CAPÍTULO 22. Secretos y contradicciones
Notas de la autora:
Resulta que tengo una muy buena noticia para mí, aunque puede no ser tan buena para vosotros. Este es el último capítulo que tengo escrito antes de otro salto. Creo que habrá unos dos o tres en medio que conecten con el siguiente pack de capítulos escritos. Y sí, parecerá que con la cantidad de capítulos que he subido desde que me pasó esto la última vez, debería haberme dado tiempo para continuar. Lo que no sabéis es que de por sí, en este tiempo he escrito varios que antes no estaban entre los que he subido ya (así que realmente, sí he estado escribiendo).
Peeeeero (y aquí es cuando llega «el problema»), quería haberme puesto esta semana con el siguiente para no pillarme con los tiempos, pero entonces llegó mi buena noticia. ¿Recordáis aquel examen de septiembre que fue el culpable de activar mi creatividad y continuar este fic? Pues resulta que sorprendentemente lo he aprobado a pesar de las poquísimas plazas que había O_o. Así que dejo de ser trabajadora eventual (y en general, de tiempo parcial) para tener plaza fija a tiempo completo. Como comprenderéis, tengo la cabeza en todos los sitios menos en escribir. Mi creatividad se ha ido de vacaciones muy lejos porque no la veo ni en la distancia (o a lo mejor la que se ha ido lejos soy yo, que llevo en mi nube toda la semana *¬*). Así que no tengo claro cuándo podré hacer el siguiente capítulo. Intentaré ponerme esta semana con él, pero no puedo prometer nada »_«.
Comentarios de los reviews:
Nyxdark13: Teniendo en cuenta que soy supernula dibujando, me alegra saber que podéis imaginar lo que escribo como un manga XD. ¡Mola! XD. Sobre el comportamiento de Uraraka en el manga original, sé que se le pasará (la fase de negación, quiero decir). Pronto verá que no vale con levantarse un día y decir que ya no quiere sentir nada por otra persona. Si las cosas fuesen así, no existiría el concepto de «desamor» :-S. Así que espero que más pronto que tarde, se dé cuenta de ello ^_^º
Megane Bishojo: Si te soy sincera, me sorprende un poco vuestra reacción con este capítulo. Os ha gustado más de lo que creía *o*. ¡Me encanta! *o*. Sobre los estándares del original, pretendo ceñirme a ello en la medida de lo posible. Evidentemente, voy a meter cosas que no están confirmadas en el manga (como las posibles parejas), así que mi idea es ser sutil con ellas. Es decir, que se insinúen las relaciones pero aun así, que puedas seguir leyendo los sucesos posteriores en el manga y el fic no descuadre todo. Ésa es mi idea ^_^º, ya veremos en qué acaba realmente la cosa al final ^_^º.
Mr Chef: No tengo muy claro adónde crees que me he ido con el capítulo (así que no te suicides XD ). Sólo he expuesto la percepción de Ochaco que se ha dado en el manga. Es ella la que dijo que quería ignorar sus sentimientos. Lo que ha hecho en el capítulo anterior es contárselo a las chicas y éstas le han dado a su vez su opinión. En lo personal, a mí me da que el hecho de que la ha pillado de improviso y que lo está rumiando sola de mala manera es lo que hace que haya llegado a esa conclusión. No sé cuánto pretenderá el autor estirar eso, pero todos sabemos cómo va a acabar ^o^.
Maria Violet: Si yo te entiendo... se te habrá quedado la misma cara que la mía cuando en el capítulo anterior me dijeron que parecía un KiriBaku hasta que mencionaron a Ashido O_o. Y claro, visto lo visto, prefería aclararlo XD. Sobre el personaje en sí, Tsuyu siempre me ha parecido bastante centrada y objetiva. Igual a alguien le puede decepcionar que no tenga ship en este fic, pero es lo que me sale que haría. Sé que invitaría a Habuko, sin lugar a dudas ^_^º. Y en cuanto a Uraraka, en ese terreno es la inseguridad en sí misma. Todo lo que se ha visto de ella en referencia a sus sentimientos por Midoriya son inseguridades, las cuales, a su vez, la han llevado al miedo a sufrir y que es lo que en última instancia ha hecho que decida ignorar sus sentimientos. No sé muy bien cómo el autor piensa rebajar ese nivel de inseguridad que le ha generado al personaje porque la ha hecho llegar a una resolución un poco drástica. Pero yo en este fic voy a intentar rebajársela «a mi manera», porque si no, la chica se me queda en la habitación el día del baile XD.
