CAPÍTULO 26. Reacciones


Comentarios de los reviews:

Como me lo habéis comentado varios, para no repetirme lo digo al principio: «ejem... ¿en serio os pensáis que van a tener una conversación clara?, muajajaja (vena maligna a tope ^o^)». Si esa conversación la tienen ahora, no llegaríamos al baile XD. Tal y como están los dos, es evidente que, en el momento que alguno diga algo, se «arrejuntan» ^o^. Dicho esto:

Astron: Aquí ha sido más bien Recovery Girl la que ha hecho su milagro ^o^

Maria Violet: Sí, es muy pronto para que se confiesen. Prácticamente, este fic cuenta una historia romántica tipo «flechazo» (aunque no lo parezca, todo lo leído transcurre en 4-5 semanas). Y la verdad es que no me gusta demasiado escribirlas :-S. Siempre me queda esa sensación de que no es un amor sólido (y eso que los he conocido en la vida real, conste). Pero como me queda esa sensación, es por eso que necesito este mes que nos queda de transcurso para que asienten mejor sus sentimientos. Así este fic me quedaría en un término medio: ni una relación previa de amistad larga, ni un flechazo en toda regla.
PD: siento que se te haya roto la pantalla »_«

Hati-chan: ¿No te han llegado los avisos? En principio, intentaré volver a la periodicidad semanal. Además, en breve llego al último pack que me queda de capítulos escritos (unos 5), y esos espero que no tenga problemas para subirlos (y digo espero, porque al de hoy sólo le faltaba la mitad y ya pensaba que no lo subía. A las 4 de la mañana todavía estaba con él porque no he podido escribir nada en toda la semana T_T). Por cierto, me ha hecho mucha gracia lo de Anatomía de Grey XD. Pero cuando pasa algo de este tipo que por desconocimiento la gente pueda interpretar como que me he fumado algo, me gusta aclararlo XD. Siempre soy realista con lo que escribo, así que no me invento cosas raras inexplicables.

Caro: Todoroki va a acabar con una habitación propia al lado de la de su madre XD. Que noooo... tampoco voy a ser tan mala XD. Pero sí que no va a saber por dónde le da el aire y es muy consciente de ello. A ver, que en el fondo, les va a pasar a los dos. Porque ambos tienen una concepción de lo que sabe el otro que no concuerda con cómo actúan. La cosa viene en que Todoroki va a ser más directo y por eso, lo que hace Yaoyorozu le va descolocar más que a la inversa. Sobre la serotonina... me ha salido la bióloga que hay en mí XD. Me suele pasar siempre en las historias que escribo: acabo metiendo ese tipo de «culturilla biológica» por ahí XD. De las novelas ligeras, sólo he podido leer lo que está traducido: la tercera novela y capítulos sueltos de las otras dos.

Roayme: Sí, el final está pensado desde que decidí continuarlo. Si no, no lo habría hecho ante la posibilidad de que quedara el fic inconcluso. Otra cosa es que todavía no esté escrito, pero eso es otra historia ^_^º

Guest: Gracias *o*

Gabe Logan: Que va a ayudarla a estar más relajada, eso ya te lo puedo decir yo. Que le valga para la conversación, ya se verá... XD . En cuanto a Deku, no creo que no piense en las chicas, sino más bien como que todavía no está en el punto en el que piense que X chica pueda ser su novia. Pero bueno, es cuestión de tiempo. Seguro que Ochaco le hará cambiar de idea ^o^

Mr. Chef: ¡Que no hombre! Que vuelvo a actualizar todas las semanas. No desesperes ;-D. Por cierto, ¿tú sabes de ese meme de «no des de comer al troll»? Pues esa soy yo... y en ambos sentidos ^o^.

