CAPÍTULO 33. Conversaciones imprecisas
Notas de la autora:
Parece que se han confabulado los astros contra este capítulo, porque basta que necesitara más tiempo y concentración con él para sacarlo y van y me cambian de departamento en mi empresa *o* . Llevo 2 meses allí y no sólo todo es nuevo, sino que he entrado en el momento en el que la cantidad de trabajo está en «Nivel Absurdo». Le meto un montón de horas porque de por sí el horario es más amplio, pero es que además el curro que hay pendiente es infinito y al final me queda muy poco tiempo para mí. Así que cuando llego a casa, tengo las neuronas muertas y no quieren colaborar T_T. Ya siento el retraso, pero otra vez estoy de cambios en mi vida y mi creatividad se me volvió a ir de paseo T_T
Comentarios de los reviews:
Astron: Me ha costado bastante terminarlo, pero bueno... espero que os guste el resultado ^_^º
Caro: No, no... si corresponder, le corresponden. El problema es que no lo sabe ^o^. Y en serio, espero que la historia vaya rápida: ¡tengo otros fics pendientes! Pero es cierto que hay capítulos que son más problemáticos que otros y éste era uno u_uº
Maria Violet: Importante, lo que se dice importante... tampoco es. El problema es que tienen que hablar de lo que demonios pasó y cada uno tiene una perspectiva diferente. En cuanto a hacer una escena pequeña al final estando juntos... yo siempre estoy abierta a sugerencias XD . De hecho, tenía pensado que terminase cuando todo se resolviera, pero has mencionado eso y se me ha ocurrido un posible mini-epílogo. ¿Veis? A eso me refiero cuando hablo de echar de comer a mi SubC XD Vas plantando cosas hasta que come alguna XD. En cuanto a la uni, es bueno que te pongas con los apuntes desde el principio, sobretodo hasta hacerte con el ritmo. Luego la cosa irá mejor ;-D
Gabe Logan: Bueno, es que si yo estuviese en el lugar de Hagakure, ya habría resuelto esa curiosidad. No es intangible, así que se puede maquillar para saber cómo es. Y como me apetecía indagar en la problemática de su singularidad... pues ahí me he ido. Sobre el personaje de DC (en serio, me sacas de Batman y Superman y no tengo ni idea XD ), no sé cómo manejará el autor eso, pero no es tan sencillo como reflejar lo que hay detrás. Si refleja lo que hay detrás para verlo, eso quiere decir que también refleja por delante. ¿Y qué pasa con ese reflejo? ¿Y que pasa con la distorsión que se originaría por todas las esquinas y dobleces al ser un cuerpo 3D? Además, tendría que invertir la imagen del reflejo, porque se vería como un espejo. Muy complejo lo veo como para decir que simplemente refleja lo que hay detrás x_x. Pero bueno, para eso está la célebre frase de Lucy Lawless en los Simpsons para responder cualquier pregunta friki: «lo hizo un mago». ¡Qué grande XD!