Abby Elric: Para mí, lo de Ochaco es una fase de negación de manual. Como no quiere sentir celos, decide «no quererle»... Aaaaajá («— nótese todo mi sarcasmo ahí ¬_¬º). Al final, estás hablando de una chavala de 15 años con su más que posible primer amor (dudo que le haya gustado alguien antes). Así que lo dicho: es negación de libro. Como ya he dicho antes, sé que se le pasará... el problema es saber cuándo al autor le dará por hacer que se le pase u_uº (yo espero que sea pronto). Sobre Bakugo, está claro que cada uno lo percibe como quiere XD. De hecho, por reviews que me han escrito, me han dejado una sensación de que hay una visión algo simplista de él por el fandom, algo con lo que no comulgo. Así que yo, casi ni tan mal... XD
Gabe Logan: Como no soy mucho de DC, no sabría decirte ^_^º. Pero es que a mí me parece lógico que el amor sea lo que mueve a un héroe a sacrificar su vida por salvar a los demás. La verdad es que es un aspecto de Ochaco que me parece superinteresante. Creo que Ochaco evolucionará hacia ser una heroína vocacional (poco a poco se la ve dar esos pasos al querer salvar a la gente de los villanos por altruismo). Y se ve que es un personaje que siempre ha querido salvar gente. Pero también podría ser médico y lo haría sin arriesgarse. Así que vive en esa especie de «vergüenza/culpabilidad» porque quiere salvar gente, pero de entre todas las ramas profesionales que podría escoger, ha elegido la de héroe motivada por dinero. Me parece muy interesante que el autor haya tocado este tema y más, que lo haya hecho con la protagonista.
Guest: ¡Oh, Dios! ¿Qué otras historias estás siguiendo? »_«. Porque estoy teniendo bastantes problemas para actualizarlas T_T . Tengo la creatividad de vacaciones T_T . En fin, me alegra que estés disfruntado esta historia :-D
Fer: Las historias paralelas no es que sean muy largas, en realidad, pero al ser varias parejas, puede dar la sensación de alargarse. TodoMomo seguirá imperando, no os preocupéis XD
Caro: No sólo para los héroes debe ser difícil, lo es también para los bomberos, los policías, rescatistas, socorristas, etc., etc. Y ésos están en nuestro día a día. La gente tiende a olvidarlos, pero ahí están ;-D
Melimontecino93: Gracias, me alegra que te esté gustando la historia ;-D
Her Nao: En este fic, Ochaco conseguirá quitarse parte de esas inseguridades, no os preocupéis XD, ¡y confío que en el manga también lo haga!
Gracias por todos vuestros reviews *o*. Os dejo con el capítulo, que es bastante largo y que, por supuesto, espero que compense el parón que han tenido los pobres con todos los ships que se han metido por medio XD. Espero que os guste ;-D
CAPÍTULO 22. Secretos y contradicciones
Todoroki miraba con atención los regueros de hielo que había hecho por el suelo. Con el primero no había intentado nada, sólo había dejado que su hielo se extendiera con lentitud formando oscilaciones en ambas direcciones. Sin embargo, con los posteriores sí que había intentado girar en algunos puntos siguiendo el primer patrón, aunque sólo en el último había conseguido cambiar la trayectoria de manera voluntaria hacia uno de los lados. Por desgracia, no había logrado encauzarlo de nuevo, así que casi parecía casualidad.
Se giró entre una y otra hilera de hielo, aunque no entendía muy bien la diferencia entre las dos. Había intentado lo mismo, pero en uno había seguido recto y, en el otro, girado a la derecha.
Se incorporó para regresar al punto de inicio y hacer un nuevo intento, pero al levantar la vista se encontró a Yaoyorozu en la puerta que conectaba con el interior del edificio. No se movió de ahí ni dijo nada. De hecho, parecía algo absorta; ni siquiera pestañeaba.
