CAPÍTULO 29. Señales contradictorias


Comentarios de la autora:

Os vais a reír (bueno, en realidad, no. Es un decir ^_^º), pero he subido este capítulo de milagro y eso que lo tenía escrito, aunque a falta del final. Y es que creo que he perdido la cabeza definitivamente »_« . Al parecer, no estoy hecha para escribir una historia tan larga de sentimientos «castos y puros». Pensad que es lo único que he escrito en... ¿9 meses? (porque el último, de hecho, fue un lemon que escribí en julio-agosto), y esto ha conseguido recalentar a mi SubC »_« (la escena del entrenamiento no le vale ni como entrantes ¬_¬º). Así que hace como un mes, a mi SubC le dio por montarse dos historias subidas de tono de Fairy Tail (primero fue una corta de Jellal y Erza y, un tiempo de frustración después, por si no me había llegado la indirecta, otra bastante hard de Laxus y Mirajane —de ésas a las que le pondrías clave para abrir el archivo »_« ). Pero no hice nada porque no quería entorpecer el ritmo de este fic y hace un par de semanas mi SubC subió las apuestas y me «ofreció» uno para los dos adolescentes aquí presentes. Y esta semana he dicho: «que le den, porque como siga así, voy a acabar con 8 historias nuevas pendientes y no es plan», y me he puesto con él ya que son los culpables directos. Por supuesto, sobra decir que no he empezado por el principio ^o^, pero que a gusto me estoy quedando, ¡por Dios! Y claro, de pronto era sábado por la noche y no me había puesto con el final de este capítulo O_O, cuando resulta que hoy no voy a tener el ordenador cerca »_« . Así que aquí estoy, subiéndolo a las 9 de la mañana para cumplir con la actualización semanal »_«

En principio, espero que no me obstruya tanto ese fic teniendo en cuenta que he llegado a la última parte que tenía con varios capítulos escritos, así que tengo algo de margen. Pero visto lo visto, ya no prometo nada con las próximas actualizaciones porque de verdad que se me ha ido la pinza »_«


Comentarios de los reviews:

Astron: Me alegra que te haya gustado. Izuku y Ochaco es otra pareja que me enternece mogollón *o*

Caro: Alguno ya lo había leído, pero el del aviso escolar y el del campamento, no. Me encantó sobre todo este último y estoy súperpicada con el siguiente capítulo (porque es la noche de chicos). Lo tendré que buscar aunque sea en inglés porque me iba a ayudar a manejar conversaciones de chicos en este fic (que también las quiero meter XD). Me alegra que te haya gustado el capítulo anterior. Mientras nada cambie, siento que es Ochaco la que tendrá que dar pasos (Izuku está muy verde en esto). Por eso no veo otra manera de que vayan juntos a un baile si no es por iniciativa de ella ^_^º. Sobre Iida y con quién lo emparejan... directamente me resulta raro imaginármelo enamorado, así que dejémoslo ahí XD.

Maria Violet: Jajaja, me alegra que te haya gustado que se haya desarrollado así. No todo tienen que ser dramas XD . En cuanto a Todoroki, es como le veo. No sé lo que nos deparará el manga, pero mientras siga así, es tan calmado, que cuesta verle con arrebatos no-dirigidos-a-su-padre. Ya lo he comentado alguna vez, pero tengo que hacer una escena en la que se enfada y ya la he pensado de 6 maneras diferentes porque no sé lo que haría T_T . Sobre lo que dices de emparejar a Shoto y Fuyumi, a mí no me digas... Sólo comentaba que aquí se podría llegar a dar. Este fandom es súperpromiscuo XD . Juntan a todos con todos XD. Y por cierto, ahora tengo curiosidad de saber qué invitación esperabas para Izuku y Ochaco XD

Hati-chan: »_« Hay que atender en clase. Ahora soy perjudicial también para eso T_T . De los personajes inventados, pocas historias he visto yo que estén bien. Desde hace un porrón de años no leo nada que tenga un OC «relevante». En el 95% de historias que leí, eran una Mary Sue/Gary Stu de manual. Qué va, qué va... ya salí muy escarmentada. Ahora mismo veo un OC en las características del fic y no leo ni el resumen »_«

Gabe Logan: No me jod*s con lo de Natsu y Lucy. SON PAREJA, PUNTO XD . No, pero ahora hablando en serio, lo de esos dos es una tocahuevada del autor de campeonato ¬_¬º. De hecho, yo terminé el manga pensando que lo eran XD . Porque, en realidad, ¿qué falta para que lo sean? ¿Que se lo confirmen mutuamente? Es un hecho XD. Y como dices, creo que aquí acabará pasando algo parecido entre Izuku y Ochaco. Me da una espina con este autor de que no es de los que manejan mucho romance para sus historias. Así que es posible que quede como un «se sobreentiende».