Gracias por vuestros reviews *o*. Os dejo con el siguiente capítulo, que me da a mí que no es lo que esperáis, muajajajajaja. Pero espero que os guste de todas formas ;-D


CAPÍTULO 26. Reacciones

Era la cuarta vez que había huido de él en menos de doce horas. Se había ido del patio, no había bajado a cenar y se había levantado excesivamente pronto para marcharse sin coincidir con nadie. Y ahora, estaba eso. Una vez había empezado la clase, no le había mirado ni una sola vez. Pero él la había visto ponerse «mala» con cada minuto que pasaba.

De nuevo estaba distraída, igual que había sucedido en la primera clase de la tarde. Y sospechaba que lo que demonios la tenía abstraída era lo que la había hecho ponerse mala. Además, Iida había comentado que al parecer no había dormido. Luego lo sucedido en el patio la había afectado tanto que la había tenido desvelada media noche.

Por lo tanto —y dicho de forma grotesca—, si Yaoyorozu se había puesto enferma, era por él.

Eso hizo que su ánimo decayera en picado. Si bien había decidido actuar en función de lo que hiciese ella, reconocía que no se había esperado eso. Le evitaba sin sutileza alguna. Y eso era más propio de la alternativa en la que ella se daba cuenta de lo sucedido, pero no había tomado parte en ello ni de forma involuntaria.

Valoró la posibilidad de hablar con ella cuando al fin decidiera dejar de esconderse, pero no le hacía nada de gracia la idea. De ella no iba a sacar una respuesta favorable. De lo contrario, Yaoyorozu no se comportaría así. Pero lo último que quería era que esa situación se alargara. Algo tenían que hacer, a pesar de sus consecuencias.

Le costó bastante concentrarse durante el resto de la lección. Por suerte, el tema que estaba impartiendo la profesora no le resultaba en exceso complicado, así que pudo seguirla incluso con sus distracciones… las cuales no sólo estuvieron presentes durante esa clase porque, al final, no pudo hablar con ella hasta la tarde. Esto sólo consiguió que le diera más vueltas al asunto, pues si Yaoyorozu no había regresado al aula en todo el día, era porque realmente tenía que encontrarse mal.

No se había atrevido a visitarla durante el almuerzo. Como no había vuelto a por sus cosas para descansar en su habitación, sospechaba que estaría dormida en la enfermería, más si al parecer no lo había hecho por la noche. Por la tarde habían tenido entrenamiento y, al terminar, todos habían vuelto a la residencia. Pero él se había pasado por clase para comprobar si Yaoyorozu seguía allí. De modo que, cuando vio que sus cosas aún estaban en el aula, decidió esperarla y evitar que huyera de nuevo si en realidad fuese eso lo que estaba haciendo.

Por eso le pilló tan por sorpresa el estado con el que entró por la puerta. Parecía como nueva.

—¿Qué haces todavía aquí? —le preguntó Yaoyorozu animada.

—Deberes —contestó escueto. Ella observó el pupitre y le sonrió—. Quería saber qué tal te encontrabas, así que te he esperado. Y como no tenía otra cosa que hacer…

—Gracias por preocuparte —le dijo al tiempo que avanzaba hasta su mesa—. Recovery Girl me ha dicho que seguramente fuese un virus estomacal —mintió—. Así que sólo tenía que descansar hasta eliminarlo.

Ese comentario le sorprendió mucho. Entonces, ¿había estado enferma de verdad?

—Te veo mejor que esta mañana, sí… —corroboró con desconcierto.

—Vas a tener que dejarme otra vez los apuntes —añadió ella con una sonrisa incómoda.

—Claro… —Shoto miró al pupitre y se dio cuenta de que en esos momentos estaba utilizando algunos de los cuadernos—. He terminado con matemáticas, así que te lo puedo dejar.

Alargó el brazo para darle el cuaderno, pero se quedó con él en la mano mientras veía a Yaoyorozu juntar su mesa a la suya. El nivel de desconcierto de Shoto estaba ya en un grado bastante alto.

—Por si termino pronto y tengo que empezar a copiar de los cuadernos que estás utilizando —añadió a una pregunta no formulada.

