡¿Acordado?! —gritó muy indignada—. Creo que tenemos un concepto muy distinto de esa palabra.
—¡Tiempo, tiempo! —los detuvo Ashido como si fuese el árbitro de un combate de boxeo.
Se puso de pie, se acercó hasta donde estaba Jiro y, tras agarrarla férreamente de la ropa, la arrastró lejos de donde estaban todos.
—Ahora la traigo.
—Mina, ¿se puede saber qué haces? —se quejó una vez que la soltó de la ropa.
—¡No, la pregunta es: ¿qué haces tú?! —le espetó en un susurro—. ¿No hemos quedado en la cafetería que querías ir con él?
—Eso lo habéis dicho vosotras, no yo —se defendió.
—Cuando Toru te preguntó si le ibas a rechazar, no contestaste.
—¡Me pilló desprevenida! Además, estoy en contra de ese baile.
—Pues parece que Kaminari no.
—¡Entonces que vaya él y no me meta en esto!
—¿Estás segura? Porque entonces, igual voy yo con él…
Jiro se tensó, con toda su beligerancia cortada de raíz tras esa afirmación. Y casi ni supo qué contestar a eso.
—Ah… Bien —dijo al fin, desconcertada y muy incómoda—. Podéis… hacer lo que queráis.
—¿Y por qué a mí me parece que no? —resopló Ashido—. Kyoka, no te enfoques sólo en el baile. Tras esa invitación hay mucho más de fondo. Lo hemos visto todos.
Jiro cogió uno de sus conectores y empezó a juguetear con él nerviosa. No era tan estúpida como para no saber a qué hacía referencia su amiga. Que Kaminari la hubiera elegido de esa forma tan llamativa delante de todos era bastante revelador.
—Es cierto que nos llevamos bien y es muy gracioso —murmuró cohibida—. Y me he dado cuenta de que me entiende mejor de lo que parece. Además, no sólo valora mi hobby a pesar de que a cualquiera le parecería obsesivo, sino que incluso se está implicando en él.
—Ya… —asintió Ashido con una sonrisa.
—Pero no sé si me interesa más allá de su amistad.
Porque lo que Kaminari había hecho ese día le había restado un montón de puntos.
—Entonces ve con él y averígualo —repuso con sensatez.
—Eso no lo conseguiría en ese baile —masculló con suspicacia.
Ashido rodó sus ojos con exasperación y suspiró.
—No pienses en este baile con las características que le has puesto. Intenta verlo de una forma más positiva. Imagina que es sólo una ocasión cualquiera más… en plan, no sé… como quedar para ir a una discoteca o algo así —sugirió.
—¿Una cita? ¡Eso es casi peor!
—Kyoka, no seas cabezona —le recriminó.
—No es cabezonería. Además, ¿cómo te piensas que podría aceptar ir con él a ningún lado después de cómo me ha hablado? —protestó.
Le había sentado peor que una patada en el estómago. No había esperado que Kaminari le saliera con algo así; no se había esperado que fuese de esa clase de chicos. Y por eso se sentía como si le hubiera asestado una puñalada bien profunda por la espalda.
Cierto era que solían hacerse rabiar, pero ambos sabían que era un juego. En el proceso se reían y divertían con el otro al mismo nivel. Pero de pronto, esa mañana le había venido con esa escala de superioridad y la había dejado helada. La había tratado como si fuese una de esas pusilánimes que se dejaban manejar y que hacían lo que «el hombre» dijera que tenían que hacer. Era una luchadora; quería ser una heroína. ¿Y se pensaba que podía decidir por ella?
No podía sentirse más traicionada… y engañada. Estaba tan molesta con él, que lo veía todo rojo.
—Era como si pensase que soy de su propiedad —declaró con resquemor.
Ashido le puso una mano sobre el hombro, con la actitud de suficiencia de quien está a punto de soltar una obviedad.
—Kyoka, creo que te has comido la cabeza con eso. Kaminari es un chico de pensamiento simple. Hasta Yaomomo lo ha comentado esta mañana —adujo ella—. Dudo que lo dijera con esa intención.
—Pero es lo que dio a entender delante de todos.
—Entonces, haz que se retracte —decretó Ashido ante sus constantes negaciones—. Si el problema es que no te ha gustado cómo te lo ha pedido, sólo dile que lo haga de otra forma.
—No es tan sencillo…
—Claro que lo es —contrarrestó ella—. Hazlo y lo verás.
Jiro se tensó cuando sintió que era arrastrada de vuelta hacia donde estaban todos los demás mirando en su dirección. Quizás no hubieran podido escuchar la conversación que habían tenido, pero el nivel de expectación era máximo. Ni siquiera le miró cuando se sentó con movimientos muy rígidos al lado de él.
—¿Y bien? —preguntó Kirishima con curiosidad—. ¿Al final vais a ir juntos?
—No mientras no me lo pida de una forma normal —respondió ella con un leve sonrojo, y de nuevo se puso a juguetear con su conector.
—¡Pero si vas a venir, ¿qué problema hay en cómo…?!
Un carraspeo interrumpió la indignación de Kaminari.
—Recuerda lo que hemos hablado antes —le advirtió Kirishima.
Jiro le observó como si representara un enigma y, cuando vio que Kaminari se encogió un poco, su nerviosismo se redujo. Así que a él también le habían echado la bronca por su actitud…
Sonrió. Le estaba bien empleado.
—Querrías venir conmigo al baile.
Más que una pregunta sonó a una afirmación, y para Jiro, ver que el reproche de su amigo sólo había conseguido hacerle torcer su brazo hasta ahí, le dejó un regusto amargo. Aún no entendía muy bien por qué era tan reacio a hacer una pregunta sencilla y por eso el asunto no terminaba de convencerle.