De modo que ahí venía «la conversación». Sabía que Yaoyorozu se había dado cuenta de lo sucedido por la mañana. Esa tarde, durante las clases, le había estado mirando de reojo continuamente y se encontraba tan abstraída que ni siquiera había atendido la lección. Se debía estar preguntando qué le había hecho reaccionar así, y pensar que pudiera estar llegando a conclusiones que ni siquiera él tenía claras, le había puesto los nervios de punta.
Si le preguntase si había actuado de esa forma por tener sentimientos hacia ella, ni siquiera sabría qué contestarle. Hasta esa mañana habría jurado que lo que sentía era admiración por ella, pero ya no lo tenía tan claro. Esa ansiedad que había sentido durante el día le hacía ser consciente de que podría ser otra cosa.
—¿Yaoyorozu?
Definitivamente, estaba en su mundo. Se sobresaltó cuando la llamó y le saludó con una media sonrisa.
—Quería devolverte tu cuaderno, pero me dijeron que ya no estabas —le informó mientras se acercaba—. Has venido pronto. ¿De dónde sacas tiempo para todo? Vas a clase, haces los deberes, asistes también a las clases extras de las licencias y encima ahora tenemos la preparación de nuestra representación musical. ¿Cómo te queda energía para venir aquí?
¿Y lo decía ella, que había perdido media tarde en una reunión y, sin embargo, había hecho los deberes, puesto al día su lección perdida e ido hasta allí?
—Tengo que aprovechar mientras aún tenga tiempo. En cuanto se acerque el invierno y empiece a llover y nevar, se acabaron mis prácticas.
Yaoyorozu observó el suelo donde aún perduraban los rastros de hielo. El día anterior no se había podido pasar porque tuvieron ensayo del equipo de música toda la tarde. Pero le había dicho dos días antes que quería intentar hacer giros en el suelo, así que le preguntó:
—¿Cómo vas? ¿Has conseguido algo?
—En el suelo no es tan fácil, pero eso ya lo sabía.
—Ya… —respondió sin mucho ímpetu. Shoto no terminaba de ver si estaba desganada o preocupada—. Todoroki, ¿puedo preguntarte algo?
Se tensó en cuanto lo hizo y notó que incluso se le aceleraban las pulsaciones. De modo que se habían acabado los preámbulos. Había ensayado responderle con su intención de defenderla de Mineta y esperaba que eso sirviera.
—Yaoyorozu…
—¿Por qué decidiste convertirte en héroe? —Todoroki se detuvo en su excusa desconcertado—. ¿Es porque tu padre también lo es?
Shoto se irguió y la miró con cautela ante una pregunta tan imprevista. Que empezara por ahí no quería decir que no llegaran al tema clave, por lo que decidió quitarse las dudas.
—¿Es eso de lo que quieres hablarme?
—Sí… ¿Por qué? —preguntó con curiosidad.
—Por nada… —respondió al momento—. Es sólo… que es un tema muy repentino.
Estaba demasiado sorprendido; toda la tarde se había esperado otra conversación. Pero, al parecer, Yaoyorozu no se había percatado de lo sucedido por la mañana, por lo que dejó escapar un suspiro aliviado.
—Puede ser… —aceptó ella—. Pero hace un rato hemos estado las chicas hablando… de cosas nuestras. —No quería entrar en detalles—. Y una de ellas ha sido las motivaciones de la gente para convertirse en héroes. Me ha sorprendido pensar que haya gente que no lo haga por vocación. Bueno, más específicamente, por nuestra clase. Quiero decir, claro que hay héroes que lo hacen por otros motivos. Sólo hay que ver la escuela ideológica que creó Stein sobre los héroes. Pero la sensación que tenía con nuestros compañeros… si exceptuamos a Mineta que ya dejó claro por qué quiere serlo —matizó con resignación—, era que todos lo hacían por vocación.
Por la forma en que lo dijo, se le hacía evidente que en su caso sí era vocacional. Pero tal y como había expuesto, muchos héroes lo eran por otras causas. Popularidad, salario, una licencia para usar su singularidad… En lo personal, lo que llevara a otros a ser héroes no le preocupaba. Él tenía claras sus motivaciones y era plenamente consciente de que a la única persona que tenía que rendir cuentas sobre sus actos era a él mismo.