—Te veo muy confiada —replicó él aturdido—. No soy precisamente un mal estudiante.

Yaoyorozu sonrió más y eso le sacó de forma sorpresiva de su propia perplejidad ante su actitud. Le encantaba verla así y eso aligeró por completo su estado de ánimo. No tenía nada que ver con la Yaoyorozu de esa mañana. Llevaba todo el día mentalizado con tener otra tensa conversación, pero de nuevo le salía por otro lado. El día anterior le había pasado lo mismo a raíz de su reacción con Mineta, y mientras que él se había comido la cabeza con el tema, ella ni se había enterado.

¿Y si había sucedido lo mismo? O peor, ¿y si se lo había imaginado todo, incluido lo suyo?, reflexionó atónito.

No, recapacitó un segundo después. Incluso en su ineptitud sobre esos temas sabía que había pasado «algo», aunque sólo fuese por su parte.

Y, para su desgracia, ella lo había notado. Por eso se había puesto nerviosa y, acto seguido, había puesto una excusa para marcharse. Pero quizás esta fuese la estrategia de Yaoyorozu: hacer como que no había sucedido nada.

Se la quedó mirando sin saber qué hacer ni qué decir. ¿Eso significaba que le estaba dando esa salida? ¿Era su forma de decirle que dejaran las cosas como estaban?

—¿Ocurre algo? —le preguntó de pronto.

—No —respondió al instante desconcertado—. Es sólo que no me esperaba verte recuperada así —improvisó.

—Vaya… Por un momento pensé que me estabas dando ventaja —rio con malicia.

Shoto se tensó y regresó su atención al pupitre donde tenía los deberes de historia a medias.

No, recapacitó de nuevo. Aquello no era sólo una salida. No parecía, para nada, una actuación forzosa destinada a hacerle entender que no diera ningún paso más. Era simple y llanamente que Yaoyorozu estaba muy animada. Pero ¿por qué?

La miró de reojo y vio que estaba concentrada en los cuadernos. Escribía fórmulas muy rápido, por lo que descartaba que hubiera segundas intenciones. Si estuviera a la expectativa de que pasara algo, no podría concentrarse de esa manera en los deberes.

Entonces, Yaoyorozu sonrió y sintió que le daba un vuelco el corazón.

—Voy a ganarte… —dijo con voz cantarina y sin dejar de escribir en ningún momento—. Más vale que continúes con los ejercicios.

—Estoy pensando en uno —mintió.

Porque ni siquiera podía leer ni una línea seguida de lo desconcertado que estaba por todo.

No tenía sentido que estuviese de ese ánimo por algo relacionado con lo de la tarde anterior. Si estuviese contenta por ello, ni habría huido ni se habría puesto mala. Pero si realmente estuviese afectada por lo que pasó, ahora no estaría así.

¿Le estaría dando demasiadas vueltas? Quizás era el único al que le importaba el tema. ¿Y por qué demonios ella estaba tan implicada en ese reto?, pensó sin venir a cuento. Le molestaba un montón que estuviese a su aire cuando él no podía concentrarse en otra cosa.

La miró, sin poder evitarlo, sólo para ver cómo avanzaba con sus apuntes a un ritmo rápido; como si todo fuese normal a pesar de haberle tenido de cabeza todo el día después de lo mala que había estado esa mañana. Tenía una sensación abrumadora de que había perdido horas de su vida. Y por desgracia, eran unas horas relevantes en las que se explicaba el cambio de actitud de Yaoyorozu.

Por eso, a la única conclusión que podía llegar era que había estado enferma de verdad. No había otra explicación. Pero, a pesar de ello, aunque desechara su estado de esa mañana, aún seguía sin concordar su estado actual con su huida.

Se contuvo a tiempo de resoplar por la frustración; la incertidumbre le estaba carcomiendo. Quería saber qué demonios había sucedido y qué le pasaba a ella por la cabeza al respecto. Pero ¿realmente haría bien sacándolo a la luz?

