CAPÍTULO 27. Fuyumi


Comentarios de los reviews:

Caro: Nooo... si el problema es que no necesita esa estrategia, jijiji. Su cabeza ya está toda llena de ella XD. Va a acabar desquiciado XD. Y concuerdo en que Todoroki tiene paciencia (aunque creo que sólo para determinadas cosas), pero no en lo de que es de los que se enojan. Todoroki no se enfada por nada, a excepción de su padre. Tengo una escena pensada en la que él se enfada y no sé qué hacer con ella precisamente porque NO sé cómo es Todoroki enfadado. A ver lo que sale... »_«

Kuchikisaki: Jajajaja, me hizo mucho gracia que sólo dejaras esas dos palabras XD Pobre Todoroki T_T

Hati-chan: Ya veo que soy mala para vuestra rutina: que si os hago leer a las 4 de la mañana, que si os interrumpo los quehaceres... qué mala es la impaciencia ^o^. Sobre Yaoyorozu, no es que esté jugando con los sentimientos de él, básicamente porque eso sólo se puede hacer cuando se está al tanto de ellos. Y Yaoyorozu los desconoce. El problema radica en que, a diferencia de Todoroki, Yaoyorozu no contempla que él pueda estar interesado en ella «a día de hoy». No valora hipótesis y por eso se enfoca más en captar su atención. Por el contrario, Todoroki sí valora varios escenarios entre los que se encuentran que Yaoyorozu pueda o no pueda estar interesada en él. Y el pobre intenta encajar el comportamiento de ella en uno de esos escenarios y no lo consigue. Y de ahí que le vaya a volver un poco loco »_«

Maria Violet: Ya veo que os ha marcado lo de ser amigos ^o^. Pero piensa que esta pobre no sabe nada de estas cosas. ¿Cómo va a saber que acaba de darle una patada bien lejos? ^o^. Pero no os preocupéis, que volverá a acercarse rápido ;-D. Y por cierto, deja que el chaval se retracte: sólo hace un día que es consciente de sus sentimientos. Ya llegará... ^o^. Sobre las relaciones con base de amigos, para mí siempre van a ser más sólidas porque ahí, tú ya conoces a esa persona y es por eso que la quieres. Los flechazos son sólo feromonas en el aire: en cuanto se corta el efecto químico, adiós. Por eso no me gusta escribir sobre ellas y prefiero algo más elaborado.
PD: me alegra que ya tengas pantalla nueva, aunque entiendo el fastidio de que se rompiera la otra T_T

Astron: Sí, desde luego, la adolescencia es una etapa difícil. Y las decisiones que se toman se hacen con mucha inexperiencia. Así que los pobres hacen lo que pueden XD

Gabe Logan: No sé si te he entendido bien. ¿Dices que los fans piensan que Todoroki sabe de cosas de amor? O_o. ¿Y de dónde se sacan eso si se ve a la legua que es bastante limitadillo en relaciones sociales? O_o Estoy bastante de acuerdo con lo que dices y también creo que Todoroki no sabría muy bien manejar una situación de éstas. No creo que sea un chico que lleve bien las incertidumbres... es la sensación que me da. Por eso te digo lo mismo que a Maria: ha pasado sólo un día, dejadle algunos más ^o^.

Guest: Espero que te guste el capítulo ;-D

Gracias por vuestros reviews *o*. Este capítulo (que ya he ido dejando ver que era una conversación importante) es algo larguillo. Personalmente, me parece interesante, así que espero que también os guste a vosotros ;-D


CAPÍTULO 27. Fuyumi

No tenía a nadie con quién hablar de algo así. Shoto cogió el teléfono y revisó su escasa lista de contactos. Ni siquiera tenía a todos sus compañeros de clase; no llegaba ni a media docena, lo que indicaba las pocas personas con las que tenía cierta confianza. Sin embargo, esos suponían muchos más que los que tenía de su antiguo colegio cuyo cómputo era cero. Pero, en el fondo, tampoco le apetecía tratar con ninguno de ellos lo que le ocurría con Yaoyorozu, pues al estar en la misma clase y dormitorio, tenían contacto constante con los dos. Podría ser incómodo que alguien de su alrededor estuviera al tanto de lo que le pasaba.