Her Nao: Me hace gracia que todas hayáis mencionado que habría que ayudar a Todoroki a que se enterara de que es correspondido cuando a la que hay que ayudar es a la otra loca que no se enteró de nada XD El pobre chaval no tiene la culpa, es a Yaoyorozu a la que habría que darle dos collejas XD . Pero tranquilos que ya no queda mucho. Faltan 3 semanas para el baile y la que hemos pasado es la larga de relatar. El resto irán más rápido ^_^º
Mr. Chef: Bueno, es que, a día de hoy, es imposible que Midoriya inicie nada XD. O lo hace Ochaco o no hay acercamiento posible. Así que le toca a ella sobreponerse en esta historia XD . En cuanto a lo de que ves dudoso que Shoto y Momo acaben juntos... ¿en serio? O_o Hice que un Battosai amnésico enamorado aún de su esposa muerta acabara con Kaoru y ¿crees que estos dos pipiolos tienen algo que hacer contra mí? Vamos... Mi SubC chupa sus huesos como caramelos antes de escupirlos... ¡Adónde vamos a parar! ^o^ Podré complicarles un poco la existencia (que si no, no tiene gracia escribir historias :-S), pero claro que van a acabar juntos. ¡Sólo falta! XD
Nothing: Me ha costado más de lo que esperaba, pero ya lo tenemos ;-D
Mariana Elias: Gracias por preguntar, aunque tu mensaje ha llegado justo cuando iba a actualizar (te me has adelantado por horas XD). Pero se agradece que cuando se está un tiempo sin aparecer, se reciba un mensaje por si me ha pasado algo y no de exigencias de actualización y memeces varias con las que me dan ganas de borrar la maldita historia (esto va por otro fandom, conste, aquí de momento, sois gente civilizada ¬_¬º). He comentado en las notas iniciales cómo ando en mi vida personal, así que no me repito ;-D
Gracias por vuestros reviews *o*. Os dejo con el capítulo de hoy ^o^. Espero que os guste ;-D
CAPÍTULO 33. Conversaciones imprecisas
Momo miró el reloj por enésima vez. A esas horas, normalmente Todoroki y Bakugo volvían de sus clases extras para la licencia provisional. Por eso, debería moverse e ir a esperarle para hablar con él, pero sus piernas no querían obedecer. Había pasado dos días angustiada y se suponía que no quería seguir en ese estado. Pero a la hora de la verdad, tampoco se atrevía a enfrentarse a él.
No era sólo por sentirse descubierta —que era bastante—, sino porque también había tenido la mala educación de dejarle tirado en un pasillo con las palabras en la boca y no había vuelto ni a mirarle. Cierto era que la conversación era desagradable para ella, pero debería haber mostrado más respeto por él.
Tenía que empezar por disculparse, y luego, seguir con la explicación de cómo una conversación en la que creía hablar de ser compañeros de pupitre había terminado siendo la confirmación de su relación.
Gimió avergonzada. ¿Cómo había acabado metida en algo así? Sin embargo, algo tenía que hacer. Se veían todos los días; no podía esconder la cabeza en un agujero y hacer como si no hubiera pasado nada.
Suspiró y se puso en pie. Se quedaría en el salón hasta que llegaran y le pediría hablar con él. Era lo más sensato que podía hacer.
Cuando bajó a la planta baja se extrañó por verla vacía a esas horas. Pero sólo fue la primera impresión, comprobó unos segundos después cuando escuchó una voz. En una de las mesas del comedor se encontraban Uraraka y Midoriya haciendo deberes. A Momo le pareció raro que él aún los tuviera pendientes cuando —al igual que ella—, era de los que los hacía la misma tarde en que terminaban las clases, pero quizás los había dejado para ese día si tenía planeado estudiar con Uraraka.
—¿Sabéis si han vuelto Todoroki y Bakugo? —les preguntó tras saludarlos.
—Han llegado hará como unos diez minutos —le informó Midoriya—. ¿Los necesitabas para algo?
—Era sólo por saber… —contestó desprendida, y miró los cuadernos que tenían sobre la mesa—. ¿Ésos son los ejercicios de matemáticas del otro día?
—Ah, sí… Uraraka me pidió que se los explicara.
—No los entendí muy bien —se disculpó ésta con una sonrisa nerviosa.
Momo no podía culparla; a ella también le habían costado en un inicio.
—¿Quieres quedarte a estudiar con nosotros? —le propuso Midoriya.
Una propuesta muy sugerente; no sólo porque le encantaba estudiar, sino porque le daba la excusa de postergar su cometido.
Pero miró a Uraraka que se había quedado con la respiración contenida y supo que no era bienvenida.
Sonrió internamente.
—Hoy no puedo —se excusó—. Quizás otro día.
