CAPÍTULO 32. Y ahora, ¿qué?


Comentarios de los reviews:

Hati-chan: De Toru he leído muy poco (lo que hay en FFnet en español y, básicamente, para ver cómo tratan a su personaje). Y no he visto una perspectiva «seria» de cómo puede sentirse una persona que es invisible. Me parece curioso que un tema que está tan a mano de escribir sobre ello, nadie lo haga. Así que nada, lo hago yo XD.

Astron: En realidad, está más preocupada por cómo le pueda sentar a él que por ella. Al fin y al cabo, ¿a cuántas personas les afecta que todos la emparejen con la persona que quiere? XD Sería lo contrario: cruzarían dedos para que la «presión de grupo» les hicieran caer ^o^

Kim Ishida: Por si se os ha pasado el detalle, lo primero que le dijo Nejire a Todoroki cuando se lo encontró fue: «¡Anda, pero si por fin estás solo!». Y no, no estaba puesto al azar XD . Con Todoroki parto de la base de que es una persona conocida (tal y como le dijo Yaoyorozu). Es decir, que un alumno random que ni siquiera le saluda al cruzárselo porque su trato con él es 0, si le ve en un pasillo, sabe que es él. Y si encima, siempre que lo hace, está al lado de una chica mona... pues los cotilleos son inevitables. De ahí la rumorología del instituto XD

Maria Violet: A ver, no es que Shoto tenga que soportar desgracias, es que no va a saber por dónde le da el aire con las reacciones de ella. Sobre que sea empalagoso o no, reconozco que me cuesta verle en plan romanticón pero tampoco descarto que lo sea. Es un chico que ha tenido una carencia afectiva importante, así que no sería descabellado que, cuando al fin tuviera una persona «para él», fuese tierno con ella. En cuanto a que deben hablar, va en el próximo capítulo aunque es posible que la conversación deje bastante que desear ^o^ (piensa que si no, se arreglarían y se acabaría el fic, y estimo que aún quedan como ¿una docena? de capítulos, más o menos). Sobre que el instituto los shipee, le he contestado a esto a Kim Ishida, así que no me repito ^_^º. Y en cuanto a Toru, os avisé que su historia es muy corta: sólo queda lo que aparece aquí y su capítulo conclusivo ;-D (si es que me hacéis un drama en cuanto la historia se enfoca en otros XD ).

Gabe Logan: Problemas de interpretación ha habido siempre. Y si te dicen algo y tú estás pensando en otra cosa, pues pasa lo que pasa XD. El problema de Yaoyorozu aquí es que, a pesar de que quiere/espera que Todoroki la corresponda, no contempla que eso haya podido suceder ya. De ahí que cuando él le dice algo, no lo ve desde un contexto en el que esté enamorado de ella... y lo malinterpreta u_uº. En cuanto al punto de Todoroki sobre los rumores... me gusta meterles «taras» a los personajes buenecitos... y lo dejo ahí ^o^. Y sobre la invisibilidad de Toru, yo no sé hasta donde se va a meter el autor con esto. El concepto de invisibilidad es más ficticio que otra cosa. Si ella fuese invisible, por ejemplo, tendría el problema de que sería ciega. Pero si lo que hace es reflejar la luz, no se vería el fondo a través de ella. Sé que hay investigaciones sobre el tema, pero es algo muy complejo como para que el autor meta esa «base científica» aquí. De tus fics, les echaré un ojo cuando pueda ;-D

Her Nao: A mí me resulta muy divertida la situación de Momo ^o^ . Me alegra que os haya hecho reír también XD

Mr. Chef: ¿Te parecieron exasperantes? Jajaja... Tú no has conocido muchas adolescentes hablando de amoríos XD Créeme: son mucho peor ^o^

Gracias por vuestros reviews *o*. Os dejo con el siguiente capítulo. Espero que os guste ;-D


CAPÍTULO 32. Y ahora, ¿qué?

Si algo había aprendido Shoto sobre lo que había sucedido en esos últimos minutos, era a no volver a tener una conversación importante en medio del pasillo del instituto. Tres veces le habían interrumpido. Tres.