Deslizó la lista y llegó a sus hermanos. Podría intentar hablar con alguno de ellos, pero tampoco tenía muy claro qué preguntarles. No podía decirles que no sabía que hacer porque no tenía ni idea de qué pasaba por la cabeza de la chica que quería.

Una chica… Fuyumi.

Quizás su hermana pudiera aconsejarle algo desde esa perspectiva. Desde luego, era la persona más conciliadora de su familia y mucho menos efusiva que sus hermanos. Quizás podría hablarle con más cabeza que ellos. Además, después de su padre, posiblemente fuese la persona con la que más tiempo había pasado desde niño, a fin de cuentas, ella y su abuela habían tenido que suplir a su madre.

Pulsó el contacto casi antes de que pudiera pensar sobre qué hablar y Fuyumi contestó mucho más rápido de lo que hubiera esperado.

—¿Shoto?

—Hola, hermana —saludó.

—Qué sorpresa que llames. —No podía culparla por decirlo. Sólo llamaba a casa una vez a la semana y aquel no era precisamente el día correspondiente—. ¿Qué tal estás?

—Bien. ¿Y vosotros?

—Como siempre… Parecido a cuando te marchaste —comentó con una risa nerviosa—. Hemos vuelto a tener un problema con los muebles.

Cuando su padre se convirtió en el héroe número uno por el retiro de All Might, en un ataque de ira quemó la sala de entrenamiento. Y justo antes de entrar en el internado, había reducido a cenizas la televisión por una noticia sobre ello. Imaginaba que esos percances debían seguir sucediendo.

Por suerte, él ya no tenía nada que ver con eso. Por fin se había librado del radio de acción de ese hombre. Y ni siquiera había tenido que ser mayor de edad para conseguirlo*.

—Shoto, ¿de verdad estás bien? —preguntó tras el silencio que se hizo a ambos lados de la línea.

—Sí, ¿por qué?

—Normalmente llamas al teléfono de casa, pero lo estás haciendo a mi móvil. Eso me dice que querías hablar conmigo —adujo ella.

Pero, en realidad, eso había sido medio minuto antes, cuando Fuyumi aún no había descolgado el teléfono. Porque ese valor —o inconsciencia— que había tenido hacía un momento, se había perdido en el instante en que oyó la voz de su hermana. Lo que en un principio había pensado que sería una buena idea desde una perspectiva racional, poco a poco había dejado de serlo ante la inminencia de enredar en sus emociones frente a otra persona, por mucho que fuese su hermana.

—No es nada… Sólo llamaba para ver qué tal estabais.

Se hizo otro silencio y pudo imaginarse a Fuyumi en su habitación. No había ningún sonido de fondo, ni de la nueva televisión ni de otras conversaciones. Con seguridad la había interrumpido mientras leía en su cuarto.

—Shoto —le dijo con su voz más tranquilizadora—, ¿qué ha pasado?

Se autoconvenció —tras varios intentos— de que debería comentárselo en ese momento o no volvería a tener la impulsividad para llamar de nuevo. Y en verdad no tenía con quién hablar del tema. Si colgaba se quedaría sin una segunda opinión o algún consejo que pudiera aportarle algo de luz a toda esa situación.

—No es nada de lo que haya que preocuparse… —murmuró al fin—. Es sólo que no sé con quién hablarlo.

—Puedes hablar conmigo de lo que sea, por supuesto —repuso tras esa inesperada confianza en ella.

—Bueno, es que necesitaba hablar con una chica.

—Vale… Espera, ¿qué? —cuestionó con la misma sospecha que desconcierto.

—Verás… —empezó muy incómodo, hasta el punto de levantarse y ponerse a dar vueltas por la habitación de la inquietud—. Hay una compañera de clase…

—¿Te gusta alguien de tu clase? —le interrumpió Fuyumi emocionada.