Mr. Chef: Pero eso no es un verdadero emparejamiento. Son sólo comentarios que hacen en una noche de chicas mientras hablan de quién podría estar con quién. Esas charlas no son serias, son para divertirse ^o^. Y sí, me imaginaba que te iba a faltar drama en la relación de Izuku y Ochaco. Con todas las alternativas que me habías barajado, te iba a saber a poco ^_^º. Pero ya avisé que este fic es TodoMomo. Todas las demás parejas iban a ser más sencillitas ^_^º

Pri Bonorandi: Gracias, me alegra que te haya gustado ;-D

Kim Ishida: Jajajaja... Imagino que dependerá de dónde se viva. Aquí sí es habitual usar berenjenal para decir que te has metido en un buen lío. Y bueno, ya sabes algo más XD

Gracias por vuestros reviews *o*. Os dejo con el siguiente capítulo. Creo que cuando lleguéis al final vais a matarme, pero espero que os guste de todas formas ;-D


CAPÍTULO 29. Señales contradictorias

«¡DEJA DE ESCRIBIRME!» —tecleó enfadada Momo en la conversación de mensajería que tenía con su madre. Se sentía fuera de su propia piel; jamás le había contestado así. Pero también era cierto que nunca le había llevado la contraria, luego era normal que se sintiera extraña por todo lo que había acompañado el hacerlo.

Después de cortar la conversación que habían tenido el día anterior, su madre se había pasado el resto de la tarde llamándola por teléfono para continuarla. Pero cuando vio que no se lo cogía, había pasado a los mensajes al móvil.

Si seguía así, iba a dejarla sin memoria en la tarjeta de tanto mensaje.

Soltó molesta el teléfono sobre el pupitre y eso atrajo la atención de Todoroki, quien ya había recogido todo y se disponía a ir a la cafetería para comer.

—¿Qué te pasa? —preguntó con curiosidad. Momo resopló.

—Es sólo mi madre —contestó disgustada—. Al parecer, el centro ha enviado una circular a los padres por el tema del baile.

—Sí… Algo me comentó mi hermana hace unos días —le confirmó él.

—¿Lo sabías? —se sorprendió—. Pensaba que sería la única que estaría al tanto.

—¿Y por qué pensabas eso? —Era una suposición ridícula creer que ningún padre avisaría a sus hijos de ello.

—Porque si tus padres van a dejarte ir al baile, ¿para qué te iban a informar de que se les ha pedido permiso? Dejarían que vayas y ya está…

En ese punto tenía parte de razón, reflexionó Shoto. De hecho, si no hubiera llamado a su hermana, él no se habría enterado.

—¿Eso quiere decir que no te van a dejar ir? —dedujo él de sus palabras.

—¿Ir en contra de una actividad del instituto? —replicó con ironía—. Jamás harían eso. De ahí que lo mejor sea presionar a su hija para que ella «decida» no asistir —terminó molesta.

—¿Por qué no quieren que vayas? —preguntó desconcertado.

El móvil vibró y Yaoyorozu lo tiró dentro de la mochila con más fuerza de la debida.

—Ahí se queda…

Se levantó del sitio y salió con grandes zancadas de clase. Viendo que estaba tan molesta, Shoto decidió ir tras ella para averiguar qué había sucedido.

—¿Por qué tu madre no quiere que vayas? —insistió Shoto en cuanto la alcanzó.

—Porque es un baile —contestó como si fuese obvio.

—En I-Island* también hubo uno y no tuviste problemas en ir. —Aunque, al final, ni siquiera llegaron a pisar el salón porque se frustró.

Yaoyorozu se detuvo y le fulminó como si él tuviera la culpa de todo, y Shoto se tensó al ver cuán susceptible la tenía ese tema.