—Creo… que ése es un pensamiento un poco ingenuo —dijo con cuidado. No quería que se ofendiese, pero no había otra forma de decirlo.
—¿Tú por qué lo decidiste?
—Es complicado.
Esperaba que eso contuviese su curiosidad, pero Yaoyorozu le miraba expectante, como si la palabra «complicado» no tuviese la misma relevancia para él que para ella.
—¿Eso es que no me lo puedes contar? —inquirió cuando el silencio se prolongó hasta incomodarlos a ambos.
—No es que sea un secreto, pero no es agradable —se justificó.
No le atraía mucho la idea de tener que contarle las circunstancias de su vida. Su historia no era un cuento bonito para ir pregonando por ahí, aunque tampoco tenía por objetivo ocultarlo. De hecho, se lo había contado a Midoriya cuando le retó como rival en el festival deportivo. Pero, en su caso, era una forma de hacerle consciente de hasta dónde estaba dispuesto a llegar. Por suerte, podía dar gracias de haberlo hecho y que Midoriya decidiera darle un puñetazo mental que le llevara de nuevo al punto de inicio. Eso le había devuelto al origen de su deseo de convertirse en héroe, algo que sabía que nunca podría agradecerle suficiente.
—¿Y bien? ¿Por qué te hiciste héroe? —insistió.
Yaoyorozu tenía todo su interés centrado en él. Eso le comenzó a poner algo nervioso porque le gustaba el cristal con el que le miraba ella. Sólo tenía que fijarse en cómo hablaba de sus logros y cómo ignoraba por completo sus fallos para saberlo. Era consciente de que Yaoyorozu tenía una visión subjetiva favorable de él y por eso era reticente a poder perderla si destapaba los esqueletos del armario de su familia.
Pero, por otro lado, ella también había confiado en él lo suficiente como para sacar a la luz algunas de sus inseguridades que hasta entonces había estado rumiando para ella sola durante años. Eso decía mucho de la amistad que tenían. Yaoyorozu se sentía libre de hablar con él de cualquier cosa que le preocupara. ¿Eso no indicaba que él debería poder hacer lo mismo?
—Imagino que en un principio fue por admiración —comenzó tras un largo silencio—. De niño, los héroes me parecían las personas más increíbles que existían.
—Bueno, no me extraña. Tu padre es el número dos desde que tengo memoria.
—En realidad… esa admiración no iba dirigida a él —replicó incómodo—. Es más bien lo contrario.
—¿Lo contrario?
Todoroki suspiró y se acercó al columpio más cercano. Se apoyó, con los brazos cruzados, y Momo no pudo evitar recordar lo que Hagakure había mencionado sobre el lenguaje corporal. Si aquélla no era una postura defensiva, no sabía cuál podría serlo. ¿Qué iba a contarle para que se pusiera así?
—No tengo muchos recuerdos agradables de mi infancia —continuó—, pero algunos de ellos eran de cuando veía las noticias con mi madre y salían imágenes de All Might. Me fascinaba verlo. Daba igual lo mal que se pusieran las cosas; él siempre conseguía salvar a la gente. Era increíble.
—Sí, All Might siempre ha sido el héroe por excelencia —concordó con una sonrisa mientras se acercaba a él. Ella también había sido una niña deslumbrada por los héroes.
—Cuando era pequeño quería ser un héroe como él; alguien que siempre consiguiese salir airoso y salvar a aquellos que lo necesitasen. Esa clase de héroe que, independientemente de las circunstancias, cuando llegara al lugar la gente pensara: «todo se va a arreglar». —Hizo una breve pausa y Yaoyorozu aprovechó para apoyarse también en el columpio sin perder detalle de él—. Pero con el paso de los años lo olvidé. Cuando entré en la UA, mis motivaciones eran otras muy distintas.
—¿Cuáles eran?
—¿La principal? Vengarme de mi padre. —Yaoyorozu abrió los ojos por la sorpresa. Aquel motivo estaba muy lejos de ser propio de un héroe—. Quería superar a All Might y conseguir así lo que mi padre nunca había conseguido, pero utilizando sólo la habilidad de mi madre.