Shoto agarró el teléfono con tensión y tardó unos segundos en contestar tras esa suposición no del todo acertada de su hermana.

—Yo no diría que «gustar» fuese la palabra adecuada —matizó.

Se hizo otro silencio más para añadir a la lista, y duró tanto tiempo que Shoto creyó que el teléfono se había colgado.

—¿La quieres?

—Es algo muy reciente. Me he dado cuenta hace unos días. Pero sí… supongo que es más bien eso —contestó muy incómodo.

Porque el hecho de que una persona tuviera la capacidad de retorcer su mundo a su antojo, no podía ser un simple «gustar».

—¿Sabes? Es bastante raro que un adolescente sea tan contundente con estas cosas.

—Es una estupidez adornarlo.

Y él quería consejos claros y concisos. Si estaba teniendo esa conversación con su hermana, no era para andarse después con medias tintas.

Entonces oyó a su hermana reír, aunque supo que no era una risa de burla o diversión por su estado. De una u otra forma, Fuyumi siempre se había preocupado por él. De ahí que se mantuviera en silencio a la espera de que se le pasara.

—Tú siempre tan pragmático. —Volvió a reír—. ¡Es genial! Me alegra tanto oírte hablar de algo tan normal…

—No sabría decirte…

—Estoy muy contenta… de verdad —comentó aliviada sin hacerle caso—. Reconozco que me tenías muy preocupada. No sabía cómo encajarías en el instituto con todos esos resentimientos que cargabas. Y después de lo que te hizo papá…

No continuó y eso provocó que a Shoto le recorriera un involuntario escalofrío. Nunca se había parado a pensar en cómo se sentían sus hermanos frente a lo que le había sucedido.

—¿Fuyumi?

—Es bueno que por fin recuperes tu vida. Puede que papá te quitara tu infancia, pero no puedes dejarle que te quite nada más.

—No… —concordó él sin saber en realidad qué más decir.

—Y dime, ¿qué tal lo llevas? —retomó el tema su hermana.

—No estoy seguro. No paro de darle vueltas en la cabeza a un montón de preguntas y escenarios de todo tipo y… —Fuyumi rio.

—Es inquietante, ¿eh? —le dijo complacida—. De la noche a la mañana alguien llega y trastoca tu mundo hasta ponerlo del revés. —Shoto se limitó a confirmarlo—. Pero lo bueno es que esa sensación se te irá pasando —le consoló con una sonrisa—. ¿Sabes lo que siente ella?

—Creo que sólo quiere que seamos amigos.

—¿Cómo que «crees»?

Era lo que le había dado a entender. Con la conversación que habían tenido había pensado que Yaoyorozu quería dejarlo estar; era la única conclusión lógica a la que había llegado. Pero de pronto le había hecho prometerle que siempre sería su amigo y lo había sentido como una barrera invisible entre ellos.

—Shoto, ¿se lo has preguntado? —inquirió ella con cuidado.

—No exactamente, pero con lo sucedido, viene a ser lo mismo.

—¿Cómo que «no exactamente»?

¿Ésa iba a convertirse en la pregunta favorita de su hermana? Porque parecía demasiado interesada en hurgar en una llaga aún doliente.

—Es sólo que las cosas se han puesto raras en estos últimos días.

—¿Raras?

—Sí… Raras —repitió sin saber con qué palabra definirlo mejor—. A veces tengo la sensación de que no somos sólo amigos. Pero luego todo vuelve al mismo sitio o a uno anterior.

Tal y como había sucedido esa tarde con la dichosa promesa.

—Así que percibes «señales contradictorias».

—Ah… —Shoto abrió los ojos sorprendido de que su hermana lo entendiera tan bien—. Sí —contestó perturbado—. ¿Cómo lo sabes?

—Digamos que soy mayor que tú y he pasado algunas veces por ello. Pero volviendo a la pregunta importante —retomó con apremio Fuyumi—, Shoto, ¿se lo has dicho?