Había sido un momento crucial para él: se le había declarado por primera vez a una chica. Pero en lo que había durado el proceso, le habían interrumpido tres veces y de las formas más variopintas.

Primero lo habían hecho para informarle de algo irrelevante para él cuando estaba intentando sonsacarle una información que sí que le interesaba a Yaoyorozu. Después se había encontrado con las preguntas impertinentes de Hado cuando lo que quería era centrarse en su situación previa. Y, por último —y lo más sorprendente de todo—, le habían revelado que sus compañeros estaban convencidos de que eran novios justo cuando estaban teniendo una conversación para saber si lo eran.

Era increíble su mala suerte, pero al menos había aprendido una valiosa lección.

Revisó el pasillo y como aún quedaban algunos rezagados, decidió entrar en el aula más cercana para poder meditar tranquilo. Comprobó que no hubiera nadie y cerró la puerta.

No tenía ganas de ver a nadie en ese momento. Estaba sintiendo un bajón anímico bastante importante, aunque suponía que eso era lo normal dadas las circunstancias. A fin de cuentas, él quería otro tipo de relación con ella. Sin embargo, Yaoyorozu no parecía ni querer contemplarlo, tal y como había mostrado al huir de allí en vez de enfrentarlo.

Reconocía que Yaoyorozu siempre conseguía sorprenderle y esa vez no había sido para menos. No era la primera vez que reaccionaba de una forma imprevisible para él. Porque podría haberse imaginado multitud de escenarios tanto buenos como malos sobre lo que había sucedido, pero jamás habría esperado que se llevara ese disgusto.

Shoto observó el pupitre despejado que tenía enfrente y se sentó en la silla con un suspiro decepcionado.

Con todo lo que les había pasado en los últimos días, había tenido la esperanza de recibir otra respuesta. Pero al final, todo se podía resumir en que estaba en su cabeza. Quizás sólo había sido un juego en el que retorcía la realidad para amoldarla al resultado que quería. Porque, ¿acaso no había pensado más de una vez que Yaoyorozu sólo quería que fuesen amigos?

Volvió a suspirar cuando sintió que se le iba formando un nudo en el pecho.

Era un poco deprimente, pero así estaban las cosas. Y no debería sorprenderle que su ánimo cambiase de una forma tan drástica por ello. Reconocía que no lo había meditado lo suficiente. Aunque contemplara la posibilidad del rechazo, no se había detenido a pensar en cómo se sentiría por ello. Había sido imprudente por su parte no valorar todas las opciones en profundidad. Tendía a actuar rápido ante un problema para solucionarlo, pero a veces no veía toda la extensión de las consecuencias que traían sus actos al hacerlo.

Sonrió afectado. Yaoyorozu era mejor que él en eso, pensó con algo de envidia. Era una chica muy inteligente y ésa era una de las cosas que le encantaban de ella. Le gustaría tener esa capacidad tan minuciosa de analizar las cosas. Y, por supuesto, eso le habría venido bien tanto antes como ahora.

Pero lo hecho, hecho estaba y ahora no le quedaba más remedio que valorar qué iba a hacer. Aunque se sentía desanimado no quería deprimirse por esto. Quería intentar verlo como un tropiezo más que como una caída. Ésa era una lección que, por desgracia, su padre le había enseñado a base de palizas. Siempre que había creído no poder hacer algo, su padre se había encargado de conseguir que lo hiciera. Y justamente esto no quería que fuese diferente, más cuando sabía que había un factor perjudicial clave en todo este asunto: el tiempo.

Si lo analizaba en retrospectiva, lo más probable era que se hubiese precipitado al proponérselo tan pronto. Era consciente de ser una persona que tendía a decir lo que pensaba y de forma directa. Ya sabía que no le gustaba dar vueltas sobre las cosas, sino que prefería encararlas de frente. Y con Yaoyorozu no había sido de otra manera.