Midoriya tampoco pareció muy preocupado por no unírseles a su pequeño grupo de estudio. Y Momo pensó, divertida, que si tanto querían estudiar solos, deberían hacerlo en la habitación de uno de los dos. Así nadie los molestaría. Pero imaginaba que estar en una zona pública les daba cierta seguridad. No había nada sospechoso en que dos compañeros estudiaran juntos para resolver sus dudas… a diferencia de lo que les había pasado a Todoroki y a ella con sus entrenamientos furtivos.
Se giró con intención de marcharse de allí, pero no había dado ni un paso cuando se le ocurrió echarle un cable a Uraraka. Los observó, uno enfrente del otro, en silencio a la espera de que los dejara solos.
Y sonrió.
—¿Estás bien estudiando ahí? —le preguntó a Uraraka.
Ella se tensó y la miró desconcertada.
—Ah… sí —contestó cohibida—. ¿Por qué? —Momo se acercó.
—No puedes emplear toda tu concentración si tienes que mirar los apuntes de lado —mencionó a la vez que señalaba el cuaderno de Midoriya—. El cerebro tiene que hacer el esfuerzo extra de interpretar el texto en otra dirección, así que sólo por eso ya pierdes parte de concentración —explicó, a lo cual, Midoriya se apresuró a girar del todo su cuaderno hacia ella—. Lo más normal sería que los dos estudiarais con los apuntes del derecho.
Ambos se miraron y un ligero sonrojo les subió a las mejillas.
—¿Tú… tú crees? —inquirió el chico avergonzado.
—Por supuesto —respondió contundente, para después mirar a Uraraka—. Pero es cosa tuya si quieres facilitarte el estudio o no.
La chica frunció levemente el ceño confundida, aunque acabó por abrir los ojos y Momo supo que se había dado cuenta de su juego. Miró a Midoriya y se sonrojó más al pensar en sentarse juntos en un salón que en menos de un minuto se quedaría vacío.
—¿Eso es verdad? —cuestionó.
—Claro que sí —mintió con descaro, porque se lo había inventado sobre la marcha—. Nadie sabe más de hábitos de estudios que yo.
Pareció pensárselo, pero en realidad sólo tardó tres segundos en levantarse de la silla.
—Pues… si tú lo dices… —dijo mientras bordeaba la mesa.
—Sí, lo digo yo —confirmó.
Midoriya ni siquiera opuso una mínima objeción. Se limitó a observar a Uraraka sentarse a su lado, más tenso que la cuerda de un arco y más rojo que el cabello de Kirishima.
—Espero que os vaya bien el estudio —comentó Momo girándose hacia los ascensores.
Aunque estaba bastante segura de que había logrado mandárselo al traste. No creía que esos dos consiguieran concentrarse en lo que quedaba de tarde. Sonrió.
—Yaoyorozu —la llamó Uraraka y ésta la miró—. Gracias… por el consejo.
Momo sonrió más y retomó su marcha hacia los ascensores.
—De nada…
Pero en cuanto estuvo a punto de llamar al ascensor del ala de los chicos, Momo se detuvo. Se fijó en que el de las chicas estaba en la planta baja porque acababa de bajar con él, pero el de ellos imaginaba que estaría en el quinto piso si los últimos que lo habían usado eran Todoroki y Bakugo.
Miró a la pareja que estudiaba y se aproximó a las escaleras en cuanto vio que la ignoraban. A pesar de que todos creían que estaban juntos, no quería infundir más rumores, por lo que evitó que la vieran subir a la habitación de Todoroki. Tampoco habló cuando llamó a la puerta para que otros compañeros de piso no la escucharan. Y quizás por eso, Todoroki se quedó de piedra cuando abrió y la vio en su umbral.
—¿Puedo pasar? —preguntó en bajo. Todoroki miró a ambos lados del pasillo y la dejó entrar—. Dadas las circunstancias sé que esto no es lo más apropiado, pero no me ha visto nadie.
—No importa —contestó sin más.
Momo vio la maleta abierta y supo que le había interrumpido mientras la deshacía.
—¿Te pillo en mal momento?
—No.