Momo frunció el ceño por el desconcierto, pues no podía entender cómo Todoroki había pasado de la ilusión de ser un héroe a querer serlo por venganza. Pero sí que tras eso fue consciente de que había un asunto familiar bastante serio que le había marcado. Sabía que la relación con su padre era mala, pero aquello sólo le confirmaba que era peor. De modo que estaba en un punto en el que casi no sabía si quería conocer lo sucedido. Lo que había hecho que Todoroki cambiara la naturaleza de su objetivo no podía ser bueno.
—¿Por qué? —susurró, a pesar de su reticencia.
—Mi padre siempre ha tenido un odio enfermizo por All Might. Y cuando al fin se dio cuenta de que él no podría superarle, pasó al plan B —explicó, intentando no sonar afectado—. Quería crear y moldear una herramienta que consiguiera sobrepasar a All Might. Yo soy su cuarto intento y fui con el que tuvo éxito.
—¿Su cuarto… intento? —preguntó descompuesta. No hacía falta ser muy lista para saber lo que estaba dando a entender.
—La gran debilidad que tienen mis singularidades por separado es que hay un límite del calor o frío que se puede generar. El cuerpo se sobrecalienta o se congela traspasado ese límite. De modo que mi padre buscó una familia con la habilidad de frío para contrarrestar su punto débil.
—Entiendo, entonces, que el matrimonio de tus padres fue uno de conveniencia de singularidades —concluyó ella.
—El matrimonio fue acordado con mis abuelos; ella no tuvo nada que ver. Así que se vio casada con un hombre al que no soportaba.
Yaoyorozu jadeó de forma audible y le miró consternada.
—Lo siento. Debió ser muy duro para todos —se compadeció.
—Lo fue sobre todo para ella y para mí —especificó—. Como mis hermanos eran fracasos, mi padre los ignoró.
—Madre mía… —murmuró con incredulidad.
—En realidad, eso fue bueno para ellos porque en ese aspecto salieron bien parados: pudieron tener una infancia más normal. Pero a mí me reservó un exhaustivo entrenamiento con el que se suponía que debía superar a All Might. Por eso, me apartó de cualquier cosa que pudiera distraerme de ese objetivo: mis hermanos, amigos, compañeros de clase, ocio… Todo.
»Al final, esto se convirtió en una bola de odio hacia mi padre —continuó, a pesar de la consternación visible de Yaoyorozu—. Él destrozó la familia por su obcecación de crear una versión mejorada de él que pudiera ganar a All Might. Pero con todo lo que nos hizo, como resultado sólo logró que quisiera venganza: quería conseguir aquello por lo que mi padre me creó, pero rechazando el poder con el que quería que lo hiciera.
Momo se irguió incómoda y se pasó las manos por los brazos para neutralizar el escalofrío que la recorrió. Que lo dijera de esa forma la había hecho muy consciente de la fragilidad del destino y eso le dejó un nudo desagradable en el pecho. Todoroki existía porque su padre odiaba a otra persona y tuvo tres intentos fallidos antes que él. Eso le hizo sentir algo muy oscuro por dentro.
—¿Y tu madre no hizo nada al respecto? —No podía entender que su madre no se enfrentara a ese hombre para proteger a sus hijos.
—Mi madre intentó protegerme de ello un tiempo. Incluso recibió palizas de mi padre por meterse.
—No puede ser… —murmuró horrorizada.
—Pero llegó un punto en el que ya no pudo defenderme más…
Momo estaba atónita. Era algo que a nadie se le podría pasar por la cabeza. ¿Qué clase de héroe era él? ¿Era capaz de salvar a la gente desconocida y, sin embargo, tratar así a su propia familia? No tenía sentido. ¿Cómo una persona podía tener la moral tan desviada?
—¿Fue por eso que acabó ingresada en un hospital? —Después de lo que le había contado, no le extrañaba que la mujer acabara mal de la cabeza—. Imagino que todo eso debió ser demasiada presión para ella.
Todoroki se enderezó, mucho más incómodo que hasta el momento, que ya era decir.
—Ah… No exactamente —la contradijo—. En realidad, mi padre la encerró cuando me hizo la cicatriz de la cara.
—¿A qué te refieres con que te la hizo ella?
—Ese día estaba bastante alterada hablando con mi abuela mientras hacía el té —explicó inquieto—. Le decía que no soportaba ver mi lado izquierdo porque le recordaba a mi padre, y justo en ese momento entré en la cocina…
—Espera… ¿Lo hizo a propósito? —cuestionó perpleja. Siempre había imaginado que fue algún tipo de accidente.