—Ése era un baile de etiqueta —matizó con condescendencia—. Había patrocinadores y muchos empresarios conocidos de mis padres. He asistido a un montón de eventos como ése —añadió de mala gana—. Pero nunca he ido a un baile informal con gente de mi edad, donde no tenga que hablar de negocios ni escuchar aburridas conversaciones sobre fluctuaciones de la bolsa de valores.

—Entiendo.

Ni loco iba a ahondar más en el tema. Posiblemente, ésa fuese la primera vez que veía a Yaoyorozu enfadada.

Pero lo que era más importante: que lo estaba porque se había rebelado contra su madre. Eso le decía lo relevante que era para ella el dichoso baile de graduación fingido. Lo que, a su vez, le llevó a recordar la conversación con Fuyumi. Yaoyorozu deseaba ir y eso implicaba que era importante con quien lo hiciera.

—De modo que piensas ir a pesar de las protestas de tu madre —dijo tras bajar las escaleras hasta la planta baja sin mediar palabra.

—Por supuesto —corroboró contundente—. Iré aunque tenga que hacerlo sola.

Eso era más que improbable. Yaoyorozu era una de esas chicas que sólo tenía que elegir con quién quería ir para hacerlo.

Pensar que pudiera ir con otro no le entusiasmaba precisamente; pero seguía sin generarle el agobio que había pretendido crearle su hermana al hacerle imaginarla con novio. Quizás se debiera a que tenía un desconcertante sentimiento de que, de ir con alguien, lo haría por el mero hecho de no ir sola. No tenía muy claro de dónde le venía esa certeza. Quizás lo hacía porque no la veía interactuar de forma preocupante con otros chicos. E imaginaba que por eso no se sentía inquieto por ello.

—Te invitarán. No tengas dudas de ello —le dijo como consuelo.

—Eso espero… —murmuró cohibida—. Aunque diga que iré incluso si voy sola, prefiero ir acompañada. —Yaoyorozu le observó por unos tensos segundos, aunque al final se puso a revisar el pasillo cuando no pudo sostenerle la mirada por más tiempo—. ¿Y tú que vas a hacer? —preguntó en tono desentendido—. ¿Sigues pensando en quedarte en tu habitación?

¿Esa pregunta iba con segundas intenciones? No lo tenía muy claro. En el tiempo que llevaba fijándose más en sus acciones por consejo de su hermana, no había notado nada raro. Yaoyorozu se comportaba más o menos como siempre; parecía considerarle sólo su amigo.

—Bueno…

—¿Yaoyorozu? —los interrumpió Midoriya. Iba acompañado de Uraraka y ambos parecían animados—. ¿Has visto a Iida? Te estaba buscando.

—¿A mí? —repuso desconcertada.

—Sí, tiene noticias sobre el baile —añadió Uraraka.

—Dijo que te llamaría para darte los detalles.

Por reflejo, Yaoyorozu echó mano a su bolsillo para mirar su teléfono, aunque suspiró resignada cuando notó su falta.

—Lo he dejado en clase. —Se giró y empezó a subir por las escaleras—. Ahora mismo vuelvo.

Los tres se quedaron mirando cómo desaparecía de su vista y, acto seguido, Uraraka habló.

—No hacía falta que se marchara. Le podíamos haber dicho lo que era —dijo con una sonrisa nerviosa.

—¿Iida os lo ha contado? —Midoriya asintió.

—Han aceptado su propuesta —respondió solícito—. Se va a poder invitar a gente de fuera, aunque sólo nos dijo eso. Supongo que con Yaoyorozu querría hablar de los detalles; por eso la andaba buscando.

Ésa era una buena noticia, reflexionó Shoto. Eso quitaría mucha presión a los compañeros que querían asistir, aunque reconocía que le sorprendía un poco que la directiva hubiera hecho prevalecer la inquietud social de los alumnos frente a los inconvenientes que les iba a suponer a ellos. Tendrían que poner un dispositivo de seguridad que en un inicio no habrían necesitado.

—Íbamos hacia la cafetería para comer. ¿Vienes? —le propuso Midoriya.

—Voy a esperar a que vuelva Yaoyorozu. Estábamos en medio de una conversación.

—¡Oh, perdona! Os hemos interrumpido —se disculpó inquieto su amigo.

—No te preocupes. En realidad, no es una conversación importante —mintió.

Porque para él sí lo era. Los habían interrumpido en un momento en el que no tenía del todo claro si Yaoyorozu había intentado un movimiento con él.