—¿El qué?

—Lo que sientes por ella —contestó elevando la voz ante algo a todas luces evidente.

—No, pero como te decía, han pasado cosas así que se lo imaginará…

Fuyumi resopló y Shoto tuvo que separar el teléfono del oído por el sonido.

—¿Tú no has oído aquello de que los dos interesados son los últimos en enterarse? —dijo tan alto que incluso lo escuchó con el teléfono alejado. Pero sólo fue capaz de acercárselo antes de que su hermana prosiguiera sin dejarle contestar—. Pues es totalmente cierto. No des por hecho que ella lo sabe. —Fuyumi suspiró fuerte, aunque esta vez no llegó a molestarle—. Escúchame. Como me habías dicho que es algo reciente, te iba a decir que es posible conseguir que se interese en ti con tiempo y paciencia. Pero si me dices que has percibido «cosas raras»… ¿No has pensado que pueda estar en tu misma situación? Puede que tenga las mismas dudas que tú tienes sobre ella y que de ahí vengan las contradicciones. Piensa que no hay muchas chicas a las que no les importe que el chico en cuestión se entere de lo que sienten independientemente de la respuesta que vayan a recibir.

Shoto se apoyó contra la cómoda mientras intentaba asimilar eso. Podía comprenderlo. Aunque de forma inconsciente pudiera mostrar indicios de lo que sentía por ella, si alguien le preguntase de pronto acerca de sus sentimientos, mentiría para protegerlos. Visto así, él mismo podría estar dándole esas señales contradictorias. Y por eso, si lo extrapolaba a Yaoyorozu, podía entender que se pusiera a la defensiva ante la posibilidad de que se descubrieran sus sentimientos.

Sin embargo, no podía barajar la posibilidad que le había mencionado Fuyumi sobre que Yaoyorozu no estuviera al corriente de lo sucedido porque, entonces, no tendría sentido que hubiera salido corriendo el día anterior, por mucho que esa tarde se hubiera vuelto repentinamente cercana a él.

Abrió los ojos de la impresión cuando otra alternativa se cruzó por su cabeza.

—Shoto…

—Espera un momento; estoy pensando.

¿Y si todo se debía a que había intentado algo indebido por plazos de tiempo? Sabía que las parejas podían tardar meses incluso en darse sólo la mano**. Y él había intentado besarla cuando ni siquiera eran nada. Si lo veía desde esa perspectiva, la reacción de Yaoyorozu incluso era normal. Era una chica de buena familia; su educación la ataría a un montón de convencionalismos.

Pero entonces, ¿por qué había sacado esa promesa de amistad por medio?

—Fuyumi…

—¿Sí?

—Imagina que te interesase un chico…

—No hace falta que me lo imagine —le interrumpió con suficiencia—. Esas cosas ya me han pasado.

—Vale —aceptó—. Entonces, ¿por qué le dirías a un chico que te interesa que quieres que siempre seáis amigos, pase lo que pase?

—Porque pasara lo que pasase, al menos, querría conservar su amistad. Es bastante obvio —terminó su hermana con una risa.

Shoto se tensó con su respuesta. En esas palabras con tono tan desentendido, había dos que eran clave: «al menos». Y lo más curioso de todo era que él, en el fondo, había hecho lo mismo, sólo que de otra manera. Era la razón por la que esa tarde se había mantenido en silencio; porque, «al menos», quería mantener su amistad.

—¿No me digas que eso es lo que te ha dicho «la chica de las señales contradictorias»?

—Ah… bueno, algo así. —Fuyumi rio divertida—. ¿Cómo puedo saber lo que siente ella?

—Si quieres estar seguro antes de hacer nada, deberías empezar por fijarte más en lo que hace cuando está contigo —respondió.

—¿Fijarme en qué?

—Gestos hacia ti, si intenta pasar tiempo contigo, si la pillas mirándote… esas cosas —enumeró—. Si está interesada en ti, verás detalles que al principio no tendría.