—Yo no llegaría a decir que fue a propósito —la defendió—. Más bien, la sobresalté.
Pero Yaoyorozu se quedó de piedra incluso con su débil excusa. De la impresión, incluso había perdido el aliento y por mucho que intentara respirar no lo conseguía. Sacudió la cabeza y con esfuerzo por fin logró que entrara aire, aunque éste lo hiciera de forma entrecortada.
Estaba espantada. No era lo peor que le había contado, pero eso último le supuso el golpe definitivo. Era el lazo rojo que coronaba el desamparo de Todoroki.
Se quedó ahí, observándole, mientras digería lo que debió sentir de niño cuando vio que los dos adultos que deberían haberle protegido le habían descuidado de esa manera tan negligente. Uno de ellos sólo lo veía como un instrumento y, el otro, no soportaba verle por recordarle al hombre que odiaba. Eran unas circunstancias trágicas para cualquiera.
Y, sin embargo, tras reflexionar sobre ello unos segundos, se dio cuenta de que eso no era lo peor. No… Lo peor era que estaba analizando aquello con fría lógica y no lo lamentaba… ni siquiera un poco.
Porque en lo único que podía pensar era en la reacción en cadena que había creado el odio de su padre; una reacción en cadena que los llevaba al punto justo en el que estaban.
Y eso la agobió.
Momo miró hacia el suelo y respiró hondo. No podía enfrentarle cuando se sentía tan divida en algo que no debería estarlo.
—Ya te dije que no era agradable —intentó reconfortarla él.
Esas palabras la hicieron sentir fatal. Por supuesto que lo que le había contado no era agradable. Y como lo sabía a nivel racional, cuanto más calaba en ella la sucesión de acontecimientos, peor se estaba poniendo. No podía detenerlo. Porque a pesar de lo que le había contado, lo único que se sobreponía a todo hasta hacerla sentir culpable era lo único bueno que había surgido de todo ello.
Le amaba… era algo demasiado reciente, pero lo hacía. Y ella no era tan ingenua como Uraraka que esperaba que poner distancia arreglara aquello. Distanciarse sólo llevaba al sufrimiento; hasta que un día se estuviera tan cansado y agotado a nivel emocional que se dejara de amar a esa persona por haber traído más mal que bien.
Pero ella no quería eso; no quería perderse algo que todo el mundo buscaba. Deseaba que sus sentimientos fuesen en ambas direcciones porque quería estar con él.
Y puesto que quería estar con él, debería lamentar lo que le había pasado, o por lo menos, indignarse o enfadarse contra los padres que se lo habían hecho. Sabía de forma racional que tendría que sentirse así. Pero en cambio, estaba agradecida. Era una espantosa contradicción que no conseguía quitarse ni mentalizándose en ello, lo cual la convertía en una persona horrible.
Y se angustió mucho más… y él lo notó.
—¿Te encuentras bien?
«No, por supuesto que no».
No se podía encontrar nada bien siendo tan mala persona y amiga. Por eso no pudo mirarle cuando asintió. Lo último que necesitaba era que él la hostigara más con lo que ya tenía encima. Así que intentó vaciar su cabeza, pero eso no sirvió y pasó a las fórmulas matemáticas.
—Pues no lo parece —le dijo Todoroki con suavidad—. No tienes por qué pensar en ello.
Adiós fórmulas matemáticas. Por supuesto que Todoroki era consciente de la respuesta que debía generar en la gente cuando contaba su pasado. De modo que debía creer que se había puesto así como reacción a ello. Pero lo único que consiguió fue tirarle encima un montón de kilos de culpabilidad que casi la hicieron llorar.
Así que volvió a asentir, pero eso no le convenció.
Por eso, Shoto se acercó a Yaoyorozu para cogerla por los brazos y detener su errático movimiento. La oía respirar muy rápido, como si estuviera conteniéndose de algo.
La observó preocupado. Era como si le estuviera dando algún tipo de crisis, pero no entendía que el hecho de contarle unos sucesos pasados la hicieran reaccionar de ese modo.