Sin embargo, ante la presión de los oscuros ojos de Mina, acabó asintiendo y el ambiente entre el resto de los presentes se relajó al tiempo que Yaoyorozu comentaba el resto de escasos temas que se habían tratado en la reunión entre queja y queja.
—Kaminari —atrajo su atención en un susurro—, ¿por qué no puedes preguntármelo sin más?
—Ya lo he hecho.
—No, no lo has hecho… y lo sabes.
Kyoka le observó con fijeza y supo que Kaminari se tensó por ello. No le gustaba la idea de que la considerara como un objeto. Tampoco se lo había esperado a tenor de la forma en que la había tratado hasta la fecha. A excepción de cuando se hacían rabiar, solía ser muy considerado con ella, por lo que no le hacía gracia esa evolución.
—Porque si te lo pregunto, puedes responderme que no —confesó.
Se quedó de piedra con esa contestación. Incluso se le abrió la boca por ello. ¿Todo lo que había montado era por miedo a que pudiera rechazarle? ¿En serio se pensaba que, por afirmarlo, podría evitar una negativa?
—Puedo negarme de todas formas, ¿sabes?
—Pero te lo pone más difícil.
Estaba estupefacta. No había otra forma de describirlo. Se había pasado medio día indignada con él; dándole mil vueltas al asunto y pensando en el proceso un montón de barbaridades sobre él. Y todo, ¿porque tenía miedo a que le rechazara?
«Kaminari es un chico de pensamiento simple», le vinieron las palabras de Ashido de repente.
Y sí: él sería simple, pero ella, una idiota por haberlo olvidado.
Y se echó a reír… mucho. Eso atrajo la atención de Kaminari que había intentado evitar mirarla.
—¡¿Esto te hace gracia?!
Pero su ultraje sólo consiguió que riera más. Kyoka hizo un gesto con la mano para que los demás siguieran a lo suyo, pues había conseguido que todos en el salón los miraran, pero incluso así le costó bastante parar.
—Igual los dejamos… —le oyó murmurar a Mina con malicia.
—No hace… falta —intentó detenerla entre carcajada y carcajada.
Sin embargo, se marcharon con risitas disimuladas y, como no podía parar de reír, tampoco pudo decirles que no la dejaran sola con él.
—Eres muy mezquina —se quejó él con los brazos cruzados a la defensiva.
—Y tú eres muy idiota —contrarrestó ella—. La que me has liado… —resopló con un absoluto alivio.
—¿Yo?
—¡Sí, tú! —respondió directa mientras se quitaba las lágrimas de los ojos—. La próxima vez no tengas miedo en decirme las cosas porque es peor. Yo no tengo un razonamiento tan lineal como tú.
—¡Oye, ¿qué quiere decir eso?! —protestó ultrajado.
—Que mientras tú haces una tontería, yo me como la cabeza.
Kaminari perdió su postura hostil y se giró levemente hacia ella desconcertado.
—¿De qué hablas?
—Ya no tiene importancia.
—¿Por qué? ¿Qué has pensado?
—Nada, de verdad…
—Pero…
—Kaminari —le interrumpió para cambiar de tema—, piensa que también me afectará a mí. Cuando yo quiera algo, tampoco tendré miedo de pedírtelo.
—Claro —respondió reacio. No parecía muy conforme con dejarle en la ignorancia sobre con qué demonios se había rayado—. Me parece bien.
Kyoka levantó su palma sobre el sofá y le hizo mirar hacia abajo. Kaminari estudió su mano con confusión, aunque unos segundos después pareció entender lo que quería. Levantó sus ojos hacia ella, bastante asombrado, y un ligero rubor le apareció en sus mejillas. Pero aun con todo, se la cogió con torpeza y entrelazó sus dedos con ella.
—No ha sido difícil, ¿verdad?
—No.
Y se puso más rojo aún. Sabía que ella no podía estar mucho mejor, pero la consolaba que a él también le afectase ese momento. Aunque, si lo pensaba bien, él tenía que estar igual o peor que ella, a fin de cuentas, era él el que había iniciado todo lo acontecido en ese día. Y lo había hecho impulsado por el miedo a que otro la invitara. ¿Eso significaba que sentía algo por ella?
Le miró a los ojos, casi sin parpadear, y al final Kaminari rehuyó su mirada para fijarla en donde se suponía que estaban los demás. Ese gesto la sorprendió. Era capaz de ponerle nervioso, dedujo.
Y cuando registró lo incómodo que conseguía ponerle, una idea macabra le cruzó la cabeza. ¿Podría hacerle algo que le fundiera el cerebro igual que lo hacía su singularidad al máximo?
Se echó a reír de pensarlo. Cuando se le fundían los plomos, Kaminari se convertía en un zombi que la mataba de risa. No podía evitarlo.
—Y ahora, ¿de qué te ríes?
—De nada, de nada —contestó al instante para que no se mosqueara.
Pero no lo consiguió. La miró ceñudo, aún con el rubor que permanecía en su rostro de los momentos anteriores. Y verlo sólo provocó que la bola de carcajadas creciera más y más.
Kaminari podría no tener muchas virtudes, pero sin duda, una de ellas era que la hacía reír como nadie.
— * —
Fin del Capítulo 19
13 Enero 2019
Notas finales:
Ya os comenté que no iba a extenderme demasiado con las parejas extras porque si no, no terminaría el fic. De ahí que en la sinopsis matizara lo de mini-ships XD. Pero espero que os gusten de todas maneras ;-D
¡Saludos!