Sin embargo, él mismo reconocía que sus sentimientos habían surgido de una forma muy rápida. A pesar de la afinidad que sentía con ella, siendo objetivos, había surgido en el plazo de un mes, que era el tiempo, más o menos, que había transcurrido desde que empezaron a tratarse tras el examen de licencias provisionales. Debería haber considerado la improbabilidad de que le hubiera sucedido algo tan raro a ella también. Estaba bastante convencido de que eso no era lo normal.

De modo que, en el fondo, podría ser cuestión de tiempo; quizás podría corresponderle tras un tiempo prudencial. Por eso no quería perder la esperanza, aunque también era consciente de que, para conseguir ese tipo de acercamiento con ella, necesitaba que Yaoyorozu volviera a sentirse cómoda con él, algo que no había ocurrido del todo desde la semana anterior.

Debería centrarse en eso como primer paso, aunque no estaba seguro de que pudiera hacerlo en breve. En primer lugar, porque al día siguiente se marchaba por la mañana a las clases extras de las licencias, por lo que esa tarde debía terminar todos los deberes para tener libre el fin de semana; y, en segundo lugar, porque dudaba que pudiera elaborar algún tipo de estrategia que poner en marcha en el rato que le quedase.

Eso le dejaba con la alternativa de que pasaran varios días hasta que pudieran hablarlo y no tenía claro si eso podría ser bueno o malo. No sabía si dejar reposar lo sucedido un par de días podría hacer que se calmaran las cosas entre ellos o si eso conseguiría generarle más rechazo a Yaoyorozu y quisiera mantener distancias.

Pero puesto que cuando regresó a las clases de la tarde, Yaoyorozu ni siquiera le miró, fue evidente para él que poco podría cambiar las cosas antes de irse.

— * —

—¡No me lo puedo creer! ¿Encima se lo has pedido tú? —cuestionó Hagakure, con lo que consiguió que Momo tuviera que detenerse en lo que hacía.

—No te muevas…

—Es que es muy sorprendente —la apoyó Jiro—. Yo tampoco me lo esperaba. —Y eso que habían hablado de ello días atrás.

—Ha sido algo raro… —se defendió Uraraka acurrucándose más en la cama con un cojín entre sus brazos—. Me he dado cuenta de que soy muy débil.

—¿Por qué piensas eso? —preguntó Momo, la cual retomó su trabajo.

—Se suponía que había decidido dejarle de lado. Pero en cuanto Iida nos dijo que se podría invitar a alguien de fuera, me inquietó mucho.

—¿Te dio miedo que pudiera invitar a alguien de fuera?

—Sí… Incluso aunque me dijo que no lo haría.

Yaoyorozu se detuvo de nuevo y la observó con atención. La entendía con una precisión milimétrica. Ella estaba en una situación parecida. A pesar de que Todoroki le había dicho que no iría al baile, la impacientaba saber que podría hacerlo si la chica conveniente se lo pedía. No podía quitarse de la cabeza que alguna chica, del estilo de Nejire Hado, le hiciera cambiar de opinión. Y pensar en ello le creaba mucha ansiedad. Por eso entendía que Uraraka se sintiera igual sólo con la posibilidad.

—No veo dónde está la debilidad —repuso ella, y otra vez se centró en Hagakure—. ¿Qué problema puede haber en luchar por quien amas?

—¿A-Amar? —tartamudeó, y se puso muy roja—. ¿Quién ha dicho nada de amar?

—Tu cara lo ha dicho —rio sin misericordia Ashido—. Eres demasiado tímida.

—Vaya combinación hacéis los dos —reflexionó Asui—. Midoriya también es muy tímido.

—Uno de los dos debería intentar sobreponerse, pero me parece que Midoriya no ha tenido mucho contacto con chicas —expuso Jiro, acomodándose mejor en la cama para mirarla—. Así que te va a tocar a ti desprenderte de esa timidez.

—¡¿Yo?!

—No sé de qué te sorprendes —continuó—. Es evidente que él va a estar peor que tú.