—Yaoyorozu…

Ella se detuvo y se limitó a girarse lo suficiente para mirarle, aún con esa sonrisa perturbadora en su rostro. Se le secó la boca sólo con eso.

—¿Sí?

Todo pensamiento se cortó en ese momento. Tenía un serio problema si ahora Yaoyorozu era capaz de dejarle con la mente en blanco. Pero era demasiado bonita para su propio bien… y no tenía claro si se refería al de ella o al suyo. Siempre la había considerado una de las chicas más impresionantes del instituto, pero nunca había tenido el poder de cautivarle de esa manera.

—¿Tienes alguna duda con el ejercicio? —le preguntó ella con un tono dulce que le removió por dentro—. Aunque si es algo que habéis tratado hoy, quizás no pueda ayudarte.

Dejó escapar el aire que tenía retenido y en su lugar quedó un nudo opresivo en el pecho. No se había dado cuenta de cuánto la echaba de menos hasta ese momento. Había perdido a esa Yaoyorozu hacía días, cuando todo empezó a enrarecerse entre ellos. A pesar de la relativa normalidad que habían recuperado, era consciente de que ambos tenían algún resquicio de alerta cuando estaban juntos.

Pero ahora, Yaoyorozu estaba… tal y como la quería. No podía permitirse que desapareciera porque esta vez sí sería consciente de esa ausencia.

Yaoyorozu se irguió y le miró directamente.

—¿Qué ocurre? —inquirió tras su silencio.

—Nada —contestó.

No podía decírselo. Quizás su actitud podría considerarse cobarde, pero quería volver a disfrutar de esa Yaoyorozu amena que había descubierto en esas semanas atrás; quería poder disfrutarla con su actual forma de verla.

—Es sólo que tengo que ir al baño —se excusó—. No cuentes ese tiempo.

—Por supuesto que lo voy a contar —rio divertida. Y volvió de nuevo a sus apuntes.

Shoto no pudo evitar observarla, igual que si le hubieran arrollado y aún no supiera qué demonios había pasado. El nivel de desentendimiento de Yaoyorozu era pasmoso. Sentía que estaba perdiendo el control de su propia vida para dejarlo en manos de una persona a la que no entendía. Llevaba un día de zarandeo emocional por parte de ella y no era capaz de tomar las riendas para encauzarse en una dirección o en otra. Y mientras, la causante de todo estaba tan tranquila resolviendo problemas de matemáticas.

Se levantó y se dirigió hacia la puerta, pero lo hizo con el fuerte presentimiento de que Yaoyorozu acabaría por volverle loco.

— * —

En cuanto escuchó los pasos de Todoroki alejarse, Momo rio y se regocijó con ello. En realidad, no era mala idea la segunda estrategia que había pensado. A largo plazo, podría ser más eficiente que una conversación clara. Porque si no se hubiera dado cuenta, decirle lo que había intentado le pillaría de nuevas; pero en el caso contrario, le dejaría rumiándoselo para él solo.

Y se le había hecho evidente que era ese último caso.

Dejó el portaminas en el pupitre y suspiró. Estaba tan pendiente de lo que hacía, que no sabía ni cómo había podido copiar los ejercicios. Por eso estaba convencida de que estarían plagados de errores porque no tenía ni idea de lo que había escrito. Pero le había visto tan descolocado, que sólo por eso ya valía la pena que los tuviera mal.

Rio de nuevo.

Esta vez, el que había huido era él. Estaba segura de que tenía intención de hablar con ella de lo sucedido, pero al final, se había retractado. Aunque fuese serio, siempre había sabido que Todoroki era un buen chico. Por eso, a la hora de la verdad, era imposible que le preguntara si había tenido el descaro de intentar besarle.