—Yaoyorozu, ¿qué te pasa? —Ella negó de forma enfática—. Puedes contarme lo que sea.
Pero por respuesta, se llevó las manos a la cara para cubrirse con ellas y quitarse las lágrimas que amenazaban con caer. Shoto se las cogió con suavidad y se las apartó para poder verla. Y cuando hizo el intento de soltarse, él se las aferró con fuerza. No tenía por qué esconderse de él.
—Puedes decirme lo que quieras.
—¿Cómo voy a hacerlo si ni siquiera lo entiendo yo? No quiero que te enfades conmigo.
—No voy a enfadarme contigo —replicó extrañado.
—Claro que sí. Soy la peor persona del mundo… —murmuró sobrecogida.
—¿Cómo vas a ser tú la peor persona del mundo?
Le habría divertido su absurdo comentario si no fuese por lo mal que la veía. Cambió el agarre de sus manos y le dio unas ligeras caricias en el dorso para infundirle confianza, pero ella se soltó y las escondió al cruzarse de brazos.
—Yaoyorozu…
—Mira lo que me has contado… —respondió afligida con voz temblorosa—. Es terrible, y ni siquiera puedo sentirlo. Es tan contradictorio…
Shoto no entendía nada. Yaoyorozu estaba a punto de echarse a llorar. Si no lo hacía era porque estaba haciendo el esfuerzo para evitarlo. Así que, ¿qué se suponía que no sentía?
—Tranquila, no pasa nada… —No sabía qué otra cosa decirle para que se calmara.
—Sí que pasa. Eres… —Yaoyorozu se detuvo en un intento de poner en orden sus pensamientos y comenzó por otro lado—. Nunca me he relacionado mucho con la gente. —Eso era algo que Todoroki ya sospechaba—. Así que nunca había tenido una amistad como ésta.
—Yo tampoco —concordó él.
—Por eso eres de las mejores cosas que me han pasado.
Shoto inspiró estremecido cuando le dijo eso y empezó a entender a qué se refería Yaoyorozu con tener sentimientos encontrados. No le gustaba verla angustiada, pero se sentía feliz de que dicha aflicción la hubiera impulsado a decirle aquello. Para él también era una de las personas más importantes de su vida.
—Tú también lo eres para mí.
A Yaoyorozu se le saltaron las lágrimas y bajó la cabeza.
—¿Ves por qué soy una mala persona? —se recriminó—. Eres mi mejor amigo… Me horroriza pensar por lo que has pasado. Nadie debería pasar por eso, pero no puedo lamentarlo.
Era una reacción extraña, pero tampoco le había contado su pasado para que le tuviera compasión o pena, que solían ser las reacciones más habituales. De hecho, casi prefería que no le hiciera más consciente de lo que ya era de su mala infancia.
—Siento ser tan egoísta.
—No te preocupes…
—Pero no puedo evitar alegrarme por ello. —Shoto abrió los ojos por la sorpresa. Esa reacción sí era nueva—. Es que…
Se detuvo y se limpió las lágrimas que le cayeron. Respiraba muy rápido; la veía muy agobiada. Así que no sabía muy bien cómo reaccionar a ese comentario.
—Si no fuese por el odio de tu padre, no estarías aquí.
—¿Qué? —susurró.
—Si no hubiera buscado a tu madre o si hubiera conseguido tener éxito con alguno de tus hermanos, no estarías aquí. Y si no te hubiera llenado de ansias de venganza, quizás no hubieras tenido la resolución suficiente como para entrar en la UA, y entonces tampoco estarías aquí. No puedo conciliar esa idea —se recriminó enfadada consigo misma—. Por eso, por mucho que piense que no debería alegrarme de que te hubiera pasado algo tan horrible, no puedo evitarlo. Porque si no fuese por todo eso, nunca te habría conocido.
Shoto no podía dejar de mirarla. Seguía con la cabeza baja y sabía que continuaba intentando aguantar sus lágrimas. Yaoyorozu estaba muy afectada por cómo se sentía.
En cambio, él, estaba muy conmocionado. No se le había ocurrido mirarlo desde ese punto de vista. No se había planteado que su presencia impactara de esta forma en otra persona. Pero la pragmática Yaoyorozu sí. Había tirado hacia atrás en la consecución de su pasado y había llegado a una conclusión que la había dejado con esos sentimientos encontrados.