Ochaco se irguió lo suficiente como para que su rostro asomara del cojín. Era justo lo que había pensado esa mañana, luego, si no era la única que lo creía, debía ser verdad. Cuando habían hablado del baile, Deku se había puesto mucho más nervioso que ella. Casi ni podía hablar. Si extrapolaba eso con un baile con ambiente propio de parejas, no sería extraño que le diera algún cortocircuito.

No sabía si podría batallar con eso. A ella le ponía muy nerviosa que Deku pudiera descifrar sus sentimientos.

—No creo que sea capaz…

—Entonces, será divertido veros —se jactó Ashido.

—Ya sólo falta el pelo —declaró Yaoyorozu. Creó una melena de cabello negro y se la puso con cuidado en la cabeza. La peinó con los dedos para colocársela y se separó para admirar su obra.

—A ver, a ver…

Las chicas se incorporaron y la miraron con bastante asombro.

—Cierra un momento los ojos —le pidió Ashido. Ella lo hizo y soltó un gritito—. Ya os dije que era guapa. Y, por cierto, Momo se va a encargar de maquillarme para el baile.

—Eso quiere decir que el mérito es de ella —expuso Hagakure incómoda.

—Qué va… Apenas he usado maquillaje para cubrirte. Tienes unas facciones suaves. —Y con eso, Yaoyorozu le puso un espejo delante—. Espera, te voy a dar unas gafas de sol. —Porque era un poco inquietante ver el pelo a través de sus ojos vacíos.

—Coge un móvil; hay que hacerle una foto —propuso Uraraka animada.

Por supuesto, eso hizo que todas echaran mano del suyo para sacarle fotos.

—Yo quiero una con ella —pidió Ashido tras darle su móvil a Jiro y juntarse a su amiga para dicha foto.

Y por fin, con la sesión de fotos, poco a poco, Hagakure se fue animando. Para todas era una paradoja que a una chica invisible le gustaran tanto las actividades sociales llamativas, pero lo hacían. Y por supuesto, no había ninguna actividad mejor para una relajada tarde de viernes que el hacerse un montón de fotos estúpidas con un grupo de amigas.


— * —


Fin del Capítulo 32

19 Mayo 2019


Notas finales:

Siento que las notas sean superlargas, pero me ha surgido un problemilla, así que os voy ¿previniendo? Lo pongo en interrogante porque es tanto bueno como malo.

Con el siguiente capítulo tengo un bloqueo bastante grande porque hay que meter algo que debería haber pasado en el 29 y no sé cómo hacerlo. Como algunos escribís, imagino que os habrá ocurrido que los personajes se os van por un lado que no habíais pensado. Eso me ha estado sucediendo desde la «fatídica» escena del entrenamiento. Shoto ha sido más consciente de la posibilidad de ser correspondido de lo que ideé en un principio, así que la conversación se fue por otro lado y no sucedió. Así que tengo que meterlo pero no sé cómo y, como estoy detenida ahí, me puse con una parte algo más... ¿delicada? (es que no quiero dar pistas) y que ocurre después. Como sabía que me iba a llevar tiempo hacerla, quería ir adelantando. Son varios capítulos y, al ser intensos, quiero tener todos los capítulos hechos antes de empezar a subir el primero.

Total, que al ponerme con ello, digamos que he tenido un ¿incidente? (vamos a llamarlo así). Nada grave, en realidad, pero para compensar, se me ha ocurrido algo chulo, aunque claro, eso hace que tenga que escribir más y, por tanto, ese pack de capítulos tarde más en terminarse.

No sé cómo voy a andar de tiempo, sobre todo, porque mientras tenga la cabeza en esa otra escena, no la tengo en el capítulo 33 T_T. Pero es que no tengo ni la más remota idea de qué hacer con él y la cabeza se me ha ido a otra cosa »_«. Así que lo mismo no tengo el capítulo 33 para el domingo que viene, pero de todas formas, si os sirve de consuelo, os juro que lo chulo que se me ha ocurrido os compensará TODO. Que bonito *o*

Y, después de esta chapa, espero que os haya gustado el capítulo ;-D

¡Saludos!