Pero bien que iba a dejar que lo pensara. Y esperaba que lo hiciera mucho. De hecho, ella misma había pensado en ello días atrás cuando se dio cuenta de sus propios sentimientos. Había gente que valoraba a otros como posible pareja cuando algo les hacía considerarlos de esa manera.

Y sin dudas ella quería que la viera de «esa» manera.

De modo que dejaría que pensara en ella cuando no estaba con él. Bien merecido se lo tendría pues Todoroki ya le había ocupado gran parte de sus pensamientos.

Entonces, él abrió la puerta y eso la sobresaltó. Había vuelto más rápido de lo que esperaba.

—Al final, he decidido esperarte —mencionó antes de que le cuestionara por qué se había detenido.

Todoroki se limitó a asentir y se sentó en su sitio.

No sabía muy bien de dónde le había salido eso. Lo había dicho como excusa para juntar sus pupitres y estar a su lado, pero le había visto ponerse nervioso con ello y había decidido continuar con ese juego.

Le miró subrepticiamente y notó que esta vez estaba más centrado, puesto que se puso a hacer los deberes sin decir nada más. Quizás sólo había necesitado distanciarse unos minutos de su impetuosa entrada; tener unos instantes para asentar lo sucedido y decidir cómo actuar.

Regresó su atención a sus erróneos ejercicios y suspiró de nuevo. Reconocía que era un poco deprimente haber acabado tan rápido con el factor sorpresa. La cara que se le había quedado era impagable y quería volverla a conseguir. Quería sorprenderle de nuevo para que no dejara de pensar en ella.

Pero entendía que a partir de entonces podría ser más problemático lograrlo. Si Todoroki era consciente de que quería algo con él, sería más difícil pillarle con las defensas bajas.

Eso era algo que deseaba evitar por todos los medios; no quería que estuviera vigilante de cualquier movimiento que hiciese. Y por supuesto, no quería que esa situación se convirtiera en agobiante para él y se distanciara de ella. Estaba segura de que podía soportar muchas cosas, pero no perder así a su mejor amigo.

—Todoroki…

—¿Sí?

—Siempre serás mi amigo, ¿verdad? —preguntó con un titubeo de voz casi antes de darse cuenta de que lo hacía. Eso consiguió que Todoroki levantara la vista de su cuaderno para mirarla.

—¿Qué?

Momo inspiró hondo. Ya que había empezado, debía dejarlo claro.

—Pase lo que pase, ocurra lo que ocurra, siempre serás mi amigo, ¿verdad? —repitió.

Todoroki abrió los ojos sorprendido, e incluso le vio respirar más rápido, pero no dejó de mirarla a través de esos ojos dispares con una intensidad que consiguió ponerla nerviosa.

—Sí —respondió contundente.

—¿Me lo prometes? —le instó.

Su respuesta tardó en llegar, aunque supiera de forma racional que no había pasado tanto tiempo porque ella no era capaz de aguantar tanto la respiración. Pero durante esos segundos transcurridos en los que sus pulmones empezaron a quemar por falta de aire, algo en su semblante cambió. No supo definir bien el qué, pero sí que no era algo bueno.

—Sí, te lo prometo.

Y dicho eso, continuó con sus ejercicios de historia sin volver a mediar palabra.


— * —


Fin del Capítulo 26

7 Abril 2019


Notas finales:

Este pobre va a acabar con una camisa de fuerza... Pero al menos, él mismo es consciente de ello ^o^. Al final ha preferido conservar su relación actual con ella antes que la posibilidad de cargársela. Y mientras, la otra pensando que se calla por no decirle a la cara que es una depravada, jiusjiusjius. (A Momo: pobre ingenua... créeme, a Shoto le encantaría que fueses muy descarada ^o^).

En fin, ya os dije que este capítulo no era la conversación que seguramente esperabais (de hecho, es posible que os guste más la que viene en el próximo ^_^º). Pero espero que os haya gustado de todos modos la comida de cabeza que tienen ambos, jiusjiusjius.

¡Saludos!