Le había dejado literalmente sin palabras. ¿Qué se contestaba a algo así?
—Perdóname…
—No pasa nada… —intentó tranquilizarla.
Le había dicho que era su mejor amigo. ¿Cómo podía culparla de que quisiera que estuviera allí para serlo? Tal y como le había dicho, de no ser por cómo había transcurrido su vida, no estaría en la UA. No estaría ahora mismo con ella.
—Soy una persona horrible —volvió a lamentarse con voz temblorosa.
—No lo eres.
Podía entender que se sintiera agobiada ante la idea de haberse perdido lo que tenían ahora. Él ni siquiera se planteaba pensarlo.
—Y muy egoísta… —siguió sin hacerle caso.
—No es así…
—Y la peor amiga que existe…
—Yaoyorozu…
Pero ella siguió con su diatriba sobre lo mala persona que se consideraba. Shoto suspiró con tanta fuerza que casi se convirtió en un resoplido. Yaoyorozu estaba tan abrumada por sus emociones, que no parecía escucharle. Y lo último que quería era que se sintiera culpable por ser tan importante en su vida.
Por eso, tiró de ella y la abrazó. El gesto la impresionó tanto que se le cortó el sollozo y por eso Shoto supo que al fin había recuperado su atención.
—Te he entendido —le dijo contra su oído, y durante unos segundos, Yaoyorozu ni siquiera respiró.
—¿De verdad? —preguntó con incredulidad.
—Sí. Nunca lo había visto de esa forma. Gracias por sentirte así.
Ella escondió su rostro contra su hombro y, tras corresponder su abrazo, rompió a llorar. Y Shoto no supo qué le puso más nervioso: si tenerla abrazada o que se hubiera echado a llorar de esa manera. No quería verla disgustada.
—¿Estás bien?
Yaoyorozu se limitó a asentir con énfasis contra su hombro y por fin percibió la sinceridad propia de ella, con lo que pudo respirar aliviado. La sujetó con más fuerza, pegándola más a él, y supo que el nerviosismo que sentía no tenía nada que ver con que se echara a llorar. No quería soltarla; le gustaba tenerla ahí, justo donde estaba.
Le reconfortaba saber que era tan importante para ella que la había hecho sentirse así de contrariada consigo misma. Y fue algo que le hizo inesperadamente feliz, pero no porque Yaoyorozu estuviese alterada, sino por el hecho de ser ella a quien tenía abrazada con fuerza. Estaba seguro de que a nadie se le hubiera ocurrido decirle algo así. Sólo alguien tan analítico como ella podía encontrar algo positivo en el desastre que era su familia y mostrárselo.
Pero tenía razón, reflexionó con desconcierto. Sin la cadena de acontecimientos que le habían sucedido no estaría en ese patio. Y, a su vez, con Yaoyorozu ocurría lo mismo: si en ese momento tampoco estuviese justo frente a él, seguiría sin tener una explicación de por qué había tenido que pasar por todo aquello.
Pero ahora tenía una respuesta; ahora sabía que había un motivo para haber tenido que soportar la injusticia que le había tocado. Porque ahora por fin sabía que tras aquel túnel oscuro y sin sentido que había sido su vida le esperaba una recompensa.
La había encontrado a ella.
— * —
Fin del Capítulo 22
3 Febrero 2019
Notas finales:
Y aquí es donde doy gracias a mi subconsciente por arreglarme el capítulo, pues como ya os dije hace tiempo, Todoroki iba a ser el primero en darse cuenta de sus sentimientos. Así que esta escena me quedaba un poco rara partiendo de una Yaoyorozu «no enamorada». Pero entonces mi subconsciente se rebeló, hizo que Yaoyorozu se enterara la primera y ya sólo hubo que limar el capítulo para que cuadrara mejor. ¿A que son monos? *o* Me encantan *¬*
Espero que os haya gustado el capítulo ;-D
¡Saludos!
PD: Ahora que os he dicho que a lo mejor tardo en actualizar, sé que este capítulo es muy propicio para hacer un «me imagino la escena en que se declaran y lo doy por concluido». ¡Pero no lo hagáis que hay más! Y faltan las demás parejas, no lo olvidéis T_T