Él se acercó a la maleta y la cerró. Después le indicó que se sentara en la silla de estilo japonés que había al lado de la mesita.
—¿No tienes otra? —le preguntó cuando se acomodó y él, en cambio, se sentó en el suelo.
—Cuando nos mudamos no esperaba tener visitas.
—Ya… —Se hizo un silencio muy incómodo—. ¿Qué tal el fin de semana? —inquirió para romper el hielo.
—Muy productivo. No sólo en cuanto al entrenamiento de las licencias —matizó—. También pude dedicarme al mío personal y me surgió una idea interesante que parece que va a servirme de momento.
—Eso suena genial. —Como Momo vio que Todoroki no pensaba continuar, añadió—: ¿Y qué se te ocurrió?
—Cuando lo controle más, te lo mostraré.
—Ya veo que te gusta sorprenderme —replicó al recordar que ya había usado esa táctica con anterioridad.
—Sí —respondió sincero.
De nuevo apareció ese incómodo silencio que la impulsaba a marcharse de allí. Todoroki la escrutaba con una intensidad que la puso más nerviosa de lo que ya estaba y por eso, se dedicó a estudiar la habitación en un intento de tranquilizarse.
—Me encanta la decorac…
—Entiendo que si estás aquí es para hablar de lo sucedido el otro día —la interrumpió—. ¿Qué es lo que quieres decirme?
Momo se aferró las manos con nerviosismo cuando la instó a ir directa al grano. Era consciente de que Todoroki no estaba de mal humor, pero no parecía muy accesible tampoco.
—Quería… disculparme —empezó.
—¿Por qué? No es como si en realidad tuvieras culpa de ello.
—Yo diría que sí. No debí dejarte tirado en medio del pasillo.
Todoroki frunció el ceño con desconcierto.
—Ah, eso…
—Y creo que, de forma indirecta, tengo algo que ver con los rumores.
A diferencia de antes, ahora abrió mucho los ojos.
—¿Cómo que «de forma indirecta»?
—Es que yo hablaba de otra cosa, pero ellas… ¡Dios, qué vergüenza! —se interrumpió para taparse con una mano la cara—. El caso es que Jiro y Asui la interpretaron de otra y… —Se trabó y negó con la cabeza—. Lo siento mucho —terminó al fin.
Shoto no tenía claro qué demonios había pasado, pero veía que Yaoyorozu no estaba muy cómoda hablando de ello, así que lo dejó correr. Al fin y al cabo, el tema del rumor le importaba bastante poco.
—No pasa nada…
—Claro que pasa. ¡Me han dicho que medio instituto piensa que estamos juntos! —Entonces, Momo desvió su mirada a sus manos unidas en su regazo y añadió en voz baja—: He intentado desmentirlo, pero no me han creído.
¿Y cómo iban a hacerlo si era un fraude?, se fustigó ella. Aparte de cuando se había llevado la primera impresión, no había vuelto a sacar el tema… y eso que había estado con sus compañeras hablando de chicos la misma tarde en la que se enteró.
Pero sabía que no había hecho un verdadero esfuerzo en negarlo y por eso ahora no podía enfrentarse a él con la cabeza en alto. Le gustaba la idea de que la consideraran su novia; quería que eso fuese verdad.
Y con esa idea culpable, alzó su mirada para observarle. No parecía para nada perturbado por la noticia.
—Bueno —comenzó al fin con tono pausado—, como podrás imaginar, no es algo que me preocupe mucho.
—Ya… a ti no te importa lo que diga la gente.
—Eso también —comentó al descuido. Yaoyorozu le miró confundida—. Pero, a diferencia de ti, el hecho de que especulen sobre nosotros no es algo que me influya.
Ella le observó más desconcertada aún.
—¿Y por qué a mí sí?