—Mmm… —contestó de forma ambigua.

Entendía lo que quería decir, pero él no las tenía todas consigo para saber detectar «esos detalles» porque, para empezar, ni siquiera sabía lo que ella hacía antes para poder compararlo.

—Shoto, ¿puedo saber quién es? —preguntó con curiosidad interrumpiendo sus cavilaciones. Él se mantuvo en silencio sin saber muy bien si decírselo o no—. Vi el festival deportivo, así que sé quiénes son las chicas de tu clase.

—Ya…

—¿O es que prefieres no contarlo? —inquirió tras su silencio—. No se lo voy a decir a nadie…

—No, no es eso…

Si no se lo había contado a alguno de sus compañeros era por la posibilidad de que esa noticia se filtrase y llegase a oídos de Yaoyorozu, o que éste actuara de forma extraña y ella acabara por notarlo. Pero su hermana no tenía ningún contacto con el instituto, además de que era bastante discreta.

—Es Momo Yaoyorozu.

—No me sé sus nombres —se excusó.

—La chica de mi clase que también entró por recomendación —explicó.

—¿La que tiene la singularidad de creación?

—Sí.

—Es una singularidad impresionante —adujo emocionada.

—Lo es.

—Y es una chica muy guapa… —añadió con tono meloso.

—Yaoyorozu es una de las personas más inteligentes que conozco. Además, es buena… y amable. Y se preocupa mucho por sus compañeros. —Fuyumi se rio.

—¿Intentas decirme que no te gusta por su físico?

—Claro que me gusta físicamente. —En su opinión, había que estar ciego para que no lo hiciera—. Pero Yaoyorozu es mucho más que una cara bonita.

Volvió a escuchar a su hermana reír de forma alegre y suspiró.

—Bien —respondió complacida por esa defensa—. Y dime, ¿la vas a invitar al baile?

—¿Al baile? —se sorprendió—. ¿Cómo sabes tú eso?

—El instituto ha mandado una circular a las familias. Al parecer, podemos decidir si estamos de acuerdo en que asistáis o no.

—¿Y «él» la ha visto? —cuestionó incómodo.

—Sí. —Ambos sabían a quién se estaba refiriendo.

—¿Y qué ha dicho?

—Le da igual, aunque está seguro de que no querrás ir.

Shoto resopló con disgusto al saber que, por desgracia, su padre sabía cuáles eran sus gustos. Y sabía que, si eso hubiera sucedido varios meses atrás, habría ido sólo por llevarle la contraria. Por suerte, había dejado atrás esa etapa y no iba a fastidiarse una noche sólo por contradecirle.

—En eso tiene razón.

—¿No vas a ir? —preguntó desilusionada.

—No.

—Sabes que «tu» chica no es de las que se quedan fuera de un baile, ¿verdad? —presionó Fuyumi.

—Lo sé —respondió, obviando la referencia de su hermana sobre que Yaoyorozu fuese su chica.

—¿Y no te importa que vaya con otro?

—No el hecho en sí.

—¿A qué te refieres?

—No me preocupa que vaya al baile con alguien. No es que vayan allí a casarse —exageró con sarcasmo—. Lo único que me preocuparía es que asistiese con alguien que le gustara. Pero entonces, iría con él se lo pidiese yo o no, así que el hecho de que vaya al baile no influye mucho.

—Dios, Shoto… —suspiró su hermana resignada—. Ésa no es la forma de pensar de un adolescente. Este tipo de eventos pone a la gente muy impaciente.

—No es el fin del mundo —ratificó.

—Pero ¿a que habrás visto a más de uno ponerse nervioso por ello?

Shoto no contestó porque sabía a qué se refería Fuyumi. Sus compañeros andaban muy pendientes del baile e incluso a Kaminari se le había ido la cabeza en medio de clase.

—¿Te has planteado que la invite otro chico al que quizás no conozca bien, pero a raíz del baile vea que congenian mucho y empiece a pasar más tiempo con él que contigo?