—Entonces, no te entretendremos más… —agregó en el acto, incómodo.

Se despidió de ellos y Shoto se recostó contra la pared mientras veía pasar a los estudiantes de camino al comedor.

No sabía lo que tardaría Yaoyorozu en volver, pero no podía ser mucho. Tres o cuatro minutos a lo sumo. Y en ese escaso tiempo debía valorar qué demonios hacer. ¿Retomaba la conversación en dónde la habían dejado o pasaba a otra cosa? La lógica decía que lo mejor era dejarlo correr; retomar la conversación interrumpida daría una sensación de interés excesivo en un tema que de por sí era una cuerda floja.

Pero empezaba a comprobar que no estaba hecho para las incertidumbres. No le gustaba esa imprecisión sobre su relación con ella.

—¡Anda, pero si por fin estás solo! —exclamó una cantarina voz femenina desde lo alto de las escaleras.

—¡Oh, genial! A ver qué hace ahora… —masculló una de sus compañeras tras ella.

Un grupo de alumnos de tercero bajaba por las escaleras y entre ellos estaban los Tres Grandes de la UA.

—Últimamente es imposible encontrarte solo y ya me corroe la duda —le dijo Nejire Hado en cuanto le tuvo enfrente—. ¿Cómo te hiciste esa cicatriz?

—¿Qué?

—Lo sabía… —se resignó la chica que había hablado—. Nejire, no puedes soltarle esas preguntas impertinentes a la gente. Puedes ofender a alguien.

—¿Te he ofendido? —le preguntó.

—Ah, no… —contestó sin saber muy bien cómo reaccionar.

—¿Y cómo te la hiciste?

—Me cayó agua hirviendo —contestó. Era la explicación que siempre daba cuando alguien le preguntaba sobre ello.

—Qué pena… En un rostro tan bonito —murmuró contrariada—. ¿Puedo tocarla? —preguntó acto seguido alargando la mano y sin esperar respuesta.

Shoto se tensó, pero al mismo tiempo Mirio Togata y la compañera a su lado la cogieron por los brazos y la arrastraron hacia atrás.

—Perdónala, Todoroki —habló Togata—. Hoy está más efusiva que de costumbre.

—No importa —dijo aturdido.

Shoto vio cómo literalmente se la llevaban a rastras y Amajiki se disculpó también antes de alejarse con ellos.

Recordaba el día que la conocieron, cuando los presentaron en su clase para hablar de las prácticas de empresa. Se había puesto a preguntar a todo el mundo cuestiones personales y, entre ellas, se incluía el origen de su cicatriz. Con Ashido, de hecho, había sido especialmente impertinente.

Pero lo último que se esperaba era que un día pudiera abordarle en medio del pasillo para preguntarle algo así. Era un grado de indiscreción sorprendente.

Se tocó la cicatriz de forma ausente mientras miraba el lugar por donde se habían ido. ¿Un rostro bonito? De forma automática, eso le llevó a pensar en el suceso del centro comercial de hacía unas semanas y abrió los ojos atónito cuando lo recordó.

Reconocía que no le había hecho demasiado caso. En aquel momento creyó que sólo lo había comentado por amabilidad, no porque realmente lo pensase. Pero Yaoyorozu le había dicho que le encontraba atractivo.

Se le cayó el brazo de la impresión.

¿Sería cierto? Desde luego, aquello sería un punto a su favor bastante grande.

Un escalofrío recorrió toda su columna y, no tuvo claro de dónde le vino el convencimiento, pero supo que Yaoyorozu había vuelto. Se giró y la vio en lo alto de la escalera, con sus ojos fijos en él y el teléfono en la mano.

Se tensó al ver lo seria que se mostraba.

—No quería interrumpir —dijo mientras bajaba las escaleras para llegar hasta él—. Pensé que te estaban invitando al baile.

Todoroki frunció el ceño desconcertado.

—¿Por qué alguien de tercero iba a invitarme al baile? —cuestionó sorprendido.

Momo se había llevado una impresión enorme cuando regresó y se encontró a Nejire Hado hablando con él. No sólo era la chica más guapa del instituto; encima era una de los Tres Grandes de la UA.