—Ah… Creo que es evidente —comenzó con cuidado—. Yo no soy el que en menos de tres semanas se tiene que buscar a alguien pendiendo sobre mí un hipotético novio. —Yaoyorozu abrió los ojos atónita cuando entendió a qué se refería y Shoto continuó con cierto tono de incredulidad—. No me digas que no habías pensado en ello…
No, no lo había hecho, reflexionó Momo. Pero porque, para empezar, tampoco quería ir con otra persona diferente a él. Así que no se había parado a pensar en las consecuencias para ella de que todo el mundo la creyera con novio.
—Es posible que esto sea por lo que todavía nadie se ha atrevido a invitarte.
Shoto podía entender que hubiera alumnos que se mostraran pacientes a la espera de la resolución de la directiva. No era difícil imaginar que hubiera chicos para los que alguien ajeno al instituto supusiera la primera opción para ir acompañados al evento. Pero Yaoyorozu era una chica que muy probablemente de por sí sería la primera opción para algunos. Así que, a lo largo de esa semana, se le tendría que haber acercado ya alguien.
Como Shoto vio que no terminaba de salir de su aturdimiento, agregó:
—Deberías valorar el hecho de que seas tú la que tenga que invitar a algún chico si quieres ir acompañada.
—Ah, sí… Debería valorarlo —repitió aturdida.
Momo apretó las manos de su regazo con el regusto amargo de sus palabras. Todoroki no estaba teniendo nada de tacto con sus sentimientos. Que él la instara a buscarse a otro era muy desconsiderado por su parte. Y por eso tuvo que sacar fuerzas de flaquezas para no largarse de allí.
—Al menos, me queda el consuelo de que tú no asistirás —susurró ante la perspectiva de ahorrarse esa escena.
—Y aunque fuese, tampoco iba a arruinarte la noche, si eso es lo que piensas. —Si Yaoyorozu se creía que, de estar allí, le vería deprimido por el tema amargándole en el proceso la fiesta, no podía estar más equivocada—. Todo lo que rodea a ese baile no me resulta relevante.
Yaoyorozu le observó, como desorientada, y eso extrañó a Shoto.
—Pero ¿no me dijiste que no querías ir?
—Y no quiero ir. Sólo hablaba de forma hipotética por tu comentario —explicó.
Porque de ir, sólo lo haría con ella, de modo que esa conversación no tenía sentido.
—Entonces, ¿sigues sin considerar el asistir?
—En realidad, no tengo nada que valorar —replicó, para después suspirar con cansancio—. Todo se reduce a las circunstancias.
—¿A las circunstancias? —cuestionó confundida—. ¿A qué te refieres?
—A que, al parecer, siempre hay algo que nos puede hacer cambiar de opinión —comentó como si fuese algo obvio—. Si te soy sincero, pensar en asistir a ese baile me genera verdadera desgana. Nunca me han atraído este tipo de actividades. Así que, si no involucrase a nadie más y sólo fuese por mí, te aseguro que no iría —afirmó contundente—. Pero, al final, ha resultado que mi hermana tenía razón —terminó por lo bajo.
—¿Tu hermana?
—Es por algo que me dijo cuando hablé del baile con ella. Estaba más emocionada que yo, así que insistió en que fuese.
—¿Hablaste con tu hermana del baile? —se extrañó aún más.
Hacía un par de días le había comentado que su familia estaba al tanto de la circular del instituto, pero no se había imaginado que esa conversación tuviese más trasfondo.
—Más bien, Fuyumi lo habló conmigo —suspiró resignado—. No pareció muy contenta cuando le dije que no tenía pensamiento de ir y encima vio que rechazaba todos sus argumentos. Si hasta intentó ponerme celoso… —añadió condescendiente—. Lo cierto es que me sorprendió que me jugara esa baza, aunque tampoco le salió como esperaba. —Se apoyó sobre la mesita y miró la superficie de forma distraída—. Pero, al final, me preguntó si no haría el esfuerzo de ir al baile por la persona que quiero y… Bueno, a eso no le quise contestar; no quería darle la razón. Pero supe que había dado con el único motivo por el que iría.