—¿Intentas que me ponga celoso? —No era tan estúpido como para no ver el juego de su hermana, aunque reconocía que no le hacía gracia la idea.

—Sólo te explico un posible escenario. Cuando se es adolescente, este tipo de cosas son muy importantes y marcan mucho —siguió Fuyumi—. Y aunque tú no lo percibas así, eso no quiere decir que no lo sea para ella.

Eso no se lo podía discutir. Sabía que Yaoyorozu estaba interesada en asistir.

—¿Sabes si ella quiere ir?

—Sí quiere.

—Entonces, si le interesase un chico, querrá ir con él.

—Supongo…

—¿Y si ese chico fueses tú?

—Pero eso no lo sé.

—Pero ¿y si lo fueses? —contratacó al instante—. ¿No irías al baile «por» ella? —matizó Fuyumi con intención.

Shoto podía ver perfectamente por dónde iba su hermana. Si Yaoyorozu deseara ir al baile y quisiese ir con él, el hecho de obcecarse con quedarse en su habitación se lo arruinaría.

—Lo pensaré —contestó sin intención de revelar más.

—Pues no lo pienses mucho. Habrá otros que no lo van a hacer —le apremió.

Por respuesta, Shoto resopló con un matiz de diversión. No tenía muy claro por qué, pero no se sentía en exceso preocupado por que la invitaran al baile. De hecho, ya lo tenía asumido desde que se dio a conocer su existencia.

—Teniendo en cuenta las cosas que me han pasado con ella, quién sabe lo que haría —comentó con cierta resignación. Lo mismo salía corriendo otra vez.

Fuyumi se echó a reír y, para su sorpresa, lo hizo bastante.

—Escúchame bien, mi querido hermano pequeño —empezó entre risas ella—, porque éste es el mejor consejo que nunca te podrán dar: no intentes entender lo que hace con tu lógica. —Y rio más fuerte—. Créeme: es imposible que un hombre entienda por qué hace las cosas una mujer.


Notas del fic:

* Como aclaración (y por si aún no nos quedase claro lo martirizado que lo tenía su padre T_T), este pensamiento se comenta en el Capítulo 2 de la tercera novela ligera del manga, el cual trata de un suceso que le ocurre a Todoroki el día que se mudan al internado.

** Lo he comentado alguna vez, pero lo reitero: son adolescentes y japoneses (esto último muy importante). Como siempre, habrá de todo, pero lo general es que las relaciones sean muy lentas en comparación con las occidentales (y esto se lo he oído decir a los propios japoneses). Así que no me he inventado nada con el comentario de Todoroki, porque de hecho, son las mismas palabras que le oí decir a una japonesa (me llegaron al alma »_«). Obviamente, no voy a hacer la locura de escribir un año de fic para conseguir que se besen, pero ya os habréis fijado que ambos han mencionado que ese tipo de gestos no son habituales a corto plazo.


— * —


Fin del Capítulo 27

14 Abril 2019


Notas finales:

Quería hacer una matización con respecto a la hermana. Se sabe muy poco de ella, así que la conversación la he manejado en función de lo que me inspira su personaje de cuando ha salido por el manga. Para los que no estáis al día con él (no voy a spoilear gran cosa), por lo que se ha visto, Fuyumi es un personaje muy preocupado por reconstruir su unidad familiar. Es la única que intenta calmar la animadversión que tienen todos contra Endeavor, a pesar de que se ha visto que la situación de Shoto y su madre afectó mucho al resto de miembros.

Por eso creo que Fuyumi se alegraría de escuchar una noticia así de Shoto, pero no tanto porque se haya enamorado como por el hecho de que le haya pasado algo «normal» para su edad. Siento que es una mujer protectora con sus hermanos y se ha visto que todos son muy conscientes de la mala infancia de Shoto. Así que supongo que por eso me ha salido un poco «vena maternal» con ella.

En fin, espero que os haya gustado el capítulo ;-D

¡Saludos!