Por eso, lo primero que había pensado —y que había sucedido en una milésima de segundo— era que ningún chico en su sano juicio, por mucho que no le interesara asistir a un evento, dejaría correr la oportunidad de ir con alguien como ella. Se había quedado helada ante el convencimiento de que esa chica había logrado en un instante algo que ella posiblemente no conseguiría en todo el mes.

Pero entonces había oído que le estaba preguntando sobre su cicatriz y lo siguiente que había pensado tras recuperar el aliento era que no podía volver a dejarle solo por el instituto. Podía ser una actitud infantil, pero era efectiva. Una chica debía tener mucha seguridad en sí misma para invitar a un chico habiendo gente delante.

—¿Y por qué no lo harían? —replicó ella casi en un murmullo—. Eres alguien muy popular.

—¿Que soy popular? —inquirió extrañado.

—Eres muy fuerte, tienes dos singularidades increíbles y tu padre es el actual número uno —expuso con tono de obviedad—. Es indiscutible que te convertirás en uno de los mejores héroes futuros. Cualquier chica querría ir contigo a un baile.

Todoroki no dijo nada, sólo se quedó mirándola con una intensidad que la hizo querer salir de allí. No parecía muy contento por esa exposición de hechos.

—Ser conocido no es lo mismo que ser popular —matizó él al fin con voz fría—. Además, nunca podría ir a ningún sitio con alguien que sólo me considera un trofeo que mostrar.

Luego sí que le había ofendido, pensó Momo inquieta. No había sido su intención que lo interpretara así. Sólo quería hacerle ver que su «tarjeta de presentación» era propicia a conseguir que cualquier chica quisiera conocerle mejor.

—No era eso lo que quería decir.

—¿Y qué querías decir? —contratacó.

Momo agarró el teléfono con fuerza de forma inconsciente por su tono. Todoroki estaba molesto con ella y eso era lo último que quería que sucediera.

—Es normal que esas características sean interesantes para una chica y por eso quiera conocerte mejor —se justificó, y miró hacia otro lado del pasillo antes de agregar—: Invitarte al baile es una oportunidad para probar y, ¿quién sabe? —dijo con un encogimiento de hombros—. Quizás… conseguir algo contigo —terminó casi en un susurro.

Yaoyorozu sintió una emoción desagradable cuando mencionó aquello; una desazón que recorrió todo su cuerpo por imaginar el deprimente escenario en el que le veía con una novia.

En cambio, Todoroki no podía ni parpadear.

Porque ahí estaba otra vez: una de esas «señales contradictorias». Ni siquiera sabía si hablaba por ella o se lo estaba imaginando con otra. Pero esa forma en que lo había dicho, como si le afectara a ella misma, le hizo pasar de ese punto de amistad a aquél que ya había experimentado en el que parecía que los que tenían «algo» eran ellos.

Sintió un sudor frío en las manos. La adrenalina había hecho que su corazón se acelerara a un ritmo alarmante. Definitivamente, él no estaba hecho para esas incertidumbres, volvió a pensar. No estaba hecho para esa imprecisión con ella cuando tenía unos sentimientos que podían removerle por dentro sin tener un mínimo de control sobre ello. No podía seguir con esa montaña rusa.

—Yaoyorozu, mírame.

En realidad, no pudo tardar más de dos segundos en hacerlo, pero esa fracción de espera le hizo saber que se lo había pensado. Tuvo una desagradable sensación de que se sentía intimidada por él, a pesar de que no había ni alzado la voz.

Era por esa extraña conversación; era consciente de ello. Habían vuelto otra vez a la situación de días atrás donde ninguno sabía qué sabía el otro. Y estaba convencido de que ella también se había dado cuenta. Por eso estaba así: a la defensiva.

Pero a él no le gustaba nada esa deriva en la que había caído. No quería seguir a tientas midiendo cada palabra que tenía con ella en busca de segundas intenciones o más señales contradictorias. Si dejaban las cosas claras, se acabaría el problema de las interpretaciones.

Y eso era en lo único que pensaba cuando preguntó:

—¿De quién estamos hablando?


Notas del fic:

* I-Island es el lugar donde se ambienta la primera película de «Boku no Hero Academia».


— * —


Fin del Capítulo 29

28 Abril 2019


Notas finales:

Antes de que me matéis, intentaré de verdad subir el capítulo el próximo domingo. No quiero virus informáticos, gracias ^o^

Espero que os haya gustado el capítulo ;-D

¡Saludos!