Shoto tardó un rato en darse cuenta del silencio que se había generado, metido como se había quedado en su reflexión. Porque el único motivo por el que iría a ese dichoso baile sería si Yaoyorozu le pidiese acompañarla. Sabía que se sentiría fatal si se le arruinase el evento cuando podía estar en su mano impedirlo.
—Como decía —recapituló al principio de todo—, no hay nada que valorar. Todo se reduce a las circunstancias.
Shoto se decidió por fin a mirarla, aunque tarde se dio cuenta de que había sido irreflexivo comentar sus pensamientos en alto. Yaoyorozu parecía estar a punto de echarse a llorar.
Se tensó por ello y se empezó a inquietar por dentro al verla angustiada. Puesto que había ido allí para aclarar las cosas de lo sucedido entre ellos, no quería andarse con tapujos. Pero debía considerar que, a pesar de estar mentalizada, tenía que ser incómodo para ella seguir restregándole sus sentimientos cuando no eran correspondidos.
—Perdona —se disculpó—. Ha sido irresponsable por mi parte decirte eso.
—No importa —respondió con voz temblorosa—. Se supone que estamos hablando de cómo están las cosas.
Aunque para Momo supusiese un golpe enorme enterarse de eso. No se había esperado que Todoroki le saliera con algo así; hubiera sido más feliz sin saberlo. O al menos, habría hecho que su pelea por conseguirle fuese menos agobiante.
Porque malo era ser consciente de que estaba al tanto de sus sentimientos cuando no era correspondida. Pero peor era saber que había una tercera persona en medio.
No sabía ni cómo reaccionar; lo había dicho de una forma tan natural que eso la llevaba a pensar que aquello tenía que venir de lejos. Porque si lo extrapolaba con ella misma, sus sentimientos eran tan recientes que no se veía capaz de hablarlos con nadie, y eso incluía amigos y familiares. Pero él lo hablaba con su hermana, ¡su hermana!, reiteró más alto en su mente. Eso no hacía más que reafirmar su teoría.
¿En serio había otra?, se preguntó llevándose una mano a los ojos.
—¿Estás bien? —se preocupó él.
Ella se limitó a asentir con la cabeza; no tenía la entereza suficiente para hablar sin terminar de echarse a llorar.
¿De dónde había salido «ésa»?, pensó. No podía ser de clase porque no se trataba con ninguna de una forma alarmante, lo que reforzaba, una vez más, su teoría. Tenía que ser de fuera: alguien del anterior colegio o una amiga de la familia. Por eso su hermana quizás la conociera y de ahí el tener su aprobación.
¿Por eso ella estaba más emocionada de que su hermano fuese al baile que él mismo? ¿Porque estaba al tanto desde hacía tiempo de lo suyo y quería ayudarle? Casi podía imaginársela diciéndole que era una buena oportunidad para volver a verla teniendo en cuenta que vivían en un internado.
Momo sintió una presión horrorosa en el pecho cuando ese escenario se cruzó por su mente, hasta el punto de tener que apoyarse contra la mesita. Que él estuviera enamorado le complicaba muchísimo las cosas.
Y entonces, le oyó suspirar con fuerza.
—Yaoyorozu, estos días he estado considerando algo. Y en vista de tu reacción, quizás sea lo mejor. Creo… que deberíamos distanciarnos un poco —concluyó al fin. Ella le miró con sus ojos enrojecidos, consternada—. Es evidente que eres tú la que peor lo está llevando. —Por sorprendente que le pareciera.
—No, eso no es verdad —mintió.
—Sí lo es. Sólo hay que verte.
—Es sólo que estoy algo impresionada. Se me pasará…
—Yaoyorozu…
—¡No! —le interrumpió, al tiempo que se limpiaba una lágrima furtiva—. ¡Me lo prometiste! Me prometiste que seguiríamos siendo amigos pasara lo que pasase.
Shoto se irguió y la escrutó con atención cuando sacó a relucir aquella promesa. Que hiciera mención a ella era como si le dijese que este momento lo había estado viendo venir. Era lo mismo que admitir que sí había sido consciente de lo que había pasado en el patio y que había intentado evitar las consecuencias de aquello incluso antes de que se le hubiera declarado directamente.
—Lo seguiríamos siendo —replicó, con el corazón encogido.
—Pero no como hasta ahora —alegó ella con voz temblorosa—. Eres una de las personas que más quiero. No puedo perderte por esto.
Sabía que era su mejor amigo; se lo había dicho. Por eso entendía que Yaoyorozu rechazara la idea de distanciarse de él. Pero si se disgustaba de esa manera al tenerle cerca, su relación se complicaría. Aquello no era una cuestión sobre perderle o no, sino de evitar romper su amistad.
—Sólo sería por un tiempo… mientras se asienta todo.
Ella negó con fuerza y se levantó de la silla, aunque sin volver a mirarle.
—Este problema es mío; yo me encargaré de buscar la forma de manejarlo. —La vio inspirar profundo, como si le costara conservar el temple—. Tú sólo sé como siempre conmigo y yo te prometo que también lo seré contigo.
No veía que fuese una buena idea, y no lo decía tanto por él como por ella. Se la veía muy afligida con el tema, luego seguir con su amistad como siempre sólo la sometería a más presión.
—Yaoyorozu…
—Por favor —le suplicó con voz rota.
Shoto se estremeció. Fue como si tocara algún punto sensible dentro de él. Todo su cuerpo se erizó ante un tono de voz que estaba demasiado cerca de las lágrimas. Y en ese momento supo, con una certeza absoluta, que Yaoyorozu tenía la capacidad de manipularle.
Porque haría cualquier cosa por no verla así.
—Está bien —contestó al fin.
—Gracias —respondió con alivio y se dirigió muy rápido hacia la puerta—. Ahora tengo que irme.
Ni siquiera esperó a que la despidiera de vuelta; salió antes de que pudiera darse cuenta. Pero imaginaba que era lo máximo que podía aguantar antes de echarse a llorar.
Porque sabía que se había ido a llorar… y eso le dejó con muy mal cuerpo. Lo último que esperaba era que sus sentimientos la afectaran de esa manera tan negativa.
Pero ya no había vuelta atrás; no podía desdecirse de ellos. Por eso, ya sólo les quedaba afrontar las consecuencias como mejor pudieran.
— * —
Fin del Capítulo 33
4 Agosto 2019
Notas finales:
Espero que lo hayáis leído con la mentalidad de cada uno. De verdad, es muy complicado hacer una conversación donde se digan las cosas pero a la vez no las entiendan. En serio, soy supermasoca »_«. Pero aunque costó (porque necesitaba recurrir mucho a mi SubC y el muy cabr*n se largó de vacaciones ¬_¬º), al final me ha gustado bastante cómo ha quedado y eso es decir mucho. En general, no me gusta cómo me quedan los capítulos de bajonazo anímico para los protas y por eso me cuesta mucho escribirlos. Y éste es un capítulo bastante desalentador para ambos porque más o menos creen haber dejado sus cartas al descubierto y, sin embargo, lo que han hecho ha sido liar más las cosas. Pero me ha gustado bastante la conversación que han tenido y supongo que por eso me he quedado satisfecha con el resultado. En fin, ya veremos qué hacen a partir de aquí ^o^
Sobre la periodicidad... Ahora mismo, imposible subir los próximos capítulos de forma semanal. De verdad, no tengo vida T_T. Y los siguientes capítulos están bastante verdes u_uº El 34 lleva escrito un montón de tiempo (por ése no tengo problema), pero el resto es otra historia. Y en nada vienen ya unos cuantos que son bastante tensos. Esos ya os digo que va a costar mucho que salgan T_T
Pero bueno, poco a poco...
Espero que os haya gustado el capítulo ;-D
¡Saludos!
